Rebuild World (NL)

Mientras Akira caminaba por las ruinas, se topó con una casa que destacaba entre los edificios en ruinas que la rodeaban. El edificio estaba tan desgastado como el resto, pero su tamaño y diseño denotaban la opulencia de quienes habían vivido allí. Y como una mansión tan suntuosa podría albergar aún valiosas reliquias, aparcó su moto y fue a investigar.

Sus esperanzas se desvanecieron rápidamente. La mansión contenía tantas habitaciones como su enorme tamaño le había hecho esperar, pero casi todas estaban vacías. Innumerables cazadores anteriores, poseídos por el mismo pensamiento, habían corrido a despojar la casa de objetos de valor. Rápidos en suponer que cualquier cosa que se encontrara en una residencia tan lujosa tendría un alto precio, los saqueadores se habían llevado incluso los artefactos casi sin valor a los que ningún cazador habría echado un segundo vistazo en un entorno más sucio. Sólo quedaba polvo y suciedad.

Akira siguió buscando obstinadamente, pero lo máximo que encontró en cualquier habitación fueron fragmentos de muebles rotos. Sus inspecciones se volvían más someras con cada fracaso. Finalmente, se hartó de perder el tiempo en cámaras vacías. Estaba a punto de pasar por la siguiente tras echar sólo un vistazo al interior cuando Alpha le llamó para que se detuviera.

Espera, Akira. Entra en esa sala.

Hizo lo que le dijeron y echó un vistazo más de cerca. Alpha no se habría molestado en darle órdenes a menos que hubiera algo que encontrar, supuso, así que inspeccionó todos los rincones que se le ocurrieron. Pero por mucho que lo intentara, no encontró nada que sugiriera que era algo más que otra habitación vacía.

“¿Qué tiene de especial este lugar?”, preguntó, con el ceño fruncido. “Aquí no hay nada.”

Hay una especie de puerta oculta, le corrigió Alpha. Creo que conduce a una habitación secreta, probablemente un sótano.

El polvo se había acumulado en las ranuras del suelo de baldosas, pero Alpha destacó una sección con un contorno verde cuando Akira enfocó el punto que señalaba. Se acercó y se agachó para mirar más de cerca. Al encontrar una ranura menos polvorienta que el resto, deslizó los dedos en ella y levantó una baldosa. Ocultaba un asa.

“¿Esto es?”, preguntó. “¿Cómo lo encontraste?”

Analicé los datos de tu escáner con mi avanzada capacidad de cálculo. ¿Impresionado? La sonrisa de Alpha prácticamente pedía un cumplido.

“Sí, lo estoy.”

¿Qué, ningún comentario sarcástico? preguntó ella, sorprendida por su franca respuesta.

“¿Eh? No. Quiero decir, eso fue realmente algo.”

Ojalá fueras así de directo la mayoría de las veces.

“¿Cómo cuándo?”

Bueno, por ejemplo… Alpha sonrió seductoramente.

Akira sabía a dónde iba esto. “¡No te cambies de ropa!”, gritó. “¡O te las quites!”

Alpha se rió burlonamente, pero siguió con la ropa puesta. Aunque él no se dio cuenta, ella había utilizado este intercambio para medir sus reacciones. Al contrario de lo que ella esperaba, él no había rechazado su petición de elogios como solía hacer. Esta diferencia entre la predicción y el resultado significaba que sus observaciones sobre Akira y su comprensión de su personalidad eran todavía insuficientes. Tendría que estudiarlo más a fondo y revisar su modelo de predicción, decidió, sin permitir que sus cálculos se reflejaran en su rostro sonriente.

Akira soltó el aliento y agarró la manilla del suelo.

Abrió la trampilla y descendió al sótano. La cámara subterránea carecía de fuentes de luz, y no podía confiar en la escasa iluminación que se filtraba a través de la entrada desde la tenue sala de arriba. Encendió su luz portátil, con la esperanza de que esta cámara oculta contuviera aún algo de valor.

