Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 6

Capítulo 10: Caminando Sobre El Arcoíris

Parte 1

✰  Toko (Tiempo restante: diez horas, trece minutos)

Si Archfiend Pam muriera, ya no habría ninguna chica mágica capaz de vencer a Rain Pow. Incluso si el grupo de la escuela media se reuniera, Rain Pow sería capaz de derrotarlas fácilmente, y ninguna de las otras se reuniría en primer lugar.

Tras llegar a esta conclusión, Toko se corrigió. Eso no era del todo cierto.

Archfiend Pam no había estado más allá de la capacidad de Rain Pow para lidiar con ella. Rain Pow la había manejado interviniendo en la batalla entre Pam y las chicas mágicas desconocidas, y como resultado, Rain Pow había matado a Archfiend Pam. Se había vengado totalmente de ella por todas esas bofetadas.

‘Tratar con alguien’ no siempre significaba hacerlo a través de la fuerza directa. Rain Pow había engañado a Pam haciéndole creer que sólo era una inofensiva chica de escuela media, una mera víctima, una inocente nueva chica mágica. Incluso Archfiend Pam, con su larga carrera, su inmensa experiencia en combate y su riqueza de conocimientos sobre chicas mágicas, podía ser engañada. Esa era la chica mágica que Toko había criado: Ella traicionaría y engañaría, y no confiaría en nadie. Toko confiaba en Rain Pow, pero ni siquiera ella sabía si Rain Pow confiaba en ella.

La chica mágica que tenían delante… era Pythie Frederica. ¿Por qué estaba aquí está sinvergüenza que debía estar en la cárcel? Rain Pow la atraparía.

“¡Ahora acaba con ella, Rain Pow!” “Entendido.”

Toko se sumergió en la camiseta de Rain Pow. Allí hacía calor y era el lugar más fácil para estar. Rain Pow extendió sus arcoíris hacia Frederica, todos ellos igual de resistentes, independientemente de su tamaño. Eran lo suficientemente duros como para que las chicas mágicas corrieran sobre ellos y afilados como cuchillas, y Rain Pow era capaz de desplegar mucho más que uno o dos a la vez.

Frederica se deslizó bajo el primer arcoíris y esquivó el segundo.

Cargó hacia adelante, con las manos vacías.

Frederica esquivó un arcoíris tras otro. El tercer arcoíris lo montó y saltó, y el cuarto lo repelió con la mano derecha sin darse cuenta de que era una finta. El quinto arcoíris apareció a la sombra del cuarto, apuntando justo entre sus ojos. Pero antes de que pudiera impactar, un shuriken salió volando, repeliéndolo. La trayectoria del arcoíris cambió y pasó rozando la frente de Frederica.

“¿Hmm?”

¿Un shuriken? ¿De quién? No había sido de Frederica.

Había una ninja —una ninja con el ojo izquierdo aplastado y sin brazo izquierdo— de pie sobre la barandilla, con el pañuelo rojo ondeando.

Tienes que estar bromeando, pensó Toko.

***

✰  Ripple (Tiempo restante: diez horas, doce minutos)

Ripple se arrepintió inmediatamente de haber lanzado ese shuriken. Había acabado salvando a alguien a quien prefería ver muerto. Ripple creía que había algunas personas con las que el mundo estaría mejor. Algunos podrían decir que no había justificación para matar, sin importar de quién se tratara, y que incluso los criminales deberían ser juzgados en un tribunal en lugar de ser asesinados, pero una vez que ese criminal escapaba y mataba a otros, eso echaba por tierra esos argumentos, ¿no? Si salvar a esta única persona daba lugar a que la que había salvado matara a diez o veinte, entonces salvarla no merecía la pena.

Ripple había corrido hasta aquí con la intención de respaldar a Archfiend Pam, pero ahora que había llegado, no la vio. Había un agujero perfectamente circular en el centro de la carretera que parecía haber sido tallado por algún tipo de máquina, y en su borde se encontraban Pythie Frederica, un humano desplomado en un charco de sangre, una pequeña y temblorosa chica mágica de estilo repartidor de cartas, otra chica con un arcoíris en la espalda y una pequeña hada.

