Toaru Majutsu no Index – New Testament (NL)

Volumen 17

Prólogo: O las Suposiciones Incluyen la Conclusión. to_the_Girl’s_ABYSS

Había un chico llamado Kamisato Kakeru.

O quizás sería mejor decir que “hubo” uno.

Era el tipo de chico normal de preparatoria del que se podía encontrar en cualquier lugar.

O al menos nunca había perdido la oportunidad de decirlo.

En algún punto, se dio cuenta tardíamente que había recibido un poder que no le quedaba en absoluto. Pero tristemente su sensibilidad siguió como la de “un chico normal de preparatoria”, así que carecía de la flexibilidad necesaria para adaptarse a esta oportunidad repentina. Este fenómeno psicológico no era tan inusual. Por ejemplo, él podría no haber sido el único que, al ver los boletos de lotería en venta, pensaría: “ganar el primer premio sería genial, pero si realmente lo ganara, arruinaría mi vida actual”.

En cierto modo, Kamisato Kakeru había ganado una lotería en la que no recordaba haber entrado.

Pensaba que esta fortuna no deseada había arruinado su vida.

Incluso las cosas que ya poseía parecieron cambiar en su percepción. Al igual que una ganancia financiera inesperada arrojaría una luz oscura en cualquiera acercándose con una sonrisa en su rostro.

¿Qué había sentido ese chico después de que todo el color pareció desvanecerse de su mundo?

Había sentido una intensa ira hacia aquellos administradores que lo habían elegido egoístamente y había concluido que eliminarlos del mundo negaría esa elección.

Venganza.

Era bastante simple de decir, pero ese chico realmente había actuado por ello. Él y las más de 100 chicas que lo seguían habían encontrado a los seres conocidos como Dioses Mágicos, los acorralaron, y los cazaron. Y había usado la misma mano derecha que esos Dioses Mágicos le habían dado.

Para bien o para mal, eso debería haber atado todos los cabos sueltos en la historia de Kamisato Kakeru. Pero había elegido un mal lugar para su venganza: Ciudad Academia.

Una sola científica cambió enormemente la historia del mundo. Su nombre era Kihara Yuiitsu.

Ella se había involucrado cruelmente cuando Kamisato Kakeru mató al golden retriever que Ciudad Academia había enviado como su asesino.

Había aceptado directamente el poder del chico que había destruido al ser que admiraba como un maestro, y luego afiló tranquilamente sus colmillos mientras esperaba la oportunidad de tomar su cabeza.

El resultado había sido un empate debido a una lesión.

Pero Kihara Yuiitsu había cortado la misma mano derecha que hacía especial a Kamisato Kakeru y la trasplantó en su propia muñeca.

El Acto Dos había comenzado en una Ciudad Academia con una temperatura de 55°C.

Kihara Yuiitsu había creado “algo así como un alma” de los cuatro elementos clásicos y los colocó en un recipiente de carne conocido como una forma de vida reducida. Al enviar estas formas de vida artificiales conocidas como Element, había trabajado para obligar a Kamisato Kakeru a salir de su escondite incluso si significaba convertir a su propio hogar, Ciudad Academia, en un mar de sangre.

Kamisato había descubierto la debilidad de los Element a las altas temperaturas y llenó a Ciudad Academia con microondas emitidas de un satélite orbital para restringir los movimientos de los Element mientras buscaba a Kihara Yuiitsu.

Esta batalla también terminó en un empate debido a una lesión.

Kihara Yuiitsu había sido derrotada, pero para evitar la ignición suicida de unos motores de cohete, Kamisato Kakeru había pegado el World Rejecter a su muñeca una vez más para un ataque final que lo aniquilaría a él mismo.

Con eso, el chico había sido borrado del mundo visible.

Y Kihara Yuiitsu había tomado una vez más su mano derecha. Les habló a las chicas que se habían quedado atrás:

Kamisato Kakeru ha sido destruido, pero no está muerto. Si se usa la puerta conocida como World Rejecter, podría haber una posibilidad de una en un millón o una en mil millones de rescatarlo. ¿Están seguras que quieren reducir eso a cero?

Eso las ató.

Había completado fácilmente la maldición que Kamisato Kakeru había temido más: el dueño de la mano derecha se volvió el gobernante de las chicas.

Para probar la fuerza de esta maldición, Kihara Yuiitsu había dado su primera orden: Maten a Kamijou Touma. Usaré eso para medir la lealtad de mis nuevas herramientas.

Kamijou Touma corrió con todas sus fuerzas a través de una ciudad gris que no mostraba señales de recuperarse de su colapso.

Estaba acompañado por la única chica que no había sido atada por la maldición: Fran.

• Al diablo con todo

Junto a esta aliada que podría volverse contra él en cualquier momento, el chico de pelo puntiagudo lanzó un rugido de desafío contra el irrazonable mundo.

• ¡¡Estoy harto de no actuar como yo mismo!! ¡¡¡¡¡¡Le mostraré a este mundo quién es Kamijou Touma!!!!!!

Esta es la historia de las 48 horas requeridas hasta que Ciudad Academia se recupere de su gran desastre.

Esta es la historia de un chico tratando de salvar a Kamisato Kakeru a pesar de escuchar lo imposible que es.

Y ese chico despertó en una ciudad gris y helada.

(¿Hace…frío?)

Era un frío irrazonable que apuñalaba su piel y hacía que sus órganos temblaran desde el interior. Pero una vez que lo pensó racionalmente, se dio cuenta que así debían ser las cosas. Era 9 de diciembre, así que era invierno. No hacía falta decir lo que le pasaría a alguien acostado sobre el helado asfalto en nada más que un traje de baño.

