Hazure Skill ‘Mapping’ Wo Te Ni Shita Ore Wa  (NL)

Volumen 7

Capitulo 11: Un Enfrentamiento Predestinado, una Lucha por la Venganza y un Sueño Imposible

En cuanto llegamos al piso 21, me adelanté al grupo con Carrera Umbría. Nuestro objetivo era rescatar a Princess’s Legion, y eso iba a ser una carrera contra el tiempo. Un grupo casi derrotado podría aguantar mucho tiempo contra el jefe. ¿Qué tan rápido podría llegar?

¿Llegaría a tiempo? Esa era la pregunta crítica, y la velocidad sería la clave para salvar a Miya y Leyfa.

Sin Jin, yo era la persona más rápida del grupo. Además, podía ver en mi cabeza la posición del enemigo y la ruta hacia él. El camino era bastante sencillo, así que me puse en marcha y dejé a los demás Arrivers en el polvo. Limuna también tenía Mapeado, así que estaba seguro de que les mostraría el camino.

Fue la decisión correcta. Cuando vi a Miya bajo la hoja descendente, lo creí con todo mi corazón. Activé Disparo de Hechizo sin dudarlo ni un instante. El golpe, acelerado por Carrera Umbría, se estrelló contra el costado del demonio y le derritió por completo el brazo.

Guau… Debería haber esperado lo mismo de uno de los hechizos de Erin de máxima potencia.

“Note…”

Pude escuchar el débil murmullo de mi amiga de la infancia. Menos mal que seguía viva.

Había llegado a tiempo.

“¿Qué haces ahí tumbada? Es un lugar peligroso para una siesta.”

Había tantas cosas que quería decir, pero acabé soltando un chiste. Al final, no fui muy directo. Debería haber dicho algo como: “Me alegro mucho de que estés viva. Es un alivio haber llegado a tiempo. ¿Estás bien? ¡¿Qué habría hecho si hubieras muerto?!” Algo en esa línea. Pero como las palabras que quería no salían de mi boca, terminé burlándome de ella.

“¿Eso es lo primero que tienes que decir? Ja…” Miya forzó una risa.

No puedo discutir a eso. En serio, ¿qué estoy haciendo?

Aun así, no fue exactamente lo que le dije. Miya y yo ya no éramos compañeros de equipo; éramos rivales. Había renunciado a mi enamoramiento de ella y la había liberado de nuestra promesa de la infancia a cambio de volver a vernos después de haber conquistado la mazmorra. En cierto modo, éste era el reencuentro perfecto.

“Si tienes algo de lo que quejarte, levántate y dilo.” Le dije. “Lo siento, pero no soy lo suficientemente bueno para luchar contra este tipo mientras te protejo.”

El demonio rugió al alejarse de nosotros. Un círculo de hechizo apareció donde había estado su brazo izquierdo, creciendo rápidamente una nueva extremidad.

“¿También puede regenerarse? Qué dolor…” Murmuré para mis adentros.

Un oponente herido habría sido mucho más fácil de derribar, pero éste era el jefe del piso

21. Tenía fácilmente el poder de aplastar todas nuestras esperanzas. “No pude aguantar, Note…”

“Dime, eh, Miya, ahora no es el momento de bromear…”

“¡No estoy bromeando! ¡He dado todo lo que tenía! ¡Estaba luchando sola antes de que llegaras! ¡Muestra un poco más de simpatía! ¡Dime que hice un buen trabajo!”

“¿Eh? ¿Por eso te enfadas?”

“¡Ya me he decidido! ¡No me moveré ni un poco hasta que me digas que lo he hecho bien!

¡No voy a mover ni un dedo!”

“Bien…” Suspiré. “Lo has hecho bien. Gracias por aguantar tanto tiempo. Me alegro mucho de que estés viva.” Esta vez, pude decir de verdad lo que quería. Pude oír a Miya tragar saliva. Cuando se quedó en el suelo, continué: “Umm, Miya… Ya te he alabado, así que por favor levántate pronto…”

“Lo siento, Note… Ahora estoy demasiado aliviada para encontrar la energía para levantarme…”

“¿Perdón?”

