Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 7

Capitulo 52: El Orfanato Objetivo

Una vez dije que ésta era una ciudad respetable. Y eso era cierto.

Un rey respetable, un señor respetable, gremios respetables y

residentes respetables. En su mayor parte, claro está.

Por supuesto, no había ningún país que estuviera formado sólo por

gente buena. Incluso si lo hubiera, probablemente sería devorado por

algún país vecino. Ni que decir tiene que tampoco hay ninguna ciudad

que esté formada sólo por gente buena. Así que, obviamente, en esta

ciudad también hay malos, idiotas y pedazos de basura humana.

“Hey, he oído que los huérfanos están ganando bastante dinero. Los

niños pequeños como tú tienen que tener cuidado. Es un mundo

peligroso, ya sabes. No te preocupes,cuidaremosde ti apartir de ahora.

Sólo déjanos todo a nosotros…”

Sí, aquí vamos. Conozco bien a los de su tipo…

Hoy estaba entregando pescado seco y ahumado, junto con

productos de algas, a algunas tabernas y restaurantes que había

contratado. Todavía no había empezado a manipular alimentos

fermentados… pero de todos modos, Mine y Aral estaban conmigo.

Ellos se encargarían de las entregas por su cuenta más adelante, así que

los traje para presentarles a los clientes. Reiko también estaba con

nosotros.

Cada entrega individual no valía demasiado, así que era poco

probable que alguien se metiera con nosotros, y no sería un gran golpe

si nos robaban los productos o el dinero. De todos modos, volvería a castigarlos muchas veces más tarde… O eso pensaba.

Y aquí estábamos… Sin mencionar que esto estaba sucediendo

justo en el medio de la ciudad. Probablemente nos tomaron por una

presa fácil, siendo niños y todo eso. Mine y Aral, obviamente, lo eran,

pero yo también parecía tener sólo unos doce años, y teniendo en

cuenta que aparentemente yo estaba a cargo aquí, probablemente

asumieron que Reiko tenía más o menos la misma edad que yo, aunque

un poco más madura físicamente. En otras palabras, parecíamos un grupo de niños ignorantes.

Debieron pensar que haríamos lo que decían si nos amenazaban un

poco. Dicho esto, probablemente no sólo estaban interesados en los

productos y fondos que teníamos a mano, sino que querían sacarnos

dinero de forma regular.

Tenía que asegurarme de darles una lección de forma espectacular,

sin exponer nuestras habilidades únicas. Después de unos cuantos

encuentros como éste, a nadie se le ocurriría ponerles la mano encima

a Mine y a Aral, aunque estuvieran solos. Ahora sólo tenía que

averiguar si este trío de matones trabajaba por su cuenta o si operaba

bajo las órdenes de alguien más.

“No, gracias.” Respondí.

“No somos tan patéticos como para necesitar la ayuda de pedazos

de mierda como ustedes tres.” Añadió Reiko. Tendía a utilizar frases

relativamente amables cuando hablaba con cualquier persona, pero

Reiko era bastante dura cuando trataba con alguien a quien reconocía como enemigo.

Ella realmente no había cambiado en absoluto… Al ver esto, me

pregunté cómo fue capaz de vivir su vida sin causar problemas en

Japón… Por supuesto, dudaba de que hubiera mucha gente en Japón a

la que ella considerara instantáneamente como un enemigo, así que

quizá parecía normal en su mayor parte. Incluso si tenía enemigos, no

era tan agresiva con sus palabras, siempre y cuando no mostraran

hostilidad externa primero. Incluso si les infligía un dolor horrible en

su mente…

De todos modos, había una cosa que podía decir con seguridad:

nunca te hagas un enemigo de Reiko Kuon.

“¡¿Qué has dicho, maldita mocosa?! Sigue hablando y te daré una

paliza y te venderé.” Gritó el matón mientras agarraba a Reiko.

¡Te tengo!

“¡Ayuda! ¡Es un secuestrador! ¡Acaba de decir que nos va a asaltar

y vender y se nos lleva por la fuerza! Llamen a los guardias, ¡por

favor!”

“¿Qué…?” El grupo de matones parecía atónito en respuesta a mi

grito de auxilio.

