Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 7

Capitulo 6: Por Alguna Razón, Es El Cliché De La Invasión Escolar

Parte 2

“No estoy segura de qué hacer en una situación como esta…” Murmuró Hanako, aparentemente tratando de escapar de la responsabilidad.

“Déjenmelo a mí, ¿de acuerdo?” La que hablaba era An Katagiri, que se levantó. Ella era la chica que tenía la palabra ‘Bruja’ cuando la miró por primera vez con el Lector de Almas. “Sakaki, ¿podrías unirte a mí por un momento?”

“¿Por qué yo?” Yuichi se acercó al atril mientras lo llamaban.

“Su túnica es probablemente una protección mágica.” Le murmuró An. “Será difícil lanzarle hechizos mientras la lleva puesta, así que

¿podrías quitársela?”

Al parecer, había elegido a Yuichi pensando que él sería del tipo que seguiría órdenes.

“Bien. Pero, ¿por qué no puedes tocar una protección mágica?” Recordó lo débil que era Aiko frente a los sutras budistas.

Le quitó el kimono al monje y lo dejó en ropa interior. An se agachó junto a él y agarró la cabeza del monje con ambas manos. De repente, los ojos del monje se abrieron de golpe y comenzó a murmurar algo.

¡Vaya, realmente da miedo!

“Eso debería bastar.” Dijo.

“¿Cómo vamos a explicar esto a los demás en la clase?” “Solo diles que lo convencí de que nos ayudara.” “Dudo que funcione.”

El monje se volvió a poner la bata, se puso de pie y salió del aula balanceándose sobre sus pies. No había ningún ruido de conmoción afuera, por lo que parecía que debía haber funcionado.

“¡Guau! ¡Katagiri le lanzó un hechizo o algo así!” Gritó Shota. Los otros compañeros de clase parecieron encontrar esto plausible, así que ese fue un problema resuelto.

Pero probablemente todavía no podemos salir del aula… Los demás todavía están de guardia afuera. Habían resuelto el problema inmediato, pero el problema fundamental no había cambiado.

Yuichi se acercó a Yuri. “Antes te dijeron que te fueras a casa.

¿Alguna idea de qué se trataba?”

“No, ninguna en absoluto. Pero si son oficiales de paz, probablemente fue por consideración a la situación de mi familia.”

“Hmm, pero en ese caso, ¿no estarías bien si sigues la orden de no salir del aula?”

No necesariamente podían confiar en el monje incluso si era un verdadero oficial de paz, pero parecía que su principal prioridad era no tener estudiantes vagando por los pasillos.

“Oye.” Le murmuró Yuichi. “¿Podrías hacer que la gente esperara aquí solo una hora más o menos? Se podría decir que realmente puede haber un asesino suelto, así que es mejor que nadie se vaya o algo así.”

La clase confiaba mucho en Yuri, por lo que Yuichi pensó que probablemente podría mantenerlos bajo control, al menos por un tiempo.

“Ciertamente, pero ¿qué vas a hacer?”

“Voy a investigar.”

Yuri se puso de pie en el atril y comenzó a hablar.

Con toda la atención puesta en ella, Yuichi se movió discretamente a la parte de atrás del salón y miró por la ventana para ver la situación afuera. Había una línea de tanques en el campo de atletismo, pero no mucha gente.

Aiko se acercó a él y comenzó a presionarlo para obtener información.

“¡Sakaki! ¿Qué está pasando? ¿Tú hiciste esto?”

“¿Por qué asumirías que soy yo quien está detrás de esto?” Yuichi se rascó la cabeza distraídamente.

“¿Entonces no tiene nada que ver contigo?”

“Podría, en realidad, y es por eso que voy a ir a comprobar.” Yuichi sacó su teléfono inteligente para intentar llamar a Furu Shinomiya. Habían sido visitados por un monje con un kimono de protección mágica, por lo que Yuichi sospechaba que podría estar relacionado con los cazadores de monstruos.

Pero su teléfono inteligente no tenía señal. “Debe estar bloqueándolos o algo…”

“Ah, tienes razón.” Aiko revisó su propio teléfono.

“No se puede hacer nada al respecto. Voy a salir un rato.” Yuichi regresó brevemente a su asiento y buscó en su bolso cualquier cosa que pudiera ser útil.

“¿A dónde vas?” Preguntó Aiko, después de haberlo seguido, curiosa por lo que estaba haciendo.

“A la clase de al lado. Allí hay una chica llamada Furu Shinomiya.

