Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 6

Capitulo 19: Snake y Mira

Snake y Mira registraron la habitación, pero no encontraron ninguna pista especialmente útil. Tras varios minutos más infructuosos, se marcharon con la esperanza de recibir mejores noticias de los dos que examinaban los cadáveres en el exterior.

En la sala de guerra, Aaron y Scorpion estaban agachados mirando unos objetos alineados en el suelo.

“¿Cómo ha ido?” Preguntó Mira a Aaron mientras Snake y Scorpion discutían en voz baja.

Aaron giró ligeramente la cara hacia ella y respondió: “Bueno, echa un vistazo.” Antes de volver la vista al suelo. Ante ellos estaban las posesiones de las tropas Quimera Clausen muertas: tres espadas cortas cubiertas de extraños símbolos, varios viales de líquido, un paño con círculos mágicos, ocho mapas y una pila de permisos de mazmorra.

Tras examinarlos, Mira tomó uno de ellos. “Hay ocho mapas, pero parece que sólo hay dos variaciones.” Desplegó el mapa y vio que era mucho más detallado que los que había utilizado en el juego. Incapaz de recordar de qué mapa se trataba, frunció las cejas y buscó en su memoria.

“Sí. Uno es un mapa de aquí, la Ciudadela de las Escamas. El otro es…”

Antes de que Aaron pudiera responder, Mira recordó por fin la mazmorra que encajaba en el trazado del segundo mapa. Con un brillo en los ojos, dijo su nombre: “El Corredor Ilusorio.”

“Así es. Los cuatro miembros de Quimera tenían uno de cada mapa a mano. Esos también son sus permisos para el Corredor Ilusorio.” Aaron señaló con los ojos las cartas que había en el suelo.

“¿Los cuatro tenían lo mismo?” Mira tomó uno con curiosidad. Si actuaban en grupo, un permiso debería bastar.

“Sí, uno de cada. Los matones de Quimera suelen actuar solos, así que no es tan extraño. Estos cuatro probablemente salieron para esta misión individualmente.”

“Ya veo. Eso los haría destacar menos, supongo.”

“Exactamente. Oh, hey, ¿cómo fue ahí dentro? ¿Encontraste algo?” Aaron observó a Mira expectante.

Se sentó frente a las pertenencias de los muertos y sacudió la cabeza. “Nada en particular, me temo. Lo único inusual es que los orbes que suelen estar en los pilares han desaparecido. Pero es imposible saber si fue obra de ellos.” Mira devolvió el mapa a su lugar en el suelo y suspiró decepcionada.

“Hm… Los pilares, ¿eh?” Aaron murmuró para sí mismo. Después de pensarlo un rato, tomó un fajo de papeles y se lo tendió a Mira. “Échales un vistazo.”

Mira lo tomó y hojeó las páginas. “¿Bocetos de los pilares?”

Todas las hojas del fajo le resultaban familiares: eran dibujos de la sala de control que Mira había registrado hacía unos momentos. Había docenas de ellos, dibujados desde todos los ángulos posibles, incluida una vista de pájaro. Los números de las esquinas de cada página indicaban desde qué ángulo estaban dibujados en comparación con el boceto de arriba abajo.

“Eso parece. No recuerdo nada sobre orbes, pero si estos pilares tienen algo que ver con el Rey Espíritu, entonces debes tener razón.” Aaron tomó otro fajo de papeles y lo hojeó. En este montón también había bocetos similares de los pilares.

“¿Son más dibujos de la misma habitación?” Mira echó un vistazo al que tenía en la mano y lo comparó con el suyo. Parecía dibujado por otra mano, ya que el estilo y los ángulos diferían. Sin embargo, compartían los números de referencia.

“Sí. Hay dos más como este. No sé qué significan estos bocetos, pero espero que el hecho de que las tengamos ahora en vez de ellos les haga retroceder.”

“En efecto.”

Aunque Mira y los demás no supieran para qué servían los bocetos, debían de ser necesarios para el objetivo de Quimera de dar caza al Rey Espíritu. Mira volvió a colocar el fajo de papeles en su sitio y hojeó los demás.

Todos tenían estilos diferentes, pero todos eran bocetos de los pilares.

