Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 11

Capítulo 6: Brillo Eterno

Parte 1

◇   Glassianne

Entre el trabajo para Recursos de Chicas Mágicas y el hecho de haber esquivado la muerte muchas veces con Dark Cutie y Micchan el Diccionario, Glassianne se había dado cuenta de algo. Tanto Micchan como Dark Cutie se dedicaban diariamente a su trabajo para aumentar sus posibilidades de supervivencia. Sacrificaban el disfrute y el placer para entrenarse y torturarse porque querían vivir.

Glassianne lo entendía, pero no se compadecía. Si te agotabas con el trabajo y no dejabas de pensar en él ni siquiera en tu tiempo libre, entonces ¿qué valor tenía tu vida? Incluso si ganaban mucho dinero, viviendo como Micchan o Dark Cutie, no necesitabas todo ese dinero de todos modos, y además estaban lejos del estatus o el prestigio.

Glassianne no salía al frente, su misión principal era el apoyo y la observación desde la retaguardia. No es que no pusiera su cuerpo y su vida en juego, pero no lo hacía tanto como las otras dos. ¿Era esa la razón por la que no podía simpatizar? Pensando en eso, sólo una vez, intentó preguntarle a Micchan directamente.

“Hey, Micchan, así que haces cosas violentas por tu trabajo, ¿no? Y tú afición a visitar bibliotecas es porque te sirve para el trabajo, ¿no?

Eso significa que no hay descanso mental, ¿verdad? ¿No es difícil? No eres del tipo que le gusta, ama la batalla u obtiene placer al matar,

¿verdad?”

Al escuchar eso, Micchan se había reído. No el tipo de risa despreocupada que se podría describir diciendo que “se reía”. Era del tipo que dejaba la amargura en las comisuras de la boca, cuando no tenías más remedio que reír de todos modos.

“Más de lo que crees, Anne. Me gusta luchar. No sé sobre nuestra líder, pero… ¿Has intentado preguntarle?”

“Creo que puedo adivinar. Ella diría: ‘Es porque soy un villano’.” “Bueno, por supuesto.”

Y la discusión había terminado ahí. Pero a Glassianne no le parecía que Micchan hubiera hablado con sinceridad. No es que ella quisiera que su relación fuera de entendimiento de corazón a corazón. Su relación era puramente laboral: cuando estaban fuera, apenas se veían. Y a quien le había gustado eso por la falta de molestias no era definitivamente a Micchan o a Dark Cutie, sino a Glassianne. Pero ahora que estaba en esta situación, le molestaba. Era algo así como el sarro que se pegaba al desagüe de la bañera y no se quitaba. No se podía ver, pero era muy irritante saber que estaba ahí. Ya no podía tener una conversación seria con Micchan: Micchan había desaparecido. Asesinada. Glassianne era lo suficientemente profesional como para que, más que sentir pena por la muerte de Micchan, sintiera miedo al saber que había un enemigo lo suficientemente fuerte como para haberla matado, pero ¿era eso porque era una profesional o simplemente porque tenía el corazón frío? Incluso ahora, no lloraba a Micchan, sino que lamentaba no poder seguir preguntando qué pensaba realmente Micchan.

Tumbada de espaldas en la tienda, Glassianne giró la cabeza hacia un lado. Dark Cutie estaba de espaldas a ella, haciendo ejercicios de estiramiento para sus muñecas y manos. Estaba realizando casualmente hazañas como tocar su dedo índice derecho con el dorso de su mano derecha. No importa cuántas veces lo viera Glassianne, Dark Cutie doblaba los dedos en ángulos tan poco naturales que Glassianne no podía creer que tuviera articulaciones.

“Hey, Líder.” Dijo Glassianne. “¿Qué?”

“Tu trabajo implica cosas como matar y que la gente intente matarte, ¿verdad? Y luego, incluso cuando no trabajas, sólo piensas en eso, en quedarte encerrada en casa, ¿verdad? ¿No te cansas de eso? Yo no siento que pueda hacer lo mismo.”