Puede que sepa algo.”

“¿Eh? Pero no puedes salir, ¿verdad?”

“No a través de la puerta, no.” Yuichi se acercó a la ventana y la abrió.

“¡¿Eh…?! En realidad, supongo que esto es lo que esperaría de ti…” Aiko pareció sorprendida al principio, pero se movió inmediatamente hacia la aceptación.

Volvió a comprobar el campo de atletismo. Deben haber asegurado completamente el área, porque ahora no había monjes.

Yuichi salió por la ventana y se estabilizó solo con la fuerza de sus dedos. Luego saltó al aula de al lado, se agarró al alféizar de la ventana y nuevamente se estabilizó.

Se asomó al salón de clases. Adentro solo estaban los estudiantes y el profesor.

Parecían un poco nerviosos, por lo que el monje debe haber terminado su explicación.

Yuichi revisó el interior del aula, pero Furu no estaba allí.

Si estaba trabajando con ellos, ¿la llevaron a algún lado?

Se preguntó qué debería hacer. Si esta situación estaba relacionada con el Dios Maligno, su mejor movimiento sería dirigirse al territorio sagrado, por lo que decidió moverse hacia el techo.

Había muchos asideros en las paredes exteriores de la escuela, incluidas las tuberías, lo que facilitaba que alguien con la destreza de Yuichi trepara, con el único inconveniente era el borde alrededor del borde del techo.

Yuichi asomó la cabeza por el borde para evaluar la situación.

Allí había una gran multitud de personas. No eran solo los monjes budistas; había una multitud diversa de personas con atuendos religiosos.

También se había montado un gran objeto parecido a un altar en el techo. Yuichi no pudo distinguir todos los detalles, pero los monjes parecían moverse inquietos a su alrededor.

La otra cosa que se destacó fue que parte de la cerca había sido cortada y se le había unido un conducto de escape. El túnel de tela unía el techo a una ventana en el segundo piso.

Se preguntó por qué no podían simplemente colocar una escalera desde abajo, pero tal vez no funcionaba de esa manera. Tal vez no puedas llegar al territorio sagrado a menos que lo hagas desde arriba.

Los monjes se amontonaban en el conducto de escape uno tras otro.

¿Son estos los especialistas del Dios Maligno?

Si era así, a Yuichi no le importaba dejárselo a ellos, pero le preocupaba que la escuela fuera bloqueada del modo como lo estaba. Aproximadamente la mitad de las personas que habían estado en el techo terminaron cayendo por el conducto de escape. El resto parecía estar preparando algún tipo de ritual.

Yuichi vio a Furu Shinomiya entre los que aún estaban en el techo.

Ella estaba de pie un poco lejos de los demás, luciendo un poco como un cabo suelto.

Yuichi se subió al techo, silenció sus pasos y se acercó a Furu por detrás.

“Oye.” Se dirigió a ella en voz baja.

“¿Eh?” Furu se dio la vuelta rápidamente. “¿Cómo has llegado hasta aquí? Pensé que había seguridad estricta hasta el techo…”

“¿Podemos hablar?”

“Podemos. Vayamos a algún lugar que no vean. No estoy a cargo de nada, así que probablemente no notarán que me he ido…”

Furu se dirigió al otro lado del bloque de escaleras, y Yuichi lo siguió.

Una vez que estuvieron en un punto ciego, Furu se inclinó ante él. “Lo siento.”

“¿Así que esto tiene algo que ver contigo?”

“Así es, ya que son los cazadores de monstruos de primera clase a los que llamé para sellar al Dios malvado.”

“Entonces, ¿qué está pasando?” Preguntó.

“Um, sellar al Dios Maligno requiere un hechizo poderoso, que a su vez requiere un gran catalizador…”

Yuichi infirió el resto del comportamiento vacilante de Furu. “¿Entonces van a sacrificar a la gente de la escuela? ¡Eso es una locura!

¡Hay más de mil personas en esta escuela!”

“¿Qué más se supone que deben hacer? Mil personas no es mucho contra toda la población del mundo…”

Era un problema tan grande que apenas podía comprenderlo. Pero Furu parecía creerlo, y claramente se estaban preparando para algún tipo de gran ritual aquí en el techo.

“Entonces, ¿qué pasa después?” Él demandó.

“Un grupo va a invadir el territorio sagrado del Dios Maligno. Si pueden detenerlo antes de que reviva, todo terminará sin incidentes. Pero si revive, usarán el ritual de sellado…”

Probablemente no tenía la obligación de decirle esto a Yuichi, como una forastera, sin embargo, estaba siendo completamente honesta con él. Quizás fue culpa.

