Potion Danomi De Ikinobimasu (NL)

Volumen 5

Capitulo 39: Negociaciones

Parte 2

… De hecho, quizá la gente del templo tampoco lo sabía. Era como

una carta SSR (Special Super Rare) que nunca había aparecido.

Bueno, bueno, ¿qué pasaría ahora…?

¡Espera!

Los miembros del Templo de la Diosa aparecieron todos en fila

para saludarnos.

Parecía que la querida hija (Mariel) era una UL (Ultra Leyenda)…

“Graciaspor venir. Nosotros, los del Templo de la Diosa, lesdamos

la bienvenida de todo corazón…”

Uno de los obispos nos había conducido a esta sala, y un arzobispo

nos saludó con esas palabras de bienvenida. Se trataba de la persona

que ostentaba el más alto rango religioso dentro de la capital, lo que

significaba también que era la figura religiosa de mayor rango en este

país. En la Tierra Santa de Rueda sólo había habido un Papa y un

cardenal, pero ahora que Rueda había sido arrasada, esos rangos ya no

existían.

Bueno, puede que algún país de fuera haya nombrado a uno por su

cuenta, pero no es que nadie se lo tome en serio. Tendría mucho más

sentido nombrar a uno aquí que aceptar a una persona al azar de otro

país como Papa. Pero entonces, habían sido testigos de la destrucción

de la Tierra Santa y de la caída de sus sacerdotes… Y luego estábamos

nosotros, con Celestine a nuestras espaldas.

El templo seguramente había recibido informes precisos sobre ese

incidente. No podían permitirse hacer nada estúpido…

En cualquier caso, parecía que todos los países estaban ahora en

igualdad de condiciones, con sus propios arzobispos, sin ningún

problema.

… Al menos, eso es lo que parecía en el exterior.

Por supuesto, cada país tenía su propia relación entre el templo y el

palacio real, y había diferencias en sus influencias políticas,

situaciones financieras y el poder de los propios países, por lo que

nunca fueron realmente iguales, e incluso puede que hubiera algunos

arzobispos compitiendo por convertirse en Papa por ahí.

Sin embargo, parecía que los sacerdotes verdaderamente malvados

eran bastante raros. Quiero decir, este era un mundo donde una diosa

existía realmente, y el castigo divino era algo muy real…

Y todo un país había sido destruido por eso mismo hace poco más

de cuatro años, y el sacerdocio allí seguía en ruinas…

En realidad, ¡hubo un caso de castigo divino hace apenas unos días!

Es imposible que alguien conspire para hacer el mal cuando la misma

persona implicada en ese incidente está aquí mismo.

… A no ser que, claro está, estuvieran planeando una pelea con la

Diosa.

No parecía posible que quien estuviera detrás del ataque a los

huérfanos y a Layette estuviera relacionado con el Templo de la Diosa.

Si hubiera sido alguien del templo, sabría muy bien lo peligroso que

era pelearse con ella. Por lo tanto, era muy probable que el culpable

fuera alguien que sólo tuviera información incompleta, alguien que no

entendiera de qué era capaz el Ángel, o alguien que pensara que todo

era un engaño y esperara sacar provecho de ello.

… Aunque, era posible que simplemente fueran estúpidos.

Una conversación inofensiva se prolongó un rato más, y luego…

“¿Qué dice, Vizcondesa Raphael? ¿Consideraría convertirse en una

sacerdotisa de nuestro templo para servir a Lady Celestine junto a

nosotros…?”

Ahí está. Aquí vamos…

Y por supuesto, la respuesta de Mariel fue…

“No, la Diosa no me ayudó para que me convirtiera en su

sacerdotisa. Ella evitó que la Casa Raphael fuera tomada por el mal, y

me ofreció su fuerza divina para que pudiera convertirme en la

verdadera sucesora de mi casa y proteger mi dominio. Si abandono mi

dominio para convertirme en sacerdotisa, estaría confundiendo mis

prioridades por completo. Sería traicionar la propia bondad de la

Diosa…”

Sí, esa fue una respuesta perfecta. No había forma de que un

sacerdote pudiera contrarrestarla. Y tal como se esperaba, el arzobispo

se quedó en silencio, sin palabras.

Mariel sólo dijo “la Diosa” en su declaración y nunca mencionó a

Celestine por su nombre. Si lo hubiera hecho, habría sido una mentira.

La diosa de la que hablaba Mariel era yo, así que mientras lo expresara

así, era técnicamente la verdad.

… Al menos para ella.

Aun así, intentaron quedarse con ella, pidiéndole que fuera

sacerdotisa honoraria, que firmara la lista de nombres del templo, que

apareciera sólo durante los ritos religiosos o que se involucrara “sólo

un poco”, pero todas esas peticiones fueron rechazadas.

