Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 6

Capitulo 14: Tras la cena

Tras la cena, Mira pasó la noche en una habitación de invitados del palacio. A la mañana siguiente, la cocina del palacio le preparó un desayuno abundante: un plato principal y cinco guarniciones.

Tras reunirse con los nuevos miembros de su grupo, Scorpion y Snake, Mira caminó con Kagura hasta la torre que marcaba la salida del cuartel general de la Alianza Isuzu. Mira miró hacia arriba y la idea de subir casi le hizo suspirar. Luego siguió a los tres hasta la escalera de caracol.

No tardaron en llegar a la puerta entre el lago y el cuartel general, donde Aaron ya les esperaba. Llevaba una armadura ligera, aunque reforzada con metal, y parecía tan digno como siempre. Contemplaba el cielo del lago, brillante y ondulante.

“Buenos días, Aaron.” Le saludó Uzume.

“Hola, buenos días.” Cuando se giró y vio a los cuatro, sonrió. Era tradición de la alianza reunirse aquí antes de las misiones. “Una despedida de lujo, ¿eh?” Se rio.

Una rara oportunidad de estar en presencia de la líder de Isuzu, dos de sus élites, y el pupilo de un Sabio… Estaba tan emocionada por este viaje que se había levantado temprano.

Scorpion sonrió confiada mientras Snake miraba en dirección a Aaron y bajaba la mirada antes de murmurar: “Es grande.” De repente parecía más preocupada porque todos cupieran en el carruaje.

“Bien, es hora de la lista de comprobación final.” La expresión de Uzume se volvió seria, y empezó a repasar los parámetros de la misión. “Su destino es la Ciudadela de las Escamas. Viajaran por el cielo en el carruaje de Mira. Su objetivo principal es capturar a un ejecutivo de Quimera Clausen. ¿He sido clara hasta ahora?”

“Sí, todo se ha entendido.” Respondió Aaron, y todos asintieron con la cabeza.

Uzume miró entonces a Mira. “¿Harás que Garuda lleve tu carruaje, supongo?”

“¡Eso haré!” Mira hinchó el pecho, esperando a que llegaran los elogios. Las invocaciones no sólo servían para luchar: tenían la increíble utilidad de poder transportar carruajes.

Uzume recordaba a Garuda y conocía bien a Mira —o mejor dicho, a Danblf—, así que se limitó a encogerse de hombros.

“Tendrás que pasar por la Unión del Gremio de Sarut para recoger el permiso, así que ve en carruaje hasta allí. Tu enorme pájaro destaca demasiado. Podría alertar a los agentes de Quimera.” Añadió Uzume.

“Mrgh, está bien…” Mira se desplomó tristemente como un gatito acurrucado, trágicamente privada de otra oportunidad de mostrar la magnificencia de la invocación.

Uzume continuó sin inmutarse. “Y nada de volar directamente a la ciudad. Viajen por tierra tan pronto como Sarut esté a la vista. Nunca podemos ser demasiado precavidos.”

Mira refunfuñó, pero accedió.

“No sabemos cuándo pueden aparecer sus élites, así que probablemente tendrán que esconderse en la mazmorra durante un tiempo. Scorpion y Snake harán la guardia nocturna; Aaron y Mira deben mantenerse frescos y preparados.”

“De acuerdo, entendido.” Respondió Aaron y lanzó una mirada a Mira.

Según las palabras de Uzume, debía de tener una fe increíble en Mira. Aaron tenía grandes expectativas.

“Con este grupo, no te faltará poder de combate. Scorpion y Snake tienen las restricciones, así que todo lo que tienes que hacer es inmovilizarlos.” Dijo Uzume, aparentemente dirigida a Mira.

“Hrmm. Entonces quieres decir que puedo centrarme en luchar.” Mira sonrió un poco, entendiendo la implicación. Era la oportunidad perfecta para mostrar algo de su magia de invocación más desagradable.

“Déjamelo a mí.” Le dijo Scorpion a Mira, que ya había oído de antemano los pormenores de la misión. Snake no dijo nada, pero asintió con firmeza.

***

“Bueno, ¿vamos? Tengo que hacer mis recados diarios, pero puedo acompañarte al bosque.” Dijo Uzume, y tocó la puerta que daba al mundo exterior. La frontera transparente entre el agua y la ciudad desapareció, y una cascada apareció en lo alto. Era realmente impresionante ver cómo se separaban las aguas desde abajo.

