Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: El Milagro De Conocerte

Parte 7

✰  Princess Deluge

Inferno no intentó barrer la arena pegada a su cabello y a su ropa, sentada en silencio en su silla con la cabeza caída. Quake hacía rebotar su rodilla izquierda.

Prism Cherry estaba llorando. “Lo siento… Si hubiera estado más atenta…”

Parecía que Princess Tempest había sido secuestrada por el enemigo. Eso parecía porque era la única conclusión a la que el grupo podía llegar basándose en la situación.

Princess Tempest debería haber estado luchando con el enemigo, pero por mucho que esperaran, no había vuelto. En el monitor aparecieron todos los rincones de la sala de entrenamiento número tres, pero Tempest no aparecía por ningún lado. Entraban las chicas mágicas invasoras y luego no había nada.

Sólo podían suponer que se la habían llevado.

Princess Inferno se culpó a sí misma. Lamentaba no haber resistido el feroz ataque del enemigo y haber huido sola.

Prism Cherry también se culpó a sí misma. Lamentó no haber podido observar a fondo la situación en el monitor de la sala de reuniones. Como sólo había un monitor, no podía visualizar toda la instalación y había estado cambiando entre las distintas cámaras. Le resultaba imposible controlar todo.

Princess Quake estaba preocupada, pero mostrar eso sería una acusación hacia las otras dos, que se culpaban aún más. Sabiendo eso, Quake no pudo expresar sus preocupaciones, por lo que se limitó a hacer rebotar su rodilla.

Princess Deluge se odiaba a sí misma por analizar las cosas así. No era para nada malo que ella fuera la única calmada. Pero no podía evitar sentir que su capacidad de mantener la calma podía significar que su apego a Tempest era superficial.

Deluge no perdía de vista el monitor. Si el enemigo intentara invadir este lugar, tendría que pasar por las salas de entrenamiento. Si ponía la cámara en las entradas de las salas de entrenamiento, podría vigilar la intrusión enemiga, o ese era su pretexto.

Tenía que hacer algo, o no podría soportar sentirse así. Era mejor incluso fingir que hacía algo. Deluge se dio cuenta de que tenía los brazos cruzados y los descruzó. Recordó haber oído que los brazos cruzados eran una prueba de defensividad emocional.

Había pensado que aquí podría hablar abiertamente de cualquier cosa. Pero al final, incluso aquí, estaba aislada como la única persona fría. Aunque sabía que debería intentar consolar a las demás, no lo hizo. Estaba evitando hacer el problema más grande.

La retirada de Inferno había sido un juicio sabio. Habría sido lo peor de lo peor si las dos hubieran sido capturadas. Y después de eso, se había dirigido inmediatamente a salvarla, así que no había sido una decisión equivocada.

Prism Cherry también lo había hecho bien. Ella era la que mejor manejaba las máquinas en esta instalación, y había sido imposible para ella, así que habría sido imposible para cualquiera. Las cuatro se habían dividido y peleado, así que no había forma de que ella pudiera respaldarlas a todas.

A Deluge le preocupaba que, si decía algo así en voz alta, fuera un ataque aún mayor. Aunque debería preocuparse más por Tempest, su deseo de mantener su propia posición le impedía actuar como quería.

Estaba atada hasta la inmovilidad por las cadenas del autodesprecio. Era lo mismo que antes de convertirse en una chica mágica.

Deluge sacó el frasco de medicinas del cajón y dejó caer una pastilla en la palma de su mano.

Les habían dicho que no debían tomar las pastillas múltiples veces en un día. Pero dos veces no debería contar como “múltiples”. Cuando se la pasó por la garganta con agua fría, pudo sentir el aumento de su poder mágico. Su corazón se calmó. Cuando dejó el frasco sobre la mesa, Inferno y Quake también tomaron la medicina en silencio.

Tenían algo más que pensar. Volviéndose de nuevo al monitor, un sonido de ah salió de la boca de Deluge. Las chicas mágicas estaban invadiendo la sala de entrenamiento número dos.

La chica mágica con una flor en la cabeza, la de la gran capa, la de las tijeras y la que parecía una carta soldado vigilaban con cautela sus alrededores mientras avanzaban lentamente por el bosque.

Pateando su silla, Inferno se puso de pie. “¡Son ellas! ¿Dónde está Tempest?”

Prism Cherry cambió la cámara, deslizándose de un lado a otro del bosque a gran velocidad. Pero no había nada que pareciera ser Tempest, ni ningún tipo de bolsa o caja que pudiera tenerla dentro. “No puedo encontrarla. Probablemente la hayan capturado en un pasillo—

¿o tal vez la hayan llevado afuera?”

“Esa escoria… ¡Les daré donde les duele y les haré escupir donde está Tempest!”

“¡Espera, Inferno!” Los ojos de Quake y de Prism Cherry se encontraron. Las dos miraron a Deluge, y ella les devolvió la mirada. Todas pensaban lo mismo que Inferno. Quake y Deluge se pusieron de pie, y Prism Cherry tomó posición frente al panel de operaciones.

“Tengan mucho cuidado con el tiempo que usan el Modo Lujo.” Dijo Quake. “En el peor de los casos, dos de nosotras podemos usar la Explosión de la Princesa Definitiva, siempre que no haya fuego amigo.”

“… ¡Entendido!”

Incluso mientras lloraba, con los ojos rojos y brillantes, Prism Cherry intentaba hacer todo lo posible. Inferno y Quake estaban igual.

Entonces, Deluge tenía que hacer lo mismo. Ella podría reflexionar sobre las cosas después.

“Bien, ¡vamos!”

“¡Sí!”

“¡Déjenlo en mis manos!”