Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Comida… Necesito comida… Pasteles, preferiblemente. ¿Dónde puedo encontrar pasteles…?

Mia observó su entorno. La conmoción de su discurso aún no había desaparecido. Bajo la dirección de Lampron, el evento había pasado a su segmento de baile y cena, pero seguía habiendo una energía ansiosa en toda la sala. Los invitados cuchicheaban furiosamente entre sí, y pocos — incluso los que participaban — parecían prestar mucha atención al baile.

La sala estaba dividida en gran parte en dos zonas. Un gran espacio abierto estaba reservado para el baile, y otro estaba alineado con mesas llenas de comida y bebida. El espacio para comer estaba situado junto al balcón, presumiblemente para que los invitados pudieran contemplar las estrellas con una copa de vino en la mano.

A Mia no le interesaba nada de eso. Prefería saber dónde estaban sus amigos. Sin embargo, no necesitó mirar; uno de ellos ya se estaba acercando.

“Bravo, Mia.”

Abel se acercó a ella con una copa de vino en cada mano.

“Vaya, Abel. ¿Es para mí? Muchas gracias.”

Cogió una de las copas y dio un sorbo a la bebida que había dentro. Resultó ser un zumo. El suave dulzor con un refrescante toque de acidez sugería que era a base de manzanas. Tragó, disfrutando del frescor del líquido mientras bajaba por su garganta. Pronto sintió que el azúcar se abría paso en su cerebro y dejó escapar un suspiro de satisfacción.

De repente, se le ocurrió un pensamiento y se quedó mirando el vaso.

Me pregunto si así es como envenenaron a Sion. Colocándolo en una bebida como ésta.

Por si alguien lo había olvidado, su misión principal aquí en Sunkland seguía en marcha. Había hecho un buen trabajo siguiendo el plan de Ludwig, pero eso no había hecho nada para evitar el asesinato de Sion.

¿Qué voy a hacer…?

Cogió un macaron cercano y se lo metió en la boca para mantener un suministro constante de azúcar. Mientras masticaba, examinó su entorno una vez más. El comedor estaba lleno de innumerables alimentos. Si el veneno se había escondido en alguno de ellos, evitarlo iba a ser extremadamente difícil. Lo mejor sería que Sion no comiera ni bebiera en toda la noche, pero…

“¿Tienes algo en mente?”

Levantó la vista y se encontró con un Abel preocupado. Mientras estudiaba su rostro…

Sabes, ahora que me fijo bien, Abel tiene las pestañas muy largas. También son tan rectas. Y sus ojos son tan puros y soñadores. Como él…

…No tenía absolutamente ningún pensamiento constructivo. En todo caso, su capacidad de producir alguno se vio activamente obstaculizada, ya que su cerebro había cambiado inmediatamente al modo de relación.

“Eh… Mia, ¿te importaría mirar en otra dirección de vez en cuando?” dijo Abel mientras desviaba torpemente la mirada. “Es un poco embarazoso cuando miras así.”

“¿Eh? Oh, vaya. Lo siento. Estaba, um, pensando… y me perdí por un segundo.”

Uh-oh. Esto no es bueno. Si me saca a bailar, no estoy segura de poder mantenerme concentrada. Necesito de alguna manera — ¡Espera, eso es! ¡Un baile!

La inspiración la golpeó como un rayo.

¿Y si le pido a Sion que baile conmigo? ¿Y lo mantengo bailando todo el tiempo para que no tenga oportunidad de beber nada?

Ni siquiera el sobrehumano Sion podría beber mientras baila. Comer tampoco sería posible.

Está bien, pensemos en esto. Si lo invito a bailar, probablemente no me rechazará. Y teniendo en cuenta que es él, una vez que lo lleve a la pista de baile, habrá un montón de gente haciendo cola para ser su próxima pareja. Puede seguir tomando copas entre los bailes, pero mientras me asegure de que es el único momento en el que puede ir…

Mia se volvió hacia Abel y bajó la cabeza. “Lo siento, Abel, pero como gesto de respeto, me gustaría pedirle primero a Sion un baile esta vez. ¿Te parece bien?” Luego le puso ojos de cachorro suplicantes.

