Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 7

Capitulo 7: ¿A Quién Le Importa Si Eres Un Dios?

Parte 3

Mientras caminaba, Ende le contó todo lo que sabía sobre el Dios Maligno. Se mostraba escéptico acerca de cualquier información que le diera, pero aun así parecía que valía la pena tenerla en cuenta.

Finalmente llegó al final del pasillo.

Había una puerta allí… una puerta corrediza ordinaria como una que se puede ver en cualquier salón de clases. Yuichi la abrió y salió a una habitación rodeada de anillos.

Era lo opuesto a la sala en la que había estado caminando: las paredes y el piso estaban hechos de piedra, y en su extravagancia y tranquilidad, parecía digno del nombre de ‘territorio sagrado’. Pero también estaba lleno de olor a sangre.

Quizás esto era natural en el reino del Dios Maligno, pero también había cadáveres esparcidos a su alrededor. La mayoría de ellos estaban deformados, con nada más que la mitad inferior.

“¡Estoy tan cansada de esperar! ¡No hay nada aquí! ¿Qué podría estar haciendo?” Podía escuchar la voz de Mutsuko proveniente del centro de la habitación.

Directamente delante de él, en el medio de la habitación, Mutsuko estaba atada a una cruz.

“¿Qué estás haciendo, Nee-chan? ¿Te traicionaron o algo así?” Demandó Yuichi.

Tenía las manos, los pies y el torso atados con cadenas, y estaba cubierta de sangre, lo que sugiere que la habían golpeado.

Tres figuras se pararon frente a la cruz, presumiblemente el Dios Maligno.

Hiromichi Rokuhara, portando una katana.

Un hombre delgado con alas.

Una mujer sin ojos que era una serpiente por debajo de la cintura. Un aura amenazante flotaba alrededor de cada uno de ellos. “Olvidé mencionar esto, pero ahora el Dios Maligno es una

trinidad.” Dijo Ende desde donde se aferraba a su espalda.

“Sí, lo tengo.” Yuichi bajó a Ende. Podría ser peligroso para ella dentro de la habitación, pero si quería ver cómo resultaban las cosas, esta era su única opción. “Oye, ¿por qué ataste a mi tonta hermana mayor?”

“¡¿Me acabas de llamar tonta, Yu?! ¡Es una tontería decirlo!” Respondió Mutsuko. No tenía su contundencia habitual, tal vez porque sabía que era responsable del lío en el que estaba.

“Pensé que sería gracioso si ella estuviera muerta cuando llegaras aquí.” Dijo Hiromichi. “Pero pensé que, si llegabas aquí y aun así no podías salvarla, eso causaría una desesperación aún más profunda. ¿No es así?”

La entidad tenía la cara de Hiromichi y hablaba con su voz, pero Ende había dicho que Hiromichi estaba muerto y que este era el Dios Maligno, cuya personalidad estaba simplemente influenciada por el chico que habían conocido.

Yuichi había estado pensando en su lucha contra el Dios Maligno como algo inevitable a regañadientes. Las vidas de las personas de su escuela estaban en juego y, dada la forma en que habían ido las cosas, no podía simplemente abandonarlas. Había estado actuando principalmente por sentido del deber.

Pero ahora era diferente. En el momento en que vio a su hermana allí, atada y apática, esto se había convertido en la pelea personal de Yuichi.

Él estaba enojado.

Iba a aplastar a los que le habían hecho esto a su hermana mayor.

Tomó esa decisión en un instante.

Con pasos perfectamente naturales, Yuichi comenzó a caminar hacia Hiromichi.

***

“Recuerdo que antes tuviste un enfrentamiento con mi avatar.

¿Estás  pensando  en  utilizar  el  mismo  movimiento  dos   veces?” Preguntó el Dios Maligno.

Los tres compartieron los recuerdos del avatar. Recordaron lo que Yuichi había hecho la última vez.

“Hmm, realmente pareces estar enojado.” Agregó.

Yuichi no estaba tratando de ocultar su enojo, pero tampoco estaba actuando imprudentemente; cada uno de sus movimientos transmitía calma. Por supuesto, nada de lo que hiciera funcionaría con ellos. Yuichi parecía tener confianza en su velocidad, pero podrían robarle esa habilidad.

Yuichi estaba en el rango del Devorador de Habilidades. El Devorador de Habilidades fue activado.

El puño de Yuichi estaba en sus entrañas. “¿Eh?”

No pudieron robar la habilidad. Sus defensas habían sido violadas. Ellos no entendieron.

Habían probado antes su destreza defensiva; no importa cuántas veces hayan sido atacados, ni siquiera deberían poder sentir dolor. Sin embargo, el cuerpo de Hiromichi, como parte del Dios Maligno, se tambaleó de dolor.

