Neechan Wa Chuunibyou (NL)

Volumen 6

Capitulo 1: La Abrupta Batalla Contra El Jefe Final

Parte 2

“Vaya… vine a ver el brazo derecho. Nunca pensé que me la encontraría de camino a la escuela. Reprimí mi presencia para ir tras de ti… ¿tal vez por eso lo logré?”

Las palabras del joven hicieron que Yurika volviera a sus sentidos. Probablemente se refería a Natsuki, así que tal vez se conocían. Pero si Natsuki se había escapado en el momento en que lo vio, su relación probablemente era complicada.

“¡Oye! ¿Qué quieres con Natsuki?” Preguntó Yurika.

“Ella se hace llamar Natsuki aquí, ¿verdad?” Preguntó el joven. “Hay que ver, vaya solución. Es a ti a quien vine a ver, pero también tengo negocios con Natsuki… bueno, ya que eres tú la que está aquí ahora mismo, supongo que me ocuparé de ti primero. Después de todo, es de mala educación pensar en otra mujer cuando estás en presencia de una dama.”

“¡¿Qué?! ¿Viniste aquí tras de mi Vasija Divina?” Parecía eso, pero algo todavía molestaba a Yurika. Deberían haber tenido que esperar la resonancia para saber con quién luchar, pero él había venido aquí para encontrar a Yurika antes de que la resonancia comenzara.

“En realidad soy el organizador del juego.” Dijo. “Tengo muchos preparativos que hacer ahora que estamos listos para comenzar, y para eso es que vine.”

Yurika ni siquiera sabía que el juego tenía un organizador, pero ahora que lo mencionó, no fue tan sorprendente. La Guerra de las Vasijas Divinas parecía el tipo de cosa que alguien arreglaría por una razón.

“¿Eres tú quien inició esta resonancia?” Ella preguntó.

“¿Hmm? Oh, el hecho de que la resonancia comenzara ahora fue una coincidencia. Las Vasijas Divinas hacen que eso suceda por su propia voluntad.”

“Bueno. Entonces, ¿qué querías?”

“Quiero ponerte a prueba para ver si eres digna de participar.” Dijo. “Pelea con este chico, ¿quieres?”

“¿Aquí?” Sintiéndose un poco aturdida, Yurika puso su mano derecha en su bolso, envolviendo sus dedos alrededor de un arma con resorte que había traído en secreto. Era un juguete que había comprado en una tienda de dulces baratos que ni siquiera podía perforar una hoja de papel de periódico.

“He puesto un hechizo para mantener alejada a la gente.” Dijo. “Deberías estar bien por un tiempo. Por supuesto, si hubiera sabido que esto sucedería, habría puesto una barrera… entonces ella tampoco podría haberse escapado.” El hombre parecía un poco disgustado.

El chico a su lado habló. “¡O-Oye! ¿De verdad se supone que debo hacer esto? ¿Estás seguro?”

“Dada su habilidad, debería estar bien.” Dijo el hombre. “Por supuesto, recuerda que es solo una prueba. Puedes causar tantos estragos como quieras, pero detendré las cosas en el momento en que obtenga mi resultado.”

¿No había usado su habilidad antes, o simplemente no tenía confianza?

De una forma u otra, el chico parecía tímido cuando dio un paso adelante.

Cuanto más se acercaba el chico, más claro se volvía: era el anfitrión de una Vasija Divina.

Derrotar a los portadores de las Vasijas Divinas era el trabajo de Yurika como un héroe de la justicia.

Convertirse en un anfitrión de Vasija Divina podría ser algo que cayó en tu regazo. Pero los que participaron en la batalla para conseguir deseos no podían ser nadie decente.

Eran malvados… y si eran malvados, estaba bien matarlos. Yurika sacó el lanzador de guisantes y disparó.

Tanto el lanzador de guisantes como su brazo derecho estaban envueltos en una llama negra que le daba al juguete todo el poder de una pistola real.

Yurika ni siquiera se movió muy rápido, sin embargo, el chico aún no pudo esquivarlo a tiempo. La bala le dio directamente entre los ojos…

… Pero eso fue todo.

Era solo una pelota de juguete pintada de plata sin ningún poder real detrás de ella. Eso rebotó en su frente y rodó por el suelo exactamente de la manera que uno esperaría.

Se hizo el silencio. Tanto Yurika como el chico se quedaron paralizados por la sorpresa.

Para Yurika, fue por el hecho de que su habilidad no había funcionado.

Para el chico, fue por el hecho de que ella le había disparado una pistola de juguete en esta situación.

