Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Charla Ociosa: Las Fresas De Celes

“Hoy iré a casa de esa persona. Eje, ejeje…” Murmuró Celestine

para sí misma con una gran sonrisa en su rostro.

Hoy era otro día en el que se informaría sobre el estado de Kaoru…

o, mejor dicho, para ir a visitar al gerente de la Tierra.

“¡Ahhh, le estoy muy agradecida a Kaoru! No sólo se le ocurrió la

razón por la que pude conocerlo, sino que además me dio la gran idea

de comprobar el mundo regularmente para que tuviéramos algo en

común y cosas de lasque hablar. Y todas sus travesurasme dan muchas

cosas emocionantes de las que hablar. Es casi como si lo hiciera a

propósito… ¡Ah! ¡Quizá lo hace realmente a propósito! Ohh, ¡qué

maravillosa eres, mi única amiga! ¡Nunca supe lo espléndido que es

tener amigos!”

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Hablaba con mucha más franqueza de “esa persona” que antes… Y

aunque se refería a él como tal, no era técnicamente una persona.

Parecía que se estaba acercando mucho más a él, emocionalmente

hablando.

Mientras tanto, su sentimiento unilateral de amistad hacia Kaoru se hacía cada vez más fuerte.

El cuerpo principal de Celestine… cuyo nombre era bastante

imposible de pronunciar para los humanos… veía a los humanos como

algo parecido a como estos veían a las pulgas de agua. Pero para la

Celestine que era una mera porción de su cuerpo principal, que tenía

sus habilidades disminuidas para hacer posible que se comunicara con

los humanos, veía a los humanos que le gustaban de la misma manera

que los humanos veían a los pollitos o a los hámsteres.

Sin embargo, percibía a la mayoría de los humanos como si fueran

bichos, y los humanos que no le gustaban eran como mosquitos o

cucarachas para ella. Por eso, si alguno la molestaba o se interponía en

su camino, no dudaba en deshacerse de él.

Kaoru estaba a la altura de un gatito que había recibido de alguien

que le gustaba.

Pero sus sentimientos de aprecio y amistad hacia Kaoru eran reales

y específicos sólo para ella.

“En cualquier caso, ¡tengo que aprovechar esta oportunidad! No

puedo estar perdiendo ante esa anciana de la dimensión ＃§♭÷⊇∮￡ni

ante nadie más!”

Parece que también tenía rivales…

Pero era un misterio la edad que tenían si Celestine las consideraba

viejas, mientras que ella misma había vivido millones de años…

Pero independientemente de la edad de la forma de vida, Celestine,

Esa Persona, la Vieja Dama y todas sus otras rivales no eran más que

meras fracciones de sus cuerpos principales, y como cada una de ellas había bajado sus ritmos y niveles de pensamiento para poder comunicarse con las formas de vida de sus respectivos mundos, todas estaban en un estado similar.

… En otras palabras, cada una de ellas variaba en cierto grado, pero

no eran tan diferentes de Celestine.

La Celestine actual se había limitado a adoptar una apariencia

similar a la de las criaturas de su mundo, y no tenía necesidad de imitar

la forma de un humano cuando visitaba a Esa Persona, pero Esa

Persona también adoptaba la forma de las mismas criaturas, por lo que

siempre le visitaba con esta apariencia, contenta de que tuvieran un

aspecto similar.

“¡Bien, perfecto! Allá voy.” Celestine arregló su aspecto y, tras

revisarse varias veces, se teletransportó a través de las dimensiones.

Por otro lado, los pechos de Celestine eran pequeños porque, dentro

de los estándares de su especie, no se consideraba bello tener bultos

innecesarios de grasa colgando del cuerpo, tener cosas que pudieran inhibir el movimiento pegadas a ellos o tener curvas sin sentido.

Como especie que no tenía el concepto de las relaciones sexuales

ni de la crianza de los hijos mediante la lactancia materna,

consideraban que los cuerpos pequeños, compactos, apretados y

eficientes eran superiores y, por tanto, hermosos.

De hecho, Celestine había hecho que los pechos de Kaoru fueran

ligeramente más pequeños que los de su cuerpo original como gesto de

amabilidad al reconstruirla, e incluso hizo que no aumentaran de

tamaño con la comida o el ejercicio.

… Lo hizo por consideración. Pensó que haría feliz a Kaoru…

Era completamente innecesario…

“¿C-Cómo está usted…?” Celestine abrió con un saludo similar al

de un humano. Sólo había pasado un parpadeo desde la última vez que

se vieron, según sus estándares, pero en la mente de Celestine debía

haber pasado demasiado tiempo.

“Oh, hola, Celes. Gracias por pasarte siempre por aquí…”

“N-Nada de eso, me gusta informarte sobre Kaoru…” Celestine

dijo tímidamente.

Dado que no hacían uso de los conceptos de tener amantes o

casarse, nada les hacía más felices que el hecho de que alguien

maravilloso los conociera, que otro pensara favorablemente de ellos, o

que otros confiaran en ellos en una emergencia y se apoyaran en ellos.

Por supuesto, esto no se aplicaba a su cuerpo principal, sino al de los

vástagos de menor grado, como esta Celestine.