Pero cuando el resplandor creado por el hombre disipó la oscuridad de largos años, sólo reveló un espacio vacío delimitado por hormigón en todos sus lados. Aparte de las paredes, el suelo y el techo, no se veía nada más que polvo, y poco incluso. Akira se volvió hacia Alpha con una muda decepción.

Es una pena, pero alguien debe haber encontrado este lugar y lo ha limpiado antes que nosotros, dijo con una alegría forzada. No me culpes a mí.

No lo hizo, pero le pareció divertido su tono defensivo — no todos los días Alpha ponía excusas. Así que, medio en broma, expresó el primer pensamiento que se le ocurrió.

“Oye, ¿y si hay otra puerta oculta aquí?”

No detecto ninguna, pero ¿por qué no mirar alrededor, por si acaso? Si hay una puerta que no encuentro, entonces el problema es la sensibilidad de tu escáner. Intenta acercarlo lo más posible a las paredes y al suelo.

Como su respuesta dejaba lugar a la esperanza, Akira investigó más. Su nariz prácticamente rozaba las paredes mientras las inspeccionaba en busca de huecos. Se arrastró por el suelo, en busca de puntos libres de polvo. Pero no encontró nada que sugiriera siquiera una puerta secreta.

“No tengo nada”, dijo. “¿Y tú, Alpha?”

Lo siento, pero yo tampoco veo nada.

“Será mejor que nos vayamos, entonces.”

Akira apagó su luz y comenzó a subir la escalera de salida. Pero entonces se detuvo, se acercó y cerró la trampilla. Sin una fuente de luz, el sótano volvió a la oscuridad absoluta. Akira recorrió la habitación con la mirada, pero no pudo ver nada.

“No ha habido suerte, ¿eh?”, dijo. “Pensé que podría ver la luz brillando a través de una grieta. Aunque, ahora que lo pienso, eso no funcionaría bajo tierra, de todos modos.”

Finalmente se había dado por vencido. Pero justo cuando estaba a punto de volver a la habitación de arriba, Alpha le sorprendió con un alegre anuncio.

En realidad, he encontrado algo.

Akira podía verla con claridad, incluso en plena oscuridad, ya que sus datos visuales se superponían a su vista. Pronto, también tuvo una visión incolora del sótano.

Acabo de aumentar tu visión con un vídeo que he hecho a partir de los datos que recoge tu escáner, explicó Alpha. Está en blanco y negro, pero debería ser suficiente para orientarse.

Ver su vibrante figura en la sala monocromática le produjo a Akira una extraña sensación, como si estuviera viendo una película en blanco y negro con un único elemento coloreado.

“Ahora puedo ver con claridad”, dijo. “¿Qué encontraste?”

Alpha señaló el suelo, que tenía un diseño de dos huellas humanas dentro de un círculo, indicando un lugar para estar de pie.

Está dibujado con pintura transparente y fosforescente. Parece evidente ahora que lo resalto, pero el brillo es en realidad tan tenue que apenas puedo detectarlo, incluso en la oscuridad total con el escáner al máximo de sensibilidad.

“¿Se supone que debo quedarme aquí?” preguntó Akira. “¿Qué hace algo así en un sótano?”

No tengo ni idea. No tengo todas las respuestas.

“Bueno, hemos tardado en encontrarlo, así que podría probarlo.”

Akira plantó sus pies sobre la marca en el suelo. Un instante después, vio a una mujer vestida de sirvienta. Al igual que Alpha, aparecía con colores vivos en medio del paisaje en escala de grises.

Se asustó, pero supuso que se trataba de una obra más de Alpha. Sin embargo, cuando se volvió hacia su compañera, ésta le dijo: Supongo que una reacción era demasiado esperar.

Akira frunció el ceño. “Alpha, ¿cuál es la gran idea?”

¿Qué quieres decir? Ella parecía desconcertada, como si no tuviera ni idea de lo que estaba hablando.

