Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 11

Capítulo 6: Brillo Eterno

Parte 2

◇   CQ Angel Hamuel

La granada había hecho estallar una tienda entera. Varias tiendas de los alrededores también habían volado por los aires, y aunque no había habido muertos entre los invitados, algunos estaban gravemente heridos. Logrando arrastrar sus pesados pies, Hamuel se dirigió a Lethe. Al fin y al cabo, Hamuel era la única que podía informar de esto que ella no quería informar. Y efectivamente, los labios de Lethe se torcieron mientras se reclinaba en su silla en una pose arrogante. Las Shufflin II que la acompañaban también se crisparon, asustadas por su elegante presentación de disgusto.

“He descubierto lo que ha pasado.” Informó Hamuel. “¿Qué fue?”

“Fueron las Shufflin II que regresaron después de la exploración. Fueron encantadas por Puk Puck, y parece que recibieron instrucciones detalladas a través de sus teléfonos mágicos…”

“Y luego se volaron, eh.”

“Sí. Una de los miembros de Recursos de Chicas Mágicas está muerto. Ella y las cuatro Shufflin II que estaban siendo controladas. Las otras han sido capturadas.”

“¿Una de Recursos de Chicas Mágicas?”

“Una chica mágica que tenía una magia para ver de lejos. Me han dicho que su poder era extremadamente conveniente.”

“Entonces nos han cegado.”

“Bueno, sí. Parece que lo que pasó es que como estábamos intercambiando una lista de chicas mágicas y magia para cooperar estrechamente con Recursos de Chicas Mágicas, las Shufflin II lo leyeron y lo reportaron a Puk, lo que llevó a esto.”

Al explicarlo ella misma, Hamuel pensó que se trataba de un terrible error. La eficacia de la magia de Puk Puck era más inmediata de lo que había imaginado. Entonces, ¿eso significaba que antes, cuando la había utilizado durante las reuniones, no había estado a pleno rendimiento? ¿O había habido alguna oportunidad para que creciera? Sea como fuere, esto equivalía a dejar que el enemigo invadiera, por el propio error de Hamuel. Había investigado cuidadosamente a los “invitados”, pero se había descuidado con las Shufflin II, que eran de los suyos. Había pasado por alto lo sospechoso que resultaba que se pusieran en contacto tan frecuentemente con sus teléfonos mágicos.

“Lo sabía.” Dijo Lethe.

“¿Qué quieres decir?” Preguntó Hamuel.

“Así no es cómo funciona Puk, eh. No hay juego.” Lethe se puso de pie, golpeando su abanico doblado en la palma de la mano derecha. “Si no es juguetona, significa que no tiene tiempo. Estará intentando que la ceremonia sea un éxito sin gastar tiempo ni esfuerzo innecesario.”

“Estoy segura de que tienes razón.”

“Entonces también debemos apresurarnos, eh. ¿Hasta dónde ha llegado la siguiente oleada de exploradores?”

“A mitad de camino hacia las ruinas.”

“Vamos a salir. Y que ellas también se adelanten. Si los alcanzamos en el camino, entonces bien, eh.”

“Sí.”

Fue entonces cuando un tres de corazones corrió hacia Hamuel, susurrándole al oído. Hamuel frunció el ceño.

“¿Qué pasa?” Le preguntó Lethe.

“Hemos capturado a un soldado enemigo.” Dijo Hamuel. “Parece que ha sido interrogada…”

“Puedes torturarla o lo que quieras. Olvídate del humanitarismo ahora.”

“Sobre eso, bueno, aunque no he dado ninguna orden de ese tipo, no podría decir con seguridad que no hay posibilidad de que se haya hecho cuando ciertos individuos en la escena se descontrolaron, por así decirlo.”

“Tienes el corazón bastante negro, Hamuel.”

“Oh no, estoy segura de que mi corazón está bastante rojo. Lo más importante es que una voluntaria pidió hacer el interrogatorio, así que intenté dejarla hacer.”

“¿Qué torturador era?”

“Bueno… es la chica mágica que dejó la Facción Puk.”

***

◇   Uluru

No era que Uluru quisiera oponerse totalmente a Puk Puck. Sólo quería saber qué buscaba realmente Puk Puck. Lo único que le habían contado a Uluru era la vaga historia de que si celebraban la ceremonia y activaban el dispositivo, todo se solucionaría, y eso había sido suficiente para convencerla, antes. Lady Puk es tan increíble, había pensado con una sonrisa brillante. Ahora Uluru estaba llena de dudas, incapaz de avanzar. No sabía si Puk Puck estaba haciendo realmente lo correcto.

