Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: La Tejedora Enfadada Y El Vaquero Llorón

Parte 7

La inesperada respuesta me dejó sin palabras.

“Aun así, es completamente nuestra propia iniciativa venir a ti de esta manera y preguntar.”

Hirano volvió a inclinar profundamente la cabeza.

“Estamos dispuestos a disculparnos por lo que ocurrió entonces, tantas veces como quieras. Sé que es demasiado tarde, pero si tienes alguna condición, la aceptaremos, aunque sólo juegues el primer partido. Esperamos que Yūsuke, que ha trabajado duro este año, tenga la oportunidad de jugar. Te lo ruego, por favor ayúdanos.”

… Vaya, si tanto quiere mi respuesta…

Apreté los puños con toda la fuerza que pude reunir. “Para.”

“¿Eh?”

“—¡¡¡Deja de ser tan santurrón!!!”

Un incontrolable rugido de ira sonó detrás de mí. Haru, que había permanecido en silencio, se puso delante de mí.

Frente a Hirano, que era casi treinta centímetros más alto que ella, Haru le agarró el pecho con todas sus fuerzas.

“¿Por qué no hiciste eso cuando Chitose renunció?” Gruñó. “No conozco los detalles, pero si le consideran un camarada, ¿no estaría aun persiguiendo el sueño del béisbol con ustedes ahora mismo?”

“Eso es…”

“Si lo odias tanto que no hablas por él ni lo consuelas, puedo entenderlo. Si es así, ¡no le molestes más!”

Slap, Hirano apartó la mano de Haru.

“No sé quién eres, pero no entiendes nada de béisbol. Nunca has jugado con Saku, ¡qué sabrás tú!”

“Oh, no quiero ni saber lo que es ser un cobarde con mentalidad de perdedor.”

“¿Qué?”

“En el torneo del verano pasado, perdiste el ánimo en mitad del partido, ¿verdad? Igual que el resto de los jugadores. Entonces empezaron a preparar excusas, pensando que lo habían hecho bien contra un equipo tan fuerte. El único que aguantó hasta el último minuto y quiso ganar de verdad fue Chitose.”

“… Hice lo que pude en ese momento. Y convertí mi remordimiento de entonces en motivación y ¡practiqué durante todo un año!”

“Hmph, ¿entonces por qué estás aquí ahora? ¿No es Yūsuke el que está herido? Si ustedes no estaban mintiendo acerca de su remordimiento durante el último año, entonces ¿por qué no le cuentan acerca de cómo pueden llenar el hueco que él dejó? Después de todo, ustedes incluso pisotearon la última pizca de fuerza de voluntad que Yūsuke mostró—”

Podía oír el sonido de esa crueldad mientras Haru miraba fijamente a Hirano.

“¿Satisface tu enclenque autoestima ver caer a gente con más talento que tú?”

Puse mi mano suavemente en el hombro de Haru para mostrar mi mayor gratitud. “Lo siento, no cambiaré de opinión.”

“… Ya veo, siento haberte quitado tu tiempo.”

“¡Hirano!” Le llamé mientras me daba la espalda con la cabeza gacha.

“No lances una slider^[14] hasta que entre el tercer bateador. Con la actual alineación de bateo de la Secundaria Etsu, una combinación de una recta fácil de batear, una recta a toda potencia y una bola curva será suficiente. Después de que el bateador entre en la tercera ronda, lanza la slider con todas tus fuerzas. Encuentren la forma de anotar primero, y el partido estará decidido antes de que se familiaricen con tu enfoque. Eso es todo, si realmente has mejorado respecto a hace un año.”

“… Ese enano tiene razón. Ciertamente no soy capaz de congeniar contigo.”

“Ciertamente. Morderé mi pañuelo y lo lamentaré después, así que debes ir al Koshien.”

Mientras los observaba salir de la azotea con toda la compostura que pude reunir, me encontré agarrado con fuerza al hombro de Haru.

Sus palabras sobre Yūsuke seguían clavadas dentro de mí como espinas, atravesando mi corazón con dolor.

No decírmelo, ¿eh?

Haru puso suavemente su mano sobre la mía. “Chitose, hoy no vayas solo a casa.”

No entendí qué quería decir con eso, así que me limité a instarla en silencio a que continuara…

“Espérame hasta mis actividades después del club. Tengo un sitio que quiero enseñarte.”

Me suelta la mano y me da un codazo en el estómago antes de marcharse.

