Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 10

Capitulo 4: Los Negocios Yakuza-Angel

Parte 1

Esta historia se sitúa poco antes de que empezara el concurso de los caramelos magicos.

Spoilometro= 3 Lee esto despues del tercer episodio del anime.

***

El asiento de cuero negro era más suave que el sofá de su casa, y era agradable sentarse en él. Había tan poca vibración y sonido que si no miraba por la ventana, se olvidaba de que estaba en un vehículo en la carretera. Sin embargo, ¿estaba cómoda? La respuesta era no. El hombre sombrío con la cabeza afeitada sentado en el asiento del conductor, el joven de brazos cruzados y cabello rubio recogido en el asiento del copiloto, y el hombre sentado a su lado con barba y una agresiva permanente de yakuza, estaban todos completamente callados, sin abrir la boca, ni siquiera miraban hacia ella.

Un aire de silencio y pesadez llenaba el vehículo, pero no tenía ganas de iniciar ninguna conversación. ¿Cómo habían acabado así las cosas? ¿Cómo podía salir de esta situación? Sus pensamientos daban vueltas en círculos; no se veía ningún rayo de esperanza. Pero no podía hacerles saber que estaba enloquecida, así que fingió que no pensaba en nada, recostándose en su asiento mientras miraba el paisaje que pasaba.

“Estamos aquí.” El tipo de la cabeza afeitada finalmente habló, sólo para darle información que no quería escuchar. “Por favor, haz lo que hemos hablado.”

No hubo discusión. Yunael, transformada en Calamity Mary, lloró dentro de su cabeza.

***

✰   Yunael

Las hermanas Mina y Yuna Amasato fueron tratadas a menudo como un paquete de dos en uno, como un conjunto.

Hacían cosas juntas porque tenían muchos intereses comunes. Llevaban ropa parecida para divertirse y salían juntas porque era divertido, y cada una sabía más o menos lo que pensaba la otra. Con tantas razones para estar juntas, no vivían separadas. No pensaban mucho en ser tratadas como un conjunto, y las dos estaban juntas dondequiera que fuesen, hasta el punto de que incluso si una conseguía un novio, la otro no se iba, por lo que sus relaciones románticas nunca habían durado mucho. Sin embargo, las dos estaban satisfechas con este estado de las cosas.

Mina y Yuna también se habían convertido simultáneamente en chicas mágicas a través de Proyecto Crianza de Chicas Mágicas. Habían empezado el juego porque era gratuito, y ambas se habían metido de lleno en él, viciando día y noche mientras se obsesionaban, hasta que un día un personaje mascota holográfico les había dicho: “Este es el primer caso en el que un par de gemelas se convierten en chicas mágicas, pon.”

Con la introducción de su nombre de dúo “Peaky Angels”, eran un conjunto incluso como chicas mágicas. Y como incluso compartían una identificación en sus teléfonos mágicos, su intento de hacer de sockpup en los tableros de mensajes había quedado al descubierto. Sin embargo, esa metedura de pata no hizo más que reforzar su vínculo, y a partir de entonces, los ángeles gemelos se hicieron aún más cercanas como chicas mágicas. Y había una razón más por la que se habían acercado: Ahora tenían un enemigo común.

Después de terminar su trabajo de chicas mágicas, los Peaky Angels volvieron directamente de Ouketsuji al apartamento donde vivían. Y volver directamente significaba literalmente volver directamente: tomaron el camino más corto posible, volando en línea recta por encima de Ciudad N, regresando por la ventana de su séptimo piso. Incluso una vez que llegaron a casa, permanecieron en sus formas de chicas mágicas y revolotearon cerca del techo, charlando ruidosamente.

Siempre era así los días en que Ruler las reprendía. Los Peaky Angels se enfadaban, se volvían locas, se lamentaban y hablaban con entusiasmo de Ruler. Se quejaban y se quejaban de ella incesantemente: “Qué mujer tan desagradable”, o “Me gustaría hacerla llorar”, o “Un día, quiero darle a probar su propia medicina”.

