Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: Todos, Reúnanse

Parte 4

✰  Princess Inferno

Cuando Deluge y Tempest volvieron tarde, su informe frustró a Inferno. “¿Qué demonios, un giro emocionante? Si hubiera sabido que eso iba a pasar, ¡habría ido yo mismo a la recuperación!”

“Eso es bastante descarado viniendo de la persona que menos quería hacer la recuperación de todas.” El tono de Tempest era indignado, pero parecía orgullosa y emocionada. Estaba disfrutando del hecho de que habían sido atacadas por tres misteriosas chicas mágicas.

Claro que está emocionada, pensó Inferno. Esto prometía más emociones que todo el tiempo que habían pasado simplemente tratando con Disruptores y entrenando.

Sin embargo, Quake tenía el ceño fruncido. “¿Qué significa esto?

Estaban detrás de nosotras, ¿no?”

Deluge también parecía preocupada. “Sí. Dijeron ‘presa’. Parecía que no sabían dónde estaba el laboratorio.”

“No las han seguido, ¿verdad?” Les preguntó Quake.

“Miré desde bastante alto.” Respondió Tempest. “Pero nadie vino a perseguirnos. Apuesto a que Inferno pensaría que es más divertido si nos hubiesen seguido.”

“Vaya, ¿es tan obvio?” “Chicas, esto no es una broma.”

Deluge y Quake estaban bastante conmocionadas, pero parecía que el shock de Prism Cherry estaba en otro nivel. Su cara se había quedado en blanco y estaba completamente callada, con la mano sobre la boca y perdida en sus pensamientos sobre algo.

A Inferno le hizo gracia, pero pensó que la preocupación de Prism Cherry era razonable. Aunque Deluge y Tempest las hubieran alejado sin dificultad, Prism Cherry no era tan poderosa en combate como ellas dos, y no tenía el Modo Lujo ni un arma. Si Prism Cherry hubiera sido la atacada, bien podría haber sido capturada como la “presa” que habían mencionado.

Todo el mundo tenía que estar pensando en eso.

“Es un poco temprano, pero por ahora, demos el día por terminado.”

Nadie se opuso a la decisión de Quake, por lo que terminaron sus actividades antes de lo habitual. Prism Cherry hizo que Deluge la enviara a casa, mientras que Quake se separó de ellas frente a la fábrica y, por si acaso, Inferno siguió a Tempest cerca de su casa.

Inferno estaba preparada para escuchar a Tempest decir que no necesitaba todo ese alboroto, pero, en contra de lo que esperaba, Tempest no se quejó y, cuando estaban a punto de separarse, dijo: “El club de niños va a hacer un viaje a la Montaña Takatoko el mes que viene, ¿no?”

“Oh, ¿ya falta tan poco? Lo hacen todos los años, pero parece que cada vez sucede más deprisa.”

“¿Vienes, Aka?”

“Tal vez no. Apenas cuenta en el periodo de pruebas, así que dudo que mi madre me deje.”

Tempest bajó un poco la mirada. “Ya veo. No se puede hacer mucho porque es antes de una prueba, ¿eh?” Dijo y sonrió.

***

✰  Princess Quake

Al escuchar que habían sido atacadas por un misterioso enemigo, su primera reacción fue de preocupación. Ansiosa por saber si Deluge o Tempest habían sido heridas física o mentalmente, cuando vio a Tempest jactarse de que los enemigos no habían sido tan fuertes y los habían expulsado fácilmente, Quake se sintió finalmente aliviada.

Tras el alivio, a continuación, la curiosidad levantó la cabeza. La aparición de un nuevo enemigo era un acontecimiento que aparecía en todo tipo de historias de acción, no sólo en el anime de chicas mágicas.

¿Qué clase de enemigo era y cuál era su objetivo al oponerse a The Pure Elements?

Tres chicas mágicas. Tenía mucha curiosidad.

Quake había preguntado por el aspecto general de estas chicas mágicas a las demás. Completando varias partes con su imaginación, empezó a hacer algunos bocetos, y mirándolos, hizo algunas correcciones más para acercarse a la estética. ¿Era realmente lo mismo que lo real, o era diferente?

