Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 6

Capítulo 11: Mi Amigo

Parte 2

✰  7753 (Tiempo restante: seis horas, diecisiete minutos)

“Sean cuales sean las convicciones o los principios inflexibles que tengas, dóblalos, sólo por esta vez.” Le dijo Mana. Lo dijo como alguien que había abandonado sus propias convicciones y principios. Y no se equivocaba en eso. “Esta es una orden del jefe del equipo. Usa tus gafas con todos, sin importar quiénes sean.”

“… Entendido.”

“Aunque sea alguien que hayas visto antes, no bajes la guardia. No sabemos cómo puede haber cambiado la situación. Algunas personas pueden tener buenas intenciones pero hacer locuras. No hagas una excepción ni siquiera por una sola persona.”

“Sí, señora.”

“Ni siquiera para mí.” “Espera, pero…”

“No puedes confiar en mí sólo porque soy yo. No olvides que hay alguien aquí con habilidades de control mental. Nadie va a elogiarte por ser apuñalada por la espalda.”

“Sí, señora… lo entiendo.”

7753 no podía mirarse a sí misma a través de sus propias gafas. En otras palabras, si mintiera en sus informes, nadie podría acusarla por ello. Mana lo sabía y aun así le ordenaba usar sus gafas sin excepción. No era diferente de decir que tenía la intención de morir junto con 7753. Mana le estaba diciendo que se arriesgara a creer que 7753 no era un informante, por lo que debía manejar las cosas de la manera más fácil posible.

Mana había sido antagónica, mala y enfadada, la había agarrado por el cuello y había gritado a 7753 y a Ripple, las forasteras, pero a pesar de todo eso, ahora decía que confiaría en 7753.

Si la razón era que Hana le había contado a 7753 su relación con Mana, eso significaba básicamente que 7753 la estaba engañando. Su jefa le había dado esa información, le habían ordenado que lo dijera y lo había hecho. Eso era todo. Hana nunca había confiado en 7753 hasta el punto de hablar de sus relaciones personales.

En contraste con los sentimientos de hundimiento de 7753, Mana se movía con brío.

Pukin había matado a Hana y, después de que 7753 evitara que Mana buscara venganza de inmediato, ésta se había vuelto reservada. Había hecho el juicio calculado de que si 7753 la traicionaba, entonces perdería, sin importar cómo luchara, así que había decidido confiar en 7753 y se proponía utilizar sus poderes al máximo. Hana había muerto en la batalla, y su confianza en 7753 tenía que ser una parte importante de esto. 7753 no pudo evitar sentirse miserable.

Mana no era una chica mágica. No había pegado ojo, así que tenía que estar agotada, pero no lo demostraba. Tenía el cabello revuelto, estaba cubierta de polvo y sus gafas estaban agrietadas, pero se mantenía firme. Cuando dio órdenes a 7753, había empuje en su voz, y 7753 no pudo ver ninguna vacilación en ella.

7753 incluso habría preferido que Mana no confiara en ella. No estaba traicionando activamente a Mana, pero sí lo hacía de forma pasiva. 7753 había recibido órdenes de su jefa, y estaba ocultando ese hecho. Ocultaba que Archfiend Pam estaba muerta, no le decía que la muerte de Pam estaba sumiendo al Departamento de Diplomacia en el caos, y no decía nada sobre el arma de destrucción masiva que podría golpear la ciudad. Estaba intentando mantener a Mana, la jefa del equipo, en la oscuridad sobre todo ello.

Quería hablar con Mana. Quería decírselo. Pero las instrucciones de su jefa seguían siendo firmes: “no hables con ella” y “no se lo digas”. Por mucho que 7753 intentara convencerla, su jefa no la escuchaba. Mana y su jefa se parecían en que ambas creían que estaban haciendo lo correcto. Llegados a este punto, ¿qué intentaba proteger 7753?

Volvieron a encontrarse con Kuru-Kuru Hime en el tejado de la estación de radio, y 7753 ni siquiera tuvo que mirar a través de sus gafas para saber que estaba demacrada. 7753 sabía lo que había pasado. No se le ocurrió qué decir.

