Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: El Milagro De Conocerte

Parte 6

✰  Styler Mimi

Formas negras y humanas se retorcían ante sus ojos. Mimi ya había visto algo similar en una ocasión, cuyo recuerdo le ponía la piel de gallina. Las alas de Archfiend Pam. Si éstas eran tan fuertes como aquéllas, si podían transformarse libremente como lo habían hecho las alas de Archfiend Pam, Mimi no podía ver otro futuro que la derrota.

Estaba a punto de desesperarse cuando evitó un ataque del enemigo, y algo parecido a un “whoops” salió de sus labios. Esto era completamente diferente a las alas de Archfiend Pam.

Su velocidad y sus reflejos eran medianos, a un nivel que Mimi podía combatir. Las afiladas garras que salían de sus gruesos brazos requerían atención, pero era bastante fácil evitarlas o bloquearlas. Cortó con sus tijeras, dio una patada para distanciarse de él, y luego dio la vuelta para golpear por detrás. Podía luchar contra esto.

El humanoide negro había perdido un brazo y tenía la espalda abierta, pero luchaba. De los lugares donde había sido cortado se generaba carne negra en un intento de taponar las heridas. La regeneración era como la de las alas de Archfiend Pam, pero éstas eran más lentas de curar, y parecía que cuanto más la atacaba, más débil se volvía su poder regenerativo. En comparación con el primer ataque, la herida de su segundo golpe tardó unos segundos más en curarse.

Lo mejor era concentrar sus ataques y derrotarlo de una vez. Si todavía no podía derrotarlo, entonces lo pensaría de nuevo.

Mientras esquivaba ágilmente los ataques, Stanczyka lanzaba sus cuchillos arrojadizos, o daba patadas y puñetazos, burlándose de otro humanoide negro. Parecía que ella también lo estaba pasando bastante bien. Sus movimientos eran tontos y jocosos. Daba volteretas sin motivo, extrañamente consciente de que había público.

La carta soldado era igual o quizás un poco menos. Aunque atacaba mejor que cuando era un corazón, seguía luchando con todo lo que tenía contra el oponente humanoide negro.

La chica de las bolas de hilo y la chica de las burbujas se habían aliado para luchar contra múltiples enemigos. La una soplaba burbujas como una tormenta, y con ellas como escudo, o venda, u ocasionalmente escalones, luchaban. Parecían bastante fuertes. Por ahora estaban ayudando, así que debían ser aliados. De momento las haría luchar por ella.

De hecho, tal vez las que no lo estuvieran pasando bien fueran Marika y la chica de la ropa de luto, que probablemente acostumbran a pelear con chicas mágicas. Si Mimi se inmiscuyera en eso, Marika se enfadaría con ella, así que lo mejor era dejarla a su aire, primero terminaría su propia pelea rápidamente, luego apoyaría a la chica de las cartas, y después iría con la chica de las ropas de luto.

Mimi llamó a Stanczyka. “¡Centrémonos en la ofensiva!”

Stanczyka asintió y sacó un hacha de la manga. La lanzó al aire, sacó una segunda y lanzó esa, luego una tercera y una cuarta, mientras empezaba a hacer malabares. La combinación de un bufón y unas hachas de guerra le recordaba a Mimi menos a los circos y a los artistas callejeros y más a las películas de terror, y daba un poco de miedo.

Mimi tomó también una navaja gigante en su mano izquierda y, combinándola con las tijeras de la derecha, cortó al enemigo. Cambiando de vez en cuando de objetivo con Stanczyka, evadiendo al mismo tiempo las garras del enemigo, atacaban desde los puntos ciegos de los enemigos, y mientras repetían esto una y otra vez, los humanoides negros se desplomaban en el barro y se empapaban en la arena. Mimi no pudo percibir a nadie más tras ellas. Parecía que esto significaba que habían terminado.

Al ir de dos en dos, centraron sus ataques en el humanoide restante, descuartizándolo antes de ir inmediatamente a ayudar a la carta soldado, y esta vez, las tres se unieron para destrozarlo.

La carta soldado, Stanczyka, y las dos que habían abatido a los humanoides negros —la de las burbujas y la de los ovillos de hilo— se alejaron en la dirección en la que había volado la chica vestida de luto. Siendo su posición la que era, Mimi pensó que, mínimo, debía comprobar cómo le iba a Marika Fukuroi, por si acaso, y cuando miró, Marika caminaba hacia ella.

