Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: La Entrevista

—Me pregunto cómo se supone que es una vida normal .

Una ciudad normal… Tardé unas dos semanas en llegar a Lahti, un asentamiento que se ajustaba a mis requisitos de no ser ni demasiado parecido a una ciudad ni demasiado parecido al campo. Como no teníamos casa, Rila y yo elegimos una posada barata para alojarnos.

Era un poco antes de la hora de comer, pero todavía después del desayuno.

—¿Crees que sé lo que es una vida humana normal?— preguntó Rila mientras se pegaba a mí desnuda en la cama. —Nos pasamos todos los días así, comiendo y teniendo sexo por turnos… Eso no es malo a su manera, pero… incluso yo, un señor de los demonios, sé que algo así no es una vida normal .

—Aun así, creo que es una actividad normal para la mayoría de la gente.

Comí y dormí, y luego me fui a dormir con ella. No era difícil imaginar que eso fuera normal para un hombre. La primera vez que lo hicimos, le pregunté a Rila si estaba segura.

—Ya lo he decidido. Quiero ofrecerle todo al hombre más poderoso que yo. Además, es una buena persona.

Sus motivos casi parecían descabellados. Realmente no entendía los valores de la naturaleza demoníaca.

Tal vez escuchando los latidos de mi corazón, apoyó su cabeza en mi pecho.

—Así es como proliferan los humanos y los demonios… Puedo ver por qué la gente hace esto una y otra vez…

Rila se apartó de mí. Sus hombros eran delgados y su espalda blanca. Para ser un Señor Demonio abrumadoramente poderosa, no parecía diferente a una chica de quince o dieciséis años en este estado.

—¿Puedes ver? ¿Ver qué, exactamente?— Pregunté.

—El sexo… Se… siente bien…— dijo en un susurro como el zumbido de un mosquito.

Aunque había sido virgen hasta hace poco, parecía que le había cogido gusto a esto.

—Tus orejas están de color rojo remolacha… ¿Estás bien?

—Oh.

Rila tiró de la manta y buscó un escape bajo las sábanas.

Klunk-klunk. Justo en ese momento, oí que llamaban a la puerta.

Inmediatamente toqué el collar de Rila y la convertí en un gato.

—¿Eh? ¿Sr. Argan? ¿Está usted dentro?

Argan… Por un segundo, me pregunté quién era; luego recordé que era el apellido que había asumido. Tal vez fuera porque había cambiado de identidad tan a menudo, pero me costaba responder al último nombre que había elegido al azar.

—He venido a recuperar los gastos de alojamiento de esta noche.

—De acuerdo, claro. Ahora mismo voy…

Me puse rápidamente la ropa y abrí la puerta.

La hija del posadero estaba de pie en el vestíbulo.

Pagué los honorarios de la semana siguiente de una sola vez.

—Muchas gracias. Y, ummm… Hay un pequeño problema… Um, uh, hemos oído ruidos bastante apasionados todas las noches… Y no sólo por la noche, sino a veces por la tarde y por la mañana…

Cuando pensé en ello, Rila y yo nos habíamos entregado a nuestros deseos carnales sin importar la hora del día o de la noche.

Mrow. Un gato negro pasó a mis pies y salió de la habitación.

—¿Eh…? ¿Un gatito?— preguntó la hija del posadero.

—Esos ruidos podrían haber sido sus maullidos.

No era del todo inexacto.

—Oh, ¿qué he hecho? No puedo creer que haya cometido un error tan embarazoso… Lo siento mucho.

La chica hizo una reverencia.

Sonreí suavemente como si dijera: No, en absoluto , y negué con la cabeza.

—Señor Argan, ¿a qué se dedica?

Hmm, ¿a qué me dedico?

—Como, duermo y tengo sexo.

—¿Eh?

¿No era eso lo que quería saber…? Estaba seguro de que había respondido exactamente lo que me habían preguntado.

—¡No! No me refería a eso. Me refería al trabajo. ¿A qué te dedicas? ¿Eres un viajero?

—Oh, claro… Trabajo…

Una de las cosas que los hombres normales hacían era trabajar. Todo lo que yo conocía era el arte del asesinato, pero la gente normal hacía algo más parecido al arte de ganarse la vida. A decir verdad, si seguía gastando al ritmo que lo hacía, era probable que tocara fondo muy pronto. El Rey Randolf probablemente me daría más dinero si se lo pidiera, pero eso definitivamente no era normal.

—En realidad, estoy buscando trabajo…— decidí.

—¡Ya me lo imaginaba! En ese caso, ¿por qué no te haces aventurero? He oído que el examen no es difícil, y si tienes éxito, es una forma de hacerse rico rápidamente.

—No estoy seguro de ese tipo de trabajo… No soy especialmente fuerte…

Había visto a los acompañantes de mis objetivos de asesinato y sabía que los aventureros no llevaban una vida normal . A decir verdad, ese tipo de ocupación podía llegar a ser bastante extrema.