“¡Dije que estoy tan aliviada que no puedo levantarme!”

Suenas muy satisfecha contigo mismo, pero tienes que salir de aquí antes de que el jefe ataque de nuevo…

“¡Argh, bien!” Me alboroté el cabello y respondí: “Muy bien. Entonces túmbate ahí. Me aseguraré de que su espada no te alcance.”

Allí, di un paso adelante. Mi objetivo había sido centrarme exclusivamente en evadir los ataques del demonio mientras ganaba tiempo para que llegaran los demás, pero esto significaba un cambio de planes. Tendría que ir tras el demonio y distraerlo por completo.

Afortunadamente, el demonio ya tenía la vista puesta en mí después de mi Disparo de Hechizo. Sólo me quedaba una ráfaga de eso, que no era un número muy tranquilizador, pero sólo tenía lo que tenía. Me vería obligado a conformarme con las cartas que tenía en la mano.

Bajando mi centro de gravedad, exhalé y me relajé preparándome para usar Carrera Umbría. Nos enfrentábamos al jefe del piso 21 y yo era el único luchador de nuestro bando. Tenía que mantener a todos con vida hasta que el resto de los Arrivers nos alcanzaran. No sería fácil. Así debió sentirse Jin en ese momento. Se había enfrentado solo a ese demonio para que el resto pudiera escapar.

Sin embargo, estaba en muy buena forma. La mejor en la que he estado. Princess’s Legion había adelantado este duelo, pero yo estaba entusiasmado por enfrentarme finalmente a este enemigo predestinado. Me sentía más ligero de lo normal. Probablemente incluso podría haberle dado una buena pelea a Jin.

“¡Carrera Umbría!”

¡Lo tengo! Nada más activar el arte, ya estaba sobre el jefe. Me movía a velocidades hipersónicas que tomaron por sorpresa incluso al demonio.

No tardó en responder con su espada. Evadir el golpe fue bastante sencillo. Cambié mi enfoque y me aparté, tomando distancia de la hoja que caía. Se estrelló contra el suelo, partiendo el piso y haciendo volar los escombros. Sin embargo, para entonces yo ya había desaparecido, así que me daba igual. Sabía que era peligroso esquivar sus ataques a corta distancia.

Había esquivado con éxito el primer golpe, pero el jefe no estaba dispuesto a fallar por segunda vez. En cuanto me agaché detrás de un pilar, saltó al aire y dio un segundo golpe, canalizando su impulso en un barrido horizontal. Conseguí cambiar de dirección a tiempo pateando el pilar, que recibió el ataque del demonio y se hizo polvo.

“Maldición, es fuerte…” Dejé escapar una risa seca al observar la fuerza de mi oponente.

Si hubiera dudado siquiera un momento, habría sido carne muerta. Esta batalla era tan feroz que no me habría sorprendido caer en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, ya había eludido tres golpes. En el pasado, eso habría requerido absolutamente todo lo que tenía. Definitivamente había crecido desde aquellos días.

“¡Siguiente!”

Empecé a correr hacia el demonio. Para distraerlo de Miya y de su grupo, no tuve más remedio que presionar la ofensiva. Me quedé sin aliento cuando vi lo que me tenía preparado: tres ráfagas de golpes rápidos. Justo cuando creía que los había evitado, el demonio desenfundó su espada para volver a golpear y dio un paso firme hacia delante. Siguió un golpe descendente, dirigido a una figura determinada…

“¡Espectro!”

Sin embargo, esa figura sombría no tenía forma física. El demonio se limitó a lanzar un tajo en el aire. Inmediatamente entré en una postura de Paso Descendente para esquivar el siguiente barrido. Mientras jugaba las distintas cartas de mi mano, el demonio fue aprendiendo a reaccionar a mis artes.

A continuación, evadí un ataque desde una posición agachada. Ya había utilizado todas las técnicas de evasión de mi repertorio, excepto Flujo. Era demasiado arriesgado. Flujo requería acercarse al ataque del enemigo, lo que significaba entrar en el rango de la onda de choque de la espada. También era peligroso seguir utilizando las mismas artes. No podía imaginar que el jefe cayera en los mismos trucos dos veces.