“Ya sabes a qué me refiero. La señora de enfrente—”

Antes de que pudiera terminar la frase, Alpha tomó el control de su traje, sin tener en cuenta el esfuerzo que suponía para su cuerpo, y le obligó a salir del círculo a toda velocidad. Akira no pudo seguir el ritmo. Sentía como si una fuerza invisible lo hubiera arrojado a un lado, y su cuerpo le dolía de pies a cabeza.

“¡¿Para qué fue eso?!”, espetó, mirando con resentimiento a Alpha.

Pero Alpha ignoró su pregunta. ¿Te duele la cabeza? preguntó ella, con un aspecto mortalmente serio. ¿Tienes náuseas o problemas de concentración? ¿Puedes oír mi voz? ¿Puedes verme con claridad?

“Yo… estoy bien”, dijo él, sorprendido por su pánico, pero ansioso por calmarla. “No me duele la cabeza, no tengo ganas de vomitar y tengo la mente despejada. Sólo me he dado unos cuantos golpes.”

Entiendo. Me alegro. El alivio de Alpha era palpable, pero seguía pareciendo grave. Por su actitud, Akira dedujo que acababa de estar en peligro, aunque no sabía cómo — y aunque había escapado por ahora, aún no estaba fuera de peligro.

Akira, ¿todavía puedes ver a la persona que mencionaste antes? preguntó Alpha.

Miró hacia donde había estado la mujer, pero había desaparecido sin dejar rastro.

“No, ya no”, dijo. “¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué tenías tanta prisa?”

Estoy a punto de explicarlo. Puede que hayas tenido un roce con la muerte hace un momento.

“¿M-Muerte? ¿De qué estás hablando?”

¿Recuerdas cuando te dije que tu cerebro es capaz de una especie de comunicación inalámbrica? Las personas con esa capacidad se llaman Usuarios de Dominio Antiguo, y los efectos negativos de usarla podrían haberte matado.

Eso dejó a Akira atónito. Para ayudar a calmar sus nervios, Alpha le dio cuidadosamente una explicación más detallada. El Viejo Dominio era una red de comunicaciones que se creía que unía las instalaciones supervivientes del Viejo Mundo a través del Este. Los Usuarios del Viejo Dominio podían acceder a esta red sin utilizar el equipo especializado que la gente normal requería para hacerlo.

Y tú eres uno de esos usuarios, aunque dudo que te des cuenta, añadió . Por eso eres capaz de percibirme y cosechar los beneficios de mi apoyo.

Akira no se sorprendió precisamente al saber que había algo inusual en él. Alpha ya le había dicho algo parecido cuando había cuestionado su capacidad de verla y oírla.

“Entonces, ¿qué tiene que ver eso con que casi me muera?”, preguntó con suspicacia. “Incluso si esa mujer era algo que sólo los usuarios pueden ver, ¿cómo la hace eso peligrosa? Ya me habría muerto por mirarla si eso fuera todo lo que se necesita.”

No todos los Usuarios son iguales. La cantidad y el tipo de información que cada uno puede extraer del Viejo Dominio varía enormemente. Resulta que tú y yo somos altamente compatibles. Alpha no se explayó sobre las consecuencias de que un Usuario incompatible la viera. La mujer que viste era probablemente una imagen almacenada en el Viejo Dominio. En el Viejo Mundo, los seres incorpóreos como ella ayudaban a la gente de muchas maneras a través de hologramas y realidad aumentada.

La mayoría de los llamados “fantasmas del Viejo Mundo” entraban en una de estas categorías. Ofrecían a cualquiera que pudiera verlos orientación en las ruinas. Pero como sus datos llevaban mucho tiempo sin actualizarse, se habían convertido en fuentes de confusión, engañando a los exploradores hacia montones de escombros o guaridas de monstruos.

Estos sistemas servían de guías, recepcionistas, vendedores, secretarios básicos, etc. Una forma visible no era estrictamente necesaria, añadió Alpha, pero a la gente le resultaba más fácil interactuar con los sistemas de esa manera.

