Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: El Milagro De Conocerte

Parte 2

✰  Styler Mimi

“¡¿Qué estás haciendo?!” Gritó de forma afectada, pero pudo adivinar fácilmente lo que Marika estaba haciendo. Estaba empezando una pelea. En cuanto a la razón por la que Mimi había dicho eso en voz alta: era para informar al oponente de que tenía la intención de intentar detener a Marika Fukuroi.

Luego corrió a toda velocidad. Estaba mostrando al oponente: “Mira cuánto esfuerzo estoy haciendo para intentar detenerla.” Si Marika Fukuroi hacía algo estúpido a pesar de esto, significaría que Mimi se había esforzado al máximo y aun así había sido incapaz de detenerla. Mimi tenía que asegurarse de que todo saliera así.

“Por favor, detengan esta violencia.” Dijo Mimi. “Todavía no se ha puesto violento.”

Marika Fukuroi no tenía reparos en lanzar ataques sorpresa. Se atrevía a hacer cosas como acercarse por detrás para golpear a alguien en la parte posterior de la cabeza.

Las chicas mágicas que fueran derribadas por estos ataques sorpresa perderían su derecho a luchar con Marika Fukuroi, mientras que aquellas chicas mágicas fuertes que pudieran evadirlos, resistirlos o devolver el golpe ganarían el derecho a luchar contra ella, o esa era su excusa. Por supuesto, a partir de ese momento, se enfrentaría a la lucha de forma justa y directa.

Cuando Mimi señalaba que tenía esto al revés, siempre era ignorada.

Esta vez fue más de lo mismo. Tras descubrir a una chica mágica en lo alto de un tejado, Marika se había abalanzado según su filosofía de mascota, y cuando Mimi había alargado la mano para detenerla, su mano había cortado el aire en vano, así que se había apresurado a seguirla, pero parecía que el ataque sorpresa de Marika había fallado. Por desgracia.

Esta chica mágica iba vestida toda de blanco. El tema principal era un uniforme escolar sujeto por su brazalete y adornos florales para enfatizar. Elementos como el material de sus botas que sobresalía un poco y el capullo de la flor de su diadema que estaba a punto de abrirse, eran agradables para las personas que tenían ojo para eso, pero Mimi alejó esos pensamientos relacionados con el trabajo al fondo de su mente.

El viejo saco que colgaba de su cintura no parecía ser originalmente de su traje. Era lo único que parecía realmente desgastado.

Probablemente era un objeto mágico. Aunque de un vistazo, Mimi no estaba segura de su uso.

Los ojos de la chica estaban fijos en Mimi y Marika, pero seguía atenta a su entorno. Aunque esto también estaba claro por cómo el ataque sorpresa de Marika no la había derribado, tenía una gran experiencia en la batalla, era físicamente muy capaz, y también era una maestra cuando se trataba de la magia.

Incluso un veterano decente sentiría pánico y miedo si fuera atacado repentinamente, pero esta chica mágica estaba tan calmada y serena, que era desagradable. Su postura de combate baja no mostraba ninguna debilidad.

“¡Ella es Styler Mimi, pon!”

Mimi se sobresaltó. Aquella extraña forma de hablar y aquella voz sintética, aguda como la de un niño, la había oído salir del pecho de la chica mágica de blanco. Al darse cuenta de que se trataba de un personaje digital de tipo hada como mascota, se sintió internamente descorazonada. Las chicas mágicas que tenían mascotas o bien tenían bastante estatus o algún tipo de respaldo.

Había demasiadas razones por las que no era alguien con quien Marika debía luchar.

Mimi levantó las manos en señal de resignación. “Lo siento mucho por esa idiota de ahí.”

“Hey, ¿a quién llamas idiota?”

Ignorando el comentario de dicha idiota, Mimi continuó: “Aunque un desafortunado malentendido puede haber hecho que se estrelle descuidadamente contra ti, no queremos pelearnos. Lo sentimos mucho.”

“Por supuesto que quiero luchar contra ella. Aquí tengo la oportunidad de conocer a la Cazadora de Chicas Mágicas.”

¿La Cazadora de Chicas Mágicas?