Kuru-Kuru Hime le tendió un smartphone. “He recibido una llamada. Dijo que volviera a llamar…”

“¿Una llamada telefónica? ¿De quién? ¿De un estudiante?”

Kuru-Kuru Hime negó en silencio con la cabeza y volvió a empujar el teléfono hacia ella. Era como si dijera que no lo quería.

Cuando 7753 comprobó el historial de llamadas, vio que acababa de producirse una llamada desde otro teléfono móvil. ¿Era éste al que tenía que devolver la llamada? 7753 pulsó el botón de rellamada y, antes de que terminara el primer timbre, contestaron.

“¿Es Kuru-Kuru Hime?” Era una chica con una voz sonora. Sonaba joven, pero también había algo de madurez en su tono. O bien era una chica mágica adulta, antes de la transformación, o una que todavía era una chica pero que había tenido una larga carrera. Esas condiciones no se aplicaban a ninguno de los aliados de Kuru-Kuru Hime.

7753 miró a Mana. Entrecerrando los ojos, Mana escuchó con atención.

Tras un momento de duda, 7753 respondió: “No, soy 7753.” “¿7753? ¿La de Recursos de Chicas Mágicas?”

“… Sí. Ahora estoy con el equipo de inspección.”

Esta chica conocía a 7753. Su voz era desconocida. Ella había logrado llamar al teléfono inteligente de Kuru-Kuru Hime. 7753 no podía pensar en nadie a quien pudiera aplicarse todo esto. “¿Quién eres?”

“Me llamo Pythie Frederica.”

7753 apartó la cara del teléfono y cerró los ojos. Este teléfono de marca le parecía ahora un abominable artefacto mágico. Miró a Mana y vio una expresión de sincera repugnancia en su rostro, con un ojo fruncido.

Mana le arrebató el teléfono. “¿Qué demonios quieres de nosotras, Frederica?”

“¿Quién es?”

“Mana, el jefe del equipo.”

“Oh, ¿así que eres la Jefa Mana? Justo a quien necesitaba.”

Si Frederica era la que hablaba, eso explicaba por qué Kuru-Kuru Hime no quería tocar el teléfono.

“¿Podríamos   cooperar   tú   y   yo?”   La   voz   de   Frederica   era inapropiadamente soleada.

“¿Cooperar? ¿Qué quieres decir con eso?”

“Archfiend Pam está muerta. También he revisado el cuerpo de Ripple. Sé cómo es ella, antes de la transformación, así que es imposible de que me equivocase.”

Ripple estaba muerta. ¿Qué debía sentir? ¿Qué debía pensar? Aunque 7753 lo había previsto, sus pensamientos y sentimientos estaban desordenados. Cerró los ojos.

“¿Está bien Hana Gekokujou?”

7753 se apresuró a poner la mano en el hombro de Mana, pensando que sería malo que ésta se emocionara, tirara el teléfono al suelo y lo rompiera. Pero Mana, en cambio, soltó un profundo suspiro. “Pukin mató a Hana.” Incluso estando a su lado, escuchando, 7753 pudo darse cuenta de que Mana estaba haciendo todo lo posible por contener su tono de voz.

El tono de Frederica también bajó ligeramente. “También hemos sufrido graves pérdidas. La asesina —la usuario de arcoíris del grupo de la escuela media— mató a Tot Pop, y Archfiend Pam mató a Sonia Bean. Pukin está viva, pero… me atacó. Es como un gato al que le han echado agua fría. Está fuera de control.”

Eso era algo increíble para decirlo tan casualmente. La asesina era la usuaria de arcoíris del grupo de la escuela media. ¿Había dejado escapar esa información para demostrar lo útil que podía ser, o estaba tratando de confundirlas con mentiras? O tal vez ni siquiera lo consideraba una información importante.

Sin revelar ningún disgusto, Mana la incitó: “… ¿Y?”