“¿Qué son esos recados tuyos?” Preguntó Mira mientras subían por la escalera transparente, ahora a mitad de camino del lago dividido.

¿Qué tareas podría tener una perezosa como Kagura?

“Eso lo sabré yo y tú lo adivinarás…” Uzume se giró y sonrió con picardía. Parecía que Scorpion, Snake y Aaron ya lo sabían.

Bueno, supongo que lo averiguaré tarde o temprano. Mira fingió que no le importaba… mucho.

Alcanzaron el final de la escalera y llegaron al Bosque de las Estaciones, donde un cielo azul y despejado esperaba al grupo de cinco. Era una mañana refrescante y la hierba brillaba con el rocío.

Pero, por supuesto, al fin y al cabo se trataba de un bosque donde residían espíritus. Mira se llenó los pulmones de aire limpio y fresco y observó el bosque, que seguía cubierto de niebla blanca, como una escena de ensueño. Se adhería a los árboles como el aliento del propio bosque. En otras ocasiones, esa niebla podría resultar espeluznante, pero aquí era solemne y refrescante.

Es un lugar encantador.

Mientras Mira disfrutaba del aire brumoso, Acadori salió del bosque. Corrió hacia Uzume e informó: “Los preparativos han terminado.”

“Bien hecho. Empecemos.” Uzume se volvió hacia Mira y añadió con confianza: “Permíteme que haga saltar por los aires tu concepción de la caza de demonios.”

“¿Caza de demonios?”

Parecía que el recado diario de Uzume era la caza de demonios. Mira tenía sus dudas. Los demonios eran criaturas poderosas, pero vivían sobre todo en regiones apartadas de los asentamientos humanos. No era fácil encontrarlos. Convertirlo en una tarea diaria exigiría correr por todo el continente a velocidades supersónicas.

Entonces, ¿dónde iba a buscarlos?

Con una sonrisa burlona, Uzume señaló una zona del Bosque de las Estaciones y dijo con un desafío en la voz: “¿Sabes qué es eso?”

Una densa niebla se cernía sobre aquella parte del bosque. Más oscura que las nieblas matinales de los alrededores, parecía de algún modo… amenazadora. Basándose en el comportamiento de Uzume, Mira pudo deducir que se trataba de algo especial. ¿Qué era?

Esa niebla es inusual… De repente, Mira recordó dónde había visto algo así antes.

“¿Es una de esas… distorsiones espacio-temporales, quizás?”

Si la niebla le recordaba algo, sería lo que había ocurrido en el Bosque de los Devotos. Mira respondió pensando en eso, pero no estaba segura. La niebla en el Bosque de los Devotos fue causada por la pérdida del espíritu que había purificado allí el estancamiento de maná. Pero, ¿y este bosque? El cuartel general de la Alianza Isuzu estaba plagado de espíritus, así que seguramente no era una cuestión de no poder purificar el maná.

Pero las distorsiones espacio-temporales no deberían producirse en un entorno con semejante bendición. Mientras Mira seguía devanándose los sesos, Uzume la miró irritada y le sacó el labio inferior.

“Espera, ¿tenía razón?” Mira sonrió triunfante. Uzume era demasiado fácil de leer.

“Sí, justo es eso. ¿Cómo lo has sabido?” Uzume la fulminó con la mirada, completamente molesta. Nadie debería darse cuenta de que la niebla era una distorsión espacio-temporal la primera vez que la veía.

Mira, por supuesto, tampoco tenía ni idea cuando lo vio por primera vez. Pero, afortunadamente, la habían acompañado las hermanas Korpokkur, maestras del bosque.

“¡Ya me he encontrado con una!” Mira hinchó el pecho desafiantemente e hizo un rápido resumen de lo que había visto en el Bosque de los Devotos. La historia no fue más que un alarde sobre las hermanas Korpokkur, seres capaces de controlar las plantas del bosque, atravesar distorsiones espacio-temporales con facilidad y, en última instancia, borrarlas.

***

“Wooow, eso es super interesante. No.” Uzume seguía claramente molesta. Pero su disgusto duró sólo un momento más. Luego volvió a sonreír sin miedo. “Bueno, apuesto a que nunca has visto esto.”

