Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Kenta Está Dentro De Su habitación

Parte 2

 

 

Odio decirlo, pero dio en el blanco.

Ah, pero las cosas también iban exactamente como esperaba. Decepcionante como esperaba, realmente.

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—Mentiría si dijera que el maestro no estuvo involucrado en esto en absoluto, pero esa no es la razón principal por la que estamos aquí. Solo queremos hablar, Yamazaki. Sabes mucho sobre anime y novelas ligeras, ¿verdad? Recientemente, también comencé a involucrarme en esas cosas.

—Oh, aquí vamos. ¡Un normie sumerge sus manos en el mundo de la cultura otaku y piensa que es taaaan culto y original! ¡Apuesto a que nunca has visto ningún anime que no sea una película de moda! Está bien, si realmente estás tan interesado, ¡dime cuál de estos títulos has leído!

Entonces, Kenta comenzó a enumerar una larga lista de títulos como si estuviera conjurando algún tipo de maldición. Capté algunos de ellos: ¡En el orden social de la escuela, estoy justo en el fondo! Y ¡Soy un geek otaku con una atractiva novia! Honestamente, no había oído hablar de ninguno de ellos, pero no estaba seguro de si eran títulos reales o si estaba siendo sarcástico.

—… Lo siento, no los he leído. Supongo que para ti solo sería un poser. ¿Conoces algunos de eso titulos, Uchida?

Miré a Yua, pero ella negó con la cabeza.

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—Lo siento, Yamazaki. Realmente no sé mucho sobre novelas ligeras. No he leído ninguna de esas. Pero suenan interesantes, ¿podrías prestarme algunas?

—Uh… No creo que una chica normal y popular como tú los disfrute.

Yamazaki había sido un completo idiota durante toda esta conversación, pero ahora parecía haber recordado que estaba hablando con una chica… y una linda. Y Yua estaba siendo súper educada, así que tal vez eso le había hecho sentirse un poco mal.

—¿En serio? Bueno, he leído algunos de los mangas shonen más populares. ¡Me gustaría ver tus estanterías, Yamazaki!

—Uh, no… Mi habitación es un desastre…


—Entonces hablemos a través de la puerta así. ¡Si eso te lo hace más fácil, no me importa en absoluto!

—Uh, pero no sé de qué les gusta hablar a las personas alegres.

Me alegré de que se hubiera calmado un poco, pero todavía estábamos dando vueltas en círculos.

—En realidad, soy más discreta en comparación con Chitose. También me gustaría ser mejor conversando, pero tiendo a quedarme en blanco, jeje. Siento no ser mejor conversadora, Yamazaki.

—Uh, no… Por lo que he visto de ti en la escuela, eres una total normie.

—¿Eso crees? ¿Tal vez solo estoy rodeada de personas que se destacan de esa manera? Pero parece que tú eres del tipo que prefiere tener tiempo para ti mismo en lugar de estar en grupos ruidosos, ¿verdad?

—Oh, sí.

—Te envidio. Tienes la paz y la tranquilidad para realmente absorberte en las cosas que te interesa.

Hasta ahora, yo le había dejado hablar a Yua, pero tuve que intervenir.

—Yamazaki, me alegro de que tú y Yua se hayan llevado bien. ¿Qué tal si los dejo solos para que charlen un rato? No tienes que contenerte. Yua y yo salimos tan a menudo que no tenemos nada de qué hablar estos días.

—… ¿Estás bromeando? ¿Podrías ser más arrogante? ¿”Aquí está mi mujer, puedes tomarla prestada por un tiempo”…? ¡De todos modos, no quiero a una de las zorras usadas de tu harem!

—Ah, mi error, amigo. No quise decir eso. Oh, bueno, no importa. En realidad, quise decir eso. Lo estaba provocando a propósito.

Otro tonto. De tal palo, tal astilla.

De todos modos, escuchar su conversación me dio algunas ideas sobre cuál podría ser la causa principal detrás de la anormalidad de Yamazaki.

Mientras tanto, Yua estaba a punto de golpearme con su saxofón por esa pequeña oferta que acabo de hacer, así que ya era hora de acabar por hoy.

—Está bien, bueno, nos vamos ahora. Volveremos la próxima semana.

—No vuelvas a venir a mi casa nunca más, mujeriego de mierda.

Oh, ¡Está bien, volveré! ¡Y la próxima vez traeré mi bate de béisbol!

***

 

 

Le dijimos a la madre de Yamazaki que tampoco se abriría con nosotros después de todo, y nos fuimos después de recibir su profundo agradecimiento de todos modos. También le hicimos saber que volveríamos la próxima semana.

Afuera, miré hacia la ventana de Yamazaki, pensando que probablemente nos estaría mirando, pero las cortinas permanecieron cerradas.

Luego regresamos a la escuela para devolverle la bicicleta a Kaito.

—Entonces, ¿qué piensas, Yua? ¿Obtuviste algo interesante de tu conversación con él?

—Honestamente, me partió de risa escucharlo llamarte mujeriego de mierda. ¡Pero cómo se atreve a decir que soy una de las zorras de tu harem!

—Sí, tal vez habría tenido más sentido al revés, ¿verdad?… ¡Ack! ¡Detente! Te lo dije….. ¡no aprietes mi yugular!


Yua me soltó y volvió a sujetar sus brazos alrededor de mi cintura.