“Entonces, ¿podrías cooperar conmigo? Nuestros dos grupos vinieron a esta ciudad con el objetivo de capturar al asesino. Dado que nuestros objetivos son los mismos, ¿no deberíamos poder cooperar? Personalmente, no tendría ninguna queja, siempre y cuando el individuo en cuestión se enfrente a un juicio adecuado. Yo tenía la intención de ser el testigo de su injusticia, pero me comprometeré. Si lo que debe ser castigado lo es mediante un juicio justo, es todo lo que pido.”

“Pero… la facción antiestablishment te sacó de la cárcel, ¿no? En otras palabras, eres un asalariado. ¿Puedes decidir algo tan importante con tu propio criterio?”

“Por desgracia, estoy sola. En ausencia de mando, el soldado solitario debe tomar la delantera.”

“Puedes ponerte en contacto con el exterior, ¿no? Usando tu magia.”

“Con respecto a eso, esa es la razón por la que solicito su cooperación. La verdad es que —aunque sea embarazoso decirlo—

una chica mágica llamada Funny Trick ha robado mi bola de cristal. Si es posible, espero que quizás puedas hacer que Kuru-Kuru Hime le diga que la devuelva.”

La mano de 7753 en el hombro de Mana tembló. Esta escoria había matado al padre de Kuru-Kuru Hime y ahora le pedía descaradamente un favor.

“Puedo usar mi magia para que todas ustedes escapen de la ciudad, pero necesitaré mi bola de cristal de vuelta cueste lo que cueste. Así que solicito su ayuda.”

Mana le dijo a Frederica: “Lo discutiremos.” Y luego colgó. Estaba mucho más tranquila que 7753.

“¿Puedo tomar tu teléfono?” Sosteniendo el teléfono levantado en diagonal, Mana pidió permiso, y Kuru-Kuru Hime asintió débilmente. 7753 se dio cuenta de que su mano seguía en el hombro de Mana y se apresuró a retirarla. Su mano, sus piernas y sus pulmones estaban más tensos de lo necesario. Exhaló el aliento que había estado conteniendo.

Mana guardó el teléfono en su bolso y sacó un frasco de cristal transparente. Le dio la vuelta y sacudió las pastillas que había en su interior en la palma de la mano, y luego se las echó a la boca, aplastándolas con los dientes. 7753 no iba a preguntar qué tipo de medicamento era.

Fue entonces cuando sonó el teléfono. A Mana se le cayó la botella y la mano de 7753 salió disparada para atraparla. Mana volvió a sacar el teléfono de su bolso, miró la pantalla y entrecerró los ojos. 7753 se asomó por un lado. En la pantalla aparecía un número de teléfono no registrado, diferente del que acababa de llamar. Mana se quedó mirando el teléfono mientras pasaba un timbre entero antes de aceptar la llamada.

“… ¿Hola?”

“¿Es Kuru-Kuru Hime? Llama Weddin y Funny Trick. Pues a través del amigo de un amigo de un amigo de alguna manera nos las arreglamos para conseguir su número, Srta. Himeno. Aunque deberíamos haberlo encontrado un poco antes. Entonces, ¿qué ha pasado contigo? ¿Estás a salvo? Tepsekemei estaba con nosotras, pero salió a explorar y no ha vuelto. Pero siendo Tepsekemei quien es, no creo que tengamos que preocuparnos, aunque… ¿Hola? ¿Puedes oírme?”

Mana entregó el teléfono a Kuru-Kuru Hime.

***

✰  Pukin (Tiempo restante: cinco horas, cuarenta minutos)

El tiempo calmó su ira. O más bien, para ser más precisos, el hambre, provocada por el paso del tiempo, calmó la ira de Pukin y le devolvió el apetito. Estar enfadada le dio hambre, y el hambre calmó su ira.

Así que se dirigió a una pequeña tienda cercana al edificio de apartamentos para tomar algo de comida preparada: pan relleno, caramelos de chocolate, cecina, bollos chinos, pollo frito y patatas fritas. Cuando el maleducado personal trató de llamarla la atención por ello, les bajo los humos y volvió al edificio de apartamentos para deleitarse con su comida. Comer sola era bastante agotador y le hacía sentir la pérdida de Sonia con mayor intensidad. Y como Pukin había vuelto a usar su magia, Weddin también había escapado. Tot Pop estaba muerta y Frederica había huido. Sólo quedaba Pukin.