Se incorporó.

Su mente borrosa comenzó a trabajar de nuevo.

Estiró su mano derecha hacia el costado de su cuello para tronar el hueso, pero notó tardíamente que no estaba funcionando bien.

Su mano no estaba. Su muñeca simplemente tenía un trapo envuelto alrededor.

(Oh, es cierto. Ya que arreglamos las cosas con Yuiitsu, los Element se habrán detenido y Fran pudo terminar con la onda de calor de microondas que era usada para detenerlos.)

Se sentía extraño.

Nunca podría hablarles o contactarlas de nuevo, pero los efectos de sus acciones aún podían alcanzarlo aquí.

(Pero…esto se mueve un poco. Así que este es el abismo.)

Este no era el cielo o el infierno y no era un mundo extraño de espadas y magia donde su alma había reencarnado. Se basaba en Ciudad Academia, pero no había nadie aquí. Si la única línea de tiempo se veía como dividida en cuadros como una película, entonces la gente normal solo percibía unos 10 cuadros por segundo. Si la cantidad real de información se veía como 30 cuadros por segundo, entonces había cuadros en exceso que actuaban como brechas.

Desde esa perspectiva, el World Rejecter, que había sido la mano derecha de cierto chico, movería personas y objetos a esos cuadros en exceso. Eso significaba que esas personas y objetos nunca podrían interactuar con nadie a pesar de estar en el mismo mundo. Si una imagen subliminal se mezclaba entre los cuadros de una película, los personajes de la película no podían percibir la botella de soda subliminal.

El chico ni siquiera podía adivinar qué le pasaría ahora. No podía interactuar con nadie más que consigo en este mundo. Realmente tendría que ser autosuficiente aquí. Incluso si pudiera encontrar comida para hoy, su futuro parecía sombrío. Podría estar bien, pero podría colapsar de hambre, sed, o frío antes de que terminara el primer día. Eh incluso si estaba físicamente abastecido, podría romperse mentalmente. Su única opción era probar lo que pudiera. No había más vías tendidas por nadie.

• Qué fastidio… ¿Hm?

De repente miró su mano derecha y se le ocurrió algo. La mano misma había desaparecido. Había sido volado por el World Rejecter, así que tenía sentido que el objetivo se hubiera establecido como “todo excepto la mano”. Si el World Rejecter hubiera venido con él, solo había continuado volándolo para siempre.

Pero eso no fue lo que llamó su atención. Fue la falta de sangrado. No era exactamente un vendaje, pero un trapo viejo había sido envuelto perezosamente alrededor de su muñeca y había absorbido demasiada sangre para saber qué color había tenido originalmente.

A menos que hubiera despertado una vez antes, detuviera el sangrado, y colapsara de nuevo, tenía que haber alguien más aquí.

• Oh, entiendo…

Cuando se levantó y miró alrededor, vio otras cosas aparte de él tiradas a su alrededor: trozos de metal que probablemente habían sido armas, los restos de unos propulsores de cohetes realmente grandes, una tonelada de tierra, y una marca seca en una pared que originalmente habían sido burbujas. Esas eran probablemente cosas que había volado con su mano derecha, aunque estaba teniendo problemas recordándolas todas ahora.

Y no había razón para que solo los objetos hubieran venido aquí. Habría sido extraño si otras personas no hubieran estado ya aquí. (Pero en ese caso…)

Fue entonces que oyó una pisada.

Se volvió y vio a una chica. Su pelo negro estaba cortado hasta sus hombros, tenía piel demasiado enfermiza para incluso llamarla pálida, y llevaba un corto vestido chino.

El chico había mirado alrededor un momento antes y no había nadie cerca entonces, pero esta chica había llegado justo frente a él en la intersección de dos grandes caminos sin ningún lugar para esconderse.

El recién llegado dijo su nombre.

• ¿Niang…Niang?

Incluso ahora, su tono era ligero y jocoso.

Y no estaba sola. De repente sintió presencias a su alrededor y miradas clavadas en él. Esta vez no se volvió. Una gran presión le impedía moverse.

¿Quiénes habían sido las personas más notables que había borrado?

Todos ellos estaban reunidos “aquí”.

Como un bosque crujiendo en el viento o un enjambre de insectos arrastrándose por el suelo, Kamisato sintió algo extraño cerca de sus oídos. Esto era algo distinto a un supuesto sexto sentido. Puede haber sido como el tinnitus o dolor de cabeza agudo que algunas personas sentían al entrar en un lugar embrujado. O era como los tejados de edificios, sombras bajo los autos, y espacios entre paredes y máquinas expendedoras. Una vez que empezabas a pensar en esos lugares, empezaba a sentirse como si alguien te observara desde allí.

Además, el chico ya no tenía su mano derecha especial o las 100 chicas a su alrededor.

• Bueno, tenemos algunas palabras elegidas para ti después de que te dimos un regalo y nos mataste con él…

Niang-Niang sonrió cruelmente hacia esa alma expuesta.

Habría muerto por pérdida de sangre si lo hubieran dejado solo, pero se habían tomado la molestia de detener el sangrado y mantenerlo vivo. Y la razón de ello no podría haber sido más obvia.

• Pero dejémoslo en esto: es hora de que tu trasero sea pateado por todos los Dioses Mágicos.

O quizás este era el Limbo, donde las almas de los suicidas vagaban.

Todo tipo de rojo llegó desde los 360° para asaltar a Kamisato Kakeru que no tenía nada ahora.