Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 6

Capitulo 15: El grupo dejó atrás el taxi

El grupo dejó atrás el taxi y trepó durante un rato por el áspero y rocoso terreno montañoso. Finalmente, su destino apareció ante ellos, enclavado en una pared rocosa. Estaba rodeado de hierba desordenada. A su izquierda había un gran lago y a su derecha, un abrupto precipicio. El precipicio era tan escarpado y profundo que era imposible ver el fondo.

La Ciudadela de las Escamas se alzaba bloqueando la tierra, intercalada entre el agua y la larga caída.

Era un gran castillo gris con una muralla que se extendía desde el lago hasta el acantilado. Aunque el color de las piedras se había desteñido por los años de intemperie y desgaste, su presencia seguía siendo sobrecogedora. El viento soplaba desde lo alto, cortando el estrecho paso que precedía a la fortaleza, como si quisiera negar toda entrada.

Hace mucho tiempo, éste era el castillo del Rey Impregnable. Cuando estalló la guerra entre la humanidad y los monstruos, la última línea de defensa se trazó aquí. Las leyendas decían que incluso los monstruos más grandes se veían obligados a rendirse cuando miraban hacia arriba y veían el enorme tamaño de esta muralla, que representaba el poder defensivo absoluto. Sin embargo, la guerra también dejó su huella aquí; la poderosa puerta del castillo estaba tan maltrecha que ya no podía funcionar como entrada.

“Bastante grande, ¿eh?” Scorpion rompió el silencio, torciendo el cuello mientras miraba hacia la imponente muralla.

Mira sólo le echó un vistazo; su mirada se centró en la cola de Scorpion. “Grande… es una palabra.” Respondió distante.

Scorpion tenía ganas de hacer turismo, pero se controló cuando entraron en el pequeño fuerte junto al lago. Se detuvieron justo delante de la barrera que bloqueaba las escaleras que descendían a las profundidades de la oscuridad. Dado que la puerta que conducía a la Ciudadela de las Escamas estaba inutilizada, este camino oculto que antes se utilizaba como salida de emergencia era la única forma de entrar o salir.

Muy bien, veamos lo que tienes, pensó Aaron.

Ya había estado una vez en esta mazmorra de Rango A. Por aquel entonces, había participado en una misión como miembro de un grupo de seis personas. Había luchado en primera línea, blandiendo su arma favorita.

Pero esta vez, la misión que le había encomendado Uzume era apoyar a Mira. Las estrellas del espectáculo hoy serían Mira y las dos Ocultos. Podía imaginar más o menos la fuerza de Scorpion y Snake basándose en los rumores que había oído en la sede de la Alianza Isuzu, pero la pupila de un Sabio era una incógnita.

Aaron, que se había ganado su fuerza con años de diligente entrenamiento, estaba entusiasmado por ver de cerca a un prodigio que podía superarle a tan temprana edad. Los prodigios como Mira trabajaban y pensaban de formas incomprensibles para el común de la gente. Ser capaz de presenciar tales cosas y aspirar a tales alturas era, en opinión de Aaron, una de las mayores metas a las que podía aspirar una persona normal.

Aaron aún no se había dado cuenta de que su propia capacidad para comprender e incorporar las técnicas de los prodigios de un vistazo era bastante increíble en sí misma.

***

El grupo atravesó la barrera de la Unión de Gremios y se introdujo en el estrecho pasillo. Apenas cabían dos personas en él, y estaba reforzado con pilares y bloques de piedra.

Cada vez que la linterna de la cadera de Aaron parpadeaba en el aire húmedo y tenue, los insectos negros que se reunían alrededor de su luz se dispersaban. Y cada vez que eso ocurría, Scorpion emitía un sonido molesto, y Mira fruncía el ceño con disgusto.

Cuando el eco de sus voces se desvaneció, sus pasos destacaron aún más. Tras lo que pareció una eternidad caminando así, llegaron a una pequeña habitación. La luz de la linterna luchaba por atravesar la penumbra. Aparte de los decadentes candelabros colocados a lo largo de las paredes de roca desnuda, no había nada en el interior.

Era una sala oculta destinada a ocultar la existencia de este mismo pasadizo secreto. Por aquí había un camino hacia la ciudadela propiamente dicha.

