Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 10

Capitulo 8: ¿Armas o Rosas?

Parte 2

Algunas personas nunca pudieron ser amigos. Se podrían enumerar innumerables razones para ello, pero el hecho es que las personas en cuestión no sabrían realmente la respuesta: ¿se debía su falta de amistad a esas mismas razones, o era porque no podían ser amigos que se les ocurrían infinitas razones para no serlo?

Aunque Fav le dijera a Cranberry que se contuviera hasta que comenzara el examen, no sabía hasta qué punto le haría caso. La edad aparente de Cranberry era mayor que la media de las chicas mágicas, pero en el fondo no era diferente de cuando se habían conocido. Por ejemplo, se quedaba con un humor agrio durante mucho tiempo hasta que Fav tenía que ser el que cediera, o Cranberry dejaba de hablarle.

En última instancia, Fav tendría que ser el que hiciera los ajustes. Se encargaría de evitar que Cranberry y Mary se encontraran, y nunca sacaría el tema de Cranberry en una conversación delante de Mary. Con Cranberry, en cambio, evitaría tocar el tema de Mary en la medida de lo posible, dejando la coordinación de roles a otra chica mágica apropiada cuando fuera posible. Después de tanta consideración, Fav se arrepintió de su incapacidad miope para resistir sus impulsos, de su idea de que sería interesante que las dos se conocieran. Aun sabiendo por experiencia que cuando dejas que la curiosidad guíe tus acciones, generalmente no se obtienen buenos resultados, había ido a hacerlo descuidadamente de todos modos.

Fav se arrepintió por enésima vez y reflexionó por enésima vez. No haría que Cranberry actuara como mentora en el futuro. Lo convertiría en un trabajo voluntario, y Fav se encargaría de la siguiente. Aunque sería una molestia, cuando pensó en el disgusto que había supuesto que Mary y Cranberry se conocieran, no era nada.

Tras algunos ajustes menores en el plan, Fav llegó al punto en el que pensó que no debería haber más problemas. Pero eso no duró mucho: enseguida surgió un nuevo problema. El siguiente accidente vino del exterior.

Cuando Fav se enteró, se enfadó. Sintiéndose estúpido por enfadarse, se exasperó consigo mismo, y luego se sintió triste. ¿Por qué alguien tenía que entrometerse justo cuando este divertido examen estaba a punto de comenzar?

Había comenzado justo el otro día, en el examen para chicas mágicas celebrado en Ciudad T, en la prefectura vecina, donde estaba la oficina de la prefectura. Una chica se había sometido a un examen legítimo y había pasado sin problemas. Dijeron que su magia consistía en “crear criaturas de fantasía”, y en el examen había mostrado esa habilidad muchas veces al examinador. Sin embargo, la dirección no había estado atenta. Una de las criaturas creadas por su magia durante el examen se había escapado y, al seguirle la pista, se habían enterado de que se escondía en lo más profundo de las montañas de Ciudad M, vecina de Ciudad N.

Aunque la chica podía crear criaturas, era incapaz de disiparlas a voluntad. También carecía de las habilidades necesarias para buscar una criatura que se escondiera en las montañas. Había consultado a su examinadora de chicas mágicas, y ésta había informado al Reino Mágico, y éste, al enterarse de que la ejemplar chica mágica Músico del Bosque, Cranberry, estaba realizando un examen en las cercanías, le había preguntado, mientras dirigía su examen, si también capturaría o mataría a la criatura.

Francamente, habían elegido a la persona adecuada para el trabajo. Cranberry, como su nombre indica, estaba acostumbrada a las operaciones en la naturaleza, y ninguna criatura viva podía escapar de su agudo oído. Sobre todo, con sus excelentes habilidades de combate, podía derribar incluso a una bestia feroz creada por magia en una fracción de segundo.

“Esto es bueno para ti, pon. Parece que esta es una misión que viene con una pelea, pon.”

“No es que me alegre de luchar simplemente contra cualquiera. Según los datos, no es un oponente tan fuerte como una chica mágica. Si vamos a clasificar este trabajo como interesante o aburrido, es lo segundo.”