“Se ha escapado.” La flor de su cabeza estaba marchita. Cuando llegaron, un cosmos común había florecido allí. La que estaba marchita ahora era una margarita inglesa. Eso significaba que su oponente había sido lo suficientemente fuerte como para hacer que la cosmos se marchitara, o hacer que la tirara y floreciera una nueva margarita. Y lo que es más, tampoco era genial que la hubiera dejado escapar.

“¿Era fuerte?”

“Lo era. Y me dio la impresión de que todavía tenía algún truco bajo la manga.”

“No es habitual que alguien corra sin sacar su truco.”

“Quizá no podía hacerlo en esa situación, o había alguna otra razón, no lo sé.” Marika entrecerró los ojos, molesta, y miró al techo. “Hace un calor infernal aquí, para ser un lugar sin sol. Un usuario de fuego con este calor apesta.”

La atmósfera del desierto no era adecuada para cultivar flores. La llama no era amable con las plantas. Si las flores de Marika crecían lentamente, florecerían durante mucho tiempo, pero si las cultivaba en el lugar, a cambio de que la flor floreciera rápidamente, también se marchitaría rápidamente. Una flor obligada a florecer mientras se asa en el desierto llegaría rápidamente al final de su vida.

Tal vez en lugar de se ha escapado fue me escapé.

Tal vez la verdad era que Marika había querido luchar en otro lugar, tanto para poder disfrutar de la lucha contra un oponente que todavía se contenía con algo poderoso, como para poder luchar con todas sus fuerzas. A su manera, Marika Fukuroi tenía un gran olfato para la victoria.

“Se han tardado un montón de tiempo con esos demonios básicos.” Dijo Marika.

“¿Demonios?”

“Familiares hechos con magia. Los magos los hacen como guardias o sirvientes. He oído que las chicas mágicas también pueden crearlos, pero es raro.”

“¿Cómo sabes algo así?” “Porque estoy bien informada.”

Styler Mimi se sintió bastante repelida. Se llevó la mano a la cintura y escupió en la arena. “Me han hecho recordar las alas de Archfiend Pam y me he asustado.”

“Bueno, Archfiend controlaría a los demonios.” “Oh, así que eso era lo que significaba.”

“No, no es para nada por eso. A la vieja le gustaban esas cosas. Cuando Cranberry recién se convirtió en chica mágica, venció a un demonio… y era uno bastante grande, además. Así que tienes que acabar con esos pequeños un poco más rápido.”

“Por favor, no me compares con Músico del Bosque.”

“¿Cómo puede ser así la compañera de Marika Fukuroi…? Pero lo que sea.” La mirada de Marika se dirigió a la duna de arena que había a su izquierda. Era la dirección a la que se había dirigido la chica vestida de luto, y a la que habían ido a ayudar Stanczyka y la carta soldado. “Está extrañamente tranquilo, pero parece que han terminado.”

Ahora que Marika lo señalaba, estaba en silencio. Pero no era del todo silencioso. Mimi no oía los feroces sonidos de la batalla, sino el crujido de las pisadas sobre la arena.

Finalmente, Stanczyka apareció desde el otro lado de la duna, con la carta soldado siguiéndola. La carta soldado chillaba intentando decirles algo, pero Mimi no entendía lo que decía. Stanczyka intentaba comunicarse con gestos, pero eso era tan incomprensible como la forma en que se comunicaba la carta soldado.

“¿Hmm? ¿La chica de luto se ha ido?” Dijo Marika. “¿Cómo puedes entender lo que intentan decir?” “¿No es obvio?”

Habían estado buscando a la chica de las bolas de hilos y a la chica de las burbujas, llamándolas. Parecía que no aparecían por ninguna parte.

Aunque se trataba de un desierto, en última instancia, estaban dentro de una habitación subterránea. Puede que fuera una habitación estúpidamente grande, de quinientos metros cuadrados, pero a fin de cuentas una habitación era simplemente una habitación. Las dunas de arena bloqueaban su línea de visión, pero eso tenía un límite. Si las seis se dividían y buscaban, deberían haber sido capaces de encontrarlas inmediatamente, pero la chica vestida de luto no apareció.

“¿Estará enterrada bajo la arena?” Marika sugirió.

“Creo que sería capaz de salir por sí misma, ya que es una chica mágica.” Respondió Mimi.

“Así que eso significa…”

El mamparo del lado opuesto a la entrada comenzó a abrirse y todas miraron hacia allí. La carta soldado se acercó trotando y se escondió a la sombra de una burbuja. En algún momento, había vuelto a ser un tres de corazones.

