Kajiya De Hajimeru (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: ¡Encargo! Dos Espadas Cortas, Por favor

Parte 1

Al día siguiente, volvimos a nuestro horario de trabajo habitual. Primero haríamos planchas de metal, antes de pasar a los cuchillos, las espadas cortas y las espadas largas en los días siguientes.

Esta vez, Samya nos ayudó a hacer las láminas y los tres trabajamos juntos para fundir, endurecer y aplanar las piezas. Por supuesto, mientras el metal se enfriaba, no teníamos que hacer nada más que dejarlo.

Nos repartimos el resto del trabajo, lo que aumentó la eficacia de todo el proceso. Trabajando juntos así, pudimos hacer un 20% más de planchas que la última vez.

Todavía quedaba mucho mineral. Evidentemente, recibíamos mineral a un ritmo mayor del que podíamos utilizar, lo que significaba que nuestro suministro total de mineral nunca disminuiría. Uno de estos días, terminaríamos con más materiales de los que podríamos hacer, y tendría que comunicarle a Camilo que no era necesario que nos proporcionara más.

Hablando de Camilo, también quería preguntarle si podía añadir lanzas a nuestra gama de productos. Eran armas prácticas, y ya había hecho una de prueba.

Así que, al día siguiente de terminar de hacer la plancha, nos pusimos a trabajar en las armas. Empezamos con los dos tipos de espadas. El proceso no fue diferente al habitual, pero sin duda fuimos más rápidos que antes. Sabía que ahora podía contar con Samya para que se encargara de la primera mitad del proceso—fundir y luego forjar el metal—así que podía relajarme hasta que llegara el momento de limpiar la hoja. De este modo, podía acumular y concentrar mi energía donde se necesitaba: forjar modelos de élite.

Durante tres días seguidos, nos dedicamos a fabricar espadas y a aumentar rápidamente nuestra provisión de artículos. Cuando terminamos todo, habíamos hecho definitivamente espadas para dos semanas.

El plan para los dos días siguientes era forjar cuchillos, pero tendríamos que arreglárnoslas sin la ayuda de Samya. Nuestras reservas de carne empezaban a escasear, así que ella saldría a cazar en lugar de ayudarnos en la forja. Eso me recordó—también tendría que reponer sus puntas de flecha en algún momento.

En cuanto al trabajo de herrería, yo me encargaba de hacer los modelos de élite y Rike del nivel básico. A estas alturas, el proceso era tan cómodo como una charla con un viejo amigo, así que nos apresuramos en el trabajo. Al anochecer, ya habíamos hecho una buena cantidad.

Tal vez debería dejar de hacer modelos de nivel básico para mañana.

Cuando estábamos terminando y ordenando la forja, Samya regresó.

—¡Estoy en casa!

—Bienvenida a casa —respondí—. ¿Y? ¿Cómo te fue?

—Esta vez atrapé un jabalí gigante.

—Bien hecho.

—Lo sé —dijo ella con suficiencia, y su pecho se hinchó de orgullo.

No hay ninguna duda—Es una excelente cazadora.

Pero tenía curiosidad por una cosa más.

—¿Cómo estaban las puntas de las flechas?

—¡Resistente! Atravesó profundamente al jabalí sin ningún problema —dijo—. Sería bueno tener algunos más como respaldo, pero aún me queda una buena cantidad.

—Me alegro de oírlo.

—¡Las cabezas de los jabalíes son extremadamente duras, pero la punta de flecha perforó el cráneo de una sola vez! Creo que ni siquiera un casco de hierro podría detener una de tus flechas.

—Oh, ¿en serio?

Hmmm, ¿estaban demasiado poderosas?

Bueno, las flechas eran una cosa, pero al final del día, la habilidad de un arquero con su arco era el factor verdaderamente importante. Mis flechas no desequilibraban este mundo al mismo nivel que, por ejemplo, traer una pistola o algo así.

Aunque mañana tendríamos que averiguar cómo colgar y aderezar ese gran jabalí, ¡habíamos terminado el trabajo por hoy!