Dark Cutie se enderezó lo suficiente como para que se le notara por detrás, hinchando el pecho. “Es porque soy un villano.”

Glassianne soltó una carcajada, y Dark Cutie se volvió hacia ella con una expresión confusa. “¿Te ha hecho gracia algo?”

“No, está bien. No te ofendas. Nada es gracioso, nada en absoluto. Es sólo que era exactamente lo que esperaba que dijeras. Y me ha hecho gracia. A veces te pasa eso, ¿no?”

Dark Cutie volvió a enderezar la cabeza y luego la sacudió lentamente. “Permíteme corregir eso.”

“¿Eh? ¿Corregir qué?”

“No es sólo porque soy un villano.” Con una expresión increíblemente seria, Dark Cutie volvió a hinchar el pecho. “Es porque soy una villana de primera categoría.”

Glassianne rodó boca abajo en el suelo y se rió a carcajadas con la mejilla sobre la sábana. Tras reírse un rato más, tomó aire y le dijo a Dark Cutie: “Hey, Líder.”

“¿Qué?” Dark Cutie sonaba aún más gruñona que antes.

“Viene un visitante. Una carta soldado. Traje de diamante, sólo una, sin arma.”

Dark Cutie se puso en pie de un salto y se volvió hacia la entrada de la tienda. Al poco tiempo, oyeron unos pasos, y luego se oyó un sordo golpe en la entrada. Cuando le indicó a la persona que entrara, una carta soldado de diamante se asomó con la mayor inquietud. No se había dado cuenta de que ya habían notado su llegada.

Con una extraña entonación que hizo deducir que no estaba acostumbrada a hablar, la carta soldado de diamante les dijo: “Pfle llama a Dark Cutie.” Glassianne se levantó del suelo mientras golpeaba la pantorrilla de Dark Cutie dos veces con el dedo corazón. Esa era la señal que significaba que no había problema. Ella ya había visto a través de sus gafas mágicas que Pfle estaba hablando con la jefa de las cartas soldado. Aunque sólo podía ver imágenes y no podía oír lo que decían, el ambiente había sido completamente amistoso. Incluso si se llamaba a Dark Cutie, no se iba a convertir de repente en algo.

La carta soldado se llevó a Dark Cutie. Ahora, sola, Glassianne cruzó las manos para acolcharse la cabeza y cruzó las piernas, levantando las rodillas.

Dark Cutie se dirigiría a las ruinas donde se produciría el combate, mientras que Glassianne se quedaría entre los invitados, permaneciendo en la zona de seguridad mientras proporcionaba apoyo desde allí. Tal vez el hecho de situarse en la zona segura la hacía sentir mal, creando un caldo de cultivo para pensamientos innecesarios. Si a eso le sumamos el cansancio, era por lo que había acabado así.

Pero a pesar de todo, no tenía ningún interés en ir personalmente al campo de batalla. Se dijo a sí misma que esto era básicamente una división del trabajo. Si estaba en un lugar seguro, al menos no iba a morir. Rezando para que Micchan el Diccionario descansara en paz, Glassianne también rezó para que Dark Cutie volviera sana y salva, y luego bostezó audiblemente.

***

◇   Pfle

El ambiente era un poco más informal que el de la discusión entre las tres de hace un minuto, ya que habían elegido un lugar donde la jefa de Hamuel, Lethe, no estaba presente para hablar.

“Hey, ahora que tenemos una nueva oportunidad de hacer las paces, me alegra ver que eres una persona tan razonable.” Dijo Pfle.

“Yo pienso lo mismo.” Respondió Hamuel.

Pfle sonrió a Hamuel y ésta le respondió con una sonrisa propia. Pfle era consciente de que su propia sonrisa no iba acompañada de mucha alegría, y estaba segura de que lo mismo ocurría con Hamuel. Dudaba que Hamuel quisiera que se le acercara en ese momento.

