Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Mientras Yogiri y Tomochika abordaban el tren al mediodía, Jorge y el capitán Edelgart del Primer Batallón de la Guardia de la Ciudad visitaban el castillo del Lord local.

La estructura de piedra de diez pisos se elevaba sobre el centro de la ciudad. Con la mayoría de los edificios de sólo uno o dos pisos de altura, se destacaba bastante. El techo del castillo era un espacio plano y abierto donde Jorge, Edelgart y el Lord se encontraban ahora.

Los dos guardias se habían despojado de sus armaduras y sólo llevaban sus uniformes. El señor llevaba ropas que hablaban en voz alta de sus frívolos hábitos de gasto.

“¿Fue el incidente de anoche lo suficientemente grave como para requerir la atención de un sabio?”

La única preocupación de Edelgart con el incidente fue su fracaso en conseguir una pista sobre la organización que había estado persiguiendo. Aunque eran notoriamente buenos cubriendo sus huellas, con gusto habían mordido el anzuelo de dos débiles de otro mundo. Pero al final, su investigación no había logrado producir ni una sola pista.

“¿Es tan extraño que se interesen? Un grupo entero de personas fueron asesinadas por causas desconocidas, después de todo”, respondió Jorge, sorprendido por la falta de preocupación de Edelgart. En medio de su investigación, diez de las personas que habían estado siguiendo habían muerto misteriosamente delante de ellos. Un incidente tan anormal sería enorme en sí mismo, incluso en circunstancias normales.

“¿Crees que les importa en absoluto que algunos criminales al azar caigan muertos?”

“La cuestión es cómo murieron, no quiénes murieron. Ya hay numerosas posibilidades, desde la enfermedad hasta el gas venenoso. No creo que sea extraño que los sabios se interesen en averiguar lo que pasó.”

“Aún así, no puedo imaginar que tengan un interés tan personal. Pero no tiene sentido que discutamos sobre ello. No hay manera de que podamos adivinar lo que los sabios están pensando de todos modos! ” Edelgart habló con el pecho hinchado con orgullo, aunque Jorge no tenía ni idea de por qué.

“Asegúrense de callarse cuando estemos frente al Sabio”, dijo el Lord sentado a su lado.

No había una relación jerárquica directa entre el Lord y la Guardia de la Ciudad. Eso era porque la Guardia de la Ciudad también tenía el papel de mantener a los otros habitantes del mundo bajo control. En resumen, el hecho de ser él mismo japonés hizo que el señor fuera un objetivo de las actividades de la Guardia de la Ciudad.

“Estoy bastante seguro de que fuimos los únicos a los que se les ordenó que la saludaran.” Edelgart respondió.

“Bueno, está llegando a mi castillo. Tengo que darle la bienvenida al menos, ¿no?”

“¿Eso es todo?”

Un desagradable silencio se estableció entre ellos. Después de un tiempo, un disco de plata descendió.

La mayoría de los sabios vivían en el continente flotante. Se movían hacia y desde la superficie principalmente por medio de aviones.

El disco aterrizó en el techo del castillo. Al abrirse la escotilla, salió una mujer con un vestido rojo oscuro. Era la sabia llamada Lain. Con el título de bisnieta del Gran Sabio, era la responsable de proteger este territorio.

“Gracias por reunirse conmigo”, dijo Lain con aire altivo mientras se acercaba al señor. “Ha pasado mucho tiempo, ¿no es así Masahiko? ¿Las cosas han ido bien?”

“Es un placer volver a verla, Srta. Lain. No ha habido problemas”.

Aparentemente, Lain y el Señor Masahiko se conocían desde su época como candidatos a sabios.

“¿Así que tú eres Edelgart? Leí tu informe. Llévame con el superviviente.”

“¡Sí, señora! El superviviente está actualmente retenido dentro del castillo”, respondió Edelgart con un saludo antes de guiar a Lain al interior.

