Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 37: Mi Primer Recado

Parte 1

“Kaoru, quiero salir fuera.”

“¿Hm? Claro. El turno de mañana casi ha terminado, así que espera

un poco más, ¿vale? Entonces, ¿a dónde vamos?”

Layette estaba sentada en el regazo de Kaoru, como siempre,

cuando sacó el tema, y Kaoru había respondido asumiendo que iría con

ella. Por supuesto, no había otra opción posible.

Pero…

“En realidad, quiero ir sola.”

“¡¿Qué?!”

Kaoru se quedó boquiabierta.

¿A-Ahora me odia? Ella nunca antes quiso irse de mi lado… ¿Es

esta su fase rebelde? ¿O tal vez se está volviendo independiente? Ohh,

¿qué hago…?

Kaoru estaba perdiendo la cabeza por completo.

Pero Layette había sido vendida por sus padres y secuestrada, y los

guardias de la puerta habían formado parte de la estratagema. Nadie

podía culparla si no confiaba en los adultos.

“Qu-Qu-Qu—” ¡¿Qué debo hacer?! “Qu-Qu-Qu—“” ¡¿A dónde

vas?! “Qu-Qu-Qu—” ¡¿Quién la metió en estooooooo?!

“No tengo ni idea de lo que intentas decir…”

Kaoru fue derribada por la tranquila respuesta de Layette…

“… Así que es por eso.”

“…”

Después de que Kaoru hubiera interrogado a Layette con pánico,

ella había pasado a explicar…

Ahora tenía seis años y muy pronto cumpliría siete, pero siempre

estaba con Kaoru, que la protegía y cuidaba de todas sus necesidades.

Ella no hacía nada por su cuenta, y no había hecho ningún progreso

significativo. Había llegado a pensarque la situación tenía que cambiar

por su propio bien.

“L-Layette… Eso es tan respetable de tu parte…” Kaoru no pudo

evitar abrazar a Layette con fuerza.

“… ¡Esto es lo que quiero decir!”

“Quééééé… Pero se supone que debes proporcionar apoyo

emocional…”

“¡No, quiero ser útil para ti, Kaoru!”

“Quiero decir, eres muy útil para el apoyo emocional…”

“¡Nooo! ¡¡¡Así noooooo!!!” Layette golpeó a Kaoru en su pecho

plano con los puños cerrados, saltó de su regazo y luego corrió hacia

las escaleras del segundo piso.

“¿Qué…? Qué… ¡¿Quéeeeeeee?!”

Sin palabras. Kaoru se quedó completamente sin palabras. Mientras

estaba sentada en un estupor sorprendido, Francette la observó con una

mirada de lástima.

“¿Así que crees que puedo ser un poco sobreprotectora?”

“No es que ‘puedas’ serlo, ¡eres absolutamente sobreprotector con

ella!”

“¿Qué…?” Kaoru se quedó sorprendida por la actitud inusualmente

firme de Francette.

“Piénsalo así. Si hubiera alguien que realmente te importara y

quisieras hacer cosas por él y hacerle feliz, pero todo lo que hiciera

fuera adularte sin dejarte hacer nada, ¿cómo te sentirías? ¿Sería

divertido perder el tiempo siendo mimado sin hacer realmente nada

cuando querías serle útil?”

“Ah…”

Francette tenía razón. A los seis o siete años en Japón, Layette

habría estado en la escuela primaria. La escuela primaria era el lugar

donde todo el mundo estudiaba, jugaba con sus amigos, se metía en

peleas, iba de aventuras y experimentaba todo tipo de cosas para

experimentar un gran crecimiento físico y mental.

Mientras tanto, Layette pasaba la mayor parte del día sentada en el

regazo de Kaoru, bajo su constante protección. Era increíble que

Layette se hubiera dado cuenta por sí misma de que algo tenía que

cambiar cuando llevaba una vida fácil, feliz y estable…

“¡Estoy tan orgullosa de Layette!” Kaoru estaba tan feliz que no pudo evitar sonreír en éxtasis.

“¡¡¡Esto es de lo que estoy hablando!!!” Parecía que Francette se

estaba enfadando seriamente. Y estaba hablando con una supuesta

diosa…

“… ¿Así que me estás diciendo que aleje a Layette?”