Uzume agitó una mano hacia el bosque cubierto de niebla. Cuando lo hizo, la niebla se hizo aún más densa y un rugido estremecedor sacudió el Bosque de las Estaciones.

“¡¿Qué?!” Mira vio una bestia que se elevaba por encima de los árboles. Era un Colmillo Dorgis, un demonio con aspecto de león y dientes más afilados que espadas de mithril.

El Colmillo Dorgis era un enemigo poderoso que rara vez se veía en las profundidades de las montañas del continente Ark. Era tan fuerte que incluso los mejores jugadores luchaban contra él… y había aparecido en una distorsión espacio-temporal.

Mira se preparó para una batalla difícil, pero Uzume la contuvo.

“Como he dicho, esto es sólo una tarea diaria para mí. Observa.” Dijo Uzume, totalmente segura de sí misma. Dio un paso adelante. Un anillo de luz apareció bajo su pie derecho y se extendió rápidamente hasta envolver todo el Bosque de las Estaciones.

La luz invocó la magia grabada en los árboles y, un instante después, toda la región resplandecía con símbolos iluminados utilizados en las Artes Celestiales.

“Esto sí que es una sorpresa. ¿Han convertido todo este bosque en su campamento?” Murmuró Mira, mirando los sellos brillantes.

Los médiums luchaban estableciendo campamentos; en pocas palabras, creaban entornos que les beneficiaban. Establecer un campamento que rodeara incluso a una persona llevaba bastante tiempo. Pero, como era de esperar, Uzume, el gran maestro de Isuzu y uno de los Nueve Sabios, había creado un campamento que abarcaba todo el bosque.

Mientras Mira estaba ocupada impresionándose, la batalla que tenía ante sí se volvió repentinamente en su contra, de forma bastante unilateral.

El Colmillo Dorgis vio a Uzume e intentó embestirla. Al instante, incontables bandas de luz se extendieron desde el bosque para contener al demonio. El monstruo no era nada comparado con Kagura, y no tenía forma de desafiarla.

Uzume levantó una mano, y los shikigami de ayer surgieron de todo el bosque. Cuando la soltó, arrollaron por completo al Colmillo Dorgis, dejando sólo un cadáver a su paso.

Uzume se volvió hacia Mira con su mirada más orgullosa. “¿Qué te parece?”

“Empezaré a limpiar.” Llamó Acadori desde lejos. “Odio decirlo, pero fue bastante espectacular.”

Por todo el tiempo que tardaba en establecerse, una médium con un campamento perfecto era casi injustamente fuerte. Incluso Mira no tendría ninguna posibilidad de ganar contra ella. Aunque le molestó un poco que se lo restregaran por la cara, tuvo que alabar a su querida amiga.

Pero después de verlo todo, Mira seguía teniendo algunas preguntas.

“Llamaste a esto caza de demonios, así que la aparición de ese Colmillo Dorgis no puede haber sido una coincidencia. ¿Verdad?”

Nunca se puede predecir lo que puede hacer una distorsión espacio- temporal. La que Mira había visto en el Bosque de los Devotos había escupido todo tipo de monstruos al azar. Pero, dada la situación, sólo podía suponer que Uzume lo había hecho a propósito. ¿Cuál era el funcionamiento interno de todo esto?

Ante la pregunta de Mira, Uzume respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Las distorsiones espacio-temporales eran fenómenos causados por el estancamiento del maná. El estancamiento del maná se producía cuando los espíritus no podían corregir su flujo. En otras palabras, los espíritus tenían el poder de cambiar el flujo de maná. Si interrumpían el flujo intencionadamente, podían crear distorsiones a voluntad.

Uzume había trabajado con los espíritus para determinar los límites de estas distorsiones. El resultado fue el que Mira había visto: ahora podían conectar su entorno con lugares tan lejanos como el continente Ark a voluntad. Pero debido a la tensión que suponía para el entorno, dicha actividad se limitaba a una vez al día.

Una aplicación de esta investigación que Kagura había explotado con entusiasmo era la recolección de materiales valiosos de demonios lejanos. En ambos continentes había muchas bases de Isuzu. Casi todos los días llegaban de esas bases informes detallados de los nuevos demonios descubiertos, con su hábitat y sus coordenadas. Sabiendo eso, podía cazar demonios de todo el mundo y utilizar las materias primas para reforzar la fuerza de combate de Isuzu.