“No hay opción, supongo… ¡Deslizamiento Oscuro!”

Este no era un arte de evasión. Era un arte de maniobra utilizado para ponerse detrás de un enemigo con una trayectoria imposible de predecir. Y una vez que estaba detrás del jefe, sólo había una cosa que hacer.

“¡Disparo de Hechizo!”

He gastado mi última bala. No había tiempo para escatimar recursos. La explosión abrió un agujero en el pecho del demonio tan grande que pude asomarme a través de él a la oscuridad del piso 21 del otro lado.

“Sería demasiado fácil si bastara con eso…”

El demonio comenzó a recitar un hechizo y la herida se cerró con energía mágica. Un agujero como ése habría supuesto la muerte instantánea de una persona, pero, al parecer, a los demonios no les afectaba que les volaran el corazón. Esta revelación era suficiente para desesperar a cualquiera.

El demonio batió sus alas mientras se curaba, bajando su centro de gravedad y saltando en el aire de un salto. Siguió un rápido y furioso salto en picado. Se lanzó hacia mí con mucha más fuerza que antes. Incluso si utilizaba Carrera de Umbría y la Retirada juntos, evadir esto sería difícil. E incluso si me quitaba de en medio, dejaría a Miya y a los demás expuestos… Pero todo estaba bien. Todavía era demasiado pronto para rendirse.

“¡El resto depende de ti!” Llamé desde la oscuridad.

La respuesta llegó en forma de espada blandida. “¡Desenvainado!” La espada chocó contra la espada, la demoníaca resplandeciente con un siniestro hechizo y la maldita encendida con un fuego perverso.

“Disculpen la espera.” Anunció el líder de nuestro grupo.

Tras desviar el ataque del demonio, ambos tomaron distancia el uno del otro. Chocar las espadas era una buena muestra de su fuerza, así que ahora cada uno miraba al otro con atención. Force se preparó para el siguiente movimiento del demonio.

“En serio, ¿qué tan lento puedes ser?” Pregunté.

“Cállate. Nos apresuramos todo lo que pudimos.” Respondió. “¡Apenas llegaste a tiempo!”

“Es lo que es. Teníamos que movernos al ritmo de Neme. No hay forma de saber qué monstruos pueden estar cerca, así que no podíamos dejarla atrás.”

“Supongo que tienes razón…”

“De todos modos, sabía que serías capaz llegar a tiempo. Tenía fe en ti.” “No estoy seguro de que me alegre de oír eso.”

“Has estado a la altura. Deberías estar orgulloso.”

Tras decir eso, Force lanzó una breve mirada por encima de su hombro. Todos los demás habían llegado: Erin, Roslia, Neme, Sofie y Limuna, que los había guiado en la delantera.

“¡¿Princesa Leyfa?!” Sofie vio a la fuertemente herida Leyfa y corrió directamente hacia ella. “¡Tu pierna! ¿Estás bien?”

“¿Te parece que estoy bien?” Leyfa suspiró cansada. “¿Por qué has venido aquí?” “Bueno… He venido a salvarte.”

“Estoy preguntando por qué. Tienes más razones para despreciarme que para salvarme.

Después de todo, ya no me sirves.” “Yo…”

“Entonces, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué salvar a alguien como yo?”

“¿No es obvio…?” Sofie levantó la cabeza. Las lágrimas cayeron de las esquinas de sus ojos. “Porque me salvaste, Princesa Leyfa. Cuando estaba sola. Cuando todos los demás me descartaron. Fuiste la única. La única que me tendió la mano cuando mi madre y mi padre murieron.”

“Esa no era mi intención…”

“¡No me importa lo que pretendas! ¡Si no fuera por ti, ahora no estaría viva! Así que decidí pagarte con mi vida. ¡¿No es esa razón suficiente?!”

“Pero te he dejado de lado.”

“Eso no importa… Aunque no necesitaras mi ayuda, haría todo lo posible por salvarte.

Eso es lo que decidí.”

Las dos mujeres se miraron fijamente durante unos largos momentos.