Si hubiera aceptado ser sacerdotisa, aunque fuera de nombre,

podrían haberla utilizado, y estaría dentro de su jerarquía social. Tal

como estaban las cosas, podía ser una seguidora de Celestine, pero

seguía siendo la jefa normal de una casa noble, así que no tenía que

seguir las órdenes del Templo de la Diosa.

Los aristócratas sólo tenían la obligación de seguir sus propias

creencias y aquellas órdenes del rey con las que estuvieran de acuerdo,

siempre que no fueran completamente irracionales o injustas. Incluso

si el rey intentaba forzar una orden irracional, los nobles solían poder

rechazarla, pedir ayuda a otros aristócratas de su facción o solicitar

ayuda a poderosos mercaderes con los que estaban unidos. Ese era el

objetivo de tener facciones y mantener intercambios con los

mercaderes.

Bueno, el rey de este país nunca había sido un dictador, la mayoría

de sus políticas importantes se decidían en reuniones entre nobles

influyentes, y los comerciantes tenían realmente mucha influencia

aquí, por lo que las cosas se gestionaban de forma algo diferente en

comparación con otros lugares.

Y así, rápidamente dejamos atrás al arzobispo mientras nos

observaba con pesar, sabiendo muy bien que no podía obligarnos a

hacer nada. Parecía que el Marqués Cedric no era tan hábil para tratar con el Templo de la Diosa, así que no habló mucho durante esta visita, pero Mariel lo manejó tal como habíamos hablado de antemano.

Y ahora, sólo teníamos que lidiar con el palacio real. Este iba a ser

probablemente el más problemático.

Al parecer, el rey de aquí tenía menos autoridad en comparación

con otros países, por lo que era más bien el aristócrata de mayor rango

que el rey real, o alguien que ocupaba un título que necesitaban

únicamente para tener a alguien en la misma posición que los reyes de

otros reinos durante las negociaciones…

En cualquier caso, su posición no era la misma que la de un rey

tradicional. Probablemente este había sido un reino normal antes, pero

eso es lo que entiendo de cómo eran las cosas ahora.

… ¿Tal vez sería más fácil tratar con él si no tuviera tanta

autoridad? No, no, eso sería una razón más para que se aferrara

desesperadamente a esa oportunidad. Utilizaría cualquier cosa que

pudiera para aumentar su poder…

De todos modos, volvimos primero a la mansión del marqués para almorzar.

Descansamos bien después, y nos fuimos al palacio real…

“En realidad estoy empezando a ponerme nerviosa…” Mariel había

actuado bastante despreocupada hasta ahora, pero su determinación

pareció debilitarse a medida que nos acercábamos a las puertas de

entrada.

Puede que fuera dura, pero seguía siendo una chica de catorce años,

así que no podía culparla. Pensé que debía darle un poco de ánimo…

“¡Estoy segura de que lo harás bien! Sir Roland te enseñó todo tipo

de cosas, ¿no es así?”

“S-Sí…”

El Marqués Cedric estaba en el mismo carruaje, así que tuve que

hablar en personaje como un sirviente.

Las mejillas de Mariel se tiñeron de rosa al mencionar el nombre

de Roland.

Roland se había unido al viaje como guardia, pero eso era en

realidad un mero pretexto. En realidad, se lo había presentado a Mariel

como el caballero guardián de la diosa Kaoru y un caballero de alto

estatus. También dije algo parecido sobre Francette. Así que en la

mente de Mariel, Roland era alguien que estaba muy por encima de

ella en cuanto a posición social.

… Es decir, ese era el caso. Y era innecesariamente atractivo, así

que no podía culpar a Mariel por sonrojarse.

… Sí, no podía hacer mucho al respecto. Incluso si Francette estaba

de mal humor por ello.

Así pues, lo que Mariel había aprendido de Roland era, por

supuesto, cómo tratar con la realeza, cómo interpretar su

comportamiento, qué estaban tramando cuando hacían ciertas cosas, y

otras diversas técnicas anti realeza. Después de todo, si no iba a ser útil

ahora, ¡¿cuándo lo iba a ser?!

Esta es tu única oportunidad de brillar, así que será mejor que la

hagas valer.

Yo le había dado esas palabras de ánimo, pero él había estado

bastante decaído después. Me pregunto por qué… Sólo le decía que

tenía grandes expectativas en él. De todos modos, nuestro

entrenamiento preliminar y el simulacro de preguntas y respuestas

fueron perfectos.

Roland estaba ausente hoy, aligual queEmile,BelleyLayette, pero

le dije a Mariel que seguramente Sir Roland la vigilaba desde lejos, y

ella asintió con una mirada decidida.