Los demonios causaban problemas a los países, igual que los monstruos normales, por lo que Uzume se enorgullecía de considerarlo un servicio meritorio que contribuía al bien común.

“Es como un código de trucos…” Murmuró Mira, y luego soltó una risita sombría. No sólo atraían a los demonios desde lejos, sino que los obligaban a caer en una trampa perfectamente preparada. Era casi injusto.

“Podemos hacer unos cuantos trajes de armadura de cuero de alta calidad con la piel de este demonio.” Dijo Uzume. “Sus garras también servirán como espadas. Perfecto, perfecto.”

Sonrió mientras se llevaban al Colmillo Dorgis. Era realmente un cadáver perfecto, sin mancha. Se había contenido lo suficiente.

“Incluso podríamos enfrentarnos a los jefes de las incursiones con esta técnica.” Murmuró Mira mientras miraba.

“Apuesto a que sí.” Respondió Uzume con seguridad. Luego añadió con una risita: “Aunque es un poco más difícil mantener atado a un jefe de incursión, así que tendríamos que tener en cuenta el peligro para el bosque.”

Aumentaba el poder de la Alianza Isuzu día a día. Mira sonrió mientras observaba el trabajo de Kagura. Realmente era una aliada fiable.

***

“¡Bueno, buena suerte ahí fuera!” Uzume tenía reuniones justo después de su recado, así que esto era lo más lejos que podía llegar. Mientras Acadori se apresuraba a marcharse, Uzume despidió al grupo de cuatro personas con unas pocas palabras. Eran la fuerza más poderosa que podía enviar a esta misión, así que no había ni un atisbo de preocupación en su rostro.

“Hasta pronto.” Respondió Mira agradablemente antes de comenzar su paseo por la orilla del lago.

El bosque desprendía un suave aroma boscoso, y las hadas que se asomaban aquí y allá bendecían a los cuatro a su paso. Mira sintió la calma de estar en casa como un tenue calor en su interior.

Había dos tipos de bendiciones espirituales: las que funcionaban continuamente y las que tenían efectos limitados en el tiempo. Las primeras se concedían cuando se tenía una relación estrecha con un espíritu y eran un requisito para aprender diversas habilidades especiales. Las segundas casi siempre las daban los espíritus por capricho. Las bendiciones que bañaban al grupo mientras atravesaban el bosque eran sin duda del segundo tipo.

“Qué despedida más amable.” Reflexionó.

“Aquí todos somos amigos. Además, los estamos salvando.” Respondió Scorpion, saludando a los espíritus.

Mientras Mira recibía las innumerables bendiciones, su amabilidad y calidez no hacían más que reforzar su deseo de acabar con Quimera Clausen. El grupo dio las gracias a los espíritus y siguió adelante, llegando a la carreta…

… que estaba rodeado de niños. “¿Qué?”

“Bueno, ¿quieres ver eso? Lo están usando como patio de recreo.” Se rio Aaron.

Eran jóvenes espíritus del bosque. Algunos se colgaban de los tirantes, mientras que otros trepaban y saltaban desde lo alto del carruaje. La pandilla de niños sonreía mientras jugaban.

El carruaje parecía aún más blanco frente al verde del bosque y el azul del agua. Parecía que algo así era raro de ver en este lugar.

Llevó tiempo apartar a los espíritus juguetones del carruaje, e incluso después de hacerlo, los niños intentaron atraer a Mira y a su grupo a sus juegos. Mira se sintió mal al dejarlos en manos de un espíritu cuidador.

Mira volvió a concentrarse y abrió la puerta del carruaje con una gran floritura. Scorpion se apresuró a echar un vistazo a su alrededor y suspiró con admiración. Snake y Aaron la siguieron.

“Nunca he visto un carruaje de estilo japonés, pero este es bonito.” Reflexionó Aaron. “Parece cómodo.”

“Esto es inesperado.” Murmuró Snake.

A Aaron pareció gustarle la serena atmósfera del interior. Le impresionó el mobiliario del carruaje, que parecía haber comprimido las señas de identidad del estilo japonés en un espacio tan compacto. Snake parecía un poco sorprendida por el inesperado interior, pero los ojos de Scorpion estaban fijos en la amplia ventana que había más adelante. Ya estaba ansiosa por contemplar la vista desde el aire.

