Rebuild World (NL)

Akira atravesó el desierto a toda velocidad en su motocicleta. A pesar de su absoluta falta de experiencia en la conducción, avanzó a buen ritmo por el escarpado terreno — en rigor, Alpha era quien tenía el control. Era una excelente conductora y ya dominaba el arte de usar su traje para manejar el vehículo.

¡Alpha! llamó Akira. No podía creer lo rápido que estaban atravesando el páramo sin pavimentar. ¡Me imaginaba que esta moto era una chatarra barata, ya que ese tipo la había lanzado como adelanto de este trabajo, pero le estamos sacando mucha velocidad! Su ritmo se debía más a la técnica de Alpha que a las especificaciones de la moto, pero él no tenía forma de saberlo. Por lo que a él respecta, era una máquina impresionante.

Es un modelo pequeño y plegable, pero aún así está diseñado para el páramo, así que no sería barato. Has conseguido una buena ganga, respondió Alpha. Flotó junto a la motocicleta que se desplazaba a toda velocidad — o eso parecía, gracias a la visión aumentada de Akira. Cada mechón de su pelo movido por el viento estaba perfectamente calculado para simular la apariencia de vuelo.

¡¿Es realmente tan bueno!? Gritó Akira. ¡Sé que es parte de mi paga, pero apuesto a que me va a costar!

El viaje lleno de baches normalmente habría hecho imposible la conversación, incluso con la conducción experta de Alpha. Con las prisas por llegar al campo de batalla, seguían fuera de la carretera, y cualquier intento de hablar a horcajadas sobre la moto que se tambaleaba habría acabado con Akira mordiéndose la lengua. Su capacidad para seguir charlando a pesar de todo era una de las mayores ventajas de la telepatía — y con la que contaban para la batalla que se avecinaba.

Los sistemas de control de esta moto están hechos para interconectarse con terminales de datos, así que no tuve ningún problema para hacerme con ella, continuó Alpha. Aun así, teniendo en cuenta que está pensada para conducir en terrenos baldíos, habría agradecido una ametralladora a bordo.

¿Se puede montar una ametralladora en una moto? preguntó Akira, sorprendido. Pero entiendo lo que quieres decir sobre el sistema de control. Seguro que facilita la conducción.

Y no sólo la conducción. Puede coordinarse con los sistemas de a bordo para automatizar cosas como apuntar y recargar.

Los avanzados sistemas de control de la mayoría de los vehículos orientales fueron una bendición para los cazadores que trabajaban en los peligrosos páramos. Sin ellos, habría sido imposible que un conductor solitario manejara un tanque pesado erizado de armamento, por ejemplo.

Y un sistema de control también supone una gran diferencia en una motocicleta, continuó Alpha. Puedes cambiar a conducción automática para que tu moto siga avanzando o se detenga con seguridad incluso si te quedas dormido, y también corrige tu equilibrio en terrenos irregulares. Aunque el rendimiento de un sistema depende de sus especificaciones, por supuesto.

No importa todo eso, dijo Akira. Poner una ametralladora en una moto parece una locura. ¿Cómo manejarías el retroceso?

Un buen sistema de control no tiene problemas para tener en cuenta el retroceso durante la conducción. Era una característica estándar en el Viejo Mundo, y estoy seguro de que muchos cazadores tienen acceso a una tecnología similar incluso ahora. Se podría argumentar que cambiar a un coche o a un tanque tiene más sentido, pero eso se reduce a las necesidades y preferencias individuales.

¿Eso era normal en el Viejo Mundo? Cuanto más aprendo, más aterrador parece. Akira añadió visiones de ametralladoras montadas en motos por todas partes a su deformada comprensión de la civilización desaparecida hace tiempo.

Ustedes, los cazadores, no puedes ser mucho mejores, ya que están tan ansiosos por rebuscar entre sus ruinas, bromeó Alpha con una sonrisa.

En eso tienes razón.

Mientras cabalgaban, la atmósfera del páramo circundante cambió gradualmente. Los disparos y las explosiones resonaban, el humo se elevaba, y el hedor de la sangre y la carne y el metal quemados flotaba en el aire. En resumen, parecía un campo de batalla.