El traje blanco con temática de uniforme escolar, el personaje mascota tipo hada digital, el viejo saco y esa actitud sin encanto. Eso tenía sentido. Era exactamente como decían los rumores. Y al ser coronada con el título de Cazadora de Chicas Mágicas, por supuesto que también había sido capaz de resistir el ataque sorpresa de Marika.

Decían que había desenmascarado a famosas chicas mágicas villanas ella sola, y que sólo oír su nombre hacía temblar a los forajidos.

Con las palmas de las manos aun mirando a la chica, Mimi dio tres pasos hacia atrás. Había pensado que algo así ocurriría, algún día. No había manera de que Marika se saliera con la suya siendo la clase de chica mágica tirana que utilizaba sus conocimientos para el mal, que había pisado y roto el busto de su benefactor, que se había metido en una gran trifulca con sus antiguos camaradas, para siempre.

Le vino a la mente la expresión es hora de pagar los platos rotos.

Era una frase anticuada, pero le pareció correcta.

Ahora Marika sería la cazada.

Era una persona increíblemente desagradable, una alborotadora que causaba problemas a los demás, la encarnación de la violencia, un perro rabioso que mordía a todo el que se acercaba, la oveja negra de la Escuela de Preparación Archfiend, pero ahora que había llegado a esto, Mimi sentía pena por ella. En su corazón, se despidió: Adiós, Marika Fukuroi.

Ella no podía conocer los sentimientos de Mimi. Sin dejar de mirar a Snow White, Marika Fukuroi le preguntó a Mimi: “¿Qué? ¿No nos vas a detener?”

“No, no lo haré. No voy a detenerte.”

“Vaya, de repente te has vuelto muy comprensiva. Ahora quédate así.” Marika se deslizó otro medio paso hacia delante, haciendo que la distancia entre ella y Snow White fuera de unos cuatro metros. Mimi estaba de pie justo detrás de ella, lo que era peligroso en sí mismo.

Mimi se movió dos pasos hacia la derecha, y esta vez, Snow White se movió. ¿Así que finalmente la Cazadora de Chicas Mágicas comenzaría la cacería?

Snow White se enderezó de su postura inclinada hacia delante y, al igual que Mimi, giró las palmas de las manos hacia las otras dos. “No quiero pelear.”

“¿Por qué no?” Respondió Marika, realmente confundida. “¿Eh?” Dijo Mimi, sin poder ocultar su decepción.

Sin embargo, antes de que Snow White pudiera responder, sonó un ruido electrónico chirriante y los ojos de Mimi se volvieron hacia el lado derecho del edificio.

De repente, sintió una presencia. No es que haya sido rápida. Estaba allí antes de que ella se diera cuenta. Un bufón estaba al otro lado de la valla de eslabones, de pie y encogiéndose de hombros.

***

✰  Fal

Hubo tres razones en total por las que Fal se puso nervioso.

La primera era que la chica mágica había aparecido simultáneamente con la reacción en el radar de Fal. Marika Fukuroi había sido aterradoramente rápida, pero aunque sólo hubiera tardado medio parpadeo, había habido un lapso de tiempo hasta su aparición, y había habido un indicio de su duro salto en la energía que había generado. Esta chica mágica —la mayor parte de su cara estaba cubierta con una máscara que tenía una expresión caricaturesca pintada en ella: el ojo derecho cerrado, con el izquierdo abierto y llorando una lágrima—, esta chica mágica con aspecto de bufón había aparecido de repente, sin mostrar nada de la energía necesaria para el movimiento.

Lo segundo era que el bufón se encontraba en un lugar donde no había nada que pisar. El tejado de este edificio estaba rodeado por los cuatro lados por una valla de eslabones, y más allá no había nada.

Y el bufón estaba allí, donde no había nada. No eran pocas las chicas mágicas que podían flotar en el aire o volar en el cielo, pero este bufón no estaba utilizando ninguno de esos métodos comunes para estar allí. Estaba sobre zancos. Era como una broma de mal gusto.

La tercera cosa era que Snow White se ponía nerviosa al ver al bufón. Snow White se enfadaba y se alegraba. Pero no mostraría esos sentimientos a los demás; se los guardaría en su interior.

Fal podía saber lo que Snow White sentía basándose en pequeños cambios en su expresión, porque Ripple le había dicho una vez específicamente dónde mirar. Ahora, en cambio, Snow White se ponía en guardia, tratando de retroceder. Pero la parte posterior de su tacón golpeó la valla de eslabones, impidiendo su retirada, y su cabeza se movió hacia atrás para mirar detrás de ella antes de volver a mirar al frente.

