Monogatari (NL)

Volumen 11

Capitulo Furtivo: Tiempo Shiobu

Parte 4

Al girar estaba justo delante de nosotros.

La Oscuridad.

Casi como si se tratara de una trampa que nos esperaba allí todo el tiempo.

“… ¡Nkk!”

No pude distinguir nuestra distancia de ello.

O tal vez no la hubo desde el principio—con este fenómeno.

Como si siempre estuviera ahí, y si estuviera lejos o cerca no importara—¡mierda!

Ya no podía cambiar de dirección, sólo había girado el manillar hasta donde podía hacerlo. Creyendo que huía con decisión, sin fallos, acabé por poner punto final al juego de las traes sumergiéndome directamente en la Oscuridad.

Ruina absoluta. Autodestrucción. Una escapada completamente inútil.

Corriendo, confundido, de una cosa confusa, atrapado de una forma confusa—terminé confundido.

“Urrg.” Pero.

Pero Hachikuji, al menos—

“Mrrgh, mrrgh, mrrgh.”

Todavía estaba mordiendo mi espalda.

Puede que se lo haya pedido, pero qué cosa para hacer al final de la línea.

Estaba arruinando el ambiente serio.

Pero de alguna manera tenía que despegarme a Hachikuji, que literalmente me clavó los dientes, y dejarla escapar—¡escapar!

Esta chica, al menos— “—Unlimited Rulebook.” Y luego.

Oí una voz tranquila y sosegada procedente de algún lugar—y escapó de golpe.

No la Oscuridad al acecho. Yo.

Nosotros.

Parecía que un martillo gigante nos había hecho volar—y quizás eso describía el fenómeno real.

Una excentricidad brutalmente física mucho más definida que la Oscuridad.

Cuando me di cuenta, Hachikuji y yo habíamos salido despedidos hacia el carril contrario. Algún tipo de cosa había sucedido y nos había rescatado.

Sólo nuestras ruedas no lo consiguieron, y mi bicicleta de abuelita pareció ser tragada por la Oscuridad, desapareciendo sin dejar rastro.

“¡…!”

Después de todo este tiempo…

Después de haber sobrevivido a una crisis tras otra junto a mí, mi bicicleta de abuelita finalmente abandonó este mundo… Fue todo un shock.

Estaba tan deprimido que podía morir.

¿Qué iba a montar a la escuela al día siguiente? “Oni no Onii-chan, por aquí.”

Y allí, de repente, estaba Ononoki-chan. Ononoki Yotsugi.

Una preadolescente inexpresiva—cuyo atuendo, terriblemente adornado, bonito y visualmente bastante llamativo, quedaba desequilibrado por su inexpresividad.

Como un muñeco que se esfuerza demasiado por actuar como humano.

Sin embargo, no puede evitarlo.

Aunque no es una muñeca, tampoco es humana. Ella también es una excentricidad.

Una excentricidad conocida como Ononoki Yotsugi. Familiar de cierta hechicera onmyoji violenta— “¿Eh? Espera, Ononoki-chan… ¿Por qué estás aquí?” “¿Qué quieres decir? Te vi ayer mismo.”

¿Lo hizo? Lo hizo.

Gracias a mi viaje en el tiempo, esos recuerdos no estaban sincronizados con la realidad—¿era como el jet lag?

Ononoki-chan había aparecido tan abruptamente como la Oscuridad, pero a juzgar por la situación, parecía habernos salvado a Hachikuji y a mí.

“G-Gracias—”

“Puede que sea un poco pronto para darme las gracias.” Prácticamente susurró Ononoki.

Tenía toda la razón.

La amenazante Oscuridad seguía en la calle—no se había desvanecido ni nada parecido, seguía existiendo allí mismo.

Que una Oscuridad que no podíamos siguiese existiendo es una formulación bastante extraña, pero a fin de cuentas era ese tipo de fenómeno.

“Oni no Onii-chan, ¿qué… es eso?”

“¿Eh?” Yo fui el desconcertado ante su pregunta. “¿En serio, Ononoki-chan? ¿No es tu papel aparecer de la nada, salvarme y explicarlo todo?”

“No estoy segura de poder manejar tus elevadas expectativas…” Sin expresión alguna, Ononoki-chan parecía abrumada.

Bueno, no es de extrañar.

El hecho de salvarnos merece nuestro agradecimiento.

Aunque Oshino podría decir que la gente va y se salva por su cuenta.