Los días en que Ruler les gritaba, las gemelos siempre mantenían animadas discusiones hablando mal de ella, pero al final llegaban a la triste conclusión de que no podían oponerse a ella, poniendo así fin a su discusión. Pero este día en particular, las cosas eran un poco diferentes.

“Honestamente, ¿quién diablos se cree que es?”

“Ella se cree la Gran Ruler, ¿no es así? Así es como probablemente respondería, si ella le preguntara.”

“Seguro, es taaaan arrogante.”

“Ya no se puede perdonar, ¿verdad?” “¡Uf, me saca de quicio!”

“¡Pues vaya que sí!”

“Se sentiría muy bien si se le diera un golpe.” “Pero es muy fuerte.”

Cuando las gemelas se convirtieron en chicas mágicas, Ruler fue quien asumió el papel profesora. Pensándolo ahora, estaba claro que había sido una intromisión innecesaria, y Yunael pensó que si Sister Nana o cualquier otra hubiera sido su profesora, tendrían más libertad como chicas mágicas. Pero, por desgracia, las novatas no podían elegir quienes les enseñaban. Después de pasar por la experiencia de que les robaran su libertad corporal y las controlaran —una experiencia que no querían repetir—, las gemelas habían dejado de intentar desafiarla abiertamente. Habían sido obligadas a entrar en este equipo por medios autoritarios (aunque si se hubieran utilizado medios más democráticos, las gemelas habrían ganado por mayoría) y se les daba órdenes, y siempre que había algo que no le gustaba a Ruler, se desquitaba con ellas, gritándoles y chillándoles por los más mínimos errores. No había nada bueno en que tuviera a Ruler como profesora, pero dado lo fuerte que era, la rebelión no era una opción para las gemelas.

“¡Ruler es una imbécil!” “¡Ruler es una tonta!” “¡Ruler es una idiota!”

“¡Una bombilla de baja intensidad!” “¡Una cabeza de chorlito!” “¡Totalmente lamentable!”

No es que fueran incapaces de ver la inutilidad de desahogarse insultándola cuando no estaba cerca, pero si se ponían desafiantes y hacían algo en su presencia, Ruler montaría en cólera. Y si las gemelas soportaban el peso de esa ira, no creían poder resistir. Su propia magia era pacífica, comparada con la de Ruler, y no daba miedo.

Pero aun así, ¿no podrían dar un golpe en represalia?

“Bien, entonces supongo que ya es hora del informe de observación de esta semana. ¿Descubriste alguna debilidad suya?”

“¿Qué tal si la hacemos comer mucha sal? Siempre está muy enfadada, así que si le damos presión arterial alta, quizás sus arterias estallen y colapse.”

“¿No es eso un poco demasiado rebuscado?”

“Bien, entonces, ¿qué tal si en vez de eso la hacemos comer toneladas de cosas dulces? He oído que la diabetes tiene un montón de complicaciones y cosas; es súper aterrador.”

“Sigue sonando demasiado rebuscado.”

Mientras los Peaky Angels se quejaban y lloriqueaban, también buscaban la manera de quitarle el viento a las velas de Ruler. También habían considerado la posibilidad de obtener ayuda de las otras, Swim Swim y Tama, pero añadir aliados haría que su secreto fuera mucho más fácil de filtrar. En primer lugar, ni siquiera podían estar seguras de poder llamar a esas dos aliadas. Swim Swim era la mayor aduladora, y no parecía estar en absoluto descontenta con el reinado de Ruler. Tama era demasiado tímida para ser de ayuda; si Ruler intentaba sonsacarle alguna información, probablemente no sería capaz de soportarla y desvelaría todo su plan de rebelión.

Las gemelas no necesitaban más aliadas que ellas mismas. Eran pocas, pero tenían la absoluta certeza de poder confiar la una en la otra.