***

A la mañana siguiente, nos dirigimos todos juntos al lago. Samya nos dijo que había tenido que sumergir el jabalí en el lago, donde el agua era más profunda.

Ella y yo trabajaríamos juntas para arrastrar el cadáver hasta la orilla mientras Rike se quedaba en tierra y cortaba los árboles cercanos para el peldaño de transporte. Cuando nos acercamos al lugar que Samya había marcado, la piel verdosa del jabalí era visible a través del agua. En este bosque, a los jabalíes les crecía vegetación como musgos o líquenes sobre su pelaje, lo que les daba su coloración distintiva y también actuaba como camuflaje. No tenía muy claro los detalles, pero sí sabía que, cuando estaban agachados, estas grandes criaturas podían confundirse fácilmente con un arbusto a primera vista.

Samya había dicho que el jabalí que había matado era enorme, pero aún así me sorprendió su gran tamaño. ¡Era realmente monstruoso! En mi mundo anterior, había oído que los jabalíes podían llegar a medir dos metros, incluso más que un hombre adulto medio. Este también parecía tener ese tamaño.

—¡Muuuy pesaaadoh! —grité mientras Samya y yo lo arrastrábamos hacia la orilla.

Pronto llegamos a la orilla, donde Rike nos esperaba con algunos árboles talados. Los tres trabajamos juntos para atar los troncos y formar una plataforma de transporte, y luego todos nos pusimos a levantar el jabalí sobre ella.

Ahora sólo había que llevarlo a casa. Por suerte, tenía a mis trampas ayudándome. Samya era una Bestial y Rike una Enana, así que ambas tenían mucha fuerza también. Con todos nosotros juntos, no fue un viaje difícil en sí mismo, pero el regreso todavía nos llevó una hora más que el viaje de ida.

Cuando llegamos a la cabaña, rápidamente colgamos e izamos el jabalí hasta que quedó suspendido en el aire, apoyado en la rama de un árbol cercano. Había que desollarlo y descuartizarlo, pero yo no iba a ayudar en eso hoy—las dos mujeres podían hacerlo solas. En su lugar, desmonté el peldaño de madera para poder convertir la madera en algo aprovechable. Como estaba trabajando solo, me llevó poco tiempo cortar los troncos en las longitudes y grosores correctos. Una vez que terminé, guardé la madera con el resto de nuestras provisiones.

Volví a ver a Samya y Rike y vi que también habían terminado su tarea. Al igual que con el ciervo, reservé una parte de la carne fresca para las comidas de hoy, y el resto lo sazoné con sal. Para el almuerzo, preparé unos filetes de carne de jabalí. El sabor me recordaba un poco al del cerdo, pero con un toque más áspero. Supongo que normalmente se llamaría “de caza”, pero a mí me gustó bastante.

Aparentemente, Samya estaba de acuerdo conmigo porque dijo:

—El jabalí es muy sabroso.

—Yo también lo creo —añadió Rike—. Es un poco diferente de la carne de cerdo, pero deliciosa a su manera.

—Sí, los jabalíes que viven en este bosque tienen una buena dieta, por lo que su carne es más sabrosa en comparación con la de los jabalíes de otras partes del mundo —explicó Samya—. Al menos, eso es lo que he escuchado de los viajeros.

—¿En serio? —pregunté.

—Sip. Pero tienen un temperamento salvaje y cráneos duros que los hacen un blanco difícil de derribar. La mayoría de las flechas no atraviesan el hueso.

—Supongo que tienes que agradecer a mis flechas tu éxito en la caza —bromeé. Como si fuera la cosa más natural del mundo, Samya estuvo de acuerdo y dijo:

—Sí, son una bendición.

