Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 36: Problemas

Parte 5

“¿Qué estás diciendo? Estoy aquí desde la capital…”

“Eso es todo lo que ha estado diciendo todo este tiempo, negándose

a darnos su nombre, el nombre de su empleador, o por qué está aquí.

Ni siquiera sabe mi nombre. Eso sólo deja una explicación…”

Realmente no habían dado ningún nombre. Debería haberse

limitado a decir su nombre y el de su empleador, junto con el motivo

por el que estaba aquí, pero me subestimó porque a sus ojos era una

niña pequeña y decidió empezar a gritar y exigir respuestas.

Ahora le costaría mucho dar esos nombres delante de esta multitud

y del oficial. Si lo hiciera, los rumores se extenderían como un reguero

de pólvora. Así que cuanto más autoridad tuviera su jefe, más difícil

sería nombrarlo ahora. Tendría que ser detenido por el oficial, y luego

demostrar su inocencia dando los nombres donde no hubiera nadie

más… si es que podía probarlo, claro.

“Tú…” El burócrata me lanzó una mirada de muerte, luego se

volvió hacia el oficial y habló.“Estoy aquíporórdenes del palacio real.

¿Te das cuenta de lo que pasará si me desafías?”

El oficial parecía imperturbable.

“… ¿Tienes alguna forma de probar tu afirmación?”

“¡Estos dos testificarán!” Con eso, señaló a sus dos compañeros.

Pero el agente se limitó a encogerse de hombros como respuesta.

“… ¿Y tienes pruebas de que están asociados con el palacio real?”

“¿Eh…?”

Es decir, debería haber esperado esa pregunta…

“Argh, ¿entiendes las consecuencias a las que te enfrentarás

después?”

“Si dejara libre a un delincuente sólo porque afirma tener un cargo

de autoridad sin ninguna prueba, me despedirían. E incluso si

realmente es alguien de alto rango, sólo recibiría elogios por haberle

detenido en la escena del crimen, no una reprimenda. Esta ciudad no

está tan podrida como para dejar libres a los delincuentes sólo porque

ocupan puestos de poder.”

“¿Qué…?”

¡Vaya, la gente de aquí realmente tenía moral! Sin embargo, los

delitos de los que hablaba sólo eran amenazas e intentos de obligarme a hacer lo que exigía. Podría haber sido una simple discusión entre un cliente y un trabajador si yo hubiera sido un hombre, pero como era una mujer… o más bien, como parecía una chica menor de edad… las palabras de esa conversación anterior hacían que sonara como si hubiera intentado cometer un delito mucho más grave.

Intentó que le contara cosas a la fuerza y llevarme a la capital, así

que no estuvo del todo mal.

En cualquier caso, ¡disfruta de tu visita a la comisaría! Dado que

sólo fue un intento fallido y que parecía tener alguna posición de

autoridad, probablemente acabaría siendo regañado por el oficial y sus

superiores.

Dudo que le metan en la cárcel cuando no me ha puesto las manos

encima. Tal vez recibiera una advertencia para que se mantuviera

alejado de mí a partir de ahora.

¡Oh, lo sé!

“Disculpe, ¿puede hacer que se acerque a mí?”

“¿Hm? Oh, claro…” Con eso, el oficial le dijo cautelosamente al

grupo del Burócrata que caminara más cerca de mí.

“¿Puedes mirarme a los ojos?”

“¿Eh? De acuerdo…” Con eso, Burócrata acercó su cara a la mía.

“Son avellanas…” Parecía aturdido. Así que sí creía que tenía el

cabello negro y los ojos negros. Naturalmente, eso también significaba

que sabía lo del Ángel.

“Y…” Me levanté la peluca de la cabeza.

“¡¿Cabello marrón?!”

Eso debería haberle metido en la cabeza la idea de que yo no era el

llamado Ángel de Balmore… Aunque, en realidad, nunca reclamé tal

título en absoluto.

Debe haber escuchado de ese boticario de labios sueltos. O tal vez

se enteró del incidente del Vizconde Raphael y siguió el rastro desde

su establo. Incluso era posible que se enterara por esos otros

mercaderes de la capital.

