Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Las cinco personas en la habitación se volvieron para mirar a Yogiri de inmediato. En medio de la arena estaban la chica conejo, vestida completamente de blanco, y la mujer de pelo plateado y piel oscura que había estado luchando con ella. Mirando desde el borde de la cámara había un hombre con chaqueta blanca, una mujer con un ordenado uniforme militar y una joven con un vestido.

Todos ellos habían dejado de hacer lo que estaban haciendo y miraban a Yogiri con asombro, como si su aparición fuera una especie de acontecimiento inexplicable.

“¿Cómo ha entrado aquí?” preguntó el hombre, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

Yogiri decidió responder a la estúpida pregunta lo más directamente posible. “¿No me viste abrir la puerta?”

“Ah, ¿es eso lo que pasó? Supongo que fui un idiota. Olvidé tener en cuenta lo fuerte que es la propia torre. Así que, básicamente, ignoraron totalmente la puerta que hice y entraron por una de las paredes”. El hombre aparentemente ya había dado su propia explicación.

Ahora que lo mencionó, Yogiri se dio cuenta de dónde venía la confusión de todos. La puerta que daba a la habitación era visiblemente diferente de las otras que habían pasado antes. Por supuesto, no le había importado, ya que se había abierto como cualquier otra puerta de la torre una vez que aplicó su poder. La función de una puerta era limitar las vías de entrada y salida de una habitación, así que tenía sentido que si la matabas, esa función cesaría.

“Bueno, en realidad no importa. Como he dicho, sólo estamos planeando pasar a través de ella. Parece que tu lucha se ha detenido por un momento, así que ahora es perfecto”, respondió Yogiri, caminando casualmente hacia adelante. Tomochika se le acercó tanto como pudo.

“Eh, eh, eh. Espera un segundo”.

Sorprendido por la descarada actitud del recién llegado, el hombre levantó una mano y Yogiri obedeció.

“¿Qué? Ustedes están peleando con ésa de la capa, ¿verdad? Así que no debería ser un problema si seguimos adelante. No nos interpondremos en su camino. Probablemente sería más molesto si nos quedáramos mirando, ¿verdad?”

“No, voy a necesitar que ustedes dos se queden. Estamos aquí para acumular puntos y mis aprendices aún necesitan unos cuantos. Entre ella y ustedes dos, deberíamos tener todo lo que necesitemos. Es perfecto”.

Yogiri asintió con la cabeza, finalmente entendiendo la situación. Como todo el mundo tenía que pasar por aquí al salir, tenía sentido acampar y esperarlos. “En ese caso, luchar contra nosotros no valdría la pena. Sólo tenemos seis puntos entre nosotros”.

“¡Esa es una razón más para que peleen!”, gritó el hombre, como si estuviera preocupado por ellos. “¿Hablas en serio? Oye, ¿cuántos puntos tienen?” preguntó al muñeco mágico en las gradas.

“No puedo simplemente decirte los puntos de los demás”, respondió el muñeco.

“Puedes decírselo. No me importa”, dijo Yogiri.

“Bueno, si dan su permiso entonces está bien. El número 98 tiene cinco po-po-po-po-po-po…” El muñeco mágico comenzó a gritar en un total galimatías. Después de unos momentos, su voz se cortó de repente, y con su boca y ojos aún abiertos, se desplomó en el suelo.

“Ya está. Algo parece raro, pero como ella dijo, tengo cinco puntos.”

“¡Eso no respondió nada! Hey, ¡¿qué pasa?!” el hombre le gritó a la marioneta caída, pero no respondió.

“Nunca estuvimos interesados en convertirnos en caballeros de todos modos, nos vimos envueltos en todo esto por accidente. Así que no prestamos mucha atención a todo el asunto de los puntos de recolección en primer lugar. Así que… ¿puedes dejarnos pasar?” Yogiri preguntó de nuevo.

“Por supuesto, dejaros pasar sería sencillo. Sé que esto es una prueba, pero podría forzar mi camino a través de estas puertas selladas si quisiera. Incluso podría atravesar el suelo. Hay muchas maneras de llegar al nivel del suelo, pero este es un juego en el que debes acumular puntos. Cumplir las reglas es parte de la diversión. No voy a dejar que hagas trampas”.

