Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Este es un anuncio para todos los pasajeros. Parece que un sabio está en combate con un agresor cercano. De acuerdo con las políticas oficiales de las zonas de guerra, todos los contratos de transporte son nulos y sin efecto. Para un reembolso del precio total del billete, por favor pregunte en cualquier estación.

Después de hacer su anuncio, la voz que venía de la nada en particular se cortó abruptamente.

“¿Qué significa eso?” Tomochika dijo que desde debajo de Yogiri, su boca estaba abierta.

“Ya no es asunto nuestro, haz lo que quieras. Algo así, supongo.”

“¡¿Ni siquiera van a evacuar a los pasajeros?!”

“Si lo mismo que acaba de suceder va a suceder de nuevo, el personal no tendrá la capacidad de hacer nada por sus clientes de todos modos.”

“Bueno, ¿podrías al menos dejarme en paz? Si otro ataque golpea, no es que esto vaya a ayudar.”

Por el momento, no había indicios de que un ataque se acercara a ellos. Como se pidió, Yogiri dejó que Tomochika se sentara. Mirando alrededor del vagón, estaba claro que el tren había sufrido un daño significativo. Varios objetos no identificados habían pasado por él, cortando limpiamente todo a su paso.

Le recordaba a Higashida. El resultado fue similar a la Bola de Fuego que había usado. Fuera cual fuera este ataque, varios pasajeros se habían visto atrapados en él. Ninguno de los que habían sido golpeados había sobrevivido, dejando sus cuerpos sin vida esparcidos por la escena. Sin embargo, no había ni entrañas ni sangre; sólo el hedor de la carne quemada espesa en el aire. Los que habían sobrevivido al ataque estaban ahora desembarcando apresuradamente del tren según las instrucciones del locutor.

“Si otra de esas cosas viene por nosotros, bajar del tren no va a ayudar mucho. Pero supongo que tampoco tiene sentido quedarse aquí, así que supongo que deberíamos prepararnos para salir también.”

El tren había sufrido daños críticos. Incluso después de que la batalla del sabio terminó, era difícil creer que sería capaz de moverse de nuevo.

Recogiendo su equipaje, Yogiri y Tomochika se pusieron de pie. Una vez que el resto de los pasajeros se habían ido, se tomaron su tiempo para desembarcar. Mokomoko los siguió. Como espíritu guardián de Tomochika, probablemente no necesitaban preocuparse por ella.

Las huellas que habían estado siguiendo corrían entre el bosque de Haqua y el cañón de Garula. El bosque estaba situado a la izquierda de las huellas, con el cañón a su derecha. Yogiri miró hacia el cañón, donde supuso que se había originado el ataque.

A cierta distancia de las huellas había un acantilado, en cuyo fondo fluía un gran río. Más allá del cañón había montañas, sin vegetación. El río de abajo se dividió en varias direcciones, tallando un complejo escenario en el paisaje.

“¿Qué pasó entonces?” Preguntó Tomochika, mirando en la misma dirección.

No les llevó mucho tiempo encontrar una fuente probable para el ataque.

“¡Mira! Un robot!” gritó.

Un gigante se aferraba a una de las caras de la montaña. Su armazón era claramente de metal, y tenía algunos trozos de lo que Yogiri supuso que era una armadura sujeta a él. Tenía cuatro brazos, los dos de la izquierda se usaban para aferrarse a la roca, y los dos de la derecha sostenían una enorme espada y un escudo. Tal vez su cabeza con cuernos era más pesada de lo que su tamaño parecía sugerir, ya que mantenía una postura jorobada. Como Tomochika había señalado, parecía una especie de máquina, no había nada en ella que pareciera orgánico.

“Así que ese es el agresor del que hablaban. ¿Qué pasa con el sabio?”

“¿Tal vez por ahí?”

Mirando hacia donde apuntaba Tomochika, Yogiri vio una pequeña mancha delante del enorme autómata.

