Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 5

Capítulo 5: El Enfrentamiento

Parte 3

✰   Rain Pow (Tiempo restante: diecisiete horas, cuarenta y un minutos)

Rain Pow y Postarie, aferradas a la parte trasera de la camioneta, saltaron antes de que ésta se estrellara. Había volado tan rápido que la fuerza del viento había golpeado y sacudido la cara de Rain Pow. Si un humano saltara de eso, estaría más que herido. Incluso una chica mágica normal habría acabado herida.

Rain Pow hizo un puente arcoíris en el aire y saltó hacia abajo, sosteniendo aún a Postarie en un brazo. Con la otra mano en el puente arcoíris, frenó hasta aterrizar con un golpe seco. La camioneta aterrizó

—se estrelló— más o menos en el mismo momento. La masa, la velocidad y la distancia que habían recorrido eran cifras a tener en cuenta, y la energía generada por la caída sacudió la zona. El sonido fue lo suficientemente fuerte como para desmayar a un oyente pusilánime. El polvo y las partículas de asfalto se elevaron densamente. Parecía la escena de una explosión.

“¿Estás bien, Tsuko?”

“… Sí.” No parecía estar bien. Sus ojos estaban desenfocados y su boca seguía entreabierta. Parecía menos asustada y más aturdida.

Postarie nunca había sido una chica de carácter fuerte. De hecho, era del lado tímido. Rain Pow había oído que convertirse en una chica mágica te hacía más fuerte mentalmente, pero aun así, la fuerza mental del nivel anterior a la transformación tenía que estar involucrada. Las declaraciones de Toko sobre “el valor para levantarse y enfrentarse a cualquier enemigo” habían sido realmente exageradas. Tal vez más bien, “una persona ordinaria que nunca había soñado con luchar hasta ayer no sería totalmente inútil por su ansiedad”.

Ser atacada por enemigos y perseguida por una ninja, huir encima de un arcoíris y montar en una camioneta voladora fueron experiencias de miedo suficientes para igualar diez máquinas de gritos.

Rain Pow estaba pensando que su primera orden de trabajo era animar a Postarie cuando una voz le habló desde el interior de su camisa.

“Hey, hey.” “¿Hmm? ¿Qué?”

“Mira eso.” Toko, con la parte superior de su cuerpo asomando por el escote de Rain Pow, señaló con el dedo. Unas figuras en silueta se movían dentro de la espesa polvareda que se levantaba. Toko señalaba a dos figuras caídas que se levantaban. Una de ellas rodeó con sus brazos los hombros de la otra, se echó su persona a la espalda y salió corriendo.

“¡No puedes dejar que se escapen!”

Rain Pow estaba a punto de perseguirla, pero se detuvo inmediatamente. Algo se interponía en su camino. El polvo se fue despejando poco a poco, y pronto pudo ver la figura con claridad, pero todavía sólo podía llamarla ‘algo’. El objeto era todo negro con un cuerpo redondo, y flotaba en el aire batiendo sus alas de murciélago.

“… ¿Qué es eso? ¿Es una mascota como tú, Toko?”

“¡Claro que no! Nunca he oído hablar de algo así. Aunque no parece una chica mágica.”

“¿Está vivo?”

“No sé.” Toko miró la esfera negra y maldijo brevemente. “Sea lo que sea, esto significa que tienes que golpear a esa cosa, o no podrás perseguir a esos tipos que huyeron, ¿verdad? Si podemos capturarlos, podremos utilizarlos para ayudar en las negociaciones. Y mientras podamos negociar, estaremos bien.”

Rain Pow agarró el parachoques de la camioneta y lo arrancó. Lo lanzó contra la esfera negra, pero, inesperadamente, ésta esquivó el parachoques con rapidez.

“Whoa, esa cosa es rápida. Oye, Toko. Esto no es realmente una chica mágica, ¿verdad?”

“Absolutamente no.”