“¿Exactamente qué diablos es una ‘habilidad’? Si estás hablando de una técnica, eso no es algo que puedas quitarle a una persona.” Dijo Yuichi, respondiendo la pregunta en la mente del Dios Maligno.

“¡Maldita sea!” El Dios Maligno blandió la espada.

Usó Cortador Dimensional. No había defensa que pudiera detener esta habilidad.

Funcionaría perfectamente contra cualquier oponente.

Pero Yuichi se agachó y lo esquivó, y al mismo tiempo arremetió con el pie.

La mano de Hiromichi no pudo resistir la fuerza y la katana salió volando.

Con ojos vidriosos, el Dios Maligno miró los dedos de Hiromichi, que estaban doblados en direcciones imposibles.

“¿Y qué pasa si puedes atravesar cualquier cosa? La mayoría de las espadas ya te matarán si te golpean, al igual que las balas.” Dijo Yuichi.

La fuerza de Yuichi desafió el sentido común. Esto fue imposible.

El Dios Maligno estaba confundido.

Incluso si habían asumido prioridades vulgares al mezclarse con Hiromichi, un dios seguía siendo un dios. Es imposible que un humano los golpee. Sin embargo, el Dios Maligno no pudo seguir el ritmo de los movimientos de Yuichi.

Formaron un puño con los dedos rotos de Hiromichi y lo balancearon tan fuerte como pudieron. Fue un golpe lo suficientemente poderoso como para arrancarle la cabeza a una persona.

Una vez que golpeara, se acabaría.

Pero Yuichi no lo esquivó. Dio un paso hacia adelante y golpeó con los dedos extendidos, un golpe penetrante.

El brazo de Yuichi se movió hacia adelante, atravesando el golpe de Hiromichi, y continuó con su avance.

Las rodillas de Hiromichi se doblaron; solo hacer contacto con Yuichi lo había desequilibrado.

Yuichi hundió sus dedos extendidos en el pecho de Hiromichi. Rompiendo el esternón, sus dedos se clavaron en el corazón del cuerpo y arrancaron el núcleo que estaba dentro.

“No es este, ¿eh?” Dijo Yuichi, aplastando el núcleo antes de desaparecer inmediatamente de la vista de Hiromichi.

Las losas se rompieron con un sonido explosivo.

El Dios Maligno trató de usar el órgano de pozo de la mujer- serpiente para buscar la ubicación de Yuichi, pero fue inútil.

La mujer-serpiente ya había sido partida por la mitad, cortada por el centro dentro de su estómago.

El Dios Maligno miró a Yuichi a través de los ojos del hombre alado.

Yuichi ya había hecho su ataque.

Una hoja afilada sobresalía de la espalda del hombre alado. Una espada que había salido del codo de Yuichi le había atravesado el corazón.

Había ensartado el verdadero núcleo que controlaba la trinidad.

“¿Qué diablos pasó?” Ende miró, estupefacta, mientras veía a Yuichi desencadenar a Mutsuko.

Sin estar bajo la influencia de Mutsuko, Yuichi no debería haber tenido las habilidades para hacer las cosas que ella quería que hiciera. Incluso ahora, no debería haber efectos de cosmovisión compartida entre ellos dos.

Sin embargo, Yuichi había despachado al Dios Maligno con facilidad.

El hecho de que hubiera aplastado su núcleo significaba que nunca volvería a revivir.

El Dios Maligno ahora estaba muerto.

Y Yuichi y Mutsuko se estaban acercando.

***

Lo siguiente que supo fue que Ende estaba caminando por el pasillo en espiral hacia la salida.

“¿Que está pasando aquí?” Ende volvió en sí y le preguntó a Mutsuko, que caminaba a su lado.

Yuichi caminaba un poco por delante de ellas, tal vez como medida de seguridad.

“¿Oh eso?” Preguntó Mutsuko. “¡Fue una de esas cosas de manga shonen en las que ‘mi verdadero poder ha sido sellado’, por supuesto!”

“¿Eh?”

“Yu es una persona a la que catalogarías como alguien con… talento natural.”

“Um, eso en serio no es una explicación suficiente…” Dijo Ende.

Claramente tenía talento natural, pero era imposible pensar que sería suficiente para derrotar a un dios.

“¡Así es como lo vi!” Declaró Mutsuko. “Si lo criara para que pudiera hacer cualquier cosa con facilidad, no saldría muy bien,

¿verdad? La gente tiene que trabajar lo más duro que pueda, apretar los dientes, afrontar reveses y volver a levantarse. Y como eso es lo que pensé, ¡así resultó!”

La cosmovisión de un poseedor de cosmovisión estuvo muy influenciada por los pensamientos y deseos de esa persona. Probablemente por eso la cosmovisión de Mutsuko era: ‘Un Mundo Implacable que Recompensa Sólo el Esfuerzo’.