Lo que vieron más allá del mamparo fue esa chica mágica. Con una cimitarra y una cola de escorpión, las puntas de su cabello parpadeaban con llamas. No entró en la habitación, miró a la izquierda, luego a la derecha y, cuando las vio, las miró con odio. Sea lo que sea lo que estaba pensando Marika, agitó la mano y dijo “¡Heey!” y la chica mágica la ignoró y cerró la mampara.

“Hmph.” Refunfuñó Marika para sí misma, poniéndose la mano en la mandíbula. “Parece que tu amiga ha sido secuestrada por el enemigo.”

“¿En serio…?”

“Vaya, vaya, esto es todo un desastre.” Dijo la chica de las burbujas.

La expresión de la chica de las bolas de hilo era grave. Por alguna razón, la chica de la burbuja estaba extrañamente alegre.

“De todos modos…” Dijo Marika. “… ¿Quiénes son ustedes?”

“Somos chicas mágicas de intenciones virtuosas.” Respondió la chica de las burbujas.

Stanczyka se llevó dramáticamente la mano a la frente.

***

✰  Fal

Poco después de llegar a la bifurcación del pasillo, el grupo se reunió con las demás a su regreso. Todo lo que su propio equipo tenía que informar era un encuentro con dos chicas mágicas, pero el informe del otro grupo incluía noticias tediosas y descorazonadoras.

Styler Mimi estaba apaciguando a Marika Fukuroi, que insistía en que debían ir a luchar. La flor de su cabeza estaba completamente marchita. Decía que había gastado toda su energía luchando contra otra chica mágica y por eso se había marchitado, pero tenía un aspecto bastante decente, para ser una flor marchita.

Snow White se levantó en silencio y se dirigió hacia el mamparo y retuvo a Stanczyka cuando intentó seguirla. ¿Por qué había intentado seguirla? Fal tuvo la sensación de que Stanczyka estaba encariñada con Snow White. El bufón se encogió dramáticamente de hombros y volvió a sentarse.

“¿Adónde vas?” Preguntó Uttakatta.

“Tengo algo que discutir con mi mascota. Volveré en treinta segundos.” Respondió Snow White, y luego abrió la mampara para entrar en la sala del bosque.

Encendiendo su teléfono mágico, Fal proyectó su forma en un holograma, listo para conversar. “Mantener una conversación secreta es una cosa, pero francamente no sé si es buena idea decírselos, pon.”

“Es mejor ser honesto. Ahora mismo, si una persona sale por el mamparo, no podría haber otra razón. Aunque mintiera, se darían cuenta.”

Dejando a un lado a las demás, Uttakatta podía ser aguda. A diferencia de lo que se podría suponer por su sonrisa, era sensible al comportamiento de la gente, y justo ahora también había llamado a Snow White cuando estaba a punto de salir. Uttakatta, y otra, Filru, estaban en la recogida de datos de Fal.

La chica mágica del mono era Uttakatta. Era algo que se podría llamar una chica mágica mercenaria, contratada a sueldo cuando algún departamento necesitaba personal útil. Por supuesto, a menudo se la utilizaba para trabajos duros, así que no era un estilo de vida que los débiles elegirían.

La chica de las bolas de hilo era Filru. Fal no sabía por qué alguien empleada por la prisión de chicas mágicas de Estados Unidos habría venido a un lugar como éste. Su misión era la seguridad en caso de ataques desde el exterior, así como de fugas desde el interior, y se preparaba para ambas cosas. Básicamente, era personal de combate.

Las dos dijeron que habían llegado a esta ciudad por unos correos electrónicos similares a los que había recibido Snow White. La noche anterior, habían descubierto a las chicas mágicas artificiales y, aunque habían tenido una refriega, las habían dejado escapar. Fue entonces cuando se habían encontrado con la chica mágica vestida de luto, Kafuria, y las tres se habían unido y habían venido a esta instalación.

Según la magia de Snow White, al menos, estas dos no mentían. “Pero sólo esas dos.” Dijo Snow White.

“¿Qué quieres decir, pon?”

“Porque no puedo escuchar el corazón de Kafuria.”

Además de Uttakatta y Filru, también estaban la Reina de Corazones, Grim Heart, y la carta soldado, Shufflin. Esas dos no estaban en los datos de Fal. Uttakatta dijo que probablemente eran de la Autoridad Central del Reino Mágico, lo que explicaría cómo habían escapado a los controles de Keek.

Las chicas mágicas de la Autoridad Central eran todo un incordio. Snow White también era residente honoraria, pero no vivía allí. Y si decía que quería hacerlo, probablemente no se lo permitirían.