“Suficiente. Haz lo que quieras.” Leyfa fue la primera en rendirse. “Realmente eres un peón inútil. No escuchas lo que te dicen, actúas sin órdenes…”

“Lo siento.”

“Por eso no te muestro gratitud como una herramienta, sino como un ser humano. Gracias.

Si no hubieras venido a salvarme, estaría muerta.” “Su… Alteza…”

“Gracias, de verdad. Por venir a salvar a alguien como yo.”

Ese fue el momento en que Sofie recibió por fin su recompensa por todos sus largos años de servicio leal y dedicación no correspondida. Ella y Leyfa finalmente conectaron. Ese fue el día en que Sofie Deanlurk se salvó de verdad.

“Debería ser yo quien te agradezca. Sin usted, Su Alteza…”

“¿Por qué lloras? Te estoy alabando por una vez. Deberías estar contenta.”

“Lo estoy. Estoy tan feliz… de haber podido rescatarte. Estas son lágrimas de alegría.” “Qué tontería… De verdad…”

Leyfa levantó temblorosamente su mano derecha para ahuecar la mejilla de Sofie, un gesto que tenía mucho más significado que simplemente secar sus lágrimas. Si era posible, quería contemplar esta conmovedora escena para siempre. Quería celebrar la alegría de Sofie. Pero el piso 21 no era el lugar adecuado para ello. El demonio que había matado a Jin estaba justo delante de nosotros, y Force se enfrentaba a él solo en ese momento.

“¿Estás lista, Sofie?” Llamé.

“Sí. Puedo vencer cualquier cosa ahora mismo.” Respondió.

Sus ojos brillantes se volvieron hacia el jefe del piso 21 y, así, se puso en modo de batalla. Ahora estábamos todos en su sitio. Los seis Arrivers contra el demonio que nos había arrebatado a Jin. El combate contra el jefe estaba a punto de empezar en serio.

“Parece que esa espada brillante es la que está sellando el uso de las artes sagradas.” Informó Sofie, revelando lo que había aprendido a través de Gran Valoración. “Si la rompemos, Neme debería poder usar su magia curativa. Entonces podremos salvar a la Princesa Leyfa.”

Eso fue una gran noticia. Una vez que rompamos la espada, el demonio sólo será la mitad de intimidante.

“¡Erin!” Llamé.

“¡Lo sé!” Respondió ella. Parecía que ya había captado el mensaje, ya que estaba acumulando energía mágica en su bastón.

“Force y Sofie, distraigan al jefe. Todos los demás, saquen a Princess’s Legion de aquí.”

Era el momento de cambiar de rol. De todos modos, no serviría de nada después de gastar los dos Disparos de Hechizos. Roslia y Neme tampoco podrían luchar adecuadamente sin sus técnicas sagradas, así que la operación de rescate dependería de nosotros tres.

“¡Force, Sofie! Ustedes dos hagan lo que puedan para mantener esa cosa en su sitio. Entonces podré destruir su espada.” Afirmó Erin con seguridad. Su cabello se agitaba con el flujo de magia que la rodeaba.

“¿No quieres que la destroce yo?” Preguntó Force.

“No te molestes. Sólo necesito un hechizo para hacerlo.” “Oye, no exageremos.”

“No es una exageración. Es la verdad.” Con eso, ella activó su hechizo. “¡Zona de Transferencia!”

Un cubo transparente se manifestó en el aire. Cualquier cosa no viviente que estuviera dentro de él sería desplazada por el espacio. Era el hechizo más potente concebido contra los objetos inanimados, y Erin lo envió con la intención de tragarse la espada del demonio. Sin embargo, el demonio —el guardián de uno de los últimos pisos de la mazmorra— lo evadió con un giro y se acercó a ella.

“¡Ni hablar!” Force saltó entre ellos. La espada mágica chocó con la hoja maldita una vez más. “¡Whoa!”

La Zona de Transferencia de Erin se volvió a acercar. Sólo afectaba a la materia no viva, así que atravesó el cuerpo de Force en su camino hacia el demonio. Éste se estremeció, y el demonio pareció percibir el peligro que se avecinaba. Bajó su espada y ambos bandos se retiraron en un final bastante anticlimático de su enfrentamiento.