—Sin embargo, sinceramente, no tuve una impresión muy positiva de él. No me gusta etiquetar a las personas de esta manera, pero fue tan obvio en nuestra conversación que no puedo evitarlo. Es como el otaku más estereotipado que hayas visto, ¿no? Quiero decir, obviamente está pasando por algo, pero eso no es excusa para ser tan desagradable y grosero con alguien que ni siquiera ha conocido antes.

—Si estoy de acuerdo.

Personalmente, yo estaba acostumbrado. Pero Yua aún no había experimentado un ataque no provocado de alguien que apenas conoce. Es normal cuando eres un miembro de la multitud, pero no se siente muy bien. Aun así, ella aguantó bien dadas las circunstancias.

—¿Tú notaste algo, Saku?

—Hmm, sí, algo muy importante. Me odia a muerte.

—Sí, me di cuenta de eso.

—Waahhhhh…

Fingí llorar como un bebé, Yua soltó un brazo de mi cintura y me golpeó en la espalda con dulzura.

—Ya, ya. Todavía tienes tu apariencia, Saku.

—Gracias por el cumplido. Muy clásico.

No podía ver la cara de Yua, pero sonaba como si estuviera reprimiendo una carcajada. El chirrido de las ruedas de la vieja bicicleta también sonaba como una risa.

El sol poniente teñía las nubes de todo tipo de colores, desde rosa albaricoque hasta naranja intenso, pasando por siena tostado y, finalmente, azul índigo. Pasó por todo un espectro.

Hermoso, como algo sacado de una película.

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Las sombras de un chico y una chica que viajaban en una bicicleta también se hicieron más largas y se extendieron hasta la eternidad, o al menos hasta los campos de arroz.

Eso también fue como algo sacado de una película.

Se sentía como si Yua y yo pudiéramos seguir cabalgando para siempre, sin detenernos nunca, yendo a donde nos llevara el camino.

***

 

 

Un martes, alrededor de una semana después de mi primera visita a la casa de Yamazaki Kenta, yo estaba descansando junto al estacionamiento de bicicletas después de la escuela, esperando. Mis párpados superiores estaban besando juguetonamente a los inferiores, como amantes tentativos. Luego comenzaron a besarse.

Lo que estoy tratando de decir es que estaba cansado.

—¡Saku!

Ah, aquí vino Yuuko, con sus copas D moviéndose, un brazo ondeando y su voz aguda despertándome. Si algún otro chico viera esta escena… el de Yuuko corriendo alegremente para encontrarse conmigo… seguramente me quisiera muerto. De hecho, inmediatamente comenzarían a tramar mi muerte. ¿Muerte por fuego? ¿Agua? ¿Un yunque en la cabeza? ¿Qué sería lo mejor?

—Gracias por aceptar en venir.

—¡Para nada! ¡haría cualquier cosa por ti, Saku! Así que todo lo que vamos a hacer es convencer a ese Yama-no-se-que Ken-como-sea para que vuelva a la escuela, ¿verdad?

—Es Yamazaki Kenta. No actúes como una cabeza hueca.

Lo había estado pensando y le pedí a Yuuko que viniera esta vez. Después de explicarle lo esencial, por supuesto. Yua era amable y todo eso, pero esa era exactamente la razón por la que no podía seguir usándola como mi compañera en este pequeño esfuerzo que haré. La última vez lo había dejado claro.

Antes, mi objetivo era recopilar información, por lo que traer a Yua había sido la decisión correcta, pero ahora necesitaba una estrategia astuta para avanzar.

Si iba a enfrentarme cara a cara con ese tipo retorcido, complicado y melancólico, necesitaba una clara demostración de poder. Tomando prestadas las palabras de Kura, se me da muy bien analizar una situación y actuar en consecuencia.

—Está demasiado lejos para ir a pie, así que pedí prestada la bicicleta de Kaito.

—Oh, ¿es así? ¡Genial, genial!

Sin dudarlo un momento, Yuuko se montó en la bicicleta de pie, con los pies en los escalones del eje y las manos agarrando mis hombros.

—¡Andando!

—Hey, ten un poco de dignidad. No puedes pararte con una falda tan corta. Todos verán tus bragas.

—¡Oh, pero así es cuando dos personas montan una bicicleta! De todos modos, ¿qué me importa si algunos extraños ven mi ropa interior?

—Si te parece tan genial mostrarlos, ¿quizás podría echar un vistazo?

—No, tú no puedes mirar, Saku. Eres especial.

—Por lo general, los que son especiales pueden verlo.

—Solo cuando el momento es especial también. Ah, Yuuko, astuta, astuta.

Pateé el soporte para bicicletas y nos pusimos en marcha con Yuuko gritando “¡Wahoo!” y “¡Pedalea con fuerza!” Entonces, ella de repente se inclinó hacia delante, rodeando mis hombros con sus brazos.


Podía oler su dulce spray corporal y sentir su cabello increíblemente sedoso contra mi mejilla. También me estaba dando una seria acción de sus senos chocando contra mi espalda. Por favor, deje de hacer eso, señorita. O nunca podré bajarme de esta bicicleta.

—No hueles tan sudoroso en comparación con el año pasado; La voz de Yuuko estaba justo en mi oído.

—Sí, eso es porque dejé el club de béisbol.

—¡Aw, boo! Me gustaba tu mal olor después de los deportes. Y quería tener más oportunidades de animarte en los juegos.

