Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: Encendiendo El Fuego Del Espíritu De Lucha En El Corazón

Parte 4

Me sacudí su mano, sintiéndome irritado.

“¿No es el papel de receptor de todo el odio que Haru está interpretando esencialmente el trabajo para el consejero del club?”

“¿Como Wataya-sensei?”

Me sentí como si me hubieran golpeado desde una dirección inesperada.

Tal vez sintiendo mi agitación, Misaki-sensei continuó.

“Cálmate. No creo que su forma de enseñar sea la correcta, y no tengo forma de saber si estaba jugando deliberadamente el papel del diablo o no. Pero tratarlos de forma tan brusca y en apariencia deliberada, ¿realmente los hace avanzar?”

Recordando los viejos tiempos, apreté los dientes.

“No es mi baloncesto, sino el de esas niñas. Sólo pueden confiar en sí mismas para darse cuenta y decidir quién pone los límites.”

En el gimnasio, Haru refutó las palabras de Yō.

“¿Oh? Entonces yo también tengo algo que decir. ¿No es algo bueno para ti, Yō? Sólo porque eres alta, puedes jugar como lo haces.”

Lo dijo a propósito, pensé.

Esto es lo que Haru dijo una vez:

—No quiero tener envidia de lo que tienen los demás.

Seguro que esperaba que se dieran cuenta.

Haru podría ser más atlética que Sen y Yō, pero ellas tenían la altura que Haru nunca podría alcanzar por mucho que se esforzara.

No se puede pedir nada que no se tenga. Los que aspiran seriamente a la cima deben luchar desesperadamente con las armas que se les han dado.

No utilices el talento de los demás como excusa para no trabajar duro.

Eran cosas que Haru intentaba decirles de forma indirecta.

Por desgracia, sus sinceros pensamientos no eran más que ilusiones.

“Ha~. ¡Ya no puedo jugar más! Olvídalo, la gente con talento nunca entenderá los sentimientos de la gente que no lo tiene. Adelante, entra tú sola en el Inter-Escolar.”

Yō le dijo esas palabras a Haru, que tenía menos talento que nadie en el campo del baloncesto.

Como señalados por el sonido de la pelota golpeando el suelo, los demás miembros, liderados por Yō y Sen, salieron del gimnasio una tras otra.

“Parece que vamos a tomarnos una semana libre.” Dijo Misaki- sensei en un tono algo práctico. Me dio una palmada en el hombro antes de marcharse.

Parece que hoy sólo el equipo de baloncesto femenino le tocaba utilizar el gimnasio. De repente pensé que cuando el gimnasio estaba casi vacío.

Nanase, que se había quedado atrás, miró preocupada a Haru, y luego adoptó la postura de vice capitana y me miró con recelo.

“¿Puedo confiarte a Umi?”

Tras ver que la figura de cabello negro desaparecía en dirección a la sala del club, entré en el gimnasio.

Haru seguía sujetando el balón con ambas manos, sin moverse en absoluto, simplemente quieta.

Le pongo suavemente la mano en la espalda. “Haru…”

“¡Chitose!”

Giró la cabeza, haciendo lo posible por mantener la compostura mordiéndose los labios, para seguir pareciendo inflexible, decidida y no triste. Movió las comisuras de los labios e intentó sonreír.

“¿Qué debo hacer? No puedo luchar sin mis compañeras, no puedo volar sola, estoy incompleta pero—todas se han ido.”

Parecía desordenada y desestabilizada.

* * *

Haru se sostenía con los dos pies en el suelo, negándose aún a derramar una lágrima mientras yo la arrastraba a la fuerza hasta la azotea.

Nos sentamos de espaldas a la valla, con una botella de refresco frío entre los dos.

Haru se abrazó las rodillas como si intentara ocultar su rostro. En lugar de recoger el refresco, abrió la boca de forma alegre.

“Jeje, supongo que fui demasiado dura. Más tarde tendré que disculparme con ellas.”

Las cosas no eran tan sencillas, y ella lo sabía mejor que nadie. Sus compañeras de equipo la rechazaban de forma obvia.

—No podemos jugar al baloncesto contigo.