“Realmente tienes un buen ojo, ¿no?” Yogiri estaba impresionado. Como había notado antes, su vista era verdaderamente excepcional.

El cuerpo de Dannoura está hecho de manera única. Como en cierto manga de batalla histórica, la sangre de las leyendas corre por las venas de Dannoura. ¡Aquellas como Oda Nobunaga y Sanyuutei Enchou están todas mezcladas!

“Espera, ¿en serio? ¿Qué clase de habilidades obtenemos de la sangre de un narrador de Rakugo?” Aparentemente, esta fue la primera vez que Tomochika oyó hablar de ello.

El resultado general es bueno, así que no te preocupes por los pequeños detalles.

Mientras hablaban, la batalla por el cañón se reanudó. El Sabio disparó varios rayos de luz, que el gigante bloqueó con su escudo. Los rayos se alejaron de él, dispersándose en direcciones aleatorias y volando trozos de la montaña cercana. El daño al tren debe haber sido causado por esos rayos.

El gigante blandió su espada contra el sabio. Un arma de ese tamaño debe haber sido tremendamente pesada, pero el gigante cortó la tierra, la piedra y el aire por igual, como si no pesara nada.

Y entonces, el gigante desapareció repentinamente. Cuando la montaña a la que se había aferrado se derrumbó, reapareció en otro pico cercano. Usando sus brazos derechos, sacó un arma parecida a un rifle de su espalda, disparando unos cuantos tiros en rápida sucesión. Más montañas explotaron y enormes cantidades de agua fueron lanzadas hacia arriba desde el río.

Cada vez que Yogiri parpadeaba, el cañón había cambiado completamente de forma. Ninguno de los combatientes dejaba de pensar en su entorno.

Su optimismo estaba empezando a desvanecerse. Una serie de rayos de luz perdidos golpearon el suelo a su alrededor, atravesando y — cortando directamente—  a algunos de los pasajeros que huían.

“Hmm, esto es problemático. Incluso huir no parece una buena opción.”

“Dices eso, pero no suenas tan preocupado.”

Yogiri sacó su mapa. Considerando el tiempo que habían pasado viajando y los puntos de referencia cercanos, trató de señalar su ubicación precisa. Parecía que estaban bastante cerca de la estación de Hanabusa.

“Parece que está a unos diez kilómetros. Pero caminar hasta allí mientras esquivan los ataques de la magia perdida parece un poco arriesgado. Tal vez sería mejor que nos dirigiéramos al bosque por un rato”.

Los demás pasajeros del tren se habían dividido en tres grupos: los que seguían las vías, en dirección a Hanabusa, los que huían al bosque y los rezagados que aún no habían decidido el curso de acción y estaban parados en un estado de pánico confuso.

“¡Oye! ¿Por qué no te deshaces de ese monstruo?”

“¿Por qué?”

“¿Qué quieres decir con ‘por qué’? Está en nuestro camino, ¿no?” Tomochika parecía sorprendida, como si la razón fuera perfectamente obvia.

“Si es la única excusa que necesito, podría decir que la gente que camina delante de nosotros en la calzada está en el camino, así que también podría matarlos.”

“¡Pero intentó matarnos antes! Las balas volaban hacia nosotros y todo.”

“No es como si nos estuviera apuntando personalmente. Sólo pasó una vez, así que probablemente fue un error”.

“Cielos, ¿cómo estás tan calmado con esto? ¡Y disparó múltiples tiros, por cierto!”

“Si no sigo algunas reglas personales, terminaré matando gente sólo porque me molestan. Me gustaría evitar eso, si es posible.”

Tomochika se encogió un poco. “Oh. Bueno… lo siento, supongo. Eso fue un poco ingenuo de mi parte…”

“No te estoy criticando ni nada, así que no te preocupes.”

Los combates se desarrollaban bastante lejos, así que Yogiri pensó que si tenían cuidado, podrían evitar la mayor parte de los problemas. Matar a todos los que se encontraran sería más problemático de lo que valía, de todos modos.

