Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Volumen 2

Capitulo 1: ¿Por Qué Siempre Son Tan Ingenuos?

Una solitaria chica caminaba por el bosque de los monstruos, el territorio de los Reyes Bestias. Tenía el pelo corto y de corte marimacho, pero no había manera de que pudiera disfrazarse de hombre, su figura era indiscutiblemente femenina.

Caminaba a través de la luz del sol salpicada que se filtraba entre los árboles como si no le importara nada. Aparte de un cuchillo en su cintura, estaba completamente desarmada y no llevaba equipaje. Para los que conocían el bosque, debía parecer una loca.

El bosque en sí no era un terreno extremadamente accidentado. Los árboles estaban lo suficientemente separados como para dejar pasar mucha luz, y el suelo era plano y uniforme. Pero esta región en particular estaba poblada por monstruos – caminar dentro de sus límites era entrar en el reino de lo inhumano. Los civiles ordinarios serían devorados en un instante. Sin embargo, atravesaba los árboles como si estuviera paseando por un parque.

“¿Por qué se esconde en un lugar como este de todos modos?” se quejó, como si fuera demasiado problema para ella estar allí.

“Bueno, tiene más sentido que la gente que no quiere involucrarse con los demás y aún así vive en las ciudades”, una voz respondió a las quejas de la chica, a pesar de que estaba completamente sola. En lugar de una persona, la voz provenía del cuchillo en su cadera.

“Estás hablando del último tipo, ¿verdad? A pesar de todas sus quejas por no querer involucrarse con otras personas, no tuvo problemas en conseguir una mansión en la ciudad y establecerse como aristócrata. Realmente no lo entiendo, pero me parece una vida mucho más fácil.”

“Este es el mejor lugar para esconderse, sin embargo, ¿no crees? La gente rara vez viene al bosque.”

“¿Cómo pueden sobrevivir aquí?”

“Es simple. Los monstruos no atacarán a aquellos que son netamente más fuertes que ellos.”

Eso tiene sentido. El bosque que la rodeaba se desbordaba con la presencia de monstruos, pero ninguno de ellos se atrevió a acercarse a la chica.

Después de caminar un rato, llegó a un claro. Lo primero que notó fue el arrozal. Cabezas doradas de arroz se balanceaban en la brisa hasta donde ella podía ver.

“Los mapas no decían nada sobre un enorme claro como este, ¿verdad?”

“Los residentes deben haber limpiado ellos mismos. Pero para que los monstruos del bosque dejen este lugar intacto, su dueño debe ser bastante poderoso.”

“Sabes que eso no tiene nada que ver con ello. Pero aún así, esto es muy bonito. Los de otros mundos siempre necesitan arroz, ¿verdad?”

Además del arrozal, el claro también albergaba un campo de cultivo y corrales para el ganado. Quienquiera que lo haya hecho debe haber estado muy interesado en la autosuficiencia. Por supuesto, no había forma de que un lugar tan grande pudiera ser manejado por una sola persona, por lo que no era sorprendente ver a muchos trabajadores en los campos.

“Me pregunto por qué son todas chicas. Y tantos elfos también… ¡están en todas partes!” Los trabajadores eran exclusivamente mujeres jóvenes y atractivas. Más de la mitad de ellas eran elfos, pero también había algunas con orejas de animal e incluso algunas que tenían alas de murciélago también.

“Debe ser su preferencia personal.”

“Todo el mundo siempre quiere una novia elfa por alguna razón. No tienen ni idea de lo que ven en esos falsos humanos.”

“Creo que tú eres mucho más hermosa, personalmente.”

“Gracias”. Pero sigamos adelante…” Se dirigió a uno de los trabajadores elfos cercanos. “Oye, tú. ¿Está el tipo a cargo de este lugar por aquí?”

“¿Eh? Umm, ¿cómo llegaste aquí?” preguntó la chica elfa, claramente sorprendida por la presencia de la extraña. Debió pensar que era imposible para los forasteros llegar tan profundo en el bosque. Por supuesto, no había caminos allí, y no había manera de conducir un vehículo a través de la maleza.

“Caminé. ¿Por qué tan sorprendida, entonces? ¿No tuviste otros visitantes recientemente?”

“No lo sabría. ¿Tienes algún asunto con el maestro?”