… Es decir, Roland no estaba muerto ni nada por el estilo, pero

Mariel no estaba familiarizada con las frases japonesas, así que probablemente lo interpretó como que él la vigilaba en un sentido general.

Y así, ¡llegamos al palacio real! Atravesamos la puerta principal

gracias a la presencia del marqués y al escudo de su familia en el

carruaje. Una vez que bajamos del carruaje, el marqués nos condujo a

la sala donde debíamos esperar una audiencia.

Había algunos otros invitados antes que nosotros, y parecía que

éramos los últimos en ser vistos. Me imaginé que querría pasar

rápidamente por los demás y aprovechar el resto del tiempo para

Mariel.

Francette iba hoy vestida como una doncella, a juego con mi

aspecto, y la espada divina Exgram estaba dentro de mi Caja de

Objetos. No era como si pudiéramos traer una guardia armada para ver

al rey. Sin embargo, sólo necesitaría un segundo para sacar la espada

de mi Caja de Objetos y pasársela a Francette. Dudo que la situación

cambie mucho en ese segundo.

… Oye, Fran. ¡Ahora mismo eres una criada, así que deja de mirar

a tu alrededor como si estuvieras lista para matar cualquier amenaza!

Y así,una vezque losdemás terminaron con susaudiencias, le llegó

el turno a Mariel. Mariel y el conde se adelantaron en una fila, y

nosotros les seguimos poco después, bajando la vista para no mirar

directamente a la cara del rey. Pero me habían dicho que este acto era

sólo para intercambiar breves declaraciones, y que las verdaderas

discusiones tendrían lugar en otra sala.

… Supongo que era de esperar. Al fin y al cabo, no había forma de

disfrutar de una buena conversación con una rodilla en el suelo

mientras hablábamos con un hombre recostado en su elegante silla en

lo alto de su plataforma.

Algún tiempo después, nos trasladamos a una sala relativamente

más pequeña, que no se utilizaba para discusiones súper oficiales, y

tuvimos nuestra primera reunión real; las otras habían sido en su mayoría intercambios de comentarios corteses.

Primero nos llevaron a la sala, y después de estar allí un rato,

también entraron el rey y varios otros que parecían ser sus ministros y

demás. Antes habíamos entrado en la sala en el orden inverso, pero eso

no era sorprendente. No podíamos hacer que el rey nos esperara.

“Bienvenidos…”

Comenzó a decir algo una vez sentado, pero se interrumpió cuando

miró en nuestra dirección… o más bien, cuando nos miró a Francette

y a mí, de pie detrás de Mariel y el conde.

Sí, probablemente le pareció raro encontrar a gente aparentemente

sin relación aquí. Por supuesto que sí. Era extremadamente inusual que

una criada asistiera a una reunión como ésta. Normalmente, alguien de

tan bajo rango se quedaría en la sala de espera.

Por supuesto, los guardias que nos guiaron hasta aquí intentaron llevarnos a Francette y a mí a otra habitación, pero Mariel insistió en que nos quedáramos con ella. Cuando los guardias argumentaron que no podían acceder a eso, ella giró sobre sus talones y empezó a marcharse. Los guardias la detuvieron con un gesto de enfado, y ella les dijo que informaran al rey de que los guardias la habían obligado a marcharse.

Que te digan que vas a ser responsable personalmente es

probablemente la peor pesadilla de cualquiera que trabaje en un puesto de cara al público como éste…

Después de que Mariel hiciera su declaración justo en la cara del

guardia, éste había mirado a su colega… pero el otro guardia estaba de

pie a varios metros de distancia, fingiendo que no había oído nada. No

era como si pudieran ir al rey o al ministro a preguntar dónde debían

llevar a las doncellas. Y si le preguntaba a su superior, sólo le dirían

que lo resolviera él mismo.

… Porque tampoco quería asumir la responsabilidad. Al fin y al

cabo, su superior podía alegar que sus hombres lo habían hecho sin

pasar por él para no tener que rendir cuentas. Podría ser criticado un

poco por no haber entrenado lo suficientemente bien a sus hombres,

pero era mucho mejor que asumir toda la culpa.

¿Y qué pasaría si llegara al rey la noticia de que alguien ha decidido

rechazar a la querida hija de la Diosa…? Sí, le esperaría un futuro

bastante feliz.

Así que, al final, el nervioso guardia acabó decidiendo hacernos

pasar a la sala como si no hubiera pasado nada. Nos dejó entrar con

tanta naturalidad que el otro guardia que esperaba frente a la sala

también nos ignoró. Y como el rey no tenía ni idea de lo que había

pasado, parece que pensó que había algún tipo de razón por la que

estábamos aquí que los coordinadores ya conocían, y por eso decidió

no pensar demasiado en ello.