La chica mágica que había sido capturada por las cartas soldado y arrastrada ante Uluru no era una que ella hubiera visto antes. ¿Era una especie de mercenaria? Su traje esponjoso hecho de material de esponja no parecía que fuera a ser fuerte en una pelea. A Uluru le habían dicho que esta chica había sido capturada después de caerse y quedar atrapada en un agujero sin siquiera usar su magia. Eso era demasiado patético para una mercenaria.

Uluru se acercó a la chica mágica de la esponja y le acercó la boca al oído. “Estate tranquila. Evita que los demás se den cuenta. Uluru es una espía. Una chica mágica de la Facción Puk.”

Sorprendida, la chica mágica de la esponja miró a su alrededor con inquietud, luego fijó su mirada en Uluru y asintió. Uluru se sintió un poco sorprendida de que esta chica confiara en ella. Que Uluru fuera de la Facción Puk era una mentira. Y Uluru también sabía que era una mentira. Apretando su mano derecha en un puño, se dijo a sí misma que no debía dejar que su mente divagara.

“Puedes ser honesta conmigo y contarme todo.” Dijo Uluru. “También hablarás por el bien de Lady Puk.”

“E-Esta bien.”

“¿Cómo te llamas? ¿Qué tipo de magia utilizas?”

“Magical Pongee. Puedo limpiar cualquier desorden con mi esponja mágica.”

“¿Limpiar cualquier desorden? ¿Cómo se lucha con eso?”

“No, soy mala en la lucha. Pero había terminado mi trabajo en el dispositivo, y no tenía nada más que hacer… así que dije que quería ir al campo de batalla, para poder ser aunque sea un poco útil a Lady Puk.”

“¿El dispositivo? ¿Te asignaron la activación del dispositivo?”

“Sí. Mi trabajo era quitar los talismanes que estaban pegados al dispositivo. Me dijeron que sólo tenía que manipular el dispositivo, así que no sé mucho de nada aparte de eso, pero una vez que quité los talismanes, no tuve más trabajo que hacer, así que…”

“¿Sabes lo del dispositivo? ¿Te has enterado de cómo se iba a utilizar?”

“Umm, he oído que las chicas mágicas serían absorbidas por el dispositivo, y que lo arreglarían para poder vivir eternamente dentro de él. Y luego seguirá creando toneladas de poder mágico. Una vez que el dispositivo se active, yo también podré entrar. Y todas las otras chicas mágicas también entrarán, y tendremos a Lady Puk vigilándonos para siempre. ¿No te parece maravilloso?” Dijo Magical Pongee con una sonrisa chispeante. Uluru se sintió muy mal.

“Deshacer los sellos, modificar el dispositivo y celebrar la ceremonia con éxito es todo muy difícil, por lo que Lady Puk también dijo que podríamos quedarnos atascados en algún lugar. Pero si eso sucede, sólo tenemos que usar el contrato. Ella dijo que nos dará mucha suerte, para que podamos hacer funcionar el dispositivo.”

Ese era el contrato de Sachiko. Uluru asintió.

***

◇   CQ Angel Hamuel

“¿Antiguo miembro de la Facción Puk?” Dijo Lethe. “Si dejamos que alguien así haga el interrogatorio, ¿obtendremos información digna de confianza?”

“Parece que esto es algo en lo que podemos confiar. La prisionera capturada debía centrarse por completo en el dispositivo, pero su tarea terminó rápidamente y, al no tener nada que hacer, se dirigió a luchar.” Explicó Hamuel.

“Y así es como fue capturada, ¿eh? Qué tontería.”

“Cuando se le preguntó sobre cómo usaría Puk Puck el dispositivo, dijo que esa chica mágica que es buena modificando máquinas… la que mencionó Pfle, Shadow Gale, ¿sabes? Parece que la harán modificar. Y luego, al llevar a las chicas mágicas al dispositivo, lo harán para que genere poder mágico prácticamente eternamente.”

“Oh-ho…”

“El equipo de investigación estaba profundamente impresionado, y no paraba de decir que era una idea increíble que rompía paradigmas y que superaba los límites del marco mágico.”

“Necesitan que se les inculque un poco de sentido común con hierros de marcar.”

“En efecto.”

“¿Pero cómo puedes decir que confías en esa información, eh?” “Estaba esa lista que recibiste de Pfle de chicas mágicas en paradero

desconocido, ¿verdad? Cuando comparamos esa lista con los métodos de desprecintado que obtuvimos de la prisionero, todo coincide. Y también concuerda con esa historia descabellada de que todas las chicas mágicas se hacen ‘amigas’. Después de todo, Puk Puck estaría mostrando afecto por las chicas mágicas de fuera del dispositivo. Quizás lo haya confundido con un acuario.”