Yuuko se sentó en el portaequipajes, probablemente cansada de estar de pie. Esta vez, ella puso sus brazos alrededor de mi cintura. Debido a mi chaqueta, no llegué a sentir la suavidad de su mejilla presionando contra mi espalda.

—Entonces, Yuuko, después de escuchar sobre Yamazaki Kenta, ¿tienes alguna idea?

—Uh, no soy buena con esas cosas. Ni siquiera sé por dónde empezar. ¡Pero tú lo resolverás de alguna manera, Saku! ¡Eres mi héroe, después de todo!

—Hmm. Bueno, todo lo que quiero que hagas es decir lo que se te viene a la mente. Seguiré tus indicaciones.

—Entendido.

¿Qué se necesita para ser considerado un héroe? ¿Y es algo que hay que seguir haciendo durante toda la vida?

Reflexioné sobre eso mientras la casa de Yamazaki Kenta aparecía a lo lejos, cada vez más cerca.

Toc, toc, toc, toc.

Esta vez no tenía sentido emular la llamada de la mamá de Yamazaki, solo llamé a la puerta de la habitación de Yamazaki como lo haría normalmente.

Hablando de su madre, aparentemente Yamazaki le dijo, “Esos fenómenos no son mis amigos. No los dejes entrar la próxima vez.” Pero claramente, la Sra. Yamazaki confiaba en el poder de la amistad de la escuela sobre las palabras de su propio hijo. Le dije que podía dejárnoslo todo a nosotros.

Oh sí, ella quería librarse de este problema.

Se había resistido un poco al principio cuando me presenté con Yuuko, una chica el doble de bella y llamativa que Yua. Pero con sus encantos naturales, Yuuko no tardó en ganársela, y en poco tiempo fue como ver a una tía cariñosa arrullando a su propia sobrina.

—Yamazaki, soy Chitose otra vez. Te dije que volvería esta semana, ¿recuerdas?

No hubo respuesta más allá de la puerta, en realidad, para ser más precisos, hubo un repentino silencio más allá de la puerta.

—Uh, tal vez el método de estar en silencio funcionaría si no supiéramos donde estás, pero sabemos que nunca sales de esta habitación, así que ¿cuál es el punto? Pero está bien, si no vas a hablar conmigo, te entretendré rapeando el Sutra del Corazón. Últimamente me he aficionado a ello. ¿Preparado? ¡Yo, yo!

Encerrado o no, este chico todavía era un estudiante de élite de la Preparatoria Fuji. Él sabría qué era el Sutra del corazón. Entonces lo escuché hablar, sonando más malhumorado que nunca.

—… Cállate. Le dije que no te dejara entrar. ¿En serio regresaste?

—Ouch. Somos tus amigos. Estamos preocupados por ti. O al menos, eso es lo que piensa tu madre.

—Así que usaste tu cara de niño bonito para encantar a mi madre, ¿eh? Por supuesto que ella creería cualquier mierda que le dijeras sobre su propio hijo. ¿Está… Uchida por ahí?

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Ah, entonces se graduó de “Zorra del harem de Chitose” a “Uchida”, ¿verdad? Yua, realmente tocaste las fibras del corazón de este chico. Apuesto a que ha estado repitiendo mentalmente esos preciosos cinco minutos de charla contigo durante toda la semana.

Aun así, es una pena. Tengo que hacer que las cosas avancen.

—No, Yua tenía practica en su club de música y no pudo venir.

—… ¿Lo ves? Ustedes los malditos normies populares son todos así. Ella solo vino a ganar puntos contigo. Luego se aburrió y lo dejó. Sabía que eso sucedería.

Yamazaki estaba de mal humor.

Ah, era tan fácil de leer. Hizo que mi trabajo fuera mucho más simple.

—Yua no es así. Ella realmente estaba preocupada por ti. Si no tuviera un club, seguro que habría venido. Pero hoy traje a una chica diferente conmigo.

Yuuko dio un paso más cerca de la puerta. —¡Hola! Soy Hiiragi Yuuko, estamos en la misma clase. Escuché que estás faltando a la escuela. Eso no está bien. ¿Te encuentras bien?

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Su voz tuvo un efecto alegre y jovial.

—…

Hubo una larga pausa de unos diez a quince segundos.

—… ¡¿H-Hiiragi?! ¿Esa Hiiragi?! ¿La reina zorra del harem de Chitose? ¿Qué tramas al traer a una ramera como esa aquí? ¡¿Estás tratando de presumir ante tus seguidores?!

Me estaba subestimando y cuan popular que era con las chicas. Sabía que yo era ardiente, y seguro que no necesitaba afirmar mi dominio sobre un pequeño encerrado como él para probarlo. Además, sentía pena ajena por él. En la vida real, nadie utiliza términos como ramera, harem o seguidores. A no ser que intenten ser irónicos.

—… Saku, ¿Qué quiere decir con zorra de harem? ¿Qué es una ramera?

—Cuando dice zorra de harem, se refiere a una amiga cercana y personal. Y una ramera es, eh, que te pegas a cualquiera, supongo.

Yuuko y yo estábamos susurrando juntos.

—¡Hey! Admitiré que soy una zorra de harem, ¡pero no soy una ramera! Solo me apego por Saku, ¿entendido?

¡Bueno, es bueno escuchar eso!

A Yamazaki Kenta no le gustó esto.

—Sí, tienes que decir eso frente a Chitose. Pero todos hablan de ti. ¡Lo has hecho con ese chico Mizushino y ese chico Asano de tu grupo también!