CQ Angel Hamuel era, tal como había dicho Pfle, una persona razonable. Preséntale algo para ganar, y se alegrará, muéstrale hostilidad y te tratará como corresponde. En este negocio, en el que había no pocas personas alejadas del sentido común que servían a placeres difíciles de entender, Pfle agradecía bastante tratar con alguien que poseyera un sentido ordinario de los valores, alguien sobre el que pudiera hacer conjeturas. Pero aunque Hamuel fuera una persona razonable, si se preguntaba si era fácil tratar con ella, la respuesta era que no, y por esa razón, su razonabilidad por sí sola no era algo de lo que alegrarse.

Sus alas eran tan escasas como los huesos de pollo después de sacarlos del caldo, con nomeolvides espolvoreadas por encima, y su traje en general era delicado y ligero. En contraste con la frágil impresión que daba su aspecto, sus respuestas eran de carácter empresarial.

“… ‘Amor verdadero, no me olvides’, ¿eh? Creo recordar que son de la leyenda del caballero.” Dijo Pfle.

“¿Eh?” Hamuel le dirigió una mirada que decía: “¿De qué estás hablando?”

Si esa era su respuesta al lenguaje de las flores, eso significaba que no había decorado su traje por una fijación particular con los nomeolvides. Entonces parecería algo que se buscaría, pero ¿ni siquiera lo había hecho, o lo había buscado, pero luego lo había olvidado? Tal vez no era que ella era de negocios y más que ella era utilitaria.

“Aunque hayamos empezado con mal pie, nuestra asociación no tiene por qué romperse.” Dijo Pfle.

“Oh, claro. Sí, tienes toda la razón. Ya que, después de todo, ahora que los Osk y los Caspar se han unido, somos imbatibles, la Facción Puk no tiene nada que hacer, y todo eso.” Hamuel limpió las gotas que se habían esparcido de su botella de plástico en la mesa, y luego volvió a poner la botella de plástico sobre la mesa. No lo hacía porque fuera quisquillosa. Si fuera quisquillosa, habría utilizado un pañuelo para limpiar y luego habría colocado la botella encima del pañuelo. Está estresada, pensó Pfle.

Hamuel también sabía que Pfle había estado tratando de conseguir a Premium Sachiko, ya que Pfle se lo acababa de decir ahora. Hamuel se habría dado cuenta de eso cuando Pfle le había contado las habilidades mágicas de sus subordinadas, pero Pfle había mostrado su propia clase de consideración allí, pensando que sería más fácil para Hamuel lidiar con eso si Pfle no salía a decirlo, así que no lo había puesto explícitamente en palabras.

Ahora las cosas habían cambiado. Los recuerdos de Pfle habían vuelto. La pesada niebla se había disipado, y lo que había que hacer estaba delante de ella, ahora de forma más clara. No eran sólo una o dos cosas. Había tantas cosas que no quería contarlas.

Aunque habían terminado en conflicto como dos fuerzas por capturar a Sachiko, Sachiko ya no estaba, y la Facción Puk estaba tratando de forzar la ceremonia a pesar de todo. Y puesto que la razón por la que Pfle había buscado a Sachiko era para interferir en la ceremonia —se había equivocado en eso, pero no había razón para decírselo a Hamuel—, de aquí en adelante podrían trabajar juntas. Pfle no había oído hablar de ello ni una sola vez desde que entró en Recursos de Chicas Mágica, pero el departamento estaba más o menos bajo la jurisdicción de la Facción Caspar, y como las Facciones Caspar y Osk colaboraban, tampoco era extraño que Recursos de Chicas Mágica trabajara con los Osk. Por eso estaban juntos. Ella haría que ignoraran todas las cosas desagradables que Deluge y Dark Cutie habían hecho a esas Shufflin. Y en cuanto a Uluru, esta no era la situación para desafiarla por haber sido miembro de la Facción Puk.

