Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 6

Capitulo 5: Oh, Sí… Había Cazadores De Monstruos, ¿Cierto?

Parte 1

Fue el día después de la conversación en Nihao China.

Yuichi había venido a uno de sus lugares habituales, el bosque sagrado detrás de un santuario local. Últimamente había estado usando mucho este lugar para entrenar y lo apreciaba; era raro encontrar un área tan grande donde viniera tan poca gente.

Estaba preocupado por la Guerra de las Vasijas Divinas, pero no había nada que pudiera hacer para que las cosas funcionasen, así que bien podría seguir con su rutina habitual hasta que hubiese otra resonancia.

Era diciembre, así que ya hacía mucho frío, pero Yuichi solo vestía un chándal ligero.

Su hermana lo había sumergido en condiciones extremas muchas veces antes, y tal vez gracias a eso, podría lidiar con el calor y el frío severos.

Los inviernos japoneses no eran nada para él.

Hoy, Yuichi estaba solo, sin el acompañamiento de su hermana.

Al principio, ella había tenido que obligarlo a entrenar, pero ya era una costumbre, y ahora lo hacía por voluntad propia. No necesariamente lo hacía todos los días; dependía de cómo se sintiera, mental y físicamente. La propia Mutsuko dijo que no tenía sentido entrenar si lo hacías por costumbre.

También varió el contenido de su práctica basándose en cómo se sintió ese día. Ahora mismo estaba golpeando un árbol. Golpeaba el árbol con el costado de su brazo, luego agregaba algo de juego de pies, moviéndose alrededor del árbol mientras lo golpeaba alto y bajo. A veces lanzaba una patada.

Yuichi disfrutaba este tipo de cosas.

A simple vista, podría parecer que estaba repitiendo las mismas cosas una y otra vez, pero cada vez estaba ajustando su entrada y ángulo muy ligeramente, buscando los movimientos y métodos más eficientes para liberar su poder.

Estaba mejor hoy que ayer. Mañana estaría mejor que hoy.

Yuichi obtuvo una verdadera satisfacción de esa sensación tangible de mejora.

El entrenamiento es divertido cuando puedo hacerlo a mi propio ritmo…

Cuando estaba con su hermana, tenía que mantenerse alerta, siempre sin saber qué le iba a lanzar a continuación.

Ella manejaba algunos hilos con algún conocido suyo, y lo llevaría a algún lugar donde sería emboscado por matones enfurecidos, o soldados vestidos con equipos casi futuristas disparándole con escopetas mientras le gritaban en un idioma que definitivamente no era japonés.

El otro día, ella lo había obligado a luchar contra un grupo de mil hombres armados. Técnicamente, Yoriko había sido la causa de eso, pero tenía que preguntarse si su hermana mayor lo había planeado de alguna manera. Ella era una verdadera creyente en la importancia de luchar contra oponentes reales, y constantemente lo hacía hacer precisamente eso.

“¡Pelear es el mejor entrenamiento que existe! ¡No hay entrenamiento que sea mejor que una pelea real!” Aparentemente esa era su filosofía.

Era cierto que luchar contra un árbol no te enseñaría cómo manejarte en una pelea real, pero Yuichi aún lo encontraba beneficioso. Fortaleció sus brazos y piernas, por un lado, pero también le enseñó a manejar el retroceso de sus golpes. Ya sea que golpees un objeto humano o inanimado, siempre hubo retroceso, y cada escuela tiene sus propias filosofías sobre cómo lidiar con eso. Golpear cualquier cosa requirió una serie compleja de interacciones de numerosas partes de su cuerpo, por lo que incluso luchar contra un árbol podría enseñarle mucho.

Mientras Yuichi se concentraba en sus golpes, podía sentir que alguien se acercaba.

Él se detuvo.

No mucha gente sabía que Yuichi entrenaba aquí… nadie excepto sus hermanas y Natsuki Takeuchi, hasta donde él sabía.

Se dio la vuelta, preguntándose quién era, y vio que se acercaba una chica.

Las palabras sobre su cabeza decían: ‘Antropomorfo (Gato)’. Era Yuri Konishi.

Ella era la compañera de clase de Yuichi, quien en el primer día de clase se había jactado con orgullo de su riqueza personal. Además, no es que él estuviera ansioso por sacar esto de nuevo, en su momento ella había intentado matarlo.