Lethe levantó su abanico para protegerse del sol. La forma en que las sombras caían sobre su rostro la hacían parecer terriblemente pálida. Hamuel sintió, como si por primera vez, hubiera visto a Lethe actuar con su aparente edad, y bajó su propia cara.

“Dijiste que era una información en la que podíamos confiar.” Dijo Lethe.

“Lamentablemente, ese es   el caso.” Respondió Hamuel.   “Se consiguió a través de la magia.”

“… Asegúrate de comunicar esto a todos.”

“¿Es eso lo mejor? Eso puede hacer que algunos tengan ganas de huir.”

“No importa. Puedes decirles que estamos entre la espada y la pared. La moral es irrelevante para las Shufflin II, pero dile a los que fueron contratados con dinero que sus vidas penden de un hilo. Si los amenazas y les dices que se convertirán en juguetes para Puk Puck… el cómo terminaran si escurren, aclarándoles que tendrán un destino más doloroso que la muerte, trabajarán un poco más duro, eh.”

***

◇   Pfle

“El objetivo de Puk Puck es—” La voz de Samuel se dirigió a todos, diciendo que se habían enterado de la clase de uso maligno que se le daría al dispositivo. No estaba mal tener claro que Puk Puck era indiscutiblemente el enemigo, para compartir entre todos esta alianza de dispuestos y no dispuestos: “Tenemos que derrotarla, o estamos condenados.” Con objetivos de todo tipo, desde el dinero o el estatus hasta la ética, esta masa de equipos rivales estaba atrapada en el mismo barco por el momento, y era una estrategia correcta disponer para ellos un enemigo común al que no pudieran ceder, pasara lo que pasara. Parece que este anuncio causó un poco de confusión, pero las Shufflin silenciaron rápidamente a los que armaron un escándalo.

Eso era una ventaja. Pero no compensaba en absoluto el inconveniente de haber perdido a Glassianne. El plan del enemigo para localizar cuidadosamente a Glassianne y acabar con ella había sido posible porque el enemigo conocía su existencia. Una de las Shufflin II que se había convertido en espía del enemigo había echado un vistazo furtivo a la lista de chicas mágicas que Pfle había entregado, y el enemigo la había utilizado para atacar a la persona que más valía la pena eliminar. Glassianne había estado desprotegida, y aunque había carecido comparativamente de habilidades de combate, su magia tenía más valor táctico que la mera fuerza individual; tenía aplicaciones estratégicas. Pfle también habría ido a por Glassianne, si los papeles se hubieran invertido.

Este era un enemigo extremadamente formidable. Enviar de vuelta a algunas Shufflin que ya estaban controladas para decir que las otras que se habían adelantado no iban a volver había sido una estratagema que se aprovechaba de su descuido: eso era inteligente. ¿Pfle simplemente había subestimado una encarnación de uno de los Tres Sabios, o había alguien más dándole ideas? La Cazadora de Chicas Mágicas, Snow White, le vino a la mente, y Pfle tensó los labios.

“Jefa. Deluge está aquí.” Dijo Dark Cutie. “Oh, gracias. Hazla pasar.”

Dark Cutie era la misma de siempre en todos los aspectos, sin cambios. Desde que se emitió su anime, se había comprometido a la inexpresividad, lo que algunos susurraron que era una total desvergüenza. No se percibía en absoluto que sintiera pena o dolor por la pérdida de su compañera de armas de toda la vida, Glassianne, justo después de la pérdida de Micchan el Diccionario. Ni siquiera Pfle podía decir desde fuera cómo lo llevaba por dentro.

Pero en cuanto a Princess Diluvio, cambiando de lugar con Dark Cutie para entrar en la tienda, Pfle podía decir desde el exterior que nada en su interior había sido tratado. Se sentía perdida. Y Pfle sabía por qué se sentía perdida.

“Había algo que quería hacerles saber.” Dijo Pfle.

“¿Qué pasa?” Deluge no estaba siendo exactamente grosera, pero su manera era cortante. No tenía buena opinión de Pfle. Y lo que Pfle estaba a punto de decirle sólo la molestaría aún más. Eso era seguro.

Se enfurecería, o incluso mataría, o…

“Estamos a punto de partir. No podemos ser las únicas que se queden atrás. Así que hagamos esto rápidamente. Esto es sobre el proyecto de las chicas mágicas artificiales, donde te convertiste en una chica mágica.”