“Eso duele, tonta.”

Me tumbé en el suelo, mirando al cielo con colores veraniegos que me daban ganas de salir corriendo.

* * *

Habían pasado unos treinta minutos desde que me reuní con Haru, que había terminado sus actividades en el club.

Por alguna razón, llegamos al monte Asuwa.

Aunque era una montaña, era fácil de escalar incluso para los estudiantes de secundaria que volvían de la escuela si querían. Recordé que la altitud era de unos cien metros más o menos.

Fuimos juntos en la bici de cross de Haru hasta que llegamos a la mitad del camino, y luego subimos la montaña codo con codo después de llegar a la cuesta arriba que era demasiado dura para pedalear.

Finalmente llegamos a la plataforma de observación, que tenía un aparcamiento, una pequeña casa de té y una comisaría provisional que no sabía que seguía en uso. Había dos grandes bancos rectangulares sin respaldo, donde varias personas podían sentarse alrededor, o tumbarse si querían, mirando en la dirección de la vista nocturna.

La montaña también tenía un museo de historia natural y un zoo, y yo recordaba con cariño haber venido aquí con mi familia cuando era niño.

De alguna manera, ya eran más de las ocho de la noche.

A estas horas a mitad de semana, no venía mucha gente. La casa de té parecía haber cerrado hace tiempo, y allí no había ni una sola persona, salvo nosotros.

Había luces esparcidas por el borde de la carretera, parpadeando irregularmente.

Le entregué un café en lata que había comprado en una máquina expendedora a Haru, que estaba sentada en un banco, y me senté a su lado.

“Este es un lugar agradable, ¿no?”

Tirando de la lengüeta de la lata, respondí. “Hacía años que no venía por aquí. Y puede que sea la primera vez que puedo ver la vista nocturna desde aquí.”

“Vengo aquí a menudo.”

Haru se levantó y se apoyó en la barandilla para contemplar el paisaje urbano.

“Cada vez que me siento mal por las actividades de mi club, que me siento frustrada, que siento que me estoy perdiendo… y cuando siento que no puedo afrontar el mañana… vengo aquí.”

“Así que tú también tienes esos momentos.”

“Juego al baloncesto a pesar de mi altura, ¿verdad? Me he enfrentado a esos momentos desde que era una niña, así que…” Se llevó ambas manos a la boca, creando la forma de un megáfono. “Siempre vengo aquí y grito. Gritaré con todas mis fuerzas, como si estuviera maldiciendo al río Asuwa que fluye por allí como la gran idiota de Aomi.”

“No te desahogues con el río, ve a quejarte al mar (umi)

Sabía que estaba bromeando sobre su apellido y el nombre Aomi, pero sólo imaginarme la escena me hizo sonreír y no pude evitar soltar un comentario desenfadado.

“Es difícil aspirar a lo más alto, pero…” Se volvió hacia mí y continuó: “Estoy agradecida de tener buenos amigos en mi vida. Ahora tengo a Nana, Sen y Yō, que están dispuestas a seguirme a pesar de sus quejas. Como dijo Mai, sin duda estoy incompleta como jugadora. Hay un límite a lo que puedo hacer por mí cuenta, pero mientras una mis manos a las de ellas, nunca perderé la próxima vez.”

Tras decir esas palabras con firmeza, Haru volvió a sentarse a mi lado y posó suavemente sus manos sobre las mías en el banco.

Las manos superpuestas estaban calientes, increíblemente calientes.

“¿Te acuerdas de nuestra apuesta, Chitose? Fue cuando estábamos en los columpios por la tarde.”

“El perdedor tendrá que revelar lo que hay en su corazón al ganador algún día, ¿verdad?”

Haru colocó nuestras manos, aún superpuestas, sobre sus muslos, acercándose para llenar el hueco que nos separaba. Las dos figuras sombrías, que se oscurecen y se difuminan con las luces parpadeantes, se funden en una sola.

Entonces, se encaró conmigo. “—Como ganadora de ese día, Haru- chan te ordena que hables aquí arriba, ahora mismo.”

Sonrió.

Clank, la canica rodó en algún lugar dentro de mi corazón, un sonido muy débil por estar encerrada en una botella de cristal durante mucho tiempo.

“No te preocupes.”

Me apretó la mano, que seguía siendo cálida y suave.

“Encontraré la forma de hacerte sonreír si sientes dolor. Estaré a tu lado si necesitas llorar, y me enfadaré contigo si eres infeliz. Te reñiré si tienes miedo, y te apoyaré cuando no puedas levantarte.”