“Bueno, probablemente revivirá.” Dijo Yuichi.

Mutsuko se aseguraría de que eso sucediera. Probablemente estaba interpretando alegremente el papel de villana en este momento. Yuichi podía estar seguro de eso.

“Esto probablemente será muy inconveniente para ti, así que permíteme disculparme de antemano.” Dijo. Solo tendría que entrar al territorio sagrado.

Yuichi reforzó su determinación y comenzó a caminar hacia adelante.

“Hey, ¿qué estás haciendo? ¡La entrada está fuertemente vigilada!”

“Voy a forzar mi camino. Si están dispuestos a matar a mil personas, no pueden quejarse si los golpeo un poco.”

“¡Eso no es de lo que estoy hablando! ¡No son cazadores de monstruos ordinarios! Un estudiante normal de secundaria no puede esperar…”

Aparentemente Furu no tenía intención de intentar detenerlo por la fuerza, así que Yuichi simplemente la ignoró y echó a correr. No quería volverse imprudente al respecto, pero tampoco podía permitirse tomarse su tiempo.

Había tres hombres haciendo guardia sobre la rampa. Todos llevaban hábitos de monje, que probablemente ofrecían una defensa contra los ataques mágicos. También llevaban shakujo, varas ornamentadas rematadas con anillos de latón.

Yuichi corrió, sus pasos en silencio. Ni siquiera lo notaron hasta que estuvo dentro del alcance.

El monje más cercano trató de preparar su shakujo, pero Yuichi lo golpeó con una fuerte patada, con la esperanza de que saliera volando.

Efectivamente el monje salió volando, golpeó a los otros dos y los envió al suelo.

Antes de que pudieran recuperarse, Yuichi se sumergió en el tubo de escape.

***

En ese momento, Mutsuko estaba caminando dentro del territorio sagrado con otros dos.

Yuichi tenía razón en que había otras formas de entrar.

La entrada que habían usado estaba disponible solo para aquel que hubiese recolectado todas las Vasijas Divinas, y tomó menos esfuerzo ingresar que saltar desde el techo.

La entrada estaba ubicada entre los árboles en un parque cerca de la Secundaria Seishin. Sería difícil notarlo de un vistazo.

Los tres caminaban por un pasillo de madera que parecía no terminar nunca. A la derecha estaban las aulas; a la izquierda, ventanas. Parecía haber un sinnúmero de ellas.

Parecía el antiguo edificio de la Escuela Secundaria Seishin, pero había algo extraño en el diseño.

El pasillo seguía girando a la derecha. Se sentía como si estuvieran caminando en círculos. Parecía difícil creer que tal estructura pudiera existir en realidad, lo que sugería que definitivamente estaban en algún tipo de dimensión alternativa.

“¡Oye! ¡Oye! ¿Qué vas a desear? ¡Me pregunto si realmente puede conceder algo! ¡El deseo habitual es desear más deseos, por supuesto!” Mutsuko salió frente a Hiromichi y lo miró a la cara.

Cuatro drones revoloteaban a su alrededor. Estaban en piloto automático, programados para mantener una cierta distancia a su alrededor en todo momento.

“Mi deseo… es… convertirme en un dios… y destruir a toda la humanidad.” Dijo Hiromichi mientras continuaba moviéndose, rígidamente.

Debe haber sido difícil para él caminar. Su forma había sido deformada, el resultado de haber tomado todas las Vasijas Divinas.

En el instante en que se recogieron todas las Vasijas, fueron absorbidas por él, lo que probablemente significaría que la guerra había terminado y que las cosas estaban pasando a la siguiente etapa. Ahora tenía cuatro ojos y seis brazos; le habían crecido alas y cuernos e incluso órganos sensoriales que los humanos normalmente no tenían; su piel estaba negra y escamosa.

“¿Qué demonios? Eso es aburrido.” Dijo Mutsuko fríamente.

Fue una bravuconería impresionante ante el monstruoso Hiromichi, cuyo cuerpo entero parecía retorcerse.

“Quiero decir, ¿cuál es el problema? Sé que odias a tus compañeros de clase y todo eso, pero es un poco retorcido tratar de destruir a toda la humanidad solo para deshacerte de ellos. ¿Estoy en lo cierto?” Le dijo Mutsuko a Ende, el tercer miembro de su grupo.