La hija del posadero me miró de arriba abajo y luego asintió con la cabeza. —Ciertamente es usted delgado y esbelto, señor Argan. Probablemente le costaría mucho trabajo físico…

Para los asesinos, la forma de llevarnos, nuestra flexibilidad y nuestro dinamismo eran fundamentales. Por eso evitábamos cualquier músculo innecesario.

—¡Oh! En ese caso, ¿por qué no te conviertes en un empleado del Gremio de Aventureros? Cuando pasé antes por el edificio del gremio, vi un folleto de reclutamiento. No creo que haya mucho trabajo físico, tampoco.

—¡Eso es…!

Un trabajo así me permitiría aprovechar las experiencias que había adquirido viajando con Almelia y los demás. Tenía conocimientos sobre la lucha. Dar consejos a los aficionados seguro que era fácil. Era la oportunidad perfecta, y quería aprovecharla antes de que fuera demasiado tarde.

Agradeciendo a la joven, me preparé inmediatamente para salir. Mis miras estaban puestas en el Gremio de Aventureros. Por suerte, había aprendido a moverme por la ciudad durante mi corta estancia, así que encontré el lugar con bastante facilidad.

—Bienvenido al Gremio de Aventureros. ¿Habrá una búsqueda hoy? ¿O necesitas registrarte como aventurero?

—No, he venido a ver el folleto de reclutamiento.

—Oh, ¿te estás postulando? ¿Director de Sucursalllllll? Tenemos un aspirante— La recepcionista se dio la vuelta y llamó a su superior.

Una mujer de pelo largo asomó la cara desde el fondo de la sala. Nuestras miradas se cruzaron.

—Haremos la entrevista aquí— Me señaló hacia ella con una mano.

La recepcionista sonrió y me dirigió unas palabras de ánimo. —No se preocupe, la entrevista no es nada raro. De todos modos, ¡buena suerte!

Una entrevista normal… Ya veo. Como alguien que aspira a ser totalmente normal, no podría haber sido más perfecto. Necesitaba ponerle un poco de fuerza a esto. Me dirigí a la habitación que me habían indicado y llamé a la puerta.

—Pase, por favor.

Al entrar, me senté en un sofá cercano.

La mujer a la que se había referido como “Directora de Sucursal” momentos antes se presentó como Iris Negan. Su rasgo más notable era, sin duda, su mirada severa. En cuanto al aspecto, era una mujer delgada y hermosa de unos veinte años. Medía alrededor de un metro y medio de altura.

Yo también me presenté. —Soy Roland Argan, veinticinco años. Es un placer conocerla.

La edad que había dado fue elegida al azar. Según los miembros del grupo de héroes, aparentaba tener entre la adolescencia y la treintena. No sabía mi propia edad, así que la cambiaba regularmente sobre la marcha. Lo más probable era que tuviera unos veinticinco años, así que eso era lo que decía a la mayoría de la gente, a menos que hubiera una razón para mentir.

La Directora de Sucursal, Iris, me hizo varias preguntas, y yo las respondí todas de la misma manera.

—¿Tiene usted experiencia como aventurero?

La respuesta fue, naturalmente, no.

—¿Alguna habilidad?

Como no quería compartir detalles sobre ese tema con alguien que acababa de conocer, me inventé algo.

—¿Tienes alguna experiencia operativa trabajando en otros gremios, aunque no sea un gremio de aventureros?

Eso también fue un no.

Iris, la Directora de Sucursal, dio un suspiro exasperado.

—Escuche. Puede que estemos reclutando, pero eso no significa que vayamos a contratar a cualquiera. Los tipos como tú son una docena, por no hablar de las molestias. Demasiada gente subestima el trabajo del gremio.

—Esa no es mi intención en absoluto.

No parecía que Iris fuera a creerme si le decía que había derrotado a un señor de los demonios. Incluso si lo hiciera, sería el fin de mi vida normal en la que nadie me prestaba atención, así que no ofrecí nada de esa información.

Esto era un problema.

Aunque mantuviera mi historia en secreto, diciendo sólo que había vivido algunas aventuras y que sabía un par de cosas sobre monstruos, tenía la sensación de que Iris no lo aceptaría.

—Bueno, no pasa nada. A nuestro gremio no le importa quién eres ni de dónde vienes. Lo importante es que destaques en algo, en lo que sea. No me importaría darte el trabajo si tienes algún tipo de talento que puedas aportar.

Si ese era realmente el caso, entonces este trabajo estaba en la bolsa.

Iris la Directora de Sucursal acababa de decir que tener un talento era mucho más importante que esas preguntas anteriores.

—Sólo para estar seguro, ¿qué quiere decir con algo en lo que destaque?— pregunté.

—Por ejemplo, un antiguo aventurero podría especializarse en el manejo de la espada. Sin embargo, ésa es sólo una posibilidad; podría ser cualquier cosa. Un conocimiento de la magia, una comprensión profunda de los objetos, una experiencia con las plantas, el manejo de animales, la biología de los monstruos…”

Golpeé un guijarro con el pulgar para que hiciera un sonido agudo contra el cristal de la ventana. Iris se giró para mirar el origen de la perturbación, y yo aproveché esa oportunidad para poner en marcha mi habilidad. Al parecer, hablarle a Iris de mi inusual habilidad era mi forma de conseguir empleo.

