Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: El Sr. Dragón Emprende un Viaje

Parte 1

Cambiando a mi forma de dragón, salí del castillo con Olivia a cuestas. Mucha gente nos saludaba al pasar. Nos rodeaban gritos de “¡Qué lindos son!” y “¡Quiero un peluche de esos dos!”

La gran bolsa de viaje, del tamaño de un dragón, que llevaba a la espalda también llamaba mucho la atención. Supongo que tenía un aspecto un poco raro, pero contenía todas las cosas que necesitaríamos para que Olivia viviera cómodamente mientras viajábamos. Dentro había una tienda de campaña, sacos de dormir y utensilios de cocina portátiles. También había un botiquín de primeros auxilios para emergencias, tentempiés, algunas mudas de ropa para Olivia, juegos de mesa para mantenernos entretenidos y algunos libros, como

¡Disfruta Acampando con tus Hijos! y ¡La Guía Definitiva de Supervivencia! ¡Por supuesto que estaría preocupado sin referencias como esas! Y como de todas formas llevábamos libros, Olivia también trajo un libro que quería: el último que había escrito Lena.

“Quizá sea demasiado equipaje…” Empecé a preocuparme, mirando de nuevo la abultada bolsa.

Había cosas que la magia podía hacer muy bien, y otras que podían hacerse mejor sin ella. Por ejemplo, no podíamos usar la Puerta del Demonio, el poderoso hechizo para conectar dos espacios distantes entre sí, para llevar nuestras cosas en este viaje.

“¿No podría usar la Puerta del Demonio en la bolsa si es tan grande?” Olivia lo había sugerido antes de irnos.

“Usando la boca de la bolsa como una puerta, ¿eh? Es una idea.”

“Tee jee, ¡podemos llamarla la Bolsa a Cualquier Lugar!” “Incluso es lo bastante grande como para que puedas meterte

dentro, ¡así que por la noche podrías volver a casa y dormir en tu propia cama!”

Le había entusiasmado la idea.

“¡Sé que eres tú, Olivia, pero eso es demasiado peligroso!” Todos habían intentado desesperadamente detenerla. Aparentemente, hacer una herramienta mágica con coordenadas móviles como esa era muy peligroso o algo así. De hecho, la magia de teletransporte era algo que sólo los darkin extremadamente hábiles podían utilizar. Un solo error podía acabar retorciendo el espacio y partirte por la mitad. Convertir una bolsa portátil en una Puerta del Demonio sería un verdadero problema.

“Pero suena tan conveniente…” Olivia se había desinflado.

Según Phyllis, aunque la habilidad de la joven con la magia era muy superior a la de primera clase y mucho más fuerte que la de cualquier humano corriente, aún no tenía mucho control sobre ella.

Tenía una vaga sensación de ello. Las especialidades de Olivia eran “hechizos realmente grandes” y “hechizos que afectaban a muchas cosas”. Resultó que cuando hizo esos gólems felinos para proteger a la gente de los escombros que caían, muchas otras cosas también se habían transformado…

“Hmm, supongo que de tal palo, tal astilla…” “¿Papi?”

“No te preocupes, Olivia.”

Cuando era joven, yo también había cometido errores así, como cuando destruí accidentalmente una montaña entera y cuando creé un lago nuevo. Controlar tu fuerza era algo difícil.

“Supongo que tendremos que viajar normalmente después de todo.”

Thump, thump-thump, mis pies se movían mientras caminaba. Viajábamos a pie porque queríamos demostrar a la gente que la Alumna del Rey se llevaba bien con un dragón anciano y porque se suponía que no podíamos volar, pero esto también era divertido a su manera.

La luz que mostraba la ubicación de las otras Reliquias se extendía en línea recta hacia el este. Nuestro destino era la costa oriental. Todos los pueblos y ciudades por los que pasamos celebraron a lo grande nuestra llegada. El contraste entre la pequeña Olivia sentada a lomos de un enorme dragón les causó una gran impresión. Respondieron de todo tipo de maneras. Algunos se emocionaron por la oportunidad de ver cara a cara a un dragón de verdad, y otros sólo querían darle la mano a mi hija.

Los primeros días pernoctábamos en las ciudades y pueblos que visitábamos, pero llegó el momento…

“¡Acamparemos aquí esta noche!”

El sol se ponía en el cielo a nuestras espaldas. El siguiente pueblo estaba bastante lejos, y tardaríamos demasiado en volver a la aldea que acabábamos de pasar. Pasaríamos las siguientes noches de nuestro viaje hacia la costa en campamentos que haríamos.

Olivia utilizó el Origen Perdido para comprobar en qué dirección ir, confirmando que estábamos en el camino correcto. La luz del arcoíris era más intensa que el día anterior. Era probable que Vandilsen (o quien fuera) también pudiera ver la luz, así que no queríamos tenerla encendida tanto tiempo.