“Bien, ¿cuál era?” Murmuró Aaron, sacando una hoja de papel doblada y comparándola con las paredes para buscar el mecanismo. “Je, ahora lo han puesto fácil.”

Vio un punto en la pared que estaba claramente erosionado debido a cuántas manos lo habían tocado y, con un suspiro, lo presionó con la palma de la mano. Aquel trozo de muro se abrió como una puerta, acompañado de un pequeño estruendo de piedra contra piedra. Una brisa entró en la habitación oculta, agitando el cabello de Mira.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vine aquí, reflexionó Mira para sus adentros.

Atravesaron la puerta y enseguida se encontraron con senderos a izquierda y derecha que se bifurcaban en otros más. El primer estrato de la Ciudadela de las Escamas era un complejo laberinto en cuyo centro se hallaba la sala oculta.

“Así que puedo dejar toda la lucha a ustedes, señoras, ¿verdad?” Aaron confirmó de nuevo.

“¡Totalmente!” Respondió alegremente Scorpion. Snake asintió en silencio, rebosante de espíritu combativo, mientras creaba un gólem para ayudarla.

Aprovechando esta oportunidad para demostrar su poder de invocación, Mira invocó a su Caballero Oscuro con un movimiento de su capa y lo transformó en un Señor Oscuro. A diferencia de su incondicional protector habitual, el Señor Oscuro parecía especializado en matanzas, como un caballero que hubiera vendido su alma al diablo con tal de defender a su señor. La armadura de cuchillas que cubría su cuerpo tenía un brillo opaco y sangriento.

“Ooh. Así que eso es evocación mutada, ¿eh?” Scorpion dijo cuando vio al Señor Oscuro. Estaba en medio de sus calentamientos previos a la batalla. Scorpion solía realizar misiones sola, por lo que tenía un conocimiento enciclopédico de las capacidades de los guerreros y magos a los que podría enfrentarse.

Había oído hablar de la evocación mutante, pero nunca la había visto, así que examinó cada centímetro del Señor Oscuro con gran interés. Todo el cuerpo del Señor Oscuro era un arma. Era un erizo sin nada de ternura.

“Cuidado.” Le advirtió Mira con desinterés, al darse cuenta de que Scorpion se había librado por poco de que le rebanaran la cara entre dos de los filos del Señor Oscuro. Volvió su atención hacia Aaron, que miraba el papel que sostenía con el ceño fruncido.

“Vaya expresión.” Comentó, poniéndose de puntillas para echar un vistazo al papel justo por encima de la altura de los ojos.

“Podía leer esto bien la última vez, pero no me estoy haciendo más joven. Hay mucha letra pequeña.” Aaron miró a Mira, suspiró y se frotó las comisuras internas de los ojos con una risita.

En el papel había un mapa toscamente esbozado pero intrincado del primer estrato de la Ciudadela de las Escamas, con el camino correcto dibujado en rojo. También incluía notas importantes de los jugadores que lo habían superado.

En la época de Danblf, un mapa así sólo se compraba y vendía entre jugadores. Pero ahora, tales mapas estaban disponibles en cualquier vieja tienda para aventureros. Los bocetos sólo habían aumentado en detalle desde la época de Danblf… pero quizás el mapa de la Ciudadela de las Escamas se había vuelto demasiado elaborado.

Parece demasiado detallado para ser útil. Tal vez también sea mi edad…

Las adiciones eran tan multitudinarias y extremas que incluso incluían información sobre rutas innecesarias. Mira apartó los ojos del mapa y parpadeó un par de veces. Luego, se volvió y se centró en la ruta correcta a través de la ciudadela.

El pasadizo tenía tres metros de ancho, con luces azules de artificio desconocido colocadas a lo largo de las paredes a intervalos regulares. Las frías y desoladas paredes de piedra no mostraban signos de deterioro a pesar de su antigüedad; las únicas imperfecciones de su superficie eran manchas y arañazos de batalla.

La Ciudadela de las Escamas podría dividirse a grandes rasgos en tres secciones con funciones diferentes: delante, en el centro y detrás.

La parte trasera era un muro aún más alto y grueso que la muralla con la que se habían encontrado al llegar, capaz de rechazar incluso al más fuerte de los demonios. El centro era una gran cámara conectada a la puerta de la muralla frontal del castillo. Esta zona estaba marcada por antiguos restos de trincheras, con armas rotas y baluartes desmoronados. Fue una vez donde se libró la parte más sangrienta de la batalla. Por último, el frente estaba dividido en cuatro estratos apilados, siendo el más alto la sala de control, donde una vez descendió el Rey Espíritu.