—¡Claro que no! ¡Kazuki y Kaito son mis buenos amigos! Saku es el único con el que podría salir. De todos modos, ¿quién es “todos”? Dime. ¡Explícate!

—Todos son… todos. Toda la escuela estaba hablando de eso.

—Necesito nombres. Si hay demasiados, solo dime el nombre de la persona de la que lo escuchaste directamente. Entonces. ¿Quién te lo dijo?

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—… No recuerdo. Pero no hay humo sin fuego. No hay rumores de putas sin putas.

—Entonces, hablemos de ti. ¡Eres un sudoroso, encerrado chico de preparatoria que no se presentó, obsesionado con el anime y las novelas ligeras! ¡Apuesto a que eres un pedófilo!

¡Ves, también puedo inventar rumores desagradables! Ahora, ¿por qué no abres esa puerta y muestras tu cara? ¡Llegamos hasta aquí, es lo mínimo que puedes hacer!

Yamazaki se quedó en silencio. Yuuko le hablaba de forma contundente, y lo que es peor, ella tenía razón. Realmente no tenia pruebas para refutar.

Si tan solo pudiera reconocer sus defectos, todavía podría haber esperanza para él.

—No me presiones con tus valores normies. No te pedí que vinieras a hablar conmigo. No estoy molestando a nadie de todos modos, ¡así que déjame en paz!

—Uh, no. Estás molestando a mucha gente. Estás molestando a tu pobre mamá y papá, a tu antiguo tutor de clases, a tu actual tutor de clases, a Kura, a Ucchi la semana pasada, ¡y ahora a mí! Todos están preocupados por ti, ¡todos están intentando para ayudarte y sacar tiempo de sus ajetreadas vidas para venir a verte!

Yuuko hizo una pausa para tomar aliento antes de continuar.

—¡Y la persona a la que más estás molestando con tu malhumor y tu escondite en tu habitación es a nuestro nuevo presidente de la clase, Saku! Si realmente no quieres molestar a los demás ni que nadie se preocupe por ti, ¡entonces vuelve a la escuela, vuelve a las clases y gradúate!

¡Acaba con él, Yuuko!

Este fue un excelente entretenimiento. Desearía haber traído un poco de té de la Sra. Yamazaki para refrescarme. Ella ya había estado usando hojas de té desde mi última visita.

Pero el propio Yamazaki todavía no se echaba atrás.

—Di lo que quieras, pero todo lo que estás haciendo es realmente por tu precioso Chitose, ¿no es así? Tú y Uchida podrían estar aquí para ganar puntos con él, pero a ustedes les importo un carajo, ¿verdad? ¡Es por eso que la gente los odia!

—Uh, perdón, ¿qué hay de malo en preocuparse de un amigo? Vine aquí porque mi amigo Saku me lo pidió. Eso es lo que haces cuando tienes amigos, ¡quieres ayudarlos! Así que sí, quiero “ganar puntos”, si así es como quieres decirlo. Si Saku no fuera el que me lo pidió,

¿realmente crees que estaría aquí tratando de convencer a alguien que nunca he conocido para volver a la escuela? ¡¿Por qué me molestaría?!

—¿Ves? ¿Ves? Ustedes los malditos normies solo se limitan a pisotearnos a nosotros, los nerds, para abrirse camino hasta la cima de la jerarquía. ¡Solo fingen que les importa verse virtuosos! Una vez que hayan ganado puntos con quienquiera que estén tratando de impresionar, ¡nos dejan de lado!

—¡Ugh, es imposible tener una conversación contigo! ¡Osea acabo de decirlo literalmente!

¿Qué diablos tiene eso de malo? ¡Todos quieren mostrar lo mejor de sí mismos cuando están cerca de alguien que les gusta! ¡Y no voy a dirigirme a otros chicos cuando tengo novio!

Yuuko tenía la cara presionada contra la puerta, frunciendo el ceño con furia, probablemente imaginándose al tipo con el que estaba discutiendo.

—Lo que estoy diciendo es: ¡No finjas que estás interesado en ellos en primer lugar! ¡Ser amable con los chicos les dará una idea equivocada! Luego te reirás con todos tus amigos, como si dijeras, “ups, solo estaba siendo amable, ¡y luego se enamoró de mí!” ¡Solo déjanos en paz! ¡Y tú misma estás siendo engañada! ¿Crees que le gustas a Chitose? ¡Hah! ¡Él es así con todas las chicas! ¡Incluyendo a Uchida!

—¿Qué dices? ¿Entonces estás admitiendo que una chica fue amable contigo una vez, y luego en toda tu grasienta e inexperta gloria la invitaste a salir y ella te rechazó? ¿Eso es todo? Si crees que sólo está bien en ser amable con la gente que te interesa románticamente, ¡nunca vas a hacer amigos, sabes!

—Yo no… dije eso…

Ah, ahora todo tenía sentido. La razón por la que ninguno de sus amigos en la escuela sabía lo que le pasaba. Él se había enamorado de una chica fuera de la escuela. Una chica que en realidad era popular, y la perdió por un chico que fue igualmente popular.

Yuuko me lanzó una mirada, y luego volvió a mirar hacia la puerta.

