Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 9

Capitulo 7: El Reinicio Del Proyecto Crianza De Las Tres Hermanas

Parte 3

 

 

En la tienda, compraron raciones y luego vagaron por el páramo en busca de algún lugar donde aparecieran los esqueletos. Una vez que encontraron algunos, derrotaron a cada uno de ellos. Los esqueletos parecían aterradores, pero las meras animaciones no eran rival para las tres hermanas. Incluso Sachiko, que a menudo era regañada por su pasividad en los entrenamientos de combate, pateó, golpeó y lanzó alegremente a los esqueletos, convirtiéndolos en meros montones de huesos.

“Estas muy activa, hermana.” Le dijo Sorami. “Pensé que odiabas las peleas.”

Publicidad G-AR



“Realmente no he tenido la oportunidad de golpear a un oponente que esté bien para mí.”

“Siento que has dicho algo realmente aterrador…”

Tanto Uluru como Sorami sabían que en momentos como éste, la que hacía las mayores locuras cuando se veía acorralada era Sachiko. O mejor dicho, cualquiera que sirviera a Puk Puck lo sabría. No estaba mal que Sachiko tuviera algo en lo que pudiera descargar un poco de estrés.

Una vez agotadas las raciones, las hermanas volvieron a la ciudad, donde repusieron sus existencias y salieron de nuevo a los páramos. Cada vez que repetían esto, se volvían más eficientes. Tomaron nota de los puntos de aparición de los esqueletos y visitaron directamente esos lugares para disminuir el uso de los objetos de recuperación, empezando a cubrir poco a poco una zona más amplia.

Cuando por fin —por fin— habían ahorrado suficientes caramelos para comprar un juego de armas nuevas.

Publicidad G-M2



Con el rifle que Uluru tanto deseaba ahora en sus manos, el grupo se aventuró en el páramo. Uluru sacó rápidamente su arma de la espalda y la preparó.

Hubo un sonido seco y un pequeño estallido en el suelo a unos veinte metros más adelante.

“¿Eh?”

Las tres emitieron sonidos simultáneamente.

De la boca del arma salía un humo espeso, cuyo hedor acentuaba aún más su presencia. Parecía estar basada en el arma de Uluru, pero los detalles eran ligeramente diferentes. En el cañón del arma había un grabado en katakana que decía: Rifle.

Hubo una palmada en el hombro de Uluru, y cuando se dio la vuelta, Sorami estaba allí, con aspecto cansado. “Hermana… vamos a entregarnos. Como mínimo tenemos que hacer el crimen un poco más ligero.”

“¡¿Por qué?! ¡¿Para qué?! ¡¿Cómo?!’

“Un rifle de verdad es algo que no se poseer, ¿no? A fin de cuentas son ilegales en este país.”

“¡Esto es un videojuego! Estamos en un juego, así que no pasa nada. Es normal disparar un arma en un juego, ¿verdad?”

“¡Ah, vienen los esqueletos!”

“¡Vamos!” Dijo Uluru. “¡Ya basta con tu parloteo y vamos a luchar!”

Uluru siempre había anhelado una pistola de verdad. Apretaba los dientes y pensaba: “Si no fuera una pistola de corcho de juguete, podría hacer un trabajo mucho mejor como guardia de Puk Puck.” Ahora, tenía esa pistola de verdad —su peso firme, el olor del humo de la pistola—, un arma temible que podía destruir a su objetivo con sólo apretar el gatillo.

Entre el grupo de esqueletos había un esqueleto rojo que destacaba especialmente.

“¿Qué es eso?” Se preguntó Sorami. “¿Un monstruo raro?” “¿Qué es un monstruo raro?”

“Significa un monstruo que es más fuerte de lo normal. Te dan toneladas de experiencia y dejan caer mucho oro… o en este juego, caramelos y objetos raros y demás.”

