Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: Días Propicios Y Días Ordinarios

Parte 2

Alguien me agarró del hombro en ese momento, así que no tuve más remedio que voltearme hacia la voz.

El tipo parado frente a mí se veía para todos como un gallo gigante. Como un gallo de dibujos animados. Tenía los lados de la cabeza afeitados y tenía un mechón de cabello rojo brillante que sobresalía en el medio como un peine. Llevaba una chaqueta blanca en lugar de un uniforme escolar. También estaba un poco jorobado con mala postura, pero tenía la cara inclinada hacia mí.

Pensé que se veía bastante divertido desde el exterior, pero de cerca así, su apariencia realmente impactó.

No importa cuál sea su verdadero nombre, decidí bautizar a este tipo como chico gallo.

Y definitivamente era más un gángster yankii que un delincuente menor. Llamémoslo simplemente yankii por conveniencia. Los otros chicos también eran claramente yankiis, pero no había nada más en ellos que realmente destacara.

—Lo siento, no eres del tipo con el que suelo andar. No estaba seguro de que me estuvieras hablando a mí.

Mi forma de hablar y mi actitud general era la de un estudiante de Fuji, y pareció hacer que el chico gallo de la Preparatoria Yan se detuviera. Entrecerró los ojos por un segundo, luego se encogió de hombros levemente y soltó mi hombro.

—Eres el tipo que estaba sentado en la mesa con Nanase Yuzuki, ¿verdad?

Huh, así que estaban detrás de Yuzuki después de todo. Era bastante obvio, considerando todas las cosas que hicieron, pero aun así……

Bueno, si fuera a mí a quien querían, no se habrían molestado en tomar fotos.

—Sí. Soy su novio; Eso es todo lo que dije por ahora.

Si por casualidad hubieran venido a la biblioteca a leer libros, y hubieran visto a una chica bonita y se hubieran interesado por ella, entonces seguramente retrocederían al enterarse de que tenía novio.

Pero el hecho de que supieran el nombre completo de Yuzuki había reducido esa posibilidad básicamente a cero.

—Entonces, tú eres Chitose Saku, ¿verdad?

La respuesta del chico gallo fue inesperada. No debería haber sabido ninguno de nuestros nombres. Pero al parecer, conocía tanto a Yuzu como a mí.

¿Qué estaba pasando y por qué este tipo sabía los nombres completos de ambos?

¿Y qué quiso decir con “Entonces”…? Esa palabrería implicaba previsión y planificación.

—Ese soy yo, Chitose Saku de la Preparatoria Fuji. ¿Qué quieres?

En respuesta a eso, el chico gallo puso su brazo alrededor de mi hombro, como si fuera amigo mio.

Mis fosas nasales fueron asaltadas con el aroma de una famosa marca de colonia, del tipo que elegiría un novato en colonias.

—¿Qué quiero? ¿Qué tal una presentación? Para Nanase Yuzuki. Su aliento olía a humo, como el de Kura.

—Te acabo de decir que es mi novia, ¿no?

En respuesta a eso, el tipo apretó su brazo alrededor de mi hombro, acercándose a una llave de estrangulamiento. Su mejilla cubierta de barba incipiente pinchaba mi piel, e incluso el excelente clima de hoy no podía mejorar esta situación.

—Estaba escuchando, amigo, estaba escuchando. Pero eres un claro mujeriego, ¿no?

—Mmm. No puedo negarlo.

—Entonces… Nanase Yuzuki. Ella es del tipo que deja que un chico se la meta de inmediato,

¿eh?

Huh. Es verdaderamente fascinante lo que este tipo estaba diciendo en este momento.

Ser etiquetado como un maldito mujeriego tiene sus ventajas, y una de las más grandes es que la gente tiende a darte un gran rodeo. Pero, por otro lado, a veces la etiqueta atrae insectos que se acercan pululando en busca de sobras.

Vamos a hacer un poco de excavación aquí, ¿de acuerdo?

Cambié el tono de mi voz y comencé a actuar amigablemente. —Oh, ¿eso es todo lo que es? No me asustes, amigo. Estaba a punto de orinarme en los pantalones. Quiero decir, aquí estoy, rodeado por un montón de hermanos la Preparatoria Yan. Sin embargo, ¿dónde escuchaste este sabroso chisme?