“Ah, ¿te lo explico? Ninguno de los dos parece entender lo que acaba de pasar.” Dijo alegremente el joven mientras veía cómo se desarrollaban las cosas. “Tu habilidad mejora las armas de tal manera que incluso una pistola de juguete puede ser letal. Me pregunto cómo nombraste la habilidad…” No parecía importarle interrumpirlos a pesar de que estaban en medio de una pelea.

Yurika lo ignoró; a ella no le importaban los nombres de las habilidades.

“Oh, pero nombrar estas cosas las hace mucho más emocionantes.” Dijo el hombre. “Déjame ver… llamémoslo ARMS. Es un juego de palabras bastante básico: arm (brazo), arms (armas), pero al menos es transparente. La habilidad de este chico es Devorador de Habilidades. En pocas palabras, es una habilidad que devora otras habilidades… en otras palabras, las niega.”

“¡¿ARMS?! ¡Oye! Si sabes estas cosas, ¡dímelo! ¿Qué hubiera pasado si no hubiera podido negarlo?” Le gritó el chico al hombre.

Yurika comenzó a retroceder. No había nada que ella pudiera hacer. Tenía otras armas de juguete en su arsenal, pero no significaban nada si él podía negar su habilidad.

“Ni siquiera yo puedo decir qué será una habilidad antes de que se active.” Dijo el hombre. “Y estoy seguro de que puedes soportar una muerte o dos. Debes tener algún seguro.”

“Bueno, lo que sea.” Dijo el chico. “Soy capaz de negar las habilidades de una Vasija Divina, ¿verdad? ¿No es una especie de trampa en una batalla sobrenatural como esta?”

Yurika comenzó a pensar. Era cierto que negar habilidades era una amenaza, pero seguramente debía haber alguna condición adjunta.

Como había dicho el chico, la Guerra de las Vasijas Divinas era una batalla de superpoderes, y el Dios Maligno lo había organizado con algún tipo de propósito. Él había entregado las vasijas y arreglado la resonancia para provocar batallas, lo que significaba que quería verlas luchar.

Si bien es posible que las cosas nunca sean perfectamente justas, tampoco podría querer ver desarrollos completamente unilaterales. Lo que significaba que el chico debía tener alguna debilidad o algún límite en lo que podía hacer.

Mientras pensaba, el chico se acercó aún más.

Ahora caminaba con más confianza; quizás negar su habilidad lo había animado.

Yurika examinó al chico.

Su uniforme era el de la secundaria Seishin, al igual que el de Yurika. No llevaba un arma, y el hecho de que caminara hacia ella sugería que no tenía capacidades de ataque de largo alcance.

Su cuerpo era larguirucho, lo que indica una falta de fuerza física, mientras que Yurika era una chica atlética. Pensó que tal vez podría enfrentarse a él.

Mientras se acercaba, el chico levantó el brazo.

Su mano estaba abierta, sugiriendo preparación para una bofetada, pero estaba demasiado lejos para eso.

Lanzó su ataque, que fue ridículamente lento y tembloroso.

Yurika ni siquiera tuvo que esquivarlo; ella simplemente dio un paso atrás. La palma del chico atravesó el aire frente a ella. Su cuerpo se estremeció por un repentino escalofrío y fue asaltada por una terrible sensación de pérdida.

Había perdido algo, pero no sabía qué.

“¡¿Qué fue eso?!” En su confusión, Yurika terminó preguntándole a su enemigo al respecto.

“Este es el verdadero poder del Devorador de Habilidades: el poder de robar las habilidades de otro.” Dijo el hombre.

El hombre no había tenido ninguna razón para revelar la verdadera naturaleza de la habilidad del chico, y muchas razones para no hacerlo, sin embargo, había respondido a su pregunta sin preocupación.

“Antes dijiste que negaba las habilidades…”

“Devorador de Habilidades hace ambas cosas.” Dijo el hombre. “Puede negar las habilidades dirigidas a él, y si se acerca, puede devorar una habilidad y tomarla como propia.”

“Oye, ¿qué es esto? ¿Evitando ataques sorpresa? Es un fiasco…” Escupió el chico mientras se alejaba de ella de nuevo.

“Eso sucederá a veces.” Dijo el hombre. “No sabrás qué habilidades puedes robar hasta que lo intentes. Por cierto, evitar los ataques sorpresa significa que incluso si alguien te ataca de la nada, el ataque no golpeará…”

El joven comenzó a explicarle más al chico. Yurika comenzó a pensar en correr. No podía pensar en una forma de defenderse en este momento, así que su mejor opción parecía ser huir para ganar tiempo.

“… Ah, y no recomiendo huir.” Dijo el hombre, como si le hubiera leído la mente. “Esto es una prueba. ¿Por qué no me muestras cómo manejaras esta situación?”

