Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 36: Problemas

Parte 3

“Q-Q-Q-Qué…” Recuperó la compostura unos segundos después

y consiguió tartamudear.

“¡M-Me has engañado!”

Definitivamente NO lo hice.

“¿Qué te engañé? Desde el principio no tenía ni idea de lo que

estaban hablando… Nunca dije que fuera ese Ángel del que hablabas,

y todos siguieron hablando de quién sabe qué sin una explicación

adecuada. Todavía no estoy del todo segura de lo que está pasando…”

El comerciante pareció finalmente darse cuenta de su metida de

pata y se calló. Entonces…

“¡Y-Ya me voy! Siento las molestias.” Dio una disculpa a medias

y se retiró rápidamente.

“¡Increíble, Kaoru! Nunca podría esperar engañar y entrampar a la

gente con tanta pericia como tú.” Dijo Francette.

“¡¿Se supone que eso es un cumplido?!”

Y así, las cosas se habían resuelto por ahora.

… Luego, tuve que lidiar con la gente del palacio real.

“¡Puedo hablar con la dueña de la tienda, por favor!” La siguiente

persona en entrar no era para nada alguien del palacio real.

“¿M-Mariel? ¿Cómo has…?” Era la Vizcondesa Mariel von

Raphael, la dueña de Carlos y actual jefa de la casa Raphael.

Nunca le había dicho mi verdadero nombre o identidad, y

definitivamente no le había dicho dónde me estaba quedando. Así que,

en la mente de Mariel, debería conocerme como la diosa amiga de

Celestine, que había descendido al reino de los mortales sólo para

ayudarla…

No había forma de que supiera que estaba aquí.

¿Podría ser una coincidencia? ¿O tal vez tenía algún otro negocio

aquí? Pero, ¿qué podría querer la jefa de una casa noble con una

tiendecita plebeya como ésta?

Me quedé helada e incapaz de entender el motivo de su visita, y

entonces…

“Disculpe, señorita, por casualidad ¿está la dueña de la tienda?”

¿Eh? Mi disfraz no es tan convincente, ¿verdad?

Es decir, claro que había cambiado el color de mi cabello y de mis

ojos por aquel entonces, pero que mi cabello castaño se volviera negro

no era algo que cambiara drásticamente mi aspecto como lo hacía el

cabello rubio o plateado. Mis ojos habían sufrido un cambio bastante

grande de azul a avellana, pero no era lo suficientemente dramático

como para convertirme en una persona completamente diferente.

Mi piel también era más clara, pero un poco de bronceado no me

haría irreconocible. Unos cambios tan pequeños no podrían ser

suficientes para hacerme parecer otra persona…

Cuando me encontré con Francette la segunda vez, tenía el cabello

plateado y los ojos de otro color. Además, me reconoció al instante,

aunque era imposible que esperara ver a una diosa paseando por la

ciudad.

Un momento…

Cerré los puños con ambas manos y saqué los dedos índice. Luego

presioné un dedo de cada mano sobre los bordes de mis ojos y los dejé

caer hacia abajo.

“¡Ah, Señora Diosa!”

¡Lo sabía! ¡Maldita sea!

**********************************************************************

Después, volteé el cartel de la puerta para indicar que habíamos

cerrado, luego corrí las cortinas y subí las escaleras. Tenía que

escuchar a Mariel antes que nada.

Francette, Belle y Layette se unieron a nuestra reunión. Mariel era

una joven que se había criado en reclusión, por lo que estar rodeada de hombres extraños podría haberla puesto nerviosa. Los chicos probablemente estaban en la habitación de al lado con los oídos pegados a la pared. Aquí las paredes eran delgadas como el papel, así que se podía escuchar todo.

Mariel era una vizcondesa, pero ella pensaba que yo era una diosa,

y no me apetecía esforzarme en hablar con propiedad, así que decidí

tratarla de manera informal.

“¡He venido a avisarle! ¡Mercaderes, de la capital!”

Sí, lo sabía.

“¡No sólo eso, sino que han llegado unos hombres que parecen

trabajar para el palacio real!”

Sí, lo sabía.

“Y parece que buscan a una chica con ojos… aterradores…”

Sí, también lo sabía. Mariel estudió cuidadosamente mi rostro.

“… Estaban hablando de ti, Diosa…”

Sí.

En cualquier caso, había una cosa que quería saber.

“¿Cómo sabías que estaba aquí?”

¿Dónde estaba la fuga? Tenía que localizarla y taparla. Esto era de

máxima prioridad. Miré fijamente a Mariel, y luego…

“Oh, le pregunté a mis perros.”

“¿Hwaa?” No pude evitar soltar un ruido patético.

“Um, mis perros, me dijeron… Diosa—”

“¡Espera, espera! ¿Podemos dejar lo de la diosa? Quién sabe quién

puede oírte, y si te acostumbras a llamarme así, se te puede escapar en

momentos inoportunos.”