“Hrmm. ¿Echamos un vistazo rápido?” Mira se levantó y se dirigió a la sala de control con un fajo en la mano. Aaron, entusiasmado porque Mira parecía haber dado con algo, la siguió en silencio.

Tras echar un nuevo vistazo a la sala de control, Mira volvió a examinar los bocetos. Comparó los números que aparecían en ellos con el diagrama a vista de pájaro, se colocó en esas posiciones y comparó su vista con las páginas. Repitió este proceso durante diez minutos y pico hasta que finalmente murmuró: “Ya veo.” Se volvió y le mostró a Aaron una sonrisa de confianza.

“Parece que has descubierto algo.” Dijo.

“Sólo una hipótesis.” Respondió Mira y se tumbó en el suelo junto a Aaron. “En pocas palabras, estos bocetos se hicieron para tener una visión precisa de las posiciones de los orbes y de dónde encajan en los pilares.”

Mira y Aaron se sentaron uno frente al otro. Después de mirarle para asegurarse de que la seguía, ella desvió la mirada hacia el papel que tenía en las manos.

“Las posiciones de los orbes, ¿eh? ¿Significa eso que eran importantes?”

“Cierto. En realidad, ahora que me fijo mejor… éste es precisamente mi fuerte. Parece que cada uno de esos pilares representa un espíritu.”

“¿Representa un espíritu? ¿Qué quieres decir? No le encuentro mucho sentido.” Aaron se quedó mirando el dibujo con el ceño fruncido. Tenía el don natural de poder recordar algo perfectamente después de verlo una vez, pero como los espíritus eran invisibles, su conocimiento de ellos era sólo superficial.

“Es comprensible. Yo tampoco me di cuenta al principio. Pero mirándolo bien, es algo que conozco bastante bien.” Añadió Mira con una sonrisa triunfal.

Al fin y al cabo, los luchadores no podían verlos. Pero como invocadora, Mira los había visto muchas veces y había tenido que preocuparse por ellos constantemente.

“¿Qué sabes de los árboles de habilidades?” Comenzó Mira, para luego lanzarse a su explicación. Un concepto común en los juegos, eran una muestra de las formas complejas y divergentes en las que uno podía desarrollar sus habilidades. Existían en Ark Earth Online.

“¿Árbol de habilidades? Creo que he oído a algunos intelectuales mencionarlo, pero no sé mucho al respecto.”

“Ya veo.” Murmuró Mira, abriendo el fajo de papeles y colocando algunos delante de ella. “En términos generales, un árbol de habilidades es una representación visual simplificada de las muchas rutas que uno podría tomar desde abajo hacia arriba. Esto debería ayudar a aclararlo.”

Mira señaló uno de los agujeros de pilar en un boceto. “Los invocadores comprendemos las habilidades latentes de los espíritus contratados a través de los árboles de habilidades. Si vuelvo a mirar esto, veo que los agujeros de este pilar tienen la forma de un árbol de habilidades. Hay algunos que no conozco mezclados, pero de nuevo, no he hecho un contrato con todos los espíritus de ahí fuera.”

En ese momento, Mira se levantó y tocó algunos de los pilares de la sala de control. “Este es viento, este es fuego y este es agua. Pero no tengo ni idea de éste, éste ni éste.” Golpeó los últimos pilares, irritada. Como invocadora, maga atendida por espíritus, no soportaba que hubiera espíritus que aún no comprendía.

Aunque pertenecían a campos diferentes, Aaron simpatizaba tanto con el orgullo como con la frustración de Mira. Al mismo tiempo, le asombraba el número de espíritus que ella afirmaba haber captado. Agarrar un espíritu significaba esencialmente haber hecho un contrato con él. Eso significaba que Mira ya tenía docenas de espíritus a su servicio.

“Qué mundo tan increíble en el que vivimos…” Murmuró Aaron con sincera alegría.

Así que, después de todo, las posiciones de los agujeros tenían un significado. Con esta pista, Mira y Aaron redujeron las posibilidades.

***

Tras intercambiar ideas durante casi diez minutos, Mira y Aaron llegaron a una hipótesis en la que estaban de acuerdo: Los orbes en sí no eran el factor más importante en la barrera que suprimía la influencia del Rey Espíritu. Eran las posiciones de los orbes.