Incluso si Cranberry era la elección correcta para la tarea, ni ella ni Fav eran tan ingenuos como para pensar: ¡Así que creen que soy buena persona! simplemente por eso. El hecho de que le hicieran limpiar el culo a otra persona hizo que Fav se sintiera cansado, y también se sintió vagamente siniestro que esto estuviera ocurriendo al comienzo del examen de las chicas mágicas. Así que Fav se sentía muy poco emocionado mientras los dos se dirigían a Ciudad M.

Al parecer, la chica mágica que había creado la criatura había pedido poder participar en la cacería. Sin embargo, había sido cortésmente rechazada. Tener una persona más a la que proteger supondría más trabajo para Cranberry. Y si Cranberry tenía más trabajo, entonces Fav también tendría más trabajo. Eso no era bueno.

A diferencia de Ciudad N, que había sido ampliada a la fuerza mediante una fusión, Ciudad M era extremadamente pequeña, un pueblo en lo profundo de las montañas que era menos una ciudad y más un pueblo. Estaba tan adentrada en las montañas que decían que periódicamente, más o menos una vez cada diez años, alguna anciana se perdía cazando plantas silvestres comestibles, e incluso durante el día el bosque estaba oscuro, lo que impedía incluso a los lugareños adentrarse demasiado. Pero para Cranberry esto no era muy diferente de ir a dar un paseo por los terrenos de un complejo turístico al mediodía. Mientras realizaba una cuidadosa búsqueda por ecolocalización, Fav contuvo su gruñido.

Pasó entre las ramas y los matorrales y, después de treinta minutos de abrirse paso, dijo: “Me imagino que ya está.”

“Dicen que parece un oso, así que tiene que ser eso, pon.”

Los dos lo encontraron fácilmente. Con su pelaje marrón oscuro, sus garras y colmillos afilados y sus orejas de bestia, con una longitud de dos metros, se parecía mucho a un oso.

De repente, el cielo se oscureció. Una nube ocultaba la luna.

Quizás la criatura se había enfadado al ser llamada oso, o quizás estaba irritada por la desaparición de la luz, porque soltó un gruñido. Incluso sonaba como un oso. Segando la vegetación, saltó hacia Cranberry. Ella se quedó en una postura natural, esperándolo.

La criatura lanzó una garra, y la sola fuerza de su viento barrió las plantas a su alrededor. Esquivando ágilmente el golpe, Cranberry se acercó para agarrar el brazo de la criatura, golpeando su codo con un revés y doblando su articulación en sentido contrario.

La criatura gritó de dolor y se abalanzó sobre el brazo que Cranberry tenía agarrado. La fuerza la hizo volar, y giró en el aire para aterrizar, desde donde saltó hacia la criatura, escabulléndose de su contraataque de garras para agarrar la pierna de la criatura. La criatura cayó de espaldas y, presionando el tobillo contra su costado, Cranberry lo retorció en un solo movimiento. Con la pierna aún agarrada, la criatura agitó los brazos, pero quizás debido al dolor, sus movimientos fueron descuidados.

Cranberry no era de los que pasaban por alto una oportunidad. Evitando sus brazos, esquivó para llegar a su espalda, le rodeó el cuello con el brazo y lo agarró por la mandíbula para romperla, y luego le dio una media vuelta en dirección contraria, pulverizándolo por completo. La criatura se desplomó hacia adelante en una posición postrada y no hizo más movimiento que el de los espasmos. Bueno, Fav había imaginado que las cosas acabarían así.

“Muy bien, entonces, tomemos el cuerpo y regresemos, pon.”

Cranberry miraba en otra dirección. Fav se giró en esa dirección y acercó su visión al notar que una sombra se movía, se sintió bastante harto. Había tres criaturas más parecidas a osos que los amenazaban con los colmillos expuestos. “¿Por qué hay más de ellos, pon?”

“Son criaturas creadas con magia. No es extraño que se multipliquen.”

“¿No crees que la cigüeña está trabajando mucho aquí, pon?”

“Bastante.” Cranberry barrió su mirada de derecha a izquierda. Las puntas de sus orejas se movieron. “La cigüeña está trabajando demasiado.”