Parecía que se trataba de un enemigo que valía la pena derrotar. Uluru apuntó al esqueleto rojo y apretó el gatillo, enviando una bala por el aire. Su segunda bala salió volando en otra dirección mientras que la tercera cayó al suelo. El retroceso era demasiado fuerte y no podía disparar continuamente; antes de que le diera tiempo a sorprenderse, el grupo de esqueletos estaba justo delante, y ahora que estaban tan cerca, era más rápido simplemente golpearles con el arma que disparar balas. Utilizó su nueva arma para golpear a los esqueletos. Cuando golpeó, crujieron, y cuando giró, se hicieron pedazos. Uluru se sintió semi satisfecha por la fuerza de su arma mientras la batalla llegaba a su fin.

Y entonces Sorami murmuró: “Hermana… tu puntería fue increíblemente mala, ¿eh?”

“Cállate.”

“En realidad estabas apuntando al tipo rojo, ¿no?”

“He dicho que te calles. El retroceso de esta pistola es demasiado fuerte.”

Dejando de lado la precisión de los disparos de Uluru —se hizo jurar que nunca dispararía cuando Sorami y Sachiko estuvieran frente a ella—, habían confirmado la fuerza de sus armas. El nunchaku de smartphones y el cuchillo también eran bastante potentes. Podemos trabajar con esto, pensó Uluru mientras rodeaban la frontera de la nueva zona que ya habían descubierto, y en el puesto de control que habían encontrado, sacaron su pase y entraron en la nueva zona: la región montañosa. A diferencia del páramo, los caminos tenían subidas y bajadas y giros, por lo que no podían asegurarse una ruta directa. Además, había nuevos monstruos, no esqueletos, sino hombres musculosos de más de dos metros de altura con colmillos irregulares y cuernos afilados. Así es: Eran criaturas como los oni de las viejas leyendas.

Equipados con armaduras de cuero maltratadas, lanzas y martillos, incluso sólo por su aspecto, parecían más fuertes que los esqueletos.

“Pero saben que, comparados con las chicas mágicas entrenadas como nosotras, los esqueletos y los onis no son diferentes.” Dijo Uluru.

“¿A quién intentas convencer, hermana?” “¡Ah, están aquí!”

Mostrando sus colmillos con rabia desnuda, cinco oni se abalanzaron sobre el trío. Ellas se defendieron. Un minuto más tarde, las tres chicas estaban corriendo por las montañas tratando de escapar.

“¡¿Qué demonios?! ¡¿Por qué son tan fuertes?!” Uluru se lamentó.

“Poner esas cosas justo después de los esqueletos, ¡este juego está tan roto!” Sorami estuvo de acuerdo.

Cuando Uluru blandía su arma contra los oni, éstos bloqueaban su golpe sin dificultad, mientras que si Sorami intentaba bloquear un ataque con sus smartphones, acababa volando por los aires. Incluso cuando Uluru intentaba engañarlos, no le hacían ningún caso.

“A veces los ogros hablan en oni.” Dijo Sorami. “Hermana, di algo en lenguaje oni.”

“¡¿Crees que puedo hablar oni?!”

Todos y cada uno de los oni eran tan rápidos como una chica mágica e incluso más fuertes. Ahora el grupo de onis estaba detrás de ellas, persiguiéndolas y aullando. Las chicas se estaban alejando poco a poco, pero por otro lado, eso significaba que incluso las piernas de una chica mágica sólo eran lo suficientemente rápidas para escapar a duras penas de estas criaturas.

“Mi teléfono mágico dice que los ogros son mucho más fuertes que los esqueletos.”

“¡Sí, eso es decir poco!”

Mientras huían de los oni, se encontraron con otros oni, y corrieron un poco más, y se encontraron con más, y volvieron a correr, y al final, fueron perseguidas por un grupo masivo de más de cincuenta oni, hasta que de alguna manera consiguieron volver al pueblo. Quizás porque, como describió Sorami, era un “tropo de videojuego”, los oni no vinieron a atacarles en el pueblo.