Tal vez Quimera había intentado robar los orbes antes, o había creado algo similar y se dio cuenta de que la barrera no funcionaba correctamente. A partir de ahí, deben haber discernido el significado de las posiciones de los agujeros y enviado gente a investigar. Eso explicaría los bocetos detallados de los pilares.

Armados con esta nueva teoría del caso, Mira y Aaron regresaron a la sala de guerra y compartieron sus hallazgos con Scorpion y Snake.

“Los cuatro juegos de bocetos debían de ser un seguro: esperaban que interfiriéramos.” Aaron miró a los cadáveres carbonizados y soltó una risita sombría: “Apuesto a que no esperaban esto.”

“Todos ellos eran élites, y debieron pensar que tenían más posibilidades, ya que enviaron a un grupo.” Dijo Scorpion. “Los miembros de Quimera pueden trabajar solos, pero como todos estaban en la misma misión, acabaron encontrándose con el mismo callejón sin salida.” Ahora con una nueva comprensión de los cuatro conjuntos de bocetos, miró hacia el cuerpo más cercano.

Estos cadáveres estaban en un estado horrible, pero todos eran recientes. El que Scorpion estaba mirando y sus compatriotas fueron asesinados casi al mismo tiempo. Estas personas que visitaban el mismo lugar por la misma razón habían muerto a manos de la misma persona. Esos bocetos nunca encontrarían el camino de vuelta a Quimera, y no aprenderían como sellar al Rey Espíritu.

“Ahora, ¿qué hacemos? Si no consiguen los bocetos, enviarán más gente. Podríamos esperar aquí y asegurarnos de capturarlos esta vez, pero…” Aaron miró a los demás escrutadoramente. La misión que les había encomendado Isuzu consistía en capturar a las élites Quimera Clausen. Pero debido a la interferencia de terceros, su misión había acabado en fracaso.

¿Y ahora qué? Eso dependía de los cuatro encargados de esta misión.

Para enviar más élites, Quimera necesitaría primero saber que su plan había fracasado. Esa decisión sólo se tomaría después de que hubiera pasado la fecha prevista para la entrega de estos bocetos.

El camino más eficaz sería capturar a la persona a la que debían entregarse los bocetos en lugar de esperar aquí. Dada la existencia de los mapas y los permisos, era bastante obvio dónde podría encontrarse esa persona.

“Yo digo que vayamos al Corredor Ilusorio.” Dijo Mira. “Si tenían permisos a mano, entonces debían de estar planeando ir allí directamente desde aquí. ¿Por qué no entregamos los bocetos en su lugar? Me parece una idea divertida.” Hurgó en un manojo de bocetos y sonrió con más maldad de la que hubiera sido posible en una persona tan pequeña.

“Sí. Ese podría ser el mejor plan.” Una sonrisa socarrona se dibujó en el rostro de Aaron, casi tan malvada como la de Mira. Snake había abierto en silencio un mapa del Corredor Ilusorio y ya estaba memorizando la estructura.

“Pero un equipo de cinco fue al Corredor Ilusorio directamente desde el cuartel general, ¿no? ¿No podemos dejárselo a ellos?” Scorpion confiaba plenamente en sus camaradas de Isuzu.

La leyenda decía que el Rey Espíritu residía en lo más profundo del Corredor Ilusorio. Era otro de los tres lugares a los que habían sido enviados los Ocultos.

“Me gustaría, pero las cosas van demasiado deprisa.” Respondió Mira. “Si estas élites planeaban ir directamente allí con estos bocetos, ya deben estar dando los últimos toques a su plan. Sus manos pueden estar rodeando la garganta del Rey Espíritu mientras hablamos.”

“De acuerdo. Su misión aquí debe haber sido reunir información para sellar su poder. La Pequeña Señorita Mira tiene razón: si los planes de Quimera están en su fase final, seguro que entran con fuerza en el Corredor Ilusorio.”

Aaron tomó y abrió un mapa del Corredor Ilusorio. Estos bocetos podían ser la clave de los planes de Quimera. Mira, Aaron y Snake habían deducido todo esto a partir de las pertenencias de los muertos.

“Umm… Entonces, básicamente, ¿van a poner tanto empeño en esta misión que cinco personas no podrán con ellos?” Habiendo entendido el plan sólo en los términos más simples, Scorpion ladeó la cabeza y miró a Mira y Aaron en busca de respuestas.