“Quítense los zapatos, por favor.” Gritó Mira. Los ojos de Scorpion y Aaron brillaron como niños entusiasmados. Obedecieron las órdenes, se quitaron los zapatos y entraron en el carruaje.

El carruaje especial de Mira ya era bastante estrecho con ella, Aaron y Scorpion dentro. Snake entró tímidamente y se colocó en un rincón.

“¿Hm? ¿Qué te pasa?” Preguntó Aaron a Snake, que en ese momento se apretaba contra la pared.

En lugar de la silenciosa Snake, Scorpion explicó: el carruaje no era muy grande, y habían planeado enviar sólo a tres, pero Snake había suplicado venir y ahora intentaba ocupar el mínimo espacio posible. Aaron dijo “ya veo” y no hizo más preguntas, mientras que Mira parecía avergonzada por toda la situación.

“Snake, ¿podrías recoger ese extremo por mí?” Preguntó, agachándose y poniendo una mano en el borde del kotatsu.

“Entendido.” Snake respondió y sujetó el kotatsu. A la señal de Mira, lo levantó y lo trasladaron a la esquina. El espacio parecía bastante más grande ahora que lo habían movido.

“Eso debería hacer más espacio, ¿eh?” Dijo Mira. Hizo un gesto a Snake para que se sentara.

Luego, asomó la cabeza por la puerta del conductor y se preparó para avanzar. Súbitamente consciente de su propio tamaño, Aaron miró a las chicas y no dijo nada. Se sentó tan cerca de la pared como pudo. Una vez hubo terminado, Mira movió su silla sin piernas junto a su kotatsu y se sentó allí. Hubo una repentina sensación de pesadez en los cuatro de la habitación.

“¡Vaya, estamos subiendo!” Apretada contra la ventanilla, Scorpion chilló de alegría mientras el colorido bosque se encogía bajo ellos.

“Da un poco de miedo, ¿eh?” Aaron echó un vistazo al exterior. Snake, que estaba arrodillada al estilo seiza a su lado, se asomó y miró directamente hacia abajo. Sus ojos brillaron ante la vasta extensión que había debajo.

***

Volaron cuatro horas desde el Bosque de las Estaciones antes de que su destino estuviera a la vista.

“Estamos cerca de la ciudad de Sarut.” Informó Snake a Mira, que se relajaba en su silla sin piernas.

“Mm. Supongo que deberíamos aterrizar.” Respondió Mira.

Ordenó a Garuda aterrizar cerca de una carretera.

El carruaje comenzó a descender lentamente y finalmente aterrizó en un campo a poca distancia de la vía que conducía a la ciudad.

Ahora, ¿a quién debo pedir que tire del carruaje?

Debían viajar por tierra para evitar la atención no deseada de Quimera. No podían usar nada demasiado llamativo. Mira hojeó su catálogo mental.

Hipogrifo… no. Pegaso podría funcionar si pliega sus alas. Es básicamente un caballo. Pero odia caminar y podría no ser lo suficientemente fuerte. Umgarna sería lo mejor… pero esa serpiente podría devorar a un caballo. Sería estúpido pensar que no destacaría.

Mira se quedó en su sitio, murmurando y refunfuñando para sus adentros.

Al ver que estaban estancados, Aaron preguntó: “¿Qué pasa, señorita Mira?”

“Bueno, me cuesta pensar en algo que pueda tirar del carruaje sin destacar…”

Ante sus ojos estaba Mira, supuestamente la pupila del famoso invocador Sabio Danblf. Recordando las relucientes alas de Garuda, se dio cuenta de que sería difícil que todas sus invocaciones fueran así.

“Ahh… Sí.” Dijo Aaron, comprendiendo un poco.

Mientras Mira volvía a pensar, la inquieta Snake parecía ansiosa por ser útil. “Si necesitas a alguien que tire del carruaje, déjamelo a mí.”

“Ah, es cierto. Eras una nigromante, ¿no es así, señorita Snake?” Murmuró Aaron con una mirada cómplice.

Snake asintió, con mirada sincera. Mira supuso que los nigromantes debían tener sus propios métodos. “Adelante.”