Akira comprendía el peligro de seguir ciegamente a estos “fantasmas”, pero eso no explicaba por qué Alpha lo había apartado. “Pero ver una de esas cosas no es el fin del mundo, ¿verdad?”, preguntó, confundido. “¿Por qué estabas tan desesperado por sacarme de allí?”

No pude detectar a la persona que viste. ¿Qué aspecto tenía?

“Una mujer vestida como una sirvienta. No parecía peligrosa.”

Porque ella no está destinada a serlo. El problema es que ella es un sistema del Viejo Mundo y probablemente no considere las necesidades de los humanos modernos. La expresión de Alpha se endureció . Como puedes verla, puede asumir erróneamente que puedes procesar cualquier transmisión que te envíe. Eso es suficiente para ponerte en peligro.

Akira se estremeció ante su mirada severa — la misma que utilizaba cuando le alertaba de amenazas en combate. “Entonces, ¿qué hay de malo en que se haga una idea equivocada?”, preguntó.

Supongamos que la mujer que has visto es una IA que supervisa esta mansión y te pregunta si necesitas información sobre ella. ¿Cómo responderías?

“Diría ‘Sí’, o quizás ‘Sí, por favor.’”

Entonces podrías morir fácilmente.

“¡¿Sólo por eso?!” Akira no pudo evitar alzar la voz en señal de sorpresa.

Te lo dije, probablemente no tenga en cuenta las necesidades de los humanos modernos, repitió Alpha con énfasis. Puede que te envíe una gran cantidad de datos sobre este edificio.

Un resumen del Viejo Mundo sobre una sola casa podría seguir siendo una cantidad extraordinaria de datos para los estándares modernos, explicó. Incluso si Akira sólo pidiera mapas y planos estructurales, podría verse inundado de detalles suficientes para calcular el movimiento de hasta la última molécula.

Si tiene suerte, su cerebro tratará cualquier información que supere su capacidad como ruido y la ignorará. Si no la tiene, y trata de procesar todo, correrá un alto riesgo de muerte cerebral. Por lo visto, muchos usuarios mueren de esa manera.

Akira se quedó sin palabras. Le llevó algún tiempo superar su shock. Empezó a respirar profundamente. Alpha esperó a que calmara sus nervios.

¿Ya estás más tranquilo? preguntó al fin.

“M-Más o menos”, respondió él. “Alpha, ¿cómo debo responder a esa pregunta?”

Me alegro de que lo preguntes. Te sugiero que digas que no. También podrías intentar pedir los datos en un formato que puedas procesar visualmente o como un archivo de imagen simplificado. Otras opciones son explicar un tipo de archivo que tu terminal de datos reconozca y solicitar recibirlo allí.

Si existiera una imagen de resolución infinita, un vistazo a ella sólo arrojaría una cantidad infinitesimal de información. Pedir que los datos sean visualmente comprensibles ponía un límite a su cantidad. Mientras tanto, sobrecargar su terminal podría romper el dispositivo, pero no podría dañar a su propietario.

“¿Y mientras diga una de esas cosas, estaré a salvo?”

No. Estas precauciones sólo le ofrecerán algunas protecciones contra los sistemas educados que buscan su consentimiento. No te servirá de nada si te envían los datos sin pedirlo como un “regalo”.

Incluso en la actualidad, los anuncios se reproducen a menudo sin esperar el permiso. Una ventana emergente con el volumen de una transmisión de datos del Viejo Mundo podría condenar a Akira en el momento en que pusiera los ojos en ella.

“Entonces, ¿se me acabó la suerte si eso ocurre?”, preguntó, y su ceño se frunció al comprender por fin por qué Alpha había tenido tanta prisa en moverlo. “¿No hay nada que pueda hacer?”