También había un vehículo compacto aplastado y un vehículo extranjero atropellado en el arcén de la carretera. El primero le resultaba familiar a Ripple. Era el que habían utilizado antes para alejar al enemigo de ellas.

Parecía que Frederica y la chica mágica del arcoíris estaban peleando. ¿De qué lado había estado la chica muerta? El agujero era profundo, y Ripple no podía ver el fondo. Si Archfiend Pam estaba cerca, tenía que estar ahí abajo.

Anoche había conocido a la chica con el arcoíris en la espalda. Pero ahora parecía completamente diferente. Sonreía igual que el hada que salía de su camisa, y bajo su ternura se escondía algo espantoso y repulsivo. Miraba a Ripple no con los ojos de una chica que pacifica, sino con los ojos de una chica que viene a capturar y devorar. La chica mágica de estilo vaquero que había llevado un sombrero de diez galones inclinado apareció en su mente, y la evaluación mental de Ripple de esta chica cambió de “alguien que parece antagonista” a “definitivamente un enemigo”.

Ripple lanzó un kunai para repeler el arcoíris que se arqueaba hacia ella. Aquella chica también utilizaba hoy sus arcoíris de forma diferente: no como superficie de apoyo, sino como armas. La fuerza que había utilizado antes como punto de apoyo se convertía ahora en la dureza de las armas que se extendían hacia Ripple.

Los arcoíris se movían de forma lineal. La otra cara de su fuerza era la simplicidad. Ripple los leyó y los esquivó con facilidad. Hundió su mente un nivel más en el espacio entre ella y su enemigo. Su concentración aumentó. Los sonidos de las sirenas en la distancia, que se acercaban a ellas, se calmaron. Todos los demás pensamientos, como el de cómo había salvado a Frederica, desaparecieron. Centró sus cinco sentidos en la lucha, y ahora no había nada más.

***

✰  Rain Pow (Tiempo restante: diez horas, diez minutos)

Kaori Ninotsugi era buena para ocultar sus verdaderos sentimientos. Si no fuera así, probablemente no habría sobrevivido a sus escasos trece años.

Kaori vivía con su hermana, que era bastante mayor que ella. Su hermana decía que sus padres habían muerto en un accidente, pero Kaori no sabía si eso era cierto o no. Ni siquiera sabía si su hermana era realmente parienta suya. Se llamaba a sí misma hermana de Kaori, y la gente del barrio, que la conocía desde hacía tiempo, la reconocía como la mayor de la familia Ninotsugi, pero a pesar de ello, Kaori no sentía que fueran parientes.

La historia contaba que, tras el accidente de sus padres, su hermana noble se había visto obligada a abandonar la universidad y a trabajar hasta los huesos para cuidar de su hermana pequeña. Sin embargo, Kaori no podía aceptar que eso fuera cierto. Tal vez había abandonado la universidad porque no le convenía o porque no tenía suficientes créditos. Tal vez la muerte de sus padres había sido planeada. Tal vez había acogido a Kaori porque quería un juguete al que pudiera tratar como quisiera. Kaori no podía evitar pensar estas cosas.

Su hermana se mostraba bien, pero dentro de casa era una tirana. Si algo le disgustaba, se desquitaba con Kaori. Si ocurría algo desagradable en el trabajo, se desquitaba con Kaori, e incluso si no había nada malo en particular, le encontraba defectos a Kaori.

Su comportamiento exterior significaba que no dejaba que nada se filtrara. Nunca hacía nada que se le notara en la cara. Apuñalaba a Kaori con agujas de coser, ya que eran lo suficientemente pequeñas como para no dejarle marca, la obligaba a tomar baños fríos en pleno invierno, le tiraba del cabello, la asfixiaba con almohadas y no la soltaba hasta que estaba a punto de asfixiarse, la atormentaba insistentemente en voz baja, le agarraba la lengua con unos alicates y le tiraba de ella, le negaba la comida o la golpeaba con la suficiente suavidad como para no dejarle moratones visibles. Este tipo de cosas ocurrían dos o tres veces a la semana, y cuando no estaba de buen humor, todos los días.