“Sí. Negocios. Puedes llamarlo si quieres, pero sólo decirme dónde está estaría bien.”

“Está bien, te llevaré con él.” Poniendo su trabajo en espera, la elfa los guió más allá de la plantación.

Su destino era una enorme mansión a lo lejos, lo suficientemente grande para que la chica sintiera que un guía no era necesario.

“Oye, sé que es un poco raro para mí preguntar, pero ¿estás segura de que se te permite llevar a extraños al azar a conocer a tu maestro?”

“No hay problema”, respondió la elfa con una sonrisa fácil. “No hay nadie que pueda hacerle daño, después de todo.” Ella debe haber tenido una fe absoluta en el tipo.

Después de caminar un rato, llegaron a la mansión. Antes de que pudieran llamar a la puerta, ésta se abrió para revelar a un joven. Parecía que ya era consciente de que alguien había venido a visitarlo.

“No importa cuántas veces lo preguntes, no voy a hacerlo. ¿Esa cosa de los Sabios o lo que sea? No estoy interesado en ese tipo de trabajo molesto.”

El hombre era japonés. De estatura y complexión media, su apariencia era inofensiva pero poco impresionante. Sus ropas no eran muy lujosas, pero tenía en su cadera una espada larga.

Era un sabio errante. Ese fue el nombre que Aoi y su grupo le dieron a aquellos que tenían el poder de ser un sabio, pero se negaron a unirse a ellos.

“No te preocupes, soy el última que vendrá a preguntarte. ¿Te importaría al menos escucharme?”

“Bien. Pero puedo decirte ahora mismo que no me harás cambiar de opinión. Así que di lo que tengas que decir y déjanos en paz”, dijo el hombre con clara exasperación.

“Primero, para asegurarme, eres Rikuto Saitou, ¿correcto?”

“Sí. ¿Y tú eres Aoi Hayanose? Me sorprende que finalmente se hayan molestado en enviar un sabio de verdad.”

Rikuto debió intentar sorprenderla mostrando que conocía su identidad, pero para Aoi, simplemente significaba que no tenía que perder el tiempo presentándose. Ella era muy consciente de lo que él era capaz de hacer.

“Estoy aquí para invitarte a unirte a nosotros, pero has escuchado ese discurso muchas veces, así que dejaré fuera las partes aburridas. Esta es la tercera vez, así que les diré lo que es diferente ahora. Si te rehúsas esta vez, tendré que matarte.”

Después de una corta pausa, Rikuto estalló en risa, la risa rápidamente se convirtió en un ataque de tos. “Me vas a matar, ¿eh?” Finalmente se recuperó lo suficiente como para responder y se volvió hacia la elfa que estaba al lado de Aoi. “Esa es buena, ¿no crees, Layla? Hace tiempo que no escucho un buen chiste”.

“¡No, no es nada gracioso! ¡Tú!” le dijo a Aoi. “¡¿Qué estás diciendo?! ¡Discúlpate con él inmediatamente! ¡Si haces enojar al Sr. Rikuto, las cosas se pondrán feas rápidamente!”

“De acuerdo, sólo para confirmar, planea rechazar la invitación de nuevo, ¿correcto?” Preguntó Aoi, ignorando completamente a la elfa. “Sólo recuerda, en el momento en que declines oficialmente, seremos enemigos.” Ella ya sabía lo que él diría, pero necesitaba una respuesta formal.

“Me niego.”

“Ya veo”, dijo Aoi con una sonrisa. Desde el principio, ella había querido matarlo, así que habría sido desafortunado si él hubiera cambiado de opinión y se hubiera unido a ellos.

“Vamos, ahora. No hay manera de que puedas matarme. Sabes lo fuerte que soy, ¿verdad? Dios me dio el mejor poder posible en este mundo.”

“Si hablamos de puras especificaciones, entonces seguro, soy definitivamente más débil”, confesó. Era lo suficientemente fuerte como para que los monstruos del bosque la temieran, pero comparada con los otros sabios, no era especialmente poderosa.

“Dado que esto suele pasar, me atacarás de todas formas y limpiaré el suelo contigo, pero te agradecería que te rindieras y te fueras en su lugar”. Una pelea sin posibilidad de perder es una gran pérdida de tiempo. O… ¿quieres unirte a mi harén? Más de la mitad de las chicas de aquí vinieron originalmente a matarme, ya sabes.”