Enganchó la pierna de la primera criatura al pasar junto a ella, golpeándola contra la segunda, y cuando el camino de la tercera quedó bloqueado por las dos bestias enredadas, le golpeó la cara con el puño. La piel y la carne volaron, y cuando retiró el puño de la hendidura de la cara, un hilo de sangre pegajosa colgaba de él. Cranberry se acercó a la primera y a la segunda antes de que pudieran volver a levantarse y, con un mínimo movimiento, les clavó las uñas en el cuello. Cuando la cuarta vino a atacar por detrás, se agachó para esquivar, y luego apoyó las manos en el suelo para asestarle una patada en la mandíbula sin siquiera mirar atrás.

“… ¡¿Una cuarta?!”

Y eso no fue el final. Una quinta y un sexta se acercaron, y luego, como si hubieran calculado el tiempo, apareció una séptima, una octava y una novena. Cranberry dio una patada a cada una de ellas para apartarlas, torciendo el brazo de la décima y utilizándolo como escudo para chocar con la undécima, derribándolas a todas de una patada.

Podía oír fuertes gruñidos procedentes de todas partes. No eran sólo diez o veinte. El olor a bestia y a sangre se cernía sobre la zona, ahogando el aroma de la tierra, los árboles y la hierba.

“¿Por qué hay tantas, pon?”

“La chica mágica que creó la criatura es una novata. No debe tener un dominio adecuado de su magia.”

“¡Qué irresponsable, pon!”

“Nunca pensé que escucharía esa palabra saliendo de tu boca, Fav.”

Las criaturas se dispusieron a cargar todas a la vez, pero cuando dieron un paso al frente, la parte superior de sus cuerpos retrocedió violentamente. A continuación, unos martillos sonoros les golpearon los brazos y las piernas, y una vez que éstas recibieron un impacto, se desplomaron en el suelo.

Fav se sorprendió en privado. Cranberry estaba usando su magia. A ella le gustaba el combate cuerpo a cuerpo, por lo que sólo optaba por usar la magia para atacar cuando sus oponentes la acorralaban.

Cranberry se acercó al enemigo con una zancada despreocupada y luego golpeó un grueso hombro con la punta del dedo. Al instante, todo el cuerpo de la criatura vibró salvajemente, y los fluidos corporales salieron de su boca, ojos, nariz y orejas para esparcirse por todas partes. Al hacer reverberar el sonido dentro de su cuerpo, había causado un daño masivo a sus órganos, el cerebro en particular. Cranberry se movió entre las criaturas, y cualquiera que se acercaba a ella escupía líquido mientras caía al suelo.

Pasando por encima de los cadáveres apilados de sus hermanos, más criaturas atacaron a Cranberry una tras otra, añadiendo masa a la montaña de cuerpos. Pero la moral de las criaturas nunca decayó, bestia tras bestia fresca marchando hacia adelante como si su propósito fuera la muerte, llegando a Cranberry una tras otra.

“No tiene fin.” Cranberry sonaba excitada. Antes de que las criaturas pudieran atacar, las golpeó con una onda sonora destructiva, y sus cuerpos se balancearon, se hincharon y se desplomaron. “No hay señales de que su número esté disminuyendo.”

Golpeó la rodilla de una criatura con el talón y, utilizando esa rodilla como trampolín, le clavó el codo en las tripas, dando media vuelta en el aire para golpear su espalda con una patada giratoria, enviándola al suelo boca abajo. Cranberry corrió hacia atrás para poner algo de distancia entre ellos, y entonces, cuando las criaturas la persiguieron, lanzó una onda sonora direccional destructiva justo en el centro de donde se reunían, haciéndolas volar: hierba y tierra y todo, los cuerpos bailando en lo alto del cielo, los árboles rompiéndose, rebotando y rodando por el suelo.

Al clavarse así en la tierra, el enemigo estaba ahora mucho más abajo. Una criatura atravesó las nubes de polvo, balanceando sus garras, y Cranberry esquivó su ataque, destruyendo una, dos, tres criaturas desde el interior con su sonido mientras daba una patada en el pecho de una cuarta para saltar hacia atrás, saltar desde un árbol, y luego golpear el suelo para alejarse.

Esquivó el brazo que arrojaba hojas caídas al salir disparado del suelo, y cuando otra bestia cayó desde lo alto de los árboles, aprovechó su impulso para lanzarla, golpeando su cabeza contra el suelo. Había más cuerpos grandes retorciéndose delante.