“¿Hm? Por supuesto. Adelante. Los bailes son parte de la diplomacia, después de todo. Mostrar a todo el mundo que estás en buenos términos con Sion debería ayudar a mantener a tus oponentes a raya.”

Abel le sonrió suavemente. No había ningún indicio de preocupación en su expresión. No había incomodidad. Nada… de nada. No estaba ni siquiera un poco molesto, casi como si fuera perfectamente razonable que ella estuviera bailando con Sion y ella fuera la rara por molestarse en preguntar. Y eso la molestó un poco.

¿En serio, Abel? pensó, sintiendo una punzada de celos. Te acabo de decir que voy a bailar con Sion, y ¿te parece bien?

El modo relación de Mia cobró vida, y junto con él llegaron todos los molestos matices y sentimientos que los jóvenes amantes tienden a infligirse mutuamente. Cuando hablaba con otros chicos, esperaba alguna reacción . No demasiado, por supuesto, pero sí lo suficiente para que ella pudiera saborear la pizca de adoración que se vislumbraba en los celos. Oh sí, se había convertido en ese tipo de chica.

“¿Estás seguro, Abel? Para que quede claro, voy a bailar con otro chico…” dijo, llegando a enfatizar la última parte de su frase.

Abel le contestó con la cara más seria. “¿Estoy segura? Hm… Bueno, mentiría si dijera que no me molesta en absoluto… Pero ya he tomado una decisión. Tu afecto no es algo que vaya a exigir. Es algo que me ganaré — convirtiéndome en alguien que valga la pena.”

Atravesada por su mirada inquebrantablemente seria, el corazón de Mia dio un vuelco.

“Abel…”

“Por eso… Si alguna vez te sientes atraída por otra persona, no pasa nada. Porque lucharé contra ellos, sin importar quiénes sean. Incluso si es un amigo como Sion. Lucharé con él por tu afecto, y ganaré. Me ganaré mi derecho a estar a tu lado.”

Esta audaz declaración de amor le dejó sin aire en los pulmones. Sintió que su rostro se calentaba y sus pensamientos se fundieron en una nebulosa. Tuvo la sensación de que le ponían una mano en la espalda, seguida de un suave empujón.

“Adelante. Está bien. Probablemente Sion no pueda empezar a bailar con otras chicas hasta que se lo pidas, y sería una pena hacerlas esperar.”

La etiqueta establecía que no se empezaba a bailar antes que alguien de mayor rango. En términos de estatus, Mia y Rafina eran definitivamente las más altas de las mujeres presentes. Rafina podía sin duda poner en marcha el baile, pero parecía que se estaba conteniendo. Probablemente por eso Sion no dejaba de sonreír a todas las chicas que se acercaban a él. Definitivamente, parecía que todo el mundo estaba esperando a que Mia hiciera su aproximación.

“Supongo que sí. Muy bien entonces…”

Mia respiró profundamente, la dejó salir y se recompuso.

De acuerdo, concéntrate. ¡Concéntrate! ¡Ahora mismo, la primera prioridad es detener el asesinato de Sion!

Abel vio a Mia irse. Después de que ella desapareciera entre la multitud, dejó escapar un silencioso suspiro.

“…Parece que aún me queda un largo camino por recorrer”. Sacudió la cabeza.

Por lo que podía ver, el farol había funcionado — pero eso no cambiaba el hecho de que había sido un farol. En el fondo, sus emociones eran mucho más turbulentas de lo que parecía.

“Es sólo un baile. Sólo estoy dejando que otra persona sea su primera pareja. ¿Y esto es lo que me perturba?”, murmuró, levantando el puño cerrado. “Si tuviera más confianza en mí mismo, tal vez… Pero, jajaja, es más fácil decirlo que hacerlo.”

¡Sin siquiera saberlo, Mia había canalizado su seductora interior y había jugado con los sentimientos de un chico inocente!