El trío entró en la taberna, juntando sus cabezas para discutir. A este ritmo no podrían vencer a ningún oni. Tal vez deberían comprar el nuevo equipo que se vendía en la ciudad de la montaña, pero si no podían derrotar a los oni, tampoco podrían ahorrar caramelos.

A pesar de sus recelos, el trío comprendió lo que podía hacer para abastecerse de caramelos. Volvieron a la zona anterior y empezaron a conseguir caramelos luchando contra los esqueletos. Los esqueletos rojos que aparecían de vez en cuando eran los que más caramelos dejaban caer. Como de costumbre, Uluru nunca les disparó con su arma, pero lentamente, poco a poco, fueron ahorrando sus caramelos.

Cinco días después de volver a la zona anterior, por fin, habían conseguido suficientes caramelos para poder comprar un nuevo juego de armas. Una vez más, se adentraron en la zona de la montaña, y se dirigieron a la ciudad con cautela para no encontrarse con ningún oni, hasta que finalmente, por fin, pudieron comprar nuevas armas: el Rifle

+1, el Nunchaku de Smartphones +1, y el Cuchillo +1.

Había necesitado tiempo. Había costado esfuerzo. Habían tomado desvíos. Eso lo hacía emotivo. Las tres intentaron pedir vino en la taberna, pero no tenían suficiente caramelos, así que pidieron agua y brindaron tranquilamente. Ahora comenzaría su contraataque.

Una hora más tarde, las tres estaban recorriendo el sendero de la montaña tratando de escapar.

“¿Por qué?” Gritó Uluru. “¡¿No era que no podíamos ganar porque nuestras armas eran demasiado débiles?!”

“No, está claro que son mucho más fuertes.” Dijo Sorami. “No hay manera… Es imposible…” Gimió Sachiko.

Tras ser perseguidas por casi un centenar de oni, las tres discutieron en la taberna. En todos los sentidos, los oni eran demasiado fuertes. Se suponía que esto era un juego para entrenar a las chicas mágicas, pero a este ritmo, se acabaría el juego antes de que completaran su entrenamiento.

“¿Somos… demasiado débiles?” Se preguntaba Sorami.

“¡No es posible que la guardia de élite de la honorable Puk Puck sea débil! ¡El enemigo es absurdamente fuerte!”

“Tal vez… ¿son enemigos… con los que no tenemos que luchar?”

La sugerencia de Sachiko hizo que Sorami aplaudiera. “Ohhh, podría ser eso. A veces los juegos son así, ¿sabes?”

“Ummm, no lo entiendo muy bien, pero eso significa que debemos evitar las peleas, ¿no?” Dijo Uluru.

Publicidad G-M3



Las tres dejaron de actuar como guerreros, en su lugar actuaron completamente como exploradores, o soldados de reconocimiento, o algo por el estilo. No lucharon directamente contra los oni. Evitaban ser detectadas, encontrando primero a sus enemigos y esperando a que pasaran mientras avanzaban, aunque lentamente.

De este modo, pudieron evitar luchar contra los oni. Sin embargo, les esperaban más luchas. A diferencia de lo que ocurría en el páramo, para ir de las montañas a la siguiente zona había un montón de tareas que implicaban ir y venir a los mismos lugares, como ir a buscar la aplicación “Compañero Traductor” o hacer algún recado, o usar esa aplicación para descifrar una escritura antigua para resolver un puzzle, encontrándose con onis por todo el camino; y la cara de Sachiko cada vez estaba más pálida. Uluru dejó que Sorami se encargara de resolver los rompecabezas y se centró en apoyar a Sachiko. No importaba cuántos elogios le dedicara a Sachiko: “Eres increíble; eres genial; si no fuera por ti, todas estaríamos en problemas”, eso no mejoraba la palidez de Sachiko.