“¿Qué hay de ti?” Yogiri le preguntó a la otra mujer.

“No me importa lo que hagas. Ya tengo mis puntos, así que no tengo necesidad de pelear contigo.”

Había pensado que se sentirían desanimados si interrumpía su pelea, pero parecía que la mujer no se sentía así en absoluto. Claramente había estado en algún tipo de desventaja, así que tal vez estaba agradecida por la oportunidad de detenerse y recuperar el aliento.

“Bien, ¿qué se supone que debo hacer, entonces?” Yogiri murmuró, empezando a hartarse de la situación.

La lucha en la sala estaba en pausa, así que sería fácil para ellos cruzar al otro lado de la arena. Ciertamente no tenía intención de luchar contra nadie por puntos. Pero el hombre tampoco parecía tener intención de dejarlos pasar. Empezaba a parecer que no serían capaces de resolver esto muy pacíficamente.

“Para ser honesto, las cosas han funcionado bastante bien. Ahora podemos hacer un tres contra tres”, sugirió el hombre.

“¿Aunque no tengamos puntos?”

“Eso ya no me importa. Algo raro está pasando aquí, pero esta es una gran oportunidad a pesar de todo. Después de esto, mi grupo puede seguir adelante.” Instó a las dos chicas que estaban a su lado a seguir adelante. “La coneja de allí es Shiro. La más grande aquí es Geralda, y la más pequeña es Ema. Todas son mis aprendices. Las traje aquí como parte de su entrenamiento. Si puedes vencerlas, te dejaré pasar, e incluso te dejaré ser mis estudiantes también.”

Geralda, con el uniforme militar, y Ema, la pequeña niña con un vestido, se adelantaron para estar al lado de Shiro. En algún momento, la mujer de pelo plateado se había movido al lado de Yogiri, así que tal y como el hombre pretendía, se había convertido en un montaje de tres contra tres.

“Siento que hay algunos problemas con tu habilidad de negociación. ¿En qué nos has metido?” preguntó Tomochika.

“Era algo inevitable. Parece el tipo de persona que es demasiado engreído para escuchar lo que los demás tienen que decir.”

“¡Deberías haberlo sabido con sólo mirarlo!” respondió antes de dirigirse a la mujer de pelo plateado para disculparse. “Oh, umm, perdón por hacer las cosas tan raras como esta.”

“No te preocupes”, respondió su nueva “compañera de equipo”. “Parece que ustedes dos son los que tienen más problemas aquí, después de todo. Si esas chicas son tan fuertes como la conejo, entonces no tenemos forma de ganar. Y no creo que este tipo nos deje ir aunque ganemos”.

“Así es”, dijo el hombre en respuesta a su conjetura. “Shiro es la más débil de las tres. Es bastante dura, pero es nueva en la lucha. Ema, sin embargo, es una experta espadachina, y Geralda es experta en magia. Honestamente, no me preocupa especialmente si tendré que dejarte pasar o no. Aparte de Shiro, estas chicas son aprendices experimentadas que he entrenado personalmente. Si luchan en serio, esto terminará en un instante.”

“¡¿Qué quieres decir con ‘aparte de Shiro’?! ¡Yo también soy fuerte!”

“Antes que nada, ¿podrías apurarte y volver a poner tu brazo? Obviamente, no tienes ningún talento con la espada, así que adelante y lucha sin ella esta vez.”

“Maestro, ¿qué quiso decir hace un momento? Parece que pretendes que no luchemos con todas nuestras fuerzas”, preguntó Geralda, la mujer de uniforme.

“No le ordeno que se contenga ni nada, pero si lo hace con todo, no quedarán ni cenizas cuando termine. Lea la situación y luche en consecuencia. Oh, y la mujer encapuchada se ve muy bien ahora que se ha deshecho de su disfraz, así que puedes dejarla con vida. Además, la otra chica parece japonesa. Hace tiempo que no tengo una belleza japonesa, así que nos quedaremos con ella también”.

