Monogatari (NL)

Volumen 11

Capitulo Furtivo: Tiempo Shiobu

Parte 3

Si me preguntas qué es, es un misterio.

Un enigma.

Es la única respuesta que puedo dar.

Pero no porque Hachikuji… o yo careciéramos de conocimientos sobre las excentricidades. Bueno, por supuesto que en parte también fue eso… pero no la única razón.

Digo esto porque nosotros—o al menos yo—no podíamos saber si era siquiera una excentricidad.

No pude identificar lo que era. Ya que no pude verlo.

Aunque parezca una contradicción decir que he visto algo que no podía ver, en este caso sería la expresión más adecuada.

Aunque no podía verlo, no era en absoluto transparente—mientras tanto, con la chica fantasma conocida como Hachikuji Mayoi, a la que la gente normal no podía presenciar, como hemos discutido antes (no voy a hacer un chiste de “abandono del fantasma”. Sería poco gracioso e inapropiado), no es necesariamente que “no pueda ser vista”, porque no ser testigo significa rechazar incluso el reconocimiento de que no puede ser vista.

Sin darte cuenta de que no puedes verlo. En otras palabras, no está ahí.

Lo que no se puede reconocer no existe. Esa lógica se mantiene en los confines del cerebro humano, al menos.

Y en este caso fui—capaz de reconocerlo, lo que no podía ver.

Reconocí que no se podía ver—porque después de todo.

Allí había una oscuridad.

Una oscuridad—una negrura, si quieres. O simplemente negro.

Repito, era pleno día, un día de verano, con la luz del sol cayendo sobre nosotros desde el cielo.

Un tiempo que podía hacer que empezaras a sudar sólo con estar parado—fue en un entorno con una visibilidad simplemente excelente que apareció de la nada.

Esa Oscuridad. “…”

Podría… tratar de interpretar este fenómeno.

La visión se basa en los reflejos y las longitudes de onda de la luz, de modo que si algo no la refleja, la zona se “muestra” como negra; por ejemplo, el carbón se ve tan negro porque tiene un alto índice de absorción de la luz, o mejor aún, los agujeros negros nunca pueden ser observados por el ojo porque lo doblan y succionan todo hacia ellos, incluida la luz.

Sólo que no estábamos en el espacio.

No hay manera de que un agujero negro haya surgido. De ninguna manera estaría bien si un agujero negro apareciera tan cerca de mí— pero incluso considerándolo, no.

En realidad, no.

Incluso si eso—incluso si esta Oscuridad no era un agujero negro, si era sólo un trozo de carbón, no había ninguna garantía de que yo, o nosotros, estuviéramos bien…

Parecía que la Oscuridad se movía. Apenas.

“… ¡Nkk!”

Fue por instinto. Intuición.

Un mal presentimiento.

Si insistes, fue la experiencia.

Inmediatamente me puse a horcajadas en mi bicicleta, y Hachikuji no tardó en actuar, ya que, a pesar de su firme negativa anterior a viajar conmigo, se subió al portaequipajes.

“¡Pedalea, por favor!” “¡Lo sé!”

Dirigido por Hachikuji por alguna razón, comencé a pedalear, tan fuerte como pude, a la máxima velocidad desde la primera bajada.

Quería explotar la fuerza de mis piernas como vampiro, pero desgraciadamente no servía para mucho en el medio del día.

Es cierto que, sometida a toda la fuerza de las piernas de un vampiro, ninguna bicicleta de “abuelita” podría sostenerse por sí misma (probablemente la cadena saldría disparada), por lo que simplemente correr, como un humano resuelto a no morir, podría haber sido lo más adecuado.

Sentí que desde que Kanbaru destruyó mi bicicleta de montaña, realmente estaba abusando de esta bicicleta de abuelita—sí, realmente merecía un trabajo de mantenimiento, y pronto.

“¡Raaaaaaaaaaaaagh!”

Por supuesto, eso era sólo si teníamos algún futuro que mantener. En cualquier caso, pedaleé todo lo que pude.