Akira miró hacia las nuevas vistas y sonidos. Con la ayuda de Alpha, parte de su vista se amplió y mostró información adicional. Pudo ver que los cazadores seguían luchando contra la horda de monstruos que los atacaba. Los depredadores pululaban por ahí: una mezcla de criaturas mamíferas, reptiles e insectoides, junto con algunas bestias que parecían combinar rasgos de las tres. Incluso el más pequeño medía aproximadamente un metro de largo, mientras que los más grandes medían más de tres. Ninguno podía volar: corrían o se arrastraban por el suelo sobre cuatro, ocho o incluso más patas mientras cargaban.

Los cazadores dispararon sus armas pesadas en respuesta. Una lluvia de balas atravesó las pieles, las escamas y los exoesqueletos de sus enemigos y destrozó la carne que había debajo. Los monstruos cayeron, murieron, se desintegraron.

Así que ese es el lugar. No está lejos, dijo Akira, tensándose mientras se preparaba para el combate.

Esta será tu primera batalla real con tu traje, respondió Alpha. Lo usaré para darte todo mi apoyo, así que asume que a partir de ahora estará siempre bajo mi control.

¿Significa que se moverá por sí mismo?

Sí. Puede que te desoriente, pero mantén la cabeza fría pase lo que pase. Trata de recordar nuestro entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, esto es más o menos lo mismo.

Oh, esa extraña sensación. Lo tengo. Akira recordó cómo se había sentido durante sus ejercicios de combate cuerpo a cuerpo, cuando apenas podía distinguir si era él o Alpha quien movía el traje. Su cuerpo había parecido anticiparse a su mente, actuando antes de que se diera cuenta de que quería hacerlo.

Tendré que ponerme muy duro para luchar eficazmente contra tantos monstruos, añadió Alpha. No lo voy a endulzar — esto te va a pasar factura. Aprieta los dientes y aguanta, a menos que prefieras volver atrás. ¿Preparado?

No te preocupes, dijo Akira con seriedad. La resolución es parte de mi trabajo.

Alpha le dedicó una sonrisa alentadora. Bien. Vayamos.

Akira agarró el manillar con la mano izquierda y preparó su AAH con la derecha. La moto ya estaba bajo el vaivén de Alpha, que llevó su aceleración al límite para que se acercaran al campo de batalla a toda velocidad.

Akira apuntó con su rifle a los monstruos que se veían en la distancia, sin molestarse en apuntar — Alpha movió su traje para que lo hiciera por él, con tal precisión que apenas sintió que estaba conduciendo una moto. Apretó el gatillo y un chorro de balas salió del cañón de su arma, cada una de las cuales llenó el aire con un fuerte informe. La ráfaga de balas acribilló a sus objetivos con una eficacia brutal, y vio cómo un monstruo tras otro se desplomaba en el suelo del desierto.

El retroceso de la ráfaga amenazó con derribar a Akira de su motocicleta, pero se aferró a ella con la fuerza del traje. La fuerza pasó así a la moto, pero Alpha ajustó la velocidad de giro de las ruedas para compensar. Siguieron disparando mientras conducían, pasando a toda velocidad por delante de los cadáveres de los monstruos que habían matado.

¡Woo-hoo! gritó Akira, absorbido por la experiencia. Tanto la conducción como la puntería le parecían sobrehumanas.

Parece que has adquirido una nueva apreciación de mi impecable apoyo, dijo Alpha con una risa de satisfacción. Será mejor que sigas mi ritmo, Akira.

No lo dudes.

Con eso, se lanzaron a la refriega.

***

Más adelante, en el páramo, dos camiones estaban atrapados entre los cadáveres dispersos de bestias voraces y los restos de máquinas hostiles. La carnicería atestiguaba la valiente resistencia de los cazadores, y aún no habían terminado de luchar.