Si fuera una prueba, ¿qué pasaría si fallaba? Parecía demasiado esperar que la hubiera dejado ir a casa.

Me llamó héroe, pero no puedo hacer nada…

Incluso si Yurika era un héroe, su único poder era revivir en una iglesia si moría. Esa podría ser su llave para salir de aquí, pero Yurika no tuvo el coraje de suicidarse. Ella permaneció inmóvil mientras el chico se acercaba.

Sin la capacidad de usar su brazo derecho, Yurika era solo una chica normal de secundaria. No tenía forma de luchar contra alguien con habilidades sobrenaturales.

“¡Sí! ¡No huyas! ¡Dame una habilidad decente ya!” Gritó el chico.

Yurika dejó escapar un grito ahogado ante las palabras del chico. Suponía que Yurika tenía múltiples habilidades, lo que significaba que podría haber más en su arsenal de héroe. En el momento en que se dio cuenta de eso, una visión extraña apareció ante ella:

→ Artículo Fuerza Habilidad Aliado Otro

Era una lista de palabras en un marco blanco.

Yurika se dio cuenta de que estas debían ser sus habilidades de héroe.

No era exactamente lo que esperaba, pero tal vez se inspiró en un videojuego. Había un cursor en la lista que podía mover con su propia voluntad.

Pero, ¡¿qué debo hacer?! No sabía cuál elegir, pero tampoco tenía tiempo para pensar en ello.

Yurika eligió su comando por instinto.

“¡Urgh!” Al instante siguiente, el chico dejó escapar un grito indigno y salió volando hacia un lado.

El que lo había hecho era un hombre vestido de negro: Soichi Kiryu, el hombre de la iglesia que la había llamado heroína.

Las caderas de Kiryu se bajaron, su puño empujado hacia un lado. Dado lo que había sucedido, debió haber golpeado al chico desde el costado.

El chico estaba tirado en el suelo, después de haberse estrellado contra un letrero de una tienda y golpeado contra una pared.

“Yurimaru. ¿Finalmente te has dado cuenta de cómo usar tus poderes?” Preguntó Kiryu.

Yurika había elegido el comando Aliado, lo que significa que el único amigo que tenía esperando entre bastidores se había agregado a su ‘grupo’.

“¡Maldición! ¡Eso duele! ¿Qué demonios? ¡Pensé que esta habilidad me permitía esquivar ataques sorpresa!” El chico humillado maldijo al hombre, aún tirado en el suelo.

Yurika se sorprendió de que todavía estuviera consciente, aunque su brazo y pierna estaban doblados en ángulos extraños… rotos o quizás dislocados.

“Esquivar el ataque sorpresa evita sólo el golpe que da comienzo a la batalla.” Dijo el hombre. “El efecto no se activará mientras la batalla esté en progreso.”

“¡Dijiste que me protegerías! ¡Mira lo que hizo! ¿Por qué dejaste que esto sucediera?”

“No te preocupes.” Dijo el hombre. “La habilidad que robaste el otro día mejora tu resistencia. Te recuperarás muy pronto, aunque estarás inmóvil por un tiempo. Muy bien, ambos pasan. Me habría preocupado si la chica estuviese sola, pero si estás con ella, creo que estará bien.”

El hombre estaba ahora de pie junto al chico. Yurika ni siquiera lo había visto moverse.

“¿Crees que te permitiré irte?” Preguntó Kiryu, asumiendo una postura de lucha mientras miraba en dirección al hombre.

Dejó caer las caderas y abrió las piernas, cambió su peso a la pierna de atrás y giró las palmas hacia arriba con ambas manos hacia adelante como para proteger su rostro.

“Sí. Porque eres físicamente incapaz de detenerme.”

El hombre agarró al chico por el cuello y saltó. En un instante, ambos estaban en la parte superior del edificio de cinco pisos contra el que el chico se había estrellado antes.

Era cierto que probablemente no podría seguirlos así.

“Adiós. La verdadera batalla comenzará pronto. Espero que lo estés esperando.”

Con eso, tanto el hombre como el chico desaparecieron.

La resonancia de la Vasija Divina se había detenido en algún momento, pero no parecía tener algo que ver con la desaparición de la pareja.

Yurika había escuchado que la resonancia no se detenía hasta que algo se resolviese, lo que significaba que algo debía haber ocurrido en otro lugar.

Kiryu soltó su postura de lucha y se volvió hacia Yurika. “Esto sucedió porque confías demasiado en tu Vasija Divina.”