Mi cambio de carácter fue todo para convencerlos de que yo era un estudiante de honor débil que les tenía un poco de miedo. ¿Pero funcionó?

El chico gallo también cambió su actuación y se volvió bastante altivo y pomposo.

—Culpa mía, culpa mía. Eres un chico de la Preparatoria Fuji, así que no estás acostumbrado a cómo hacemos las cosas. ¿De quién lo escuché? De mi jefe. Tiene la vista puesta en Nanase Yuzuki. Nos dijo que fuéramos a sondearla. Solo necesitamos su ID de LÍNEA, eso es todo, amigo.

Estaba medio en lo cierto y medio equivocado a la vez.

Logré que se abrieran a mí, pero no encontré información realmente útil.

—Eh. Tu jefe, ¿es del tipo que da miedo?

—Aterrador como el diablo, amigo. Te golpea sin dudarlo un momento. Y tiene debilidad por las chicas sexys y fáciles como la tuya. Estás planeando dejarla en poco tiempo de todos modos, ¿verdad? Así que entréguenosla. ¿Qué dices?

Esto no era realmente lo que yo llamaría acoso.

¿Qué clase de acosador envía a un soldado como este para hacer su trabajo sucio?

—Vaya, suena duro, amigo. ¿Así que has estado siguiendo las órdenes de tu jefe y siguiendo a Yuzuki estas últimas dos semanas?

—… ¿Qué dijiste?

La voz del chico gallo se volvió baja y amenazante.

Una simple admisión por parte del tipo habría resuelto todo el problema, o eso pensé, pero debo confesar que realmente no sé mucho sobre las reglas no escritas de la conducta yankii.

El chico gallo apretó su brazo alrededor de mi cuello aún más fuerte.

—Yo no soy de seguir órdenes. Es el deber, amigo, el deber. Solo dame la maldita ID de LINE ya. Sigue siendo su novio si quieres, a nuestro jefe no le importa ese tipo de cosas. A el le gusta poner cuernos, ¿sabes? Vamos, hombre, vamos a darnos la mano.

Soltó mi cuello y agarró mi mano, apretándola en su puño como si tratara de mostrar su fuerza. Sin duda, mi comentario sobre él siguiendo órdenes hirió su orgullo yankii. Esto no estaba yendo como esperaba en absoluto. Manipular a este matón estaba demostrando ser más difícil de lo que pensaba.

Suspiré un poco y murmuré por lo bajo.

—Apretón de manos al estilo americano, ¿eh? Está bien. Luego aplasté la mano al chico gallo con la mía.

—¡Ouch! ¡Carajo!

Ignoré sus aullidos de dolor y lo miré fijamente. —¿Qué sucede? ¿No conoces la etiqueta del apretón de manos? Tienes que mirar a la otra persona a los ojos y apretar bien y fuerte… Luego sacudes.

Tiré de su brazo, empujándolo hacia adelante desde el hombro. —¡Gak!; Gorgoteó sorprendido, perdiendo el equilibrio. El chico gallo salió volando, aterrizando con fuerza sobre sus manos y rodillas.

—… Mierda, eso duele. ¡¿Quieres morir, amigo?!

—Lo siento, eres mucho más débil de lo que creía. Parecía que estabas insultando a mi amada novia en ese momento, así que terminé poniendo demasiada fuerza en eso, ¿ves?

Estúpido. No subestimes la fuerza de agarre de alguien que pasó todos los días desde la escuela primaria balanceando un bate de béisbol.

Entonces fue cuando Yankii B y Yankii C comenzaron a dar un paso adelante. Todo iba según lo planeado hasta ahora.

No sé dónde escucharon esos rumores totalmente infundados, pero si solo estaban apuntando a Yuzuki como una forma de pasar el tiempo y lo habían llevado demasiado lejos, entonces empujarme un poco debería haber sido suficiente para satisfacerlos. Si la ira de su jefe se volviera a centrar en mí, entonces estarían libres.