“Maestro, su lado malo está empezando a mostrarse,” se quejó Ema. “De todas formas, ¿estás diciendo que sólo deberíamos matar al chico? Personalmente, me gusta un poco.”

“Los chicos guapos tienen que morir. Así es como siempre he hecho las cosas.”

“Entendido. Pero debo advertirte que mantener a las chicas ilesas probablemente sea imposible”, advirtió Geralda.

“¿Qué, estás celosa o algo así? Bueno, mientras estén vivas, nos las arreglaremos, así que te lo dejo a ti”.

Terminada la discusión, el hombre cruzó los brazos, apoyándose contra la pared. Confiaba plenamente en el éxito de su party, contento de relajarse y ver cómo se desarrollaban las cosas.

“¿Qué debemos hacer?” Preguntó Tomochika, desconcertada por el repentino cambio de la situación.

“Lo mismo que hemos estado haciendo todo este tiempo, supongo.”

Si el hombre le hubiera dicho a sus chicas que no las mataran, podrían haber terminado las cosas de otra manera. Pero en el momento en que empezaron a irradiar intención de matar, Yogiri sólo tenía una forma de responder.

“Mueran”.

Las tres mujeres cayeron de rodillas antes de colapsar simultáneamente hacia adelante.

“Entonces, podemos irnos ahora, ¿verdad? Eso es lo que prometiste.”

Sin entender lo que acababa de presenciar, la mujer de pelo plateado seguía en guardia. Miraba fijamente a sus enemigos caídos, esperando ver lo que tenían bajo la manga. Mientras tanto, el hombre también los miraba con la boca abierta, con la mandíbula casi en el suelo. Debe haber sido un resultado completamente inesperado e increíble para él. Parecía como si su mente se hubiera quedado en blanco.

Yogiri casualmente comenzó a caminar hacia adelante. Tomochika empujó hacia abajo su creciente frustración de que estas personas siguieran lanzándose sobre Yogiri a pesar de sus mejores esfuerzos por no matar a nadie, y lo siguió de cerca una vez más. Cuando llegaron a la salida, Yogiri abrió la puerta de una patada sin problemas. Sacado de su estupor por el sonido de la puerta que cedía, el hombre, que había estado apoyado contra la pared en estado de shock, finalmente logró moverse.

Una sombra oscura se extendió rápidamente por toda la cámara. Era la primera vez en mucho tiempo que Yogiri había visto una forma tan clara y pura de intención de matar.

“Mentiroso”, dijo con enojo mientras liberaba su poder sobre el hombre.

◇ ◇ ◇

Geralda había localizado originalmente a Masaki con la intención de matarlo. Después de que Masaki derrotara a un Señor de los Demonios, se instaló en su castillo y se convirtió en un Señor de los Demonios.

La verdad es que estaba aburrido. Pensó que si esperaba, algún héroe idiota que pensara que su trabajo era matar a los Señores de los Demonios vendría y lucharía contra él. Y finalmente, Geralda apareció. Después de que él la hubiera derrotado fácilmente, y ella hubiera aprendido que no era un Señor de los Demonios después de todo, su admiración por sus habilidades la llevó a pedir que la tomaran como su aprendiz.

A Masaki le había gustado cómo sonaba eso. Luchar contra las cosas por sí mismo significaba una victoria fácil y obvia, y eso se hizo viejo rápidamente. Pero entrenar a los estudiantes para luchar en su lugar sonaba interesante.

Había terminado siendo una buena forma de evitar el aburrimiento, así que empezó a aceptar más estudiantes. Viajó por el mundo, buscando a aquellos con talento natural. La primera que encontró fue Ema. Aunque todavía era joven, sus habilidades habían superado las de Geralda. Pero ser demasiado fuerte también era aburrido a su manera, así que decidió entrenar a alguien que también era bastante débil. Había buscado a la mujer de aspecto más débil de la raza más débil posible, la gente conejo, y había terminado con Shiro.