Chupó los huesos de pollo, los partió con los dientes y aspiró el tuétano. Apenas masticó el chocolate o los pasteles, sino que se los metió en la garganta como si fueran bebidas. Eso le daba energía. Necesitaba energía para enfadarse. Y también necesitaría más energía después de eso, para poder hacer cualquier cosa.

Con los paquetes y las migas esparcidas por todas partes, se tomó un descanso. Se apoyó en el sofá y se frotó la nariz, mirándose la cara en un espejo de mano. Su nariz volvía a ser hermosa. Los cuerpos de las chicas mágicas tenían una poderosa capacidad de recuperación. Los huesos se curaban limpiamente, aunque no estuvieran fijados. Las heridas que causaban una pérdida de sangre fatal para un humano normal se reparaban con comida y descanso. Y las chicas mágicas más fuertes, como Pukin, tenían una capacidad de curación especialmente potente, con un tiempo muy corto para la autorrecuperación. Así que, muy convenientemente, antes de que se diera cuenta, no sólo sus heridas físicas, sino incluso los daños en su traje, serían reparados.

La fractura causada por el cabezazo de Archfiend Pam había desaparecido y había dejado de sangrar, pero la herida del arcoíris en el estómago aún no se había curado del todo. Pukin aún no tenía suficiente energía para arreglarla.

Pukin evitaba más o menos pensar. Sin embargo, cuando estaba sola, se veía obligada a hacerlo. Antes de pasar a la acción, pensó en cómo expresar su ira.

Frederica era una de sus asistentes. Su pereza era imperdonable y había que castigarla, pero ocuparse de los asistentes no era una prioridad.

Archfiend Pam era la más imperdonable de todos sus enemigos. Ella había matado a Sonia y provocado el miedo de Pukin, llevándola a esa desagradable huida. Pukin tenía que disipar esta humillación rápidamente. Pero Pam ya había sido asesinada. Jugar con su cadáver era una buena idea, pero bastante inferior en la lista de prioridades.

Estaban los personajes más insignificantes, con Weddin a la cabeza de la lista. Ella merecía una muerte segura por desafiar tan insolentemente a Pukin. Cazar un solo conejo no satisfaría a Pukin. Pero las nimiedades eran nimiedades. Podía dejarlas para más tarde.

Eso dejaba al hada, Toko, y a la chica mágica del arcoíris. Esas dos eran las principales prioridades de Pukin. Estaba demasiado herida para seguir luchando contra ellas y juzgó en ese momento que lo mejor era hacer una retirada temporal. Estaba segura de su decisión. Pero aun así, la humillación de haber huido enfureció a Pukin.

Se levantó del sofá, giró el grifo del lavabo y puso la boca bajo él para beber. Los nutrientes que había absorbido a través del estómago y los intestinos recorrieron su cuerpo, con la sangre bombeando con fuerza para hacerlos circular. Apartó los labios del grifo para dejar correr el agua sobre su cabello y, una vez que se hubo saciado, sacudió la cabeza, sacudiendo el agua. Se vio reflejada en el espejo que colgaba en la entrada de la cocina. Satisfecha por la belleza y la nobleza que comunicaba su reflejo, se colocó la pluma de ave acuática en el cabello.

Había repuesto su energía y también había decidido qué enemigo debía cazar prioritariamente. Una vez deshecha la barrera, se pondría en contacto con la facción antiestablishment o algo por el estilo, y hasta entonces, podría hacer lo que quisiera.

A Pukin le encantaban las hadas; eran los mejores sujetos para la tortura. Eran tan pequeñas que había que tener mucho cuidado de que no murieran por la pérdida de sangre al arrancarles las uñas, arrancarles la piel y abrirles el estómago. La reacción de un hada una vez que se daba cuenta de las cosas horribles e irreversibles que le estaban sucediendo era siempre más interesante que la de los humanos o las chicas mágicas. La marcada diferencia entre sus expresiones habituales y sus caras cuando se retorcían de dolor estaba muy por encima de cualquier cosa que hicieran los humanos o las chicas mágicas.