Publicidad G-M3



Se abrieron paso a través de las montañas a paso de tortuga durante dos semanas en total, y más o menos cuando Uluru pensó que los nervios de Sachiko debían estar al límite, finalmente, abrieron el camino hacia adelante. El trío entró en una nueva región: la zona de las cuevas.

Publicidad G-M2



Por fin, se acabó el huir de los oni todos los días. Cuando Uluru se sintió aliviada, lo que apareció ante ellas tenía quince metros de largo, con una envergadura de treinta metros, con escamas gruesas para repeler las balas, con colmillos afilados y fuertes mandíbulas que destrozaban las rocas, y que respiraban llamas abrasadoras: un dragón.

Sólo entraron en un breve combate, dispuestas a huir, y eso fue suficiente para que comprendieran dolorosamente bien lo fuerte que era el enemigo. Se volvieron y corrieron, saliendo de la entrada de la cueva, y sintiendo calor, miraron a un lado y vieron que la tierra allí estaba calcinada, con humo sobre ella.

“Si sales de la cueva, los monstruos no te seguirán, pero el área fuera de la cueva es constantemente apuntada por los satélites, y los láseres te atacarán… es lo que dice.” Dijo Sachiko.

“¡Tienes que estar bromeando!”

Las tres chicas mágicas volvieron a la cueva y corrieron de un lado a otro, tratando de escapar de los dragones. Sachiko fue lenta y casi se quedó atrapada en las garras de un dragón. Uluru gritó: “¡Sachiko!”

Uluru la golpeó con el cuerpo desde un lado, empujándola, y las garras del dragón surcaron el aire. Pero aunque Sachiko había evitado ser golpeada, la sola presión del viento del tajo casi la hizo volar. Habría resultado más que herida si esa cosa la hubiera tocado.

Uluru hizo un giro hacia adelante y al instante se levantó de nuevo para evitar el ataque de seguimiento del dragón. Sachiko puso su mano en el suelo para levantarse. Sonó un chasquido, y el lugar donde Sachiko había colocado su mano se hundió. Antes de que pudieran sorprenderse, se produjo una explosión que lanzó a Sachiko lejos.

“¡Sachiko!”

Publicidad G-M2



Lanzada por la explosión, Sachiko aceleró, rodando por el suelo. Y delante de ella había rocas afiladas.

“¡Hermana, cuidado!” Sorami se precipitó hacia ella, extendiendo ambas manos para empujar a la rodante Sachiko hacia un lado. El impulso de Sachiko fue desviado en un ángulo de noventa grados, y evitó las afiladas rocas para caer por un acantilado.

“¡S-Sachikooooo!”

Mientras conseguían rescatar de algún modo a Sachiko, que se desmayó en el fondo del acantilado, se encontraron con más dragones, y Uluru se echó a Sachiko a la espalda y empezó a correr. Chamuscadas por las llamas, esquivando garras y colmillos, preguntándose ¡¿cada vez que avanzamos un poco se tiene que disparar de esta forma la dificultad?! y luchando, huyeron hacia el pueblo.

“¿Qué fue eso…?” Preguntó Uluru. “No sé…” Dijo Sorami.

“Quiero ir a casaaaaaaa…” Se lamentó Sachiko.

Los oni eran lo suficientemente fuertes como para que el trío pudiera arreglárselas de alguna manera siempre y cuando lucharan como si sus vidas dependieran de ello. Pero esas mismas tácticas no funcionarían con algo tan fuerte como un dragón: las chicas simplemente morirían. Uluru no iba a luchar contra eso.

“¿Quién dijo que los oni eran fuertes sólo porque no hay que luchar contra ellos…?” Uluru gimió.

Publicidad G-M2



“Vaya, hermana, sí que te gusta culpar a los demás…” Replicó Sorami.

“Quiero ir a casaaaaaaa…” Sollozó Sachiko.

¿Qué tipo de chicas mágicas habían supuesto los creadores que jugarían a este juego? Si una chica mágica novata lo jugara, ¿no terminaría sin que pudiera hacer nada? Uluru no podía entenderlo.