Si me interponía en su camino, podrían volverse obsesionados conmigo, lo que no sería bueno, pero la mejor política era hacerles frente de una manera clara y directa. Lo único que me preocupaba era que los miembros del equipo Chitose, o el equipo de baloncesto femenino, o incluso otros estudiantes de la Preparatoria Fuji, pudieran verse involucrados en esto. Eso complicaría las cosas.

Si empezaba una pelea ahora mismo, los chicos yankii se centrarían en mí, en lugar de perseguir a los demás. Yo era el novio de Yuzuki, después de todo, así que tenían dos opciones. Pelearte con Chitose Saku, que los estaba atacando abiertamente, o ignórame y acercarse a Yuzuki directamente. El camino que tomaron sería una de esas dos opciones. Estaba seguro de ello.

Ahora, veamos qué deciden estos muchachos.

Justo cuando Yankii B (¿o era Yankii C?) me agarró por el pecho, escuché una voz familiar.

—¡Oigan! ¡¿Qué creen que estás haciendo?!

Giré mi cara para ver a Kaito y Kazuki corriendo hacia allí.

…Me corrijo. Kazuki en realidad estaba paseando casualmente. Maldita vibora.

El tamaño y la masa de Kaito parecían tener algún tipo de efecto en los chicos yankii, y ahora las probabilidades estaban igualadas, tres contra tres. De repente, la mano que agarraba el pecho de mi camisa se aflojó y me soltó.

El chico gallo se había puesto de pie en este punto y nos estaba lanzando miradas venenosas. Pero luego pareció suspirar, como si todo el viento se hubiera ido de sus velas.

—Ah, esto es una pérdida de tiempo. Hemos terminado aqui. Pero le voy a contar a mi jefe todo sobre ti.

¡Uff! Si dijera algo cliché como “¡Será mejor que cuides tu espalda!” No hubiera podido evitar reírme a carcajadas.

El chico gallo y sus amigos se estaban volviendo para irse cuando les hablé a la espalda.

—No sé lo que has escuchado, pero Nanase Yuzuki no es ese tipo de chica. Ella y yo estamos saliendo en serio, así que realmente preferiría que te mantuvieras lejos de ella.

Estoy bastante seguro de que me escucharon, pero los tres yankiis no dijeron nada y continuaron su camino.

Una vez que estuvieron fuera de la vista, Kaito habló. —¿Qué diablos, Saku? Eso no era propio de ti en absoluto.

—Tonto. Todo iba de acuerdo a mi plan. De todos modos, solo viniste aquí porque oliste la oportunidad de golpear a algunos tipos, ¿verdad?

—Bueno obviamente. ¿Por qué no intervendría yo cuando parece que mi amigo está a punto de recibir una paliza?

—¡Estaba a punto de ser masacrado! ¡Y tú, Kazuki! Se supone que eres el control de impulsos de Kaito.

Kazuki finalmente había llegado y estaba sonriendo.

—Culpa mía. Cuando este tipo vio que te estrangulaban, saltó al rescate. No tuve oportunidad de detenerlo. En realidad, Kenta estaba dudando si venir con nosotros, pero le dije que se quedara quieto y nos dejara manejarlo.

—Ah, me alegra escuchar eso. En serio, sin embargo, no tenías que haberte molestado.

Me imaginé a Kenta sudando sobre si saltar en mi ayuda, y sentí que parte de la tensión se me escapaba.

Kaito continuó, con el ceño fruncido como si aún no lo entendiera.

—Saku, esos tipos eran de la Preparatoria Yan, ¿verdad? ¿Ellos estaban detrás de todo? ¿El acosador del que ha estado hablando Yuzuki?

—Hmm, son los candidatos más probables en este momento, supongo.

Kazuki habló entonces. —Conozco a un chico, estuvo en mi secundaria antes de ir a la Preparatoria Yan. El sentido común no funcionará con estos tipos, así que realmente debes tener cuidado. Hacen cosas locas por diversión, como colocar escritorios en el segundo piso del edificio de la escuela y obligar a todos los jóvenes a afeitarse la cabeza con una maquinilla de afeitar. Están fuera de control.

—Diablos. Ahora que no tengo que llevar el pelo corto para el club de béisbol, no quiero tijeras de peluquería cerca de mi cabeza.