Hoy en día había más variedad de mascotas, y Pukin había oído que algunas ya ni siquiera tenían forma física. Le resultaba difícil entender por qué creaban algo tan aburrido. Los familiares simples y clásicos como Toko eran los mejores.

En la época de Pukin, incluso había pagado por participar en la tortura de hadas, para atormentarlas, rebanarlas y disecarlas. Para mantenerlas vivas al herirlas, había sido necesario que Pukin estudiara a fondo la biología y la anatomía de las hadas, que se familiarizara con ellas como un erudito, y así Pukin había llegado a saber más que nadie sobre las hadas.

Las hadas estaban llenas de energía. Eran la última medicina de curación, un tónico y un analgésico. Un hada curaría completamente las heridas de Pukin y le otorgaría un poder mayor que el que tenía actualmente. Para curar sus heridas, para descargar su ira, Pukin necesitaba a Toko.

***

✰  Rain Pow (Tiempo restante: cinco horas, quince minutos)

En un principio había vuelto al edificio de apartamentos para recabar información.

Rain Pow había eliminado al enemigo que ella sabía que sería la mayor amenaza y había destrozado la línea de combate del enemigo. Esto había hecho que la ciudad fuera mucho menos peligrosa para ella. Pero como ahora incluso Tepsekemei había descubierto que Toko era una villana, su plan de reunirse con Weddin y las demás para reforzar su seguridad había fracasado. Así que, en su lugar, reunió información.

No sabían de dónde o por qué vía se habían descubierto las fechorías de Toko. También era posible que hubiera una red de intercambio de información en esta ciudad de la que Rain Pow había sido excluida.

Mientras buscaban información, discutieron un plan para permanecer escondidas hasta que se acabara el tiempo límite de la barrera, o más bien, Toko y Rain Pow discutieron eso, vigilando que no hubiera enemigos mientras regresaban al edificio de apartamentos.

Cuando las tres buscaron en el interior del apartamento, Postarie descubrió un teléfono inteligente. Rain Pow le arrebató el teléfono. Postarie parecía nerviosa e incómoda, pero murmuró de forma un tanto acusadora: “¿Deberíamos buscar en los teléfonos de otras personas de esa manera…?”

“Está bien. Ahora no es el momento de preocuparse por los modales. Entonces, ¿de quién es, eh…? ¿Shibahara? Tiene un mensaje.”

“¿Qué tipo de mensaje? Muéstrame, muéstrame.”

“No es nada. Es de sus padres, diciendo que los llame… Oh. Así que eso es todo.”

“¿Qué es, Rain Pow?”

“No podemos usar nuestros teléfonos mágicos. Pero no es que no podamos usar teléfonos normales.” Deshizo su transformación, volviendo a Kaori Ninotsugi para meter la mano en el bolsillo de su abrigo y sacar su teléfono. También había un mensaje en su teléfono, pero no de su familia. Su hermana no haría algo tan desacertado como intentar restringir su comportamiento, ya no.

“Es un correo electrónico un poco raro.” El nombre del remitente aparecía como anónimo. Era descaradamente sospechoso. El mensaje no contenía archivos adjuntos. El asunto decía “Negocio Urgente”.

“¿Spam?”

“Parece que sí, pero no lo sé realmente… Podría echar un vistazo.” Abrió el correo electrónico y enseguida supo de quién era.

Me puse en contacto con tu teléfono mágico pero no obtuve respuesta, así que también enviaré un correo electrónico a este teléfono, miau. También me enteré de cómo te deshiciste de Archfiend Pam, miau. Buen trabajo, miau. Te daré una bonita mascota por eso, miau. Y un bono especial por ello, miau. Sin embargo, esto no significa que el problema haya desaparecido, miau. He oído que una facción radical dentro del Departamento de Diplomacia está diciendo que las dos personas que Pythie Frederica sacó de la cárcel —la esgrimista, Pukin, y la chica de los parches, Sonia— deben ser eliminadas por cualquier medio necesario, miau. También he oído rumores de que podrían utilizar armas de destrucción masiva para deshacerse de los presos fugados, miau. Te prometo una bonificación especial para lidiar con eso, al igual que con Archfiend Pam, miau. Espero ver buenos resultados, miau.