Hamuel era alguien que priorizaba la ganancia. Y esta ganancia no era para su facción, sino para ella misma. Era del tipo que trabajaba para una facción porque su expansión la beneficiaba. No tenía en absoluto el espíritu de abnegación. Eso era muy evidente después de intercambiar algunas palabras con ella.

“Todo el personal del Departamento de Recursos de Chicas Mágicas ha revisado los datos para ponerse en contacto con los individuos que parecen útiles.” Dijo Pfle. “Me gustaría que los incorporaran en sus fuerzas, yo misma incluida al mando.”

“Te mueves rápido.” Respondió Hamuel.

“No les diré que lo mejor es la rapidez por encima de la atención, pero lo que se pueda hacer con rapidez debería hacerse. Con la colaboración del Departamento de Inspección, también hemos realizado comprobaciones para ver si están bajo el hechizo de Puk Puck. Ya que hacer que sus especialistas se encarguen de asuntos como estos es… sí, es comparativamente más rápido.”

“Ya veo, ya veo.”

“No te pido que sigas en deuda con nosotros, pero hemos gastado bastante en su contratación.”

“Si puedes hacer una factura, gestionaremos el pago más adelante.”

“Espléndido. Y lo más importante, no te olvides de Shadow Gale y Snow White.”

“Por supuesto, por supuesto.” El hecho de que Hamuel no aprovechara esta oportunidad para decir: “He oído que Shadow Gale es un miembro de su personal, pero ¿cuál es su conexión con Snow White?” fue una bendita falta de irritación.

“También me gustaría compartir información.” Dijo Pfle. “Ya que eso es necesario para coordinar nuestras fuerzas.”

“Sí, lo mismo digo.” Aceptó Hamuel.

“También me gustaría combinar los activos militares utilizables y las habilidades de las chicas mágicas, y también los objetos mágicos, si los tienes.”

“¿Qué tal si lo ponemos por escrito e intercambiamos documentos?”

“Eso estaría bien.”

“Lo arreglaré inmediatamente.”

“Lo tengo escrito.” Dijo Pfle. “Aunque es un resumen informal, por lo que es más bien un conjunto de memos.”

“No, no, es suficiente. Muchas gracias.”

Pfle entregó a Hamuel unas hojas de papel de informe atadas con un cordel. Hamuel los aceptó cortésmente con ambas manos, entregándoselos a la Shufflin de diamante a su lado y ordenando: “Asegúrate de que se envíen a Lady Lethe.”

Al ver a la Shufflin de diamante pavonearse como un guardia de élite, Pfle pensó: “La cuestión es si puedo salvar a Mamori o no.” Sonrió de forma vacía, como si no estuviera pensando en nada de eso, y Hamuel le devolvió su propia sonrisa vacía.

Discutieron lo que iba a ocurrir a continuación. Entre la charla inofensiva, Pfle deslizó tranquilamente asuntos más importantes, tratando de sacar toda la información posible. La información no era simplemente números y datos. Pfle observaba absolutamente todo: los modales y los tics verbales de Hamuel, e incluso los hábitos de inquietud que surgían sin que ella fuera consciente de ellos. Basándose en ellos, leyó el funcionamiento de su mente, averiguando cómo recibía los temas que Pfle le planteaba. Era una chica mágica bastante difícil de entender, pero poco a poco, su verdadero carácter se hizo evidente para Pfle.

“Perdóneme.” Pfle giró su silla de ruedas 180 grados en el acto. Dark Cutie estaba de pie a unos tres pasos de distancia. Sus pasos no habían hecho ningún ruido, su presencia había sido invisible. Tal vez ella vio esto como territorio enemigo.

Pfle levantó una palma hacia Dark Cutie mientras se volvía hacia Hamuel. “Esta es Dark Cutie. Es una chica mágica de confianza.”

Diciendo: “He oído hablar de ti.” Hamuel se puso en pie.