Acababa de enterarse de que era un Usuario de Dominio Antiguo y de que esa habilidad conllevaba un riesgo de muerte instantánea. Después de todo eso, no quería escuchar que no había nada que pudiera hacer al respecto. Su deseo de una solución era evidente en su rostro.

Entonces, un cambio abrupto se apoderó de Alpha.

¿Puede, Alpha, actuar como relé con respecto a la información entrante de las fuentes de la red con el fin de evitar daños fatales en el soporte vital del Sujeto? preguntó, con una mirada impersonal que Akira reconoció. Los procedimientos específicos comprenden, en primer lugar—

“Puedes”, la interrumpió Akira, recordando la última vez que había actuado así.

El consentimiento quedó registrado. En su habitual tono alegre, añadió: Bueno, ahora tienes un filtro, así que no te preocupes demasiado.

“Eso fue otra vez, ¿no? ¿La molesta burocracia con la que tenías que lidiar antes?” preguntó Akira, secretamente aliviado de que volviera a ser la de siempre. “¿Y no pudiste hacerlo antes porque necesitabas permiso para pedirlo?”

Más o menos. Antes me dabas el visto bueno para hacer muchas cosas, pero todavía había muchas más que el permiso no cubría.

“No me digas que aún hay más cosas que no puedes hacer.”

Sí, montones, aunque no quiero ni puedo decirte los detalles. ¿Supongo que puedes adivinar por qué? dijo ella, sonriendo significativamente.

“Sí, lo sé”. Akira le devolvió la sonrisa. “Tardaría cien años en explicarlo, y aún no se te permite sacar el tema, ¿verdad?”

Alpha sonrió. Me alegro de que estemos de acuerdo.

Un rastro de exasperación apareció en la sonrisa de Akira, pero se sintió aliviado ahora que corría un riesgo mucho menor de caer muerto de repente. Después, preparándose, encendió la luz, devolviendo el color a la habitación, y volvió a la marca en el suelo. Una vez más, apareció la mujer vestida de sirvienta.

Parecía completamente real mientras permanecía en silencio ante él, con una agradable sonrisa en su encantador rostro. Su uniforme blanco y negro, que parecía fuera de lugar en el monótono sótano, estaba acentuado con volantes de moda que no tenían ninguna utilidad práctica. Se había utilizado una gran cantidad de tela de aspecto caro en el traje, que ocultaba por completo su suave piel por debajo del cuello. Sus zapatos negros apenas se veían por debajo del dobladillo de la falda, y sus manos estaban enfundadas en guantes blancos. El larguísimo lazo que sujetaba su pelo negro flotaba desafiando la gravedad. Pero a pesar de las apariencias, la mujer no tenía presencia física.

Akira miró con curiosidad a este ser que se parecía a Alpha.

“Has dicho que no puedes verla, ¿verdad, Alpha?”, preguntó.

No te preocupes, respondió Alpha. Obtener su consentimiento solucionó ese problema. Pero ella no puede detectarme, así que ve con cuidado.

“Entendido. Entonces, para ella, debo parecer que estoy hablando solo.”

Asumiendo que ella pueda verte. Si ella es sólo datos visuales, entonces bien podría ser un cartel con forma de mujer.

“Ahora que lo mencionas, no se ha movido. Er, ¿puedes oírme?”

La mujer respondió a la pregunta de Akira con una cortés reverencia.

Es un placer conocerle, señor, dijo. ¿Desea registrarse como nuevo usuario?

Akira no entendió la pregunta, pero recordó las advertencias de Alpha y decidió negarse por el momento.

“No”, dijo. “Sólo me gustaría preguntarte unas cuantas—”.

Como desees. Espero ansiosamente su patrocinio. La mujer se inclinó de nuevo ante Akira y luego desapareció.

Pasó un momento en silencio. Entonces, él dijo: “¿Qué fue eso?”

Es incorpórea, responde al habla y desaparece cuando la rechazas, respondió Alpha. ¿Por qué no retroceder un momento y vuelves a intentarlo y decirle que considerarás su oferta, pero que te gustaría tener más detalles?