Sea como fuere, no era más que una dependiente de esta tienda de

poca monta que no tenía ninguna relación con el Ángel de Balmore, la

casa Raphael o el milagro de la casa del Barón Dorivell. A estas alturas ya debería creer eso.

Y para el golpe final…

“Oh, espera, ¿te has dejado engañar por alguien como esos

comerciantes? No paraban de hablar de cabello negro y ojos negros,

así que les mostré mi verdadero color de ojos y cabello, y se fueron

inmediatamente. Por eso te acabo de mostrar lo mismo.”

“Qué…”

¡Ya está! Misión cumplida. Ahora ya no cabía duda de que yo no tenía ninguna relación con esos incidentes, y de que sólo había vendido algunas hierbas a ese vejestorio. No tenía nada que ver con la casa del Vizconde Raphael, y no conocía a ningún Barón Dorivell.

¿Qué es eso? ¿El establo? No había muchos pastos en los suburbios

con establos que también se ocuparan de los caballos. Por casualidad,

dejé mis caballos en los establos de la Casa Raphael.

… Es decir, eso era cierto.

Si alguien investigara el momento en que llegué a la ciudad y dejé

a Ed y a los demás en los establos, quedaría claro que no teníamos

ninguna relación previa. Además, no había ninguna razón para dejar a

mis caballos en los mismos establos y arriesgarme a recibir una

atención no deseada.

Ahora el burócrata y su séquito deberían abstenerse de aparecerse

por aquí. Si lo hicieran, seguro que los meterían en la cárcel.

Y como no había manera de que le dijera a su empleador que no se

había puesto en contacto conmigo, ni que me diera el nombre de este,

ni me explicara lo que quería conmigo debido a su actitud arrogante,

todo esto no se incluiría en su informe.

Probablemente ya conocía al Ángel de Balmore, pero se enteró de

mi existencia después de llegar a esta ciudad. Como yo era algo que

surgió en el camino de su investigación, o tal vez había oído hablar de

mí por los comerciantes, no había necesidad de informar sobre mí en

absoluto.

Además, estaba seguro de que me consideraba una mocosa molesta

que sólo traía problemas.

… Y así, el Burócrata y sus acompañantes fueron llevados por el

oficial.

Ya está todo solucionado.

Mi vida tranquila y pausada volvería de nuevo, a partir de mañana.

Bien, bien…

Eldía después de haberrechazado con éxito al grupo de la capital…

Después de terminar mi trabajo de la mañana, había salido para ir al

mercado. De camino, como ya estaba fuera, me desvié un poco hacia

la casa de Mariel, la finca de la Casa Raphael en los dominios de la

Vizcondesa Mariel.

Simplemente me apetecía, sin ninguna razón en particular. Las

posibilidades de que estuviera fuera y nos viéramos eran casi nulas. No

era como si una vizcondesa estuviera cuidando su jardín o barriendo el

frente de la puerta ella sola.

¿Eh? Esos son…

Cuando doblé la esquina y la mansión entró en mi campo de visión,

noté algo junto a la puerta…

¿Perros? Dos perros estaban sentados allí, uno a cada lado, como

guardianes de la puerta. Y, del mismo modo, dos halcones se posaban

sobre los pilares de cada lado, así como dos palomas junto a ellos.

Sí, podría no ser un buen aspecto si fueran cuervos… Espera, ¡esa

no es la cuestión aquí!

“¿Es su primera vez aquí? Esa es la mansión de la noble dama

Vizcondesa Raphael, que ha recibido la bendición de la Diosa. Por eso

esos perros y pájaros, que son servidores de la Diosa, la protegen.”

Un anciano que pasaba por allí me explicó todo esto mientras yo

me quedaba con la boca abierta.

“Quéééééé…”

Pensé que el trato era que ella los ayudaría una vez en caso de que

se lesionaran o enfermaran…

¿Yporqué había otros pájaros además deloscuervos, que no tenían

nada que ver con ese incidente?

Entendí la primera mitad de lo que decía el viejo. Después de todo

el espectáculo que ofrecimos ante semejante multitud daba a entender

tal cosa.