“¿Tenías un plan mejor, hermana?” Le preguntó Yunael a su gemela mayor.

“Bueno, en realidad… ¡lo tengo!”

“¡¿Lo tienes?! ¡¿De verdad?! ¡Pensé que sólo te quejabas porque no tenías nada que ofrecer!”

“Hey, ¿eso es lo que pensabas? Qué malicia la tuya.” “¡Vamos, vamos, sólo dime!”

“Así que, al principio de la semana, Fav nos llamó, ¿verdad? Nos dijo: ‘Muchas de ustedes tienen una baja participación en el chat, así que quiero que sean más serias a la hora de participar, pon’.”

“Oh, sí, sí. Ese tic verbal suyo es taaaan molesto.”

“Y esa vez fue como, ‘Calamity Mary en particular básicamente nunca ha participado, pon’, ¿verdad?”

“Sí, eso dijo.”

“Así que tú también lo has pillado, ¿eh, hermana? Y, como, Ruler tuvo esta mirada reeeeealmente desagradable en su cara cuando escuchó el nombre de Calamity Mary.”

“Ahh, ¿entonces no se llevan bien?”

“Así pues, probé algo. Justo antes de salir ese día, le dije a Ruler: ‘Sabes, hoy vi a alguien en la esquina junto a Bienes Budistas Takino que se parecía a Calamity Mary. Me pregunto si era ella’.”

“Ajá, ajá. ¿Y entonces qué?”

“Ruler estaba súper sorprendida. Y después de eso, no paraba de darme la lata con el tema. Como: ¿Realmente era Mary? ¿Qué estaba haciendo? ¿De qué dirección venía? ¿En qué dirección se fue?”

“¡¿Qué demonios?! ¿Le tiene miedo?”

“¡Tal cual! Ruler está totalmente asustada por Mary. Hemos oído que Mary es superfuerte, ¿verdad? Una vez Sister Nana también dijo algo así. Ruler también es fuerte, pero esto significa que Mary es lo suficientemente peligrosa como para que incluso Ruler le tenga miedo.”

“Esto podría ser una información realmente útil… ¿Pero no es peligroso pedirle algo a Mary? He oído que si te acercas a su territorio, disparará. Aunque también escuché eso de Sister Nana.”

“Sí. Sería una total locura enredarnos con alguien aún más peligroso porque queremos vengarnos de Ruler. Pero por eso tu hermana mayor pensó en una forma de usar a Mary sin entrar en contacto con ella.”

“Ohh, ¿de verdad? Entonces, ¿qué hacemos?”

“Tú, Yuna, transfórmate en Mary para asustar a Ruler.” “¡Ohh!”

“Hagamos que le dé un vistazo, para que no descubra que fuimos nosotras las que montamos todo. Viendo lo asustada que estaba antes, incluso una breve mirada a Mary debería ser suficiente para derribarla. Será como una guerra psicológica.”

“¡Wow! ¡Eres tan mágicamente genial, hermana!” Dijo Yunael. “¿Pero no crees que Mary se enterará?”

“Mary no sabe cuál es nuestra magia, y además, Ruler no iría a contactar con Mary, ¿verdad?”

“Oh, lo entiendo, lo entiendo. Entonces es el plan perfecto.”

Los dos ángeles charlaban animadamente mientras rebotaban cerca del techo, y entonces un ala golpeó la pantalla de la lámpara, esparciendo polvo por todas partes. Eso les recordó que últimamente no habían limpiado, y las dos sacaron una aspiradora y un plumero y demás del armario y se pusieron a limpiar, y mientras se movían de un lado a otro, sus bocas tampoco paraban de discutir su plan para asustar a Ruler.

***

La hermana mayor, Minael, podía transformarse en cualquier objeto, mientras que la hermana menor, Yunael, podía convertirse en cualquier criatura. En última instancia, se limitaban a imitar la apariencia; por ejemplo, si Yunael se transformaba en Ruler, no podía utilizar realmente la magia de Ruler. Pero para este plan, la imitación sería suficiente.