“¡Oye! ¡Algo extraño acaba de pasar por mí!” “¡No te preocupes!”

“¡¿Qué quieres decir?! ¡¿Qué fue eso?!”

Force estaba desconcertado por el hechizo que nunca había visto, pero Erin descartó fácilmente su confusión. “¡Está bien! Concéntrate en detener esa espada. La mandaré a volar en un instante.”

“¡¿Qué vas a mandar a volar?!” “¡La espada, obviamente!”

“Sigo sin entenderte…” Para Force, que no había visto cómo Erin se había hecho un nombre en la Selección del Séptimo Sabio, la Zona de Transferencia estaba más allá de su comprensión. Renunció a intentar averiguarlo y se volvió hacia el jefe. “Sólo tengo que detener la espada, ¿verdad? Entonces, ¿podrás destruirla?”

“¡Eso es lo que he pasado rato diciendo!” “Tu explicación fue un poco escasa…”

Force parecía disgustado, pero su confianza en Erin se impuso. Cuando ella decía que haría algo, lo decía en serio. A pesar de su imprudencia e impulsividad, cumplía su palabra. Después de todo, era un mago genio que podía respaldar sus palabras.

“¡Muy bien! ¡Hagamos esto!”

Erin lanzó una Zona de Transferencia tras otra. El demonio se retorcía hacia un lado y hacia otro, esquivando ágilmente entre los cubos que llegaban. Fue entonces cuando Sofie hizo su movimiento.

“Fuerte-Tierra-Cárcel.”

Pidió a los espíritus que conjuraran una prisión de tierra alrededor del demonio. Intentó escabullirse con su increíble velocidad, pero el bombardeo de Zonas de Transferencia de Erin dificultó su movimiento. Su pie derecho acabó atrapado. Más cubos transparentes se cerraron rápidamente sobre él.

“¡Lo hiciste!” Force animó cuando los cubos atravesaron el demonio y su espada. Pero no ocurrió nada en particular. El jefe se limitó a liberar su pierna y a saltar en el aire. “¡Eso no hizo nada!”

“¡No di en el blanco! ¡No fallaré el próximo!”

La Zona de Transferencia era un hechizo increíblemente difícil de usar. Su poder era insuperable, pero si una criatura viva entraba en su área de efecto por un pelo, no se activaba. Ese era su mayor inconveniente. Para poder igualar la maniobrabilidad del demonio, Erin lanzaba rápidamente Zonas de Transferencia. Gracias a eso, su ventana de oportunidad para lanzar el hechizo era corta. Esta vez había perdido su oportunidad. La Zona de Transferencia era una victoria segura contra objetos inmóviles en una Pelea de Desafío, pero era difícil de usar contra objetivos móviles como el jefe. Sin embargo, estaba garantizado que funcionaría cuando se produjera, así que había que seguir intentándolo.

“¡Así que sigue atacando! ¡Deja de quejarte y mantenlo en su sitio de una vez!”

Erin espoleó a nuestra vanguardia mientras lanzaba más Zonas de Transferencia. Esta ronda de cubos era ligeramente más pequeña: no podían destruir tanto de una sola vez, pero Erin tendría más facilidad para apuntar a la espada específicamente. Fue un movimiento valiente. ¿Se guiaba por su instinto? El demonio seguía desconfiando de sus cubos de aspecto inocente. Utilizaba tanto el juego de piernas como el vuelo para esquivarlos, y cada vez que tenía un momento libre, disparaba a Erin. Pero la maga de cabello plateado contaba con dos sólidos muros para protegerse: Force y Sofie desviaban todos los ataques que le llegaban.

“¡Ahora!”

Cuando Force volvió a bloquear la hoja del demonio, éste se detuvo momentáneamente en su lugar. Erin envió un cubo de Zona de Transferencia que salió disparado tras él. Justo cuando creía que iba a tener éxito, el demonio se inclinó repentinamente hacia delante. Ahora con su cuerpo en la zona del hechizo, una vez más, no logró activarse.

“¡T-Tú…!”