“Déjenmelo a mí. Puedo guiarlos.” Dijo Snake a Mira y Aaron mientras ambos murmuraban entre sí. Hizo una seña a su gólem y se puso a la vanguardia. Llevaba en la mano un mapa que se había procurado de antemano, en el que aparecía una representación más nítida de la ruta correcta.

Mira y Aaron se miraron, se encogieron de hombros y se rieron.

Siguieron obedientemente a Snake.

Diez minutos después de haber entrado en el laberinto, el gólem de Snake se detuvo ante una esquina próxima.

“Enemigos.” Anunció Snake. Al mismo tiempo, el gólem avanzó a toda velocidad con pasos tan fuertes que parecía una tormenta. Un humo pálido salió de la esquina, pero el gólem lo golpeó con un fuerte puño.

“Un enfoque de fuerza bruta, por lo que veo.” Dijo Mira.

El humo era un monstruo llamado fantasma nocturno. Construido puramente a partir de pensamientos, su cuerpo debería haber tenido una resistencia a la interrupción física. Sin embargo, el golpe del gólem causó daños visibles.

El fantasma nocturno se dispersó y se deslizó por el aire para escapar, reformándose a una distancia segura del grupo de Mira. Había adoptado la forma de un caballero con armadura, pero aún podían ver los daños donde el puño del gólem lo había golpeado.

“Traje aceite astral.” Dijo Aaron. “Pero parece que no lo necesitaremos a este paso.” El aceite anulaba las resistencias físicas cuando se aplicaba a las armas. Era menos eficaz que la magia, pero hacía de la fuerza bruta una estrategia viable contra los monstruos incorpóreos.

“Quizá no.” Convino Mira mientras vigilaba los esfuerzos de Snake.

Aaron volvió a colocarse el hacha en la cadera y devolvió el frasco que había sacado a su bolsa. La hoja verde jade en forma de media luna se balanceaba tristemente en su cadera. Había perdido la oportunidad de demostrar lo que valía.

Mientras Mira y Aaron conversaban, el potente golpe derecho del gólem hizo añicos al fantasma nocturno, que se fundió en el aire.

Cuando apareció el siguiente, el gólem lo sujetó para que Snake lo destruyera con [Artes de Internamiento: Renacer Fundido].

Unas finas ascuas bailaron en el aire mientras Snake creaba un nuevo gólem y se daba la vuelta orgullosa. Pero la persona a la que más deseaba presumir —Mira— estaba mirando entusiasmada la bolsa de Aaron, obsesionada con los numerosos objetos que había traído. Había unos cuantos que ella no había visto nunca.

Snake estaba claramente cabizbaja.

“Vamos, te preocupas demasiado.” Gritó Scorpion, notando los esfuerzos exagerados de Snake. “Intentas mostrar tu valía porque te preocupa haberte entrometido, ¿verdad? No tienes que esforzarte tanto.”

Scorpion ya había visto muchas veces este comportamiento en Snake: su vacilación en el carruaje era sólo un ejemplo. Snake tenía una buena cabeza sobre los hombros, pero era peligroso morder más de lo que podía masticar en la batalla.

“Eso no es cierto.” Dijo Snake. “Esta misión es de suma importancia; esto es sólo lo que se requiere.”

Scorpion gruñó molesta por su terquedad y le dio a Snake un ligero golpe en la mejilla. “Esta misión nos incumbe a todos, ¿de acuerdo?”

Entonces Snake no tuvo réplica. Se limitó a asentir.

“¿Qué pasa, chicas?” Mira, después de echar un buen vistazo a todas las herramientas de Aaron, llamó a la pareja.

Scorpion y Snake se dieron la vuelta y sacudieron la cabeza. “Nada.” Dijeron al unísono. Entonces vieron el objeto que sostenía Mira.

“Podemos llamarlos seguros.” Dijo. “Es bastante raro, pero algunos monstruos pueden lanzar maldiciones.”

Mira les entregó a cada una de las chicas una hoja de papel con una letra tan elaborada que resultaba difícil de leer. Eran talismanes de protección, que podían anular un número determinado de maldiciones lanzadas por monstruos incorpóreos de alto nivel. Como no se necesitaban con frecuencia, no se encontraban en muchos mercados.