Todo dependía del estado de ánimo de su hermana. Tenía que poner a su hermana de buen humor. Si algo la molestaba, todo se volvería contra Kaori. Así que no podía retrasarse en sus estudios. No podía ser intimidada. Tenía que pasar por la escuela sin problemas, pero tampoco podía ser demasiado excepcional. Su hermana era muy celosa y no le gustaba que Kaori fuera demasiado estimada. Cuando Kaori ganó la selección especial en un concurso de arte, su hermana rompió el certificado y la recompensó con un puñetazo, diciéndole que no se hiciera demasiado ilusiones y ordenándole que fingiera que había perdido el certificado. Los únicos certificados que se le permitían a Kaori eran “sin caries” y “asistencia perfecta”. Con todo lo demás, apenas estaría a salvo en el tercer o quinto puesto, pero dependiendo del estado de ánimo de su hermana, incluso eso estaba descartado. Los reconocimientos eran una amenaza para su hermana, así que era mejor no aceptar ninguno.

Kaori ocultó lo que sentía en su interior y se aseguró de que nadie supiera la verdad. No era una hazaña sencilla eludir la mirada de su hermana, profundamente desconfiada y observadora, pero adquirió esta habilidad para ocultar quién era con el fin de sobrevivir.

Sin hacerlo demasiado evidente, aplacaba a su hermana, evitando destacar en la escuela y, al mismo tiempo, manteniendo un estatus en el que no fuera tiranizada—y no era exagerado llamar a su posición en la escuela un “estatus”. Se había esforzado por ganársela y, en la posición que había ganado, se plegaba a la mayoría, mostrando pocos defectos pero también pocas virtudes, cuidando de no parecer que sólo seguía a la multitud o que hacía lo que fuera necesario para salir adelante. Hablaba en un tono apagado cuando saludaba a sus vecinos. Su hermana quería ser la hermana mayor competente y que Kaori fuera la menor algo carente.

Los esfuerzos de Kaori continuaron en el segundo semestre de su quinto año de primaria, y terminaron allí.

“Tienes talento mágico. Voy a convertirte en una verdadera chica mágica.”

El hada Toko convirtió a Kaori en la chica mágica Rain Pow. Al poco tiempo, un “accidente” fortuito hizo que su hermana se cayera por las escaleras y se torciera el tobillo, y perdió tres días de trabajo. Después de eso, no volvió a tocar a Kaori. Ni siquiera hablaba con Kaori en casa. Siempre miraba a su hermana pequeña con terror en los ojos, y cada vez que Kaori sentía esa mirada asustada sobre ella, se llenaba de alegría.

Kaori era libre. Se compraba la ropa que quería, adquiría consolas de videojuegos, compraba accesorios con piedras preciosas de verdad y acudía a una escuela media privada, y ya no había nadie que la atacara por ello.

Toko dijo que Kaori podría convertirse en su chica mágica ideal.

“Astuta, sucia, mala, injusta y calculadora. Esa es la chica mágica que siempre he querido.”

“Eso no suena como un cumplido. Me estás despreciando totalmente, ¿no es así? Como, ¿estás tratando de empezar una pelea conmigo?”

“¡Eso es un cumplido, de verdad! ¡Digo que te tengo un respeto loco!”

Astuta, sucia, mezquina, injusta y calculada. Esas son todas las palabras que encajan con Toko, pensó. Toko tenía dos caras; de hecho, podía poner fácilmente tres o cuatro caras. Hacía informes descuidados al Reino Mágico donde solo alababa a las chicas mágicas que exploraba y vivía una vida al servicio de su propio beneficio. No es de extrañar que tuviera una reputación terrible.

Después de hacer un trabajo tras otro para Toko, Kaori se dio cuenta de algo. Sonreía y bromeaba con naturalidad. ¿Era esto lo que se sentía al divertirse? Toko mentía a todo el mundo. La única excepción fue Kaori—Rain Pow. A ella le revelaba todo, ya sea su fraudulento modus operandi o su asquerosa forma de comportarse. Toko parecía disfrutar, y Kaori también lo hacía. Estafar a la gente por sí sola no sería tan divertido. Era tener a alguien contigo para disfrutarlo lo que lo hacía grande.