Keek les había llamado a todos soñadores orgullosos, y los enfrentamientos con gente así solían subir el voltaje de su ira y aumentar su frustración. Fal pensó que una de las razones subyacentes por las que Keek había provocado aquel incidente se debía al carácter del Reino Mágico, y que no era en absoluto sólo su parcialidad la que hablaba.

De su bolsa cuatridimensional, como la que usaba Snow White, Grim Heart sacó un trono, un dosel, un escritorio, una estantería, una gruesa alfombra con un sigilo mágico tejido en ella, y varios otros bienes y muebles diversos, y se instaló audazmente frente a la entrada. Shufflin se encogió antes de empezar a temblar.

“¿Están esas dos en problemas por algo, pon?”

Snow White se llevó el dedo corazón a la punta de la mandíbula y pareció quedarse pensando un rato. “No puedo escuchar los pensamientos de Grim Heart.”

“¿Eh? No se oye nada.”

“No puedo oír nada. No puedo decir si es su magia, o si es un objeto que me bloquea.”

Cuando no sabían si podían confiar en alguien, la magia de Snow White era instantáneamente efectiva. Por supuesto, eso era cuando su magia funcionaba correctamente.

“Sin embargo, no parece que esté pensando muy profundamente…”

Era tan imposible comunicarse con Grim Heart, que se limitaba a señalar algo y a gritar “¡Que le corten la cabeza!”, como con Shufflin, que no podía hablar con palabras.

Filru y Uttakatta dijeron que eran así desde que se conocieron. Incluso Stanczyka, que se limitaba a hacer gestos, estaba en el mejor de los casos.

“Parece que sería mejor tener cuidado con ella, pon. ¿Qué hay de Shufflin, pon?”

“No es tanto que no piense como que parezca que no puede pensar.”

“Oh… Como una chica mágica que originalmente era un animal,

¿pon?”

“Más o menos. Por ahora, diría que no está pensando nada malo.”

La familia ya era muy numerosa, y ahora había aún más chicas mágicas. Snow White había operado casi siempre por su cuenta, y nunca había trabajado con un grupo tan grande. Pero esta parte no era tan mala. El otro informe era peor.

El enemigo había utilizado demonios.

Las chicas mágicas no empleaban tales criaturas en primer lugar. La designación común de “demonios” se refería a todos los organismos sintéticos creados por la magia y carentes de cualquier sentido del “yo”. Este término era algo así como un epíteto que había surgido debido a su naturaleza desagradable. El término se había impuesto porque todo el mundo, mago o chica mágica, había dejado de utilizar el término original, “homúnculo”.

Como se desprende de aquel incidente en el examen en el que Cranberry se había convertido en una chica mágica, cuando un demonio especialmente poderoso se había desbocado, si se cometían errores en su uso, los demonios eran extremadamente peligrosos y podían causar grandes tragedias. Para hacer uso de ellos, era necesario obtener un permiso superando muchas capas de comprobaciones, y también era necesario que estuvieran presentes magos con derecho a supervisión para controlar las cosas y asegurarse de que se gestionaban correctamente, tal y como se había solicitado.

Parecía increíblemente improbable que los controles adecuados de ese sistema de supervisión se hubieran llevado a cabo dentro de esta instalación. Incluso si la supervisión del Reino Mágico era un colador, las cosas eran diferentes cuando se trataba de cómo manejaban a los demonios. Allí había fundamentalmente algo así como un interés de los magos, y no había manera de que quisieran que las chicas mágicas los utilizaran. En otras palabras, esto significaría que los demonios estaban siendo utilizados sin permiso.

El mero hecho de informar sobre este asunto sería excusa suficiente para que la dirección bajara, pero nadie dijo una palabra al respecto. Fal fácilmente supuso que cada una de ellas tenía sus propias razones.

Tenían sus propias justificaciones interesadas: asegurarse de que su propio departamento fuera el más beneficiado, o que ellas se llevaran el crédito. El hecho de que incluso Snow White no hiciera nada era probablemente porque tenían un rehén.

Kafuria había caído en manos del enemigo.

Por lo que habían dicho Uttakatta y Filru, la magia de Kafuria era el desagradable “conocimiento de quién sería el siguiente en morir”, y además, habían dicho que ella misma les había dicho que no estaba preocupada porque no sería la siguiente.

Cuando había estado con Filru y Uttakatta, también había dicho que no iba a ser la siguiente en morir, y cuando Shufflin y Grim Heart se habían unido a ellas, aparentemente les había dicho que “el primero de la fila ha cambiado”.

