Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Tras dejar a Abel, Mia fue directamente a Sion. Como era de esperar, estaba asediado por un ejército de mujeres jóvenes. Hizo una mueca al verlo, un islote solitario en un mar de damiselas.

Lunas, ¿tengo que nadar a través de eso para llegar a él? Ugh…

Sólo de pensarlo se cansaba. Sin embargo, al acercarse, el mar se abrió ante ella como si fuera un antiguo profeta. Todas las chicas se hicieron a un lado, y ella caminó entre sus filas por el camino recién revelado. Sion también se volvió hacia ella y sonrió.

“Saludos, princesa Mia.”

“Saludos, Príncipe Sion. ¿Podría tener el honor de bailar por primera vez esta noche?”, preguntó ella con elegante cordialidad.

“¿Oh? Ciertamente puedes, y el honor es muy mío. A decir verdad, no esperaba que me lo pidiera.”

“Vaya, pero si no te lo pidiera, ¿cómo empezaríamos? Después de todo, nunca has sido una persona que ofrezca tu atención sin pedirla, ¿verdad?”

“¿Eh?” Sion enarcó una ceja ante el comentario, provocando una risita divertida de Mia, que luego extendió tranquilamente su mano.

Mia, como ve, conocía un hecho importante de la vida. Esperar es desperdiciar — hay que actuar para adquirir. No te quedes mirando a alguien y esperes que se dé cuenta de tu mirada. Si quieres la atención de alguien, tienes que ir a buscarla. Así que extendió la mano. Esta noche no habrá emboscadas. Iba a pasar a la ofensiva.

Sion la tomó con sumo cuidado y la condujo con elegancia hacia la zona de baile.

“Muy bien, princesa Mia. ¿Empezamos?” Enderezó la espalda, se puso una mano sobre el pecho y se inclinó.

En respuesta, Mia se dobló por las rodillas y le dio un educado tirón a su falda. “Sí, Príncipe Sion. Disfrutemos de este baile.”

La orquesta de la sala se percató de su presencia. La pieza actual se desvaneció rápidamente. Tras una breve pausa, comenzó una nueva melodía con el ritmo perfecto para bailar.

“Vaya, esto es…”

Mia conocía este número. Se utilizaba con frecuencia para practicar los fundamentos. En otras palabras, era una pieza fácil destinada a los principiantes.

Vaya, sí que están jugando a lo seguro, ¿no? Supongo que no puedo culparlos. Esta es la princesa de Tearmoon y su príncipe heredero bailando. Lo último que querrían es que alguien se pusiera en evidencia.

Miró a Sion. Él sonrió con ironía, claramente consciente también de la cortesía no solicitada.

Teniendo en cuenta los recientes escarceos de Mia con otras actividades como la natación, la equitación y la cocina (con resultados cuestionables en el caso de la última), difícilmente se podía culpar a alguien por olvidar que, de hecho, tenía una consorte adecuada. Sin embargo, hay que recordar que su verdadero don era el baile. Era su fuerte entre los fuertes. Podía bailar cualquier música, sin importar su estilo o ritmo, ¡y sin esfuerzo!

“Agradezco su consideración, pero realmente no es necesario. Creo que es necesario dejar claro ese punto. ¿Qué dices, Sion?”

“Ja, ja, ja, el crimen de subestimar a la princesa Tearmoon es muy grave. Muy bien entonces. Tienes toda mi cooperación.”

Se miraron, respiraron rápidamente al unísono y rompieron en una secuencia de pasos perfectamente combinados. Un baile entre el príncipe heredero de Sunkland y la princesa de Tearmoon atrajo naturalmente la atención de la sala. Al principio, las miradas del público eran sobre todo de curiosidad. En poco tiempo, se convirtieron en admiración y asombro.

Los nobles de Sunkland conocían bien la destreza de Sion en el baile, pero la de Mia les pilló completamente por sorpresa. Algunos de ellos, todavía amargados por los acontecimientos de la noche, habían esperado desahogarse un poco burlándose de ella cuando Sion la mostró. Las bocas de estos posibles malhechores se cerraron a la fuerza.

Los movimientos de Mia fueron impecables. Leían con precisión cada uno de los movimientos de Sion y los igualaban. Cada movimiento de su brazo, cada movimiento de su muñeca, era preciso y deliberado. Era como si su control se extendiera a cada nervio y músculo, todos los cuales habían sido reclutados para optimizar la belleza de su actuación. Su visión provocó en la multitud largas exhalaciones de asombro, dejándolos sin aliento.

“Así que esa es la princesa Mia… Magnífica… Simplemente magnífica.”

Cuando la música llegó a su fin, Sion lanzó una mirada significativa a la orquesta. El director asintió y aceleró el ritmo de la batuta.

“Vaya, esto es…”

“Bueno, tienes algo que decir, ¿no? Me imaginé que una pieza no sería suficiente para establecer tu reputación. Ahora que hemos entrado en calor, ¿por qué no les mostramos algo con un poco más de… fuerza ?”

Mia se rió. “Adelante entonces. Allegro o andante, bailaré lo que prefieras.”

Oho ho, qué conveniente es que siga bailando. A este ritmo, necesitaré unas cuantas chicas más para mantenerlo ocupado después. Si lo preocupan por el resto de la noche, ¡será una misión completa!

Después de unos cuantos números más, el cansancio finalmente alcanzó a Mia y se alejó de Sion para descansar. Esperaba que las otras chicas llenaran el vacío inmediatamente, pero en su lugar…

”

¿Tienes sed, Sion? Aquí tienes un trago, si quieres…”

Fue Echard quien se acercó. En su mano había un vaso de zumo hecho con uvas del crepúsculo.

¡Vaya! ¡Si eso no es sospechoso, no sé qué lo es!

Se apresuró a volverse hacia él y le dijo: “U-Uh, en realidad, Sion, ¿qué tal uno más? Todavía no estoy preparada para dejar de bailar.”

“¿De verdad?” Sion la miró con el ceño fruncido. “Quiero decir, no me importa, pero ¿qué pasa con Abel…?”

Comenzó a mirar a su alrededor en busca de Abel, para luego detenerse y morderse el labio. Exhaló, aparentemente llegando a una conclusión interna.

“…¿Sabes qué? Yo tampoco estoy preparado para entregarte”, dijo, mirando pensativo a la multitud. “Nadie gana cediendo siempre, después de todo.”

Luego, se volvió hacia Echard.

“Lo siento, Echard, ¿podrías guardarme eso? Me lo beberé cuando termine de bailar.”

“¿Eh? Pero ahora está bien fría. Si esperas, se—”

Antes de que pudiera terminar, le arrebataron el vaso.

“Ya, ya, Echard. Nunca hay que interponerse entre un joven y una joven que tienen negocios entre sí.” El rey Abram, con el vaso en la mano, sonrió a su hijo. “Puedes mandar a hacer otra copa para él una vez que haya terminado. Esta la disfrutaré yo.”

“Ah—”

Antes de que Mia pudiera reaccionar, el rey Abram se bebió el vaso de zumo. Unos segundos después…

“Ugh…”

Un gruñido escapó de sus labios. Su noble figura comenzó a tambalearse. Dio unos pasos inseguros hacia el balcón. Alcanzó las barandillas, se agarró… y falló. Su cuerpo se dobló sobre la barandilla, a punto de caer.

“¡Su Majestad!”

El grito de una chica rompió el aire. Mia, congelada por la conmoción, no pudo más que ver cómo una forma femenina se precipitaba hacia el rey enfermo.