Tempest había dicho que parecían profesionales. Con la inmadurez fundamental de las chicas, también eran profesionales. Curioso, sin duda.

Quake valoraba su tiempo con el grupo como The Pure Elements, y estaba agradecida por ello. Pero el tiempo que pasaba sola en su habitación con su cuaderno de dibujo también era valioso. Sacó del armario un cuaderno de bocetos que había empezado a dibujar y, cuando empezó a hacerlo, la luz fluorescente del techo parpadeó.

Chasqueando la lengua, Chiko miró hacia la luz. Una de las dos bombillas fluorescentes era de color negro hollín. La otra parecía estar a punto de apagarse, parpadeando una y otra vez. No tenía extras. Ninguna de las tiendas del barrio vendía fluorescentes a esas horas.

“Modo Princesa: ¡Encendido!”

Sin dudarlo, se transformó en Princess Quake. Ahora, incluso con la luz apagada, podía ver en la oscuridad. Metiendo la cola en su espalda bajo el cojín del suelo, se enfrentó a su cuaderno de dibujo una vez más, empuñando su lápiz.

Deluge y Tempest enfrentándose a las misteriosas chicas mágicas. Tempest girando libremente por el aire. Deluge blandiendo su tridente, cayendo de él una escarcha brillante. Su imaginación estaba inspirada.

Siguió dibujando hasta que agotó su lápiz, y luego corrió a por otro lápiz. Sólo había llenado este cuaderno hasta la mitad, pero sacó uno nuevo y empezó a dibujar en él.

Se le había escapado la lengua y había mencionado que había estado dibujando. Inferno se empecinaba en molestarla “¡Muéstrame, muéstrame!” Inferno no era egoísta de por sí, pero era del tipo asertivo. Al contrario de la impresión muy maquillada y moderna que se desprende de su aspecto normal, no transformado, era una persona sorprendentemente fiable y con un fuerte sentido del deber, pero también tendía a no querer pensar demasiado. Carecía de la sensibilidad necesaria para mostrar consideración en asuntos tales como el motivo por el que Quake podría no querer mostrarle esos bocetos.

Quake reconoció que también era un rasgo atractivo en ella, pero aun así no quiso mostrárselo. O mejor dicho, no podía. Los bocetos de los Disruptores eran, en última instancia, extras, y la mayor parte de su arte representaba a las princesas y, además, había un número inusual de autorretratos. Aparte de ello, todo eso se mezclaba con los bocetos que había hecho a base de mirar la piscina de los niños de primaria desde el parque y las chicas guapas con las que se había cruzado por la calle, el tipo de cosas que olían a criminalidad. Si se veían esas cosas, perdería su autoridad como líder e incluso podría ser expulsada de The Pure Elements. Habiendo adquirido esta razón de ser, no quería perderla.

Así que Quake tuvo que preparar un falso cuaderno de dibujo para mostrar a Inferno, algo que fuera lo más correcto posible, con poco de su interés particular, algo seguro. Conteniendo sus impulsos internos de desbocarse, su lápiz se deslizó.

“Ser una chica mágica no va a ser una tarea fácil.” Refunfuñó para sí misma.

***

✰  Princess Tempest

Las cosas buenas vienen en múltiplos.

Este nuevo desarrollo de enemigos misteriosos era básicamente vital para el anime de chicas mágicas, y seguramente fue su propia e increíble suerte el haber sido bendecidas con la oportunidad de luchar contra enemigos como este desde el principio. Tempest también se había asustado un poco, pero cuando había luchado contra ellas, no habían sido tan fuertes.

Si estaban en el Modo de Lujo, era muy fácil, e incluso en sus formas normales, podían luchar bastante decentemente. No, tal vez incluso podrían haber ganado, en sus formas normales. Incluso si sus oponentes no hubieran bajado la guardia, Tempest y Deluge habrían estado seguras de ganar.

Y más cosas buenas estaban sucediendo. Akari no iba a ir a la excursión del próximo mes. Aunque sólo había dicho que probablemente no podría ir, su madre no iba a enviar a su hija a ayudar en el club de niños cuando estaba cerca un examen. Era bien sabido en el barrio que la madre de Akari se quejaba a menudo de las notas de su hija.