La recopilación de datos de Fal también registró la magia de Kafuria como “saber quién es el siguiente en morir”, y no había manera de que mintiera que no era ella si la siguiente en morir era ella misma. Si lo hubiera sido, probablemente habría hecho un poco más de pánico y alboroto. Según Filru y Uttakatta, en realidad parecía aliviada.

Alguien que no iba a morir inmediatamente había desaparecido mientras estaba en combate con el enemigo. Así que, básicamente, había sido capturada, ¿no? Habían intentado buscar en la sala del desierto, donde había desaparecido, pero no la habían encontrado. Eso hizo que Fal se sintiera incómodo.

Si el enemigo usara ahora a Kafuria como escudo para hacer algún tipo de demanda, las chicas mágicas probablemente no harían lo que se les dijo. No parecía que hubiera ningún tipo de persona honrada aquí que renunciara a sus propios objetivos por el bien de alguien que acababa de conocer ese día. Incluso Uttakatta y Filru, que se habían autodenominado sus aliadas, sólo habían conocido a Kafuria el día anterior.

La pareja de Lady Proud y Umbrain eran miembros de la gran organización que era el Departamento de Diplomacia, y priorizaban la conveniencia de su institución sobre la bondad. Esa era la forma correcta de actuar de los miembros de esa organización.

En cuanto a Marika Fukuroi y Styler Mimi, era dudoso en primer lugar que tuvieran algo que pudiera llamarse simpatía. Si una bestia salvaje cuya alegría era la batalla se viera privada de su lucha, ¿no enseñaría sus colmillos a enemigos y aliados por igual?

Grim Heart, que no decía otra cosa que “Que le corten la cabeza”, no haría nada. No sabían cómo podría actuar cuando algo sucediera realmente. Shufflin se limitaba a obedecerla, así que allí era lo mismo.

Con Stanczyka, no era tanto que no lo supieran como que no entendieran lo que estaba pensando. Difícilmente podía estar bromeando, pero la comunicación no verbal tenía un límite.

Cuando se utilizaba una vida como escudo, Snow White daba prioridad a la vida humana. Ella odiaba más que nada cuando las vidas eran irrespetadas. Fal quería que ella también diera prioridad a las vidas. Fal deseaba que todas las chicas mágicas fueran así, si era posible.

Pero la realidad no era así. Una vez que se llegara a la negociación real, si todas, excepto Snow White, dijeran: “Es culpa de Kafuria que la hayan atrapado. No hay lugar para la negociación”, entonces ¿qué pasaría?

Snow White no era el tipo de chica mágica que se quedaba callada y dejaba que su opinión fuera aplastada. Se quejaba, adoptaba una postura firme y no lo dejaba pasar.

Las chicas mágicas tenían un carácter fuerte. Keek no era la única que pensaba que ceder o comprometerse equivalía a la derrota.

La discusión aún no había llegado a ese punto. Fal estaba lleno de inquietud por saber cuándo lo haría.

“No son tan malas personas como crees, Fal.” “¿De quiénes estás hablando, pon?”

“Nadie aquí abandonará a Kafuria. Pero…” Los ojos de Snow White se volvieron hacia el otro lado del mamparo. “No sé lo que está pensando Grim Heart, y tampoco sé lo que Shufflin podría hacer bajo sus órdenes. Tengamos cuidado con eso.”

Antes de que salieran por el mamparo, Grim Heart había estado hojeando un folleto y bostezando. No parecía alguien que requiriera tanta precaución, pero como Snow White no podía oír sus pensamientos, seguramente era tal como ella decía.

“Además… esto no se trata sólo de la gente que está aquí.” “Así que eso significa… ¿Qué significa, pon?”

“Me refiero a todos los que están atrapados bajo tierra en este momento.” Con el teléfono mágico aún en la mano, Snow White abrió el mamparo. Grim Heart, que había estado despatarrada perezosamente, estaba ahora erguida, lamentándose y con la cara roja. Shufflin estaba postrada frente al sofá, temblando. ¿Qué había pasado?

Sin inmutarse, Snow White regresó por el otro lado del pasillo, pasando por delante de Stanczyka para situarse frente al sofá de Grim Heart, es decir, donde estaban todas reunidas. Todas las miradas que habían estado puestas en la furiosa Grim Heart y en la temblorosa Shufflin se volvieron ahora hacia Snow White. Shufflin levantó la cara para mirar a Snow White.

“Vamos a negociar.”

La repentina propuesta de Snow White hizo que Marika Fukuroi la mirara con profunda sospecha. Y aunque las demás no eran tan extremistas como Marika, eran muy parecidas.