Los ataques sorpresa no funcionaban con Cranberry: por muy hábilmente que se camuflara, aunque se quedara quieto para esconderse, no podía silenciar por completo cada sonido de su cuerpo. Sin embargo, rechazar cada uno de los ataques sorpresa le consumiría mucho tiempo y la pondría nerviosa.

“Cranberry, detrás de ti, pon.” “No tienes que decírmelo.”

Evitó el brazo de una criatura que intentaba agarrarla, y luego le devolvió el golpe con un combo de tres golpes, girando para golpearla en el costado con una mano de lanza. Golpeó ligeramente las piernas, los brazos y la cabeza, y cada vez salió un chorro de sangre que tiñó a Cranberry de un rojo oscuro. Gruesas gotas de la salpicadura goteaban de sus largas orejas y de las flores de sus rosas. Intentó bloquear el golpe de una criatura con la espinilla, pero la fuerza de la carga era excesiva, así que dejó caer el bloqueo y se apartó del impulso mientras giraba hacia el frente, alrededor del eje de la cabeza de la criatura, y luego giró más hacia atrás para asestarle golpes continuos en la espalda, la cintura y los tobillos.

Justo antes de que la criatura cayera, su garganta se estremeció con un gruñido particularmente fuerte, y Cranberry la golpeó con la hoja de su pie para aplastar su yugular. Las otras criaturas rugieron, como si estuvieran animadas por el primer grito, y la ceja derecha de Cranberry se movió hacia arriba.

Cranberry podía captar los ruidos más débiles con su agudo oído, y luchaba basándose en la información auditiva. Ni siquiera se estremecía por un simple grito, pero el hecho de recibir continuamente esos rugidos mientras trataba de escuchar y también luchaba contra tantos enemigos la estaba agotando poco a poco. Si quisiera, podría silenciar todos los sonidos, pero si lo hiciera, ya no podría detectar los ataques furtivos.

Agachándose para esquivar un golpe lo suficientemente potente como para hacer que los cedros se balanceen con la fuerza de su viento, blandió un puño hacia atrás mientras se daba la vuelta, riendo con alegría.

Pero Fav no se reía. El número de enemigos seguía aumentando con la misma rapidez. “Tenemos que pedir refuerzos y evacuar a los residentes, pon.”

“Innecesario.”

Cranberry apartó el brazo de una criatura, la agarró por la pierna y la hizo girar para estrellarla contra el suelo. Su enorme armazón hizo mella en la tierra y rebotó, y Cranberry saltó de su espalda mientras las criaturas se reunían a su alrededor, dando puñetazos, patadas, rebanándolas con una mano de cuchillo, clavando los dedos en un globo ocular y desgarrando hacia un lado, pero su manga se enganchó en un colmillo, y tardó una fracción de segundo en arrancarlo. Saltó para esquivar las garras que la atacaban por detrás, pero apenas logró esquivarlas del todo, y parte de la parte trasera de su chaqueta fue arrancada.

“Cranberry.” “Me niego.”

Fav no tenía autoridad para solicitar refuerzos por sí mismo. Necesitaba el permiso de Cranberry, pero ella se obstinaba en no concederlo. Cranberry no temía dañar su propia reputación. Entonces,

¿estaba disfrutando de esta pelea y tratando de evitar que otras chicas mágicas le robaran la diversión? Pero si ahora las criaturas hicieran daño a la gente normal, el examen podría ser cancelado.

“¡Cranberry!”

“Cállate, por favor. Me estás distrayendo.”

Una ola de sonido estalló en toda la zona, golpeando a las criaturas. Cranberry se echó un árbol roto por encima del hombro y utilizó la punta dentada para atravesar el cuerpo de una de las criaturas. A continuación, ensartó a una segunda criatura que saltó hacia ella junto con ésta, antes de arrojarlas a ambas a un lado.

Enfrentarse a esos enemigos la había ralentizado, lo que estaba haciendo que Fav se sintiera aún más ansioso. Y si Fav se sentía ansioso, no había forma de que Cranberry estuviera imperturbable. Destruyó a tres criaturas a distancia con el sonido, tocó a dos a corta distancia para destruirlas desde dentro con su magia, y a la que había fallado la penetró con una mano de lanza al corazón. Pero cuando Cranberry iba a retirar el brazo, la criatura que había apuñalado la abrazó para impedírselo.