“¿Que se suponía que debía hacer?” Preguntó Yurika. “¿Y qué has estado haciendo, por cierto? ¡No he sabido nada de ti desde esa primera vez!”

“He estado preparando la iglesia. Alégrate, porque constantemente has ido ganando nuevos discípulos.”

“¿Discípulos? ¿Qué carajos?” Ella lloró. “Creyentes en el poder del héroe.” Entonó.

Parecía que Kiryu estaba involucrado en algún tipo de religión basada en héroes. Por su atuendo, ella había asumido que era un sacerdote cristiano, pero eso parecía no ser cierto. Parecía ser el fundador de su propia secta.

“Bueno, está bien.” Dijo. “Cualquiera sea la razón, me salvaste, así que… gracias.”

“Simplemente hice lo que se esperaba de mí.” Dijo. “Pero realmente debo hacerte crecer un poco más fuerte, Yurimaru. Haber sido casi derrotada por uno de su nivel…”

“Está bien, lo entiendo. Necesito subir de nivel o algo así,

¿verdad?”

La lista de comandos había desaparecido en algún momento, pero pudo sacarla a relucir concentrándose en ella. Ella eligió ‘Fuerza’.

Nombre: Yurimaru Nivel 1

Potencia: 5

Resistencia: 10

Velocidad: 6

Sabiduría: 2

Suerte: 20

HP: 15

MP: 6

La cadena de números a su alrededor parecía indicar las estadísticas de Yurika.

Yurika sintió que una sensación de peligro la recorría. Los números parecían terriblemente bajos. Necesitaba hacer algo al respecto lo antes posible, pero en realidad no sabía cómo subir de nivel. Esto no era un videojuego, por lo que no solo había monstruos deambulando para que ella peleara.

Bueno, supongo que solo necesito darle una paliza a algo…

Había mucha gente mala en el mundo. Como un héroe de la justicia, Yurika pensó con optimismo, que podría golpearlos.

“Voy a subir de nivel golpeando a algunos punks inútiles que no merecen vivir… ¡ah!” Yurika se había distraído un poco por la extraña serie de eventos, pero de repente le recordó que Natsuki había desaparecido. “¡Voy a ir a buscar a mi amiga! ¡Nos vemos más tarde!”

“Entendido.” Dijo el sacerdote. “¿Pero puedo ofrecerte una palabra de advertencia?”

“¿Qué es? ¡Tengo algo de prisa!” Espetó Yurika.

Natsuki había corrido cuando vio al joven. En otras palabras, ella sabía que él era peligroso. Era muy posible que esos dos fueran a por ella después, y Yurika estaba ansiosa por encontrarla primero y salvarla.

“No podrás volver a usar esa técnica por un tiempo.” Dijo el sacerdote. “Un héroe puede tener cuatro aliados como máximo, y una vez que hayas colocado a alguien en tu grupo, no podrás intercambiarlo hasta que tengas más de cuatro.”

“¡Bien! ¡Ya veo!” En realidad, no lo vio, pero, de todos modos, Yurika comenzó a correr.

***

“Ahora…” Después de despedir a Yurika, Kiryu reanudó el curso hacia su destino original.

Quizás había tenido suerte de estar tan cerca de Yurika. Si no lo hubiera estado, no habría podido unirse a su grupo; no podía llamar instantáneamente a un miembro del grupo que estaba demasiado lejos. Quizás, sin embargo, esa suerte fuera una de sus cualidades heroicas naturales.

Primero, debemos cortar los lazos innecesarios…

Con su nueva confianza en que Yurika tenía talento como héroe, Kiryu endureció su determinación.

Llegó frente a un edificio hospitalario de cinco pisos de tamaño moderado. Al entrar, se encontró con una reunión de delincuentes de aspecto anacrónico holgazaneando con uniformes de cuello alto.

Estaban descansando en los sofás, rodeados de colillas de cigarrillos y latas de cerveza vacías. Era poco probable que hubiera muchas personas lo suficientemente excéntricas como para querer un chequeo en un hospital como este.

“Esto es una sorpresa.” Dijo. “Esperaba un médico externo.”

“¡¿Quién coño eres?!” Uno de los delincuentes se puso de pie, dejó escapar un grito que sonaba estúpido y agarró a Kiryu.

Pero en el momento en que puso su mano sobre él, Kiryu simplemente le torció el hombro y el delincuente salió volando. Había anticipado los movimientos de su oponente y sincronizado con ellos, usando la fuerza de su oponente contra él.

El delincuente perdió el equilibrio y atravesó la habitación a gran velocidad. Mientras se estrellaba ruidosamente contra la pared, los otros delincuentes se levantaron en masa.