◇ ◇ ◇

El grupo pronto llegó a una pequeña habitación del castillo. La bestia en cuestión había sido retenida y estaba acostada en una simple cama, el único sobreviviente del incidente de la noche anterior. No tenía ninguna herida externa en particular, pero con sus ojos, oídos y nariz completamente inoperantes, no había forma de interrogarlo. Acercándose al hombre de los perros, Lain lo miró fijamente.

“Hmm. A primera vista, nada parece fuera de lo normal.” Tirando hacia atrás los párpados de la bestia, no vio signos de daño. Pero incluso la luz de la ventana cercana que brillaba directamente en sus ojos no provocó ninguna reacción.

“Intentamos un tratamiento para proceder con nuestro interrogatorio, pero nuestros esfuerzos han resultado infructuosos”.

“Su informe dice que incluso la magia de curación falló?”

“Eso es correcto”.

Escuchando la respuesta de Jorge, Lain mantuvo el ojo de la bestia abierto mientras le metía un dedo en la cuenca del ojo.

“¡¿Señorita Sabia?!”

“No puedo saber lo que está pasando a menos que lo vea por mí mismo”.

Naturalmente, el prisionero comenzó a luchar, soltando un grito de agonía mientras Lain le arrancaba un ojo con sus propias manos.

“Silencio”.

Al oír esa palabra, la bestia se congeló. Se suponía que era sordo, pero aún así, inmediatamente dejó de moverse. Tal vez la amenaza de sus palabras había penetrado de alguna manera a pesar de su incapacidad para oír.

Arrancando el nervio óptico, Lain le puso el globo ocular en la cara. Lo inspeccionó a fondo pero parecía un ojo perfectamente normal.

“Nada fuera de lo común. Masahiko, ¿te importaría que cambiara uno de tus ojos por éste?”

“¿Qué…? ¡No puedes hablar en serio!” El rostro del Lord palideció instantáneamente, pero no pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que, de hecho, sólo estaba bromeando. Sus palabras no habían sido una orden. Pero eso tampoco significaba que pudiera relajarse. No se sabía cuándo Lain podría cambiar de opinión.

“Bueno, ¿a quién le importa el globo ocular en si. Esta es la verdadera prueba. Cura.” Desechando el órgano inútil en sus manos, Lain convirtió su magia curativa en la bestia. Mientras lo hacía, la cavidad ahora vacía comenzó a cambiar y, en pocos momentos, un nuevo ojo había aparecido.

Las poderosas habilidades del Sabio podían recrear una parte del cuerpo que faltaba en un instante – pero aún no había indicios de que el ojo recién crecido pudiera ver en absoluto.

“Hmm. Parece que todavía no puede ver. El órgano en sí fue perfectamente reconstruido, pero la función no ha sido restaurada. Así que… ¿qué tal esto?” Lain levantó las esquinas de su boca, y sus dientes caninos comenzaron a extenderse. Una vez que fueron lo suficientemente largos, los hundió en el cuello de la bestia.

“¡¿Q-Qué estás haciendo?!” Edelgart gritó sorprendido.

“¿No lo sabías? La Sabia Lain es un vampiro”.

“¡Pero ella estaba perfectamente bien parada en la luz del sol en el techo!”

Siendo no-muertos, los vampiros eran débiles a la luz del sol. Eso fue sólo sentido común.

“La clase de la Srta. Lain es Sangre de Origen. Como el rango más alto de los no-muertos, también es conocida como la Reina de los Muertos. Para alguien de su nivel, la luz del sol no es nada de lo que preocuparse.”

“Parece que sabes mucho… pensé que los sabios eran simplemente poderosos magos.”

Mientras Edelgart superaba su shock, Lain terminaba de alimentarse. Tan pronto como quitó su boca del cuello de la bestia, su cuerpo comenzó a cambiar. Sus garras comenzaron a crecer y sus músculos comenzaron a ondularse. Sus labios se curvaron hacia atrás y sus colmillos comenzaron a crecer. Con un solo movimiento de sus brazos y piernas, las cuerdas que lo ataban a la cama se rompieron y cayó al suelo.