Con todos esos maullidos, y teniendo en cuenta de qué trataba el mensaje y que conocían el correo electrónico de Kaori, no podía ser otro que su empleador.

“¡Un bono! Eso suena maravilloso.”

“Como siempre, te encanta que las cosas funcionen a tu favor, ¿eh, Toko?”

“Se han ocupado de Sonia, así que eso significa que sólo queda Pukin. Por lo que han dicho sobre la facción radical y demás, creo que lo mejor sería asegurarnos de deshacernos de ella.”

“Sólo quieres ese bono, Toko.” “Tee-jee.”

“¡Nada de tee-jee! Ugh, hay que ver.”

Así que se vieron obligadas a cambiar sus planes para esconderse hasta que se deshiciera la barrera. Rain Pow eliminaría a Pukin. Si había otros poderes que pudieran interferir aún más en esta situación, lo mejor era borrar la razón de su interferencia.

Postarie se retorcía las manos de preocupación. Ahora que había llegado a esto, tendría que seguir con Rain Pow hasta el final. Rain Pow le dio una palmada en la espalda a Postarie. “No te preocupes, Tsuko. Cuando llegue el momento, te protegeré.” La animó. No mentía. Tenía la intención de mantenerla a salvo. Postarie era un peón útil y su rehén para cuando lo necesitara.

***

✰    Weddin (Tiempo restante: cuatro horas, cuarenta y cinco minutos)

Ahora que Tepsekemei había vuelto y que Kuru-Kuru Hime y las dos chicas del equipo de inspección estaban allí, con seis chicas mágicas hacinadas en el pequeño observatorio, se sentía estrecho.

Kuru-Kuru Hime se sintió tan aliviada de volver a ver a sus alumnas que rompió a llorar. Funny Trick se sorprendió al ver llorar a una profesora, pero como Weddin conocía parte de la razón de sus lágrimas, frunció las cejas con fuerza.

Frederica era, sin duda, una verdadera villana, lo suficientemente mala como para que incluso la calculadora y egoísta Weddin aprendiera a indignarse. Y ahora se trataba menos de justa indignación, incluso había culpa en la mezcla de emociones. Aunque hubiera estado bajo el control de Pukin, Weddin había estado con ellas cuando habían ido a casa de la Srta. Nozomi Himeno. Sólo recordarlo le daba ganas de vomitar.

No sabía qué clase de gente era el equipo de inspección. Pero si estaban en contra del grupo de Frederica, entonces seguramente, tenían que ser mejores personas. Por la forma en que Orejas de Conejo había parecido tener un lado tonto, y la ninja había sido excepcionalmente hábil pero había evitado matar y en cambio había clavado a Weddin al techo, Weddin podía suponer que operaban dentro de un conjunto de reglas comprensibles. Así que debería ser capaz de trabajar con ellas, a diferencia del grupo de Frederica, que había sido incomprensible y sin reglas.

Las dos chicas del equipo de inspección se presentaron como 7753, que llevaba un uniforme escolar masculino, y Mana, que llevaba un sombrero puntiagudo. Mana era más bien una bruja, y los elementos como las gafas hacían que 7753 fuera más bien una heroína de acción. Ambas distaban mucho de las arquetípicas chicas mágicas de la imaginación de Weddin. 7753 era un poco despistada, y Mana, que sacaba una píldora de un frasco que tenía en la mano aproximadamente una vez cada cinco minutos y la masticaba, tampoco parecía del todo fiable; ambas parecían sospechosas. Pero aun así, tenían que ser mejores que Frederica y Pukin.

La explicación de los hechos por parte del equipo de inspección corroboró lo que el grupo de Frederica había comentado antes: que habían llegado a la ciudad para capturar a un asesino que había ido por ahí matando a gente afiliada al Reino Mágico y que el asesino era la compañera de Toko.

