Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

“Ahora bien, ¿por dónde debería empezar? Bueno, mi objetivo final era traer a Lord Albagarma a casa después de que desapareciera.”

En cuanto oyó ese nombre, un escalofrío recorrió la espalda de Lynel. Debió ser el nombre del Dios Oscuro, un nombre tan tabú que había desaparecido de la memoria humana.

“Mi querido se levantó y desapareció un día. Era una costumbre suya, así que pensé que no era nada especial. Pero no importaba cuánto tiempo esperara, esta vez, nunca volvió.”

“¿Significa eso que ustedes dos están casados?” Realmente no le importaba de una forma u otra, pero preguntó como si fuera de profundo interés para él. Si iba a ganar tiempo, necesitaba extender la conversación el mayor tiempo posible. Afortunadamente, los engendros del Dios Oscuro esperaban tranquilamente mientras hablaban.

“Ah, lo siento, ¿hice que sonáramos demasiado cercanos?”

“No. Aunque sus posiciones pueden ser diferentes, todavía hay una relación entre ustedes dos. Por favor, no te preocupes por la semántica”, respondió Orgain reverentemente, aún arrodillado.

“Hmm, ¿tal vez algo como la concubina sería más exacto? Bueno, a diferencia de los humanos, no es algo que se controle legalmente, así que mientras ambas partes lo hayan consentido, está bien. Sin embargo, tal vez fue un poco más que eso. Mi querido siempre se avergonzaba muy rápido”.

“Ya veo”, dijo Lynel, desesperado por llenar el espacio con palabras vacías.

“Pensé que algo debía haber salido mal, así que fui a buscarlo. Escuché que había viajado a otro mundo, así que envié mensajeros a muchos mundos y finalmente descubrí que era probable que estuviera aquí. Empecé a centrar mis esfuerzos en este mundo, pero no podía intervenir directamente aquí, así que fue bastante difícil. Lo mejor que pude hacer fue reunir pequeñas piezas de información de los humanos que reencarné aquí. Ponerlo todo junto fue bastante difícil”. Vahanato habló como si hubiera querido quejarse del dolor de esa lucha a alguien durante mucho tiempo.

“Uhh, ¿no estás interviniendo directamente ahora mismo?”

“No, este es un método bastante aproximado. Tuve que añadir la expansión de los cristales estelares al sistema mundial yo misma. Luego tuve que configurarlo como una persona de este mundo para que no entrara en conflicto con el sistema local. Eso me permitió operar como administrador del contenido extra que está disponible para ti, para poder enviarte todos esos mensajes. Y ahora, usando la fachada de ser alguien que has convocado, puedo finalmente tomar acción directa. Ahora que sé con certeza que mi querido está aquí, puedo asegurarme de que el sello sea levantado. No puedo involucrarme así una y otra vez, ¡así que tuve que esperar el momento perfecto!

“¡De todos modos! Después de analizar mis reservas de información, descubrí que estaba encerrado en algún lugar de este mismo mundo, y que estaba siendo retenido aquí por el Maestro de la Espada, así que decidí deshacerme de la vieja lacra. Pero entonces encontré otro obstáculo. No importa a quién envié, ¡nadie puede vencerlo!”

Vahanato se detuvo para mirar al Maestro de la Espada. Lynel no sabía cuánto tiempo había estado enviando mensajeros a este mundo, pero probablemente había estado trabajando en ello durante milenios. No era difícil creer que estaba empezando a perder la paciencia.

“Como este tonto humano había cargado sobre sus hombros todo el destino de la humanidad, ¡su nivel de destino era absurdamente alto! No importaba lo fuerte que fueran las personas que envié contra él, simplemente nunca ganaron.”

“Umm, ¿puedo hacer una pregunta?”

“¿Qué es?”

“¿No usaron Caminata aleatoria las personas que enviaste? Esperaría que eventualmente ganaran si pudieran seguir intentándolo una y otra vez”.

“Ah, eso no funcionaría. Guerreros poderosos con niveles de destino especialmente altos no pueden seguir volviendo a la vida para intentarlo de nuevo. Eso sería muy poco convincente, ¿no crees? Así que esa es una habilidad que podrían ser usadas solamente por los tipejos nivel basura.”

“Nivel basura…” Lynel sintió cómo se le caía el corazón.