Al parecer, las bicicletas también pueden infringir el límite de velocidad según la Ley de Tráfico de Japón, pero ignoré este hecho todo lo que pude.

Para mí, hay cosas que merecen ser protegidas más que la ley. Entre ellas está mi propia vida.

Podría atropellar a un peatón si bajara a esta velocidad por la acera, así que bajé a la carretera y empecé a ir aún más rápido.

“¡Hachikuji!”

“¡Sí!”

“¡Comprueba detrás de nosotros! ¡¿Nos está siguiendo esa cosa?!”

“¡Um!” Hachikuji pareció girar la cabeza. Después de un momento o dos, gritó: “¡Algo así!”

Ahora que lo pienso, aunque conocía a Hachikuji desde hacía mucho tiempo, sólo había charlado con ella en la carretera y nunca la había visto tan alterada.

Tal vez las otras veces fueron, bueno, cuando la agredí.

“¡Es decir, cada vez que nos encontramos!” Bromeó obedientemente incluso en esta ocasión.

Qué buen chico.

Podríamos ser amigos para toda la vida.

“Cuando dices que algo así… ¡¿Algo así cómo?!”

“Um, bueno, como que está ahí cuando te das cuenta. Como que no está cerca, pero no está lejos…”

“¿?”

La frase era bastante ambigua para los estándares de Hachikuji.

Pero no podía culparla.

Al fin y al cabo, esa Oscuridad no se podía ver, por lo que su distancia tampoco se podía calcular con exactitud.

No, no sólo su distancia.

Su tamaño… su alcance y escala, por así decirlo, también eran un enigma.

Sólo sabíamos que acechaba allí… o más bien, que “existía” allí, y teníamos que juzgarlo basándonos en el paisaje circundante, pero eso podía cambiar en un instante si cambiabas de ángulo.

Además, nos movíamos a gran velocidad en bicicleta.

Por supuesto, sus palabras eran ambiguas, pero en cualquier caso, el hecho de que pareciera venir a por nosotros era suficiente.

“¡Bien, lo tengo! ¡No hay necesidad de comprobar más!”

En lugar de pedalear de pie, me senté. Era más rápido cuando estaba de pie en términos de velocidad pura, pero la carga detrás de mí, una chica joven, hizo que fuera una historia diferente.

“¡Hachikuji! ¡Agárrate a mi espalda!” “¡De ninguna manera!”

“¡No te niegues, idiota! ¡Estoy desequilibrado!” “¡Tsk!”

Con un chasquido de lengua muy impropio de una chica joven, Hachikuji cumplió de lo que probablemente era una forma reticente.

Esto combinó nuestros centros de gravedad, permitiéndome ir aún más rápido, sin mencionar que corría el riesgo de arrojar a Hachikuji si pedaleaba a toda velocidad mientras estaba de pie.

“¡¿Sería mejor que tirara mi mochila?!”

“Que va…”

Para ser honesto, habría estado agradecido si lo hubiera hecho. No estaba seguro de si la chica fantasma tenía algún peso o si lo estaba sintiendo por mi cuenta, pero real o no, más pesado significaba más pesado.

En otras palabras, como la propia Hachikuji, la mochila se sentía tan pesada como parecía. Si la arrojaba, podía esperar ir aún más rápido… Así de grande era.

“¡No tienes que tirarla!”

“Pero… ¡puedo volver a por ella más tarde!” “¡He dicho que está bien!”

Era su propia sugerencia, y tenía razón en que podía recogerla más tarde. La idea de Hachikuji era absolutamente sensata, pero de alguna manera se sentía mal.

Nuestra velocidad podría caer si lo hiciera. O eso me imaginaba.

Al fin y al cabo era sólo mi imaginación, pero he vivido toda mi vida fiel a lo que imaginaba.

“¡En cambio, Hachikuji, abrázame más fuerte, como si quisieras fundirte conmigo!”

“¡Está bien!”

“¡Empuja tu pecho aún más fuerte hacia mí!”

“¡¿De esta forma?!”