“Ah…” Parece que lo ha entendido.

“Llámame Kaoru…”

“¡Sí, por supuesto!”

No tenía sentido decirle a Mariel que me llamase Quaoru. Además,

probablemente escucharía a Francette y a los demás llamarme Kaoru.

Según Mariel, había preguntado a los perros de su casa si sabían

dónde estaba yo, y ellos la condujeron al lugar donde alimentaba a los

perros y a los cuervos, y luego me rastrearon hasta mi ubicación. Los

perros le dijeron que podrían haber rastreado mi olor desde la mansión

del vizconde, pero que este camino era más rápido…

Maldita sea, tenían unas buenas narices. Supongo que eso es lo que

se espera de los perros.

Cuando llegaron, la tienda ya estaba cerrada, así que decidió irse a

casa y volver otro día. Y aquí estábamos.

“¡Ahhh!Ahora que lo mencionas, me olvidé de decirles a los perros

y a los cuervos que mantuvieran la boca cerrada. No esperaba que

acabaraspudiendo hablarcon los animales, ¡y quién iba a imaginar que se iban a enterar de mi ubicación!” Mi plan original era darle a Carlos la capacidad de hablar en lenguaje humano. Pero Mariel pidió poder hablar ella misma con los animales, así que acabé accediendo.

El razonamiento de Mariel me convenció de que sería mucho más

fácil para ella mantener a los perros callejeros y a los cuervos, y

ayudarla a cumplir su promesa de ayudarlos una vez a cada uno cuando

estuvieran heridos o enfermos. Fue un cambio de planes repentino, así

que no había pensado en todas las implicaciones…

Bueno, ese fue mi error. No tiene sentido pensar en ello ahora.

Todavía había una cosa importante que necesitaba confirmar.

“Mariel, ¿podrían haberte seguido hasta aquí?”

Mariel respondió a mi pregunta con una expresión seria.

“Nada es absoluto, así que no puedo decir que la posibilidad sea

cero. Sin embargo, creo que es muy poco probable que alguien me

haya seguido hasta aquí… Salí a hurtadillas de la mansión por la

entrada trasera con ropa sencilla y poco llamativa, me alojé en una

habitación de una tienda con la que me había puesto de acuerdo de antemano, y luego cambié de atuendo con una criada que tenía alojada

allí, de estatura y color de cabello similares a los míos. Salí por la

puerta trasera de esa tienda algún tiempo después de que la sirvienta se

fuera. Luego repetí dos veces más tácticas de distracción similares.

Después, me deslicé por las calles principales abarrotadas de gente de

forma bastante agresiva, moviéndome en contra del flujo del tráfico

peatonal, y utilicé otros métodos para despistar a cualquiera que

pudiera estar persiguiéndome. Incluso alguien muy experimentado en

seguir a alguien probablemente me habría perdido.”

… ¡¿Quién diablos eres, Mariel?!

Había realizado maniobras para despistar a los perseguidores que

podían o no estar allí con una ejecución experta.

“Bueno, si pasaste por todo eso, creo esta vez que deberíamos estar

bien. Sin embargo, puede ser arriesgado si sigues haciéndolo. La

próxima vez que quieras ponerte en contacto conmigo, haz que una

criada con aspecto de joven subalterna venga a comprar algo a mi

tienda.”

“S-Sí, por supuesto.”

No podía negar la posibilidad de que alguien que quisiera

relacionarse con una diosa vigilara a Mariel, por sise ponía en contacto

conmigo. Y si ella hacía el mismo truco varias veces, sería mucho más

fácil que se dieran cuenta.

En cuanto descubrieran que intentaba perderlos, se acabaría todo. Sería admitir que sabía que alguien estaba tratando de rastrearla y que

estaba tratando deliberadamente de perderlos, lo que sería un indicio

de que estaba ocultando algo.

Si un profesional se diera cuenta de esto, nos quedaríamos con

pocas opciones. Un profesional al que no le importa poner la mano de

obra, el esfuerzo y los fondos necesarios para localizar a alguien no podría ser detenido por un aficionado, por mucho que lo intentara.

Por lo tanto, lo importante era evitar las sospechas. Por eso debía

utilizar a una chica joven, una sirvienta menor, en lugar de una

subordinada cercana y de confianza. Mientras supiéramos que no nos

traicionaría, lo único que necesitábamos era que entregara cartas.

Y dudo que haya alguien en este mundo que traicione a la Diosa…

Al menos nadie que no conozca el pasado de Celes.

Así que, eso es todo.

El resto de lo que me contó Mariel fue tal como lo había escuchado

de la discípula del boticario, Taona. La casa del Vizconde Raphael

nunca filtraba nada, así que no había ninguna información nueva.

Ahora, todo lo que tenía que hacer era lidiar con la gente del

palacio…

“¿Dispongo de los hombres del palacio?”