—¡Además, sé que Saku es amable con todas las chicas y que a muchas de ellas les gusta! Pero no es solo con las chicas… ¡Él es amable con todos! ¡Admiro eso de él! Por eso todo lo que quiero es ser su número 1 algún día. Si terminara saliendo con otra chica, sí, estaría destrozada. Tal vez incluso me ausentaría por un momento de la escuela. ¡Pero eso sólo demostraría que no terminé siendo el tipo de chica que le gusta! ¡Pero, no será su culpa por que fue amable conmigo! ¡Nunca lo culparía, ni siquiera por un segundo!

—…

Yamazaki Kenta se había quedado callado.

Ah, realmente tomé la mejor decisión al traer a Yuuko aquí.

La semana pasada, cuando salí de esta casa, tenía dos opciones que podia escoger.

La primera era seguir usando la máscara de amabilidad con Yua a mi lado y seguir viniendo semana tras semana hasta que finalmente nos contara lo que le pasó. Una vez que nos dejaba entrar, Yua lo calmaría y lo engatusaría para que regresara a la escuela. Basándome en lo que acababa de ver, le daba un 20% de posibilidades de éxito.

La otra opción era encontrar la raíz del problema y tratarlo directamente, clásico y directo, aunque también extremadamente molesto.

La primera forma sería efectiva, sí. Y se usaba poco esfuerzo. Pero solo habría sido una solución temporal. Él probablemente se obsesionaría con Yua, le habría confesado su amor y luego sería derribado en una desastrosa desilusión adolescente. Y usar a Yua como cebo de esa manera… simplemente no era una solución muy hermosa para mí.

Es por eso que había elegido la segunda opción.

Pero eso requería que nuestro amigo encerrado se desahogara. Yua y yo, trabajando en conjunto, podríamos haberlo logrado (tal vez), pero llevaría mucho tiempo. Necesitaba que Yuuko cortara toda esa tontería.

Era obvio que Yamazaki estaba resentido con los “normies” y los chicos populares. El hecho de que yo trajera a Yua parecía enfurecerle mucho, sobre todo cuando me mostraba muy amable con él delante de ella. Él lo odiaba. Pensé que si trajera conmigo a la princesa de la escuela, la señorita Popularidad Yuuko, ella enfurecería al viejo Yamazaki hasta que explotara y se desahogara en una llamarada de vitriolo autocompasivo.

Pero para ser honesto, nunca esperé que saliera tan bien.

—Yuuko, cálmate. Entiendo cómo te sientes, pero deberías dar un paso atrás, baja las escaleras y descansa. Yo hablaré con Kenta.

Le dirigí a Yuuko una sonrisa tipo “Eso es suficiente” y le di un guiño. Ella me devolvió una sonrisa muy brillante, además de un guiño descarado suyo.

Observé cómo Yuuko bajaba ruidosamente las escaleras y luego llamé a Yamazaki.

—Está bien, veo cuál es la situación ahora. Pero creo que puedo ayudarte.

—… Oh, ¿es esta la parte en la que el normie generoso y popular ayuda al otaku nerd y enamorado? ¡Vate a la mierda! ¡Cómo se atreven a menospreciarme de esa manera!

Dios, qué dolor de cabeza daba.

Cuando empieces a sentir que la gente te mira por encima del hombro, tal vez debas empezar por preguntarte si no es sólo porque les estás mirando. ¿Hmm?

—De todos modos, ¿puedes abrir la puerta? Todo este asunto de gritar de un lado a otro se está volviendo aburrido. Baja y toma el té con tu mamá y Yuuko. Tu mamá proveerá las copas de té, y Yuuko proveerá sus copas D, si es que entiendes de lo que estoy hablando.

—¡Muérete! Nunca abriré esta puerta.

—¿Nunca? ¿Sin importa qué?

—Te acabo de decir: ¡No lo voy a abrir! ¡Piérdete, mujeriego de mierda!

… Creo que ya me he ganado el derecho de enfadarme un poco, ¿no crees?

Fui a la puerta de al lado que parecía ser el dormitorio de los padres. Luego salí al balcón, que conectaba con el de Yamazaki. Las cortinas estaban bien cerradas en su habitación. Probé abrir la mampara, pero estaba claramente cerrada.

Supongo que tomé la decisión correcta al traerte conmigo después de todo, ¿eh?

Saqué mi bate de béisbol metálico de la bolsa que llevaba colgada al hombro. El peso en mis manos se sentía agradable y familiar, y el agarre era perfecto.

El balcón no era muy amplio, así que no tenía suficiente espacio para hacer un swing completo, pero…

Bateador en el campo. Jugador número nueve, Chitose.

Siento tener que utilizarte para algo como esto, viejo amigo.

Estiré mis brazos al frente, luego preparé el bate. Me concentré en mi objetivo. Era la misma rutina que había hecho tantas veces cuando entré en la caja de bateo. Conté hasta tres, me relajé y luego hice un swing con el bate con todas mis fuerzas.

*¡¡¡CRASH!!! tink, tink, tink…*

El estruendo fue mucho más fuerte de lo que esperaba, y el sonido del vidrio rompiéndose fue casi musical, y así terminó la vida del fiel vidrio de la ventana de Yamazaki.

No estuvo cerca a la sensación de lanzar una pelota fuera del campo, pero aun así, eso se sintió bien .

Me sentí un poco mal por la ventana. Espero que reencarnes como una de esas canicas de vidrio que encuentras en las botellas de refresco anticuadas, para que encuentres algún día los labios de una joven y fresca belleza de preparatoria como Yuuko, pensé para mí mismo.

—¿¡Qué-De-mo-nios?!

