Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 7

Capitulo 9: Incursión al Piso 21

Sofie y yo estábamos sentados en el salón cuando… “¡Ayuda! ¡Alguien! ¡Cualquiera!”

Se oyó un furioso golpe en la puerta principal. Al oírlo, intercambiamos miradas de interrogación.

“¿Quién es?” Preguntó.

“No sé.” Respondí. “No reconozco su presencia.” “Esa voz me resulta familiar.”

“Vamos a echar un vistazo.”

No había forma de ignorar la conmoción histérica, así que nos acercamos a la puerta con cautela. La abrí de un tirón para descubrir a una chica herida en nuestro umbral.

“¡Por favor, vengan rápido! Necesitamos ayuda.” Suplicó.

“Espera, ¿quiénes ‘necesitamos’?” Pregunté confundido. Miré a Sofie para intercambiar otra mirada, pero su reacción fue completamente diferente.

“Limuna…” Murmuró.

“¿La conoces?” Levanté una ceja.

“Por supuesto. Es la navegante con Mapeado que la Princesa Leyfa tenía en espera en caso de que no te pudiera reclutar.”

Era la primera vez que oía hablar de ella, pero ahora esos no eran los detalles importantes.

¿Había sido Limuna atacada por alguien? Estaba cubierta de heridas y claramente necesitaba curarse.

“¡Neme!”

Llamé a nuestra sacerdotisa, que ya había acudido corriendo al ver la conmoción. O bien supo inmediatamente qué hacer, o bien sus instintos naturales de sacerdotisa se pusieron en marcha al ver a una persona herida.

“¡Olvídate de mí!” Gritó la chica histérica mientras una luz mágica la bañaba. “¡Mi grupo necesita ayuda en la mazmorra!”

Espera. ¿Su grupo necesita ayuda?

“¿Están en la mazmorra?” Pregunté con recelo.

“¡Sí! ¡Así que no te preocupes por mí! ¡Por favor, salva a la Princesa Leyfa!” “Digamos que, por casualidad, están en el piso…”

Cuando vi que las heridas de Limuna se negaban a sanar, me di cuenta. Sabía exactamente dónde estaba su grupo.

“¡Piso 21!” Limuna confirmó.

No puede ser. ¿En serio fueron al piso 21?

“¿Qué ha pasado?” Pregunté con urgencia. “¡Dame los detalles!”

“¡Las artes de Gilbert no funcionaron! ¡La Princesa Leyfa fue atacada! ¡Y Mille se está muriendo!! Me dijeron que corriera!”

Su frenético discurso me indicó lo grave que era la situación. Parecía que el grupo de Leyfa se había terminado por llegar al piso 21.

“¡Obviamente! ¡Deberías haber sabido que las artes sagradas están selladas allí!” Grité.

Ya habíamos pasado por la misma terrible iniciación. El truco del piso nos había costado un camarada, y el grupo de Leyfa aparentemente había entrado en la misma trampa sin estar preparado. ¿En qué estaba pensando esa estúpida princesa? A diferencia de los Arrivers, que habían sido los primeros en el territorio inexplorado en ese momento, ella tenía todo el tiempo del mundo para darse cuenta de eso con un poco de investigación. Quería maldecir su idiotez, pero no serviría de nada. En realidad, yo mismo podría haberle dado una advertencia. Éramos rivales, pero no era que la quisiera muerta. Culparla por completo era un error.

“La Princesa Leyfa…” Sofie murmuró a mi lado, pálida como una sábana.

A diferencia de Leyfa, ella entendía lo temible que era el piso 21. Después de todo, llevaba un mes viviendo con nosotros. Había escuchado nuestras historias sobre la pena y el miedo que nos llenaba. Pero ni siquiera eso la conmovió. Ya había tomado una decisión.

“¡Tengo que salvarla inmediatamente!” Gritó.

La agarré por el brazo. “Espera.”

“¡No te metas en mi camino! ¡La Princesa Leyfa está…!”

Sabía cómo se sentía Sofie. Quería ir a salvar a Miya inmediatamente. “Lo entiendo. Vas a ayudarla, ¿verdad?”

“¡Si lo entiendes, entonces no intentes detenerme! ¡Voy a ir pase lo que pase! ¡No importa qué!”

“Lo sé. No estoy tratando de detenerte, estoy diciendo que deberíamos ir juntos.” Expliqué, mirando hacia el interior de la casa. Los otros Arrivers ya se habían reunido. “¿Lo oyeron…?”

Erin respondió a mi pregunta inconclusa. “Sofie dice que va a ir, así que también tenemos que ir. Después de todo, somos miembros del mismo grupo.”

Roslia fue la siguiente en hablar. “Supongo que tenemos que hacerlo. Después de vivir con ella todo este tiempo, sé lo importante que es la princesa para Sofie.”

A pesar de la sonrisa amarga en su rostro, el hecho de que inmediatamente comenzara a prepararse para ir demostraba lo mucho que le importaba. Aunque siguiera intentando escabullirse de sus tareas todo el tiempo, al fin y al cabo, le tenía cariño a Sofie. Neme sentía lo mismo.

“¡Neme aún no ha agradecido a Sofie todos los dulces! ¡Yo también quiero ayudar a Sofie!”

“Igual íbamos a despejar el piso 21. ¿Qué diferencia hay si lo hacemos ahora?” Añadió Force torpemente.

A decir verdad, no estábamos exactamente preparados para ello. El otro día acabábamos de superar el piso 20, y aún no habíamos tenido una reunión de estrategia sobre cómo afrontar el 21. Hubiera preferido desafiarlo sólo en circunstancias ideales, y estaba seguro de que Force pensaba lo mismo. Ya habíamos perdido a un camarada allí porque no estábamos preparados. Sin embargo, aquí estaba diciendo que debíamos ir a por ello, su forma de decir que estábamos preparados.

“Todos…”

Sofie parecía sorprendida por esta muestra de apoyo. Pero ahora era una de los nuestros, y los Arrivers lo arriesgarían todo por uno de los suyos.

“Gracias.” Dijo ella, bajando la cabeza con los ojos llorosos. “¡Definitivamente pagaré esta deuda!”

“No te preocupes por eso.” Erin desestimó ligeramente sus emotivas palabras. “Olvídate de cosas triviales como las deudas. No hay tal cosa entre los miembros del grupo.”

Aunque acababa de llamar trivial a la única cosa que le importaba a Sofie, Erin no estaba tratando de menospreciarla. Simplemente decía que había relaciones que no dependían de la obligación. Relaciones mutuas entre personas que se preocupan por los demás, ya sean amigos, familiares o amantes. Los humanos forman esos lazos de muchas maneras diferentes, y ser compañeros de grupo era una de ellas.

“Tienes razón…” Dijo Sofie, moqueando. Luego se inclinó profundamente. “¡Entonces, por favor, ayúdenme a salvar a la Princesa Leyfa!”

Todos tenían ya su respuesta. Estábamos preparados para ir al piso 21.

“Estoy pidiendo el mismo favor.” Dije. “Mi amiga de la infancia también necesita nuestra ayuda.”

“Ahora que lo pienso, Miya está en el grupo de la princesa, ¿no? Qué pena…” Roslia suspiró. “Oh, bueno. También es algo así como mi amiga, así que no puedo dejarla morir.”

“Otra vez esta chica Miya, ¿eh?” Erin tenía una mirada dudosa, pero decidí ignorarla.

Una vez que todo el mundo estaba listo para salir, nuestro líder dio la orden: “¡Muy bien, salgamos! ¡Rumbo al piso 21!”