Olivia guardó el Origen Perdido en nuestra bolsa.

“Siete luces brillantes por una estrella.

Una estrella por un deseo.

Concédelo y brilla, Estrella Fugaz.”

Olivia cantó para sí misma la canción del Ritual de la Estrella Fugaz.

Acampamos junto a un gran río. Al parecer, el truco consistía en elegir un lugar elevado por si el agua subía de repente.

“Muy bien, empecemos a montar el campamento. Primero, necesitamos un fuego para que los animales no nos molesten durante la noche.”

“¿Tu aliento de fuego no es lo suficientemente bueno?”

“Uhh, supongo que serviría… pero intentemos disfrutar de la acampada como los humanos.” Dije, volviendo a mi forma humana. Las habilidades de acampada las utilizaban normalmente los mercaderes viajeros y los aventureros. Pero hoy en día, con los tiempos tan tranquilos que corrían, mucha gente también se desvivía por disfrutar de estar lejos de casa. Después de leer muchos libros sobre el tema, tenía que decir que la idea me parecía interesante.

“Primero, necesitamos leña seca.” Al parecer, la leña que quedaba en las orillas del río era buena para hacer hogueras. Recogimos leña tal y como nos decía el libro, encontrando algunas ramas secas que parecían que iban a prender fuego con facilidad. Luego colocamos algunas piedras que encontramos en la orilla del río para hacer un hogar sencillo.

“Bien, bien. Ahora el libro dice que necesitamos un poco de pedernal…”

El siguiente paso era encender las ramas y hojas secas. Los humanos no podían respirar fuego, pero sí utilizar herramientas para encenderlo. Me pareció impresionante. Nunca se me habría ocurrido algo tan ingenioso.

Sacando el pedernal de la bolsa, conseguí hacer chispas en la madera seca, pero…

“¿Eh?”

Tras arder un poco, el fuego se apagó.

“¡Déjame intentarlo de nuevo! Hacer que las chispas del pedernal caigan en las hojas secas… ¡Yah!”

Buf.

Fshhhh.

“U-Uhh… ¿Eh?” “No funciona, papi.”

“Qué raro. Lo estoy haciendo tal y como dice en el libro…” “Parece que oscurecerá pronto.”

“Si… ¡Espera! ¡Tenemos que montar la tienda! ¿Cómo se supone que tengo que hacerlo?”

El sol se ocultaba lentamente mientras era incapaz de conseguir encender el fuego. Nuestra primera experiencia de acampada estaba resultando difícil.

***

“¡P-Por fin…!”

Las chispas del pedernal eran muy débiles, pero después de descubrir que las agujas de pino secas quemaban muy bien, por fin conseguí encender el fuego. Mientras golpeaba el pedernal una y otra vez, Olivia soplaba suavemente sobre las chispas. Cuando el fuego prendió por fin y empezó a arder sin parar, Olivia y yo nos levantamos de un salto y chocamos los cinco.

“¡Lo logramos!”

“¡Ahora podemos comer!”

Siendo un dragón, hacer fuego era tan fácil como respirar para mí. Bueno, supongo que literalmente podía respirar fuego… De todos modos, cuando cocinaba en casa, sólo respiraba una pequeña llama para encender el fuego y con eso bastaba. Y en la cocina de la escuela de Olivia, tenían herramientas mágicas que podían crear fácilmente una llama para cocinar.

“¡Tee jee, yay!”

Olivia sonrió, sin inmutarse por el hollín de su cara y la suciedad de sus manos.

“¡Lo siguiente es la tienda!”

“Bien, espera. Uhh, el libro dice…” Podías hacer una tienda sólo con postes, tela y cuerda. Era una casita cómoda y portátil que podías usar para dormir en cualquier sitio, pero… “¡Oh no, se cayó!”

“¿Estás bien, papi?”

“La cuerda está toda enredada… ¿Qué hago ahora…?” Si tiraba más fuerte, la cuerda y la tela se rasgarían. Era la primera vez en mucho tiempo que mi fuerza de dragón causaba problemas.

“Uh, uhhh…”

Olivia parpadeó sorprendida. No teníamos dónde dormir esta noche. No teníamos suelo ni techo.

Oh no, parezco el peor padre de la historia… ¡¿Qué pasa si Olivia se decepciona?!

“Umm, ¿por qué no comemos primero?” “¡B-Buena idea…!”

La consideración de Olivia me salvó de mi apuro. Era difícil pensar bien cuando tenías hambre.

***

No podía fallar en la cena, así que hice algo con lo que estaba muy familiarizado.

Corté en rebanadas el pan de centeno que habíamos traído y lo tosté al fuego. A continuación, puse un poco de jamón en conserva y queso entre las rebanadas. Para rematar el plato, lo puse un poco más al fuego para que se derritiera el queso. Al final, nos preparé unos sencillos bocadillos de jamón y queso.