“Cuantas más Vasijas Divinas toma, más el Dios Maligno invade su cuerpo y su mente.” Explicó Ende. “Cuando estás en esa posición, tu deseo termina convirtiéndose en ‘conviértete en el Dios Maligno y destruye el mundo’… lo que significa que lo que dice no es una mentira,

¿entiendes?”

“¡¿Qué?! ¡Eso es un fraude total! ¡Toda una estafa maliciosa!”

Dijeron que podías conseguir lo que quisieras, pero luego cambiaron tu deseo. Te harían querer destruir el mundo, así que eso sería todo lo que podrías desear. Lo que significaba que básicamente no tenía sentido. El deseo de Monika de salvar a su amiga y el deseo de Yuichi de regresar el Lector de Almas desde el principio estuvieron destinados a no ser concedidos.

“El Dios Maligno ha revivido muchas veces antes, pero el mundo no ha cambiado tanto.” Dijo Ende. “Podrías haber predicho eso, ¿no crees?”

“¡Pues bien! ¡Revivámoslo y veamos qué pasa! ¡Vamos, rápido, rápido! ¡Si tardas demasiado, te golpearán antes de transformarte!”

“¡¿Podrías callarte?!” Finalmente, Hiromichi explotó.

“¡Bueno, mira eso!” Mutsuko dijo triunfalmente. “Hasta ahora, ha sido imponente e impresionante y habla con un tono de voz entrecortado, pero en el momento en que tienen una queja, ¡de repente habla con normalidad! Entonces, ¿qué pasa con el ritual? ¿No deberíamos estar haciendo algo especial?”

“No. Este camino está trazado en espiral, así que seguiremos caminando hasta llegar al centro.” Explicó Ende. “Eso es todo lo que se necesita. Este edificio escolar está lleno de rencores arraigados, así que nos bañaremos en ellos mientras caminamos.”

“¡Eso también es aburrido! ¿No podría sacarle el corazón de alguien mientras este sigue latiendo como hicieron los aztecas, o encender una gran hoguera en un altar o algo así?”

“Si eso fuera lo que hiciera falta, sería tu corazón el que fuese a ser sacado.”

“Por cierto, ¿qué pasa con este edificio escolar?” Dijo Mutsuko. “No parece ser parte de la Secundaria Seishin…”

“Fue hace algunos años, antes de que nacieras, pero mucha gente murió aquí.” Respondió Ende. “El incidente no se hizo público, pero si estás interesada, puedes intentar leer sobre ello. Conociéndote, probablemente podrías descubrirlo.” Suponiendo que sobrevivas, añadió en un susurro.

Los tres continuaron caminando, pero el paisaje era tan monótono que Mutsuko finalmente comenzó a quejarse de nuevo. “Tengo que decir que estoy harta de esto. Me sentiré como una grandísima idiota si Yu no viene.”

“Ahora mismo Yuichi se dirige hacia aquí. Aunque puede que le lleve bastante tiempo llegar.” Ende tenía un libro de bolsillo en la mano del que estaba leyendo. Esta era la habilidad de Ende: podía leer sobre todo tipo de eventos, resumidos para ella en forma de libro.

Obviamente, los libros no podían escribir literalmente todo, por lo que se omitieron algunas cosas. Pero fue una habilidad útil para observar grandes transiciones que se estuviesen produciendo.

“Pero otro evento está a punto de comenzar, así que no creo que te aburras por mucho tiempo.” Continuó Ende. Con eso, señaló delante de ella.

Se podía ver un callejón sin salida al final del pasillo curvo. Allí había una puerta corrediza que se parecía a una puerta de aula.

“¡Finalmente!” Mutsuko estaba a punto de salir corriendo ansiosamente, pero Ende la agarró de la mano y la detuvo.

“Hay enemigos esperándonos adentro. Estaré bien, pero pueden matarte fácilmente.”

“¡¿Enemigos?! ¿De qué tipo? ¿Aliados de la justicia que se han reunido para detener la resurrección del Dios Maligno? ¿Ura-koya?

¿La Agencia Funeraria? ¿La Sección XIII del Vaticano? ¿El

Gamboze? ¿El Taimanin? ¡Me encanta! ¡Está bien, Rokuhara! ¡Corre hacia allí y desata el infierno!”

Mutsuko no estaba segura de que la hubiese escuchado, pero Rokuhara, cuyo cuerpo aún estaba cambiando, avanzó, casi arrastrándose.

Con manos temblorosas, abrió la puerta.

En el momento en que lo hizo, se escucharon disparos.