“Más o menos, sí.” Confirmó Aaron y tomó otro montón de papeles. Añadió otra hipótesis. “Eso suponiendo que sólo hayan encargado cuatro. Si uno utilizó los cuatro de aquí como cebo y escapó, entonces habrá un quinto grupo de bocetos.”

Si se deshacían de los bocetos, podrían detener los planes de Quimera Clausen aquí mismo. Pero Quimera había sido cauteloso y minucioso hasta ese momento. Era ciertamente posible que otro fajo se le hubiera escapado.

Mira volvió a echar un vistazo a los cuatro cadáveres que cubrían el suelo de la sala de guerra y recordó cómo habían acabado.

“Es sólo mi opinión, pero creo que un quinto fajo es poco probable.” Dijo.

“¿Oh? ¿Cuál es tu lógica?” Preguntó Aaron, profundamente interesado.

“Cuando ese hombre Skyfolk supo quiénes éramos, nos dio gustosamente esa información y se marchó. Snake me dijo que es un sacerdote, y para los sacerdotes, el asesinato está estrictamente prohibido. Aun así, se ensució las manos.” Mira recordó la cara del hombre y añadió: “¿Recuerdas la expresión de su rostro?”

“… Ciertamente.” Convino Aaron, impresionado. El hombre de la túnica larga, con su expresión fría como el hielo y los ojos afilados como dagas—Aaron recordó la comprensible malicia en su rostro. “No se habría parado a hablar con nosotros si estuviera persiguiendo a otro,

¿verdad?”

“Exacto.” Mira asintió, satisfecha.

Se decidió que irían al Corredor Ilusorio. Antes de partir, el grupo se deshizo de las pertenencias de los muertos. Scorpion recuperó las dagas destinadas a dañar a los espíritus y las envolvió en tela blanca, Snake utilizó artes nigrománticas para quemar los cadáveres y Aaron arrojó los bocetos al fuego, donde se convirtieron en cenizas.

Mira les dejó solos. Volvió a la sala de control y se paró frente al pedestal central. Era un dispositivo de evacuación de emergencia.

Tenía un estricto requisito de uso: se necesitaba la bendición de al menos cinco espíritus. Por lo que Mira podía ver, no mostraba signos de uso reciente. Si hubo una quinta persona, no salió por aquí.

***

Cuando salieron de la Ciudadela de las Escamas, el cielo ya florecía de estrellas. El Corredor Ilusorio se extendía sobre una cadena montañosa y hacia el este. Probablemente tardarían un día entero de viaje en carruaje volador.

El grupo de Mira llegó a la ciudad de Sarut bastante después del anochecer. Condujeron el carruaje por tierra hasta las afueras de la ciudad y emprendieron el vuelo desde allí, todo para llegar a su destino lo antes posible.

A medianoche llevaban ya varias horas volando hacia el este. Tras atravesar las montañas, el carruaje aterrizó en la orilla de un lago rodeado de una densa espesura.

El carruaje era muy cómodo, tanto que se podía dormir a pierna suelta. Pero con cuatro personas dentro, era demasiado estrecho para estirarse. Decidieron que acampar era una mejor opción.

Aaron estaba acostumbrado a la vida en la carretera, y Scorpion y Snake viajaban solas a menudo. Por muy bien equipado que estuviera el carruaje, les resultaba más fácil relajarse con los pies en tierra firme.

Mira invocó a un Caballero Sagrado para que los custodiara durante la noche y colocó su propio futón en el interior del carruaje. Allí durmió a pierna suelta. Scorpion durmió encima del techo y Snake, que se sentía cómoda en espacios estrechos, hizo su cama debajo. Aaron se estiró en el asiento del conductor.

Junto al cuarteto dormido, el lago estaba tan tranquilo como un corazón inocente, reflejando el lejano cielo estrellado. Era profundo y apacible, lo que permitía a la mente relajarse y volar hacia el cielo.

La superficie del agua onduló ligeramente y una sombra se acercó al carruaje. Se acercó lentamente hasta entrar en el rango de percepción del Caballero Sagrado. El Caballero Sagrado no reaccionó.

La sombra revoloteó junto al guardián blindado y pasó junto al durmiente Aaron. Luego se deslizó, silenciosamente, dentro del carruaje…