Pero para hacer una imitación adecuada, no podían escatimar en la preparación. Y teniendo en cuenta la persona a la que esta vez imitarían, incluso la investigación era súper peligrosa. La pareja vio una serie de películas: las famosas sobre familias mafiosas italianas en guerra, películas japonesas de yakuzas, películas de acción de kung fu sobre sindicatos chinos rivales. Luego, con una firme determinación en sus corazones, pasaron a la acción.

Los Peaky Angels confirmaron la información de Sister Nana en el registro del chat, y luego fueron a vigilar la fachada del rascacielos donde se veía con frecuencia a Calamity Mary. Como se meterían en un buen lío si se enteraba de que estaban en su territorio, Yunael esperó en forma de cuervo en lo alto de un tendido eléctrico, y Minael como una llave inglesa que un técnico había olvidado en lo alto de un poste telefónico.

Las dos carecían de paciencia. Y una operación de vigilancia requería paciencia. Esperar y aguardar a Mary cuando ni siquiera sabían cuándo vendría era básicamente como una forma de penitencia para ellas, pero sin embargo, contuvieron el impulso de abandonar la tarea y continuaron la vigilancia. Por muy dolorosa que fuera la lucha, las gemelas esperaron pacientemente para devolver el golpe a Ruler y asustarla. Fueron azotados por fuertes vientos y completamente empapadas por un repentino aguacero, pero aun así creyeron que habría alivio al final de su sufrimiento. Las gemelas se animaron mutuamente mientras continuaban con su juego de espera, y treinta minutos después de comenzar su vigilancia, finalmente, apareció la persona que habían estado esperando.

Iba vestida al estilo de un pistolero de una película del Oeste, pero con la parte superior de un bikini atrevido, mientras que en la parte inferior llevaba una falda lo más corta posible; su figura era tan bonita que el término “chica mágica” no era realmente apropiado, con un saludable rebote.

Desde lo alto del poste telefónico, Yunael fijó sus ojos en Mary, que daba pasos audaces, como si no tuviera necesidad de sentirse reservada con nadie, con su placa de sheriff balanceándose junto a sus voluptuosos pechos. Su expresión estaba llena de confianza, como si estuviera en su mejor momento y en la cima del mundo. Yunael grabó firmemente en su mente los rasgos faciales de Mary, su peinado, su figura, su ropa, e incluso cada uno de sus accesorios. Tenía que recordar estas cosas con total exactitud para poder transformarse en una persona concreta. Si Ruler las descubría porque una cosa se había desviado ligeramente, lo perderían todo. Con pasos ligeros, Mary entró en el edificio, y Yunael el cuervo recogió la llave inglesa en su boca y descendió lentamente, des transformándose detrás de un cubo de plástico en un callejón.

Todo estaba listo. Sólo faltaba ver si podía realizar bien la transformación. Yunael sólo se había transformado en otra chica mágica una vez. Se había transformado en Ruler y había hecho todo tipo de cosas malas como parte de un complot para destruir su reputación, sólo para ser rápidamente descubierta ya que ‘Tú eres la única que podría hacer eso, Yunael’. Sin embargo, su fracaso le había servido para adquirir experiencia para transformarse en una chica mágica diferente.

Recordó a Mary, a la que había visto hacía un momento. Imaginó los movimientos de sus músculos y el flujo de su cabello. El cuerpo de Yunael brilló, luego cambió de forma, creciendo, tomando forma, y se puso de pie. Ahora debía ser una réplica perfecta de Calamity Mary. Por lo que pudo ver de sus miembros y su torso, no había ningún problema. Lo que faltaba era la cabeza. Yunael-Mary salió del callejón y miró a izquierda y derecha, buscando algo que pudiera utilizar para verse a sí misma, y, al ver la puerta de cristal de un edificio, se dirigió hacia allí.