Resultó ser una excelente manera de pasar el tiempo. Cada una de las tres mujeres tenía su propia personalidad, así que respondieron a sus instrucciones de forma diferente, y él había empezado a sentir un gran placer al verlas crecer.

Sin embargo, esas tres estaban ahora acostadas en el suelo sin moverse. A Masaki le había llevado un momento comprender lo que eso significaba. Al principio, pensó que sólo estaban jugando. Les había dicho que no se pusieran nerviosas, y pensó que simplemente lo llevaban a un extremo absurdo. Pero mientras las regañaba en silencio, se dio cuenta de que no se movían en absoluto. Así que, usando su ojo artificial, comprobó sus condiciones.

Los tres estaban muertas. Todo había sucedido tan rápido, que no podía entender cómo había ocurrido. Pero al oír el sonido de la puerta que estaba detrás de él siendo abierta a patadas, volvió a sus sentidos.

Estos tres extraños habían hecho algo. No se le ocurrió ninguna otra explicación. Con el chico que había matado a sus estudiantes justo delante de él, se quedó ciego de rabia.

Y entonces el tiempo se detuvo.

Era un estado que Masaki llamaba Modo de Comando. No era como si pudiera moverse libremente mientras el tiempo se detenía, pero le permitía pensar en su próximo movimiento a su propio ritmo.

“¡Monad! ¡Explica la situación!”

“¡Oh! ¡Hace tiempo que no me llamas!”

Monad era la segunda cosa que Masaki había creado con sus poderes: una herramienta de análisis. No era como si fuera omnisciente, pero con acceso a una enorme cantidad de información relativa a este mundo, era capaz de producir la solución óptima para cualquier situación.

Sin embargo, Masaki nunca antes se había encontrado con ningún problema serio, incluso mientras luchaba ciegamente y sin ayuda, por lo que rara vez utilizaba su creación.

“¡Olvida los saludos! ¡Dime qué está pasando!”

“Hmm…ah, mis condolencias. Sus estudiantes han muerto. El responsable es ese chico, Yogiri Takatou. Es japonés, como tú. Parece que fue convocado aquí por los sabios.”

“¿No se ha reencarnado por una diosa?”

“No. El poder administrativo que le robaste a la diosa no funcionará con él.”

“¿Quién demonios es él? ¡¿Qué ha hecho?!”

Monad revisó los registros de todo lo que Yogiri había dicho desde que vino a este mundo, encontrando finalmente algo de importancia. “No tengo ni idea de quién es. Según su propia explicación, tiene una capacidad de muerte instantánea de algún tipo.”

“¡Al diablo! ¡¿Crees que cometería un error como ese?! Tomamos todas las precauciones… ¡eran completamente inmunes a la magia de la Muerte Instantánea!”

“Si tú lo dices.”

“¡Maldita sea! Lo que sea! Es una molestia, pero siempre puedo conseguir más estudiantes. Por ahora, voy a tener que matar a este tipo.” No sabía cómo funcionaba la habilidad del chico, pero una vez que había decidido su próximo curso de acción mientras estaba en el Modo de Comando, lo que eligiera hacer sucedería de inmediato cuando el tiempo comenzara a moverse de nuevo. Masaki era tan capaz de causar una “muerte instantánea” como cualquier otra persona.

“Oye, oye, oye. Dijiste que podían pasar si ganaban, ¿verdad? Eso es muy mezquino por tu parte.”

“Espera un segundo. ¿Qué te pasa? Algo parece estar mal.” Monad siempre había sido bastante dura en su forma de hablar, pero nunca había hablado fuera de turno antes.

“Parece que has malinterpretado algo. No creaste mi personalidad. Querías omnisciencia, y como una inteligencia preexistente que está tan cerca de la omnisciencia como uno puede ser, simplemente me ataron y me ataron al objeto que diseñaste. Me imagino que esta es la última conversación que tendremos, así que decidí soltarme un poco”.

“¡¿De qué estás hablando?!”

“Te peleaste con el tipo equivocado. ¡Y podrías haber sido tan feliz si hubieras usado tus poderes para disfrutar de la vida!”