La mujer le dio las gracias y abrió la puerta del conductor. Normalmente carecía de emociones, pero ahora había una leve sonrisa en su rostro: estaba claramente deseosa de ayudar. Alejándose del carruaje, Snake lanzó un hechizo para crear un gólem cuadrúpedo.

Mira se asomó por la puerta del conductor, interesada en ver cómo resolvía aquel enigma. Vio un gólem de patas gruesas con cuerpo de lagarto y tres colas terminadas en gancho. Frunció el ceño ante aquella horrible criatura y dio media vuelta. Seguro que un gólem así llamaría la atención.

Sin embargo, Aaron y Scorpion parecían relajados. Mira sabía que había más cosas que no sabía de este mundo que cosas que sí. Si todos pensaban así, debía de estar bien.

La magia de Snake era un arte nigromántico recién desarrollado para el trabajo físico. Se había extendido por todo el mundo y ahora la utilizaban desde aventureros hasta mercaderes, pasando por la nobleza.

Los médiums y los invocadores podían utilizar una magia obrera similar, pero la nigromancia era especialmente estable. Los gólems de reclutamiento eran muy útiles para viajar. Su ubicuidad facilitaba el objetivo de pasar desapercibidos.

El carruaje empezó a moverse. El gólem había enrollado sus colas enganchadas alrededor de los tirantes y tiraba del gran vehículo con aparente facilidad.

“Entonces te lo dejo a ti.” Mira se asombró de que el gólem fuera tan ágil con un cuerpo tan corpulento.

Snake respondió en breve: “Muchas gracias.”

La reconfortante vibración del traqueteo de las ruedas subió por el cuerpo de Mira desde el suelo de la carreta. Ir cuesta arriba en la carreta tenía una sensación diferente y tranquilizadora. Los sonidos rítmicos tranquilizaron a Mira, cuyo único pensamiento hasta el momento había sido la velocidad. Quizá esto no sea tan malo después de todo, pensó mientras miraba por la ventanilla.

La carreta avanzó a buen ritmo y llegaron a la ciudad de Sarut hacia el mediodía.

Snake había confirmado con antelación la ubicación de la Unión de Gremios. Condujo hábilmente la carreta por la ciudad. La calle principal estaba flanqueada por escaparates, y otras personas y carruajes iban y venían. Mira observó por la ventana y vio pasar a otros gólems de tiro. Ahora se daba cuenta de lo que decía Snake: no destacaban en absoluto.

La mayoría de los edificios de Sarut eran estructuras de madera, mientras que los grandes edificios e hitos importantes eran de piedra. Los diseños recordaban terriblemente a una película del Salvaje Oeste en algunos aspectos. Pero, de algún modo, esto no restaba armonía al conjunto. La ciudad se beneficiaba de la estética única de la madera y la piedra.

Mientras Mira admiraba la arquitectura de la ciudad, la carreta se detuvo ante dos edificios de piedra que se erguían uno junto al otro. El imponente exterior lucía el conocido símbolo de la Unión de Gremios.

“Vuelvo enseguida, señoritas.” Dijo Aaron. Se apeó del carruaje y entró para conseguir un permiso de entrada a la Ciudadela de las Escamas.

***

El trabajo administrativo se realizó en cinco minutos. Una vez que Aaron estuvo de vuelta en el carruaje, Snake reanudó el viaje. Su siguiente destino era una gran posada. Tenía un gran establo y un garaje para aparcar los carruajes.

Snake la había elegido ayer mientras buscaba un lugar de confianza para dejar el carruaje y observó que permitía a los visitantes utilizar el garaje. Si llevaban la carreta de Mira hasta la mazmorra, tendrían que dejarla en algún lugar cerca de la entrada de la mazmorra. Y si Quimera Clausen la descubría, el enemigo podría darse cuenta de que había alguien allí y mantener la guardia alta. Necesitaban una sorpresa total.

Snake intercambió algunas palabras con un empleado de la posada y luego llevó el carruaje al garaje. Allí calcularon cuánto les costaría el depósito mientras estuvieran fuera.

Los tres aventureros restantes abandonaron la carreta.

En el garaje de madera había aparcados carruajes de todo tipo y tamaño. Empleados con monos los mantenían cuidadosamente aquí y allá. Mira los observó un rato, satisfecha. Sabía que su vehículo estaba en buenas manos.