Si Akari no iba, en otras palabras, eso significaba que nadie se interpondría en el camino de Mei. Por fin podría llevar a cabo el plan que llevaba tiempo preparando.

Había tenido este plan en mente desde que se convirtió en una chica mágica. No sería exagerado decir que éste había sido su principal objetivo al convertirse en una chica mágica. Era un plan maravilloso y original.

Primero, el día de la excursión del club infantil, Mei se inventaría alguna excusa para faltar. Luego se transformaría en secreto en Princess Tempest y seguiría al club infantil. Por supuesto, no se olvidaría de cambiar su traje. Un traje de chica mágica destacaría demasiado en una situación normal, y más aún en medio de la naturaleza.

Y entonces, y luego —pretendiendo que era una coincidencia—, se toparía con el club de niños en la Montaña Takatoko y llegaría a conocer a Shou Minamida. Los encantos de Tempest le harían perder la cabeza y, en poco tiempo, acabarían saliendo juntos.

Cuando a Mei se le ocurrió esta idea totalmente novedosa que a nadie se le había ocurrido antes —transformarse en una chica mágica y cambiar su atuendo para conocer a su enamorado— estaba segura de que tenía el mundo en sus manos. Aunque una alumna de segundo grado no pudiera salir con un chico de escuela media, no había nada extraño en que una chica mágica que tenía básicamente la edad de estar en la escuela media se convirtiera en novia de un chico de escuela media. Si su mayor preocupación, Akari, estaba fuera de la imagen, el corazón de Shou pertenecería a Mei. No podía decir que fuera el mejor lugar para una cita, y los niños y los tutores que vinieran serían un extra innecesario, pero aun así, mientras Mei pusiera la ternura de Tempest por delante, debería ser capaz de eclipsar los aspectos negativos.

Había hecho muchas cosas para prepararse. Antes de irse a la cama por la noche, con un diccionario en la mano para escribir en lecturas de kanji, había leído libros de consejos para citas. Había probado todo tipo de amuletos. Pidió a un fabricante de Tokio un perfume que, según decían, haría florecer el amor y se lo echó. Rezó a los dioses y también a los budas.

Todo era para la realización de su amor. Ella había observado a Shou cada vez que estaba con el club de niños. Realmente estaba interesado en Akari. Pero Akari era densa y carecía de sensibilidad para captar ese tipo de sutilezas del corazón. En cierto modo, esto era a la vez una suerte y una desgracia: aunque Akari y Shou no habían empezado a salir, habían acabado a medio camino.

Mei pondría fin a esta situación a medias.

Al separarse de Akari cuando estaba cerca de su casa, Tempest se coló en su casa por la ventana de su habitación. Antes de irse a dormir, revisó su mochila, comprobó que su ropa de gimnasia estaba empaquetada, comprobó que sus deberes estaban bien hechos, besó la foto de Shou que había sacado en secreto, rezó a los dioses, rezó a los Budas y se tiró en su cama.

En el umbral entre el sueño y la realidad, los pensamientos caprichosos se pasean por su mente.

Incluso si las cosas funcionaran bien con Shou en la Montaña Takatoko, algunos enemigos misteriosos podrían atacar allí. Si eso ocurriera, Tempest protegería a Shou y lucharía contra los enemigos, y entonces, inesperadamente, revelaría su verdadera identidad. Entonces los dos compartirían un secreto, y además, eso del efecto del puente colgante podría despertar sentimientos románticos. No, definitivamente lo haría.

Era demasiado perfecto. ¿Estaba bien que las cosas fueran así de perfectas? ¿No se sentiría la gente celosa o resentida con ella? Adormecida en sus mantas, Mei sonrió débilmente.

***

✰  Princess Deluge

Deluge escoltó a Prism Cherry para enviarla a casa de forma segura. Afortunadamente, el enemigo no las interceptó.

Al separarse de Cherry en el porche de su casa, saltó al tejado de la casa vecina para mirar hacia atrás y ver a Cherry saludándola. Deluge le devolvió el saludo y salió corriendo por los tejados.

Mientras corría, reflexionaba. Y cuanto más reflexionaba, más le molestaba todo.