Pero Pfle la detuvo con una mano, girando sólo la cabeza para mirar a Dark Cutie. “¿Ha pasado algo?”

La expresión de Dark Cutie era un poco sombría. Si no estuvieras acostumbrado a verla con regularidad, la diferencia allí era tan diminuta que nunca la notarías, pero su expresión se había vuelto sin duda en la dirección negativa. Era muy raro que Dark Cutie cambiara su expresión delante de Pfle. “He venido porque he oído que tienes negocios conmigo.”

“¿Quién ha dicho eso?”

“Una carta soldado. Un diamante.” “No, nunca te he convocado.”

Antes de que Pfle pudiera terminar de decir eso, Dark Cutie salió corriendo, y un momento después, Pfle le siguió.

***

◇   Glassianne

En ese momento tenía prohibido desplazar su visión hacia las ruinas. Puk Puck tenía una magia temible: robarte el corazón nada más verla. Y para bien o para mal, el dramático lamento de Pfle de que “si te unieras al bando enemigo, sería como si nos arrancaran los brazos y las piernas” se le había quedado grabado a Glassianne. Era bastante intenso, verse obligado a luchar contra el peligro incluso en las últimas líneas.

Si iban a utilizar la magia de Glassianne en las ruinas, sería con el máximo cuidado y precaución, junto con la observación in situ, para que no hubiera ningún peligro. Glassianne tampoco quería que le robaran el corazón con magia, y que Glassianne se pasara al enemigo sería un problema para su bando. Sería atroz que ya no pudieran confiar en los informes de sus ojos observadores, y aún peor si ella diera informes que pusieran al enemigo en ventaja, eso les causaría una devastación absoluta.

Glassianne hizo lo que le habían ordenado y no miró hacia las ruinas, dedicándose a vigilar la zona de espectadores, que estaba repleta de chicas mágicas y magos. ¿Quién se daría cuenta si algún miembro de la Facción Puk estaba entre ellos, con el título de algún jefe de departamento? El trabajo de Glassianne era investigar cualquier comportamiento extraño.

Seguía revisando la zona cuando se detuvo a mitad de camino. Había cartas soldados reunidos en torno a una tienda de campaña, en la que descansaba Glassianne. Estaba rodeada de cartas soldados, todas ellas armadas. Glassianne se puso en posición sentada, con la mano derecha sosteniendo su cuerpo y colocando la mano izquierda abierta sobre su cara. Con una expresión de sorpresa y miedo, observó a las cartas soldados entrar en la tienda. Sin apartar la mirada de las soldados, cambió rápidamente el punto de observación de sus gafas mágicas, comprobando lo que hacían Dark Cutie y su jefa.

Estaban teniendo una agradable charla con la chica mágica ángel que estaba en los rangos superiores de la Facción Osk. Dark Cutie estaba de pie detrás de la jefa, y ésta se volvió.

No es eso.

No parecía que hubieran sido traicionados por los Osk. Si ese fuera el caso, la jefa habría sido capturada antes que Glassianne, y tampoco había razón para que un fuerte luchador como Dark Cutie pudiera actuar libremente. ¿Había ocurrido algún otro tipo de accidente?

Enfocó su campo de visión a su alrededor, no desde su propia perspectiva, sino a vista de pájaro desde arriba. Había un total de cuatro cartas soldados de trébol rodeándola. Incluso habían metido sus garrotes en la tienda, lo que la hacía muy estrecha. Sus números eran cinco, seis, nueve y rey.

Glassianne se tiró al suelo, poniendo las dos manos en la tierra. Frotándose la frente contra el suelo de la tienda, gritó con fuerza: “¡No me maten! ¡No quiero morir!” Lo hizo con frases sencillas que incluían palabras como matar y morir. Si alguien de los alrededores la oía, podría asustarse y acercarse a ver qué pasaba. Incluso si nadie se acercaba, eso podría asustar al enemigo. Alguien que rogaba por su vida en voz alta causaba más ansiedad que alguien que sólo se lamentaba y lloraba. Incluso si venían a matarla y nada más, a veces esto les hacía dudar.