Kaito sonrió. —Olvida eso. Incluso en una situación como esa, sigues siendo Chitose Saku, ¿no?

¿No puedes reaccionar como un humano normal y mostrar una pizca de miedo? Estabas rodeado por tres yankiis de la Preparatoria Yan, ¿sabes?

—¿Estás bromeando? Estaba tan asustado que estaba a punto de orinarme en los pantalones. Era cierto, De verdad. Y esa era una reacción normal en una situación como esa.

Tenía mucha fe en mi capacidad atlética, pero siempre traté de abordar los desacuerdos con la cabeza fría y nivelada. Sin embargo, una vez que la violencia entra en el aire, es solo la naturaleza humana la que se irrita. Para ser honesto, si Kaito y Kazuki no hubieran aparecido en ese momento, si los tres yankiis me hubieran atacado a la vez… Habría perdido, de eso no hay duda.

—Pero tenía que considerar mi reputación varonil. ¿Y si Yuzuki me viera temblando como una hoja aquí? Tenía que tomar una decisión. Y parecía que solo había una respuesta correcta.

—Que farsante.

—Dame un respiro.

Kaito puso su brazo alrededor de mi hombro. Fue rudo al respecto, al igual que lo había sido ese chico gallo. Pero con Kaito, no hubo malas intenciones.

—De todos modos, llámanos cuando nos necesites. Yo también tengo miedo, para ser honesto, pero no puedo quedarme de brazos cruzados y no hacer nada. Prefiero ensuciarme que hacer eso.

Kazuki me dio un golpe ligero y juguetón en el estómago. —Lo que él dijo. Si recibimos un SOS, vendremos corriendo.

—No he olvidado la forma en que deambulabas por aquí justo antes, ¿sabes? Todos intercambiamos grandes sonrisas.

Ya nadie tenía ganas de estudiar ese día, así que decidimos llamarlo y regresar a casa.

Por si acaso, decidimos que Yuzuki, Kazuki, Kaito y yo nos iríamos primero, y los demás esperarían un rato antes de irse a casa por separado.

Los chicos de la preparatoria Yan todavía podrían estar al acecho en alguna parte. Sin duda podrían encontrar estas cosas investigando un poco, pero mientras tanto teníamos que hacer todo lo posible para asegurarnos de que no se dieran cuenta de que Yuuko y los demás eran parte de nuestro grupo.

Después de caminar un rato y asegurarse de que el chico gallo y sus amigos no estuvieran cerca, Kazuki y Kaito se separaron de nosotros y se dirigieron por caminos separados.

Quería contenerme de decirle a Yuzuki exactamente lo que sucedió al principio, pero ella parecía haberlo descubierto. Ocultarle los detalles probablemente no era un gran plan de todos modos, especialmente cuando necesitaba que estuviera en guardia ahora más que nunca.

Compramos bebidas en una máquina expendedora y regresamos por el camino junto al río, mientras le explicaba los detalles.

—Así que eso fue lo que pasó. Ese podría ser el final, pero por un tiempo, deberías quedarte cerca de mí. También podrías usar a Kaito y Kazuki como guardaespaldas, pero tienen práctica en el club.

El cielo que se oscurecía gradualmente se reflejaba en la superficie suavemente ondulada del agua.

Me quité la chaqueta y me arremangué la camisa, lanzando piedritas al río con un lanzamiento lateral. Conseguí que uno de ellos rebotara dos veces, pero luego se hundió con un pequeño y patético plop.

Un pez salió a la superficie en algún lugar con otro plop audible, como si el guijarro lo hubiera sobresaltado.

—Solía ser genial haciendo brincar piedras. Conseguí que brincara cinco veces una vez, cuando estaba en la primaria.

Tomé asiento en el suelo al lado de Yuzuki, quien agarró mi manga.

—…Lo siento. Lo siento, Saku; Su voz sonaba frágil.

Fingí no darme cuenta y continué de una manera despreocupada.

—Vamos. ¿Sigues obsesionado con lo que dijo Yua ayer? Siempre ha sido mi sueño decir, “Mantén tus manos fuera de mi chica”, ¿sabes? Es el tipo de situación con la que sueña todo chico.