La chica mágica ideal de Toko era alguien similar a ella, tal vez porque ese era el tipo de pareja que Toko quería.

El entrenamiento de Toko hizo más fuerte a Rain Pow. A través de muchas estafas y batallas y mucha práctica, pulió sus habilidades y cultivó su intuición estratégica.

Archfiend Pam había acabado convenientemente con la chica mágica que había estado luchando de tú a tú con ella, y Rain Pow había matado a Archfiend Pam. También había matado a la chica que había estado rociando notas musicales desde fuera del agujero, y Frederica la seguiría muy pronto. Su único error había sido dejar escapar a la esgrimista, pero si su arma era una espada, no sería alguien con quien Rain Pow no pudiera luchar debido a su escasa compatibilidad. Aquella esgrimista podía blandir su espada todo lo que quisiera, pero Rain Pow lo haría bien simplemente disparándole arcoíris desde la distancia.

Y todos los que quedaban eran o aliados, o heridos, o enemigos que no eran una amenaza. Ella primero mataría a esta ninja. Ella era una de las que cooperaban con el equipo de inspección—Ripple, ¿eh?

Rain Pow apuntó a la ninja con cinco arcoíris, extendiéndolos en líneas rectas, y luego manifestó tres más detrás de ella y cuatro más arriba.

***

✰  Weddin (Tiempo restante: diez horas, nueve minutos)

Corrió de callejón en callejón, huyendo. No sabía qué había pasado en ese agujero ni por qué Pukin había deshecho su magia, simplemente seguía corriendo.

La niebla que había nublado su mente se había despejado aún más repentinamente de lo que parecía. La violencia nunca pide permiso para empezar o terminar.

Aunque había estado en un estado mental vagamente aturdido, como si su mente estuviera llena de niebla, podía recordar todo con claridad. Había atendido a Pukin, la había venerado, sin cuestionarlo, sintiendo que era un honor estar a su lado. Había estado orgullosa de ello.

Ahora que la magia se había deshecho, ya no podía entender el inglés, pero aún recordaba lo que había visto y oído en japonés. Los recuerdos eran muy amargos. Nunca había tratado de impedir que ese grupo matara, y cada vez que la espada de Pukin apuñalaba el pecho de alguien, ella temblaba de alegría por servir a alguien tan grande.

Era nauseabundo. Si no fuera una chica mágica, habría vomitado allí mismo.

Weddin era interesada y calculadora y se daba por satisfecha siempre que tuviera algo que ganar al final, y le gustaba que operara basándose en esas ideas. Incluso cuando se había convertido en una chica mágica, una aliada de la justicia, había pensado que podía utilizar su magia para sus propios fines. Pensó que no era un gran problema, siempre y cuando no la descubrieran. Uno obedece la ley porque la gente en el poder le obliga a obedecerla. Si no había una figura abrumadoramente poderosa que te castigara —si tú mismo eras una figura abrumadoramente poderosa—, quedabas al margen de la ley y podías vivir más cómodamente.

Al recordar esos pensamientos ahora, sabía que sólo había estado actuando con dureza. Al ser arrojada entre los que realmente aplastan a los débiles, por primera vez, Weddin había llegado a conocer su propia ética. Incluso esta cínica estudiante de escuela media albergaba la justicia en su corazón. No quería volver a experimentar algo así, nunca más.

Una vez deshecho el hechizo, la prioridad inmediata de Weddin fue protegerse, así que escapó rápidamente a un callejón. Su sensación de que tenía que reunirse con otros se intensificó. Pasar tiempo con el grupo de Pukin le había proporcionado mucha información. Su grupo se había infiltrado en la ciudad para capturar a un asesino. Además del grupo de Pukin, había un equipo de inspección legítimo que también perseguía al asesino. Y el cooperador del asesino era el hada Toko.

Eso significaba que Toko las había utilizado a todas. El asesino era uno de los suyos o era otra persona. Pukin y sus aliadas habían llegado a la conclusión de que no era Funny Trick. También habían dicho que Captain Grace estaba muerta.

Weddin apretó los puños. Sus uñas se clavaron en las palmas, pero siguió apretando, con fuerza.