“Tiene que haber algo… alguna salida…”

Publicidad G-M1



“De todos modos, ¿intentamos comprobar la tienda…?” Sorami sugirió.

Así que primero pensaron en mirar la tienda y descubrieron que había nuevos productos a la venta. Aparte de cosas como armas, raciones, medicina de recuperación y los pases, estaban vendiendo un artículo misterioso llamado R.

“¿Qué es esto?” Se preguntó Uluru.

“Ummm… parece que es una especie de lotería. Dice que saldrá un artículo al azar.” Respondió Sorami.

“Al azar, ¿eh?”

“Bien, entonces inténtalo tú, Sachiko. Si sacamos un buen artículo de esto, entonces podremos seguir adelante, ¿verdad?”

Publicidad G-M1



“Sí… De acuerdo.” Pagando cien caramelos de su bono de desbloqueo zona, Sachiko sacó un papelito de la caja de lotería. Cuando se lo entregó al tendero, lo cambiaron por una ración de comida.

“¿Cien caramelos por una ración…?”

“Quiero decir, es como un trofeo de participación, ¿sabes? Como cuando las loterías del centro te dan pañuelos.”

“Entonces, si seguimos jugando, ganaremos algo bueno, ¿no? Bien, Sachiko, vuelve a jugar.”

Si Sachiko sacaba un buen objeto, Uluru la alabaría mucho por ello. O al menos eso pensó, pero Sachiko acabó sacando raciones de comida cuatro veces seguidas, poniendo al trío en números rojos, naturalmente.

“Hey, Sorami.” Dijo Uluru. “¿Qué pasa?”

“Mira, no sé cómo es el porcentaje de victorias. Es bastante común con los juegos gacha que incluso luego de jugar a la lotería mil veces nunca consigas nada bueno.”

“No hay ningún truco en esa caja, ¿verdad?” “Oh, tal vez lo haya.”


“Ve a intentar comprobarlo. Puedes hacerlo con tu magia, ¿no?” “Sí, sí, claro.”

Sorami se acercó a la caja con los R y tapó el agujero por el que se metía la mano, y de repente miró hacia arriba. Con una expresión de asombro, como si se hubiera dado cuenta de algo, miró al cielo durante unos treinta segundos, y Uluru se acercó a ella, a punto de exigirle: “¡¿Qué demonios estás haciendo? ¡¿Cuánto tiempo te va a llevar esto?!”

Pero Sorami apartó la mano extendida de Uluru con su propia mano derecha y asintió. “Ya veo.”

“¿Qué ves? ¿Qué hay dentro de la caja?”

“No, esa caja no. El interior de este juego es básicamente un espacio cerrado, ¿verdad? Entonces puedo usar mi magia en él. Me acabo de dar cuenta.”

Mantente Enterado
Notificarme
guest
This site uses User Verification plugin to reduce spam. See how your comment data is processed.

INSTRUCCIONES PARA LA ZONA DE COMENTARIOS

1- No Puedo Comentar: Toca los botones que estan debajo del recuadro de comentarios, aquellos que le cambian el estilo a Negrita, Cursiva, etc. (B, I, U, S)

2- No Aparece Mi Comentario: Es por nuestro sistema de moderación, luego de revisar y aprobar tu comentario, este aparecera. NOTA: Usa un correo real o no se aprobara tu comentario.

3- ¿Como Escribo un Spoiler?: Toca [ + ] (es el botón spoiler) y aparecera una ventana, ahí debes poner el TITULO de tu spoiler (recomendamos poner simplemente SPOILER), luego en el codigo que aparecera en el recuadro del comentario debes escribir dentro de los simbolos ] [

[spoiler title="Titulo de tu spoiler"]Aqui va tu spoiler[/spoiler]

Nota: Todo el texto que coloques antes o despues del codigo del spoiler sera visible para todos.

0 Comentarios
Respuestas en el Interior del Texto
Ver todos los comentarios