—…¿Eh? Bueno, de todos modos, los aventureros toman misiones, y tendrás que tratar con ellos en la ventanilla de recepción. Sin embargo, hay ocasiones en las que tendrás que luchar. Parece que eres un poco blandengue; ¿crees realmente que estarás bien?

—No sé demasiado sobre cómo son los aventureros, pero… cuando se trata de destacar en un determinado talento, creo que encajo bien— le aseguré.

—Hmph— resopló Iris. —Sí que pareces seguro de ti mismo. No me digas que tu asombrosa habilidad es sólo que eres un poco flexible o rápido para vestirte, ¿verdad? Si es algo que cualquiera podría lograr, no cuenta.

—¿Sabes qué es esto?

Le mostré a Iris un trozo de tela. Era de color negro, triangular, y toda ella estaba caliente por el calor corporal residual.

—¿Hmm? ¿Es ropa interior de mujer…? ¡Ah! ¿¡Es mía!? ¿¡Has…?! ¿Robaste mi ropa interior de mi casa…?

Levanté una mano para detener la furiosa pregunta de Iris. — Sí la he robado, pero no tengo ni idea de dónde vives… ¿De verdad no te has dado cuenta todavía?.

Iris miró hacia abajo, buscando algo.

Su cara ya estaba roja, pero el color se profundizó aún más.

—¡Ah! ¿Cuándo…? ¿Me los has quitado…? Lo sé, ¡fue magia! Es una especie de habilidad especializada.

—Me quitaste los ojos de encima en el momento en que oíste algo, ¿verdad? Fue entonces cuando lo hice— dije.

Estábamos uno al lado del otro en un espacio de menos de tres metros. Iris se había girado para mirar la ventana después de escuchar el sonido que hice. Incluso un momento tan breve fue más que suficiente para hacer mi trabajo.

Haciendo un uso libre de mi habilidad de Discreción, podía quitarle la ropa interior o hacer cualquier otra cosa que quisiera. Sin embargo, tener dedos hábiles también era una parte necesaria para tal hazaña.

Era la primera vez que utilizaba mi habilidad para quitarle la ropa interior a alguien.

Para que el objetivo no se diera cuenta de mi presencia utilizando el método de la discreción, tenía que ocultar cualquier indicio de mi persona, dar pasos sin hacer ruido y moverme a gran velocidad en un tiempo muy breve. Todo esto lo había aprendido en mi época de asesino. Era el primero en actuar con rapidez sin dejar ninguna indicación de que había estado allí. Esto incluía pasos audibles e incluso la brisa de mis movimientos.

Distraer la mirada de alguien, como había hecho antes, era otra técnica de la caja de herramientas de los asesinos.

A pesar de ser un profesional y tener cierto orgullo por serlo, me sorprendió que Iris me hubiera obligado a usar mi habilidad…

Era dura.

¿No se suponía que esto era una entrevista normal?

—No puede ser. Tú… ¿hiciste eso en sólo un segundo? Es increíble… Ni siquiera me di cuenta de que me las quitabas.

Eso era de esperar. Los enemigos que mataba a menudo no tenían la oportunidad de darse cuenta de que estaban muertos.

—Señorita Iris… Parece que ha subestimado gravemente mi talento.

Ya sea por la vergüenza o por el enfado, Iris, la Directora de Sucursal, se estremeció mientras su rostro se sonrojaba de nuevo.

Una vez más, invoqué mi habilidad, asegurándome de volver a poner la ropa interior donde la había encontrado.

…¿Eh? No puede ser. ¿Ahora me la has vuelto a poner…?

¿Qué otra cosa podría haber hecho? Iris se quedó mirando su escritorio mientras temblaba ligeramente. La vergüenza y la rabia la invadían. Sus bragas eran una preocupación secundaria o incluso terciaria para ella. Mientras estaba en ese estado, volver a vestirla era pan comido.

—…¿Entonces eso significa que has visto mis partes íntimas? ¡¿Dos veces?!

Iris frunció los labios mientras su cara parecía vaporizarse e inundarse de rojo.

—…B-bien, admito que tienes talento…

—¿Eh? Um, estabas hablando en voz tan baja que no podía oírte.

—¡Lo admito! ¡Reconozco tu habilidad! Incluso podría permitirte trabajar para nosotros!

—…¿Podrías permitirme?

—¡Quiero contratarte! ¡Ven a trabajar con nosotros! ¡No voy a permitir que trabajes en ningún otro sitio! No toleraré que trabajes en otro sitio que no sea aquí.

—Muchas gracias. Vendré mañana, entonces, como empleado del gremio.

Así que esta es una entrevista normal…

Al parecer, incluso yo podría superar una cuando me lo propongo.

Más seguro de haber dado algunos pasos hacia la normalidad , salí de la oficina.