La mayoría de los monstruos que habían salido en tropel de las ruinas de la ciudad de Kuzusuhara se dirigían directamente a la ciudad de Kugamayama, por lo que las fuerzas de defensa municipales estaban preparadas para enfrentarse a la mayor parte de la horda. Las amenazas eran más escasas en este campo de batalla, alejado de la trayectoria directa del enjambre. Los cazadores a bordo de ambos camiones habían asumido que la unión de fuerzas con otra patrulla sería más que suficiente para capear la embestida.

Entonces, la desgracia se cebó con ellos. La turba con la que se habían encontrado estaba llena de máquinas hostiles con una gran potencia de fuego, que lanzaban enormes proyectiles contra los camiones. Los monstruos robóticos parecían haber sido diseñados como una broma, cogiendo piezas de artillería en posición prona y atascando un montón de patas multiarticuladas en ellas. Pero esas patas neutralizaban hábilmente el retroceso de los cañones. Su bombardeo no fue muy preciso, pero varios disparos dieron en el blanco — y acabaron con la transmisión y los controladores de los camiones.

Sin transporte, los cazadores tuvieron que resistir. Su desesperada lucha había dado sus frutos — de alguna manera, habían rechazado a las máquinas. Pero los cazadores no sabían si habían sido destruidas, si habían huido o si simplemente se habían retirado para reabastecerse. Ahora estaban ocupados con el resto de la horda. No podían abandonar los camiones y volver a la ciudad a pie porque los voluminosos vehículos eran su único escudo contra los ataques a distancia. Además, los camiones marcaban su posición para cualquier grupo de rescate que se acercara a ellos. Y los cazadores no podían mover a sus heridos, de todos modos.

Con un fuego concentrado, los cazadores ya habían despachado a las bestias lo suficientemente resistentes como para atacar sus posiciones. Las criaturas restantes merodeaban lentamente alrededor de los camiones, escondiéndose detrás de los cadáveres o restos que aún estaban más o menos en una pieza mientras buscaban una apertura. Los cazadores se mantuvieron atentos a los refuerzos del enemigo mientras continuaban la lucha, pero la situación les ponía de los nervios.

“¿Cuántos has abatido?”, le preguntó un cazador a otro mientras escudriñaba la zona desde su escondite en la plataforma de un camión. No podía ocultar su cansancio.

“No me puedo molestar en contar, pero son muchos”, contestó el otro, con un cansancio igualmente evidente. “Mierda. Será mejor que consigamos crédito por estas muertes.”

“Lo haremos, si los instrumentos del camión están intactos. Si no, probablemente se los repartirán a partes iguales. Y eso si conseguimos volver con vida. ¿Dónde diablos están nuestros refuerzos?”

“No me preguntes. Espero que el tipo de la Oficina recibiera la llamada antes de que esa maldita máquina lo hiciera volar.”

Debajo de sus quejas se escondía un miedo tácito. Por el momento, todavía tenían energía de sobra — sus bromas lo demostraban — pero nadie sabía cuánto duraría. Los monstruos aún los tenían inmovilizados y no se sabía cuándo podrían aparecer más. Los cazadores estaban demasiado asediados para pasar a la ofensiva, y todos sabían que su situación se estaba deteriorando constantemente.

Entonces, el cazador que vigilaba escuchó unos disparos que no procedían de su grupo. Se esforzó en buscar su origen, por si anunciaba una nueva oleada de monstruos armados, y vio a Akira acribillando bestias desde su motocicleta.

***

Cuando Akira llegó a su destino, detuvo su moto y miró a su alrededor. Vio que los restos de animales y robots ensuciaban una amplia zona alrededor de los camiones, pero muchas amenazas seguían en movimiento.

Hay muchos, dijo, frunciendo el ceño a su pesar. ¿Cómo es posible que aún quede alguno después de todos los que han eliminado?

Estoy segura de que esto es sólo una pequeña fracción del enjambre, respondió Alpha, sonriendo con confianza en contraste con su pesimismo . Los monstruos muertos se amontonan hasta los camiones, así que supongo que estamos ante una tregua después de un gran enfrentamiento.

Si esto es una tregua, no puedo imaginar lo mal que se pusieron las cosas cuando se enfrentaron de verdad. Especialmente después de la cantidad de monstruos con los que nos topamos en nuestro camino hacia aquí.

