Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: El Sr. Dragón Emprende un Viaje

Parte 3

Al mismo tiempo, en el castillo de Shutora…

“Haugh… ¿Qué pasa con esta situación?” La Reina Oscura Maredia miró desde la muralla que rodeaba el castillo de Shutora hacia la plaza abierta. Junto a ella estaba Clowria, sosteniendo una tetera, con una sonrisa irónica.

Había dos razones por las que habían elegido un lugar tan extraño para tomar el té. En primer lugar, Maredia pensó que se vería más fuerte si tomaba el té en un lugar alto. Segundo, quería evitar los lugares con mucha gente. Así que habían acabado aquí.

“Sí, bueno… El ciclo de vida de un humano es bastante corto, así que probablemente no quede ninguno que haya vivido la guerra anterior.”

“¿Te refieres a nuestra gran batalla?”

“Sí, Su Oscuridad. Lo he investigado un poco, y parece que el Reino Humano… o más específicamente, el Reino de Shutora, ha estado en paz desde entonces. Ha habido poco más que pequeñas disputas internas en todo este tiempo.”

“Ajá. Así que por eso los descendientes de los héroes que me sellaron siguen tan engreídos. Ya lo entiendo.” Maredia dio un gran bostezo. A pesar de su apariencia de niña, era una darkin que había vivido más de mil quinientos años. Quinientos de esos años los había pasado como digna comandante de un ejército, ya que había sido considerada la “niña de la profecía destinada a unir los Reinos Humano y Darkin”.

“La paz los ha embotado bastante, ¿verdad?”

“Así parece, mi hermosa reina.” Asintió Clowria a su lado. A las dos, los humanos que estaban debajo de ellas en la plaza, sin experiencia en la guerra real, les parecían irremediablemente ingenuos.

“Razón de más para que vayas a tomar el mando, Marie.” “¡Haugh, Luca!”

“¡¿Mi señora?!”

Con una gran sonrisa, Luca agarró a Maredia por el cuello y saltó a la plaza de abajo. Utilizando la magia de agua que tanto dominaba, Luca hizo que el líquido de la botella que sostenía saliera y formara plataformas para ellas, lo que les permitió saltar al suelo sin problemas.

Cuando aterrizaron en el centro de la plaza, todos los soldados se volvieron para observarlas. Eran miembros del ejército y voluntarios que se habían reunido para proteger la capital tras la pérdida de las Reliquias. La magia de luz protectora de Phyllis, que requería el Bastón Gema de la Eternidad, había mantenido el reino a salvo en secreto todos estos años, pero ahora que se había perdido, era la primera vez que protegían el reino con pura mano de obra. Todos parecían inquietos, pero estaban decididos a proteger su modo de vida.

“Ahhh…” Maredia llevaba mil años encerrada, pero ya no era esa Maredia. En su mano izquierda, llevaba el anillo que Olivia le había comprado, que era la mitad de un par a juego con el anillo que tenía Clowria.

Maredia respiró hondo.

“¡Todos! ¡No se pongan nerviosos!”

Todos los soldados se congelaron ante sus palabras.

“¡No puedo aceptar a ninguno de ustedes! ¡¿Creen que pueden proteger la capital sólo con su fuerza de voluntad?!”

“¿Las darkin…?”

“¿Ya han designado regimientos y turnos? Gestionarlos es importante. ¡¡¡A partir de ahí, tendrán que asegurar sus líneas de suministro!!!”

“¡¿Q-Qué está pasando?!”

Maredia comenzó a dar instrucciones con energía, en marcado contraste con su forma de ser habitual. Su inusual carisma empezó a mejorar la moral de las tropas. Esmeralda la observaba de reojo con un suspiro juguetón.

“¡Escuchen! ¡¡¡Protegeremos la paz de esta ciudad!!! ¡A-Augh!” En medio de su gran actuación, Maredia tropezó y cayó. Todos los soldados compartieron miradas de sorpresa.

“Debemos tener cuidado…” Se dijeron los que observaban. Por un breve momento, habían vislumbrado el pegamento que había mantenido unido al ejército darkin. Era una comandante inútil a la que no podían llegar a odiar, lo que la hacía inesperadamente querida.

***

Llegó una lechuza mensajera de la capital. Al parecer, la flota de barcos llegaría mañana a la costa oriental.

Aunque los hemos preparado con bastante prisa, deberían proporcionarles un buen viaje. Disfrútenlo.

Así había dicho. Además, había una segunda nota que decía:

A la reina le encantaría dar un paseo a lomos de un dragón, así que una vez que todo esté concluido, espero que puedas ayudar.

El padre de Daisy también había sido así. Me preguntaba qué hacía que los humanos quisieran tanto montar a mi espalda. Aunque, honestamente, yo estaba más que feliz de complacer a Olivia cada vez que me rogaba montar sobre mis hombros, así que…

“¡Bien, escribamos una respuesta!”

Olivia y yo estamos bien.

Hasta aquí, todo bien.

Acamparemos y esperaremos a mañana, así que todo debería ir bien. Hay una cueva cerca en la que podemos escondernos si hay una tormenta repentina.

Así terminó nuestra nota de vuelta. Tenía que admitir que la idea de quedarme en una cueva me producía cierta nostalgia.

“Hey, Shadow, ¿tienes hambre?” “¿Ham… bre?”

“Sí. No nos queda mucha comida, pero…” “Uhh… ¡¿Olivia?!”

Olivia se preocupaba por el chico de cabello plateado, Shadow.

Mientras tanto, me asaltaba una sensación difícil de describir.