Cranberry dejó caer su otro codo sobre su brazo en un intento de escapar de su agarre, pero antes de que pudiera escabullirse, otra criatura saltó hacia ella. La golpeó sobre una guardia de dos brazos para hacerla retroceder, rompiendo ramas y destruyendo árboles mientras rodaba por el suelo. Mientras rodaba, golpeó el suelo con la mano derecha para saltar al tronco de un árbol y se enfrentó al ataque de un enemigo con el codo para destruir su articulación, y luego desechó su siguiente ataque con una onda sonora. Cuando se puso en pie, un reguero de sangre dibujó una única línea roja en su frente.

No era ningún daño significativo. En realidad era sólo el más leve rasguño. Sin embargo, también significaba que Cranberry había disminuido lo suficiente su rendimiento como para ser herida. No había manera de que este cuerpo a cuerpo sin parar no la estuviera desgastando.

“¡Cranberry! ¡Pide apoyo, pon!”

“Como he dicho, no lo necesito. Eres tan irritante.”

Se acercó a las criaturas despreocupadamente, sin ningún indicio de herida en su paso. Todas se abrieron en abanico y luego cargaron.

La manada de criaturas gigantes que corrían a toda velocidad hizo temblar el suelo. El temblor se intensificó rápidamente, y un rugido mecánico se unió a él cuando la zona se iluminó con una luz brillante.

Derribando árboles y segando las plantas, apareció de repente una excavadora que embistió a la manada por un lado, emitiendo desagradables sonidos mientras aplastaba a las criaturas. Algunas de ellas se levantaron e intentaron bloquear las cuchillas, pero fue inútil y salieron despedidas. La chica del asiento del conductor maldijo a las criaturas con un lenguaje soez que ofendía a los oídos, pisando más fuerte el acelerador.

Fue Calamity Mary.

Cranberry saltó. Golpeó a las criaturas con una patada voladora, un rodillazo y una patada giratoria para derribarlas, y el bulldozer giró con una ligereza que contradecía su enorme volumen. Parecía que lo habían hecho magia.

Encorvada, Mary se levantó a medias de su asiento. Se giró hacia su derecha y disparó continuamente contra las criaturas con sus pistolas de doble cañón, sin prestar atención a sus gritos de dolor, tirando las pistolas detrás de ella cuando se le acababa la munición y sacando otras nuevas para disparar a las criaturas. Sus perfectos disparos a la cabeza hicieron que una cabeza explotara tras otra, y las criaturas cayeron en montones antes de que pudieran siquiera tocar la excavadora. El bulldozer siguió cargando directamente hacia Cranberry, y con un ágil salto aterrizó en el asiento del pasajero espalda con espalda con Mary.

“Muchas gracias.” Dijo Cranberry. “¡Ja! ¡De nada!”

Ninguna de las dos miró a la otra mientras intercambiaban esos saludos tan mundanos, todas pegajosas por la sangre. Por supuesto, Cranberry había matado a muchas criaturas, pero Mary también había matado a un buen número de ellas para llegar hasta aquí. Cranberry podía detectar los sonidos a unos cuantos kilómetros de distancia, así que era imposible que no se hubiera dado cuenta de que Mary iba a arrasar. Esa debía ser la razón por la que Cranberry había insistido en que los refuerzos eran “innecesarios”.

El bulldozer surcó el bosque, el ciclo interminable de sus cuchillas destruyendo árboles, plantas, tierra, rocas, criaturas, todo, aplastándolo bajo su paso. Masacraron a un enemigo tras otro, Cranberry con el sonido, Mary con sus armas. A medida que iban dejando caer violentamente a los enemigos con una fuerza y eficacia aterradoras, Fav se dio cuenta de que el número de enemigos estaba disminuyendo. Estaban matando más de los que se generaban.

Las criaturas parecieron sentir que perdían y se volvieron para empezar a huir a gatas, pero Mary y Cranberry no tenían intención de dejarlas ir, y lo que había sido una pelea se convirtió en una matanza unilateral mientras llovía carne y sangre en un espectáculo aún más magnífico.