“Mi magia me permite escuchar los pensamientos de la gente.”

Todas parecían sorprendidas hasta cierto punto, excepto Grim Heart, que no miró a Snow White en absoluto. Las funciones de Fal no incluían cambios de expresión, pero si lo hubieran hecho, sus ojos y su boca habrían sido más amplios que los de las demás, mirando fijamente a Snow White.

Las chicas mágicas que se colocaban en el campo de batalla no divulgaban su magia, ya que el hecho de que se conociera su magia equivalía a que se les sujetara por el cuello, e incluso si alguien era una aliada, al día siguiente podía convertirse en una enemiga.

Por decirlo de alguna manera, esta vez el público era un batiburrillo de caras, y en el peor de los casos, no sería extraño que en diez minutos fueran enemigas.

Este era el tipo de público al que Snow White había revelado su magia. Decir “puedo escuchar los pensamientos de la gente” equivalía a declarar “sé cuál es la magia de todas”. Y no sólo su magia: sus objetivos, sus conocimientos, sus habilidades más secretas. Les había dicho que lo sabía todo.

Marika Fukuroi se rió con fuerza. Un pétalo marchito cayó de su cabeza temblorosa. “¡Ohhh, ya veo! ¡Esta especie de chica mágica es realmente dura! ¡Y eso hace que vencerla sea mucho más divertido!

¡Yo entiendo ese tipo de cosas!”

Styler Mimi frunció el ceño con irritación, mientras Lady Proud miraba a Snow White, y las mejillas de Filru enrojecieron al bajar la mirada. Stanczyka ladeó la cabeza, y Uttakatta cerró un ojo, torciendo la boca en una sonrisa irónica.

“Como dice la Srta. Fukuroi, la lectura de la mente es algo temible.” Dijo Uttakatta. “Entonces, ¿qué relación tiene tu capacidad de leer la mente con esto?”

“No puedo leer la mente. Puedo escuchar los pensamientos de la gente.”

“Oh, te pido perdón. Entonces, ¿qué relación tiene escuchar los pensamientos de los demás con todo esto?”

“Las chicas mágicas de esta instalación… he escuchado sus pensamientos.”

“Oh-ho.”

“No buscan una pelea con nosotras. Hay espacio para la negociación.”

La expresión de Lady Proud se suavizó. “… A juzgar por cómo han ido las cosas, hay asuntos que deberían preceder a la negociación, ¿no es así? ¿Has olvidado que nos han lanzado un martillo y una lanza?”

“En primer lugar, no terminaron en una pelea porque quisieron.” Continuó Snow White, ignorando la pregunta de Lady Proud. Fal rara vez veía a Snow White hablar tanto cuando estaba en forma de chica mágica. Snow White se mostró muy seria en este discurso. Podía parecer desapasionada, pero elegía cuidadosamente sus palabras.

¿Por qué? Porque intentaba evitar un conflicto evitable. Fal contuvo el impulso de decir: “¿Han visto eso?”

Snow White odiaba los conflictos. Incluso en el examen de Cranberry, había evitado participar en la matanza hasta el final. Fue también porque había intentado eliminar los conflictos sin sentido que había sido coronada con el título de Cazadora de Chicas Mágicas, temida y rehuida con lejano respeto.

Grim Heart se enderezó y señaló a Snow White. “Que le corten la cabeza.”

“Desde su punto de vista, somos claramente intrusos, y como buscamos el conflicto, respondieron de la misma manera.” Dijo Snow White.

Styler Mimi asintió. “Tienes razón. Mi idiota las provocó y luego cayeron en la trampa. Creo que si no fuera por eso, nos habríamos encontrado más pacíficamente.”

“¡Hey! ¿Qué quieres decir con ‘mi idiota’?”

“Como mínimo, si tienen a Kafuria con ellas, podrían intentar negociar con nosotras.” Dijo Filru.

“Es cierto, me dio la sensación de que no estaban tratando activamente de luchar.” Coincidió Mimi Styler.

“Ciertamente.” Dijo Uttakatta. “Pero… aun así…”

“¡Que le corten la cabeza!”

“Espera un momento.” Lady Proud empujó sus manos hacia adelante, sus ojos se dirigieron a todas partes. “¿Dónde ha ido Umbrain?”

Llevaba un paraguas tan grande y llamativo que era imposible que se escondiera en el pasillo cuando apenas había cobertura allí. Todas miraron a su alrededor, pero nadie pudo encontrar a Umbrain.

“¡¿Dónde ha ido Umbrain?! ¡¿Nadie la ha visto?!” Gritó Lady Proud, palideciendo.