“¡Vaya, gracias!” Scorpion lo aceptó, lo miró con interés y lo guardó en su bolsa lateral.

“Te lo agradezco.” Snake sujetó el papel con cuidado con ambas manos y lo guardó en el bolsillo interior de su bata.

Los talismanes de protección llevaban quién sabía cuánto tiempo acumulando polvo en el fondo de la Caja de Objetos de Mira. Sólo se acordó de ellos después de mirar los objetos que había traído Aaron.

Las clases aventureras que se centraban en el daño físico solían descuidar a los incorpóreos más fuertes, pero a los magos les encantaba enfrentarse a ellos, ya que su salud máxima era intrínsecamente baja. Esta tendencia era tan frecuente en el juego que a los magos se les solía llamar cazafantasmas. Estos trozos de papel eran de la última vez que Mira había cazado estos monstruos.

Dicho esto, seguía siendo el primer estrato. Aún no había necesidad de preocuparse.

Snake continuó a la cabeza. Incluso cuando los fantasmas nocturnos aparecían en grupos, sus gólems actuaban como un muro mientras Scorpion saltaba, utilizando las paredes circundantes como puntos de apoyo para unir fuerzas con el Señor Oscuro en el ataque. Los monstruos fueron fácilmente masacrados con innumerables golpes. Aaron miraba, disfrutando del espectáculo mientras vigilaba, mientras Mira lanzaba sin piedad a su peón sobre los desventurados monstruos.

¿Puede incluso correr por las paredes? Mira se quedó asombrada mirando a Scorpion. Me pregunto qué tipo de entrenamiento se necesita para aprender eso…

En el pasadizo de tres metros de ancho, mientras los gólems de roca y el Señor Oscuro se abalanzaban, Scorpion se movía y saltaba con destreza en medio de la peligrosa aglomeración. Parecía capaz de moverse en cualquier dirección a voluntad, como una araña en su tela. Sus rápidos golpes hacían honor a su nombre. Pronto, la multitud de fantasmas nocturnos que habían erradicado alcanzó los dos dígitos.

Su conquista del primer estrato iba viento en popa. Cuando llegaron a la segunda mitad, su equipo se había adaptado perfectamente al estilo del otro. Y en todo caso, los movimientos de Scorpion se habían vuelto más precisos.

“Scorpion, ¿dónde aprendiste esas técnicas?” Preguntó Mira.

Correr por las paredes no era lo único que podía hacer; incluso corría con las dos piernas en el techo. Mira nunca había visto nada igual. Puede que fuera la nueva técnica más impresionante que había visto.

Scorpion saltó hacia atrás desde la parte delantera y aterrizó boca abajo en el techo junto a Mira. “Allá en casa, en la aldea Karasawa.” Respondió ella. “Es una técnica tradicional que todos los niños aprendemos cuando llegamos a cierta edad.”

Mirando a los moribundos fantasmas nocturnos, Mira se volvió hacia Scorpion y le preguntó más. “¿Todos en tu aldea pueden correr y saltar como tú?”

“Hmm… Puede que no todo el mundo. Todo el mundo puede pegarse a paredes y techos, pero para algo más hace falta mucho entrenamiento. Que te entrenes o no depende de tu talento. Y… bueno… Me dijeron que yo era el mejor talento de la aldea.” Dijo Scorpion, con el orgullo asomando a su voz mientras saltaba y aterrizaba de nuevo en el techo, y luego caminaba hacia delante, todavía colgando como un murciélago.

Mira la siguió, fascinada, aunque fingió despreocupación al formular su pregunta más apremiante. “Es increíble. A mí también me encantaría hacerlo… ¿Puedes enseñarme?”

Scorpion giró y aterrizó erguido en el suelo. “No sé… Me dejaron aprenderlo todo porque era el mejor de la aldea, pero me dijeron que nunca enseñara estas cosas a los forasteros. O mejor dicho, me rogaron que no lo hiciera. Lo siento.” Respondió, despeinando a Mira.

“Hrmm. Es una pena.” Murmuró Mira decepcionada, sin prestar atención al cabello plateado que ahora le caía delante de los ojos.

Una alumna de Sabio reconocida por la propia Uzume había mostrado interés por sus técnicas—Scorpion estaba extasiada.