“Misaki-sensei dijo que el club se tomará un descanso de una semana.”

“… Ya veo. Probablemente sea algo bueno. Después de todo, hice que todas acataran mi egoísmo.”

“El partido de práctica contra la Secundaria Ashi se celebrará el próximo fin de semana, ¿verdad?”

Casualmente, el primer partido del club de béisbol era el sábado, y el partido de entrenamiento de baloncesto femenino se celebraría al día siguiente.

No hubo respuesta a mi lado.

“Lo siento, no me di cuenta de nada.”

“¿Qué quiere decir? No te he pedido ayuda. Este es nuestro propio problema.”

“Ser abandonado por tus compañeros de equipo… no, supongo que no tiene sentido hablar con la persona que abandonó a sus compañeros de equipo…”

“¡¡No es así!! ¡Yo sólo quiero ser como tú entonces—!”

El cielo era tan azul y claro, hasta el punto de que resultaba exasperante. Sin embargo, Haru, que sólo había levantado la cabeza un instante, no tardó en volver a bajarla.

Parecía un pez dorado negro con ojos de dragón en el festival, de repente pensé eso.

Todos querían atraparlo por un sentimiento de rareza, pero en realidad no eran más que torpes bamboleos agitados entre los brillantes peces dorados rojos que nadaban con tanta suavidad y destreza. Además, los feos ojos que sobresalían podían herirse fácilmente con el menor choque.

En serio, estos dos tipos de peces no deberían mezclarse en absoluto en el mismo acuario. Si fueran todos iguales, ningún pez se condenaría al ostracismo, nadie se quedaría fuera.

Aun así, elegimos vivir en un tanque así. Éramos muy torpes y nada listos.

Abrí la tapa del refresco.

“En serio, qué chica tan problemática.”

Apreté la botella con la palma de la mano, la agité violentamente antes de abrirla.

—¡PUSHUU!

Las salpicaduras estallan por todas partes, como el comienzo del verano.

“¡Esta frío!”

“Esto es una venganza por lo que pasó antes. ¿Te has calmado un poco?”

“¡Usar soda es hacer trampa! Ahora me voy a poner pegajosa.” “Tsk, la camiseta de prácticas no es transparente.”

“En serio…”

Cuando Haru por fin me miró, sonreí.

“—Como ganador de ese día, Chitose-kun te ordena que hables aquí arriba, ahora mismo.”

Haru jadeó.

El perdedor tendría que revelar lo que había en su corazón al ganador algún día.

Aquella tarde, cuando hicimos tal apuesta, la distancia a la que saltamos del columpio fue exactamente la misma, ni siquiera hubo un centímetro de diferencia.

“Un empate es aburrido, así que ¿por qué no decimos que somos ganadores y perdedores a la vez?”

¿Te acuerdas, Haru?

“Además, ¿no practicamos juntos? El problema de mi compañera también es mi problema.”

“¡——!”

Hacía tiempo que había llegado a su límite.

“¿Lo estoy haciendo mal? ¿Estoy haciendo sufrir a todo el mundo?

¿Sería mejor que todos nos lleváramos bien y practicáramos con moderación? Así, aunque al final perdamos, ¿podremos sonreír y decir que nos llevamos un buen recuerdo?”

Las palabras inundaron como si una represa se hubiese roto.

“No lo entiendo. ¿Cómo de serias tenemos que ser para aspirar ganar el Inter-Escolar? ¿Cuál es la cantidad adecuada de esfuerzo?

¿Dónde está la línea que separa un objetivo de una quimera?”

Tiré suavemente de su cabecita hacia mi pecho. La camisa se humedeció de inmediato, las emociones que había estado conteniendo durante tanto tiempo salieron a la luz.

“U-uu-hh.”

Sin embargo, seguía intentando desesperadamente reprimir sus sollozos, como si temiera que si los dejaba salir, todo se acabaría.

Esta chica es realmente fuerte.

“Lo siento, no sé la respuesta. Hui de ella incluso antes que tú.” “Chitose…. Siento haberte dicho palabras tan arrogantes.”

Las palabras de Haru pasaron por mi mente.