La esfera cambió de forma, como una especie de criatura proteica. Rain Pow volvió a blandir el parachoques, con más fuerza que antes, obligando al enemigo a esquivar. Esta vez predijo su movimiento y lo apuñaló directamente. El parachoques atravesó la cosa negra… no, el cuerpo de la cosa negra se transformó y sostuvo el parachoques en su orificio. Se apretó alrededor del parachoques y lo arrugó.

No tenía ni idea de qué era esta cosa, pero era rápida. También era fuerte. Su cuerpo era anormalmente flexible y podía transformarse libremente. Dado que estaba bloqueando el camino para evitar que persiguiera a la pareja, tenía que ser uno de los enemigos. Esto podría ser un verdadero dolor de un oponente.

“No es una chica mágica ni una mascota, así que… ¿Crees que está viva?”

“Sólo con mirarlo no puedo decir nada. Puede que no esté vivo, pero estoy segura de que la magia está involucrada de una forma u otra. Probablemente.” Con la parte superior del cuerpo aun sobresaliendo, Toko se hundió de nuevo, hasta los hombros. Ella también había notado su fuerza.

Lentamente, Rain Pow miró hacia atrás. Pensó que moverse demasiado rápido agitaría lo que tenía delante. Postarie estaba detrás de ella. Parecía asustada. Eso fue una mejora. Al parecer, ella había recuperado su capacidad de juicio.

“Tsuko, tengo que pedirte un favor. ¿Está bien?” “¿Eh…? ¿Qué?”

“Escucha…”

Postarie indicó que no le gustaba la petición de Rain Pow. Dijo una y otra vez que estaba asustada y que no quería hacerlo, lloró y suplicó: “No me obligues a hacerlo”, pero finalmente cedió a las amenazas de Toko cuando el hada dijo que la cosa acabaría matándolas si no hacía nada.

Lentamente, vacilante, se acercó a la cosa negra. Postarie tenía un aspecto absolutamente miserable y estaba claramente llorando. Rain Pow le indicó que la tocara suave y delicadamente, de manera que no pudiera interpretarse como hostil, así que con manos temblorosas, Postarie se acercó a la cosa negra y la tocó.

Al instante, le brotaron alas blancas de pájaro y salió volando como un cohete, ignorando la resistencia de las alas de murciélago. Después de todo, parecía que pertenecía a alguien.

Rain Pow soltó un suspiro de alivio y, en su pecho, pudo sentir que la tensión de Toko también se disipaba. Postarie se volvió hacia ellas, limpiando sus lágrimas con la manga. “Hey… Ahora mismo lo único que quiero es descansar.”

“Muy bien. Me siento un poco igual.”

Toko no puso ninguna objeción. La pareja había escapado, y Rain Pow y Postarie ya no podían perseguirla.

***

✰  7753 (Tiempo restante: dieciséis horas, veinticinco minutos)

Con Mana a su espalda, 7753 consiguió escapar de alguna manera. El simple hecho de esquivar la camioneta había sido como un milagro, y probablemente fue otro el hecho de que hubieran conseguido escapar. En el tejado de un edificio de apartamentos, 7753 respiró aliviada.

Pero a quien había salvado no estaba aparentemente agradecido en absoluto. Mana estaba furiosa. De hecho, era justo decir que había perdido la cabeza. 7753 no tenía ni idea de cómo saber la edad real de un mago, pero su edad aparente era la mitad de la adolescencia, y dado que los jóvenes de esa edad eran conocidos por ser impredecibles cuando se entregaban a sus emociones, era bastante aterrador cuando estaba así de enfadada.

“¡¿Para qué demonios crees que sirve la fuerza de una chica mágica?! Además, ¡¿no se supone que eres mi guardaespaldas?! ¡¿Me estás protegiendo para poder huir?! ¡Idiota! ¡Si quisiera huir, podría haberlo hecho sola! ¡Deberías haber atacado con el resto del grupo!” Mana ladró, gritó y chasqueó en su diatriba contra 7753. Parecía que incluso iba a arremeter físicamente contra ella, pero 7753 se las arregló para apaciguarla.