Snow White se puso nerviosa y retrocedió, y para colmo fue incapaz de ocultarlo. Esto era algo que nunca había sucedido antes.

Marika Fukuroi miró fijamente al intruso, mientras que Styler Mimi se sobresaltó, con la boca entreabierta. Parecía que las dos no habían previsto esto, y no se trataba de alguien que conocieran.

La bufona bajó de un salto de sus zancos y se colocó encima de la valla metálica. Recogió los dos zancos para sujetarlos con la mano izquierda. Al ser tan largos, tenían que ser bastante pesados. La parte superior de la valla se deformó y se dobló, pero ella se mantuvo en pie sin perder el equilibrio.

La bufona deslizó los zancos hacia la abertura de su manga izquierda, hasta que finalmente, cada centímetro de los zancos superlargos, que debían medir más de veinte metros, desapareció dentro de su traje. Marika Fukuroi silbó. Esa tenía que ser la magia del bufón.

Fal nunca había visto ni oído hablar de esta chica mágica. Si no existía en la base de datos de Keek, ¿era una chica mágica bastante nueva? Pero sus movimientos eran demasiado magistrales para ser los de una novata. No se sentía para nada nerviosa en presencia de tres luchadores serios.

La bufona extendió los brazos y luego juntó sus palmas. El sonido de su palmada hizo que el aire se estremeciera, y cuando separó las manos, éstas tenían una hilera de banderas internacionales.

“¿Y quién eres tú?” Marika Fukuroi expresó la pregunta que todos debían estar pensando, aparte de la propia bufona. La bufona ladeó la cabeza y luego saltó de la valla con un ligero golpe, volando por el aire. Dio una patada a la pared del edificio contiguo a éste, aprovechó el retroceso para dar una media vuelta y rebotar en el letrero eléctrico de un negocio de la industria del sexo, haciendo que su luz se oscureciera por un instante, y luego puso la mano en la barandilla de hierro del edificio.

No sólo su traje, sino también su forma de moverse, era de tipo bufón. Mientras saltaba y brincaba, hacía gestos tontos como extender las manos y encogerse de hombros, moviéndose como si estuviera bailando mientras saltaba, con las estrellas que sólo se veían tenuemente en el cielo como fondo.

La bufona se volvió hacia ellos, levantó el dedo índice de su mano derecha y señaló detrás de ella. Luego, con un ligero salto, se alejó corriendo.

“¡Hey, tú! ¡Espera!” Le gritó Marika Fukuroi a su espalda, que se hizo pequeña y distante en un abrir y cerrar de ojos, pero no se detuvo. Marika salió corriendo, con Mimi siguiéndola, diciendo: “¡No causes más problemas!”, mientras Snow White iba tras ella, y las cuatro chicas mágicas corrían por el centro de la ciudad.

Snow White volvía a ser la de siempre: audaz, sin encanto y sin inmutarse, pasara lo que pasara. Emprendía las cosas con un comportamiento desafiante que parecía incluso temerario.

¿Qué es lo que la ha hecho tambalearse?

“Hey, ¿qué opinas, pon?”

“¿Qué quieres decir?” Respondió Snow White.

“No tengo datos sobre ella, pon. O se ha convertido en una chica mágica recientemente, o si no…” Fal llegó a una posibilidad: Si había una chica mágica que no existía en su base de datos, y se movía como una veterana, ¿qué clase de chica mágica sería?

“¿Y si es el tipo de chica mágica cuya existencia no puede hacerse pública, pon?” Al parecer, en Ciudad B había existido una chica mágica llamada Rain Pow que había sido criada como especialista para hacer el trabajo sucio. Una chica mágica que no aparecía en los registros oficiales, que se mantenía en secreto—Fal pensó que este bufón también podría ser algo así, pero…

“No lo creo.” Snow White rechazó inmediatamente esa idea.

“¿Eh? ¿De verdad, pon? Y yo que pensé que había dado en el blanco.”

“Esa chica no tiene mala conciencia.” “… Ahh.”