“Oh, pero no es que me esté burlando de ti. Al final, fue gracias a ti y a tu horrible suerte que las cosas salieron tan bien. Nadie de los que envié podía enfrentarse al Maestro de la Espada. Tratar de luchar contra él los convirtió en enemigos de la humanidad, y los Maestros de la Espada superan totalmente a tales enemigos. Así que cambié toda mi estrategia. ¿Y si envío a alguien para ser un aliado de la humanidad en su lugar? ¿Alguien que tuvo tan mala suerte que moriría inmediatamente si se le dejaba solo?”

“Espera, quieres decir…”

“¡Eso es! Si alguien con una suerte tan horrible como la tuya estuviera del lado de la humanidad, ¡la humanidad sería aniquilada! En resumen, tal mala suerte daría lugar a un renacimiento del Dios Oscuro.”

“¡Espera, yo muero tan a menudo! No hay manera de que yo sobreviviera lo suficiente para un plan como ese —”

Lynel se detuvo en seco cuando se dio cuenta. Por eso le habían dado Caminata aleatoria y todos esos cristales de estrellas.

“Bueno, obviamente necesitaba alguna forma de mantenerte vivo incluso con tu terrible suerte. Sabía que el destino definitivamente intentaría matarte. Si no lo lograba una y otra vez, empezaría a intentarlo cada vez más para que ocurriera. Al final, el ciclo se convertiría en una calamidad a un nivel que amenazaría al mundo mismo. Y así, ¡aquí estamos!

“No estoy seguro de la cadena exacta de eventos que llevaron a la barrera a estar tan cerca de fallar, pero su suerte es tan terrible que las cosas terribles se han ido acumulando una encima de la otra hasta que la situación terminó así!”

“Tienes que estar bromeando…” Lynel había caído de rodillas. Siempre supo que su suerte era abismal, pero nunca pensó que fuera tan mala como para provocar la destrucción de la humanidad. “Así que, si me suicido aquí…”

“Siéntete libre, pero en este punto, simplemente morirás. Este es el futuro específico que he estado buscando. Ahora que estamos aquí, me aseguré de quitarte el poder por si acaso. Pero si vas a morir de todas formas, ¿por qué no esperar hasta que veas a mi querido primero?”

“¡No lo entiendo! Desde mi perspectiva, vuelvo cuando muero y lo intento de nuevo, pero para todos los demás, sólo muero, ¿no? ¿Por qué molestarse en quitarme el poder si no puede cambiar nada?”

“Bueno, esto es sólo algo que los dioses hacen. Podemos seguir tirando los dados hasta que obtengamos los resultados que buscamos, y una vez que tengamos esos resultados, podemos hacer que ese futuro particular sea inevitable. Para ser justos, tengo la sensación de que tratar de explicar esta sensación a un humano es un esfuerzo inútil.”

Lynel tenía la intención de mantenerla hablando el mayor tiempo posible, pero en este punto había perdido la voluntad de continuar. Aunque en realidad no se le podía considerar responsable, ciertamente sentía que todo era culpa suya, que su propia existencia traería el fin del mundo. Y aunque muriera ahora, nada cambiaría eso.

Mientras Lynel bajaba la cabeza, escuchó el sonido de algo aterrizando cerca. Lentamente, levantó la cabeza y fue recibido por una escena que parecía sacada directamente del infierno. Un ejército de monstruos aterradores llenaba ahora el área a su alrededor. De repente habían empezado a llegar en masa a los restos de la torre.

“Las partes exteriores de la barrera se han derrumbado. Pensé que casi habíamos terminado aquí, pero supongo que debí haber sabido que no sería tan fácil”, comentó Lute.

“Después de venir hasta aquí, apenas puedo sentarme y no hacer nada, ¿verdad? Iré a echar un vistazo”, ofreció Vahanato, poniendo una mano en su frente, pensando. Era una rareza demasiado humana.

Después de quedarse así durante un tiempo, de repente se echó a reír. Parecía que intentaba aguantar, pero no pudo evitar reírse tanto que le salieron lágrimas de los ojos al mirar a Lynel.

“¡Vaya, tu suerte es tan divertidamente mala que no puedo evitar reírme! El hombre que creó la barrera por primera vez estaba aquí. Podría haber reparado todo esto en un instante.”