Quizás porque era una emergencia, una vez que Hachikuji se decidió, me obedeció dócilmente.

Su cuerpo, maduro para ser el de una niña de quinto grado, se apretó sin miramientos contra el mío—convirtiendo esta alegría en energía, pedaleé aún más fuerte.

“¡Hachikuji! ¡Aférrate como si quisieras envolver mi cuerpo!” “¡Está bien!”

Hachikuji, probablemente un poco confundida, estaba a mi disposición.

Nunca sabías lo que te deparaba la vida, ya fuera sentir a Hachikuji por toda la espalda o ser perseguido por una inexplicable Oscuridad.

Puede que tenga que ofrecer una excusa en este punto.

Claro, es comprensible asustarse por una misteriosa Oscuridad que aparece de la nada, pero ¿por qué comprometerse tan a fondo con la huida? Se preguntarán algunos. ¿Por qué alejarse desesperadamente de algo que, aunque desconocido, podría no ser peligroso?

Permíteme que te responda.

¡Sí!

¡Necesitaba de forma absoluta tomar distancia!

Si crees que eso es patético, pues adelante, piensa todo lo que quieras, pero ¡cuántas veces he tenido que pasar por un infierno por no haber corrido cuando debía como ahora!

¡Soy un veterano!

Habiendo sido testigo de todo tipo de fenómenos “sospechosos” desde las vacaciones de primavera y habiendo luchado contra ellos, puedo afirmar que en ese momento estaba siguiendo el curso de acción correcto al cien por cien.

Ahora era el momento de correr.

¡De ninguna manera iba a permitirme enfrentarme a esa Oscuridad!

Una cosa sería si sólo estuviera en juego mi persona, pero ahora mismo tenía que proteger a mi querida amiga Hachikuji Mayoi-chan.

… ¿Hm?

¿Cuál es mi excusa para aprovechar el caos para saborear a esa querida amiga en mi espalda?

Bueno, no tengo nada para ti.

No estoy avergonzado, en absoluto. “¡Araragi-san!”

“¡¿Qué pasa, doble-pechos?!”

“¡Viene por nosotros!”

“¡!”

Le había dicho que ya no tenía que mirar hacia atrás, pero parecía que lo había hecho—como no había ningún cambio particular en la sensación de mi espalda, debía de haberse contorsionado.

Como si hubiese torcido su cuello 180 grados. Fue bastante aterrador visualizarlo.

“¡Puede que se esté acercando!” Advirtió. “¡Pensé que no podías decirlo!”

“B-Bueno… no puedo, no la distancia, pero se siente opresivo…” “¡!”

El testimonio de Hachikuji tenía aún menos sentido ahora—a este paso, quizá tuviera que darme la vuelta para comprobar la Oscuridad… Pero no, eso podría ser una mala idea…

Reconocimiento.

Si la Oscuridad era una excentricidad, había que reconocerla, pero también había riesgos al reconocer una excentricidad.

Bastante grandes.

Algunas excentricidades te maldicen simplemente por observarlas—“surgen” al ser vistas. Es decir, la Oscuridad puede ser una excentricidad que se activa al ser vista.

Es cierto, en ese caso, ya la había visto, así que tal vez no tenía sentido apartar los ojos ahora.

Tal vez no tenía sentido tratar de ver o no ver un fantasma. “¡Hachikuji! ¡Deja de mirarlo!”

“¡Pero, pero!”

“¡Sé una buena chica y besa mi espalda!” “¡Está bien!”

Era difícil decir si mi misteriosa petición era romántica o humillante, pero de todos modos Hachikuji cumplió.

Sin embargo, sólo consiguió que mi camisa se empapara de saliva y se sintiera asquerosa.

“Fshh, fshh, fshh. Mhhm, mhhm, mhhm… Mrrgh, mrrgh.” “…”

Al final dio miedo.

No me comas la espalda.

Recordé haber oído que los caracoles tienen más de diez mil dientes, de hecho… ¿Mi espalda estaba en peligro?