La magia de Snow White consistía en “escuchar los pensamientos de los necesitados”. Decía que no sólo podía oír cuando la gente tenía problemas, sino que incluso podía captar cuando su subconsciente decía cosas como: Quiero hacer esto (pero si eso ocurriera, estaría en problemas).

Es posible que Snow White también haya utilizado esa magia hace un momento, cuando levantó las manos hacia Marika Fukuroi para demostrar que no tenía intención de luchar. Para Marika Fukuroi, el hecho de ser rechazada para una pelea debía de ponerla en más problemas que el hecho de pelear. Aunque incluso Fal, que no podía leer la mente, había sido capaz de darse cuenta de eso.

“¿Escuchaste sus pensamientos, pon?”

“No es una mala chica. Pero hay algo en ella que es extraño. Es demasiado pura.”

“… ¿Qué significa eso, pon?”

“No lo sé. Es la primera vez que oigo algo así. Tiene un objetivo, pero nunca tuve la sensación de que estuviera ansiosa por llevarlo a cabo.”

***

✰  Prism Cherry

“Porque los lápices de Quake son para dibujar.” Dijo Deluge.

“Lo que me recuerda.” Añadió Inferno. “¿Qué pasó con lo que dijiste que me ibas a enseñar esos bocetos?”

“Yo no he dicho nada. En primer lugar, nunca me ofrecí a nada.” Respondió Quake.

“¿Eh? ¿Qué bocetos?”

“Vamos, por favor, no saltes sobre eso.”

La mampara comenzó a abrirse y todas miraron hacia ella. La única que podría entrar ahora sería Tempest, pero era claramente demasiado pronto para que volviera.

“¡Malas noticias, malas noticias! ¡Muy malas noticias!” Volvió toda asustada. Había volado diciendo que se había quedado sin minas para su portaminas, por lo que iba a casa a conseguir algunas, y ahora, por alguna razón, estaba de vuelta, con pánico.

Es más, fue extrañamente rápida en regresar.

Incluso para Princess Tempest, que podía presumir de ser la más rápida de The Pure Elements, era demasiado pronto para que volviera. Y aunque sólo había ido a buscar minas, había perdido totalmente la cabeza y estaba en pánico, diciendo: “¡Esto es horrible! ¡Esto es terrible!” Parecía que no podía esperar a que se abriera la mamparo de la sala de reuniones, ya que empujó su hombro hacia las puertas, forzándose a pasar.

“¿Por qué tienes tanta prisa?” Princess Deluge, que había estado discutiendo la velocidad de lectura del manga con Inferno, ladeó la cabeza.

Inferno también levantó los ojos de la revista de manga para volver la cara hacia Tempest. “¿Qué pasa?”

“¡Es un desastre! ¡Es simplemente malo!”

Entonces sucedió: un fuerte timbre sonó en la sala y el corazón de Prism Cherry  casi se le sale del pecho. Mirando  a su alrededor, preguntándose qué estaba pasando, vio que todas las princesas habían derribado violentamente sus sillas y estaban mirando el monitor.

Un rato después, Prism Cherry les siguió. Mirando el monitor por encima del hombro de Quake, vio la entrada del laboratorio. Allí aparecía más de una figura.

Era un grupo de dos: una llevaba una magnífica capa y la otra un gran paraguas.

Su corazón volvió a saltar a la garganta. Eran chicas mágicas.

“¡Sí! ¡Había enemigos! ¡Había uno como un payaso, y otro con una capa, y otro con un gran paraguas que venía a atacar! ¡Es verdad! ¡No estoy mintiendo!”

“Cálmate, Tempest. No estoy diciendo que estés mintiendo.” “¿Más enemigos?”

“Simplemente no renuncian.”

“Son diferentes a los anteriores, ¿verdad?” “Esta vez lucharé.”

“Estás tratando de tomar todo lo bueno para ti, Inferno.” “La última vez te llevaste todo lo bueno, Tempest.” “Las damas primero.”

“Si es así, entonces todas somos damas.”

Las princesas hablaban con ligereza, pero sus expresiones eran tensas y alertas.

Prism Cherry apretó su corazón. Pensar en lo que iba a pasar ahora hacía que se apretara. Entendía lo que debía hacer. Ya lo había decidido. Prism Cherry era un miembro de The Pure Elements. Haría lo que fuera necesario para protegerlas.