Un grito medio histérico vino desde el interior de la habitación. Es comprensible. Yo también me sorprendería si alguien se abriera paso a través de la ventana de mi habitación. El drama estaba justificado.

Con cuidado de no cortarme el brazo con las piezas irregulares que quedaban en el marco, metí la mano y abrí la puerta corrediza, luego la empujé, separé las cortinas y entré con cuidado en la habitación, con el bate colgado del hombro.

—¡Estás completamente loco! ¡Esto es un acto criminal! ¡Eres un criminal! Me encogí de hombros, sin inmutarme por su dramática reacción.

—Oh, ¿no conoces la canción? ¿Laugh Maker? ¿De la banda Bump of Chicken? “¡No puedes hablar en serio! Escucho la ventana del otro lado rompiéndose cuando tomas un tubo de hierro con la cara llena de lágrimas. He venido aquí para traerte una sonrisa.” Es una canción dulce, aunque ya es algo antigua. Te la tocaré alguna vez.

—¿De qué diablos estás hablando? ¿Hablas en serio en este momento? ¡¿Qué te pasa?!

Chitose Kun Wa Ramune Volumen 1 Capítulo 2 Parte 2 Novela Ligera

 

 

—Oh, ahora, no tienes que estar tan enojado. Te lo acabo de decir, “he venido aquí para traerte una sonrisa”, bro.

Dios, ¿soy el tipo más genial del universo o no?

***

 

 

Retrocedamos media hora, ¿de acuerdo?

—Sra. Yamazaki, para volver a mi propuesta, ¿cuál sería más fácil de reparar, la puerta o la ventana?

La Sra. Yamazaki parecía que no tenía idea de cómo responderme.

—Kenta no va a salir, a menos que hagamos algo drástico. Estoy seguro de que al principio solo tenía la intención de ausentarse unos días de la escuela, pero las cosas han ido demasiado lejos ahora. Ha perdido la oportunidad de salir por su cuenta. Sabe que tiene que hacer algo antes de que sea demasiado tarde, pero después de todo el alboroto que ha hecho, es demasiado orgulloso para bajar y anunciar que va a parar de ausentarse de la escuela. Así que tenemos que crear algún pretexto conveniente para él, para que pueda actuar como si estuviera siendo obligado a regresar. De esa forma, él no se sentirá avergonzado.

La Sra. Yamazaki todavía no parecía entenderme.

—Así que mi propuesta es que entre en su habitación a la fuerza, ya sea derribando la puerta o rompiendo la ventana. Es por eso que traje este bate de béisbol conmigo. Entonces Kenta puede decirles a todos, “El loco de Chitose irrumpió en mi habitación, así que no se me ocurrió más remedio que venir.” ¿Lo ve?

Finalmente, la luz pareció brillar en los ojos de la Sra. Yamazaki, su rostro inexpresivo fue reemplazada por la ansiedad.

—… Entiendo, Chitose, pero ¿eso no empeorará las cosas? No quiero que Kenta se moleste. No me gustaría que se generara violencia…

—No creo que debamos preocuparnos por eso. Si Kenta realmente no quisiera nuestra ayuda, se habría puesto auriculares o algo así, y simplemente nos habría ignorado cuando tocábamos o intentábamos hablar con él. Pero ha sido bastante hablador con nosotros, en realidad. Yo creo que está buscando una salida.

Tampoco lo decía por decir. Yamazaki Kenta no estaba comprometido con su plan de encerrarse y eludir la escuela a largo plazo. Probablemente se estaba arrepintiendo de haberse quedado atrapado en esta posición en primer lugar. Es por eso necesitaba ser duro con él.

Necesitaba ir totalmente por su trasero.

—No le harás daño, ¿verdad?

—Me tomaría un tiempo derribar la puerta. Estoy seguro de que Kenta retrocederá a una distancia segura cuando escuche la conmoción. Y las cortinas están cerradas, así que si entro a golpes por la ventana, estará a salvo de cualquier cristal que vuele. Y Kenta no podrá oponer resistencia si entro rápido. Por supuesto, estará a salvo de cualquier vidrio volador. Pero recomiendo la segunda opción. Reparar la ventana será menos costoso que reemplazar la puerta. Y Kenta no podrá oponer resistencia si entro rápido. Por supuesto, yo pagaré por la ventana rota.

Predije que la Sra. Yamazaki se negaría a permitirme pagar la factura si llegaba a eso, pero estaba dispuesto a pagar si era necesario, solo tendría que enviarle una factura al viejo de Kura y recibir el reembolso más tarde.

—¡No podría aceptar dinero de estudiantes tan buenos que están haciendo tanto por mi hijo descarriado! Está bien, entiendo tu plan y estoy de acuerdo. ¿Puedo pedirte que optes para que entres por la ventana?

Ah, va todo según el plan.

Si se tratara de una novela juvenil empalagosa, se podría esperar que yo hablara dulcemente con Yamazaki para que abriera la puerta por su propia voluntad en una escena emotiva y conmovedora. Pero no tuve paciencia para eso. Y el resultado final sería el mismo, así que ¿a quién le importa? Prefiero ir al grano. Cuando estoy en el caso, todos los caminos conducen al éxito, después de todo. Heh.

—Gracias por aceptar mi plan. Sé que es un poco salvaje, pero estoy seguro de que podemos hacer que Kenta vuelva a la escuela si hago esto. Yuuko, cuando te dé la señal, ¿puedes bajar las escaleras dónde es más seguro? Creo que será mejor si también hablo con él de hombre a hombre.