Uno de ellos lanzó un puñetazo. Kiryu agarró el puño con la mano izquierda, se interpuso y lo golpeó con el codo derecho. Otro entró con una patada.

Kiryu golpeó la rodilla de la pierna que pateaba con la palma de la mano, entró y golpeó el dorso de su puño en la cara del matón.

Las técnicas, que no eran terriblemente impresionantes en sí mismas, acabaron con los delincuentes uno por uno. Una vez que hubo vencido a suficientes de ellos, el resto de los matones simplemente dio un paso atrás y miró desde la distancia.

Con sus obstáculos desaparecidos, Kiryu ahora se adentra más en el hospital. Encontró la habitación del director del hospital y entró para encontrar a un hombre con una bata blanca de laboratorio parado allí.

Él era el verdadero objetivo de Kiryu: el hombre que le había dado a Yurika el brazo derecho del Dios Maligno.

“Qué absolutamente deplorable.” Dijo Kiryu. “Permitir que los delincuentes corran desenfrenadamente por un hospital es un insulto a la profesión médica.”

“Bellas palabras de un sacerdote violento.” Dijo el hombre. Debía haber sabido que Kiryu estaba allí, pero se mantuvo perfectamente a gusto.

Si este hombre era lo que se conocía como un Externo, entonces probablemente no temía ser lastimado por un mortal. Aun así, Kiryu no había venido aquí para interrogarlo. Había hablado solo por un sentido de alegría.

Lentamente, Kiryu se acercó al hombre de la bata de laboratorio. Quizás el hombre no sabía lo que estaba allí para hacer, porque todo lo que hizo fue quedarse allí. Debe haber estado seguro de que no importa lo que hiciera, podría sobrevivir.

Kiryu se acercó a tocar al hombre. Suavemente tomó su brazo izquierdo y acercó al hombre, luego colocó su palma izquierda contra su pecho.

El movimiento fue tan suave que el hombre aparentemente no sintió malicia alguna.

Zhen jiao, el pie de estampación.

Kiryu dio un paso tan fuerte que rompió el suelo debajo de él.

Pateó el suelo, canalizando todo el poder del retroceso en la parte superior de su cuerpo. Nada de eso se desperdició; todo pasó a través de su mano hasta el pecho del hombre.

“¿Qué…?” Los ojos del hombre de bata blanca se abrieron con sorpresa.

Debe haberle encontrado impensable, que tal ataque no pudiera golpearlo, y sin embargo…

“He peleado con los de tu especie muchas veces antes y he llegado a entender algo.” Dijo Kiryu. “Los ataques rápidos son ineficaces. Por alguna razón, siempre los esquivas.”

Los ataques con proyectiles fueron el mejor ejemplo. No importa cuántas veces les hayas disparado, el disparo nunca acertó.

Kiryu continuó: “Pero no puedes esquivar un ataque a quemarropa.”

Eso no significaba que pudieras clavarles un cañón en el pecho y disparar. Si lo hicieras, el arma simplemente se atascaría. Los cuchillos también se romperían y el veneno sufriría una reacción química y perdería su potencia.

Sin embargo, era más difícil que la influencia de un poseedor de cosmovisión afectara el cuerpo de otra persona. Una persona, en sí misma, era como un pequeño mundo. Esto significaba que el método más efectivo contra un Externo era atacarlo con las manos desnudas a corta distancia.

“E-Eso no será suficiente para…” Objetó el hombre. Tosió sangre que salpicó la ropa de Kiryu, pero este ni se inmutó.

Otro Zhen jiao.

No había señales de daño en el pecho del hombre, sin embargo, todo el poder se centró en un solo punto: su corazón.

“Me dijeron que considerara a personas como tú ‘excepcionalmente afortunadas’.” Dijo Kiryu. “Nunca esperé que un solo ataque te acabase.” Parte de la naturaleza de un Exterior era que, si existía la más mínima posibilidad de sobrevivir, siempre lo haría. Lo que significaba que tenía que eliminar sistemáticamente cualquier posibilidad de supervivencia hasta que por fin estuvieran muertos.

Kiryu continuó golpeándolo con penetrantes golpes de tou jin. Incluso después de que el hombre dejó de moverse, Kiryu siguió atacando, y solo lo soltó cuando estuvo seguro de que estaba muerto.

Solo para estar seguro, sacó un cuchillo de su bolsillo y se lo arrojó. No falló, pero se clavó directamente en el estómago del hombre… lo que significaba, a juicio de Kiryu, que ya no era un Exterior, solo un mero saco de carne.

“Ahora, Yurimaru puede concentrarse en sus hazañas como héroe.” Dijo Kiryu con satisfacción.