Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Iris colocó una hoja de papel encima de su mesa en el despacho de l a Directora de Sucursal.

—Solíamos hacer que cada año asistieran todos los examinadores, pero esta vez sólo serás tú, Roland. ¿Está bien?

—¿Qué es esto?

—Es información sobre el seminario de supervisores que se celebra en la capital real cada año. Los empleados del gremio que supervisan los exámenes de los aventureros se reúnen desde las diferentes tierras y comprueban el plan desde la sede, tienen conferencias, ese tipo de cosas.

La idea era mejorar los supervisores para crear mejores aventureros.

El año pasado habían ido varios de nuestra sucursal, entre ellos Maurey. Sin embargo, recientemente me había convertido en el único supervisor de pruebas, por lo que haría el viaje solo.

—No va a ser nada tan difícil, así que disfruta en la capital— me dijo Iris, y luego me indicó que me preparara.

Una Rila de aspecto aburrido vino conmigo.

—Hmm. Los humanos son tan quisquillosos.

Mientras estaba en su forma de gato, leyó la guía del seminario en mi mochila.

—Es sensato asegurarse de que la gente de la cadena ejecuta sus políticas— respondí.

Incluso conseguir un nivel mínimo de competencia era lo suficientemente importante como para justificar el evento.

Rila bostezó. —Bueno, eso no me importa. Terminemos esto rápidamente y comamos algo sabroso en la capital.

Habíamos ido allí sólo una vez después de que informara de la muerte del Señor Demonio, pero nuestra estancia había sido breve.

—Esto no son vacaciones, pero supongo que está bien.

La convención era de dos días. Según el programa, habría tiempo suficiente para pasearse.

—Esperaba que sólo nos arreglaran un alojamiento barato, pero parece que me equivoqué— comentó Rila mientras hojeaba las páginas del folleto del seminario.

—Sí, el Gremio de Aventureros tiene un buen lugar— respondí.

—Entonces lo espero con ansias…

Ahora que lo pienso, puede que esta haya sido la primera vez que hicimos algo de un viaje juntos.

—Me pregunto cómo será una ciudad de una nación humana.

—No es nada digno de mención.

—Eso no debería ser un problema. Haré lo que me plazca mientras tú trabajas.

◆

Tras un rato a caballo, divisé las escarpadas murallas de la capital. Cruzamos el puente levadizo sobre el foso. Mostré a los guardianes de la puerta mi invitación, me informaron de las normas que debía seguir y entré.

—Te han dado una buena advertencia—

—Sí. Parece que algunos demonios aún persiguen a la princesa Almelia. Aparentemente, lanzaron algún tipo de ataque mental.

—…¿De verdad? Hmm. Supongo que eso pondría en guardia a cualquiera…— Rila me miró varias veces.

—¿Pasa algo?— Pregunté.

—No, en absoluto— Esta vez, se rió para sí misma.

— ¿… ?

No parecía que fuera a explicar su comportamiento, así que me dirigí directamente a los establos y dejé allí mi caballo. Luego busqué la posada que el gremio había reservado.

Después de explicar al propietario para qué estaba allí, me llevaron a una habitación.

Rila me había dicho que daría un paseo por la ciudad, así que la convertí en su forma humanoide.

—Según ese horario, no estarás disponible hasta la cena, ¿verdad, bribón?

—Parece que sí.

—Encontraré un establecimiento, entonces. Y allí me divertiré a tope— Rila agitó su sedoso cabello, haciendo un gran espectáculo, y luego se fue.

Dejé mis cosas en la habitación y me dirigí a la sede del Gremio de Aventureros.

Aunque había visto la solemne estructura de madera varias veces, ésta sería la primera vez que entraría en ella.

Un guía me condujo por el pasillo hasta una gran sala de conferencias. Ya estaba llena con más de cien empleados del gremio, otros que estaban aquí para el seminario.

Tomé asiento al azar y me entregaron una hoja que detallaba los temas de la convención y los nombres de las conferencias. Había dos temas principales: la magia y los conocimientos de los aventureros.

—Mira esto. El orador, Samuel, es el discípulo del gran maestro de magia.

—¿Gran maestro de la magia? ¿Te refieres a Geelman? ¿El que unificó las tropas de magos de las fuerzas aliadas?

Cuando mis oídos captaron ese nostálgico nombre, no pude evitar dejar que mi mente se trasladara a esos días.

Entr ó Samuel, el profesor del seminario. Parecía tener unos treinta años y tenía una calva en la parte superior de la cabeza.

—Gracias a todos por venir. Soy Samuel, el encargado de dirigir este taller de magia. No es frecuente que enseñe a los empleados del gremio, así que, por favor, escuchad con atención. Si surge algo, por favor, levanten la mano para hablar— dijo, hablando a lo grande, pero luego se sumergió en la lección más básica.

Cuando miré a mi alrededor, la mayoría de los empleados estaban tomando notas con seriedad.