“¡No puedo aceptarlo!” Exclamó Ende. “¿El ‘talento natural’ venció al Protagonista de una historia? ¡¿Derrotó a un dios maligno que ha existido desde los albores de la civilización?!”

“En realidad, puedes usar el Lector de Almas, ¿verdad?” Dijo Mutsuko. “¿Qué dijo cuándo miraste a Yu?”

“¡Solo decía ‘Yu’! ¡No significó nada!”

“Así lo ves cuando soy la figura central, ¿verdad? ¿Y desde otros puntos de vista?”

Ende activó su Lector de Almas y miró a Yuichi, que caminaba delante de ellos. A diferencia del Lector de Almas de Yuichi, el de Ende estaba completo. Podía encenderlo y apagarlo libremente y ver información más detallada.

Las palabras sobre la cabeza de Yuichi ahora decían: “El Último en Pie: La Línea de Defensa de la Humanidad. Guardián del Mundo Centrado en el ser Humano en el que Vivimos Actualmente. Lucha Contra Aquellos que Intentan Cambiar el Orden Mundial y Modificarlo para Centrarse en Dioses y Criaturas Míticas”.

“¡Eso es demasiado largo! ¡¿Qué demonios?!” Exclamó Ende.

“Dioses, yokai, monstruos, gente de mundos de fantasía… todos esos son sueños imposibles creados por la imaginación de humanos totalmente comunes.” Dijo Mutsuko. “No existirían si no hubiera humanos alrededor. En sus propias mitologías, existían antes que los humanos… pero ¿podrían continuar existiendo si los humanos se fueran? ¿Son realmente tan estables?”

“¿Entonces Yuichi tiene el poder de negar su existencia?” Preguntó Ende.

“No es nada tan grandioso, no creo. Digamos que hay un mundo donde la gente puede usar la magia y otro donde la gente no puede.

¿Qué pasa si los dos chocan?”

“Terminas con un conflicto mundial. Los dos se fusionan, con el mundo más débil absorbido por el más fuerte. En la mayoría de los casos, el mundo más especial es más poderoso. Entonces, si eso sucediera, el mundo mágico sobrescribiría al normal.”

“Sí. Puede parecer así a simple vista, y Yu tampoco niega la existencia de dioses, yokai o magia. Pero no todo es tan unidireccional como parece. Dicha fusión significa que los dos mundos se mezclan para crear un mundo nuevo. Y Yu no piensa ni por un segundo que podría haber un enemigo al que no pueda vencer.”

“¿Quieres decir… que Yuichi Sakaki ha creado un mundo en el que es invencible?”

“Nada de ese estilo.” Dijo Mutsuko. “Pero puede asegurarse de que siempre haya una posibilidad de que pueda ganar. ¡Y si hay una posibilidad de que puede ganar, terminará ganando!” La confianza de Mutsuko parecía ser eterna y absoluta.

“¿Qué demonios…? Entonces, ¿cuál es el sentido del mundo implacable que recompensa solo el esfuerzo?” Se quejó Ende.

Ende había asumido que la cosmovisión era la razón por la que Yuichi Sakaki era tan fuerte. En un mundo donde los que se esforzaban eran los más fuertes, él siempre podía vencer a los que no se esforzaban.

“¡Eso es para que entrene!” Declaró Mutsuko. “¡Y cuando se desata, su esfuerzo se combina con su talento natural y lo hace aún más fuerte!”

“Lo haces sonar tan simple…” Ende seguía sin poder aceptarlo, pero como Yuichi Sakaki realmente había ganado, no tenía más remedio que hacerlo. “Bueno, todavía tengo preguntas, pero bien, supongo. Entonces, ¿qué eres, Mutsuko Sakaki? ¿Por qué sabes todo esto? ¿Por qué le presionaste con ese entrenamiento exagerado?”

“¡Jaja! Si alguna vez tenemos una segunda temporada, ¡te lo diré en ese momento!” Luego Mutsuko corrió hacia Yuichi, dejando a Ende confundida. “¡No puedo creer que hayas usado el sable, Yu! ¡Estoy tan feliz! ¡Sabía que querías usarlo desde la primera vez que te lo mostré!”

“¡Cállate! No sabía a lo que me iba a enfrentar aquí, ¡así que decidí tomar todas las cosas más peligrosas que pudiera cargar!”

El arma que había creado Mutsuko, llamada sable, estaba colocada en el antebrazo de Yuichi. Era una hoja que recorría su antebrazo hasta el codo y se abría cuando se disparaba. Al parecer, había venido aquí con el arma equipada y la usó para acabar con el Dios Maligno.

“Aww, ¿por qué te la estás quitando?” Se quejó Mutsuko. “¡No hay necesidad de ser tímido!”

“¡Estorba! ¡Y sigue sin ser retráctil!”

Yuichi se quitó el molesto sable de su brazo y lo arrojó al suelo.