“Estoy de acuerdo en que todo esto es una pérdida de tiempo, pero es mi trabajo.”

“Si estás planeando usarla como rehén, puedes olvidarte de eso también”, continuó Rikuto, mirando a Layla. “Todo lo que hará es molestarme más.”

“Oh, no te preocupes por eso. Te estoy apuntando estrictamente a ti. No hay razón para involucrar a espectadores impotentes. Lo que me recuerda, ¿podrías retroceder un poco, Layla?”

La elfa miró inmediatamente a su amo, y después de ver su silencioso asentimiento, ella accedió, alejándose de la pareja.

Aoi miró a su alrededor. Varios trabajadores habían dejado de hacer lo que estaban haciendo para mirar, pero ninguno parecía especialmente preocupado. Esto debe haber sido algo cotidiano para ellos.

“No me imagino que esto sea una gran pelea, pero ¿estás tan seguro de ti misma por tus ojos mágicos? Una advertencia: la petrificación y los encantos no funcionan conmigo.”

“Ah, tal vez no puedas entender las habilidades de mis ojos porque están ligadas al destino. Estos son ojos de Asesino de Héroes. Es un nombre elegante, pero en su mayor parte todo lo que pueden hacer es ver.”

“Asesinos de Héroes”, ¿eh? ¿Van a ser tan útiles contra mí, entonces?”

“Bueno, no eres un Héroe así que no, no realmente.”

Rikuto parecía molesto por eso. Aunque estaba tratando de mantener un aire de desapego, no se estaba aferrando tan bien a ello. “Te das cuenta de lo que son esas chicas en el campo, ¿verdad? Son los reyes bestias de este bosque, dragones encarnados, Señores Demonios y cosas así.” Lo dijo como si eso lo hiciera un héroe, pero a Aoi no le impresionaba alguien que se encerraba en las profundidades de lo salvaje, y ciertamente no estaba dispuesta a reconocerlo como tal.

“Bueno, discutir no nos llevará a ninguna parte, así que ¿deberíamos empezar?”

“Muy bien, entonces. No te preocupes, no te castigaré demasiado.”

Hebras de color carne surgieron de repente del suelo alrededor de Aoi. Los numerosos apéndices de piel estaban cubiertos de algún tipo de líquido.

“¿Empezando por los tentáculos? Eso es un poco asqueroso, ¿no crees?” Su intención debe haber sido contenerla. “¡Mundo Justo!” Aoi activó su propio poder. “Un mundo cruel que sólo recompensa el esfuerzo”. El nombre oficial de la habilidad era un poco largo, así que normalmente lo acortaba como acababa de hacer.

“¡¿Qué?!” Los ojos de Rikuto se abrieron de par en par, sorprendidos. Ignorando su hechizo, Aoi caminaba directamente hacia él. Los tentáculos habían dejado de moverse – surgieron otros del suelo, envolviendo y reteniendo el primer lote.

Rikuto se había quedado rígido. Nunca antes había encontrado a alguien que se opusiera a su poder. Parecía estar dudando sobre qué hacer a continuación.

“Preferiría terminar esto rápidamente, pero también me dijeron que diera ejemplo”, dijo Aoi con desdén.

“¡No me menosprecies!” Rikuto lanzó su mano hacia el exterior, con la palma hacia ella. Un grueso rayo de luz salió disparado, lo suficientemente caliente como para reducir a cenizas a cualquiera que lo tocara. A este ritmo, los campesinos que estaban detrás de Aoi serían incinerados junto con ella.

Aoi imitó la acción de Rikuto, abriendo su propia palma hacia él. Un rayo de luz igual salió de su mano, interceptando y neutralizando el ataque de Rikuto.

“Me parece que tú eres el que ha tomado rehenes aquí”, le dijo exasperadamente a un atónito Rikuto. “¿Por qué sois siempre tan ingenuos? Tu poder te fue dado. ¿Qué te hace pensar que no se le dio a alguien más también?”

Aoi se había cansado de estos intercambios. Al final, todos eran iguales. Todas estas personas comenzaron tímidamente probando sus límites, luego inmediatamente se llenaron de ellos mismos, volviéndose lo suficientemente arrogantes como para creer que el poder era todo suyo. Tras recibir dicho poder sin ningún tipo de trabajo por su parte, despreciaron a aquellos que habían trabajado duro por sus dones.