“Hachikuji…”

En cuanto a Hachikuji—

Con sus brazos alrededor de mi torso, todavía agarrando mi cuerpo e incluso mordiendo la carne de mi espalda, la chica fantasma Hachikuji Mayoi se había desmayado, por lo que pude comprobar.

¿Qué tan mentalmente débil era ella? Me has decepcionado mucho.

“…”

Me la arranqué de encima.

Independientemente de lo que fuéramos a hacer a continuación, la única actividad que se adaptaba a su postura era montar juntos en bicicleta. Aflojar su agarre era una cosa, pero sacar sus dientes de mi espalda fue bastante duro.

Tal vez tenía diez mil de ellos.

“Hay que ver…” Dijo Ononoki-chan.

Era difícil leer sus emociones a partir de su voz sin ton ni son, en cierto modo era como la antigua Senjougahara. Por eso siento cierta afinidad con Ononoki-chan.

“Te he salvado por descuido, pero a este paso quizá debería haberte dejado en paz… ¿Me he metido en algún asunto confuso? Hablando de mala suerte, simplemente dale un respiro a mi existencia.”

Así es, pensé en como solía hablar de sí misma, aquella excentricidad que cronológicamente había visto ayer mismo pero que internamente sentía que no había visto en un buen y largo tiempo, Ononoki-chan habla de sí misma de forma impersonal.

“No digas que deberías habernos dejado solos… La vida es algo valioso.”

“¿Lo dice un vampiro inmortal?” Replicó Ononoki-chan. “¿Y esa chica es el fantasma que mencionaste ayer? Ciertamente lleva una mochila… Así que has conseguido devolverla. Bien.”

“Ayer…”

¿Mencioné a Hachikuji?

Fue hace tanto tiempo que no lo recordaba.

Bueno, además de ser una excentricidad, Ononoki-chan trabajaba con frecuencia junto a un especialista, aunque fuera como familiar, así que supongo que era natural… pero podía verla.

Ononoki-chan pudo ver a Hachikuji.

Y con la misma naturalidad—también a la Oscuridad. “Oni no Onii-chan.”

“Sí.”

“¿Qué quieres hacer?” “¿Qué quiero hacer?”

“Con eso.” Señaló Ononoki-chan.

Con su dedo índice, a la Oscuridad en la calle.

Señaló a la inmóvil Oscuridad, que parecía observarnos como si fuera ello lo que nos “presenciaba”.

Apuntar.

Para Ononoki-chan, ya es una maniobra ofensiva. Unlimited Rulebook.

Sólo tenía que señalar para activarlo.

Su poder era algo que mi cuerpo conocía de primera mano. No mi cuerpo, técnicamente, sino la mitad de mi cuerpo. “¿Luchar?” Preguntó. “¿O huir?”

“Huir.” Respondí inmediatamente. “No es el tipo de cosa que se intenta combatir.”

“Sí. Estoy de acuerdo.”

Pensé que se burlaría de mí por ser un cobarde, pero enseguida bajó el dedo. Casi como si ese fuera su plan desde el principio—en serio, no había forma de leer a esa chica.

Inescrutable, como la vieja Senjougahara.

“Estamos huyendo. Sujete a esa niña, Oni no Onii-chan.” “Entendido.”

“Tan suavemente como puedas, lentamente, sin hacer ningún ruido.

Esa cosa podría reaccionar y atacar.” “…”

¿Era una bestia o qué? Bueno, es cierto, las excentricidades pueden ser animales, primitivamente hablando, y suelen tener un motivo de criatura.

No es que cualquier bestia pueda ser la propia oscuridad…

En cualquier caso, hice lo que dijo Ononoki-chan y levanté lentamente el cuerpo de Hachikuji. Sin hacer ruido, deslicé una mano bajo su cuello, comprobé el interior de su falda, sujeté sus piernas y la acuné contra mi pecho.

“Siento que has añadido una acción innecesaria en el proceso.” “¿Perdón? ¿Y si hubiera una excentricidad dentro de su falda?”

“Vaya excusa, bastardo.” Regañó Ononoki-chan, de forma algo abrasiva.

Supuse que era la influencia de su onmyoji en ella, pero sus rasgos de carácter pueden ser bastante inconsistentes.

“De acuerdo.” Y luego.

Casi en el momento en que me puse de pie con Hachikuji en una supuesta carga nupcial, Ononoki-chan me agarró por el cuello.

“Unlimited Rulebook: Edición Escapista.”