7753 le dijo a Mana que huir había sido el mejor plan para ese momento, y como no eran buenas combatientes, aunque se hubieran quedado y enfrentado, seguramente habrían terminado cargando a todas como rehenes. Lo que no podía decir era que su jefa le había dicho: “No importa si tienes que forzarla, sólo toma a Mana y corre tan rápido como puedas.” Y así, atrapada entre la espada y la pared, agachó la cabeza, diciendo: “Lo siento, lo siento, no tenía otra opción, era la mejor opción disponible.”

Desahogar su ira debió de ayudar a Mana a recuperar algo de calma; aunque seguía de mal humor, dejó de gritar, chillar y escupir saliva, y en su lugar miró al mundo de abajo y escupió: “Maldito fin del mundo.”

Habían elegido este edificio de apartamentos como lugar de reunión en caso de emergencia, y como era uno de los pocos edificios altos de la ciudad, desde su tejado se podía ver casi todo el pueblo. Para un edificio de apartamentos cubierto de carteles de habitaciones en alquiler, no era una mala vista.

Sin embargo, tristemente, se vio obligada a estar de acuerdo con la afirmación de Mana de que este lugar era el “maldito fin del mundo”. La llegada de 7753 aquí, todo lo que se había visto obligada a hacer desde entonces, y el epítome de un pueblo rural económicamente deprimido, formaban una combinación descorazonadora.

Mana miró al pueblo, sacó su teléfono mágico y lo encendió para usarlo. “No conecta.”

“… ¿Qué?”

“¿Qué demonios está pasando? Ya no puedo contactar con el teléfono mágico de Hana.”

“Um… Tal vez no pueda responder porque está peleando en este momento.”

“O ha sido capturada por el enemigo.” Mana miró a 7753 con el ceño fruncido, como si quisiera culparla de su retirada.

“Pero, bueno, Hana, de todas las personas…” “¿Y qué demonios sabes tú de Hana?”

Sospechando que cualquier respuesta la haría gritar, 7753 cerró la boca.

“Maldita sea… Hana, idiota. ¿Dónde diablos estás, y qué estás haciendo…?” Mana empezó a pasearse de un lado a otro del tejado. No se calmaba.

7753 intentó llamar a Ripple. Al igual que Hana, no respondía. Así que envió un mensaje de texto por el momento. Se dio cuenta de que le temblaban los dedos mientras escribía el mensaje diciendo que estaban esperando en el punto de encuentro.

Ni Ripple ni Hana respondían a sus teléfonos. 7753 intentó llamar a Archfiend Pam, pero tampoco consiguió nada. No venían al lugar de encuentro y ni siquiera enviaban un solo mensaje de texto. Sintió que un escalofrío le recorría lentamente la columna vertebral.

Envió su mensaje a Ripple y abrazó su teléfono mágico.

Seguía sin haber respuesta. Mana continuó con su paso de un lado a otro. Una vuelta, dos vueltas, tres; 7753 siguió contando distraídamente y, cuando la cuenta superó el centenar, se dio por vencida.

Mana continuó paseando durante un rato después de eso, hasta que finalmente, se detuvo. “¿Por qué no vienen?”

“¿Eh?”

“¿Por qué no vienen? No se ponen en contacto con nosotras. ¿Por qué no podemos ponernos en contacto con ellas?” Mana se precipitó hacia 7753 y la agarró por el cuello. 7753 tenía el físico ligeramente más grande, por lo que Mana acabó empujándola desde abajo. 7753 estaba de pie cerca del borde del tejado, y como no había ninguna pared ni valla ni nada detrás de ella, se asustó y clavó los talones. Mana la empujaba con tanta fuerza que no sólo podía empujar a 7753 del tejado, sino que era como si a Mana no le importara caer con ella. 7753 agarró las manos de Mana.

“¡¿Están muertas?!” “¿Muertas? No pueden estar—”

“¡¿Entonces por qué no regresan?! ¡¿Por qué no podemos contactar con ellas?!”

“Tal vez ha habido algún tipo de error—” “¡¿Qué error?!”

Hana era una chica mágica veterana con un historial de experiencia en combate. Era lo suficientemente fuerte como para que se le asignara la tarea de atrapar al asesino por su cuenta, incluso sin Mana y otro personal no combatiente.