Todos los miembros iniciales de The Pure Elements tenían tiaras con Joyas de Princesa. Prism Cherry no tenía una tiara ni una Joya de Princesa. Las tres chicas mágicas con las que habían luchado esa noche tampoco llevaban ni tiaras ni Joyas de Princesa.

También había otras diferencias entre Prism Cherry y los miembros iniciales. Prism Cherry no tomaba ninguna medicina. Las otras cuatro necesitaban medicinas para ser chicas mágicas. Cherry tampoco tenía su propia arma, como un martillo o un tridente. E incluso si cosas como esa aguja de coser, el espejo de Cherry o una paja para las burbujas contaran como armas, solo la chica de la ropa de luto había estado completamente desarmada.

Cuanto más pensaba Deluge en ello, más diferentes le parecían esas otras chicas mágicas de The Pure Elements. No podía evitar sentir que esas tres habían sido, si acaso, más parecidas a Prism Cherry.

Pensó que era una coincidencia que hubiera conocido a Prism Cherry. Deluge también había sido la primera en hablar con ella.

Después de ver a su compañera de clase, Sakura Kagami, transformarse en una chica mágica, Deluge había hablado con ella en la escuela. Había pensado que seguramente sería divertido tener una amiga chica mágica en su clase. El mero hecho de pensar en tener una compañera de clase con la que pudiera ser ella misma, sin mentir ni ocultar nada, la había entusiasmado. Eso era todo, y no había pensado mucho en ello.

Princess Deluge saltó desde lo alto de un tejado para agarrarse a la pared de un alto edificio y correr hacia arriba. Sus pensamientos llenaban cada vez más espacio y no se ordenaban.

Cuando ella y Tempest habían informado de que habían sido atacadas por tres chicas mágicas, Inferno había parecido frustrada, deseando haber estado allí para también haber peleado. Quake se preocupó por si estaban bien. La cara de Prism Cherry se había quedado en blanco mientras temblaba. Inferno había preguntado cómo habían sido los enemigos y Quake le había preguntado si estaba segura de que realmente habían sido chicas mágicas, pero Prism Cherry no había dicho nada mientras se limitaba a estremecerse en el acto.

Ahora que lo pensaba, esa reacción destacaba, en comparación con las demás. Habían sido atacados por enemigos, pero Tempest y Deluge no habían tenido problemas para expulsarlas. Tempest se había mostrado orgullosa de los resultados de la batalla, presumiendo ante Inferno. Eso no debería haber dado a Cherry la impresión de que eran enemigos a los que temer.

Prism Cherry no era una luchadora tan fuerte como el resto. Pero aun así, nunca había sido tímida o temerosa de los enemigos que pretendían matarlas, como los Disruptores. Se enfrentó a ellos con valentía.

¿Por qué se había asustado tanto al enterarse de la llegada de esos enemigos si no eran tan fuertes? ¿Sabía ella quiénes eran esos enemigos y por qué habían venido a atacar?

Uno de los enemigos había dicho algo sobre chicas mágicas artificiales.

Trepando por el edificio de apartamentos, Deluge volvió a su propia habitación. Deshaciendo su transformación, volvió a ser Nami Aoki. Sus pensamientos dispersos, que habían estado a punto de escapársele de las manos, se fueron uniendo poco a poco. Quizá Prism Cherry era la chica mágica artificial que las tres habían estado buscando. Era una chica mágica artificial —aunque Deluge aún no entendía qué era eso— que se había escapado de su laboratorio y vivía en secreto en la ciudad, y los enemigos habían ido tras ella. Habían hablado como cazarrecompensas con su recompensa por delante, como diciendo que si la atrapaban y la recuperaban, obtendrían dinero y crédito por ello.

¿Por qué no intento preguntarle a Cherry en persona mañana?

Si le preguntaba de forma demasiado directa y arruinaba su relación, tanto si era cierto como si se trataba de un malentendido, no tendría sentido. Intentaría lanzarle una pregunta lo más indirecta posible, pero que también comunicara adecuadamente lo que realmente quería decir.

Basándose en esta suposición, reflexionó. ¿Qué quería hacer con Cherry? ¿Quería protegerla? ¿O pensaba que, por su propia seguridad, sería mejor entregarla?