“¡Sabe muy bien!”

“Lo siento, es lo mismo que tuvimos para desayunar… y ni siquiera tenemos sopa de leche para acompañar.” La leche se echaba a perder muy rápido, así que no era algo que pudiéramos traer con nosotros.

“Cualquier cosa sabe bien cuando estamos fuera y comemos juntos.”

“Olivia…”

“¡Como cuando hicimos aquel picnic con Maredia y Clowria!” “Ah, ciertamente.”

El sombrero de paja de Olivia había sido adorable aquel día. Solo recordarlo me hacía sonreír. Las mejillas humanas eran mucho más suaves de lo que estaba acostumbrada.

“En aquel entonces hacer bocadillos también fue muy divertido.” “Sí, lo fue, ¿no?”

“¿Y recuerdas cuando me quedé a dormir con Daisy?”

“Ajá. Y entonces ustedes dos entraron en la biblioteca de la Reina Oscura…”

El ambiente creado por el fuego crepitante, las llamas vacilantes y el olor a humo nos hizo querer hablar mucho más de lo habitual. Era bastante misterioso. Aunque habíamos traído libros y juegos de mesa para pasar el rato, quizá en realidad no los necesitábamos. Nos limitamos a hablar de nuestros gratos recuerdos, y el tiempo se nos pasó en un santiamén.

Con la luna y las estrellas colgando en el cielo sobre nosotros, y una brisa nocturna soplando a nuestro alrededor mientras tomábamos el té de después de comer, se nos empezaron a cerrar los ojos.

“Buenas noches, papi.” “Buenas noches, Olivia.”

Al final, no conseguimos montar la tienda, así que dormí en mi forma de dragón con las alas desplegadas como refugio para Olivia. Verla dormir plácidamente me hizo sentir una cálida sensación en el pecho. Pensándolo bien, hacía bastante tiempo que no pasábamos tiempo los dos solos. Puede que incluso fuera la primera vez desde que Olivia empezó a ir al colegio.

Cuando empecé a dormitar, empecé a soñar con días pasados.

***

Recordé un día, poco después de conocer a Olivia. Estaba haciendo todo lo posible por ser un buen padre para ella, estudiando todo tipo de libros sobre crianza. Un llanto desgarrador llenó el santuario que yo llamaba hogar.

“¡Oh no, oh no, oh no! ¡¿Q-Qué pasa?! ¿Tienes hambre? ¡¿Tienes sueño?!”

Olivia seguía inestable sobre sus pies, y no podía decir mucho más que “papi”. A veces se ponía a llorar a gritos, sobre todo a altas horas de la noche. Mientras lloriqueaba y gritaba, no tenía ni idea de qué podía hacer, así que me limitaba a acurrucarme junto a ella.

“… Papi… Papi…”

“Sí, soy tu papá. No grites… Er, no llores, Olivia.”

Cuando la abrazaba en mi forma de dragón, por fin se calmaba. Me pasaba la noche durmiendo a su lado… aunque en realidad, con lo grande que era, si me daba la vuelta mientras dormía, ¡terminaría aplastada! Tenía tanto miedo que apenas podía cerrar los ojos durante esas noches.

Yo era un dragón y había pasado toda mi vida viviendo solo en las montañas, sin seguir nada más que mis caprichos. Dormía cuando quería y me despertaba cuando me apetecía. Comía lo que quería y caminaba por donde me apetecía. Así es como vivía. Así que ahora, lidiar con una niña llorando por la noche, o no poder dormir era un poco… no, era muy difícil para mí. ¿Cuántos años tenía? ¿Unos cuantos miles de años? ¿Tal vez decenas de miles? Era tan viejo que ni siquiera recordaba cuántos años tenía, y esa había sido la primera vez que no había podido dormir.

Ahora se me daba bastante bien cocinar, pero entonces las cosas no me resultaban tan fáciles. Había muchas dificultades en nuestra vida cotidiana por aquel entonces. Había momentos en los que me sentía totalmente perdido dentro de la vorágine.

Sin embargo, rememorando esa época, todos eran recuerdos agradables. Y a medida que pasaba el tiempo, íbamos apilando recuerdos aún más divertidos sobre los antiguos. Nunca habría pensado que nos encontraríamos sentados alrededor de una hoguera, intercambiando historias de recuerdos felices…

“¡Ah!”

Me desperté de golpe, la luna brillaba en el cielo. Aún faltaba un rato para el amanecer. Y Olivia seguía durmiendo bajo mis alas con una mirada apacible.

“Tengo que tener cuidado para no despertarla…”

Me enjugué una lágrima con una de mis garras y volví a dormirme, despertándome sólo con el canto de los pájaros.