¡¿Pero qué pasó con la última mitad?! ¿Cómo sucedió esto…?

“Por eso todos la llamamos… la Vizcondesa Perra.”

“¡¿Quééééééé?!” Eso suena increíblemente ofensivo…

Al menos eso pensé por un segundo. Pero ahora que lo pienso, los

términos para los géneros utilizados en personas y animales eran los

mismos. Ambos usaban ‘hembra’.

Así que el título debía significar “la vizcondesa protegida por

sirvientes caninos”, que se acortó a “Vizcondesa Canina”.

La función de auto traducción de mi cerebro acaba de reconocer

‘perro hembra’ como ‘perra’, ya que las palabras estaban dispuestas de

esa manera.

… ¿Por qué no sería “la Vizcondesa de los Perros” o algo así?

Bueno, supongo que eso hacía que sonara como si ella misma fuera un

perro, así que no era muy diferente…

“Oh, han dado órdenes de dejar de usar ese apodo.” Dijo un joven

que pasaba por allí tras escuchar nuestra conversación.

Sí, eso tenía sentido. Ese nombre era un poco exagerado…

“Ahora todos la llamamos el Aristócrata de los Pájaros.”

¿No se les ocurrió nada mejor?

Me acerqué a la puerta después de que los dos hombres se fueran.

“Oye, ¿por qué estás aquí?” Pregunté en un susurro… al perro.

“¡Ah,Señora Diosa!Muchasgraciasporpresentarme un trabajo tan

bueno. Desde ese incidente, he sido empleado por Lady Mariel para

otros asuntos. Muchos de mis amigos están ahora a su servicio. Vigilan

las puertas por turnos, se quedan en el edificio y vigilan que no haya

intrusos. Y no ha ocurrido últimamente, pero hay veces que se nos

convoca para tratar algunos asuntos… más escabrosos.”

“¡¡¡El ataque a los Black Ops!!!” El misterio estaba resuelto. Así

que eso es lo que pasó… “¿Y los cuervos?”

“Los cuervos eran, más bien, intimidantes, así que trabajan entre

bastidores. Los nuevos contratados son más atractivos visualmente, así

que se les suelen dar los papeles más públicos.”

“Ya… ya veo. Me alegro de que hayas conseguido un buen trabajo.

Bueno, nos vemos…”

“Sí, si necesitas algo, no dudes en pedirlo. Acudiremos en su ayuda

en cualquier momento.”

… Mariel era más capaz de lo que pensaba. Y era bastante astuta…

Aunque, como los Black Ops fueron los que mataron a sus padres

y a su hermano por dinero, tenía una vendetta contra ellos junto a la de

su tío Aragorn. Y eran una banda criminal que había estado dando

bastantes problemas al Conde Maslias, al que le debía mucho. Ahora

que Mariel tenía poder, no había razón para que se contuviera.

Aunque fuera el poder de los dioses o de los demonios…

“… ¿Así que dices que has vuelto sin resultados?”

“… Sí, Su Majestad.”

El rey estaba claramente de mal humor. El emisario que había enviado a la vizcondesa había regresado por fin, pero sin mostrar absolutamente nada. No era de extrañar que el rey estuviera disgustado.

“Fui a la casa de la vizcondesa… Había asumido que ella sería

fácilmente presionada para que confesase sus secretos y firmar un

contrato favorable a nosotros si le daba su nombre, Su Majestad, pero

el Conde Maslias, de su casa matriz, también estaba presente…”

“¿Y no conseguiste que hablara de la Diosa, de su mensajero o de

cualquier otra cosa, y se negó a venir a la capital por respeto a mí o a

ponerse bajo mi patrocinio?”

“En efecto. Cada vez que sacaba el tema, el conde me decía que

sería cruel que una niña menor de edad fuera a la capital ahora, después

de haber perdido a su familia hace tan poco y de estar todavía

angustiada por el incidente con su tío. Insistió en que era un momento

importante para ella, como nueva vizcondesa, y que debía centrarse en

atender sus dominios… Y cuando le planteé lo de ponerla bajo su

patrocinio, afirmó que ese era su papel como jefe de su casa madre.