“No, quiero decir…”

“¡No quieres decir una mierda!”

“Pero…” 7753 no pudo argumentar más y Mana la empujó con fuerza.

“¡¿Pero qué?!”

Por reflejo, 7753 la sacudió. Aunque fuera una chica mágica de Recursos de Chicas Mágicas, 7753 era mucho más fuerte que Mana. Mana fue lanzada ligeramente hacia atrás, volando directamente sobre el techo y hacia la puerta de entrada. La puerta se abolló en la forma de su espalda, pero rápidamente se levantó de nuevo.

“Lo siento, no dejabas de empujarme, así que de repente…”

“¡Maldita sea… maldita sea!” Las lágrimas se acumulan en las esquinas de los ojos de Mana. Sus pestañas inferiores las mantuvieron a raya durante un rato, pero finalmente el dique se rompió y las lágrimas brotaron de sus ojos. Mana lloraba mientras gritaba maldiciones ininteligibles. 7753 no pudo hacer nada. Mana lloraba, se lamentaba y señalaba con el dedo a 7753. “¿Por qué lloras?”

7753 se levantó las gafas hasta la frente y se pasó suavemente por debajo de los ojos. Estaban mojados.

“¡No tienes derecho a llorar!” Mana volvió a correr hacia ella, aprovechando el impulso para dar una bofetada en la mejilla de 7753, y luego golpeó la mejilla opuesta con el dorso de la mano en una doble bofetada. 7753 abofeteó a su vez a Mana por reflejo, y los acontecimientos de hace unos instantes se repitieron cuando Mana fue lanzada hacia atrás, golpeando su espalda contra la puerta.

Gritando incoherencias, Mana se puso en pie. Antes de que 7753 pudiera disculparse, Mana se abalanzó sobre ella, y esta vez la golpeó con un puño cerrado en el pómulo y la mandíbula, y 7753 derribó a Mana con un puño desde arriba. Este fue un golpe más claro, a diferencia de las dos primeras veces, en las que sus manos habían arremetido de repente.

Mana temblaba boca abajo en el suelo, extendida como una rana que está siendo diseccionada. Gemía como una bestia mientras se agitaba. 7753 la revisó a través de sus gafas para asegurarse de que no estaba gravemente herida. Tampoco parecía que se hubiera caído porque 7753 la hubiera golpeado en un mal lugar.

7753 exhaló profundamente, y al hacerlo, las lágrimas aparecieron.

Hana, Ripple y Archfiend Pam no iban a volver. No había habido comunicación. No importaba cuántas veces llamaran 7753 y Mana, no podían comunicarse. ¿Habían sido capturadas? O… ¿las habían matado? ¿Por qué? ¿Por qué? Se preguntaba sin cesar. Cuando 7753 moqueó, Mana levantó la cabeza.

“¡He dicho que no tienes derecho a llorar!” Se puso en pie para dar una patada y un cabezazo a 7753, y cuando ésta se tambaleó, Mana le dio un puñetazo en la tripa. Aparte de la fuerza de sus golpes, estaba atacando a objetivos bastante vulnerables. Se movía como una niña con una rabieta, pero era extrañamente buena en esto. 7753 se preguntó si debería inmovilizar a Mana, pero al ver la cara de ésta, llena de lágrimas y con la nariz sangrando, perdió las ganas. Se limitó a cubrirse la cabeza y aguantar pacientemente hasta que los ataques cesaron.

Bajando la guardia, 7753 levantó la cara.

“… ¿Qué están haciendo?” Llegó una voz repentina.

7753 se dio la vuelta. Ripple se estaba agarrando a la valla de hierro para saltar ágilmente al tejado y aterrizar sobre el hormigón. Hizo una mueca al notar el óxido rojo en la palma de su mano.

Habiendo encontrado una nueva salida para su ira, esta vez, Mana gritó a Ripple. “¿Y dónde diablos has…?” Pero antes de que pudiera terminar su frase, se quedó callada. Asomando tímidamente la cara por detrás de Ripple había una chica mágica con estilo de bailarina, cubierta de cintas.