La expresión de Deluge cambió. Sus ojos se clavaron en Pfle, y ésta pudo ver que dentro de sus labios firmemente cerrados apretaba los dientes.

“Acabo de recuperar los recuerdos que había perdido.” Dijo Pfle. “Parece que yo financiaba el proyecto de las chicas mágicas artificiales.”

***

◇   Princess Deluge

Sin siquiera tener tiempo para pensar, se movió. Su mano derecha sacó su lanza, empujándola hacia la garganta de Pfle. La temperatura circundante bajó, y la escarcha cayó sobre los rizos de Pfle, tiñendo esas partes de blanco.

“¿Qué significa esto?” Preguntó Deluge.

“Yo aportaba dinero para el proyecto de desarrollo de chicas mágicas artificiales que se estaba llevando a cabo por iniciativa de alguien llamado Lapis Lazuline. El proyecto era un intento de desarrollar de forma independiente la tecnología de las chicas mágicas que el Reino Mágico monopoliza. Como chicas mágicas, el Reino Mágico tiene esencialmente nuestros corazones en sus manos. Negociar un solo artículo está fuera de toda consideración, ni siquiera podemos tener un asiento en la misma mesa. Así que para salir de eso…”

“Eso no es lo que estoy preguntando.”

“Me parece justo.” Lanzando una mirada cansada al tridente, Pfle encendió el teléfono mágico que tenía en su regazo. Apareció un holograma y la boca de Deluge se abrió ligeramente.

“¿Fal…?” Dijo Deluge.

“Deluge, mucho tiempo sin vernos, pon.” Respondió Fal. “¿También me estabas mintiendo?”

“No, pon. Y Pfle tampoco te estaba mintiendo técnicamente, pon.” Fal le contó a Deluge cómo Pfle había hecho desaparecer sus recuerdos sobre las chicas mágicas artificiales para evitar la investigación. Y luego Shadow Gale había tomado la decisión arbitraria de entregar esos recuerdos a Snow White, y Fal se limitó a devolverlos, con la condición de que Pfle salvara a Snow White.

Fal dijo que Pfle no la había engañado, pero eso ya no importaba. Deluge apretó con fuerza el tridente en su mano derecha, y Fal gritó: “¡Para, pon! Aunque mates a Pfle ahora, no va a solucionar nada, pon. No puedes perder de vista tu objetivo, pon. Tienes que usar a Pfle ahora mismo, pon.”

Deluge alivió la tensión de su brazo derecho.

Pfle soltó un suspiro y apartó las puntas del tridente, que habían vuelto a su temperatura normal sin que Deluge se diera cuenta. “Gracias, Fal.” Dijo Pfle. “Comparto tu opinión, pero decirlo yo misma no habría supuesto más que rogar por mi vida.”

“No es que Fal quisiera salvarte, pon.”

“Eso me recuerda que tú tenías una postura similar en el grupo,

¿no?”

“Fal no se acuerda, pon.”

“En ese caso no importa.” La expresión de Pfle se tensó cuando se enfrentó a Deluge una vez más. La Pfle que Deluge conocía estaría riendo o sonriendo, pareciendo de alguna manera divertida independientemente de la situación, pero todo sentido de placer o ironía se había desvanecido, y la tensión se filtraba por cada uno de sus poros. Sus puños, colocados sobre su regazo, estaban cerrados con fuerza, con una visible definición en rojo y blanco. “Deluge. Puedo mostrarte los documentos de investigación sobre las chicas mágicas artificiales, y también puedo suministrarte todos los artículos necesarios, incluida la droga que necesitas para transformarte, mantener la transformación y el Modo de Lujo. Puedo ofrecerte un apoyo completo.”

El ángulo del tridente en la mano derecha de Deluge bajó gradualmente hasta que la punta central del tridente tocó el suelo con un clank.

“También tengo información. Y sé la razón de interés de por qué las reunieron a todas, y por qué les ocurrieron cosas tan horribles. Eso también te lo puedo decir.”

Los dientes apretados de Deluge crujieron. Miró fijamente a Pfle, que respondió con una mirada seria. “Si hay algo más que quieras, dímelo. Me encargaré de lo que buscas.”

¿Qué quería Deluge? ¿Qué necesitaba? No podía pensar, y las palabras no le salían. Y tenía miedo de las palabras que no salían. Dudaba de sí misma y se preguntaba si estaba actuando sin un objetivo claro.