—por eso, háblame.

Ah, fue deslumbrante.

La carga que llevaba sola desde hacía mucho tiempo, tal vez pudiéramos compartirla juntos.

La sombra que había estado persistiendo en mi corazón durante mucho tiempo, tal vez podría ser barrida por ella.

Con su sonrisa a mi lado, tan brillante y fuerte como el sol.

* * *

Era abril del año pasado.

Diez estudiantes de primer año se habían unido al club de béisbol de la Secundaria Fuji.

Todos ellos habían jugado al softball en la escuela media, pero Yūsuke, Hirano y yo éramos los únicos que habíamos jugado de forma regular.

Fue cuando terminé de presentarme en el primer entrenamiento.

“Es   un   sueño   hecho   realidad.   Con  esta  alineación, tenemos bastantes posibilidades de aspirar a lo más alto.”

Recordé los ojos brillantes de Yūsuke cuando dijo eso. “Hagámoslo, amigo

Eso fue, en efecto, lo que respondí en aquel momento.

De hecho, fue un milagro que aquellos jugadores se reunieran en una secundaria que no era muy conocida por su club de béisbol.

Por supuesto, el equipo era muy inferior a los de otras escuelas privadas fuertes que reclutaban a los mejores jugadores de dentro y fuera de la prefectura, y con la marcha de los senpais de tercer año, seguía faltando mano de obra, por lo que aún teníamos muchas incertidumbres. Sin embargo, siempre y cuando pudiéramos reclutar nuevos estudiantes el año que viene y el siguiente mientras reforzábamos nuestro poder, este equipo tenía potencial para llegar a lo más alto.

Al igual que nuestra generación, los alumnos de tercer curso de aquella época competían con sólo diez jugadores y, por decirlo sin rodeos, no eran un equipo muy fuerte.

Era fácil imaginar lo dura que fue la batalla, ya que el senpai que llevaba el número del as a la espalda nunca había lanzado antes de la secundaria.

Me sorprendió que no hubiera estudiantes de segundo año en el club, y me sorprendió de nuevo cuando me enteré de que los ocho estudiantes que habían estado originalmente en el club lo habían dejado a la vez.

Sin embargo, una vez iniciada la práctica, pronto me di cuenta de la razón por la que esto ocurría.

El entrenador, Wataya-sensei, era un instructor a la antigua usanza, lo cual era raro hoy en día.

Aunque no prohibía a los jugadores beber agua durante los entrenamientos, estaba convencido de que su forma de ver a los jugadores era absolutamente correcta y a menudo obligaba a los jugadores a cambiar sus posiciones defensivas o sus estilos de juego.

Gritaba a los jugadores cuando le llevaban la contraria y, como castigo, solía suspenderlos de los partidos durante un tiempo.

Incluso en esta época, seguía pateando a un jugador inmediatamente si cometía un error. En medio de un partido, seguía pidiendo a los jugadores que corrieran o que saltaran como ranas, humillándolos a propósito en lugares llamativos.

“Piensen que es un proceso necesario si quieren aspirar a lo más alto, sea cual sea el método”, dijo.

Haciéndoles creer que este era el camino al Koshien.

Sin embargo, la mayoría de sus palabras y acciones eran abuso verbal irrazonable o irracionalidad impulsada por la emoción.

Solíamos pasar el rato después de los entrenamientos en el parque, en el cauce del río, en Hachiban y Takokyū, quejándonos del entrenador. Pero al mismo tiempo, seguíamos charlando sobre nuestros sueños.

“—Hey, Saku. Sé por haber practicado contigo que eres genial.” “Huh, ¿qué te pasa, Yūsuke? ¿Por qué tan de repente?”

“Escúchame. Contigo como tercer bateador, aunque el rival tenga el nivel de un lanzador as clase Koshien, será improbable que pueda suprimirte por completo. Aunque sigo siendo sólo un bateador medio en Fukui, pero si al menos puedo convertirme en el cuarto bateador que pueda devolverte a home cuando llegues a la base, ambos podremos anotar una carrera. Por lo demás, podemos dejártelo a ti, Hirano.”

“Sí, aunque sólo soy un bateador de segunda, no soy malo como lanzador. Si puedo mejorar hasta el punto de competir con los mejores lanzadores… ustedes anotarán las carreras y yo los mantendré a raya.