“¡¿Qué demonios estás diciendo?! ¡En un segundo, será completamente incinerado y todo habrá terminado! ¡Incluso podría borrar toda esta torre si quisiera!”

“¡Ajájájájájá! ¡No habrá un “segundo siguiente”! ¡Nunca más! ¡Ya ha terminado! ¡Yogiri Takatou ha desatado su habilidad! ¡Nada de lo que haga llegará a tiempo! Si no me crees, pruébalo tú mismo. ¡Haz lo que quieras!”

“¡Entonces necesito algún tipo de defensa! ¡¿Por eso estás aquí, verdad?! ¡Puedes predecir el futuro para que yo pueda doblarlo y retorcerlo en mi beneficio!”

“Tanto si puedes ver el futuro como si no, no hay nada que puedas hacer al respecto ahora, así que, ¿qué importa? ¡Ah! ¡Hay una cosa!”

“¡Dime!”

“¡Sólo quédate así! Probablemente no puedas seguir así para siempre, pero desde tu perspectiva, ¡podrías durar en el Modo de Comando unos tres años!”

La desesperación comenzó a entrar en su mente. Lenta pero seguramente, Masaki empezaba a entender la situación.

“De ninguna manera… ¡espera! ¡¿Por qué tengo que morir?!”

“Todos mueren al final, ¿verdad?”

“¡Pero se supone que yo soy diferente! ¡Incluso maté a un dios! ¡Tomé su poder! ¡Eso me convierte en un dios! ¡Se supone que soy inmortal! ¡No hay forma de que pueda morir aquí y ahora!”

“Si ese dios se supone que es inmortal, ¿cómo lo mataste en primer lugar? ¿Alguna vez pensaste en eso? Déjame decir esto tan claramente como pueda: Yogiri Takatou es un ser que supera el entendimiento humano. No hay nada que alguien como tú pueda hacer. Si usa su poder, no importa quién o qué es su objetivo… la muerte es el único resultado. ¿Pero a quién le importa? No tienes que creer lo que digo. Date prisa y elige una orden. No te preocupes, ¡su forma de matar es sorprendentemente suave!”

Aunque sonara absurdo, Masaki no podía ignorar lo que Monad le decía. Siempre se había creído un ser perfecto. Y la herramienta que había creado le decía que iba a morir. Si negaba esa declaración, sería lo mismo que negar su propia perfección, un golpe fatal a su propia imagen.

Masaki estaba angustiado. Tenía todo el tiempo que necesitaba, pero no pasó mucho tiempo antes de que perdiera la capacidad de pensar con claridad.

◇ ◇ ◇

El hombre cayó al suelo con un golpe. Yogiri debió usar su poder, pero Tomochika no se molestó en preguntar por qué. Si Yogiri lo había matado, significaba que el hombre tenía la intención de hacerles daño.

“Espera, ¿no se ve diferente de alguna manera? Es como si su cara hubiera cambiado.” Tomochika ladeó la cabeza mientras miraba la forma inmóvil del hombre. Sintió que él se había visto un poco más fresco antes, pero de repente se veía bastante viejo.

“Ni idea. No recuerdo cómo era su cara en primer lugar.” A Yogiri no le interesaban los detalles. Sin siquiera mirar atrás, siguió adelante.

“P-Por favor, espera!” La mujer de pelo plateado corrió a su lado y señaló los cuerpos. “¿Eres tú el que hizo esto?”

“Sí”.

“¡Entonces, por favor! Sé que es increíblemente presuntuoso, pero ¿estaría dispuesto a ayudarme?” suplicó, inclinando profundamente la cabeza.

“¿Eh? ¿Uhh…?” Yogiri sólo quería seguir adelante, pero ahora dudaba. Parecía tener un punto débil para la gente que le pedía ayuda. Se giró para mirar a Tomochika con una expresión de preocupación.

“Eh, no me mires a mí. Supongo que no hay nada malo en escucharla, sin embargo.”

Ella estaba a favor de salir de la torre lo antes posible, pero no quería la culpa de ignorar la petición de alguien más que él.