Yuzuki negó con la cabeza, como si ni siquiera estuviera escuchando.

La mano que estaba agarrando mi manga se movió lentamente hacia mi mano, que luego sostuvo con fuerza.

—Lo siento. Lamento mucho haberte obligado a hacer eso, Saku. Esto no era muy propio de Yuzuki de su parte.

No es que no pudiera adivinar por qué estaba actuando de esta manera. Queriendo detener su temblor tanto como pude, le devolví el apretón de su delgada mano.

—Yo quería hacerlo.

Como si se aferrara a una cierta esperanza, o como si rezara, Yuzuki envolvió mi mano con las suyas y la presionó contra su frente.

—Pero, Saku. Casi te golpean.

—Oh, por favor. Como si me dejara golpear por un par de yankiis tontos. Eso es suficiente ahora, solo quédate quieta por un minuto. Vuelve cuando estés lista para volver a ser Nanase Yuzuki.

Coloqué mi chaqueta sobre mi mano derecha y la cara de Yuzuki al mismo tiempo. No podía dejar que perdiera su aura Yuzuki por algo como esto.

No importaba cuál fuera el escenario. No podía perderse en un asunto tonto de malas intenciones.

Es por eso que, en este momento, me había convertido en algo parecido a una pequeña estatua budista Jizo que podrías encontrar en un camino montañoso desolado.

No estás seguro de si realmente tiene alguna bendición divina para darte, pero aun así debes rezarle y descargar tus cargas ante él.

Después de todo, una vez que termines de orar, tendrás que continuar por ese sendero montañoso usando tus propios pies.

Nos quedamos así durante unos diez minutos.

Entonces Yuzuki asomó la cabeza por debajo de mi chaqueta, sonriendo como un niño que se despierta la primera mañana de las vacaciones de verano.

Soltó mi mano y se estiró. —Quiero comer katsudon.

—… ¿Perdón?

—Katsudon. ¡De Europe-Ken, el mejor restaurante de katsudon de Fukui!

—¿Te transformaste en Haru mientras estabas mirando hacia abajo o algo así?”

—Oh vamos. Cualquier residente de la prefectura de Fukui que se aprecie querría comer katsudon en un momento como este, ¿no?

Yuzuki me dio una adorable sonrisa que parecía solo ligeramente fabricada. Parecía que iba a estar bien, al menos por hoy.

—De acuerdo entonces. Yo también tengo hambre, después de tanta emoción. No estoy acostumbrado a esto. Iré a comer contigo. Te refieres al lugar cerca de East Park, ¿verdad? Tú invitas, por supuesto.

—Solo tienes que compartir la calidez de una hermosa joven. ¿Seguramente esa es toda la compensación que necesitas?

—Por el contrario, en realidad, el katsudon podría no ser una compensación suficiente… Probablemente deberías agregar un aderezo de camarones fritos también y tal vez un toque de pechos de cortesía también…

—¡Puerco!; Yuzuki se puso de pie. —En serio a veces eres increíble, Saku. Te enfrentaste a esos tipos, y realmente daban miedo.

—Lo fueron, así que deberías tratar de recordar esto, Yuzuki. Si pateas a un tipo en la entrepierna, solo necesitas alrededor del cuarenta por ciento de tu fuerza habitual para inmovilizarlo por completo. Pero viene con un riesgo inherente. No te pierdas el tiro.

—¿En serio? ¿Funciona incluso contigo?

—Está bien, no necesitas probarlo. Oye, para. No estoy bromeando.

—Ya veo, ya veo…; Yuzuki se inclinó y recogió mi chaqueta, sacudiéndola para quitarle el polvo. —Trataré de recordarlo. ¡Está bien, es hora de tu recompensa! Ella me tendió la chaqueta para que la atravesara con los brazos.

—Después de arriesgarme por ti, este es todo el agradecimiento que recibo…

Metí los brazos en mi chaqueta mientras Yuzuki la sostenía, luego puso sus manos sobre mis hombros y se apoyó contra mí. Sentí su suavidad contra mi espalda.

Y sentí su cálido aliento en mi oído.