¿Fue una suerte tonta por parte del demonio? No, eso sería demasiada coincidencia. No sabía cómo, pero el demonio ya había visto a través de la Zona de Transferencia de Erin. Había analizado con precisión sus puntos fuertes y débiles. Parecía que ya no íbamos a poder tomarlo por sorpresa. No teníamos otro recurso que abrumarlo por la fuerza. Justo cuando estaba pensando eso…

“Fuerte-Tierra-Pilar.”

Un golpe vino de arriba. Era una de las artes espirituales de Sofie. Había utilizado el techo como catalizador para conjurar un pilar que se estrelló contra la espalda del demonio. Ni siquiera el jefe del piso 21 podía resistir un golpe tan fuerte mientras seguía desequilibrado por el cambio de peso. Clavó su espada en el suelo para mantenerse en pie, dejando la hoja bien abierta.

“¡Buen trabajo, Sofie!” El bastón de Erin brilló. Un cubo perfecto apareció frente a ella. “¡Zona de Transferencia!”

En el momento en que el cubo entró en contacto con una sección de la hoja, ambos desaparecieron como si nunca hubieran existido. Sin su apoyo, el demonio cayó de rodillas bajo el peso aplastante del pilar. En un instante, el aura púrpura que cubría la zona desapareció.

Alguien esperaba ansiosamente ese momento: la sacerdotisa de los Arrivers. “¡Maravilla de la Santa!”

El hechizo milagroso que desató Neme deshizo todo el daño causado por la espada del demonio. La pierna cortada de Leyfa se recuperaba ante nuestros ojos. Mille, que apenas se aferraba a la vida gracias a un artefacto mágico, comenzó a respirar con normalidad. Un poderoso hechizo de curación capaz de devolver a la tierra de los vivos incluso a los que están al borde de la muerte… No mucha gente podía lanzar algo así. Era un buen recordatorio de que Neme no era sólo la mascota de nuestro grupo, sino un miembro de pleno derecho de los Arrivers.

A continuación, se oyó el sonido de la tierra desmoronándose. El pilar de Sofie se derrumbó mientras el demonio se levantaba. Su cuerpo negro y azulado empezó a transformarse. Pude ver cómo se hinchaban sus venas mientras el monstruo adoptaba un cuerpo más estilizado con alas más pequeñas. En su lugar, ahora tenía patas mucho más grandes y garras que se clavaban en el suelo. Parecía que estaba hecho para derribar a sus oponentes con mayor velocidad y fuerza que antes. Los brazos, que antes sostenían su espada mágica, eran ahora cuchillas brillantes. Esta era la segunda forma del jefe, una transformación que optimizaba la ofensiva tras perder su arma.

Un aura maligna brotó de su cuerpo. En el momento en que me di cuenta de que estaba atacando, el demonio ya se había levantado del suelo. Se dirigió a Erin… No, iba a por Neme. En lugar de la maga que había roto su espada, el demonio había determinado que la sacerdotisa con extraordinaria magia sagrada era una amenaza mayor.

Eso nos pilló a todos desprevenidos. No sólo a mí, sino también a Force, Sofie y Roslia.

Mientras nos mortificábamos por no estar preparados… alguien más hizo un movimiento. “¡Martillo del Juicio!”

Neme y Roslia no eran las únicas que se habían quedado sin sus artes sagradas. Además, ahora los Arrivers no eran los únicos que se enfrentaban al demonio. El hombre que había dado un golpe lo suficientemente fuerte como para abrir el torso del demonio no era otro que el sacerdote de guerra más fuerte, Gilbert Einzach.

“Tienen mi agradecimiento, Arrivers.”

En una mano, blandía una maza blanca y plateada tan grande como una persona. Estaba envuelto en un aura sagrada mientras canalizaba más de su poder mágico. Y detrás de él, sus compañeros se levantaron uno tras otro. Gracias al hechizo de curación de Neme, los miembros de Princess’s Legion se habían recuperado lo suficiente como para reincorporarse a la batalla.

Con Búsqueda de Enemigos, pude percibir que el demonio había entrado en su segunda forma en el momento en que la espada mágica fue destruida, pero los Arrivers estaban preparados para enfrentarse a él ahora que las artes sagradas volvían a estar en juego. Además, ahora Princess’s Legion se uniría a la lucha. Parecía que no podíamos perder.