—Oye, parece que estás dejando que tu mente divague. ¿No deberías prestar más atención y anotar las cosas?— me preguntó la mujer que estaba a mi lado.

—Lo que mejor se me da es escuchar y memorizar.

—¿Qué? Es increíble…

Es más, estudiar conceptos tan rudimentarios no tenía ningún valor para mí. Muchos empleados no tenían experiencia con la magia, así que escuchaban fervientemente y garabateaban todo lo que podían.

—Intenta dibujar realmente este círculo mágico y pruébalo tú mismo.

Samuel dibujó el círculo mágico de Llama, un tipo de hechizo, en la pizarra que teníamos delante.

Había aprendido de Rila que dibujar círculos mágicos era una parte fundamental de la magia.

Había ligeras diferencias entre los círculos mágicos de la raza demoníaca y la humana, pero por lo que entendí de sus clases, la teoría era la misma.

—Llama.

Samuel colocó su mano sobre el círculo mágico que había dibujado, canalizó el maná a través de él, y una llama lo suficientemente grande como para sostenerla en su palma se encendió, y luego se apagó inmediatamente.

—¡¡¡Whoa…!!!

Todos parecían impresionados.

Enseguida me di cuenta de algo, así que levanté la mano.

—Sí, tú allí. ¿Qué pasa?

—¿No crees que la eficiencia de conversión del maná sería baja con ese círculo mágico obstaculizando s u salida?

—Hmph. Parece que tenemos un mago aficionado entre el público. Este círculo mágico es la forma más apropiada de lanzar este hechizo. Siempre lo ha sido. ¿Crees que tiene una mala eficiencia de conversión? ¿Que no obtendrá mucha producción? Por favor, absténgase de inventar su propia terminología.

Supongo que es así.

Las diferencias entre la magia de los humanos y la de los demonios habían hecho acto de presencia. Según Rila, los de su especie se esforzaban constantemente por mejorar sus métodos.

¿Pero qué pasa con la humanidad?

Un hombre como Samuel, portador de ideas anquilosadas, había sido encargado de instruir a otros maestros. Sin hambre de conocimiento, nunca nacerían nuevos sistemas.

Respetar lo que había antes no era impropio, pero adherirse a los viejos métodos no era suficiente para esforzarse por mejorar.

Me dirigí al frente y volví a dibujar el círculo mágico de la llama.

—Oye, ¿qué crees que estás haciendo?

—¿Qué les parece esto?— pregunté al público.

—…El que dibujó ese tipo parece mucho más sencillo— dijo un empleado del gremio.

—Eso podría ser más fácil de memorizar— coincidió otro.

Samuel se rió burlonamente.

Sin darle importancia, le expliqué el círculo. —Un círculo mágico es un sistema. Si añades una sola línea, creas una latencia en la rapidez con la que se activa el hechizo. Básicamente, puedes crear un hechizo que dé vueltas o uno que se active por el camino más sencillo posible. La pregunta es, ¿cuál es mejor?

Todos los asistentes me escucharon en silencio.

—Gracias por tu astuta observación. Ciertamente, lo que has dibujado es un círculo mágico que utiliza la Llama como base… pero no tiene sentido tu interrupción ya que tu matriz no puede ser invocada— se burló Samuel.

Rila me había dicho que no me limitara a memorizar los círculos mágicos, sino que entendiera la teoría que hay detrás de ellos. Me había dicho que no me centrara en la capa superficial que tenía delante, sino en la base del hechizo. Haciendo esto, uno podía crear su propia magia con la más mínima noción. Ella era mucho mejor en la enseñanza de lo que yo había pensado en un principio.

—Voy a invocarlo. Así es como lo hace el Señor Demonio— dije.

—¿Eh?

Se trataba de una teoría mágica como nunca antes habían conocido los humanos.

Puse mi mano sobre el círculo que había dibujado y envié algo de maná a través de él.

Fwoosh. Una pequeña llama apareció inmediatamente.

—¡Ah-ha-ha-ha! ¿Llamas a eso magia? Lo mejor que podrías hacer es asar un cerdo sobre esa delgada-

¡ROOOOOAR!

Una gigantesca llamarada surgió del círculo mágico.

—¡¿Ahhh?!

Samuel cayó de espaldas.

El fuego desapareció al cabo de un instante, pero los trabajadores del gremio se quedaron helados.

—¿Qué ha sido eso de ahora?

—¿Era Flame…?

—Como antiguo aventurero, puedo confirmarlo… El poder de esa cosa sobrepasaba el nivel de la Llama.

—El círculo mágico era un poco diferente, pero seguía siendo el de Flame, aunque…

Desde su lugar en el suelo, Samuel bajó los ojos, incapaz de aceptar lo que estaba sucediendo. —¿Quién eres ?— preguntó.

—¿Quién eres tú?— Le respondí de inmediato .

—¿De qué estás hablando?