—Estuviste realmente genial. Gracias. Eso fue todo lo que dijo antes de alejarse.

…Mmm. Supongo que todo ese trabajo duro valió la pena.

—¡Movámonos!

Ella se adelantó, con su espalda recta y digna luciendo de alguna manera hermosa.

Si tan solo todos pudieran vivir así. Habría menos niños solitarios en este mundo en ese caso, tal vez.

Es difícil para cualquiera vivir como alguien fuerte en este mundo. Así que ver a Yuzuki dar lo mejor de sí así me pareció hermoso.

—Hahhh.

Era la hora del almuerzo el día después de mi encuentro con los chicos de la Preparatoria Yan. Suspiré teatralmente y me desplomé en mi asiento en la cafetería.

—¿Q-Qué pasa, Rey? ¿Qué pasa con ese gran suspiro?; Kenta estaba sentada a mi lado, sorbiendo unos fideos.

—Quiero decir…; Miré la cara de Kenta. —Hahhh…

—Está bien, lo entiendo. Estás pensando, ¿Por qué tengo que almorzar uno a uno con este tipo, verdad? Maldita sea, rey.

Kenta había encajado muy bien en el Equipo Chitose y asumió el papel de interrumpidor de los chicos.

Asentí, con ojos tristes, y Kenta se encogió de hombros.

—Oh, está bien si insistes en mirarme de esa manera. Todos nuestros amigos están almorzando con sus compañeros del club escolar, ya que no pueden reunirse después de la escuela durante el período de exámenes. Los únicos que no tenemos nada mejor que hacer somos tú y yo.

—Al menos llámanos lobos solitarios. ¡Haz que suene bien! ¡Nos estás pintando como perdedores tristes y sin amigos!

—Bueno, estamos tristes y sin amigos. Solo acéptalo. Deja de luchar contra eso.

—¿Puedes dejar de sonar tan… espiritualmente iluminado? Suena un poco genial, pero no me agrada.

Todo había estado fuera de lugar desde ayer.

Me apuré en terminar mi tazón de ramen, entonces se me ocurrió una idea.

—Kenta, ¿viste lo que pasó ayer?

—Por supuesto. Incluso a salvo detrás de la ventana, pensé que iba a tener un ataque al corazón, estaba tan asustado. Teníamos chicos aterradores como ese en mi secundaria. Afortunadamente, yo era básicamente invisible, por lo que ni siquiera me notaron.

—¿Crees que tipos como esos alguna vez acosarían a alguien?

De hecho, ayer había hablado cara a cara con los chicos de la Preparatoria Yan, y tenía mis dudas. Pero aún no le había dicho a Kenta los entresijos de lo que hablamos, y estaba ansioso por obtener su opinión imparcial desde la perspectiva de un espectador.

—Hmm, los acosadores tienen esta reputación de usar la fuerza contra las personas a las que acechan, pero ¿y si su fetiche es más como… descubrir cosas sobre ella o algo así?

¿Fetiche? No esperaba escuchar esa palabra. Me quedé callado y asentí, indicándole que continuara.

—Solo digo que es una posibilidad. Una persona con un fetiche de acosar, disfrutan acosar. Solo lo hace más emocionante para ellos. O tal vez están buscando la emoción de observar a su objetivo, viendo cómo el miedo se apodera de ella cuando se da cuenta de que la están siguiendo.

—Es asombroso cómo funciona tu mente, Kenta. Nunca hubiera pensado en algo tan espeluznante y asqueroso.

Kenta dejó escapar un pequeño “Heh” y levantó el puente de sus gafas.

—Niego con vehemencia que soy un conocedor de todas las formas concebibles de novelas ligeras, anime y novelas visuales.

—Ciertamente espero que no te hayas expuesto a ningún contenido R-18, Kenta.

—¡Ejem! ¡Ejem!

Aun así, esta era una forma interesante de pensar al respecto.

Las personas como yo, nos enfocamos en priorizar el resultado final.

Si el objetivo final del acosador era salir con Yuzuki, o al menos entablar algún tipo de relación física con ella, entonces había muchas otras formas más efectivas de lograrlo. Una persona en su sano juicio iría con uno de esos primero, ¿verdad?