Parece que la gente de aquí ya ha eliminado a los molestos luchadores de largo alcance, así que seguiremos limpiando los restos desde la distancia.

¡Sí, señora!

Akira levantó su rifle de asalto sin desmontar. A través de su traje, Alpha le hizo adoptar una postura de disparo óptima, teniendo en cuenta el ángulo y el peso de la motocicleta. Los voluminosos cadáveres de los grandes monstruos dificultaban el disparo de los cazadores sobre las bestias restantes, pero Akira tenía una línea de visión clara. Apuntó desde su moto y abrió fuego.

Su puntería asistida por Alpha envió bala tras bala a los puntos más vulnerables de los monstruos: huecos entre las duras escamas, lugares frágiles entre los ojos, costuras en el blindaje y articulaciones por todo el cuerpo. Los animales aullaban de dolor, mientras que los robots emitían ruidos extraños cuando el daño les obligaba a moverse de una forma a la que no estaban acostumbrados. Los monstruos incapacitados de ambos tipos cayeron al suelo.

Parte del enjambre desvió su atención de los cazadores hacia Akira, que les parecía una amenaza mayor. Akira mantuvo la distancia con ellos, pero no dejó de disparar.

Esto es mucho más fácil que aquella vez con Katsuragi y Darius, comentó. Incluso con algunos monstruos persiguiéndonos ahora, esta moto nos permite luchar manteniendo la distancia, por lo que no tenemos que preocuparnos por ser abrumados a menos que se unan muchos más.

Naturalmente — el otro enjambre incluía monstruos de más al este, dijo Alpha . Nos moveremos cuando se acerquen. Ahora estás en una moto, así que podríamos aprovechar al máximo.

Claro que sí.

Y así Akira continuó su ofensiva unilateral, sin permitir que sus enemigos se acercaran a distancia de ataque.

***

La visión de la batalla de Akira provocó un revuelo entre los cazadores.

“¡¿Hay refuerzos aquí?! ¡¿Cuántos?! ¡¿Tienen coches?!”

“¡¿Sólo uno?! ¡¿Dónde están los demás?! ¡¿Está explorando por delante?!”

“¡¿Un niño es todo lo que tenemos?! ¿Es esta la idea de alguien de una broma?”

En medio de la conmoción, un cazador levantó su rifle y disparó a una bestia que había saltado de su cobertura para perseguir a Akira. La bestia murió al instante mientras su cabeza se desintegraba en una lluvia de sangre.

“¡Dejen de charlar y empiecen a disparar!”, espetó. “¡Ahora es nuestra oportunidad!”

“¡¿Pero se supone que ese mocoso es realmente quien nos va a rescatar?!”, gritó alguien.

“¡¿A quién le importa?! ¡Mientras matemos al resto de esas cosas y salgamos vivos de aquí, nada más importa!”

Su reprimenda hizo que los demás cazadores entraran en acción. Rápidamente abrieron fuego para apoyar a Akira, que tomó posiciones que aseguraban que él o ellos siempre tuvieran una línea de visión clara sobre un grupo de monstruos.

Los cazadores dispararon a un lagarto que saltó de su cobertura para abalanzarse sobre Akira mientras éste pasaba. Akira disparó a un pequeño robot que estaba a punto de atacar a los cazadores por la espalda. Atrapados en este irregular ataque en pinza, los monstruos cayeron rápidamente. Y como a los cazadores nunca les había faltado potencia de fuego, pronto tuvieron la zona despejada de amenazas.

***

Un cazador salió a recibir a Akira al llegar a los camiones. El hombre parecía un poco sorprendido al ver lo joven que era realmente su salvador, pero no le faltó el respeto al chico. La caza no tiene que ver con la edad y, al menos en su opinión, sólo los aficionados juzgan un libro por su portada.

No era raro que algunos cazadores fingieran su juventud para desanimar a sus oponentes. Algunos preferían cuerpos cibernéticos con apariencia de adolescentes, mientras que otros veteranos recurrían a las drogas del Viejo Mundo para mantenerse jóvenes. Con la mayoría no se podía jugar. La conducción y los disparos certeros de Akira habían convencido al hombre de que entraba en esa categoría.