¡Bffft! ¿Cómo hemos llegado hasta allí?

“Husmear en tus asuntos es una blasfemia, Diosa. Si lo deseas,

puedo ocuparme de ello esta noche…”

Espera.

Espera, espera, espera.

¡Espera, espera, espera, espera, espera!

¿Qué te pasa, Mariel?

“No hay necesidad de preocuparse. Sus acciones me dijeron que estaban trabajando con el reino, pero fueron muy deliberados en su elección de palabras. Puede que trabajen bajo órdenes directas de alguien del palacio real, pero esas órdenes provienen de un individuo que opera de forma independiente en lugar de ser oficial. Así que, si desaparecieran y se investigara el incidente, el hecho de que actuaran como si estuvieran bajo mandato oficial y como si alguien les hubiera ordenado hacerlo se haría rápidamente evidente. A alguien le molestaría mucho que esto se hiciera público, así que probablemente se aseguraría de que nadie se enterara…”

Llegó a la misma conclusión que Taona. Al fin y al cabo, ambas

eran chicas avispadas. Dales la misma información para analizar y

llegan al mismo destino…

Espera, ¡esta solución es mucho más aterradora!

“Cuando dices ‘disponer’, ¿quieres decir que vas a pedírselo a esa

gente de Black Ops?”

Black Ops… Una organización oscura e ilegal que había acabado

con la vida de la familia de Mariel.

“No, han sido desmantelados en su mayoría. Los pocos que quedan

están siendo perseguidos. Los únicos que quedan son los débiles, así

que ya no tienen poder.”

¿Eh?

“C-C-C-Como…” Entendía que Mariel odiara a los Black Ops por

llevar a cabo el asesinato de sus padres. Pero se trataba de un sindicato

del crimen clandestino contra el que ni siquiera el conde, que era el

jefe de su casa paterna, había podido hacer nada. ¿Cómo lo

consiguió…?

Mariel, tu sonrisa me asusta…

Incluso Francette se estaba extrañando. ¿Podría estar siguiendo el

mismo camino que Emile, Belle y Francette?

“Usé mi ejército.”

“¿Eh?”

No puede ser. Este no era el dominio del Vizconde Raphael. Era el

territorio de su casa madre vecina, el dominio del Conde Maslias.

El dominio del Vizconde Maslias era bastante pequeño y no

contenía ciudades importantes, por lo que, aunque su residencia

principal se encontraba en el territorio de la capital (por muy remota

que fuera la zona), pasaban la mayor parte del año viviendo en una

villa en el territorio del Conde Maslias. Ahora era uno de esos

momentos.

Era mucho más cómodo vivir y hacer política de esta manera.

Según ella, sus propios dominios eran lo suficientemente pequeños

como para dejarlos en manos de sus criados de confianza.

Como eran territorios vecinos, con sus respectivas capitales

situadas cerca una de la otra, ella podía ir a comprobar su propio dominio en cualquier momento mientras permanecía en el dominio del conde, y un criado o un emisario podía ir a verla cuando surgiera un problema.

Así que, mi punto es…

No había forma de que ella pudiera movilizar a sus soldados

libremente en un dominio que no fuera el suyo; especialmente si

pertenecía a una casa madre que tenía un rango superior al suyo.

Incluso si ella le hubiera notificado que no tenía intención de levantar

una rebelión, no había forma de que eso se cumpliera. Era básicamente

decir: “No tienes la capacidad de ocuparte de este asunto por ti mismo,

así que yo lo haré por ti”, y luego trasladar tu ejército a su territorio.

Una cosa sería que una casa madre lo hiciera con una casa que está

por debajo de ella, pero lo contrario era inaudito. Además, no parecía

posible que el ejército de una casa vizcondal acabara con los Black

Ops tan rápidamente cuando el conde no había podido oponerse a ellos

en todo este tiempo.

Algo no cuadraba. Definitivamente había algo en marcha aquí.

… Pero estaba demasiado asustada para pedir más detalles.

Escuché a Mariel durante algún tiempo después, y luego dimos por

terminado el día. Puso una cara como si fuera el fin del mundo cuando

le dije que no volviera en persona, para no llamar la atención sobre

nuestro contacto, pero no se podía evitar. Me pareció oírla hacer algún

comentario peligroso sobre la necesidad de eliminarlos a todos, pero

decidí no pensar en ello. Era mejor para mi salud mental no hacerlo.

Además, pensar en ello no habría solucionado nada.

“¿Qué debemos hacer, Kaoru…?” Preguntó Francette después de

que Mariel se fuera, pero la respuesta era obvia.

“Bueno, nada.”

“¿Eh…?”

No había necesidad de hacer nada, en realidad.

“Sólo soy una linda chica que tiene una tienda. No tengo nada de qué preocuparme, ¿verdad?”

“…” Roland y Emile se acercaron desde la habitación contigua para

reunirse con Francette y Belle.