Mi voluntad no es tan inquebrantable como para tener derecho a criticar a los demás, pero parecía que a Hachikuji Mayoi le faltaba dureza mental.

Ser tan débil ante la adversidad era raro.

En realidad, ¿no era raro que algún personaje de la historia fuera débil ante la adversidad? Entonces no tendrías ninguna historia que contar.

Vamos, muestra tu brillantez.

¿Su habitual actitud imperturbable era sólo una máscara endeble? “¡!”

Y luego.

La vi por descuido.

A la Oscuridad—no es que me haya dado la vuelta.

Pero las ciudades son curiosas, tienen espejos por todas partes, ya sea para facilitar la transformación de Kamen Rider Ryuki, en los cruces de tráfico, por ejemplo.

Y fue en uno de esos espejos.

Que accidentalmente vi la Oscuridad.

Pareció crecer en el momento en que lo hice, aunque puede que fuera mi imaginación.

¿Mi imaginación? Entonces—eso era todo. Gwip.

Giré el manillar de mi bicicleta como si quisiera escapar no sólo de la Oscuridad sino del espejo en el que se reflejaba.

Básicamente, me deslizaba sobre mis neumáticos y casi me caí, pero de alguna manera mantuve el equilibrio, inclinándome casi lo suficiente como para rasparme la mejilla en el asfalto.

Sentí que estaba en un ángulo de 170 grados.

Me asombra que haya podido volver a estar erguido. “¡Hachikuji! ¡¿Estás bien?!”

“¡Me rompí una de mis antenas!” “¡¿No es eso realmente malo?!”

Y espera, ¿los humanos tienen antenas?

Supongo que sería la piel, pero ¿su piel se puede romper? “¡Me he expresado mal! ¡Una de mis coletas se ha soltado!”

“Oh…”

Me había asustado para nada.

“Además.” Dijo. “El hombro de mi blusa se rompió un poco.” “¡¿Segura que estas bien?!”

“Sí, es sólo mi ropa… ¡Pero con parte de mi peinado deshecho y mi blusa rota, parece que estoy en medio de un asalto y un secuestro por tu parte! ¡Esa es la imagen!”

“¡Eso no está bien en absoluto!” Eran malas noticias para mi futuro.

¿Qué me iba a pasar? “… Nck.”

Pero entonces se me acercó otro peligro más inminente. Para ser precisos, me estaba acercando a ello.

Al final de nuestra dura curva había un semáforo, de todas las cosas. Ya sabes, una de esas cosas rojas, amarillas y verdes.

No.

No era rojo, amarillo y verde, estaba en rojo. “… ¡Nkk!”

Tenía, bueno, dos opciones.

Era ridículo pensar en ello, pero dos. Comerme la luz, o no lo hacerlo.

Mirando a mi alrededor mientras avanzaba, no vi ni peatones ni vehículos. Incluso si ignoraba la señal, no pisaba los frenos y cruzaba el semáforo en línea recta, probablemente no causaría ningún tipo de accidente.

No lo haría, pero. “¡Tsk!”

Una vez más, giré el manillar. Una luz roja.

Sintiendo a Hachikuji contra mi espalda, no podía ignorar la luz. Aunque no fuera a provocar un accidente, no podía, no mientras llevaba a Hachikuji, que había muerto hace once años en un accidente de tráfico, detrás de mí.

Pero allí es donde fallé.

No, es difícil llamar a una parte de ello un error, ya que no podría haber hecho el giro, en cualquier caso, sin pisar los frenos y reducir la velocidad.

El problema fue mi otro fallo. Sí, lo había olvidado.

Iba por la carretera, así que las señales significaban algo diferente. Si el semáforo que tenía delante estaba en rojo, cualquier giro, ya fuera a la derecha o a la izquierda, estaba tan prohibido como seguir recto.

Tienes que detenerte cuando el semáforo está en rojo.

Incapaz de mantener esa regla—al no hacerlo con Hachikuji a cuestas—, no había lugar para la piedad y el cielo me castigaría por ello.