Inferno juraría protegerla, pasara lo que pasara. Quake haría lo mismo. Tempest no sería diferente. Entonces, ¿qué pasa con Deluge? Si lucharan contra enemigos del mismo nivel que los de esa noche, no habría problema, pero ¿no podría haber enemigos más fuertes? Si encontraran enemigos así, ¿podrían ganar con seguridad?

Quería preguntar a la “profesora” si realmente estaba bien haber invitado a Prism Cherry a unirse. La habían invitado sin pedir permiso, así que quería asegurarse de que eso estaba bien, y también quería que su profesora les dijera lo que sabía de esos tres atacantes. También había muchas otras cosas que quería preguntar. Pero la profesora no les había dado la cara durante unas semanas. Todas habían especulado juntas sobre lo que le había ocurrido. Habían zanjado la discusión con un “Tal vez sólo esté ocupada”, pero Deluge no sabía si realmente era eso. Todas las ideas que le venían a la cabeza eran desagradables, como que tal vez no estaba ocupada pero había una razón que le impedía venir, o que estaba en una situación en la que no podía venir.

De cara a su mesa de estudio, se sujetó la cabeza mientras reflexionaba. Sus pensamientos, que habían estado a punto de unirse, se dispersaron una vez más.

***

✰  Prism Cherry

Por fin habían llegado. Ella había pensado que esto sucedería eventualmente. Pero ahora, finalmente estaban aquí.

Esas tres habían dicho que buscaban chicas mágicas artificiales. Al oír el término “chicas mágicas artificiales”, Prism Cherry sólo pudo pensar en una cosa… o más exactamente, en cuatro personas. No eran chicas mágicas “normales” sino “especiales”. Tenían diademas y gemas a juego, y tomaban medicinas periódicamente. Sus talentos de chicas mágicas no se habían descubierto mediante un examen de selección, sino en un laboratorio.

Deluge, Infierno, Quake, Tempest. Eran esas cuatro. El hecho de que hubieran salido de un laboratorio encajaba muy bien con la palabra “artificial”. Cherry no sabía cuál era el problema de ser artificiales, pero serían el objetivo, a pesar de todo. Tal vez las chicas mágicas artificiales eran una transgresión al Reino Mágico, o tal vez el Reino Mágico no tenía nada que ver, y estos atacantes eran como espías de una industria que salía a robar esta tecnología.

En The Pure Elements, Prism Cherry era la única que conocía el Reino Mágico, cómo se suponía que eran las chicas mágicas y los exámenes legítimos de selección de chicas mágicas. Si ella les contara, si compartiera esta información, podrían dar un primer paso adelante.

Estaba demasiado asustada para dar ese paso.

Incluso después de que Deluge la llevara a casa, Prism Cherry siguió preocupada.

Durante el desayuno de la mañana siguiente, en el camino a la escuela y durante la clase, la cabeza de Sakura estaba en las nubes todo el tiempo, y no podía absorber nada. Su cuerpo estaba habituado a su día a día, así que dejaba que se moviera por sí mismo mientras su cabeza estaba en otra parte.

¿Debía decírselo a las demás? Si iba a hablar, ¿cómo debía hacerlo?

¿Estaría bien que se los dijera?

No llegó a ninguna conclusión. No se le ocurría una forma de revelar la información y mantener su relación actual.

Sakura terminó tiempo en la cafetería sin probar la comida. Para la hora del almuerzo, decidió que iría a la biblioteca a pensar en las cosas, así que rechazó a sus amigos y estaba saliendo del aula cuando alguien la llamó, y se detuvo. Sabía quién se dirigía a ella. Mientras cuidaba cada una de sus acciones, asegurándose de no parecer asustada y de no actuar de forma sospechosa, se dio la vuelta y sonrió. “¿Qué pasa, Aoki?”

“Bueno, es por lo de ayer.” Sus ojos se encontraron. Ella miraba firmemente a Sakura. Incapaz de apartar la vista, Sakura le devolvió la mirada.

“Las cosas podrían ponerse muy peligrosas a partir de ahora.” Dijo Nami.

“Sí. Podría ser bastante peligroso.”

Nami Aoki —Princess Deluge— era, pensó Sakura, una persona más seria, en comparación con las otras tres. Pero ella nunca le había dado a Sakura una mirada tan seria.