La primera ronda había sido una batalla entre el tiempo y yo. La segunda fue entre Erin y la espada del demonio. Y ahora nos esperaba el tercer asalto: la última ronda en equipo con los Arrivers y Princess’s Legion contra el jefe del piso 21.

***

¿Cuánto tiempo había pasado desde que comenzó la batalla contra el jefe del piso 21? Había transcurrido al menos media hora desde que mi grupo llegó a la escena, así que sumando eso al tiempo que Princess’s Legion había resistido por su cuenta, el combate llevaba ya más de una hora.

El demonio ya se había quedado sin energía mágica y ya no podía regenerarse. Tenía una herida abierta en la espalda donde Force le había cortado el ala izquierda. Tenía la cara destrozada por un golpe de la maza de Gilbert. La mitad izquierda de su cuerpo estaba quemada por el hechizo de fuego de Erin. Una de las espadas mágicas de Mille aún sobresalía de su espalda. Roslia le había cortado las garras de ambas manos con su espada sagrada. Y Onz le había aplastado el pie derecho con sus propias manos.

En otras palabras, el jefe estaba gastado. Estaba tan maltrecho que caería con un golpe más. Pero también habíamos gastado mucho para llegar a este punto. A Neme y Roslia sólo les quedaba maná suficiente para un hechizo de emergencia, y Force ya no podía ignorar los efectos corrosivos de las llamas negras de Purgatorio. A Princess’s Legion tampoco le iba mucho mejor. Leyfa había agotado su suministro de objetos mágicos, y a Mille no le quedaba energía para crear más espadas mágicas. No importaba cuántos hechizos de curación se lanzaran sobre ellos, Onz y Gilbert estaban llegando a sus límites físicos.

“¿Estás bien?” Le pregunté a la chica semi elfa que estaba a mi lado.

Exhaló y apretó los puños. “Sí. Me he quedado sin flechas, pero el hechizo de Erin me ha ayudado a recuperar algo de energía mágica. Todavía puedo luchar. ¿Y tú?”

“He recargado mis Disparos de Hechizo, así que ahora puedo luchar de verdad.

Terminemos esto de una buena vez.”

Los Arrivers y Princess’s Legion estaban luchando juntos, mano a mano. Nuestro plan inicial era atacar juntos al jefe con todas nuestras fuerzas, pero después de considerar sus impíos poderes curativos, habíamos pasado a desgastar su energía mágica. Como teníamos ventaja en número, fuimos rotando a nuestros combatientes activos para mantener la presión y conservar nuestras fuerzas. Varios se turnaban para luchar mientras los demás se reagrupaban. Force y Gilbert estaban ahora en primera línea, y Miya y yo seríamos los siguientes con el apoyo de la infinita energía mágica de Erin.

Cada grupo había estado rotando a sus integrantes de manera diferente, así que esta sería mi primera ronda asociándome con Miya. Nuestro primer equipo doble real. Ambos nacidos y criados en Changs, habíamos salido al mundo para convertirnos en aventureros juntos. Nos habíamos separado y reunido, e incluso habíamos hecho una temporada de aventuras en la capital con Roslia. No era la primera vez que luchábamos contra un monstruo juntos, pero sería la primera vez que lucharíamos de verdad juntos.

Nota Athlon de los Arrivers y Miya Line de Princess’s Legion… Amigos de la infancia que, por desgracia, habían tomado caminos distintos, pero que nunca habían renunciado a su sueño de convertirse en aventureros de primer nivel. Claro, esto estaba muy lejos de lo que habíamos imaginado cuando éramos niños. Puede que ese sueño nunca se haga realidad como habíamos pensado… pero quizás esta batalla de equipos era un regalo de Dios.

Nos dio la oportunidad de enfrentarnos hombro con hombro a un formidable enemigo de los pisos finales de la mazmorra, algo que había imaginado de niño. Si miraba más allá de todo lo que había pasado para llegar hasta aquí y recortaba sólo este momento, no era demasiado exagerado decir que mis sueños se habían hecho realidad. Tampoco creía ser el único que se sentía así.