Comprobó su aspecto en el cristal: levantando las piernas, girando los brazos y haciendo una pose. Un guiño, un beso lanzado, un doble signo de paz. La puerta de cristal reflejaba a una perfecta Calamity Mary, que no se diferenciaba ni un ápice de lo que Yunael había visto antes.

“Jefa, ¿has venido hasta aquí para esperarnos?”

Al oír la voz de un hombre de cerca, Yunael se dio la vuelta preguntándose qué pasaba para ver a un hombre con un aura violenta: una camisa roja chillona, gruesos anillos en los dedos, cabello que desafiaba la gravedad de un color aún más chillón que su camisa. La miraba directamente. Yunael miró a su alrededor y, al ver que no había nadie más cerca con quien pudiera estar hablando, se dio cuenta de que ‘Ohh, cree que soy Mary’.

“Hoy volveremos a contar contigo.”

“Ahh, um.”

El hombre entrecerró un ojo. “Jefa, su voz… ¿Está resfriada?”

“Oh, um, sí.”

“¿Debo conseguirte alguna medicina?” “No, está bien.”

“Entendido, si no necesitas nada. Entonces, por aquí. He traído el vehículo.”

Esto es malo, pensó Yunael. Pero no podía huir. Si salía corriendo ahora y causaba una conmoción, la verdadera Calamity Mary, que había entrado en el edificio, podría volver a salir, y si eso ocurría, había un 80-90 por ciento de posibilidades de que Yunael muriera. El otro 10-20 por ciento era la posibilidad de algo peor que la muerte. Calamity Mary era más fuerte que Ruler; era alguien a quien incluso Ruler tenía miedo. Sería mejor alejarse al menos un poco de aquí antes de emprender la huida. Con eso en mente, Yunael dejó atrás a la llave inglesa (que había perdido su oportunidad para des transformarse) y se subió al vehículo negro extranjero.

***

Antes de que Yunael pudiera entender lo que estaba pasando o aprovechar la oportunidad de escapar, la llevaron a las afueras de la ciudad, donde llegaron a una fábrica de cemento. Cuando Yunael- Mary salió tambaleándose del vehículo, todos los hombres inclinaron la cabeza.

“Lo de siempre, si le parece, Jefa.”

Hubiera sido mucho más fácil si les hubiera preguntado: ¿Qué quieres decir con lo de siempre?

A los hombres pareció parecerles sospechoso que ella no respondiera, ya que uno levantó tímidamente la cabeza. “Umm… no le importa, ¿verdad?”

Yunael pensó en cómo responder, pero no se le ocurrió ningún plan bueno. A medida que el silencio continuaba, la confusión y el desconcierto en los rostros de los hombres aumentaban y, al ver eso, Yunael-Mary se aclaró la garganta. Era hora de tomar una decisión rápida.

“Um… ¿Jefa?”

“¿Crees que no puedo hacerlo si no vienes a pedírmelo?”

Los hombres retrocedieron como si hubieran sido repelidos, y luego inclinaron la cabeza en un ángulo aún mayor que antes. Yunael-Mary se llevó la mano derecha al pecho. Un mareo llegó junto con la sensación de que su corazón latía con fuerza.

El vehículo se detuvo en el estacionamiento de la fábrica y, metida entre los hombres, entró. Allí, unos hombres de aspecto aterrador que no parecían muy diferentes a los de Mary salieron a su encuentro, y comenzaron una discusión.

Dicho esto, fue menos una discusión y más un intercambio de amenazas. La jerga delictiva, como “territorio”, “la mercancía” y “chanchullos”, volaba de un lado a otro como si nada. La fábrica había sido cerrada y todas las máquinas habían sido retiradas, dejando sólo ruinas. Había una habitación con sofás que parecía haber sido una oficina o algo así; en la pared colgaba un calendario de un burdel y había una caja de cartón llena de teléfonos celulares, además de un aparador negro brillante, una mesa de madera gruesa e incluso una caja fuerte que parecía resistente. Parecía que habían hecho una especie de base, pero no quiso pensar exactamente en qué tipo.