“¿Te quedarás con nosotras hasta el final, Prism Cherry?”

“Sí.” A pesar de todas sus preocupaciones, se encontró respondiendo al instante. Las palabras salieron antes de que pudiera pensar en ello.

“Gracias. Entonces yo también te protegeré.”

“Yo… yo también las protegeré a todas ustedes. Aunque no soy muy fuerte.”

Ambas extendieron sus manos casi al mismo tiempo y se estrecharon, y luego Nami retiró su mano y salió corriendo.

“¡Gracias! Entonces, ¡hasta luego!” Mirando hacia atrás, Nami sonreía con una expresión realmente aliviada, como si se quitara un peso de encima.

Cuando Sakura se vio reflejada en una ventana, descubrió que tenía una sonrisa similar. Realmente parecía aliviada.

***

✰  Filru

Ese día Filru no pudo cumplir con su horario diario de ver la telenovela, porque tuvo que dedicar algo de tiempo a invitados repentinos. Dos chicas mágicas se colaron en la habitación, asegurándose de no ser vistas.

“Oh, esta es una habitación absolutamente maravillosa.” “Oh sí, muy bonita.”

Aunque Filru dudaba de que ninguna de las dos pensara nada de eso, ambas hablaban en tonos extrañamente emotivos. Tal vez, cuando uno era un trabajador independiente, a diferencia de lo que ocurría cuando se trabajaba en la burocracia gubernamental, tenía que hacer uno o dos cumplidos que no sonaban como tales. Y ahora Filru había llegado a un punto en el que tenía que aprender a vivir también ese estilo de vida.

“La habitación no es muy grande, pero por favor, entren.”

Era una habitación de un hotel de negocios, así que, por supuesto, no estaría amueblada con suficientes sillas para todas ellas. Una vez que las dos chicas mágicas se quitaron los abrigos, la que llevaba ropa de luto se sentó en la única silla sin dudarlo, mientras que la chica del mono y Filru se sentaron cada una en una esquina de la cama.

“Um.” Dijo la chica del mono. “¿Está permitido que hablemos de ese correo electrónico?”

“Ah, sí.” Respondió Filru. “Ahora que lo mencionas, no debíamos hablar de ello, ¿verdad?”

“Creo que estaría bien, dado que todas nosotras lo recibimos. Si todavía te preocupa, supongo que podrías hablar de forma adecuadamente ambigua.” La chica vestida de luto se presentó como Kafuria. Parecía que iba por ahí apareciendo en las peleas y ayudando a resolverlas, recibiendo a cambio sólo muestras de agradecimiento.

“Sin embargo, pensaba que era el único destinatario.” La chica del mono era Uttakatta. Al parecer, era una especie de mercenaria, y siempre que un departamento determinado necesitaba ayuda temporalmente, la contrataban con un contrato limitado por un periodo determinado.

“Yo también lo había pensado.” Filru también había explicado un poco su propia situación, revelando todo sobre su búsqueda de empleo. Fue un poco embarazoso.

La noche anterior, después de que aquellas dos chicas mágicas artificiales las expulsaran, se dispersaran y huyeran, las tres habían vuelto a la azotea de aquel edificio y se habían presentado. Las tres eran unas perdedoras. Ya no tenía sentido tratar de ocultar lo que buscaban o contenerse entre sí. Se habían contado unas a otras cómo habían llegado a perseguir a esas chicas mágicas artificiales y habían descubierto que todas habían recibido correos electrónicos sospechosos.

“Pero a pesar de todo, tendremos que trabajar juntas, ¿no?” Dijo Kafuria.

“Ya que esas señoras parecían ser muy fuertes.” Aceptó Uttakatta.

“Sería un poco imprudente luchar solas, ¿no?” Aunque las habían tomado por sorpresa y no habían intentado trabajar juntas, seguía siendo un hecho que habían sido expulsadas en una pelea de tres contra dos. La cara de Uttakatta había quedado magullada, mientras que el cabello de Kafuria estaba lleno de fragmentos de cristal destrozados. Y si Filru hubiera seguido luchando, dudaba que hubiera podido ganar.