***

“Gracias por esperar.” Terminados los preparativos del carruaje, Snake regresó al grupo.

Mira aceptó su tarjeta de aparcamiento. “Disculpa por hacerte hacer todo el trabajo.”

“No hay problema.” La voz de Snake era inexpresiva, pero parecía satisfecha de que le dieran las gracias.

Sarut estaba lleno de aventureros. Los grupos con los que se cruzaban estaban formados por miembros evidentemente fuertes incluso a simple vista. Mira evaluó ociosamente los equilibrios de sus equipos mientras seguía a Snake, que se abría paso con confianza por la calle principal.

En el camino, giraron por una calle lateral. Había muchos carruajes en fila. En una inspección más cercana, también se habían reunido bastantes grupos de aventureros, que parecían estar discutiendo algo con los conductores de los carruajes.

“Oho. ¿Un autobús de estación?” Murmuró Mira.

Snake se volvió y negó con la cabeza. “No del todo. Esto es una parada de taxis carruaje. Son más caros que los autobuses de la estación, pero puedes pagar un taxi individual. Los aventureros los utilizan como medio de transporte con bastante regularidad. Esto debería satisfacer nuestras necesidades actuales.”

Los autobuses de la estación seguían una ruta fija y los pasajeros subían o bajaban a medida que avanzaban. Eran básicamente una forma de transporte público. En cambio, los carruajes-taxi eran un medio de transporte nuevo, pero ya habitual, para personas o grupos que necesitaban ir a un destino concreto. Para esta misión de alto secreto, tendrían que limitar al máximo el contacto con extraños. Y con un taxi común como medio de transporte, no llamarían la atención. Era perfecto para sus necesidades. No sabían dónde podrían estar los compañeros de Quimera, pero al menos de esta manera, aun no tendrían que preocuparse por ellos.

“¡Oh ho ho! Eso sí que suena más cómodo.” Aceptó Mira, y Snake se zambulló en la fila de gente que esperaba los carruajes muy animada.

Regresó unos minutos después, tras una breve conversación con un taxista. Sus pasos eran ligeros cuando les indicó el camino: había elegido uno bueno.

Los numerosos carruajes eran tan variados que uno dudaba en ponerlos todos bajo el mismo paraguas. Los había sencillos, ligeros, pesados y muchos más. Las bestias que los conducían eran igual de diversas: algunos eran tirados por toros con cuernos impresionantes, otros por grandes jabalíes, y más. Algunos también llevaban gólems de tiro.

Cada uno tenía sus propias fortalezas en términos de alcance y velocidad. La Ciudadela de las Escamas estaba en medio de una cordillera rocosa, por lo que requeriría una verdadera fuerza de tiro. Con esto en mente, Snake había elegido un taxi con dos conductores y dos gólems de tiro aún más grandes que el que había utilizado para traerlos hasta aquí.

***

El taxi pasó de las calles de la ciudad a las carreteras de montaña con el grupo de Mira a bordo, combinando potencia y velocidad. De vez en cuando, Snake lanzaba miradas a Mira para ver su reacción, pero la invocadora apenas dijo nada durante el trayecto. ¿No le gustaba el carruaje? ¿Estaba enfadada con Snake por obligarles a llevarla? La sombra de la preocupación planeaba sobre su mente.

***

Tantos gólems, e incluso vi shikigami… ¿Pero por qué no había ni una sola invocación? ¿Se pudrirá la invocación igual que estas hojas caídas?

Mira apoyó la barbilla en la mano en el asiento de la ventanilla y observó cómo el follaje se hacía cada vez más escaso a medida que ascendían por la montaña.

Aaron pareció darse cuenta del estado de ánimo sombrío y preguntó a las dos si se encontraban bien. Mira dijo que, como invocadora, estaba preocupada por la escasez de magia de invocación. Las nubes de su melancolía se disiparon un poco cuando Aaron replicó que la invocación de Garuda ya les había sido de gran ayuda, y que volar les había parecido mucho más elegante que ir dando tumbos en taxi.

La depresión de Snake también se disipó al oír esto.

En poco tiempo, el grupo de agentes de Isuzu disfrazados de equipo de aventureros llegó pacíficamente a la Ciudadela de las Escamas.