Lynel estaba confundido. No tenía ni idea de qué era tan divertido.

“El destino debe haberlo traído aquí, sabiendo que algo así sucedería. ¡Pero está muerto! ¡Ni siquiera sé qué le pasó! También había un asesino de dioses aquí. Una persona terriblemente vil, en mi opinión. Si no tuviera cuidado, definitivamente podría haberme matado, ¡pero también está muerto! Eres realmente increíble. Nunca soñé que las cosas fueran tan bien. ¿No eres, como, un ejemplo perfecto de un enemigo del mundo en este momento?”

Lynel sólo podía mirarla fijamente, completamente sin palabras.

“Entonces, ¿qué hay de la barrera?” preguntó Lute, claramente cansándose de esperar.

“Bien, bien. Está en un estado terrible, y el núcleo es claramente visible.”

La diosa apartó la espada que tenía en la mano, y ésta flotó de vuelta para unirse a la colección de armas que flotaban detrás de ella. Luego extendió su mano derecha hacia adelante y desapareció mientras el aire a su alrededor se ondulaba como el agua. Ella jugueteó dentro de la distorsión como si buscara algo por unos momentos, y luego sacó su mano. Ahora sostenía una masa pulsante de color rojo-púrpura. Un número de tubos brotaban de ella, cada uno rezumando un sucio líquido negro. Basándose en la conversación, Lynel asumió que era el núcleo de la barrera.

“¿Por qué lo trajiste aquí? Sólo destrúyelo”.

“Pero entonces la barrera simplemente desaparecería. ¿No te sientes mal por la gente que la ha estado protegiendo durante tanto tiempo? Quiero que estén cerca para ver el momento en que mi querido vuelva al poder”.

Lynel miró a Rick y al Maestro de la Espada a su lado. La desesperación era evidente en ambos rostros. El Maestro de la Espada había dicho que si era capaz de absorber el poder de la torre, podría hacer algo para detener a sus enemigos. ¿Pero sería capaz de decir lo mismo ahora que todo el ejército del Dios Oscuro estaba de pie ante él? Y no importaba cuánto poder había acumulado, el núcleo de la barrera ya estaba en manos de su oponente. En resumen, en el momento en que la diosa apareció, ya habían perdido la batalla.

“Por cierto, ¿qué hacemos con el Rey Divino? Ella se las arregló para luchar contra nuestro señor en alguna capacidad. ¿No crees que será muy fuerte?” preguntó Lute.

“Ella utilizó un tremendo número de sacrificios para igualarlo por un solo instante. Una vez que la barrera desaparezca, no le quedará nada”, respondió Orgain, despreocupado.

“Pero esa mujer estuvo enfrentando a mi querido durante más de mil años. ¿No parece que se están abrazando? Eso me molesta un poco, así que tendré que hacerla pagar. Asegúrate de capturarla viva. Ah, ustedes están en el camino, así que por favor muévanse. Estos humanos no podrán ver el gran final contigo bloqueando su vista.”

A la orden de Vahanato, los engendros reunidos se dispersaron inmediatamente. La diosa entonces agitó la rueda que tenía en su mano izquierda. Con ese movimiento, el resto del primer piso de la torre fue destruido, revelando el cañón y la barrera que lo rodeaba. La diosa y los dos engendros humanoides caminaron hasta el borde de lo que una vez fue la torre, donde pudieron ver mejor la prisión del Dios Oscuro.

“¡Miren, miren!” Vahanato instó a Lynel y a sus compañeros. “No se puede ver nada desde allí, ¿verdad? Acércate un poco más”.

Era una invitación inapropiada, pero difícilmente podían rechazarla, así que Lynel, Rick y el Maestro Espada hicieron lo que les dijeron. Todos parecían igualmente desmoralizados ante una situación tan desesperada.

Mirando por encima del borde de la torre, podían ver claramente el cañón. En el centro del gran espacio esférico que había sido tallado en él, dos figuras estaban flotando en el aire.

El Dios Oscuro, vestido de negro.

El Rey Divino, vestido de blanco.

Mirándose como si estuvieran en medio de un abrazo, estaban perfectamente quietos.

◇ ◇ ◇

Cuando Tomochika y los demás finalmente lograron volver a subir las escaleras, ya no había una habitación allí. Un amplio espacio abierto los recibió en su lugar.