La discusión continuó. Los hombres que la habían llevado allí estaban ganando. La razón era Mary. Estaban amenazando a la otra banda, con la violencia absoluta que era Calamity Mary respaldándolos. Los otros tipos no se habían rendido, y estaban presionando de alguna manera, pero su atención nunca abandonó a Mary. La miraban una y otra vez, pero luego, cuando sus ojos se encontraban, se asustaban y miraban hacia otro lado.

El hombre con la cabeza afeitada que había sido el conductor se acercó tranquilamente a la silla de Mary, inclinándose para susurrar: “Estos imbéciles no le respetan como es debido, Jefa.”

El olor a tabaco en su aliento la hizo hacer una mueca. Pero, sobre todo, estaba tan asustada que no sabía qué decir.

“¿Podría hacer esa cosa para callarlos por nosotros?”

Yunael-Mary se volvió hacia el hombre. Tenía una sonrisa desagradable en el rostro y su cabeza calva brillaba con intensidad.

Esa cosa. ¿Qué era ‘esa cosa’? Miró a un lado y vio que los hombres que estaban allí también la miraban. Al otro lado, y detrás de ella, y delante de ella, todos los hombres de la sala la miraban: los hombres que la habían traído con expresiones de expectación, los hombres que habían acudido a su encuentro con expresiones de miedo. La observaban atentamente desde todas las direcciones, para no perderse ni un solo movimiento de sus músculos.

No tuvo tiempo de pensar. El simple hecho de recordar las expresiones de desconfianza de los hombres de antes le hizo sentir que su corazón iba a estallar. Yunael-Mary levantó la pierna derecha y todos los ojos de los hombres se centraron en ella. Una vez que las miradas se concentraron en el pie levantado, en el muslo y en el punto de unión situado justo encima, lo bajó para golpear con el talón la mesa, rompiendo la gruesa madera de un solo golpe. Los ojos de enemigos y aliados se abrieron de par en par mientras se aferraban a sus sillas. Cualquier chica mágica —no sólo Mary, sino incluso Yunael, que era más débil que Tama o Swim Swim— tenía piernas lo suficientemente fuertes como para hacer esto.

Aplastando los restos de la mesa bajo sus pies, Yunael-Mary se puso en pie. “¿Me pides que los calle por ti? En otras palabras, ¿me estás dando órdenes?”

El calvo sacudió la cabeza violentamente, como un espasmo.

Yunael-Mary giró hacia el otro lado, azotando su cabello, y a continuación, hizo una pregunta a los hombres sentados frente a ella. “He oído que no me respetan como es debido. ¿Es eso cierto?”

Algunos de los hombres miraron hacia abajo, otros miraron al techo, otros miraron por la ventana, pero todos apartaron los ojos de Yunael-Mary. Aquel murmullo en voz baja, ¿era una muestra de coraje o alguien estaba poniendo una excusa?

Aunque el corazón le latía con demasiada fuerza, Yunael-Mary barrió su mirada lentamente por la habitación de una esquina a otra para parecer lo más arrogante posible. “¿Te importa si voy a la azotea a tomar un poco de aire?”

“Eh… Jefa, la discusión está a punto de terminar.” Dijo un hombre.

Eso hizo que los hombres del otro lado empezaran a quejarse. “No, para nada es el caso. Tú no puedes decidir eso.”

“¡Cállate! Si decimos que se acabó, entonces se acabó.”

“¡No me vengas con esa mierda! Todavía estamos hablando.”

Los hombres parecían dispuestos a iniciar otra disputa, y aunque Yunael-Mary estaba asustada en privado, no lo demostró en su rostro, encogiéndose de hombros con una mirada de hartazgo. “Voy a tomar el aire. Vuelvo enseguida.”

Nadie intentó detenerla.