En su mente, Weddin había despreciado a Umi Shibahara, famosa en la escuela por ser una chica problemática. Incluso después de convertirse en chicas mágicas, se habían enfrentado más de una vez. Habían competido por la votación para ser líder. Weddin había sentido aversión por Grace, y probablemente Grace tampoco se había sentido muy bien con ella.

Pero pensar en Grace ahora la llenaba de frustración y arrepentimiento. Grace había sido la más fuerte de todos sus aliados. Weddin se había burlado de ella, considerándola en última instancia como una cerebro de musculo y sin material de líder, pero ahora sentía que, al final, había confiado en Grace. Había sido lo mismo cuando Orejas de Conejo las perseguía. Captain Grace había sido la que vino a salvar a Weddin y a Tepsekemei, que habían seguido corriendo.

Oh.

Orejas de Conejo. Y la ninja. Eran el equipo de inspección oficial del que había hablado el grupo de Pukin, ¿no? Habían sido diferentes del grupo de Pukin. Y también estaba Archfiend Pam. Ella había salvado a Orejas de Conejo, que había sido golpeada hasta el cansancio. Así que esas dos tenían que ser aliadas.

Por la forma en que la ninja la había inmovilizado usando su kunai, Weddin podía decir que no había querido matar. Y Orejas de Conejo también la había atado, y Weddin nunca había temido por su vida.

Eran diferentes del grupo de Pukin. Su lado era diferente de los que mataban para su propio beneficio, disfrutando y sonriendo todo el tiempo. Ella sería capaz de cooperar con ellas.

No sólo debería reunirse con sus aliados. Puede que haya otras personas en ese equipo de inspección, aparte de Archfiend Pam, Orejas de Conejo y la ninja. Si tuviera que cooperar con gente así—pensó Weddin mientras corría, y casi fue atropellada por un vehículo. Sobresaltada, lo esquivó y se metió de nuevo en el callejón. Respiraba aliviada cuando levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los de otra persona.

Era una chica mágica que llevaba un disfraz de mago de escenario. Debía de estar siguiendo a Weddin, porque cuando ésta se giró de repente, estaban cara a cara.

“¿Funny Trick?” Weddin la llamó interrogativamente sin pensarlo dos veces, pero Funny Trick se giró e intentó huir. Presa del pánico, Weddin la llamó para detenerla. “¡Funny Trick! ¡Espera!”

Funny Trick se detuvo de repente, justo en el lugar. Le temblaban las rodillas. ¿Acaso intentaba correr pero no podía? Ahora Weddin sabía que su capacidad mágica de obligar a la gente a cumplir sus promesas seguía activa. La promesa que todas habían hecho antes de obedecer las órdenes de su líder cuando llegara el momento estaba impidiendo que Funny Trick se moviera.

“Esa chica mágica Pukin me tenía bajo su control. O bien está muerta, o bien lanzó su magia a otra persona. De cualquier manera, no lo sé, pero ya no estoy bajo su hechizo. No tienes que preocuparte. También, um, yo personalmente no estaba dispuesta a todo, aunque eso suena como si estuviera poniendo excusas. Siento no haberte salvado.” Inclinó la cabeza. Pasó varios segundos mirando una hierba que crecía en una grieta del hormigón, y luego volvió a levantar la cabeza. Funny Trick seguía mirando en dirección contraria, pero sus rodillas ya no temblaban.

“Sé que todo esto es muy repentino, pero me gustaría hacerte una pregunta. Por favor, dime la verdad. ¿Eres el asesino que persigue el grupo de Pukin?”

La cabeza de Funny Trick se movió. La sacudió. Weddin le había ordenado que dijera la verdad, así que eso significaba que Funny Trick no era el asesino. Se dio la vuelta y Weddin contuvo la respiración. Las lágrimas brotaban de sus ojos, bajando por sus mejillas hasta escurrirse por la barbilla.

Dando un paso firme tras otro, Weddin se acercó a ella, extendió ambos brazos y la envolvió en un fuerte abrazo. Weddin oyó un pequeño sollozo—Funny Trick también estaba llorando. Las dos siguieron sollozando mientras se abrazaban.

“Esto no va a terminar así… No dejaré que termine así.” Declaró Weddin tanto para sí misma como para la otra chica.