Mientras se acercaba, Yuichi pudo ver que estaba usando un abrigo blanco forrado de piel, que incluso alguien tan ignorante de la moda como él podía notar que era extremadamente caro. Su segundo pensamiento, que si algo manchaba ese abrigo sería extremadamente visible, era una señal de su mentalidad de clase media.

El cabello dorado de Yuri, recogido en un estilo complicado, no era algo que cualquier persona de clase media pudiera imitar, sugiriendo que tenía su propio estilista personal, y aunque el objeto que sostenía en su mano parecía una canasta ordinaria, Yuichi no tenía ninguna duda de que era un artículo de lujo de algún tipo.

“Oh, eres tú, Konishi…” Habló Yuichi cuando llegó frente a él. “¿Es esa alguna forma de saludar a una persona?”

“Oh, lo siento.” Dijo. “Solo pensé que tal vez era Takeuchi…”

Sus hermanas todavía estarían durmiendo, por lo que Natsuki era la única otra persona que hubiera esperado ver aquí. Aunque últimamente, por alguna razón, Natsuki había estado actuando distante. Ni siquiera se presentaba a las reuniones del club.

“Entonces, ¿cómo puedo ayudarte?” Preguntó.

“¿Qué clase de pregunta es esa? ¿No eres tú quien dijo que necesitabas conocerme mejor? ¿Por qué me has estado evitando?” Yuri frunció el ceño con tristeza.

Antes ella le había invitado a salir y él la había rechazado. En ese momento, él le había dicho que no saldría con ella porque no la conocía bien, así que Yuri había declarado que lo intentaría de nuevo después de conocerla.

“En parte es que es incómodo, pero, para empezar, nunca fui muy social.” Dijo Yuichi.

“Soy muy consciente de eso. Puedo ver que rara vez interactúas con alguien fuera de un grupo pequeño en clase. ¡Así que he decidido tomar la iniciativa de venir a este lugar a esta hora del día, específicamente!”

El hecho de que el Lector de Almas dejara que Yuichi viera cosas que no quería ver lo había llevado a evitar deliberadamente la interacción con los demás. Nunca había sido exactamente una mariposa social, pero desde que ingresó a la escuela secundaria, probablemente había comenzado a parecer un misántropo total.

“No me importa que vengas a visitarme, pero ¿siquiera consideraste mi propia situación?” Preguntó. “Ahora mismo estoy en medio de un entrenamiento… pero está bien, no hay problema. Al menos te escucharé.”

“Yuichi Sakaki… ¿nunca cesará tu insolencia hacia mí?”

Quería reanudar el entrenamiento, pero sería difícil para él escucharla si se estaba moviendo. En cambio, abrió las piernas al ancho de los hombros, luego bajó las caderas, empujó los puños frente a él y bajó los codos.

“¿Qué es esa postura ridícula?” Exigió.

“Te lo dije, es entrenamiento. Artes marciales chinas. Se llama zhan zhuang. Básicamente estás sentado en una silla invisible. Es bueno para fortalecer piernas y glúteos.” En verdad, fue más complicado que eso. Pero para alguien que no estaba interesado en las artes marciales, esa explicación probablemente fue lo suficientemente buena.

“No puedo creer que esté perdiendo el tiempo con alguien así…”

“¿En serio?” Yuichi frunció el ceño. Fue Yuri quien propuso pasar tiempo juntos.

“¿Cómo esperas desayunar en esa posición?” Exigió. Yuri le mostró la canasta en su mano a Yuichi. Al parecer, contenía desayuno.

“¿Qué, trajiste comida? Estaba planeando comer después de llegar a casa, pero…” A pesar de sus quejas, Yuichi rompió su postura y volvió a la postura normal de pie. Si se hubiera tomado la molestia de traer comida, sería de mala educación negarse.

Mientras buscaba un lugar para sentarse, Yuri presionó la canasta en sus manos. “Hay una lona de plástico adentro. ¿Por qué no la extiendes?”

“¿Quieres que lo haga?” Yuichi pensó que ella realmente debería ser la que lo hiciera, pero hizo lo que le dijo, extendiendo la sábana.