¡No digas eso con una cata tan seria! Me estás haciendo sonrojar…

Por la tarde, seguimos haciendo cuchillos. Quería tener muchas provisiones para el final del día, así que dejé que Samya pusiera a prueba su mano en la primera mitad del proceso de forja. Como sólo estábamos haciendo modelos básicos, estaba seguro de que podría hacerlo. Tal vez sea porque había trabajado con nosotros tan a menudo, pero tenía un don para la herrería. Aunque, por supuesto, seguía siendo una aficionada, por lo que los resultados estaban lejos de ser perfectos. Al final, yo me encargaba de ajustar la forma y el acabado finales.

—¡Sabemos que el Jefe es increíble, pero tú también tienes habilidades, Samya! —dijo Rike.

Hacía poco que me había dado cuenta de que Rike había empezado a hablar más casual con Samya—fue más o menos cuando terminaron de construir las dos habitaciones juntas.

Me alivió ver que son más cercanas. Era una buena señal de armonía en nuestro hogar. A pesar del cumplido, Samya no parecía satisfecha con su cuchillo.

—Hmmm, ¿en serio? Los cuchillos que hago no se comparan con el trabajo de Eizo.

—No puedes compararte con el Jefe.

—Tienes mucha razón… —Samya estuvo de acuerdo, y ambos se echaron a reír.

Esto es bueno, incluso reconfortante. Me sentí muy orgulloso de este giro, pero intenté que no me distrajera. Es mejor no dejarse llevar y hacer un modelo de cuchillo de élite por accidente.

***

Por fin, llegó la hora de volver a la ciudad.

El plan para el día era dejar nuestra mercancía en la tienda de Camilo y recoger las sabanas, y luego volver a casa. Sin embargo, todavía tenía curiosidad por saber cómo estaba la espada de Marius, así que quería revisarla también hoy.

Juntamos todos los objetos que habíamos forjado en los últimos días y los pusimos en el carro. Aunque nos habíamos saltado una semana de forja, teníamos suficiente mercancía para compensar, al menos parcialmente, de las vacaciones de la semana pasada. Llevábamos más espadas y cuchillos de lo habitual, así que el carro pesaba bastante, pero Rike y yo nos las arreglamos para llevarlo juntos.

El viaje fue tranquilo, y pronto llegamos a la muralla de la ciudad. Miré a mi alrededor buscando a Marius, pero de nuevo no se le veía por ninguna parte. Sin embargo, el guardia de turno era el mismo que había venido con Marius a comprar la espada larga.

—Buenas —dije.

—Oh, son ustedes. Buenos días —respondió el guardia.

No vi ningún sentido en ser indirecto con mis preguntas, así que decidí un enfoque directo.

—No he visto a Marius por aquí últimamente. ¿Pasó algo?

—Oh, um… tenía algo que hacer en la capital —respondió el guardia evasivamente—. Se fue de aquí hace un mucho.

Era una respuesta terriblemente incómoda, así que supuse que tendría que preguntar por los detalles completos.

—¿Así es? Bueno, sólo me preguntaba por el estado de su espada —le expliqué—. Por cierto, si tiene algún problema con tu espada, no dude en venir a buscarme a casa de Camilo y hacérmelo saber.

—Lo haré. Aunque ya he luchado con ella varias veces, y hasta ahora, ningún problema.

—Me alegro de oírlo —dije con una sonrisa, pero la verdad es que sus palabras me produjeron un escalofrío.

Había luchado con la espada que yo había hecho.

El guardia que tenía delante parecía íntegro y sano, pero supuse que no podía decirse lo mismo de aquel contra el que había dirigido la espada…

Por supuesto, ese era el objetivo de un arma. No podía hacer la vista gorda ante el hecho de que las cosas que hacía se utilizaban a menudo para hacer daño a la gente. Si iba a continuar, tendría que asumir esta realidad y aceptarla; no debía negarla ni insensibilizarme ante ella.

Con una nueva determinación en mi corazón, reanudé mi conversación con el guardia y mantuve la misma sonrisa cortés pegada a mi rostro.

—Dale a Marius mis saludos.

Los guardias de esta ciudad parecían más trabajadores de lo que había supuesto. ¿Las condiciones de trabajo eran inusualmente buenas o algo así?