Las cuatro chicas mágicas levantaron sus garrotes sobre Glassianne mientras ésta se arrastraba de rodillas. No parecía que estuvieran dudando, pero Glassianne podía notar que tenían prisa, pensando que tenían que acabar con ella rápidamente y salir de allí. Y Glassianne se estaba exponiendo en lugar de resistirse, otra cosa que hacía que sus movimientos fueran descuidados.

Si iban a atacar, entonces que primero empezaran con el más fuerte.

Justo antes de que cayera el golpe, rodeó con sus brazos los tobillos del rey, empujando su rodilla derecha. El rey cayó de espaldas, sin dejar de sujetar su garrote, pero debería haberlo soltado. Glassianne giró hacia su derecha, y al tener el garrote en la mano, el brazo derecho del rey se volvió lento, por lo que Glassianne lo bloqueó mientras golpeaba con el codo el puente de la nariz del rey. Tiró del brazo izquierdo del enemigo, sujetando su torso con las piernas, y, girando sobre sí misma, rodeó la espalda del rey para estrangularlo. Las otras cartas soldado levantaron sus garrotes, pero no pudieron bajarlos. El cuerpo del rey estaba entre ellas y Glassianne. Si seguía apretando la arteria del rey, se desmayaría en unos segundos, pero en una batalla entre chicas mágicas, unos segundos era demasiado tiempo. Girando, Glassianne arrancó la espinilla del rey. Un instante más tarde, utilizó el cuerpo del rey para bloquear los garrotes que la golpeaban, luego se arrastró por el suelo, barriendo las piernas del número cinco de debajo de ella, y rodeó con sus brazos las rodillas del número cinco para hacerla caer sobre la número seis, mientras Glassianne se retorcía para apartarse del garrote de la número nueve.

Ninguna chica mágica estaba acostumbrada a luchar contra un enemigo que mantuviera su cara en el suelo. Pero Glassianne estaba acostumbrada a luchar con la cara hacia abajo. De cara al suelo de la tienda, utilizando sus gafas para percibir todo el campo de batalla, se movía como un insecto o una bestia a cuatro patas, atacando mientras aprovechaba las aperturas creadas por los enemigos que no sabían cómo atacarla en esa postura.

Se trataba de un pequeño truco que sería inútil en cuanto el enemigo se acostumbrara a él, pero nunca había dejado de ser eficaz en el primer ataque.

Cuando la número cinco trató de levantarse, Glassianne la pateó hacia abajo, torciendo el tobillo de la número seis para doblarlo hacia atrás. Escogiendo los momentos perfectos, incluso Glassianne, que sólo tenía una velocidad y fuerza medias para una chica mágica, podía destruir las articulaciones de sus enemigos. Levantó la espinilla de la número cinco para bloquear el garrote de la número nueve, y luego, abandonando a la número cinco mientras se lamentaba y acunaba su espinilla doblada, apuntó a una esquina de la tienda, pero la número seis caída le bloqueó el camino. Siendo las cosas así, Glassianne no se opuso a acabar con esa, haciendo una finta hacia la derecha antes de agarrar el brazo izquierdo de la número seis, tirando de él por debajo de su propio brazo para romperlo. Esperaba un ataque de la número nueve a continuación, pero entonces no ocurrió nada. Glassianne vio a la número nueve salir corriendo de la tienda y luego miró a la número cinco. La número cinco sostenía un objeto redondo en su mano derecha y en la izquierda un alfiler redondo mientras jadeaba de dolor, con lágrimas corriendo por sus mejillas. Glassianne tardó sólo una fracción de segundo en darse cuenta de que la número cinco sostenía una granada mágica y un pasador de granada, pero ya era demasiado tarde.