“¡¿También obtuviste tu poder de él?! ¡Maldita sea! ¡¿No se supone que soy el más fuerte del mundo?!”

“No tengo la menor idea de quién te dio el poder. Pero si una persona patética como tú puede hacerlo, pensé que sería bastante fácil para mí también.”

“¡Cállate! ¡Toma esto! ¡Pira funeraria!” Intentó activar otra habilidad, pero no pasó nada. “¿Qué? ¡¿Por qué no funciona?! ¡Ciempiés Negro! ¡Tipo 100! ¡Escritura oscura! ¡¿Por qué no está pasando nada?!” La voz de Rikuto comenzó a temblar.

“Como dije, es sólo un poder que alguien te dio. ¿Es tan sorprendente que te lo hayan quitado?”

“¡No lo entiendo! ¡Se supone que debo ser el más fuerte!” gritó, tratando de cubrir el miedo en su voz.

“Hmm, ¿cómo decirlo? Tu nivel de Destino es realmente bajo, así que contrarrestarlo con algo similar o quitárselo por completo es fácil.”

“¿Quitarlo…?” La cara de Rikuto se blanqueó. Finalmente se había dado cuenta de que el poder invencible que había ejercido libremente hasta entonces había desaparecido.

“No es sin esperanza, sin embargo. Mi poder no es completamente unilateral. Si tus habilidades fueran algo que tú mismo has construido, yo perdería fácilmente.” Cuando se acercó a Rikuto, sacó su cuchillo.

El joven comenzó a reírse con locura. “¡Así es, todavía tengo esto!” Viéndola sacar el cuchillo, sacó la espada de su cadera. Hasta cierto punto, la acción le ayudó a calmarse. La espada tenía un aire antinatural, sin duda se trataba de un arma poderosa.

“Sí, el nivel de Destino de esa espada es bastante alto, así que no puedo anularla.” Un instante más tarde, la garganta de Rikuto fue abierta. Aoi, ahora detrás de él, sacó su cuchillo de la parte posterior de su cuello. “Pero en realidad no importa si el que lo usa es débil.”

“¿Era realmente necesario usarme?” el cuchillo en su mano se quejó mientras Rikuto se desplomaba en el suelo.

“Parece que sus subordinados no le querían mucho”, comentó Aoi. En algún momento, la gente que había estado observando el conflicto había desaparecido. “Bueno, mientras difundan la noticia de lo espantosa que fue su muerte…”

No se podía permitir que nadie desafiara a los sabios. Dejar eso claro era uno de los trabajos de Aoi.

“Siento mencionarlo tan pronto después de terminar este trabajo, pero ya nos han asignado uno nuevo. Los objetivos esta vez son dos de otro mundo, Yogiri Takatou y Tomochika Dannoura. Oh, esto es raro. Parece que son candidatos de Sabio”.

El cuchillo que sostenía Aoi también podía enviar y recibir mensajes. Comunicarse a largas distancias requería una enorme cantidad de energía mágica, por lo que raramente se usaba, y su uso era señal suficiente de que era una emergencia.

“¿En serio? Me pregunto de qué se trata. ¿Son los candidatos a Sabio lo suficientemente importantes como para involucrarme?”

“Quién sabe. Primero, vayamos a Hanabusa. Los detalles de nuestra misión están allí.”

“Cielos. Ni siquiera nos darán tiempo para recuperar el aliento, ¿verdad?”

Mientras Aoi se quejaba para sí misma, escuchó pasos desde dentro de la mansión. “¿Todavía hay trabajadores dentro?”

Esperó a ver quién salía, y pronto un joven regordete saltó por la puerta. Para asombro de Aoi, inmediatamente se tiró al suelo, postrándose mientras se arrastraba hacia ella.

“¡Mi nombre es Daimon Hanakawa! Me vi envuelto en las maquinaciones de este asqueroso harén tramposo de Rikuto y me vi obligado a vivir mis días aquí, pero ahora que ha sido asesinado por sus manos, ¡no tengo ningún recurso! ¡¿Podrías ayudarme de alguna manera?! ¡Si no, todo lo que me queda es la muerte!”

“Um… ¿qué demonios es esto?”

“Una criatura bastante extraña, de hecho.”

No es de extrañar que Aoi estuviera totalmente perdida.