¿Por qué se sorprendieron? Nos amenazaban con atacarnos,

secuestrarnos y vendernosilegalmente como esclavos, asíque ¿por qué

no íbamos a buscar ayuda? Seguro que nos habrían ignorado si sólo

fuéramos un grupo de huérfanos que no entendían cómo funcionaban las cosas y si no tuviéramos a nadie que nos respaldara. La mayoría de la gente no querría involucrarse cuando no hay nada que ganar, sobre

todo si ellos mismos podrían salir perjudicados.

Por no hablar de que los huérfanos no tratarían de pedir ayuda a

extraños al azar en primer lugar. No esperaban nada de nadie. Incluso

en una ciudad con una proporción relativamente alta de gente buena, la mayoría de la gente obviamente priorizaría su propia seguridad sobre la de algún huérfano. No era lo mismo que donar dinero a la caridad. Era una pena, pero así era.

Pero éramos un grupo normal y corriente, de aspecto presentable,

formado por una empresaria y sus empleados. Tres de los cuatro

éramos chicas, y el último era un niño pequeño. Nadie iba a ignorar

nuestras súplicas de ayuda, y cualquiera podía ver que se trataba de un

grupo de tresmatones que intentaban secuestrara los niños de un hogar apropiado, así que no sólo alguien corrió a alertar a los guardias, sino que algunos hombres de aspecto duro y personas de aspecto frágil pero caballeroso rodearon inmediatamente al grupo.

“¿Eh? ¿Qu… quéééééé?”

Los matones parecían estar asustados, pero ya era demasiado tarde.

“Oye, ¿eres tú, Kaoru? ¿De Pequeña Plata? ¡¿Estás en

problemas?!”

“¡Oh, señor! Estos hombres aparecieron de repente y exigieron los

derechos de nuestro negocio… Dijeron que nos golpearían y nos venderían como esclavos si nos negábamos…”

El propietario de una de las tabernas con las que hacía negocios se

había acercado, así que le resumí la situación.

“¿Qué? El señor local ha estado cuidando de ti y ha dado a tu

negocio derechos especiales como proyecto de apoyo a los huérfanos,

¿verdad? ¿No se meterían en un gran problema si se meten contigo? ¿Y venderilegalmente niñoscomo esclavos? Eso esun delito grave…”

Sí, ¡gracias por el comentario explicativo!

“Sí, creo que sí. Iba a averiguar si actuaban individualmente o si

estaban bajo órdenes, y luego entregarlos a los guardias…”

“¡¿Quééééééééé?!”

Los matones estaban completamente atónitos. Bueno, toda esa

charla sobre darnos una paliza y vendernos era probablemente una

amenaza vacía, ya que era la norma cuando se trataba de niños. Pero si decías que ibas a golpear o vender como esclava a una mujer adulta, te metías en serios problemas.

“¡Ustedes deben ser los secuestradores!”

“¿Qué…? N-No, sólo estábamos…”

“¡Son ellos, señor!”

Estábamos cerca del centro de la ciudad, así que el puesto de

guardia estaba cerca. Gracias a quien corrió a buscarlos, habían

aparecido en poco tiempo. Seis guardias en total…

Un poco exagerado, ¿no?

“¡Pero si es Kaoru! ¡¿Estos bastardos intentaron ponerle la mano

encima a Kaoru?! Que los cuelguen.”

“¡¿Quéééééééé?!”

El comandante, que había pasado de cero a cien enseguida, era un

conocido mío. Probablemente no iba a colgar a nadie, pero seguro que

les iban a echar la bronca. Después de todo, se me consideraba una

joven noble que había puesto sus propios fondos para comprar un viejo

orfanato con el fin de llevar un negocio de caridad, aunque en realidad

fuera con fines de lucro. Por no hablar de que el señor del territorio me

trataba favorablemente.

Y, por supuesto, había repartido regalos por el cuartel de la guardia

y el puesto de guardia de aquí, al tiempo que les pedía que ayudaran a

los niños si alguna vez estaban en problemas, y varias otras peticiones

de este tipo. Por eso varios de los guardias me reconocieron. También

les había hecho saber que Reiko y yo teníamos quince años, lo que nos

convertía en adultos, aunque pareciéramos jóvenes.