“No parece que vaya a ser difícil evitar sus ataques, así que si nos movemos con cuidado…” No debería haber ningún problema, es lo que él quería decir. Pero antes de que pudiera, el sonido de una explosión llenó el aire a su alrededor. Al mismo tiempo, una intensa ráfaga de viento levantó una enorme nube de polvo. A Yogiri le llevó un momento procesar lo que acababa de suceder, pero una vez que notó que todo se había oscurecido, lo comprendió al instante.

Algo estaba bloqueando el sol.

Mientras el polvo se disipaba, Yogiri miró hacia arriba para ver el gigante que se cernía sobre ellos. De pie en el tren, sus pies habían aplastado completamente los vagones debajo de ellos. A pesar de que el gigante había estado a una distancia considerable momentos antes, había cerrado la brecha entre ellos sin previo aviso. En un instante, se habían encontrado en el lugar más peligroso posible.

“¡Bastardo! ¡No puedes huir de mí!”

Un paso atrás, el Sabio vino volando. Su enorme manto acentuó lo pequeño que era, añadiendo una apariencia desequilibrada a su imagen. Flotando en el aire, estaba mirando al gigante. Y entonces, sin previo aviso, sacó su mano.

“Dannoura, ¿puedes venir un momento?”

Agarrando la mano de Tomochika, Yogiri la empujó hacia él. Con un pequeño grito, ella saltó hacia atrás justo a tiempo para ver que algo golpeaba el suelo donde habían estado parados.

La tierra había sido completamente enterrada por el granizo, cubriendo un área de aproximadamente un metro de ancho. Cada trozo de hielo tenía sólo unos pocos centímetros de largo, pero había tantos, que se extendían hasta donde Yogiri podía ver.

No es de extrañar que tal ataque no tuviera ningún efecto en el gigante, pero los humanos comunes en su camino no tuvieron tanta suerte. Los pasajeros que habían dudado y no pudieron correr se encontraban ahora dispersos en un trágico y espantoso despliegue.

“Pero… ¿por qué…? ¡¿Por qué harías eso?!” Tomochika gritó cuando vio la carnicería delante de ellos.

Al oírla, el Sabio se volvió. “¿Qué? Estaban tan bien alineados que pensé que los sacaría de una vez… ¿pero algunos sobrevivieron?” Manteniendo un ojo en el gigante, miró a Yogiri y Tomochika.

“Yo tampoco lo entiendo. ¿Por qué nos atacan? No tenemos nada que ver con esto, ¿verdad?”

Se suponía que el chico anterior a ellos estaba luchando contra el gigante. No había ninguna razón para que matara a los pasajeros de un tren que pasaba.

“¿Me estás contestando? ¿Por qué me miras siquiera? ¡Deberías estar inclinándote con la cara en la tierra cuando ves a un Sabio, campesinos asquerosos!”

Yogiri estaba aliviado. El comportamiento del sabio rápidamente simplificó el asunto. “Tú eres el asqueroso aquí”, respondió, desatando su poder mientras hablaba.

El chico cayó. Un golpe sordo marcó su impacto con el suelo. Parecía que su cuello se había roto por la caída, pero eso no sería un problema para él ahora.

“¿Lo mataste?”

“Sí. Esa fue la razón correcta para matar a alguien, ¿no crees?” No había necesidad de vacilar contra un enemigo que se alegraba de atacarlos sin pensarlo dos veces.

Yogiri miró al gigante. No tenía ni idea de cómo reaccionaría ahora que el sabio con el que había estado luchando estaba muerto. Mientras consideraba si derribarlo o no de forma preventiva, el gigante habló.

“Espera. Yo. Intento. No. Daño”.

Un sonido como un coro de gente hablando al unísono reverberó de la enorme criatura que estaba encima de ellos.

Parecía ser la voz del gigante.