Se está acercando… a Olivia…

Tal vez fuera el sentimiento de no querer entregar a mi hija. Shadow tenía bastantes problemas, así que teníamos que ayudarle. Lo entendía. Pero, pero, ¡mi corazón de dragón se estaba volviendo loco! Sin siquiera pensarlo antes, mis sentimientos desbocados me hicieron volver a mi forma de dragón. Sólo podía mantener mi forma humana cuando estaba en un estado mental tranquilo.

“Ohh… Un dragón… antiguo, un dragón real…” Los ojos de Shadow brillaban. Realmente parecía que le gustaban mucho los dragones.

“¡Vaya, papi! ¿Estás intentando que se sienta mejor?”

“¿Eh? Ah, uhh … Ja, ja, tal vez, supongo…” Simplemente no podía decirlo. ¡No podía decirle que no estaba contento con que él estuviera aquí cuando ella estaba tan preocupada por él!

“Increíble… Todavía hay… dragones de verdad…” Shadow seguía mirándome con adoración, así que decidí dejarlo así. Lo siento, Shadow.

“¿Quieres un poco de pan?” Ofreció Olivia. “No como pan… Como vida.”

“¿Vida…?”

Shadow se desplomó en un ataque de tos. “Oh no, ¿estás bien? Déjame curarte… ¿Eh?”

Su respiración se agitaba mientras su ataque continuaba. La magia que estaba usando no parecía tener ningún efecto. Su tos continua parecía extremadamente dolorosa, casi como si se estuviera ahogando. Parecía que su cuerpo no era tan fuerte. ¿Quizás la planta panacea funcionaba porque era una planta, y por lo tanto estaba técnicamente viva?

“El pan se hace con trigo… ¿pero quizá no sea bueno si está procesado?” Era difícil saber lo que quería Shadow ya que no podía hablar muy bien, pero eso ya lo había experimentado antes mientras criaba a Olivia. Hubo un tiempo en que ella tampoco podía hablar bien.

“De acuerdo, Shadow.” “… ¿Qué, dragón?”

“¡Probemos a pescar! ¿Sabes comer pescado?” “Los peces son… vida…”

Parecía que iba a funcionar. Quería decirle que no era bueno ser tan quisquilloso con la comida, pero por ahora nuestra prioridad era conseguirle algo que pudiera comer.

“¡Bien, déjamelo a mí!” Me até a la cola un trozo de cuerda de nuestro kit de costurera. También había un gancho en el kit, así que lo utilicé. Por lo que había leído en los libros, también necesitaríamos algún tipo de peso. Y cebo… Me preguntaba si el pan rallado funcionaría. Con todos estos elementos añadidos, el improvisado sedal estaba completo.

“¡Hi-yah!” Lancé el sedal al mar.

“¡Vaya! ¿Estás usando eso para pescar, papi?”

“¡Sí! ¡Esta vez lo conseguiré seguro!” Respondí con confianza. Ya habíamos intentado pescar varias veces, pero nunca habíamos pescado nada. Pero esta vez seguro que funcionaría, estaba segura de ello. El mar estaba tan claro que podíamos ver a los peces nadando en él. Y si alguno picaba, sin duda sería capaz de arrastrarlo. Mi cola era muy fuerte. “Ambos, esperen un poco. Les pescaré unos peces deliciosos.”

***

Pasaron unas horas. “Nada aun…”

No pude pescar nada. Estaba muy decepcionado.

“Uhh, hmm… Hay algo más que vi una vez en un libro de texto.” “¿Olivia?”

Olivia extendió la mano y la metió en el agua mientras miraba las sombras de los peces que nadaban alrededor. ¿Algo en un libro de texto? ¿Qué había leído?

“¡Un hechizo que puede pescar muchos peces!” “Uh…”

“¡Relámpago!” Con un sonido crepitante, un enorme rayo salió disparado de la mano de Olivia. Y entonces…

“Los… ¡L-L-Los peces…!” Todos los peces empezaron a flotar panza arriba hacia la superficie. Uno, dos, tres, cuatro… eran muchos.

“¡¿Olivia?!”

“Vaya, que violento…” “Tee jee…”

“Uhh, tomemos lo que necesitamos por hoy. Olivia, ¿puedes ayudar a los demás?”

“¡Muy bien! ¡Curar!” La luz curativa devolvió al resto de los peces a la normalidad. Menos mal.

Más tarde, me enteré de que pescar así era ilegal entre los humanos.

Tendré que acordarme de decírselo a Olivia algún día.

***

Su corazón latía tan fuerte que resultaba molesto. Había estado justo aquí. ¡¿Dónde ha ido el niño?! Ese niño era más valioso que la vida misma y más bondadoso que nadie. Si fuera por el bien de ese niño, concedería cualquier deseo, por loco que fuera.

Vandilsen se atusó el cabello con pánico. Su cabello era negro azabache, totalmente opuesto al de aquel chico. Sabía que sólo era un humano, y nada más. Hacía mucho tiempo, cuando aún era joven, se había hecho llamar el Darkin de Cabello Oscuro, cuyo recuerdo lo puso aún más nervioso. Incluso después de miles de años, no podía olvidar las burlas que había recibido por ello.

Pero eso aparte… Su mayor problema en este momento era la cama vacía frente a él. Finalmente había conseguido seis de las Siete Reliquias Supremas. Finalmente podría conceder el deseo de ese niño… pero el cabello plateado y la piel oscura de ese amado niño no se veían por ningún lado.

“¡¿Dónde has ido, Shadow?!” El antiguo sabio dio un pisotón de frustración dentro de su castillo en el continente estéril.