Eso significaba que se estaba interpretando como un caso de unas

mujeres adultas que dirigían un negocio de caridad y que fueron

atacadas por secuestradores. Sí, eso fue un gran problema. Los

matones pensaron que sólo estaban tratando de intimidar a unos

huérfanos para sacarles el dinero, y supusieron que les regañarían un

poco y que, en el peor de los casos, pasarían unas cuantas noches en la

cárcel, pero esto era mucho más serio.

“Por favor, averigua si están actuando bajo las órdenes de alguien,

cueste lo que cueste.”

“¡Déjalo en nuestras manos!”

En este mundo, “lo que sea necesario” se refería obviamente a

algunos métodos de interrogación bastante brutales.

“Oh, y por favor hazme saber una vez que lo descubras.”

“Por supuesto. Necesitarás saber quién va a por ti. Por supuesto, no

hay necesidad de que te ocupes de algo así. Nosotrosnos encargaremos

por ti.”

“Jeje, gracias.”

“¡No hay problema!”

Y así, los tres matones fueron arrastrados por los guardias, y las

cosas volvieron a la calma. La noticia de este incidente seguramente se

extendería a todos los matones y criminales de la ciudad. Después de

todo, los criminales no duraban mucho si eran lentos en captar la

información. Mine y Aral estarían mucho más seguros después de esto.

Uno o dos encontronazos más con idiotas como estos y

probablemente no tendría que preocuparme por simples criminales

violentos como ellos, en su mayoría. Pero había tantos tipos malos por

ahí…

“¡Así que ustedes son los huérfanos que han estado viviendo en los

restos del orfanatosin permiso! Haré los arreglos para quepuedanvivir

allí legalmente, ¡siempre que hagan lo que yo diga!”

¡Y aquí vamos!

Un tipo raro visitó nuestra residencia unos días después de que esos

matones se metieran con nosotros. Aunque lo raro no era su aspecto,

sino que parecía un comerciante no muy rico. Por lo que pude ver, no

parecía que fuera a ponerse violento ni nada por el estilo, pero teniendo

en cuenta que eso había sido lo primero que me dijo cuando salí a

recibirlo, tuve que pensar que “rarito” era la única forma de

describirlo…

“Um… ¿Quién puede ser usted…?”

“Soy Darlish, un empleado de la Compañía Comercial Goneshell.”

Ah… Debe ser algún comerciante de tamaño pequeño o mediano…

“¿Es un asunto personal? ¿O está trabajando bajo las órdenes de su

presidente?”

“El presidente no se involucraría en asuntos tan insignificantes

como estos. Seré yo quien se ocupe de ti.”

Bien…

Parecía que quería obtener algunos ingresos secundarios, o tal vez

incluso informar a la empresa y obtener crédito por ello, al menos una

vez que se asegurara de que podía ganar algo de dinero decente con

nosotros. ¿Sus superiores sabían de nosotros? ¿O tal vez este tipo

ignoraba nuestra situación y actuaba por su cuenta? Bueno, en realidad

no importaba mucho de cualquier manera.

“Me niego.”

“Hmph…” El dependiente llamado Darlish no reaccionó con

sorpresa o enfado,sino que selimitó a mirarme condescendientemente.

Tenía queestar loco si pensaba queyo le ibaaobedecercon esa actitud.

Supuse que sólo trataba de hacerse el duro para ganar el control de la

conversación. Eso, o realmente me estaba tomando a la ligera.

Supuse que este tipo era uno de los varios empleados, y de bajo

rango, por lo que probablemente no tenía mucha autoridad o

información. Por lo demás, debería saber que yo había comprado este

lugar por canales oficiales y que ya había hablado de todo con el señor

del territorio.

En otras palabras… Ni siquiera valía la pena mi tiempo.

“Dime cómo haces la comida seca y ahumada que vendes. Si lo

haces, te dejaré trabajar a mis órdenes.”

Ya estamos ganando dinero por nuestra cuenta, así que ¿por qué

iba a querer darte una parte…?