“—¿Tus compañeros de equipo no quieren unirse a ti? ¡Entonces usa tu pasión y tus habilidades para motivarlos! ¡Tienes que hacer que se den cuenta de que pueden hacer realidad sus sueños contigo!”

“Resulta que… yo tampoco puedo hacer eso…”

“—Todavía no se ha acabado.” Hablé con convicción. “Antes hemos hablado de si el trabajo duro siempre dará sus frutos o no,

¿verdad?”

“¿Qué…?”

“Sin duda son la misma cosa. ¿Realmente nuestra pasión, nuestras jugadas, nuestra actitud no se transmitieron a nuestros compañeros?

¿No conseguimos conmover a nadie, o sólo estábamos haciendo girar nuestras ruedas y empujando egoístamente a todo el mundo?”

“… ¿Chitose?”

Dicho esto, me levanté.

“Sólo podemos confirmar el final por nosotros mismos, ¿verdad?” Tendí la mano a mi preciada compañera. “Al menos, hay un tipo aquí que se conmueve con tu pasión.”

Por eso…

“—Yo también volveré a batear.”

Así que vayamos los dos y demos juntos la bienvenida al verano.

* * *

En el campo donde el club de béisbol acababa de terminar su práctica…

“¡Por favor, déjame jugar en el primer partido, te lo ruego!”

Hice una profunda reverencia a mi antiguo entrenador.

Once miembros del club de béisbol estaban de pie a nuestro alrededor, entre ellos dos miembros de primer año que yo no conocía.

Yūsuke, que iba con muletas y llevaba una escayola, habló apresuradamente.

“Oi, Saku, ¿por qué dices esto de repente?”

Fue Hirano quien respondió a la pregunta. “Todos nosotros… fuimos a pedirle ayuda.”

“¡Les dije que no hicieran eso!”

Tras un sordo thud, pude sentir la presencia de Yūsuke mientras se acercaba a Hirano.

“¡Esto no es sólo por ti! Pero… nos rechazó rotundamente.” “Entonces, ¿por qué?”

Los pasos irregulares de las muletas y una pierna acabaron acercándose, hasta que se detuvieron frente a mí.

“Por ahora, primero levanta la cabeza, Saku. ¿Por qué agachas la cabeza?”

“Porque no estoy haciendo esto por el club de béisbol.” Hablé sin vacilar. “No quiero ayudar a Yūsuke porque está lesionado, ni estoy persuadido por Hirano y los otros. Sólo quiero darle un cierre al verano pasado… por mí.”

“¿Qué quieres decir…?”

“Este es mi juego de jubilación, supongo.” “—Entiendo.”

Se oía la voz entrecortada del entrenador, que en algún momento me hizo sentir dolor. Por reflejo, me tensé.

Mi petición no le sorprendió demasiado.

Como esperaba, esos chicos no me habrían hecho una propuesta así sin consultar antes con el entrenador. No supe cómo le convencieron, pero al final se concedió el permiso.

Las palabras del entrenador continuaron.

“En otras palabras, Chitose sólo jugará en el primer partido de la semana que viene como bateador suplente, ¿estoy en lo cierto?”

“… Eso es correcto.”

“Si es así, no te consideraría miembro del equipo de béisbol. Eres un ayudante, es decir, un invitado de fuera. Así que levanta la cabeza.”

Hice lo que me decían y enderecé el cuerpo. Mis antiguos compañeros de equipo observaban ansiosos la situación.

Era   difícil   leer   las   emociones   del   entrenador en su  rostro inexpresivo, pero continuó con indiferencia.

“Para ser sincero, perder a Ezaki es una gran pérdida para el equipo. Y es cierto que es difícil ganar el primer partido en estas condiciones.”

Se puso la mano en la rodilla.

“Si estás dispuesto a ayudarnos, cuento contigo.”

… E inclinó profundamente la cabeza hacia mí.

Por un momento, me quedé paralizado ante la inesperada visión, sin comprender lo que estaba ocurriendo.

“Hirano y los demás parecen haber prometido estar de acuerdo con cualquier condición que propongas.”

Aquellas palabras me tomaron por sorpresa. Respiré hondo antes de abrir la boca.