“Gracias por la ayuda”, dijo. “¿Eres un cazador que ha venido a sacarnos de apuros?”

“Sí”, respondió Akira. “Respondí a un listado de emergencia.”

“Entiendo. Siento tener que preguntar esto, pero ¿podrías vendernos alguna medicina si tienes? Tenemos bajas.”

Varios cazadores heridos yacían en las camas del camión. Grandes charcos de sangre en el suelo hablaban de la gravedad de sus heridas. Cinco bolsas de cadáveres completos yacían ya en una esquina.

Akira se quitó la mochila y sacó un paquete de cápsulas de recuperación — una reliquia de las ruinas de la ciudad de Kuzusuhara que había evitado vender. El hombre frunció las cejas cuando vio lo que Akira le había dado. Reconocía su valor, y sabía que los suministros médicos solían venderse más en el campo de batalla que fuera de él. Al fin y al cabo, el vendedor estaba renunciando a la posibilidad de salvar su propia vida si acababa en un aprieto.

“Es un material muy elegante el que tiene ahí”, dijo el hombre, con una expresión nublada al darse cuenta de que tal vez no podría pagar el precio que pedía. “Escucha, odio decir esto, pero—”

“Podemos regatear más tarde”. Akira le interrumpió. “En el peor de los casos, puedes tenerlo gratis. He venido aquí para salvar a la gente, y dejarlos morir me dejaría un mal sabor de boca.”

“Lo siento. Y gracias.”

El hombre comenzó rápidamente a tratar a sus compañeros. A algunos les dio la medicina. En otros casos, abrió las cápsulas para rociar su contenido sobre las heridas, lo que hizo que los cazadores gritaran de dolor aún más. Sin embargo, el hombre sabía cómo funcionaba la medicina, así que los ignoró y continuó su tratamiento.

“Aguanten”, dijo. “Es esto o la muerte.”

Otro hombre se acercó a Akira. “Oye, ¿eres todo el grupo de rescate?”, preguntó. “¿No viene nadie más?”

Akira dudó, pero ni el silencio ni las mentiras le harían ningún bien que pudiera ver, así que contestó con franqueza. “Resulta que estaba cerca cuando acepté el trabajo. No sé si enviaron a alguien más.”

El hombre se tomó un momento para responder. “Oh” fue todo lo que dijo al final.

Akira, que esperaba que mostrara más decepción, se sorprendió y se impresionó.

Vaya, dijo. Ni siquiera les molesta que un chico como yo sea la única ayuda que tienen.

No son tan débiles de voluntad como para dejar que un pequeño roce con la muerte los ponga nerviosos, coincidió Alpha. Lo que significa que no son cazadores comunes y corrientes. Te sugiero que tomes notas.

Buena idea.

“¿No puedes pedirle a tu representante de la Oficina de Cazadores una actualización del estado de tu grupo de rescate?”, preguntó.

“Está muerto”, respondió el hombre. “Un monstruo le clavó un proyectil de artillería. Tú estás aquí, así que debe haber enviado la solicitud antes de morder el polvo. Lástima que no esté por aquí para cosechar los beneficios.”

“¿Por qué no puedes salir de aquí por tu cuenta?”

“Los proyectiles rompieron los camiones. No podemos hacer reparaciones importantes mientras estamos bajo ataque, y ninguno de nosotros sabe cómo, de todos modos. Esperábamos que quien viniera a ayudarnos pudiera llevarnos de vuelta o remolcar uno de los camiones, pero…” El hombre sonrió con amargura.

“Lo siento”, dijo Akira, igualando su expresión. “Pero el hecho de coger una moto me hizo llegar aquí antes de tiempo — de lo contrario, habría tenido que huir. Cuenta con tus bendiciones y asúmelo.”

“Eso es un alivio. Parece que nos quedaba algo de suerte después de todo.” El hombre se rió, tomando la explicación de Akira como una broma. Akira se dio cuenta, pero no hizo ningún esfuerzo por corregir el error. Si sus posiciones hubieran sido inversas, probablemente habría pensado lo mismo.