“Merece la pena intentarlo.” Akira se retiró. Cuando volvió a situarse en el mismo lugar, la mujer reapareció. “Me gustaría hacerle algunas preguntas.”

Una vez más, la mujer cobró vida y se inclinó.

Es un placer conocerle, señor, dijo. ¿Desea registrarse como nuevo usuario?

Dijo Alpha. Estoy interesado, pero me gustaría saber un poco más. ¿Le importaría responder a algunas preguntas?

La mujer, sin embargo, no respondió.

Bueno, eso no funcionó. Akira, saca tu terminal.

Akira lo hizo, y Alpha habló a través de sus altavoces.

“Me gustaría considerar mis opciones, y me ayudaría que enviaras tus datos a este terminal. ¿Puedes hacerlo por mí?”

Su voz sonó claramente — ya no era telepatía sólo para los oídos de Akira. Sin embargo, la mujer seguía sin responder.

Parece que eso tampoco funcionará, dijo Alpha. Ahora inténtalo tú.

“Me gustaría que enviara sus datos a esta terminal. ¿Puedes?” repitió Akira.

Ciertamente, respondió por fin la mujer . Le agradezco sinceramente su interés.

Akira miró su terminal de datos, pero no hubo ningún cambio que pudiera ver.

No hay rastro de datos entrantes, le informó Alpha . Por desgracia, debe de estar en un formato que este terminal no puede recibir. ¿Qué quieres hacer ahora? ¿Renunciar y volver a casa?

“¿Qué más podemos hacer?”

Podríamos intentar acceder a la información a través de ti. Si puedes verla, debes ser capaz de recibir datos de ella. Pero como dije antes, hay riesgos. Haré todo lo posible para minimizarlos, pero no doy garantías. ¿Qué dices?

Akira reflexionó brevemente. “Lo haré. Hemos llegado demasiado lejos para irnos sin aprender nada. Siempre me preguntaría qué me he perdido. Además, soy un cazador — el peligro viene con el territorio.”

Muy bien. Dale órdenes estrictas de que te envíe los datos poco a poco. Y sal de ahí inmediatamente si te sientes extraño de alguna manera; probablemente no pueda transmitirte a menos que estés parado en ese lugar.

Akira se armó de valor y dijo: “Envía los datos tan despacio como puedas, pero a mí, no a mi terminal.”

Ciertamente, la mujer respondió, haciendo una nueva reverencia. Ahora comenzaré la transmisión.

Akira se preparó para actuar inmediatamente si algo iba mal. Pero, a pesar de su determinación, no experimentó nada especialmente fuera de lo normal — ni dolores de cabeza, ni náuseas, ni pérdida de concentración o visión borrosa. Se quedó perplejo, preguntándose si uno de esos problemas de compatibilidad que había mencionado Alpha le había impedido recibir datos adicionales.

Todo listo, Akira , anunció Alpha con despreocupación. Ya estás libre de sospecha.

“¿Termino?”, repitió. “Pero no sentí nada.”

Una vez que se puso en marcha, arreglé las cosas para poder recibir los datos directamente sin pasar por ti. No quería involucrarte en la transmisión más de lo que podía ayudar, así que al principio me limité a intercambiar información de contacto, y ahora puedo ponerme en contacto con ella y hacerle preguntas directamente. Al menos, esa es la versión sencilla.

“Oh, está bien. ¿Qué era esa mujer, de todos modos? Ha vuelto a desaparecer.”

Es una larga historia, así que dejémoslo por hoy y volvamos a casa. No ganarás dinero con esto directamente, pero tenemos mucho que mostrar por nuestras molestias. Hemos tenido un día sorprendentemente productivo, teniendo en cuenta que sólo planeamos dar a su escáner una prueba.

“¿De verdad? Bueno, si tú lo dices. Cuéntamelo luego.”

Akira salió del sótano satisfecho. Arriesgar su vida había valido la pena, aunque aún no estuviera seguro de cómo.