“Yo no iría tan lejos, pero…”

Ahora que Kaoru se había calmado, Francette empezó a hablar de

cómo remediar el asunto.

“En cualquier caso, si quieres que Layette tenga una vida plena sin

perjudicarla ni obstaculizar su crecimiento personal, las cosas no

pueden seguir como ahora. Tendrás que respetar más su

independencia, dejarla pensar por sí misma y acostumbrarla a estar

sola… De lo contrario, sin ti… no, incluso contigo cerca, no será capaz

de hacer nada por sí misma. ¿Es así como quieres que crezca?”

“Urgh…” Sus conocimientos sobre los NEET, los encerrados y la

prevalencia de los problemas de comunicación de su vida anterior le

hicieron darse cuenta de que podía arruinar la vida de Layette, y Kaoru

empezó a sudar.

“¿Q-Qué debo hacer…?” Preguntó Kaoru alterada, y Francette

respondió con decisión,

“¡Debes dejarla hacer cosas por su cuenta! Como salir a la calle.”

“¡¡¡Eso es exactamente lo que dijo en primer lugar!!!”

… Y así, Layette recibió el permiso para salir por su cuenta.

“¡Bien, ya me voy!”

“¡Ten cuidado! ¡No comas nada que encuentres en el suelo! ¡No

sigas a ningún desconocido que te hable! No te metas en callejones,

aunque un chico te lo pida…”

“¡Basta ya, Kaoru!”

Kaoru se quedó helada, y Layette salió corriendo.

Kaoru se recompuso rápidamente y dio la orden en voz baja.

“¡Francette, cuento contigo!”

“¡Sí, por favor, déjamelo a mí!” Con eso, Francette salió corriendo

detrás de Layette.

Después de la conversación anterior, Kaoru mantuvo una

conversación con Francette, Roland, Emile y Belle, y decidió enviar a

Layette a un viaje de guerrero… Aunque ella volvería más tarde ese

mismo día, por supuesto.

No era sólo Francette, Emile y Belle también recibían peticiones de

Kaoru a veces. Desde la perspectiva de todos los demás, se trataba de

un edicto divino, una oportunidad enviada por el cielo para ser útiles a

Kaoru. Layette era la única que no lo veía así, y empezaba a sentirse

como una inútil.

“Sería igual que el viejo Roland si me quedara así.” Había dicho

ella, y Roland se deprimió gravemente al enterarse.

En cualquier caso, Kaoru tenía que dar trabajo a Layette y

motivarla. Además, quería aprovechar la ocasión para que se

relacionara con otros niños, jugara, hiciera ejercicio y se volviera más

sociable, para matar dos pájaros de un tiro. Así que la orden que Kaoru

había dado a Layette era…

“Infíltrate en el orfanato e investiga si los niños de allí son dignos

de la bendición de la Diosa.”

… En otras palabras, era una orden para que fuera a mezclarse con

ellos.

Era la primera tarea que Kaoru había encargado a Layette en su

calidad de mensajera de la Diosa. Era el primer encargo oficial de

Layette. Así que, por supuesto, Kaoru tenía que tener a alguien que la

apoyara desde las sombras.

Ya había hecho que Emile y Belle investigaran el grupo de

huérfanos en cuestión para asegurarse de que no había ningún matón o

traficante de niños en la zona que los estuviera espiando. Además,

habían comprobado que su líder era un chico responsable que sólo

permitía el mínimo de delitos absolutamente necesarios para la

supervivencia. También era diligente y tomaba medidas para

asegurarse de que cualquier daño causado a las víctimas fuera mínimo,

evitando la violencia o la explotación innecesarias.

Si Layette acababa haciéndose amiga de ellos y se determinaba que

no eran dignos de la bendición de la Diosa, eso habría entristecido a

Layette. Por eso Kaoru se aseguró de que iría a un grupo que pasara la

prueba.

Francette lanzó una mirada exasperada a Kaoru al oír esto, pero

decidió no decir nada. Aunque, no estaba claro si eso era por

amabilidad, o si Francette simplemente había renunciado a ella…

Era muy raro que Layette dijera con un tono tan serio que no quería

en absoluto que Kaoru la siguiera, así que no tuvo más remedio que

asomarse y observar a Layette desde detrás de un árbol, susurrando

“Layette…” como si fuera la hermana mayor de Hyuma.