Mary se rió con alegría, mientras que Cranberry soltó un pequeño suspiro.

“¿Qué, no te diviertes?” Preguntó Mary.

“Atacar desde una distancia segura con armas de proyectil no es de mi gusto.”

“¡Pero lo estoy pasando muy mal!” “Qué tontería…”

“¿Dijiste algo?”

“¿Por qué has venido aquí?”

“Parecía que te estabas divirtiendo, así que pensé en unirme.” Y luego añadió: “Pondré esto en su cuenta, Srta. Mentora.” Y con ese murmullo, disparó sus armas.

La expresión del rostro de Mary no era tan simple  como sus palabras. Con su brutalidad al descubierto, parecía estar más allá de la racionalidad, pero los engranajes seguían girando en su cabeza. ¿Por qué había venido Mary en primer lugar? Fav no podía imaginar ninguna otra razón que no fuera que había estado siguiendo a Cranberry. Y la razón por la que la había estado siguiendo habría sido algo así como querer aliviar su propio estrés. Quería un lugar y un medio para desahogar sus ansias de distracción.

Pensando en una forma de hacer las cosas aún más divertidas con Mary, le dijo: “Mary, ¿de dónde sacaste esas armas, pon?”

“Algún departamento de policía.” “Eso no es bueno, pon.”

“¿A quién le importa de dónde las he sacado? El mero hecho de tenerlas es ilegal en este país, así que no tiene sentido quejarse de la fuente.”

“Te haré una lista de grupos en la ciudad que te acomodarán, así que ve con ellos, pon.”

“Si ese es tu trato, entonces, bueno, podría considerarlo.”

Lo que vino después fue un trabajo insignificante. Cranberry detectaba los sonidos, la excavadora iba a su origen y las dos guerreras locas aniquilaban a las criaturas. Mientras las criaturas huían lastimosamente, Mary reía y Cranberry cerraba los ojos. Fav observó pacientemente a las dos chicas mágicas.

No se había equivocado: sus personalidades chocaban. La prioridad número uno de Cranberry era luchar. La prioridad de Mary era hacer que sus oponentes se sometieran. Si era necesario, Cranberry llevaría a cabo actos de crueldad en el proceso sin dudarlo. Mary, aunque no fuera necesario, los llevaría a cabo con gusto. Cranberry consideraba que los métodos de Mary —disparar armas a distancia— “no eran de su gusto”. Mientras tanto, cuando Mary presenciaba cómo Cranberry luchaba y utilizaba su magia, pensaba (aunque el pensamiento se disimulaba con una risa loca): “Estas armas de mierda no son suficientes para enfrentarse a ella.”

En todos los sentidos, estas dos chocaron.

Unas horas más tarde, terminaron su cacería en las montañas, y Mary dejó la excavadora allí para regresar. Eso tuvo que significar: “Encárgate tú de eso.” Su comentario de despedida de “Podría acostumbrarme a esto”, así como su expresión refrescada, decían a cualquiera que la viera que había cumplido su objetivo de desatar algo de violencia. Viendo su actitud, tal vez realmente se estaba acostumbrando a esto.

Dejados atrás, Cranberry y Fav miraron desde el asiento de la excavadora sobre la montaña de cadáveres de criaturas.

“Fav.” Dijo Cranberry a su mascota. “¿Qué, pon?” Respondió Fav.

“Dijiste que con el Proyecto Crianza de Chicas Mágicas, podemos descubrir candidatas poderosas, ¿estás seguro de eso?”

“Deberíamos conseguir chicas mágicas de un tipo que nunca se ha visto antes… chicas como Mary, pon.”

“Su forma de luchar no es en absoluto de mi agrado, pero si aparecieran aquellos con fuerza que pudieran rivalizar con la suya… Ya veo, parece que esto será interesante.”

“¿Así que finalmente te has dado cuenta, pon?”

“Sí, supongo.”

“¿Puedo hacer la llamada ahora, entonces, pon? Si dejas la carne cruda fuera durante mucho tiempo con este tiempo, empezará a apestar, pon.”

La pareja, conformada por la chica mágica y la mascota, estalló en una carcajada despareja.