Este tipo probablemente era tratado como un becario, recibiendo

dos comidas al día sin ningún salario real. No, un becario aprendería a

hacer el trabajo y tendría aspiraciones de llegar a ser independiente.

Aunque, todavía tendrían muchos obstáculos y competencia que

superar…

De todos modos, yo tenía muchos más conocimientos y capacidad

en lo que respecta a la gestión empresarial, y ya era independiente y

obtenía beneficios, así que ¿por qué iba a plantearme trabajar para un becario que probablemente me robaría los métodos de fabricación, y luego me echaría y amenazaría con denunciarme a los guardias si copiaba “sus” productos?

Ese camino sería ir en la dirección completamente opuesta al éxito.

Así que…

“Si quieres que te diga cómo hacer mis productos, me llevaré un

pago inicial de 500 monedas de oro. También me llevaré el diez por

ciento de tus ventas. Por supuesto, eso será después de que me

presentes al Gremio de Comercio como garante y firmes un contrato

oficial.”

500 monedas de oro podían parecer mucho, pero sólo valían 50

millones de yenes más o menos. Alguien podría tomar estas técnicas y

comenzar un negocio en la capital real y en las otras ciudades

importantes de cada región, y luego expandirse a otros países,

estableciendo eventualmente una importante cuota de mercado de

productos secos y ahumados. Y si uno de los productos se hiciera

famoso, también ayudaría masivamente a vender otros productos.

Teniendo en cuenta todo eso, el precio realmente no era tan alto.

Al fin y al cabo, el pescado, que era el ingrediente principal de los

productos, no costaba tanto, y se podía comprar en otras ciudades

portuarias o en pequeños pueblos pesqueros por poco dinero en lugar

de hacerlo sólo en esta ciudad. Incluso se podían hacer instalaciones

de procesamiento cerca de esos lugares donde se compraba el pescado.

Pero este tipo nos veía como unos huérfanos cualquiera, así que no

tenía intención de pagar esa cantidad de dinero.

“Hah, qué broma. Haz lo que te digo o te echaré y te venderé a unos

esclavistas.”

… Sí, lo vi venir.

“No tenemos ninguna intención de obedecer unas exigencias tan

poco razonables. Eso significa que su declaración no es más que una

amenaza de vendernos como esclavos. Como tal, me defenderé

apropiadamente…”

Chasqueé los dedos y aparecieron Reiko, Mine y Aral. Cada uno de

ellos blandía espadas de madera que yo había hecho…

“¿Qué…?”

Luego le dimos una paliza al dependiente y lo atamos. Un hombre

barrigón de mediana edad no tenía ninguna posibilidad contra dos

chicas que tenían físicamente quince años y dos niños que no sabían

contenerse. Además, todos empuñábamos espadas de madera. Reiko

también me había dado una.

“De acuerdo, Reiko, quédate vigilando. Mine, Aral, vayan al puesto

de guardia y háganles saber que un hombre vino a nosotros y nos

amenazó con vendernos a los esclavistas. Asegúrense de darles el

nombre de nuestro negocio y de hablar con un oficial. Yo iré al Gremio

de la Industria para hacer el mismo informe, y luego a la Compañía de

Comercio Goneshell para ver si esto fue hecho bajo sus órdenes.”

“¡Entendido!”

“¡Bien! ¡Nos vamos entonces!”

“¿Qué…? ¡No! ¡Para! ¡No lo hagan! ¡¡¡Nooo!!!”

Pero Mine y Aral ya habían partido.

“¡H-Hmph! ¡Nadie va a creer a una panda de huérfanos como

ustedes! Todo lo que tengo que hacer es decirque me negué a obedecer

sus exigencias de pago, y entonces se inventaron una historia para tenderme una trampa. Así serán ustedes los que serán arrestados, no yo…”

Sí, otra vez ese patrón familiar. Pero…

“Bueno, no somos un grupo de huérfanos que viven aquí

ilegalmente como usted afirma. Hemos pagado mucho dinero para

comprar este lugar, y hemos hecho el papeleo adecuado y obtenido el

permiso del señor del territorio para dirigir este negocio. También nos

hemos unido al Gremio de la Industria… Además, Reiko y yo tenemos

quince años, lo que nos convierte en adultos.” Respondí, y continué

antes de que pudiera intervenir.

