Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Yogiri y Tomochika llegaron a la ciudad en el norte alrededor del atardecer.

“Eso fue bastante lejos. ¿Cuánto fue, una hora de caminata? Así que probablemente alrededor de cuatro kilómetros, más o menos.”

“Hombre, no pensé que nos tomaría tanto tiempo llegar aquí”, dijo Tomochika, con su voz un poco enojada.

A juzgar por la posición del sol, habían sido traídos a este mundo por la mañana. A pesar de todo lo que había sucedido desde entonces, la principal razón por la que había tardado tanto en llegar a la ciudad era que Yogiri se había vuelto a quedar dormido.

“No puedo evitarlo. Me da sueño cuando uso mi poder.”

“¿No es eso problemático?” Preguntó Tomochika, un poco preocupada. Después de todo, en este momento su seguridad dependía enteramente de ese poder. No era sorprendente que fuera una fuente de preocupación para ella.

“En realidad no. No es tan malo que no pueda permanecer despierto si realmente quiero, y todavía puedo sentir la intención de la gente de matar cuando estoy dormido.”

“Realmente no hay ningún inconveniente en ello, ¿verdad?”

Dejando a Tomochika a su gruñón, Yogiri inspeccionó la escena antes que ellos. Lo primero que vio fue una enorme pared. Envolviendo toda la ciudad, parecía que las entradas estaban muy vigiladas. En resumen, era una ciudad fortaleza, lo que sugería fuertemente que se estaban protegiendo de enemigos peligrosos en el exterior.

“Oye, ¿te parece que te están cerrando la puerta?”

“Probablemente es normal cerrar las puertas por la noche…”

“¡Apúrate, entonces!”

“Quiero decir, supongo, si quieres.”

Tomochika rompió en un sprint, con Yogiri siguiéndola.

“¡Disculpe! ¡¿Le importaría si entramos?!” Tomochika llamó al hombre de la puerta. Llevaba una armadura de estilo occidental y una lanza. Debía ser un soldado.

“@@@@@@@@@@?”

“¡No entiendo una palabra de lo que dice!”

“Creo que es normal no hablar el idioma cuando llegas a un mundo diferente.”

“Un poco, entiéndelo. ¿Eres japonés?” El guardia habló de nuevo, esta vez en un japonés roto.

“¡Sí! ¿Podemos entrar?”

“Espere. Lord, llamadlo”.

El guardia los llevó a una sala de espera justo detrás de la puerta. Después de sentarse y esperar un rato, un hombre que era claramente japonés entró en la sala. La espléndida ropa que llevaba indicaba que era el Lord al que el guardia se había referido.

” ¿Estáis separados de los que vinieron al mediodía? Hombre, qué dolor. ¿Qué quieren?”, dijo, sin importarle ocultar su molestia.

Ya que, en este mundo, se te dio una posición importante si sobrevivías al proceso de convertirte en un candidato a Sabio, este Lord debió ser uno de los sirvientes del Sabio.

“Nos separamos del grupo anterior y estamos tratando de alcanzarlos. Por ahora, ¿podríamos al menos entrar en la ciudad?”

Después de hablarlo, habían decidido intentar reunirse con sus compañeros de clase. Incluso si habían sido utilizados como cebo, estar atrapados solos en otro mundo era algo que Tomochika quería evitar.

Dicho esto, incluso dejando a un lado los pensamientos de Tomochika sobre el asunto, Yogiri se había sentido de la misma manera. Si querían volver a su propio mundo, tendrían que encontrar a la Sabia y sacarle la información relevante. La mejor manera de hacerlo sería quedarse con aquellos que estaban tratando de convertirse en sabios ellos mismos.

El Señor chasqueó su lengua. “Normalmente cobramos una cuota de entrada, pero asumo que no tienen dinero de todas formas. Nos dijeron que no nos metiéramos con los candidatos a sabios, así que supongo que pueden entrar”.

“Parece que los otros se fueron a la capital. ¿Dónde deberíamos ir para seguirlos?”

“Déjame reformularlo. La Sabia nos dijo que no nos metiéramos en tu camino, pero nunca dijo que teníamos que ayudarte. Resuélvelo por ti mismo”.

“Bueno, gracias, supongo.”

Parecía que no se ganaba nada quedándose allí. Yogiri se puso de pie, incitando a Tomochika a seguir su ejemplo.

“Ah, claro, claro. Si no tienes dinero, supongo que no podrás encontrar un lugar donde dormir. Si quieres, puedo alojar a la chica en mi mansión.”

“¡No, gracias!” Aunque los ojos del Señor habían tomado una mirada bastante vulgar, Tomochika no le dio una segunda mirada. Agarrando la mano de Yogiri, lo sacó de la habitación.

Una vez que llegaron a la ciudad, ella finalmente se detuvo y lo dejó ir.

“Realmente te disgusta tanto, ¿eh?” Yogiri estaba un poco dudoso.

Tomochika parecía extrañamente nerviosa. “Por supuesto que me hace enojar, pero lo que más me preocupa es su vida. Me preocupaba que pudieras terminar matándolo.”

“¿Qué soy, un asesino en serie?”

“Me sorprende que no lo hayas notado”.

“Hey ahora. No es que esté matando gente sólo porque no me gusten. ¿Qué crees que soy?”