Le sonreí a Yuuko, guardando mis motivos ocultos para mí.

—Oki doki. ¡Podemos tomar ese té juntas mientras esperamos, Yumiko!

¿El nombre de la Sra. yamazaki es Yumiko? Debo haberme perdido eso.

***

 

 

… Como puedes ver, todo fue legal, no hubo ningún acto delictivo.

Mientras trataba de explicar esto, Yamazaki siguió caminando por la habitación. Sentado en la cama. Sentado en la silla de su escritorio con las piernas dobladas debajo de él. De vez en cuando parecía como si fuera a intervenir, pero luego cerraba la boca de nuevo. No dejaba de mirar la puerta furtivamente. Claramente se preguntaba si debía salir corriendo. Era bastante divertido, en realidad.

—Solo respira hondo y cálmate, Kenta.

—No digas mi nombre como si me conocieras.

Estaba mucho menos enérgico ahora que ya no estábamos en medio de una puerta, su voz había bajado uno o tres notas y adquirido un tono tembloroso.

—¿Recuerdas lo que dijo Yuuko? Mirar a la otra persona a los ojos cuando le hablas es la regla uno de la comunicación humana básica. Finalmente llegamos a la línea de salida. Finalmente, ambos subimos al ring.

Estaba barriendo los pedazos de vidrio en una esquina de la habitación con la punta de mi bate mientras hablaba.

—Ahora, tratemos de entendernos. Puedo decir que tienes un montón de cosas que quieres decirme, ¿cierto?

Ahora que finalmente pude echar un vistazo a Yamazaki—bueno, Kenta ahora—mis sospechas se confirmaron por completo. Él era el otaku más estereotipado y triste que jamás había visto.

Estaba extremadamente desaliñado, los efectos probablemente empeoraron por su largo período de encierro. Vestía unos pantalones de chándal descuidados y una sudadera a juego, tenía el cabello despeinado y poca barba que le crecía por toda la cara. Pero traté de pasar eso por alto.

No era gordo, exactamente, pero era un poco redondo para su complexión. Detrás de sus gafas baratas y pasadas de moda, sus cejas eran tupidas y estaba claro que nunca habían sentido el toque cariñoso de un par de pinzas. Y tenía un aire nervioso e inquieto. Si buscabas otaku sudoroso en google, él sería el primer resultado de la imagen.

—Vamos. No tiene sentido que te quedes callado ahora. Si tienes algo que decirme, será mejor que lo saques todo.

—… Esa arrogancia tuya, haces eso porque honestamente crees que eres mejor que los demás,

¿no es así? Todos ustedes son iguales. No importa lo que diga o lo bueno que sea mi argumento. Los tipos como tú simplemente recurren al uso de la fuerza. Haciendo trucos de luchadores profesionales. Volviéndose violentos. Se aprovechan de tipos como yo. Hacen cualquier cosa para sentirse superiores.

—No podrías estar más equivocado. Sin embargo, supongo que decir eso suena un poco vacío después de que rompí tu ventana. Pero en realidad soy un tipo totalmente pacífico. Aborrezco la violencia. Nunca haría nada para agravar una situación. De todos modos, estoy seguro de que podría vencer a cualquiera en una discusión usando solo mis palabras. ¿No te lo dije?

Ambos estamos parados en el ring. Será una pelea totalmente justa de ahora en adelante. Apoyé mi bate contra el escritorio y me senté en la silla.

Kenta todavía me miraba con sospecha y un toque de miedo en sus ojos.

—Eres bastante diferente cuando Uchida y Hiiragi no están cerca, ¿eh? ¿Decidiste dejar toda esa tontería de “Mira qué buena persona soy”?

Hmm, no estaba del todo equivocado. Yo ciertamente no querría que las chicas escucharan algunas de las verdades que estaba a punto de contarle al viejo Kenta. Especialmente no a Yuuko. Realmente estropearía su brillante imagen de mí como un héroe.

—Sólo cambié mi ángulo ahora que estamos hablando cara a cara y no a través de la puerta de tu habitación, eso es todo.

—B-Bueno, déjame advertirte, si te pones violento de alguna manera, voy a llamar a la policía.

—Por mi está bien.

Me encogí de hombros, Kenta vaciló por un segundo más, luego se sentó en la cama como si se resignara a su destino.

—Bien, entonces. Te diré lo que pienso. ¿Por qué no? Todos ustedes, los chicos populares, se aprovechan de nosotros los impopulares como si fuera su maldito derecho. Solo porque llegaron a la cima de la jerarquía escolar usando su atletismo, sus conocimientos de estudio, su buena apariencia… ¡todas las cosas que el universo les dio! ¡Bueno, es no es justo! Deberían al menos intentar conocer quiénes somos como personas antes de discriminarnos por nuestro aspecto y con quién nos juntamos.

Oh vaya, está enojado.

Pero podría señalar al menos diez razones por las que estaba equivocado.

—No asumas simplemente que la buena apariencia, el atletismo y las buenas calificaciones son “regalos” del universo. Sí, tal vez hasta el final de la escuela primaria, puedas vivir tranquilamente. Pero a partir de la secundaria, hay buenas razones por las que los chicos populares son populares.

Pensé en mis amigos mientras hablaba.