Todas compartieron la información que tenían.

“Nuestro amiga, Captain Grace, fue asesinada por Sonia Bean.” Weddin se arrepintió de haberlo dicho tan pronto como las palabras salieron de su boca. Al menos podría haber expresado las cosas con un poco más de delicadeza. Kuru-Kuru Hime la miró con los ojos muy abiertos. Sus lágrimas ni siquiera se habían secado. Todavía no sabía que Captain Grace había muerto.

Funny Trick debió querer ayudar, ya que siguió a Weddin, aunque la muerte de Grace también tuvo que ser un shock para ella. “Um, la asesina es la chica mágica llamada Rain Pow… O eso he oído. Tepsekemei dijo que Rain Pow la cortó por la mitad.”

“Postarie hizo volar la lámpara de Mei.”

“Y la que se llama Postarie también es una asesina… ¿Eso es cierto?”

“No sé si estaban confabuladas desde el principio o si Postarie está siendo amenazada, pero ahora mismo parece claro que las dos están trabajando juntas. Rain Pow crea puentes arcoíris, y Postarie utiliza su magia para hacer crecer alas en las cosas y enviarlas de vuelta a sus dueños.”

“Oh, así que ella es la que hizo que la furgoneta volara hacia nosotras…”

“Sí, es cierto…”

“Tenemos que estar preparadas para poder esquivar los pupitres o las taquillas que puedan venir volando hacia nosotras.”

“La lámpara de Mei es bonita.”

Mana fue la siguiente en hablar. “Hay rumores en la ciudad de que hay asesinos en cosplay —probablemente debido a que el grupo de Pukin ha enloquecido—. Ha habido muertes por todas partes, y al parecer no hay suficientes vehículos de policía, el hospital está lleno de heridos y los servicios de emergencia han tardado en responder.”

“¿Así que si la gente nos ve con estos trajes, nos denunciarán al instante?”

“Ahora que lo pienso, Frederica también se puso en contacto con nosotras. Dijo que Pukin la dejó y que está sola. También dijo que si le devolvemos su bola de cristal, le gustaría cooperar con nosotras…

¿Alguna de ustedes la tiene?”

“Oh, sí. La tengo. La robé cuando me escapé.”

“¿Entonces? ¿Cooperamos con ella?” Les preguntó Mana a todas, y Funny Trick y Kuru-Kuru Hime agacharon la cabeza.

“… Preferiría no hacerlo, si es posible.” “Yo tampoco…”

Weddin no era diferente. Ella no quería ver a Frederica nunca más. No quería llamarla aliada, ni siquiera temporalmente. “Yo tampoco quiero. Dejando de lado los posibles beneficios, no quiero volver a ver su cara.”

“Mei está bien de cualquier manera.”

“Y además, devolverle la bola de cristal está fuera de lugar. Eso sería más o menos como darle rehenes, ¿no?”

“También dijo que podría dejarnos salir de la barrera si tenía su bola de cristal. ¿Qué hay de eso?”

“No necesitamos tomar prestados los poderes de Frederica para eso. Ya hemos confirmado que podemos usar la magia de Funny Trick para salir de la barrera. Funny Trick no podrá salir por sí misma, así que no podremos escapar todas, pero… ¿No podríamos salir y avisar a alguien para que nos ayude o algo así?”

“Entonces, por el momento, podemos salir de la ciudad para buscar ayuda, ¿eh? De cualquier manera, sería mejor para los civiles estar en un lugar seguro. Hemos perdido la mayor parte de nuestro personal de combate. Apenas podemos hacer nada, y no podemos protegerlos. Tenemos que conseguir algo de potencia de fuego y no preocuparnos por el tiempo que falta para que se acabe la barrera. Aunque con Archfiend Pam muerta, creo que conseguir refuerzos será bastante difícil…”

Weddin se preguntó a quién se refería con civiles y luego se dio cuenta de que eran ellas mismas. Lanzó un suspiro. Hacía solo un día que se había convertido en una chica mágica y ya había olvidado que era una civil.