Yogiri se sintió un poco herido. No era gran cosa, pero parecía que pensaba que él dejaba caer a la gente a diestra y siniestra sin ninguna razón.

Aparentemente inconsciente de sus sentimientos, Tomochika ya había seguido adelante y estaba excitada inspeccionando sus alrededores. “¡Eh, mira! Esta es una ciudad clásica de fantasía, ¿verdad? ¡Oh! ¡Hasta hay gente que parece un gato! ¿Beastkin, supongo?”

Un camino de piedras atravesaba un pueblo de edificios de piedras antes que ellos. Era una escena a la que Yogiri se había acostumbrado desde hace tiempo – La de las ciudades europeas medievales de sus videojuegos.

“Parece que no tienen electricidad. Supongo que cargar esta cosa va a ser realmente imposible.”

“¿Sigues con eso? Creo que la pregunta más importante es, ¿qué vamos a hacer ahora?”

“Bueno, lo que sea que estemos haciendo, supongo que deberíamos verlo mientras aún tenemos luz de día. ¿Alguna idea?”

“¡Primero, creo que deberíamos conseguir algunas armas!” Por su tono, parecía que Tomochika pensaba que este era un asunto de gran importancia.

◇ ◇ ◇

No podían leer el lenguaje de este mundo, por supuesto, pero usaron las imágenes de los letreros para localizar lo que parecía ser una tienda de armas. Yogiri y Tomochika se abrieron paso hasta el interior.

“No estoy seguro de que realmente necesitemos armas para protegernos.”

“Pero si dependemos únicamente de ti para protegernos, matarás a todos los que nos encontremos”.

“Vive por la espada, muere por la espada”, ¿sabes? Eso es lo que consiguen por atacarnos.”

“Pero si tenemos armas, tal vez eso desanime a la gente a atacarnos en primer lugar.”

“Me pregunto sobre eso. No creo que tener armas haga mucha diferencia”. Era muy improbable que un par de aficionados empuñando dagas y similares disuadieran a alguien que realmente quisiera hacerles daño.

El interior de la tienda era bastante lujoso. Aparentemente, había una gran demanda de armas, lo que probablemente significaba un nivel de peligro equivalente.

Una amplia gama de equipo estaba en exhibición en el interior, y un número de clientes estaban mirando la mercancía. Detrás del mostrador había lo que él suponía que eran varios artículos particularmente de clase alta.

Entre los clientes había seres que claramente no eran humanos. Además de las personas con orejas de gato que Tomochika había señalado, había también aquellos cubiertos completamente de piel o escamas. Parecía que había un número de diferentes razas en este mundo.

“¿Qué hay de esto?” Preguntó Tomochika, entregándole una espada con una hoja de unos treinta centímetros de largo. Por la forma en que la manejó sin dudarlo, supuso que estaba acostumbrada a tratar con ellas.

Yogiri le quitó la espada. Era más ligera de lo que esperaba, y se sentía cómodo en sus manos, pero no pensó que fuera algo que pudiera usar eficazmente.

“Si la queremos para intimidar, ¿no deberíamos conseguir algo un poco más peligroso?”

“Caminar con algo pesado será difícil. Y no pareces tan fuerte.”

“Tal vez no necesito nada después de todo. Creo que sólo se va a interponer en el camino.” Tratar de usar un arma que no conocía sólo lo haría bajar la guardia.

“Oh. Bueno, no voy a forzarte ni nada.” Empezó a buscar un arma por su cuenta. “Hmmm, andar por ahí con algo grande será un inconveniente, pero los más pequeños no tendrán mucho alcance… ¿puedo poner una flecha de impacto en esto…?” Recogiendo un arco, Tomochika continuó murmurando para sí misma.

” No quiero interrumpir, pero ¿cómo piensa hablar con el vendedor?”

“Puedo mostrarles el arma y entregarles algo de dinero, ¿verdad?” Podrías llamarlo optimismo excesivo, pero ella fue muy valiente. No parecía para nada molesta por la obvia barrera del lenguaje.

Al final, tomó un pequeño arco y un aljaba y los llevó al mostrador.

“Disculpe, ¿habla usted japonés?”

“¡Está bien! ¡Entiendo! ¡El pueblo japonés es mi especialidad!” Apenas hablaba con fluidez, pero los nativos de este mundo probablemente se habían acostumbrado a tratar con los de otros mundos.

Mientras Tomochika sacaba un puñado de dinero, la expresión del dependiente se convirtió en una de sorpresa. Aparentemente, ella había sacado un montón de dinero. Pero todo lo que el par llevaba eran monedas y joyas que parecían bastante caras. Como era demasiado molesto intentar contarlo todo, se lo dio al dependiente y lo dejó así.

“Comprarlo está muy bien, pero ¿los arcos no son difíciles de usar?”

“Está bien, estoy acostumbrada.”

“Oh, ¿estabas en el Club de Arquería?”

“No estuve en ningún club, pero sí, algo así”, dijo, poniendo el lazo en su mochila. Después de eso, dejaron la tienda de armas.

De pie justo fuera de la tienda había una chica con orejas de gato. Por la forma en que miraba, parecía que los había estado esperando.

“¿Son de Japón? Es la primera vez que os veo por aquí. ¿Tenéis algún problema?” Hablaba en un japonés fluido, aunque su discurso estaba salpicado de extraños “maullidos” como de gato entre cada palabra.