“No puedo escuchar sus pensamientos…” Snow White estaba desconcertada. Estaba aturdida porque ni siquiera se había dado cuenta de que el número de voces que podía oír había cambiado entre cuando había salido y cuando había vuelto. Fal comprobó su escáner de enemigos y confirmó que, después de todo, les faltaba una persona. Cuando habían salido por el mamparo, Umbrain había estado allí.

Si Snow White se ponía nerviosa, entonces Fal tomaría medidas. Ese era su trabajo como mascota. “Antes de que Snow White saliera, Lady Proud, usted y Umbrain estaban hablando, pon.”

Con una mirada como si hubiera sido golpeada, Lady Proud miró fijamente a Fal. “Yo… Yo… Así es, Umbrain y yo estábamos hablando. Estábamos discutiendo qué hacer a continuación, y si era mejor informar de esto, cosas de esa naturaleza.”

“Y cuando Snow White volvió, Umbrain se había ido, pon.” “Eso es… probablemente cierto, sí.”

“¿Qué pasó mientras Snow White no estaba, pon?”

Los ojos de Lady Proud se volvieron hacia Grim Heart y luego se desplazaron hacia Shufflin. Grim Heart refunfuñaba para sus adentros como si todo aquello no tuviera nada que ver con ella, pero Shufflin temblaba fuertemente, apoyaba la frente en el suelo y se encogía de nuevo sobre sí misma.

“Grim Heart… ordenó a Shufflin que le consiguiera un bolígrafo.” Lady Proud dijo cada palabra como si recordara. “Shufflin sacó un bolígrafo de la bolsa… y antes de entregárselo, lo dejó caer. El bolígrafo rodó por el suelo… y ella se asustó y lo recogió, pero Grim Heart se enfadó… y Shufflin se tiró al suelo…”

Un bolígrafo estaba tirado en el suelo. La bolsa que llevaba Shufflin había sido abandonada más lejos. Eso se correspondía con lo que dijo Lady Proud.

“Eso es básicamente lo que ocurrió.” Añadió Styler Mimi asintiendo con la cabeza. Ninguna de las presentes lo negó.

Manteniendo la voz baja, Fal preguntó a Snow White: “¿Alguien de aquí hizo algo con Umbrain, pon?”

“No. Nadie aquí está pensando eso… más bien piensan que si se descubriera que le han hecho algo, estarían en problemas.”

Si había alguien a quien se aplicaba eso, sólo podía ser Grim Heart, cuyo corazón no podía escuchar. Pero si Grim Heart hubiera hecho algo, alguien lo habría notado. Umbrain había desaparecido mientras Grim Heart estaba causando un alboroto, y la atención de todo el mundo había estado en ella.

“¿Entonces eso significa que fue sola a abrir el mamparo por sí misma y salir al exterior, pon?”

“No pudo hacerlo. Porque…” Uttakatta señaló a Filru, sentada a su lado, con una mano, “La Srta. Filru tenía sus cuerdas en ambas entradas. Se imaginó que sería todo un lío si había un ataque mientras estábamos discutiendo.”

Como no se lo habían contado a nadie, las dos no debían confiar en las demás. Ella habría estado comprobando no sólo si alguien entraba desde el exterior, sino también si alguien salía desde el interior. Cuando Snow White se disponía a salir, la que la había llamado había sido Uttakatta.

Como si estuviera desplumando algo, Filru juntó sus dedos índice y pulgar y los levantó. “He conectado este hilo a las entradas. Si se mueven, notaré que vibran.”

Umbrain había desaparecido de repente. No había usado una puerta ni subido por la escalera, y nadie se había dado cuenta, y lo que es más, nadie la había visto ni se había visto involucrado.

“¿No podría haberlo hecho Umbrain con su magia?”

“¡La magia de Umbrain no hace eso!” Gritó Lady Proud. Con la pared a su espalda, sus ojos oscilaban a derecha e izquierda. Su capa, intercalada entre su espalda y la pared, crujió. “Nadie lo hizo, y Umbrain no pudo haber desaparecido por su cuenta. Entonces tienen que haber sido ellas las que lo hicieron. Olvídate de negociar. No quieren negociar.”

“¿Pero no es extraño, pon? Si podían tratar con una chica mágica así, habrían venido a eliminar a los intrusos más rápido, pon.”

“Tal vez haya una especie de condición… Algo… que lo desencadene…” Lady Proud murmuraba para sí misma, con la mano en la boca, y había perdido claramente la calma. No estaba reaccionando bien al shock de la desaparición de Umbrain.

