Totsuzen Papa ni Natta (NL)

Volumen 4

Capítulo 11: El Sr. Dragón se Enfrenta

Parte 2

A bordo de su barco flotando en el mar, Phyllis gritó triunfante. “¡Alumnas mías, vengan! ¡Es la hora!”

Esmeralda rio con ella. “¡Vamos, mi discípula!” Las chicas asintieron. “¡A la orden!”

Todas habían unido su magia. Usando el caparazón del Sr. Pao Pao como plataforma de lanzamiento y las sílfides para guiarlas…

“¡Muéstrenles el orgullo de los Darkin, mis camaradas!” La multitud de Darkin rugió en respuesta. “¡Manténganse preparados!”

“¡Viva! ¡Hurra por las chicas!” Vitoreó la multitud. El ejército de darkin que había perdido hasta la última gota de magia que tenía para llevar a Maredia y Clowria sanas y salvas al castillo vitoreaba ahora a las chicas.

“Rayo de la Amistad… ¡¡¡Fuego!!!”

Un enorme agujero se abrió en el lateral del castillo.

***

Una ráfaga de viento entró en la sala. Un agujero se había abierto en el lateral del castillo, haciendo que empezara a derrumbarse aún más rápido.

“¡Gyaaah! ¿Qué demonios era ese rayo?” Gritó la Reina Oscura.

“Eso fue… ¡Fueron todas las de la nave!” Respondió Clowria.

Podíamos ver el mar desde la nueva ventana del lateral del castillo.

Vandilsen esbozó una sonrisa amarga. “Realmente tienes muchos amigos, ¿verdad?”

“Sí. No lo entiendo en absoluto, papá. Hay un dragón, con su hija humana… y amigos darkin…”

Olivia levantó la vista. Con la brillante joya de siete estrellas entre los brazos, miró fijamente a Shadow.

“¡Olivia, vámonos!” El castillo caería sobre nosotros en cualquier momento. No era momento para el Ritual de la Estrella Fugaz. La Reina Oscura cambió a su forma de gato, y la Srta. Clowria la llevó en sus garras. “¡Olivia, súbete a mi espalda! ¡Tú también, Shadow!

¡Vandilsen!”

“¿Eres estúpido?” Vandilsen sonrió, la sangre goteando de su boca. “¿Cómo puede esperar vivir un hombre que destruyó todo un continente? Y lo que es más importante, salva…”

“Salva a Shadow”, iba a decir. Pero mientras intentaba hablar, una enorme pieza del castillo se derrumbó, dejando caer un pedazo de escombros justo encima de él.

“¡Papá!”

“¡Shadow!”

Shadow se lanzó sobre Vandilsen para protegerlo del trozo de piedra que caía, dirigido directamente a la cabeza de Vandilsen. Pero un niño tan pequeño no podía hacer nada. Pero antes de que pudiera decirles que tuvieran cuidado, Olivia empezó a gritar desde mi espalda.

“Siete luces brillantes por una estrella.

Una estrella por un deseo.

Concédelo y brilla, Estrella Fugaz.”

No había dicho su deseo en voz alta, pero estaba seguro de que era el perfecto.

“Shadow…”

Un enorme y poderoso dragón blanco puro desplegó sus alas. Era la forma exacta de Shadow que Vandilsen siempre había esperado ver.

“Papá…” “¡Shadow!”

Se había equivocado de camino y no había nadie para corregirle. Al final, se había quedado caminando por el camino equivocado todo este tiempo. Su sueño, ver crecer a Shadow, estaba al final de un camino que nunca podría alcanzar por sí mismo.

“Increíble. Siento que podría hacer cualquier cosa.”

Salté hacia el cielo, abriéndome paso fuera del castillo que se derrumbaba. Clowria y la Reina Oscura estaban a salvo. Podíamos oír vítores desde el barco. Desde donde estábamos, parecía una pequeña hoja flotando en el mar.

Olivia miró al cielo mientras su deseo alzaba el vuelo, un dragón blanco puro que se elevaba hacia las nubes, llevándose consigo a su único padre.

“Papi.”

“¿Qué pasa, Olivia?”

“Estoy muy contenta de ser tu hija.”

“Sí.” Asentí. “Yo soy un dragón y tú eres una humana. Tenemos vidas y fuerzas diferentes.” Había intentado evitar pensar en nuestro futuro. “Pero me encanta el mundo en el que vives.”

No estábamos solos. Teníamos mucha familia y muchos amigos. Y había tanta gente que aún nos quedaba por conocer. ¿Qué se llevaría Olivia de este mundo y qué dejaría atrás? Yo estaba deseando verlo todo. Al fin y al cabo, yo era su papá.