“En otras palabras, eres un criminal atroz que irrumpió aquí e hizo

demandas irrazonables a un negocio legítimo, se enojó cuando nos

negamos, y luego amenazó con vender a dos mujeres adultas y dos

niños como esclavos. Pediré a los guardias que te interroguen en

detalle para averiguar si estabas trabajando bajo las órdenes de la

Compañía Comercial Goneshell y su presidente cuando hiciste todo

eso.”

“¿Qué…?”

¿Es todo lo que este tipo puede decir…?

“¡No, por favor! Si haces eso, el presidente…”

No es mi problema.

Estaba muy pálido, pero esto no podía ser una completa sorpresa

para él. Esto era sólo el resultado de sus propias acciones, todas las cuales había emprendido por su propia voluntad. No tenía ninguna razón para estar agitado o arrepentido.

Si    realmente   hubiéramos   sido    un    grupo    de       huérfanos,

probablemente se habría aprovechado de nosotros por la fuerza. Se

había arriesgado y ahora se había vuelto en su contra. ¿De qué sirve

quejarse por ello? Suderrota se debió a su propia falta de conocimiento

y habilidad. Nadie le tomaría en serio si llorara después la

consecuencia de sus actos.

La información se difundía lentamente en este mundo y tendía a

cambiar drásticamente en el proceso, por lo que había que tener

cuidado. Este tipo de cosas son las que ocurren cuando no se hace la

debidadiligencia y, en cambio,se decide hacercosas estúpidas basadas

en las propias ideas erróneas. No era necesario que todo el mundo lo

supiera todo. Incluso si uno no tenía acceso constante a las últimas

noticias, podía obtenerbeneficios constantes siempre que trabajara con

seriedad.

En pocas palabras, siibasa arriesgarte en lugarde ponerte a trabajar

honestamente, necesitabas información y capacidad de análisis. Este

fue el resultado de volverse codicioso sin las habilidades para

respaldarlo.

“¡Bien, me voy!”

Dejé atrás al mercader gritón y me dirigí al Gremio de la Industria

y luego a la Compañía de Comercio Goneshell. En cada lugar, me

acerqué al mostrador y grité a todo pulmón:

“¡Disculpe! ¡Soy de Pequeña Plata! Un empleado de la Compañía

de Comercio Goneshell irrumpió en nuestro negocio, hizo demandas

irrazonables y luego nos amenazó con vendernos a los esclavistas. ¿Es

esta la práctica habitual de los miembros del Gremio de la Industria?

¡Envié mensajeros a los guardias para informar de esto, por cierto!”

Sí, eso hizo que se desatara el pandemónium en ambos lugares.

Entonces, como no quería que me detuvieran y me hicieran responder

a un montón de preguntas molestas, luego hui rápidamente. No quería

dejar a Reiko sola con los guardias, así que tenía que volver pronto con

ella.

Después, nos visitaron otro comerciante y un matón local, para un

totalde dos intentos másde chantaje, pero eso fue todo. El comerciante

debe haber oído hablar de nosotros a través de su red. Tal vez el

Gremio de la Industria había hecho algún tipo de movimiento. Aunque

era más bien una asociación de comerciantes de poca monta en una

ciudad rural, no podían pasar por alto algo así…

También me impresionó que los matones se hubieran enterado de

la noticia. Aunque, incluso entre los matones y los delincuentes, debía

haber algunos huérfanos o personas que habían sido atendidas en el

orfanato cuando aún existía. Así que algunos de ellos debían oponerse

a la idea de meterse con un negocio que ayudaba activamente a los

huérfanos.

En cualquier caso… Nosotros, Pequeña Plata, habíamos logrado fortificar nuestra posición social aquí entre los demás comerciantes, la población en general, e incluso en la comunidad de matones. Ahora nadie intentaría meterse con nosotros, a menos que fueran excepcionalmente estúpidos o confiaran en sus habilidades… Al menos, no de forma evidente.

Aun no éramos lo suficientemente valiosos como para que alguien

se arriesgara a venir a por nosotros.

No, no “aun”.