“Ves, a fin de cuentas deberíamos resolver esto de la manera más fácil.” A Marika Fukuroi, que había estado sola apoyada en la pared con cara de aburrimiento mientras escuchaba, se le dibujó una sonrisa en la cara. “No necesitamos ninguna de esas cosas aburridas como la discusión o la negociación. Las golpeamos y las pateamos, y la que quede en pie al final es el más poderosa. Eso es simple y fácil de entender.” Señaló el mamparo detrás de ella con el pulgar y terminó con: “Entonces, vamos.”

El razonamiento de Marika Fukuroi era similar al de Cranberry; más bien, era básicamente lo mismo. Y eso tenía que hacer enfadar a Snow White, que odiaba los exámenes de chicas mágicas al estilo de Cranberry y seguía destrozándolos. A Fal le entró el pánico, pensando que tenía que calmarla de alguna manera, pero Snow White seguía mirando al suelo, sin hacer ningún movimiento para actuar.

“Bien. Podemos preguntarles sus razones después de haberlas reducido.” Con un chasquido de tacones, Lady Proud se dirigió a la sala del bosque, mientras Marika Fukuroi la seguía como si tuviera ganas de irse, arrastrando a Styler Mimi con ella.

Grim Heart, que básicamente había estado lamentándose como música de fondo, gritó: “¡¿Por qué se van de una vez?! ¡Los ociosos serán decapitados!” y Shufflin saltó para corretear tras ellas.

Uttakatta se deslizó hacia Snow White y le preguntó: “¿Qué vas a hacer?”

“Iré con ustedes. No dejaré que se enzarcen en un conflicto inútil.” Su rostro estaba inexpresivo. Sus ojos estaban fijos en las espaldas de Lady Proud y las otras que se dirigían a la sala del bosque. Fal no pudo ver ninguna agitación en ella. Volvía a ser la Snow White de siempre.

“Eso es maravilloso. Entonces, ¿qué crees que deberíamos hacer?”

“Ven conmigo, por favor. Cuando llegue el momento, necesitaré tu ayuda para detenerlas.”

“Muy bien.” Uttakatta decía que tanto ella como Filru seguirían a Snow White.

“¿Te parece bien, pon?”

“Sí, creo.” Dijo Filru vagamente, pero básicamente estaba de acuerdo.

Uttakatta prosiguió: “Aunque ya lo habíamos discutido antes… Puede que busques crédito, pero como dicen, no hay nada que los muertos puedan ganar. También juré que trabajaría bien por el dinero que me pagaran, pero uno no puede comprar una vida con dinero, y no tengo interés en ninguna labor que conlleve ese riesgo.” Dirigió su barbilla hacia Lady Proud. “Parece que la Srta. Proud ha perdido mucho la compostura. Y la Srta. Fukuroi parece haber perdido la calma desde su concepción; el truco para sobrevivir es seguir a quien tenga más compostura. Así que, bien pueda, vamos.”

Esta vez, Filru asintió con decisión. “Cooperaré con usted.”

“Gracias.” Dijo Snow White. “Le echaré un vistazo a Fal y veré si hay algún puesto de trabajo disponible.”

Filru se quedó sin palabras. Se relamió, se inclinó y, junto con Uttakatta, salió al trote tras Lady Proud y las demás.

Furioso, Fal miró hacia Grim Heart, que estaba leyendo un folleto, y se dirigió a Snow White. No tuvo la consideración de bajar el volumen. “Nadie se dio cuenta de que Umbrain había desaparecido, pon. Así que no hay necesidad de que te sientas tan ansiosa por ello, pon.”

“¿Por qué crees que me siento ansiosa por ello?” “¿No te sentiste un poco molesta, pon?”

“¿Por qué piensas eso?”

“¿Cuándo tiempo crees llevo vigilándote, pon? Mi viejo amo me hizo observarte tanto que no pude soportarlo, y también te he estado observando todo este tiempo desde entonces, pon. Al menos puedo entender cómo te sientes, pon.” Fal nunca había mencionado a Keek delante de Snow White, ni siquiera ocasionalmente. Pero ahora, decidió hacerlo.

Snow White dejó escapar un suave suspiro. “Te hace parecer un acosador.”

“Bueno, supongo que es algo parecido, pon.” Las emergencias te permiten decir cosas que normalmente no podrías decir. Todo lo que había salido de la boca de Keek eran tonterías y delirios, pero Fal pensó que había tenido razón en esta cosa.

Siguiendo a Stanczyka, que iba en monociclo, Fal y Snow White abrieron el mamparo de la sala del bosque.