***

Era la primera vez que volaba tan alto en el cielo. Nunca pensé que sería capaz de hacer algo así. Después de tantos miles de años, esto era como un milagro.

“Asombroso. ¿Así que estas son tus alas?” Con mi arrugado padre en brazos, me elevé. Parecía tan feliz. “Conociste a gente impresionante cuando te escapaste de casa… e incluso conociste a un slime parlante… Nunca lo supe…”

Los latidos del corazón de papá eran cada vez más débiles. Como dragón, debería haber sido capaz de salvar a una sola persona.

“Está bien, Shadow.” “Pero papá…”

“Ya he vivido demasiado… Mi cuerpo ya no puede soportar la magia que lleva dentro. Lo entiendes, ¿verdad?”

No podía aceptarlo. Quería quedarme con él para siempre. Pero ese fue nuestro primer error, el primer botón que nunca debimos pulsar. El botón que el Dragón Anciano y Olivia no habían presionado.

“Lo siento, Shadow.”

“Papá… Vamos. Todavía podemos vivir mucho tiempo juntos. Podemos conocer a mucha gente… Pero… tal vez no.” Con las alas que Olivia me había dado, llevé a mi papá favorito por el aire. “Gracias, papá. Por todo.”

“Shadow… Ve a hacer muchos amigos. Y vive, se feliz…”

Papá se deslizó suavemente de mis brazos, cayendo a la tierra que había convertido en el Continente Muerto. Nunca había sido especialmente abundante en vida, ni se había desarrollado allí civilización alguna.

“¡Ah!”

La magia salió de su cuerpo y volvió a la tierra. Y entonces… “Se está poniendo verde…”

La magia volvió a la tierra de abajo. El mar azul y la tierra verde. Me recordaba a la casa de campo en la que vivíamos junto al mar. Aquel lugar también había estado lleno de verdor, junto a un mar y un cielo infinitos.

“Adiós, papá.”

Ahora estaba solo en el mundo.

… No, eso no era cierto.

“¡Heeey!”

El dragón anciano y su hija me saludaron.

Así es. Yo ya—

Pero, aun así, no pude evitar sentirme triste.

***

Olivia miraba al cielo desde mis brazos mientras esperábamos en un barco lleno de sus amigos y familiares. Mirando así hacia arriba, parecía realmente madura.

“Hey, papi.”

En el brillante cielo azul, un dragón blanco volaba en círculos. Shadow había crecido grande y fuerte. El hijo de dragones que había crecido sin nadie más que su padre humano. De repente, el cielo azul vacío se nubló y empezó a llover, como si el propio tiempo estuviera de luto con él. Pero las gotas de lluvia eran cálidas.

Mirando hacia arriba, Olivia me susurró, con preocupación en la voz. “Papi, Shadow no está solo, ¿verdad?”

“Exactamente. Se pondrá bien.” No sabía si realmente estaba bien. Pero quería creer que estaría bien. Tal vez eran palabras baratas, o tal vez era demasiado despreocupado, sin saber realmente sobre los humanos o cómo relacionarme con los demás tan bien… pero estaba seguro de que estaría bien.

“Papi.”

“¿Qué pasa?”

“Umm… Desde que te encontré, ya no he estado sola.” “… Sí.”

“Te tengo a ti, a la Srta. Maredia y a la Srta. Clowria, y tengo a todos mis amistades de la escuela… pero…” Dijo, sin dejar de mirar al dragón que volaba en círculos por el cielo, con el rostro tan maduro como siempre. “Pero… hay muchos niños solitarios ahí fuera, ¿verdad?”

“Supongo que sí.”

Olivia asintió. “Entonces, he decidido lo que quiero hacer.” “¿Oh? ¿Y?”

“Sí. Todos los días son muy divertidos, así que nunca había pensado en lo que quiero hacer en el futuro. Pero…”

“¿Hm?”

“Algún día quiero ser como tú, papi. Quiero ayudar a los niños que están solos como lo estuve yo. Quiero ser una persona amable y fuerte como tú.”

“Olivia…”

“¡Después de todo, soy Olivia Eldraco, tu hija!” “Sí, así es.”

Eldraco. Ese era el apellido que Olivia había elegido para nosotros.

Hace mucho tiempo, significaba “como un dragón”.

Olivia aún era pequeña. Estudiaba en la Academia Real Femenina Florence y era Alumna del Rey. Pero estaba creciendo, viviendo en el mundo humano.

“¿Es así? Yo—”

No.

Vivía en un mundo con darkin, dragones, dragónkin, tortugas enormes… ¡Tenía amigos de todas las formas y tamaños! Pero había algo que nunca cambiaría.

“Siempre estaré de tu lado, Olivia.” “¡Sí!”

Olivia se rio, con una sonrisa tan brillante como el sol.