“Creo que las cosas empeoraron mucho más mientras no estábamos”, murmuró Tomochika.

Era como una escena del mismísimo infierno. Monstruos que podían ser descritos como nada menos que demonios se agolpaban a su alrededor. Para hacer las cosas aún más extrañas, las criaturas temblaban de risa, con sus voces dolorosas en los oídos. El aura maligna que desprendían era lo suficientemente fuerte como para ser palpable, haciendo que la zona pareciera extrañamente más oscura a los ojos de Tomochika.

Mirando a su alrededor, pronto encontró la figura central del caos. Una hermosa mujer que sobresalía entre la multitud estaba de pie al borde del acantilado. Aunque no parecía ni un monstruo ni un engendro del Dios Oscuro, era fácil adivinar que ella era la fuerza motriz de la situación actual.

Los monstruos humanoides que rodeaban a la mujer se arrodillaban reverentemente ante ella. Uno de ellos era el engendro alado que Tomochika había considerado como el jefe final. Debían ser los miembros de mayor rango de la horda demoníaca.

Enfrentando al ejército de monstruos estaban el Maestro Espada, Rick y Lynel. Eran los tres últimos en pie. Todos los demás caballeros habían muerto, estaban gravemente heridos, o estaban arrodillados sin moverse. No importaba cómo lo mirara, no podía evitar sentir que habían perdido.

Sin embargo, la situación parecía haber llegado a una pausa por el momento. Todos miraban fijamente al centro de la barrera, esperando que la bestia que estaba dentro hiciera su movimiento.

“Bueno, esto se ha salido totalmente de control”, murmuró ociosamente Tomochika. No tenía ni idea de cuál sería la mejor manera de manejar la situación.

“Ciertamente se parece al comienzo del apocalipsis”, comentó Teodisia con franqueza. “No puedo imaginarme ser capaz de derrotar ni siquiera a una sola de estas criaturas, y mucho menos a todas ellas.”

“Hablando de eso, ¿qué pasó con el otro monstruo que viste, Dannoura?” Preguntó Yogiri.

“Ah, claro. Eso fue hace tiempo, así que ya debería haber llegado hasta aquí…” Escaneó a la multitud pero no pudo verlo en ninguna parte.

“¡Ahora! ¡Ha pasado una era y el sello se deshará! ¡Este es el momento del renacimiento de mi querido!” la mujer declaró, su voz algo carente de majestuosidad pero que por lo demás llenaba claramente el área. Levantando algún tipo de masa de aspecto desagradable por encima de su cabeza, la aplastó entre sus dedos en un dramático despliegue.

Un sonido como un latido de corazón salió de ella.

El espacio alrededor del Dios Oscuro palpitaba y se distorsionaba. El aire vacilaba y parecía romperse. Finas y delicadas fisuras se extendían por la forma esférica del cañón, como si estuviera encerrado en un globo de cristal. Las grietas se extendieron con una velocidad aterradora, y en poco tiempo el espacio estalló hacia afuera con un brillante destello.

La barrera había sido destruida. El tiempo, congelado durante tanto tiempo en su interior, había empezado a moverse de nuevo.

“¡Ja, ja, ja! ¡Ah, mi querido! ¡Te he echado tanto de menos! Por favor, espera, ¡estaré allí abajo en un momento!”, gritó la mujer con un éxtasis como de trance.

Al mismo tiempo, la dama vestida de blanco, que había estado en el centro de la barrera durante incontables siglos, voló hacia ellos, aterrizando al lado del Maestro Espada. Basado en la historia de Rick, ella debe haber sido el Rey Divino.

El Dios Oscuro, sin embargo, se tambaleó por un momento y luego se lanzó hacia abajo.

“¿Qué…?”

Tomochika no podía decir de quién era la voz que gritaba, pero casi todos los presentes podrían haber gritado lo mismo. El Dios Oscuro estaba cayendo, arrastrado directamente al suelo por nada más que la gravedad. Mientras caía fuera de la vista, Tomochika escuchó el chapoteo de algo que golpeaba el agua, y asumió que el cuerpo había caído en el río que atravesaba el cañón.

Todos se habían quedado en silencio.

“Lo siento, supongo”, se disculpó Yogiri.