Dejando atrás a los hombres que se maldecían entre sí, cerró la puerta tras de sí y de forma subrepticia alzo un puño. Caminó tranquilamente hasta alejarse de la habitación, y una vez que estuvo a unos diez metros aceleró, y una vez que estuvo más lejos subió corriendo uno, dos, tres, cuatro tramos de escaleras, saliendo al tejado. Finalmente pudo alejarse. Miró a su alrededor como si dijera: Nadie me está mirando, ¿verdad? Y sus ojos se encontraron con los de otro.

Había un hombre. No era del tipo violento, como los que habían rodeado a Yunael-Mary hacía unos momentos. El cuello de su delgada camiseta estaba estirado y suelto, sus pantalones de algodón estaban desgastados en los puños, su cabello y su barba estaban muy crecidos y sus mejillas estaban demacradas. Sus destartaladas zapatillas de deporte estaban absolutamente encharcadas; se las había quitado y las había colocado frente a la barandilla de hierro junto con un sobre blanco en el que se leía ‘última voluntad y testamento’. El hombre estaba de pie en la parte exterior de la barandilla.

Sus ojos sin vida miraron a Yunael-Mary por un momento. Luego suspiró y se asomó al borde del tejado; Yunael-Mary dio un salto de nueve metros para agarrarle del brazo.

“¡¿Qué estás haciendo?!”

“¡Déjame ir! Déjame morir; todo es inútil.”

“¡¿Por qué?! ¡De todos los tiempos y lugares, ¿por qué?!” “Bueno, en parte es por despecho. El banco no me presta ni un

céntimo, y el jefe de la fábrica y toda su familia huyeron por la noche después de ser desplumados por un préstamo a alto interés de los yakuza, y después de todo mi duro trabajo en esta fábrica, he perdido mis ingresos, y ahora estoy viviendo una vida de deudas. Si salto desde aquí, esa escoria criminal tendrá una visión desagradable que les hará sentir algo horrible, y si muero, podré pagar toda mi deuda, mientras que el resto del dinero del seguro será enviado a mis padres en el campo como mi último acto de piedad filial…”

“No lo hagas, en serio, no lo hagas. Estos tipos son demonios en piel humana. No se sentirán mal si mueres. Te llamarán patético y se reirán de ti. Y además, escucha, que mueras en su territorio será una molestia para ellos, así que enterrarán tu cuerpo en el bosque o lo tirarán al océano o algo así. Y como no habrá un cuerpo que encontrar, te tratarán como una persona desaparecida, y tardarán un montón de tiempo en pagar el seguro. Eso es lo que hacen en la televisión, de todos modos. En serio, no puedo recomendarlo.”

Los hombros del hombre se desplomaron y soltó un profundo suspiro. “Entonces supongo que lo haré en el banco.”

“¡¿Esa es tu decisión?! ¡Deja todo este plan!” “¡Cállate! ¿Por qué me detienes?”

“¡Porque si me siento aquí y te dejo morir, me sentiré fatal!”

“¡¿Y qué demonios es lo que haces aquí en primer lugar?! Ve a hacer tu pequeño cosplay en otro lugar!”

“¡¿Crees que me pondría un traje así por gusto?!”

Los dos se miraron, con los hombros agitados. Yunael-Mary rompió el contacto visual primero, sacando su teléfono mágico. “Vamos, dime tu dirección.”

“¿Eh?”

“Llevaré algo de dinero allí.”

“¿De qué estás hablando? Como si pudieras hacer eso.”

“Bueno…” Yunael miró hacia el distrito de Kounan. Había un objeto blanco volando directamente hacia ellos. Era un avión de papel de gran tamaño, como si se doblara uno de un periódico, sería más o menos así de grande. El avión de papel estuvo a punto de chocar con un cuervo en el camino, y batió sus alas para intimidar al pájaro y ahuyentarlo antes de reanudar tranquilamente su vuelo. Estaba claro que no era la forma en que un avión de papel volaría. Y sus movimientos le resultaron familiares a Yunael.

“La ayuda está aquí.”