Kaoru no quería ignorar la petición de Layette ni romper ninguna

promesa… o más bien, le preocupaba más hacerle daño cuando se

enterara, o que Layette acabara odiándola, así que no podía correr

ningún riesgo, por pequeño que fuera. Y así, Kaoru había renunciado

a seguir a Layette en secreto.

Pero Layette sólo le había dicho a Kaoru que no la siguiera… De

hecho, nunca dijo que otra persona no pudiera hacerlo. Por eso Kaoru

había enviado a Francette. En realidad, Kaoru había querido enviar

también a Emile y Belle, pero Francette se opuso rotundamente, ya que

esa forma de actuar supondría dejar sola a Kaoru. Y como Roland no

tenía entrenamiento para vigilar a alguien mientras se escondía, sólo

estorbaría. Realmente no parecía pensar en Roland en absoluto…

“A-Ahí está…” Layette había llegado a unas llanuras cubiertas de

hierba junto al lecho de un río. A poca distancia de la superficie del

río, había algo parecido a una pequeña chabola construida con restos

de madera y largos trozos de hierba… de hecho, apenas podía llamarse

refugio para la lluvia. A su alrededor había cinco o seis niños que

parecían tener entre cuatro y cinco años y entre siete y ocho.

Al parecer, estaban fuera porque era mejor que estar apiñados en

aquel“refugio para la lluvia”. Todoseran demasiado jóvenes paravivir

solos. Los mayores seguramente estaban ganando dinero o recogiendo

comida, y los más mayores, de siete u ocho años, vigilaban a los más

pequeños.

Este lugar estaba cerca del mar, y debido a la disposición del

terreno, el agua del río no llegaba. Tampoco llovía mucho. Aunque el nivel del agua subiera, probablemente no tendrían problema en abandonar su cochambroso lugar para dormir, y podrían reconstruir fácilmente otro con los trozos de madera que arrastrara la marea.

La comodidad de la ubicación junto al cauce del río superaba la

posibilidad de que el agua subiera a un nivel peligroso, por lo que era

difícil renunciar a ella. Para los que no tenían acceso al pozo comunal,

tener agua en movimiento para beber, lavar la ropa, bañarse y defecar

era extremadamente importante. El río sostenía su vida en muchos

aspectos.

“¡Bien, es hora de ponerse a trabajar!” Con eso, Layette comenzó a

caminar hacia los otros niños.

Los niños miraron a Layette con cara de desconfianza.

Layette se detuvo a varios metros de distancia, y luego les dijo:

“¿Los negocios van bien?””

“¿Qué diablos fue eso?”

¿Qué le estaba enseñando Kaoru a Layette…?

“… Así que, ¿tratas de decirnos que también eres huérfana?

¿Aunque estés tan limpia y lleves ropa elegante?” El chico que parecía

ser el mayor del grupo miró a Layette con duda, pero ella parecía no

inmutarse.

De hecho, Layette se sentía sin miedo en este momento. Después

de todo, estaba llevando a cabo una misión de alto secreto para la

Diosa, así que no había necesidad de preocuparse por su propia vida.

“¡Sí! ¡Mis padres me vendieron, y luego me secuestraron cuando

iba a ser llevada a los traficantes! Estaba a punto de ser una esclava, o

un sacrificio, o un ‘juguete’, ¡pero me salvaron!”

¡Bfff! Todos los niños escupieron a la vez. Incluso los que no sabían

lo que era un “juguete” entendían el concepto de ser vendido, así como

lo que eran los traficantes, el secuestro y los esclavos. Todos estos eran

peligros que podían amenazarles en cualquier momento, por lo que los

niños mayores les habían advertido en repetidas ocasiones.

Y una cosa hubiera sido que sus padres acabaran de morir, pero que

la hubieran vendido era casi demasiado pesado para considerarlo.

Pensaban que estaban en una mala situación, pero siempre había quien

estaba peor. No sabían si alegrarse o entristecerse por ello…

En cualquier caso, los niños comprendieron bien que esta chica era

huérfana como ellos.

“Estoy viajando con la persona que me salvó y por ahora nos

quedamos en la ciudad. Me dijo que había niños en esta ribera, así que

debería pasarme por aquí un rato…”

“…”