Pfle miró fijamente a Deluge y luego bajó los ojos. “No voy a decir que nunca he sentido resentimiento por el secuestro de Shadow Gale, pero no tiene sentido que ahora te responsabilices de ello. Quien debe cargar con la culpa es quien te utilizó. Fue alguien que conozco.”

Deluge volvió a apuntar con su tridente hacia arriba. Deluge dio un paso más cerca de Pfle e inclinó su cara para acercarse. Oyó a Fal gritar: “¡Deluge!” Pero no trató de averiguar qué intentaba decir la mascota.

“¿De qué estás hablando?” Preguntó Deluge.

“Te lo acabo de decir, ¿no? La chica mágica que una vez fue conocida como Lapis Lazuline. La que financié. Había una mujer que hacía el papel de su profesora, ¿no? Era ella.”

Había habido una profesora que había convertido a todas las integrantes de The Pure Elements —excepto a Prism Cherry— en chicas mágicas, la que les había dicho que lucharan contra los Disruptores. La Sra. Tanaka era su nombre. Poco antes de que The Pure Elements fueran atacadas, dejó de aparecer, y todas se preocuparon por ella. Hasta que Pfle lo señaló, esa mujer prácticamente había salido de la cabeza de Deluge, aunque debería haber sido la primera persona a tener en cuenta.

“¿No eres consciente de ningún pensamiento o sentimiento extraño, o de haber sido guiada de alguna manera?” Preguntó Pfle.

Los impulsos que había notado recientemente Deluge eran demasiado intensos. Además, fueron esas indicaciones que había recibido a través de papelitos las que la habían llevado a ver a los otros miembros de The Pure Elements en sus últimos momentos. Su búsqueda de venganza había comenzado en ese momento.

“Y esa chica mágica azul, la encarnación actual de Lapis Lazuline.” Continuó Pfle. “Puede extraer recuerdos y sentimientos a través de los caramelos que fabrica.”

El tridente de Deluge cayó al suelo, haciendo un sonido sorprendentemente ligero. “¿Bluebell…?”

“Ella es la misma aprendiz de Lazuline que conozco. Estoy segura de que a través de la eliminación hábil de sus propios recuerdos y emociones, ella podría incluso convertirse en otra persona.”

Deluge recogió su tridente y se giró con la intención de salir corriendo de la tienda, pero el comentario de Pfle: “Parece que Bluebell-Lazuline ya ha huido. Hice que la buscaran, pero ya se ha ido.” La detuvo en su camino, y se volvió.

Pfle miraba a Deluge con tanta seriedad que a éste se le cortó la respiración. “No sé qué pretendía Lazuline, pero me lo imagino. Convertirle en una terrorista para que secuestrara a Shadow Gale y utilizarme a su antojo. Operar como un tercer poder entre las Facciones Puk y Osk, golpeando a ambos bandos en una estratagema para que se eliminen mutuamente. Eso es lo que está haciendo.” Pfle se detuvo un momento y entrecerró los ojos. “Ella tiende a despreciar no sólo al Reino Mágico, sino a las propias chicas mágicas. No podría adivinar lo que sucede en su interior, pero lo único que sé es que hará cualquier cosa para lograr sus objetivos. Tú y yo fuimos utilizadas por Lazuline. Y por esa misma razón, estoy tratando de usarte ahora. Sin embargo, como acaba de decir Fal, tú también deberías utilizarme a mí.” Pfle ofreció su mano derecha.

Abrumada, Deluge retiró su pie derecho un paso atrás. Pero entonces, incapaz de aceptar que la habían acobardado, tomó su tridente en un agarre inverso y lo clavó en el suelo. “Qué montón de monólogos egoístas.”

“Sí… eso es exactamente lo que es.” Respondió Pfle.

Las dos chicas mágicas se miraron fijamente —Pfle con suavidad, y Deluge con intensidad—. Fal, atrapado entre las dos, intercaló algo de estática antes de dar una voltereta en el aire y borrar su holograma.

Deluge había sido engañada y utilizada, y para cuando había escapado del peligro, todas sus amigas habían muerto, y luego había sido engañada y utilizada un poco más. Levantó un puño cerrado y lo golpeó con todas sus fuerzas contra la culata del tridente que había clavado en el suelo. Su puño lo clavó en la tierra, enterrando sus púas profundamente.

¿Cuánto —cuánto— la habían engañado?

“No voy a caer en más trucos.” Dijo Deluge. “Bien.”

“Voy a utilizarte.” “Me parece bien.”

Deluge sacó su tridente, y una lluvia de terrones de tierra cayó sobre Pfle.