—¿Crees que Yuuko no pasa horas todos los días trabajando en sus habilidades de peinado y maquillaje y cuidando su piel? ¿Crees que mis amigos en los clubes de fútbol y baloncesto no están pasando horas preciosas de su juventud insustituibles todos los días entrenando intensamente? ¿Crees que Yua no pasa de dos a tres horas cada noche estudiando para aprobar los exámenes para entrar en nuestra escuela?

—Eso es solo pulir las habilidades y las cosas con las que nacieron…

—Bien, déjame ponerlo de esta manera. ¿Dejarías un juego de rol sólo porque tu personaje tiene que empezar en el nivel 1? ¿Lo llamarías una mierda de juego si tu personaje no empezara en el nivel 99? Todos tenemos diferentes estadísticas iniciales, ¿sabes? Todos tenemos padres y entornos familiares diferentes. No es realista esperar que todos empiecen en igualdad de condiciones.

—Eso es… un ejemplo reduccionista. Kenta estaba murmurando para sí mismo.

—Sí, tal vez. Pero esa es la verdad. Todos elegimos nuestros propios caminos. Eso se llama tener libertad de elección. Podemos hacer nuestros propios destinos.

—Es fácil para ti decirlo, y para todos los demás que lo lograron. Es imposible vencer a alguien con habilidades naturales, sin importar cuánto te esfuerces. Dar lo mejor de ti es solo una pérdida de tiempo.

—Ese es el tipo de comentario que solo lo diría alguien que puso todo su corazón y alma en algo, trabajó hasta el cansancio y exprimió hasta la última gota de sangre, sudor y lágrimas, y que sólo ha fracasado ante alguien con talento natural que no se ha esforzado. Incluso Ichiro, el mejor bateador del mundo, pone una increíble cantidad de esfuerzo en su juego, tanto que sus compañeros de equipo de las Grandes Ligas sienten pena por él. Y lleva trabajando así de duro desde que estaba en la escuela primaria

—… Así que nació con talento natural y luego lo cultivó un poco. El todavía no lo entendía.

O tal vez sería más exacto decir que deliberadamente no lo estaba entendiendo.

—Está bien, ¿alguna vez has tratado de trabajar duro en algo? Hablas sobre cómo algunas personas simplemente son bendecidas. Sobre cómo no puedes ganar. ¿Pero contra quién estás tratando de ganar? Sí, si es una competencia para ver quién es el mejor del mundo en algo, entonces la habilidad natural definitivamente será una gran parte de eso. Pero en nuestra escuela, cualquiera debería ser capaz de sacar buenas notas si se esfuerza un poco.

—Oh, aquí vamos. Ahí viene ese discurso de, “solo levante y vuelve a intentarlo”

—¿Me equivoco? Claro, algunos de nosotros estamos más hechos para ciertas cosas. Pero lo que define el verdadero éxito es conocer esa diferencia e ir a por aquello para lo que tienes más aptitudes, y trabajar duro en ello. Si dedicas tiempo y esfuerzo a algo en lo que eres bueno, los resultados llegarán. Como dicen, una vez que un niño prodigio crece, simplemente se vuelve promedio. Incluso si tienes éxito en algo gracias al talento natural, eso no significa que puedas mantenerlo para siempre. Serás superado por gente que trabaja más duro.

Le di a Kenta una gran sonrisa.

—Quiero decir, si tomaste todo el tiempo que pasaste sin ir a la escuela y lo aplicaste a, no sé, resolver un Cubo de Rubik o algo así… entonces a estas alturas apuesto a que serías el más rápido de toda la escuela en resolverlo.

—… Oh, lo que sea.

Capté a Kenta sonriendo por un segundo. Pero rápidamente se sonrojó y apartó la mirada.

—Bueno, todo lo que digo es que si has conseguido entrar en nuestra escuela, entonces ya estás por delante en términos de sociedad. ¿Sabes cuántas personas reprobaron el examen de ingreso? Tienes habilidades, Kenta. En el futuro, podrás acceder a cualquier trabajo en la prefectura de Fukui con la Preparatoria Fuji en tu currículum. De hecho, el nombre de nuestra escuela tiene más influencia en estos lugares que algunas de las mejores universidades del país.

Por supuesto, Fukui es una prefectura rural pequeña, por lo que no es un logro tan grande en la gran escala, pero lo que quería transmitir era que Kenta no era el perdedor que pensaba que era.

—Huh. Tal vez tengas razón… Está bien, así que el trabajo duro influye un poco. Pero no puedo hacer nada con mis mierdas de comunicación ni con mi personalidad…

—Sí, cuando prefieres estar solo, es difícil salir y tratar de convertirte en una persona fiestera. Pero no creo que tengas que ir tan lejos. Y las habilidades de comunicación son fáciles de aprender. En pocas palabras, tú puede comenzar preguntando por qué, ofreciendo información sobre ti mismo y encontrando puntos en común. ¿Lo entiendes?

—¿Qué?

Tosí deliberadamente y puse un poco de energía extra en mi voz.

—Ah, amigo. Tengo mucho sueño hoy.

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Levanté una ceja y le hice un gesto a Kenta con un movimiento de “Vamos, sigue”.

—… Uh… Uh, ¿A qué se debe?

—Porque no he dormido en, bueno, una semana. He estado despierto toda la noche leyendo esta novela ligera realmente dulce…

Le hice un gesto a Kenta de nuevo.

—A mí… a mí también me gustan las novelas ligeras…

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