“Pero si alguna vez llegas a la aldea Karasawa, podrías convencerles de que te enseñen. Aunque sólo si el jefe te reconoce.

¡Pero dicen que ya ha ocurrido antes!”

Al oír eso, Mira se recuperó al instante. En algunos raros casos, los forasteros podían aprender técnicas tradicionales.

“¡Oh! ¡Oh, ho ho ho! ¡¿Es así?!”

“Sí, no es inaudito. Aunque las condiciones son aparentemente muy estrictas.”

Mira sonrió entusiasmada. “Tendré que intentarlo. Entonces,

¿dónde puedo encontrar esta misteriosa aldea Karasawa?”

“Uh, en el bosque al norte de Grimdart. La estación de ferrocarril continental más cercana debería ser Bosque Oculto, creo.”

“¿En el bosque, hrmm? Recuerdo que ese bosque era bastante denso. ¿Así que el ferrocarril pasa incluso por allí?”

“Antes era tan pequeño y difícil de encontrar que lo llamaban pueblo escondido. Pero hoy en día, se ha hecho bastante grande.”

El ferrocarril que atravesaba el continente terrestre tenía que pasar, naturalmente, por cadenas montañosas y bosques. En el curso de la superación y labrado de un camino a través de un terreno tan difícil, a veces acercaba a la gente a lugares antes oscuros como la aldea Karasawa. Por supuesto, el descubrimiento de algunos de estos lugares había provocado algunos problemas… pero ya hacía tiempo que se habían solucionado.

“Un pueblo escondido, ¿eh? Suena bastante emocionante.” Mira añadió la aldea Karasawa a la larga lista de destinos que nunca llegaría a visitar y vertió más maná en su Señor Oscuro. Con sus habilidades especiales despertadas, controló libremente el maná negro que fluía de sus espadas y barrió hordas invasoras de fantasmas nocturnos en un abrir y cerrar de ojos.

Mira ya tenía un montón de planes. Decidió terminar este trabajo rápidamente, para poder empezar a hacer realidad algunos sueños. Sintiendo su intención, la tempestuosa invocación devoró a todos los monstruos que se acercaban a un ritmo aún más rápido. Scorpion y Snake se quedaron boquiabiertas, incapaces de deslizar un solo ataque a través de la abrumadora marea de violencia.

Detrás de ellas, los ojos de Aaron brillaban mientras murmuraba: “Así que esto es lo que Uzume ha planeado.”

Los monstruos del primer estrato se hicieron añicos en cuanto entraron en el campo de visión del grupo. Como alguien que había experimentado la lucha contra Mira, Scorpion se estremeció. Snake simplemente decidió centrarse en liderar el camino.

***

Con el abrumador poder de combate de sus luchadores y la rápida orientación de su mapa, el grupo salió del laberinto en un abrir y cerrar de ojos y llegó a una encrucijada. Se trataba de un cruce importante en la Ciudadela de las Escamas, con pasillos que se bifurcaban hacia arriba, abajo, izquierda y derecha, además de continuar recto.

Si iban directamente hacia delante, llegarían a la zona central conectada con la puerta principal. Si giraban a la izquierda, llegarían a una abertura donde atacaría el Ghoul Legión, pero sólo si tenían la misión para derrotarlo. Si giraban a la derecha, saldrían a la mitad del precipicio junto a la ciudadela. Usando herramientas especiales, se podía escalar profundamente bajo tierra desde allí.

Si continuaban escaleras abajo, llegarían al altar donde se encontraba la balanza derecha. Pero eso era todo lo que había. Que Mira supiera, no había ninguna misión relacionada con ella.

Cada pasillo estaba débilmente iluminado, y el camino hacia adelante desaparecía en la oscuridad. Mira volvió los ojos hacia la escalera que conducía hacia arriba.

La sala de control debería estar arriba desde aquí, ¿no?

El objetivo de su misión era capturar a una figura clave de Quimera Clausen. Habían aprovechado el tiempo de viaje en el carruaje para discutir el lugar ideal para tender una emboscada, y llegaron a una conclusión: si el enemigo realmente iba tras el Rey Espíritu, lo mejor sería acechar en el lugar más cercano a él.

Los cuatro continuaron hasta el segundo estrato sin ni siquiera echar un vistazo a los otros caminos.