“Arrodíllate”, ordenó Lain a la criatura que ahora está a sus pies. Con sus palabras, empezó a dar vueltas, pero eso fue todo. Parecía reconocer que se le había dado una orden, pero a pesar de sus desesperados esfuerzos por cumplirla, no tenía ni idea de lo que se le había ordenado hacer.

“Aparentemente, incluso estar en la misma línea de sangre no ayuda,” murmuró Jorge. “Es interesante que ni siquiera la telepatía funciona.”

Los vampiros aumentaron su número bebiendo la sangre de otros. Esos nuevos vampiros podían comunicarse entre sí por telepatía, pero en este caso no se había logrado.

“Bueno, lo he hecho parte de mi línea de sangre ahora de todas formas. ¿Te importa si me lo llevo conmigo?”

“V-Muy bien. Entendido”, Edelgart estuvo de acuerdo. En realidad, Jorge estaba aliviado. Se había preguntado cómo iban a tratar con un sospechoso en este tipo de condiciones por su cuenta.

“Ahora bien. Parece que este individuo ha sido puesto en un estado bastante interesante. Y los que lo hicieron fueron Yogiri Takatou y Tomochika Dannoura, ¿correcto?”

“Um, en realidad, esos dos no tienen poderes, así que no puedo imaginar que estuvieran involucrados.”

“No seas estúpido, Edelgart. Diez personas murieron y sólo esas dos quedaron ilesas. ¿Está diciendo que tiene otro sospechoso?”

“Puede ser cierto, pero si hicieron algo, no tengo ni idea de lo que podría haber sido. Y sin ninguna evidencia, no podemos simplemente arrestarlos.”

Jorge se armó de valor para cumplir con su fin. Edelgart debe haber sentido lo mismo, pero no dio excusas por sus acciones. Si ella no sabía lo que había pasado, entonces no lo sabía. Eso era todo lo que había. No fue lo suficientemente lista para dar un montón de justificaciones para sus elecciones.

“Lo siento, me burlé de ti demasiado. Perdóname. La verdad es que ya sabía lo de esos dos de antemano”, dijo Lain con una sonrisa. Una vez más, Jorge sintió que el alivio le inundaba al darse cuenta de que su vida aún no estaba en peligro.

“¿Es así?”

“El sabio Sion tiene un asistente llamado Youichi. Me habló de ellos. Aparentemente, usaron algo parecido a la Magia de la Muerte Instantánea para matar a un dragón. Era bastante vago con los detalles, pero fue suficiente para despertar mi curiosidad. Y entonces recibí este informe de ti”.

“Ya veo. Entonces, ¿cómo es que esos dos…?”

“Sobre eso…”

Lain empezó a decir algo, pero el resto de ellos no pudieron oír lo que era. Una tremenda explosión sacudió el edificio, sacudiendo las paredes del castillo a su alrededor y llevando a la habitación a un estado de confusión.

Edelgart agarró a Jorge y arrojó a los dos al suelo, rodando en una esquina y fuera del camino.

“¡¿Q-Qué está pasando…?!” Jorge levantó la parte superior de su cuerpo del suelo como pidió.

“¡Es él!” Edelgart señaló hacia la puerta. De pie en el umbral había un hombre con una espada, que no mostraba huecos en su defensa a pesar de estar en medio del golpe de gracia de su ataque.

El suelo bajo sus pies estaba plagado de grietas. Aunque difícil de creer, parecía que las vibraciones masivas habían sido el resultado de sus pasos. La mitad de la puerta, ahora partida limpiamente en dos, había caído al suelo. Su espada había sacudido toda la habitación cuando se abrió paso a través de ella.

Una línea roja atravesaba ahora a Lain. La espada del intruso no parecía capaz de llegar a ninguna parte cerca de ella, pero aún así, había sido cortada limpiamente por la mitad.

“Un héroe…” Jorge activó instantáneamente su habilidad de Discernimiento.

“¿Qué?”

“¡Eso es lo que me dice mi habilidad! No sé quién es, pero su clase es la de Héroe!”

Los dos sólo podían mirar fijamente en estado de shock.