Estando Su Majestad en la capital tan lejos, no podría proporcionarle

apoyo a tiempo si algo le sucediera… Pensé que obligarla a asistir a la

corte real en contra de su voluntad y la de su casa madre, estando ya

en la facción de otra casa noble, podría haber causado un problema

mayor…”

“Y la Diosa le había dicho que no hablara con nadie de ella, así que se negó a hablar del asunto… Pero debes haber aprendido algo amenazando o sobornando a sus sirvientes. ¿Qué te dijeron?”

“B-Bueno, Su Majestad, ninguno de ellos aceptó decir una sola

palabra… Incluso sí insinué que sus propias vidas y las de sus familias

podrían terminan estando en peligro, pero…”

“¿Qué ha pasado?”

“Dijeron que hiciera lo que quisiera. Entonces sonrieron de forma

extraña… Sus expresiones me decían que, si hacía algo, incurriría en

la ira de la Diosa y moriría con seguridad. Había tal certeza en sus

rostros…”

“…”

Ahora que lo pienso, no había forma de que traicionaran a alguien

que era amada por la Diosa. Y la diosa en cuestión era la infame

Celestine. Aunque benévola, no era precisamente meticulosa y no se

preocupaba demasiado por la vida de cada uno de los humanos. ¿Qué

desastre resultaría de traicionar al humano por el que esta Diosa se

había encariñado…?

Por no hablar de que se trataba de la sabia y delicada niña noble de

catorce años que era amable con los plebeyos. Era difícil creer que

alguien la traicionara.

… Parecía que el plan había acabado en fracaso. El rey lo

comprendió bien.

Una joven aristócrata soltera que fue bendecida por la Diosa. Nadie

era tan tonto como para no ver su valor. Naturalmente, su casa madre

y los de su facción se negarían a dejarla ir.

Tenía que conseguir que viniera a la capital para una llamada de

cortesía y así poder llegar a un acuerdo con ella directamente, antes de

que el líder de su facción hiciera un movimiento. Y tenía que manejar

todo esto con bastante propiedad.

Aunque su autoridad era limitada en comparación con otros reinos,

seguía siendo un rey. No era imposible que utilizara suinfluencia como

rey para conseguir que una noble de clase baja, y además menor de

edad, hiciera un acuerdo que le fuera favorable. Y una vez que se

hiciera un contrato oficial, sería demasiado tarde para que su casa

madre o el líder de la facción pudieran hacer algo al respecto. Después

de todo, se trataría de un acuerdo oficial entre el jefe de una casa noble

y el rey.

Sin embargo, su intento de que su emisario se pusiera en contacto

con ella en privado fue bloqueado por el conde, que era el jefe de su

casa madre. Sus esfuerzos fueron en vano.

Ese enfoque furtivo ya no funcionaría.

De hecho, el Conde Maslias ya le había enseñado todo sobre esta

táctica, por lo que era poco probable que aceptara tales invitaciones o

contratos.

No tenía otra opción que acercarse a ella como un rey bueno y

amable. Y si podía endilgarle uno de sus hijos…

Pero utilizar a un joven apuesto como cebo era una táctica obvia,

utilizada por los aristócratas que tenían hijos mayores de edad. Si la

vizcondesa venía a la capital, podía…

Al rey le dolía la cabeza sólo de pensarlo.

“Bueno, el líder de su facción puede dejarse llevar un poco, pero

las otras facciones deberían unirse para mantenerlo a raya. Al menos,

eso espero…”

Parecía que a Mariel le esperaban muchas pruebas. Pruebas de las

que Kaoru estaría celosa si se enterara de ellas…

Sin embargo, Kaoru había afirmado que rechazaría a cualquier

hombre que la quisiera sólo por su posición como Ángel o por sus

pociones. Así que, tal vez, Mariel no estaría chillando de alegría, sino

alzando la voz por un legítimo grito de ayuda.

Y el día en que Mariel no tuviera más remedio que ir a la capital no

estaba demasiado lejos en el futuro…