Por lo tanto, Celestine estaba en la cima de la felicidad en ese

momento.

Mientras tanto, los otros vástagos, que tenían un nivel ligeramente

superior al de Celestine, la observaban a través de monitores en otras

dimensiones, retorciéndose ante la visión.

“¡¡¡Tan agridulce!!!” Desde la perspectiva de los otros vástagos,

era como si las hermanas mayores de treinta y tantos años vieran a su

hermana menor emocionarse con su primer amor. Ellas mismas ya no

sentían esas emociones, pero ver a su hermana menor experimentarlo

las hacía sentir extrañamente felices y entretenidas…

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“¡Kaoru a los Ojos de la Diosa!”

“Estos son los Ojos de la Diosa.”

La entonación estaba un poco apagada, asíque“Kaoru” sonaba más

como ‘Kirk’. Esto era sólo una cuestión de las preferencias de Kaoru.

Había sacado una herramienta de la Caja de Objetos para contactar con

los hijos de los Ojos de la Diosa. La herramienta en cuestión era el

‘juego de cristales de resonancia de sonido’, que contenía una poción

en su interior. Venía en un juego, como el nombre sugería, y cuando

hablabas en uno de ellos, el sonido resonaba a través del otro cristal

para transmitir el mensaje.

… Aunque, oficialmente, sólo era un recipiente de pociones que

venía con esas funciones.

Kaoru tenía que abrir la Caja de Objetos y comprobarla para notar

cualquier llamada de los niños, pero éstos respondían enseguida cada

vez que llamaba desde su lado. Para ellos, la idea de dejar desatendida

la casa que Kaoru les había dejado, o de no tener a alguien de guardia

con el juego de cristal de resonancia de sonido —su único medio de

comunicación con Kaoru— era inconcebible.

Así que Kaoru se había puesto en contacto con ellos regularmente,

una vez cada pocos días, para asegurarse de que no había problemas

en el orfanato o en la capital real. Tenía que hacerlo porque, de lo

contrario, los preocupados huérfanos habrían tratado de localizarla

constantemente y la habrían bombardeado con alertas cada vez que

abriera la Caja de Objetos.

“¿Alguna novedad?”

“Nada en particular. Oh, Achille acaba de pasar por su ceremonia

para convertirse oficialmente en barón. Luego sacó la idea de que

Lolotte se convirtiera en su amante, y hubo una gran discusión con

todos los demás en el taller.”

“Ah…”

Achille, el tercer hijo de la casa del Barón Lyodart y uno de los

trabajadores del Taller Maillart, iba a recibir el título de barón por sus

contribuciones en el plan para mantener a la Diosa en el país. La razón

por la que recibía el título era, supuestamente, porque había ayudado a

la Diosa y había trabajado como impulsor para acogerla en su país.

En realidad, habían querido convertir a Kaoru en miembro de la

realeza o, al menos, en una aristócrata de alto rango, pero supusieron

que a ella no le importarían los rangos inventados por los humanos.

Así que, para aumentar las escasas posibilidades que tenían, decidieron

poner a los hombres en edad de casarse asociados a ella en

circunstancias que facilitaran que se casara con ellos.

Héctor, de la casa del Conde Adán, ya era el primogénito de la

familia, así que estaba bien así.

Achille había estado haciendo gestiones con Lolotte, la chica de los

Ojos de la Diosa que había sido nombrada sucesora de Kaoru para

encargarse de las tareas domésticas en el Taller Maillart, pero un barón

no podía tomar a una chica huérfana como esposa, así que se había

planteado la idea de ser su amante.

“Los chicos del taller no habrían dicho nada sobre el tercer hijo de

un aristócrata de bajo rango sin perspectivas de título. Convertirla en

su amante habría sido una cosa, pero no podían quedarse callados cuando le propuso hacerla su amante sin ninguna posición oficial, lo que habría significado que su hijo no habría heredado su estatus ni sus derechos como noble.”

Una amante era similar a una concubina. Su acuerdo sería

reconocido oficialmente por la esposa legítima, el hombre se haría

cargo de sus gastos y su hijo heredaría el estatus y los derechos del

aristócrata, a diferencia de una amante, que nunca sería reconocida

oficialmente.

Pero para un huérfano, incluso eso sería como un cuento de

Cenicienta. Y un plebeyo no estaba en condiciones de discutir con un

barón. Pero para los demás en el taller, seguía siendo Achille, su

colega, a pesar de su posición noble. Y todos sentían la necesidad de

proteger a su amiga, Lolotte.

“Bueno, entonces supongo que depende de lo que ella quiera…

¿Por qué no dejan que ella decida?”

“Lo haremos. Ah, y la esposa del hermano mayor de Achille vino

a ver cómo estábamos. Dijo que estaba preocupada ahora que no

estabas para cuidarnos. Pero cuando le dijimos que lo único que hacías

era estar por ahí y que no cocinabas, ni limpiabas, ni lavabas la ropa,

por lo que siempre nos cuidábamos nosotros mismos, se fue a casa con

cara de enfado.”

“Gya…”

“¿Gya?”

“¡Gyaaaaaa!”

Entonces Kaoru hizo que Emile y Belle se hicieran cargo de la

conversación y se acurrucó con la cabeza agarrada entre las manos…