—Conozco bien a Geelman. No acepta discípulos.

—…Uh.

—Supongo que un mago que dice ser alumno de Geelman nunca tendría que preocuparse por el trabajo.

Samuel emitió un extraño gemido mientras evitaba mirarme.

Después de volver a mi asiento, dije: —Me disculpo por interrumpir. Por favor, continúe.

Samuel se aclaró la garganta con fuerza y volvió a su conferencia.

—Psst, ¿podrías enseñarme eso que has hecho antes una vez más?— me preguntó en voz baja la mujer que estaba a mi lado. Parecía que estaba más interesada en mí que en la conferencia. Otra persona sentada cerca pidió lo mismo.

Aunque estábamos en medio de una clase, veinte personas se habían reunido a mi alrededor, así que empecé a explicarles de nuevo la teoría de los círculos mágicos y la eficacia de la conversión.

—Cuando vi lo que hiciste allí, fue un soplo de aire fresco.

—Conozco la sensación. Samuel realmente nos subestima.

—¿Verdad? Ese profesor tiene la nariz tapada por su posición. Ahora lo entiendo.

Parecían presumidos, como unos bribones que se hubieran salido con la suya mientras se reían juntos.

Samuel había terminado dando una conferencia que nadie escuchaba, pero su actitud había cambiado por completo. Hablaba con voz tranquila y recatada.

—¿Eras un aventurero? ¿O un mago o algo así?— me preguntó alguien.

—No, si fuera sólo un mago, no trataría de mejorar la magia. Sólo aprendería nuevos hechizos, creo— respondió otro.

—¿Lo que significa que eres del centro de investigación de la capital?— concluyó un tercero.

Sonreí dócilmente y agité la mano. —No, en absoluto. Mi trabajo no es tan importante. Además, todavía estamos en medio de una lección, así que creo que deberíamos seguir escuchando…— dije, pero Samuel ya había salido del salón.

Podría haber tenido problemas para actuar delante de mí.

Sin embargo, había dejado mucho tiempo libre en comparación con lo programado. Como la conferencia había terminado de todos modos, los trabajadores del gremio que me rodeaban habían empezado a presentarse unos a otros. También me hicieron presentarme.

No entendía el sentido de esto, ya que nos íbamos a ir al día siguiente. Internamente, no pude evitar sentirme desconcertado.

—He oído antes que ese tal Samuel es, al parecer, el mago retenedor de algún aristócrata— afirmó un hombre de pelo corto -Roy-.

—Y por eso tiene un ego tan grande— añadió una burbujeante mujer llamada Nina, con cara de disgusto.

—Aunque él mismo no es un noble. Pero la mayoría de los criados son así— añadió Sheela, la mujer que estaba sentada a mi lado.

—¿Qué es un retenedor en este caso?— Pregunté.

—¿No lo sabes? Son una especie de soldados privados que sólo responden ante los aristócratas. Les hacen ser tutores de sus hijos y guardaespaldas. Es una de las formas en que a los aventureros les gusta retirarse— explicó Nina.

Lord Bardel, que había comprado a Maylee como esclavo, podría haber tenido también sus propios criados.

—En ese caso… ¿no estás en problemas?— preguntó Roy.

—¿Por qué iba a estarlo?— pregunté, y el hombre enarcó las cejas.

—Hubo otro empleado del gremio que desafió a un aristócrata una vez. Alguien que empezó a trabajar más o menos al mismo tiempo que yo. Supuestamente, el tipo se metió en el lado malo de un aristócrata y fue presionado para renunciar.

Confié en que estaría bien.

Lo que había tenido con Lord Bardel era una transacción comercial. Sin embargo, había hecho volar a sus caballeros.

—Argan, ¿vas a estar bien…?— preguntó Nina.

—No estoy seguro. Sin embargo, no creo que haya hecho nada malo. Samuel fue el que dijo que levantáramos la mano si teníamos algo que decir.

—Oh no, no, no.

Los tres sacudieron la cabeza y las manos. Deb í haber dicho algo fuera de lugar.

—Lo hizo, pero los nobles tienen una forma de tergiversar las cosas según su estado de ánimo— dijo Sheela, preocupada.

Justo en ese momento, entró un hombre grande y musculoso. Tenía una espada larga en la cadera.

—Parece que hay un empleado del gremio entre ustedes que interrumpió la conferencia y se burló de Sir Samuel…

Todo el mundo se quedó en silencio cuando la fuerte voz del musculoso resonó en la sala de conferencias.

Probablemente era un caballero sin armadura.

—Ese tiene que ser uno de los guardias del aristócrata…

—¿Está enfadado porque no escuchamos la lección?

El hombre desenfundó su espada larga con la vaina todavía alrededor de la hoja y la bajó justo delante de él, colocando las manos en el pomo.

—Sí, creo que te refieres a mí— Me levanté de mi asiento, pero Roy estaba tirando de mi ropa.