“En ese caso.” Dijo Uttakatta. “Es mejor que unamos nuestras fuerzas.”

“Sí.” Aceptó Filru.

“Creo que sería una buena idea.” Dijo Kafuria.

Dividirían el crédito en tres partes. Uttakatta y Kafuria se repartirían las recompensas económicas, mientras que Filru recibiría cualquier oportunidad de empleo. Kafuria y Uttakatta prometieron que también utilizarían sus contactos para ayudar. Filru no podía confiar realmente en ellas, pero su explicación de que si no cumplían promesas como ésta, los clientes perderían su confianza fue bastante convincente.

En la estrecha habitación del hotel de negocios, las tres chicas mágicas se sentaron rodilla con rodilla.

“¿Por qué no nos decimos nuestras magias, para poder colaborar durante el combate?” Dijo Filru. “La mía es coser cualquier cosa con mi aguja e hilo mágicos.”

“Oh-ho, ya veo.” Dijo Uttakatta. “Mi magia son las burbujas misteriosas.”

“Vaya, todas están siendo muy abiertas. La mía es saber quién será el próximo en morir.”

Filru pensó que probablemente tenía una verdadera mueca en la cara en ese momento.

Por alguna razón, Uttakatta sonrió. “Oh, qué maravilla. De nosotras tres, ¿quién morirá cuándo?”

“No sé cuándo. Sólo sé quién será el próximo en morir. Podría ser dentro de cincuenta años o dentro de tres minutos. Aunque por lo menos, no soy la próxima, lo que me hace sentir aliviada en este momento.”

“Gracias, has sido muy amable, por darnos esa información, que no supone el menor alivio.” Dijo Uttakatta, y se puso en plan jee-jee-jee mientras Kafuria hacía jo-jo-jo.

Filru era la única que se sentía mal. ¿Todas las chicas mágicas autónomas eran así? No se sentía capaz de seguir el ritmo. Después de todo, lo mejor era un puesto a tiempo completo. Tenía que salir de esta situación lo antes posible. “Um… tu magia aparte, Kafuria, me gustaría discutir la mía y la de Uttakatta un poco más para que podamos coordinar las cosas.”

“Siento que mi magia no sea muy útil.”

“Oh, no, no quise decir eso.”

“Gracias a estas en mi espalda…” Kafuria señaló detrás de ella y agitó las alas de cuervo que crecieron allí. “Soy capaz de volar, así que puedo ser útil en ese sentido.”

El objetivo número uno ahora era identificar la ubicación del laboratorio que había creado las chicas mágicas artificiales. Así que el poder de vuelo de Kafuria, que le permitía observar el mundo de abajo desde el cielo, sería valioso. “Sí, por favor, cuéntanos eso.”

“Primero, si puede confirmar esto desde arriba.” Uttakatta sacó un libro de debajo de su ropa y lo abrió sobre la cama. Era un libro de mapas, y tenía un mapa de Ciudad S. El dedo índice de Uttakatta se deslizó suavemente por el mapa. “Las chicas mágicas artificiales se fueron primero por ahí. En otras palabras, su base podría estar en esta dirección. Además, el correo electrónico utilizaba la expresión ‘un laboratorio en la ciudad’.”

“¿Entonces el laboratorio está en esa dirección pero también en la ciudad?” Dijo Filru.

“Si la instalación tiene la escala necesaria para llamarse laboratorio,

¿no será bastante grande?” Señaló Kafuria.

“Si se trata de una gran instalación subterránea con una pequeña entrada, eso sería, de hecho, bastante problemático. Hmm.”

“Por ahora.” Dijo Filru. “Vamos a tratar de elegir los edificios sospechosos.”

“Se me han ocurrido varios lugares.”

“A mi igual.” Dijo Uttakatta.

“Entonces, vamos a ver todos los que podamos mientras haya luz.” Dijo Filru.

“¿Hay algún tipo de abrigo que no se vea poco natural en mí, incluso con mi velo puesto?”

“Parece bastante improbable.” Dijo Uttakatta.

“Y el hecho de que te limites a la ropa tradicional lo hace aún más difícil.”

Empezando por la más cercana a la puerta, las tres se levantaron y salieron de la habitación.