Miya me miró y sonrió. “Supongo que podemos aprovechar nuestro turno para limpiar.” “Sí, derrotemos juntos al jefe.”

“No te metas en mi camino, ¿me oyes?” “Lo mismo digo.”

Fue muy divertido discutir con ella de esta manera. Era una prueba de que por fin estábamos en igualdad de condiciones. Esto era lo que tanto había soñado conseguir en el pasado.

“¡Force!” Llamé.

“¡Gilbert!” Miya también llamó. “¡Cambien con nosotros!”

Nuestras voces resonaron en el templo poco iluminado. El mejor sueño de todos estaba a punto de comenzar.

“Carrera Umbría.”

Una sombra negra y descarnada atravesó el suelo, más rápida que la luz. Debería estar fatigado después de luchar durante tanto tiempo, pero mi cuerpo era ligero. Sentía que podía ir a cualquier parte ahora mismo. Esquivé un tajo horizontal del brazo del demonio, y luego su aliento de fuego. Un rayo que salió disparado de sus ojos y una estocada de su cola también me fallaron.

“Esmeralda-Agua-Flecha.”

Pude escuchar a Miya cantando su magia espiritual. El agua se acumuló en su mano derecha y se arremolinó en forma de flecha. El jefe se volvió hacia ella, su atención naturalmente atraída por el maná que estaba usando.

Tengo esto. ¡No tan rápido! ¡Flujo!

Entonces activé el arte que había dudado en usar todo este tiempo. Acortaba la distancia con el enemigo en un abrir y cerrar de ojos. En otras palabras, te lanzaba inmediatamente a la zona de peligro. Un solo paso en falso significaba la perdición. Y al enfrentarme a un jefe con tal fuerza física, era especialmente peligroso acercarse gracias a la onda expansiva de sus colosales ataques. Por eso no había utilizado el arte hasta ahora, pero en ese momento estaba rebosante de confianza, una confianza que dio sus frutos.

Con Flujo, esquivé el golpe del demonio en el último segundo, haciendo tambalearse al monstruo durante un breve instante. Y mi amiga de la infancia no iba a dejar pasar la más mínima oportunidad.

“¡Flecha de Destrucción!”

El rayo acuoso que Miya había conjurado atravesó el cuerpo del demonio, un disparo casi mortal. Ahora era mi oportunidad de acabar con él.

“Hoo…”

Giré mi mano derecha hacia arriba, inhalando bruscamente. Mi espalda se arqueó como la cuerda de un arco. Concentré mi mente en controlar mi corazón acelerado. Luego manifesté la magia trampa en mi guante derecho, liberando el hechizo que contenía.

“¡Disparo de Hechizo!”

Este era mi arte característico, combinando el Tiro de Palma con la magia de Erin. Cuando el demonio lo tomó a quemarropa, la mitad superior de su torso voló por los aires. Y sin la capacidad de regenerarse, su carne negra simplemente se desmoronó. Todo terminó en un instante, un momento sencillo para una batalla tan larga.

“¿Lo hicimos…?”

Fue un poco anticlimático, a decir verdad. La sala estaba envuelta en silencio. Nadie respondió. Una nube de polvo se dispersó en el aire sin hacer ruido. Poco a poco, en silencio, todos nos dimos cuenta. ¿Realmente habíamos derribado al jefe del piso 21? Quizás, por fin, lo habíamos hecho.

Esta asquerosa criatura había robado a uno de los nuestros, mi mentor Jin. Nos había sumido a todos en las profundidades de la desesperación y casi había acabado con el grupo para siempre. Este monstruo casi había acabado con mi carrera de aventurero por completo… y finalmente lo habíamos derrotado. Los Arrivers ahora podían seguir adelante. Más allá del piso 21. Profundizar en los pisos finales. Finalmente podríamos abrir nuevos caminos por primera vez en más de un año.

Los vítores resonaron tanto de los Arrivers como de Princess’s Legion a mi alrededor, la puerta del piso 22 se abrió… y me di cuenta de que mis sueños se habían hecho realidad.